DIRECTOR Marc Forster GUIÓN Zach Helm MÚSICA Britt Daniel, Brian Reitzell FOTOGRAFÍA Roberto Schaefer REPARTO Will Ferrell, Dustin Hoffman, Maggie Gyllenhaal, Emma Thompson, Queen Latifah, Tom Hulce, Linda Hunt, Tony Hale PRODUCTORA Sony Pictures
Alguna vez nos hemos parado a pensar de qué forman afectan al signo de nuestras vidas esas traviesas agujillas que no paran de dar vueltas y vueltas?
El tiempo , término tan abstracto y efímero. Pero que marca gran parte del signo de nuestro que hacer diario.
Desde que nos levantamos a una hora concreta , con por supuesto el tiempo más o menos justo para salir de casa y coger el metro que pasa a una hora determinada.
Mesuramos edades , ratos , coitos , jornadas , comidas , siestas , conversaciones y ni tan solo podemos librarnos prescindiendo del reloj.
Reflexionamos y esquivos decidimos que nosotros no somos de esos , que somos de los que llegamos tarde a las citas y vivimos según sopla el aire o brilla el sol.
Pero lo cierto es que en algún momento caemos en la red del tiempo , tal y como le pasa al protagonista de nuestra película Harold Crick , anodino y rutinario hasta límites cotidianos, se levanta , cepilla los dientes y coje el autobús a ritmo de minutero , con un trabajo no menos ¿aburrido? , digamos falto de creatividad.
Mientras , una voz en off nos narra su matemática vida cuadrada , escuadrada y pulida. Donde por supuesto
nuestro amigo ejecutaba su trabajo con fidelidad absoluta , sin el más mínimo asombro de lo que le rodea.
Pero llega un día en el que su fiel reloj siempre presto a marcar el ritmo de su vida decide tomarse el día libre y se para. Ese día cambiará por completo la vida de nuestro singular personaje al caer en la cuenta que oye el narrar de unos acontecimientos , por momentos sin sentido pero que en definitiva sin duda alguien está narrando su vida.
Diríamos que la trama es de lo más surrealista , si no fuera porque la narradora existe y el abandona su rutina perfeccionista para por fin y de una vez preocuparse de algo que jamas se le hubiera pasado por la cabeza , lo que le rodea y esas pequeñas cosas que tantos años había tenido olvidadas. La trama parecería de lo más costumbrista si no fuera porque la angustiada narradora de su vida tiene , debe y está obsesionada por no encariñarse de su personaje y decidida por escribir el desenlace de la novela.
Una película que pese a haber pasado sin pena ni gloria merece la pena ver , por la inteligencia de la construcción , por lo digestiva que es y sobre todo porque andamos muy faltos de originalidad en el por así decirlo género de la “comedia romántica”.
