Mostrando entradas con la etiqueta Locke. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Locke. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de enero de 2015

LOCKE/2014: DILEMAS AL VOLANTE




Nacionalidad: Reino Unido
Dirección y guión: Steven Knight
Género: Drama conyugal
Duración:85 min
Reparto: Tom Hardy, Ruth Wilson, Tom Holland, Andrew Scott, Olivia Colman.
Fotografía: Haris Zambarloukos
Montaje: Justine Wright
Música: Dickon Hinchcliffe


Sentados en ese sofá nuevo que nos hunde hasta el piso inferior, pasamos las sobremesas dominicales en familia. Es conocido, que aunque la semana haya sido gélida, o se prometa encapotada y hasta fenomenalmente triste, las mañanas de Domingo siempre cuelgan el sol ahí arriba, o lo colgamos del salón al abrigo del recio frío. Huelen a vermuth, a cacharrería de cocina , a colada recién tendida y sobretodo, a postcomida cinematográfica.
Tengo una lista sempiterna de películas por ver. Algún documental también. Y siento, que aun programándome un maratón de cosas interesantes por hacer; con la llave echada, líquido para no deshidratarme y litros de café. Nunca llegaría a hacer desaparecer ese montón de ropa sucia por lavar y planchar que se amontonan como deberes; como si mi insaciable apetito nunca se llegase a colmar.
Un agobio vamos, que por otro lado, todo sea dicho, llevo lo mejor que puedo: La lista de cosas pendientes ya hace que la tiré a la papelera, y ahora casi que disfruto más encontrándome sin previo aviso con esas cosas que había olvidado bajo la pila de papeles, que proponiéndome tareas.

LOCKE es una de ellas. Recuerdo que vi un resumen en ese programa de cine de la 2 a deshoras; ahora no recuerdo como se llama... Pero sé que es de los pocos en los que confío: me encanta ese tono narrativo de sus sugerencias. Sobretodo por que casa perfectamente con la exposición de esta historia, que el televisivo Steven Knight a llevado a la gran pantalla.
Repasando las numerosas opiniones que pululan por la red, me gusta saber que piensan los demás, aunque no suela variar la mía propia. He visto así en general, como un tono de tibieza perezoso en la crítica, o lo que genera a quien la ve. Y no digo que no, que si todas ellas subieran al patíbulo y se diseccionaran escrupulosamente, el disfrute pasaría a ser una pura penitencia; ¿en serio hacéis eso cada vez que paladeáis los pormenores de la vida?. Incluso es posible caer en el error de pensar que es otra de tantas cintas que se multiplican como los hongos sobre el estiércol. En las que se ha intentado suplir un guión endeble, con técnicas innovadoras o localizaciones insólitas (Buried, 127 horas, Monstruoso... etc.).
Todas ellas unidas por ese finísimo y tan maleable epíteto de Thriller. Porque sí, aunque no lo crean esta película ha sido definida como Thrilller. Y puede que este sea el motivo por el que Locker ha pasado sin pena ni gloria por las carteleras. Pero no es el caso que nos ocupa, aquí hay algo que va más allá del simple suspense e intriga por un deseado desenlace.



Mucho antes que BMW patentara el gusto por conducir, yo ya lo hacía al volante de mi Talbot Horizon verde oliva de 2ª posadera. Seguramente porque ese pequeño habitáculo era en la soledad de la conducción, y con la placidez de devorar millas mientras se escucha tu música preferida. Me han dado para imaginar, solucionar acertijos laborales, o porque no, construir historias con la ayuda del paisaje que voy dejando atrás como visión inspiradora. Algo de eso debe haber en el echo de que conectase con esta pequeña joyita del celuloide: conducir me tranquiliza, me agudiza la visión panorámica del paisaje, y doy por bien invertidas las largas horas de carreera. Ahí es donde este director novel en largometrajes, desarrolla esta historia o momento trascendental del personaje central, Ivan Locke.
Un encargado de obra que se enfrenta a uno de los momentos profesionales más importantes de su carrera: El hormigonado más grande hecho en Europa, para una multinacional Americana. Uno mas de los detalles que conectan al espectador a una historia tan común como normal. Sobretodo para los que como yo, han formado parte de los pormenores de la industria, de las historias anónimas en la construcción o los dilemas laborales que suceden en silencio a nuestro alrededor.

Ivan Locke no se enfrenta tan solo a esa disyuntiva profesional. Porque si esa responsabilidad es la que lo sitúa en una encrucijada, y empuja a incurrir en un acto tan meditado como desesperado. Serán los hechos sucedidos tiempo atrás, los demonios de su pasado y la familia, los que lo empujen a dar un giro de 360 grados a su vida y a construir la línea argumental de la película.
Rodada en el metro y medio escaso de un BMW X, con las luces fundidas centelleantes del tránsito nocturno, los diálogos telefónicos, y su sola interpretación ante el peligro. Es como sucede en tiempo real esta cinta del lo fi presupuestario. Hora y media de trayecto que llevan al protagonista de nuestra historia, de su lugar de trabajo hasta Londres; donde espera un hijo no deseado y que le cambiará por completo la vida. Sin ningún tipo de truco que no sea el de la propia historia, y con un escenario tan limitado como exigente; sobretodo si se tiene en cuenta el resultado de tal ocurrencia.
Sorprende la increíble serenidad con la que el protagonista pretende culminar un acto, que el cree definitivo y meditado: hacer lo correcto, lo que se debe hacer por pura responsabilidad y por higiene, limpiar un pasado de infancia carcomida y penitente. Le da igual que todo se vaya a la mierda (futuro profesional, familia, honor...), con tal de redimirse.


En ese trayecto de casi hora y media podemos ver la seguridad en la interpretación honesta y gestual de Tom Hardy. Vemos tambalearse su vida, el miedo al fracaso y abrirse a su paso el averno que ha desencadenado. Todo eso a pelo ante la cámara, un teléfono que no cesa de sonar, sus atormentadas reflexiones y el encanto de un trayecto nocturno lánguido, turbador y explosivo.

Steven Knight consigue con las pocas posibilidades que proporciona ese escenario y la portentosa interpretación del protagonista, un resultado realmente loable y verosímil. Sobretodo porque al margen de poder parecerme en lo personal, un riesgo nada pretencioso. Hace bueno el valor de la historia con un guión soberbio, la interpretación y el trabajo de la cámara, para enmendar lo que otras películas sobre el estilo tiran por el desagüe con inútiles artefactos o situaciones forzadas.
En su defensa tan solo puedo decir que es una exposición realmente brillante de una historia muy normal con la la que identificarse perfectamente. Que exprime hasta el máximo detalle el gesto, los diálogos y el encuadre. Que no aburre en absoluto tal y como dicen por ahí algunos; salvo que esperen un desenlace o un golpe de efecto (que no lo necesita). Y también supongo claro está, que mi gusto por las historias sencillas, naturales y bien filmadas no tiene porque ser el de los demás.
Los efectos parapsicológicos y mal construidos para saciar el entretenimiento a base de esperpentos, ya hace tiempo que no me convencen. Y me ajusto a pelis como Perdida o The Equalizer; que de basurillas también me toca ver y no digo que no entretengan. Pero me quedo con estas pequeñeces que nos regala el cine europeo.