jueves, 28 de febrero de 2013

BÁRBARA FORÉS BLANCO (2012): LOCURAS REENCONTRADAS.




Bodega: Celler Bárbara Forés
Ubicación: Gandesa (Tarragona)
D.O: Terra Alta
Uvas: Garnatxa Blanca y 1'5% Viognier procedente de viñas de Gandesa.
Proceso: Maceración pelicular en frío 24h y 15 días de fermentación en depósitos de Inox.
Graduación: 14%
Precio aprox. 8 Euros




La locura como un acto explosivo. Aquel arrebato inconsciente que permanece oculto en un baúl con cien candados y que nos prohibieron nuestros mayores para solo echar mano de él en caso de extrema necesidad. Aquello que los niños y los mal llamados dementes atesoran como la llama de un candelabro; y que ilumina la oscuridad de la tristeza como una chispa, un conmutador, o un resorte que activa el impulso reflejo de nuestro deseo primario.

Cuando con el paso de los años nuestro entorno familiar, cultural e incluso social nos va moldeando, educando dicen. Reconduciendo como a un trenecito de juguete que busca su libertad muy lejos de las estrechas vías y que hay que ir colocando cuando se sale. Vamos creciendo, madurando dicen. Te instruyen, te enseñan a decir hola, buenos días, a ceder el paso a los mayores y a no decir mentiras. Por el camino y sin darnos mucha cuenta, dispersos por el aleteo de una mariposa, por una melodía contagiosa y repetitiva, o simplemente por la sorpresa ante lo que pasa por nuestros ojos inquietos y parpadeantes. Observamos a unos adultos malhumorados que reniegan, maldicen, y nos aleccionan en el firme paso de la vida.
Nos conducen al borde del precipicio. Miramos con el vértigo de quien solo sabe ver con mirada panorámica, y el solo intento de concentrar la mirada en un objetivo ya nos da vértigo. El curso de la vida fluye allí abajo como un veloz rio de montaña.

  • - Papá, es que tengo miedo...
  • - No temas hijo, que quieres ¿ser un niño grande, o un bebé toda tu vida?, - Espeta el padre.

Pasados los años vemos que al final no nos lancemos, si no que nos empujaron. Cumplimos con nuestra parte del trato a trancas y barrancas, para llegar a la desembocadura del rio y comprobar al echar mano de nuestros atriles, que de la locura de la infancia nunca más se volvió a saber.

Hay quien a día de hoy todavía la anda buscando como el chucho que perdido en un pueblo busca a su amo. Los hubo que la encontraron proyectando su aleccionamiento en una buena carrera, un buen trabajo, y una chica guapa. Otros menos duchos en teorías y prácticas, las van descubriendo en los pequeños placeres que nos brinda la vida: Los aromas, las texturas rugosas de las piedras y el tacto de la tierra escurriéndose entre nuestros dedos. Los diminutos acertijos que se nos presentan como insignificantes miniaturas y que activan los mecanismos sensuales de nuestro ser.
Gemidos, pieles de vellú, escalofríos que recorren la espalda, y una cantidad de indeterminadas sensaciones que nos levanta el espíritu hasta levitar de placer.
Carme Ferrer y Manuel Sanmartín, un antiguo farmacéutico que encontró aquello que dejó olvidado cuando se preparó para la vida, en las tierras de bisabuela BÁRBARA FORÉS, lo consiguen.
Establecidos en Gandesa, topónimo de aquello vinos que nuestros abuelos compraban a granel en las viejas bodegas, y escenario de sangrientas batallas.
Este matrimonio elabora vinos, alejados del tumulto turístico que más abajo, en la línea costera se extiende por los municipios de L'Ametlla, Cambrills... Con las Serres de Pàndols Caballs ejerciendo de murallas de defensa y donde solo los aventurados del terruño se atreven a internarse, se desarrolla ajena al bullicio Terra Alta; una pequeña denominación de origen que cada año nos descubre más y mejores secretos, partiendo de la Garnatxa Blanca como una de sus uvas más significativas.




Las estaciones del año, las circunstancias en el disfrute con una buena compañía y una amena conversación. El gusto personal como no, o las comidas como el eje en la toma de un vino, suelen generalmente condicionar nuestra elección, donde mayormente ganan los tintos en épocas invernales y los blancos cuando las calores aprietan. Sin embargo suelen quedar siempre pequeños espacios donde la sorpresa y la posterior euforia muestran aquello de que hablábamos antes: Los estados de demencia como aquel vendaval que nos azota y espolea, arribando lo más cerca posible a la felicidad absoluta.
BÁRBARA FORÉS elabora un blanco joven y básico en lo honesto de su etiqueta, no tanto en lo que se esconde tras esa sencilla presentación. Uno de aquellos vinos que disimulan con humilde sencillez una personalidad franca pero complicada, teniendo en cuenta que hablamos de un vino blanco del año del que buscamos generalmente un ataque directo y sin pretensiones. Pero ese blanco de Bárbara Forés evita con mucha elegancia toda posible apariencia sujeta a creencias y leyendas urbanas, de aquellos que creen que tras una botella de vino blanco se difumina cualquier complejidad tras su pálido color.


BÁRBARA FORÉS es diferente, tanto como que hilando muy fino y dejándome llevar totalmente por mi impulso demente, podría afirmar sin temor a equivocarme que estoy ante uno de los mejores blancos que he probado. La odiosa palabra “mejor” que suscita acaloradas discusiones y que jamás acierta en el consenso general; pero que plasma con instintiva pasión la escala de felicidad, que una mente infantil tiende a proclamar llevada por la alegría.
Bárbara Forés en su versión blanca puede no ser el mejor, pero sí es un vino que en su particularidad innata seguramente serán pocos los que superen su conjunto de sensaciones: Se destapa como un joven que condensa todo el perfume floral, en su palidez de amarillo pajizo engaña su tímida compostura, y bregando con él en dos ocasiones, acaba por destaparse como un potente blanco que combina con maestría la caricia y el pellizco. Un vino blanco ideal para aquellos amantes de las sensaciones que se escapan de lo predecible, y que de paso son gustosos de descubrir las aristas de la siempre complicada Garnatxa Blanca.





Este matrimonio de viticultores han conseguido seguramente sin pretenderlo, una Garnatxa única en su especie. Sin acabar de acertar si es Viogner procedente de las uvas de Gandesa las que le dan esa impronta a Sauvignon Blanc, o es la climatología particular de esta zona a merced del Levante mediterráneo o del Cierzo gélido del interior, las que dotan de complejidad a este fantástico blanco económico.



 Su aroma es de un intenso pleno que inunda de fragancia tropical todo nuestro epitelio: Maracuyá, Mango, hierva fresca y Musgo, Piña. Vuelven a surgir las flores blancas de los limoneros, con un ligero toque de Magnolia que lo da su untuosidad.
En boca es lo más parecido a deslizarse por un tobogán de numerosas curvas y cambios de dirección. Se mastica su paso agradable, denso, untuoso y graso. Su entrada es delicadamente dulce para acabar de desembocar en un amargor todavía más agradable que su primera entrada, y el final es largo, muy largo y persistente. Por la cabeza pueden rondar muchas cosas cuando el paladar intenta descifrar el amalgama de sensaciones que nos da su nariz y su boca en perfecta combinación: Hinojos, Frutos secos, piel de Naranja, campos de secano... pero al final todo queda en una complejidad tan interesante, como a todo aquello a lo que nos recuerda.

Las Garnatxas Blancas de 50 años de media, junto a la dedicación de esta pareja que usa su vieja casa del siglo IXX como laboratorio de alquimia. Nos colocan en la determinante tesitura de acoger con emoción todo lo que en un futuro nos deparará Terra Alta y el Celler Bárbara Forés, como un referente en la difícil encrucijada del terruño y de la búsqueda de caldos “distintos”.
Sin lugar a dudas esta bodega nos brinda la posibilidad a acceder a vinos con una relación calidad/precio tentadora. Con lo cual sería del todo acertado, plantearnos de manera impulsiva y alocada unas pequeñas vacaciones, y establecer el campamento base en las medianías del Parc Natural Els Ports y del Parc de la Serra de Monsant. Para disfrutar de sus otros vinos, de alguna otra bodega como la del Celler La Bollidora y su no menos magnífico NAEVUS, que ando disfrutando estos días de frío. Y de Montsant evidentemente, que está a tiro de piedra.

BUENOS DÍA/VINOS!!


NUESTRO LOCO MARIDAJE MUSICAL:

 

lunes, 25 de febrero de 2013

18é. MINIFESTIVAL DE MÚSICA INDEPENDENT DE BARCELONA 23/02/2013 Centre las Bassas The Primitives/Amor de Días/Les Atxes/Pleasant Dreams/Coffe&Wine/The Trees/Xiu Xiu Plástic.




Rejuvenecedores conciertos los que pudimos ver la tarde/noche del Sábado en el centro cívico de las Basses. Un rincón apartado del tumulto de la noche Barcelonesa, y encaramado entre las calles de barriada donde todo parece indicar que uno ha equivocado la dirección y se ha perdido.
No, en efecto el centro cívico de las Bassas tanto igual que la Báscula del Paseo de la Zona Franca, se han acabado por convertir con los años en una suerte de improvisadas salas. Donde la programación de pequeños festivales, actividades, y ocurrencias se han erigido como el mejor antídoto contra la penuria económica que corroe la raíz del motor artístico de la ciudad; y donde como es evidente, la imaginación cuenta como un arma clave a la hora de agitar la escena usando los recursos mínimos.
Por el MMIB han pasado una infinidad de propuestas desde su nacimiento como plataforma alternativa, hace ya de esto 17 años, si obviamos alguna cancelació por falta de presupuesto: Dakota Suite, Luke Haines, Cranes, Damien Jurado, Clen Snide, Bettie Serveert, The Trash Can Sinatras, The Clientele, The Secret Society, Sing Sing, Alias Galor, Polak, Tender Trap, Frank and Walters y un largo etcétera. Todo un lujo que ayer volvió a recuperar de nuestra memoria a una de las bandas Pop más significativas del Twee-Pop ochentero, The Primitives, junto a otras prometedoras propuestas.


Si bien es cierto que The Primitives no llegaron a ser una banda determinante en el reflujo del Pop sesentero en los 80, además de tener una trayectoria un tanto irregular e inconstante. Está claro que quien tuvo retuvo, y viendo con ojos de plato de la forma que regresaban el pasado año, tras once sin saber nada de ellos y (con disco homenaje a sus mayores influencias). Solo nos queda tras haber certificado su puesta en escena, en una noche gélida donde la luna llena pareció ejercer un influjo licántropo sobre Tracy Catell. Como digo, solo nos queda afirmar, que THE PRIMITIVES siguen conservando intactas sus mejores virtudes:
Saben reivindicar la vigencia de ese tipo de Pop que tanto bebe de los años 60, y que flirtea con el Punk mirando de reojo al Rock&roll. Son capaces de devolverte la fe en porciones de la música que se creían arrinconadas en reservas para viejos nostálgicos. Y además hacen desaparecer de paso todos aquellos temores que te angustiaban por la noche, y que te hacían dudar de tu capacidad de adaptación a los tiempos que corren.
Surgieron incluso extensos debates entre banda y banda cuando apurábamos unos pitillos en el frío de la noche: Sobre la manera que se han denostado algunos momentos claves de la música, en beneficio de la actual corriente musical; llegando a pensar que el sonido de Nico, Marine Girls, o Sarah Records fue inexistente. 
Y desapareció cualquier mínima sospecha sobre la creencia de que The Primitives eran tan solo una versión ñoña de Ramones o de Blondie, sin dejar que nos acontezcan los malos recuerdos de Transmision Vamp, o de Los Romeos.



El Sábado fue enormemente gratificante comprobar lo vigentes que resultan aquellas canciones de su homónimo LOVELY, sobre el que recayó la parte más incendiaria del concierto: “Stop Killing me”, “Crash”, “Thru the flowers”, o “Way behind me”. Por lo menos para un servidor que sinceramente procesa verdadera admiración a ese primer disco del cuarteto de Coventry, y que ha sido incapaz de equiparar el resto de sus trabajos con aquel destello de frescura en plena desaparición de The Smiths.
Pero para mi sorpresa, y sin acabar de despejar la incógnita de saber si uno se abraza a este tipo de conciertos como el niño que ha perdido a su madre; o es verdad que en la actualidad son pocos los que transmiten ese espíritu de ingenuidad y frescura, en los cuatro acordes sobre los que se apoya una buena melodía Pop.
Es envidiable y admirable ver como unos veteranos se hacen dueños del escenario y vuelven cotizar al alza piezas menores como “Way behind me”, o “Sick of it all”, aun con la falta de alguna de sus mejores piezas de aquel PURE/1989, “Secrets”. Incluso ver que los nuevos temas como los de su regreso “Panic”, “Turn off the Moon”, o el de su último single, “Lose the Reason”, ganan muchos enteros en directo, y encajan como un zapato en su horma en el tono más guitarrero que blanden en directo.
Y donde mucho del mérito recae sobre el bestia de Tig Willians, que marca en todo momento el ritmo con su batería. O en una preciosa Tracy Tracy, que parece no haber perdido jamás esa chispa de niña traviesa sobre el escenario.



Antes de la irrupción sobre el escenario sobre las media noche de los esperados PRIMITIVES, y con una sala desbordante de candor Pop; sobretodo si la comparamos con aquel simulacro de Girona del pasado año. Pudimos desde las 8 ver el goteo de los más madrugadores: Unos THE TREES a los que por desgracia me perdí, y si a los madrileños COFFE&WINE, quien sobre las nueve subieron al escenario tan solo acompañados por una guitarra y glockespiel (parecido a un xilófono). Motivo por lo que se excusaron en alguna ocasión, y que lamentáblemente es una lacra que sacude a cualquier banda que quiere tocar y que no dispone de recursos para montar guiras (teniendo en cuenta los gastos de logística que conlleva llevar músicos extra) 
Sin embargo las canciones sonaron exquisitas en la cálida voz de Ester, quien pese a la falta de un soporte rítmico y eléctrico en canciones como “Small Backstage”, mantuvieron al público atento y ensimismado con un sonido, el suyo, que se defiende con mucha fidelidad al disco, tan solo con una guitarra y su voz.




Les siguieron los Castellonenses PLEASANT DREAMS. Unos viejos conocidos que ya tiene a sus espaldas algún que otro disco y que pese contar con los tres músicos sobre el escenario, echaron en falta la preciosa instrumentación de su último disco, dejando al descubierto la poco afinada voz de Juanjo Clausell.
En parte también porque “Hacia los Bosques del Sur/2012”, su trabajo más reciente. Cuenta con una producción tan cuidada y un sonido tan bien definido en la mezcla y la masterización, que corre el riesgo de ser una tarea imposible, transmitir ese tono Folk Mediterráneo con tan solo tres músicos sobre el escenario. Ganaron sin embargo cuando subió la intensidad hacia el final del recital.






Uno de los momentos más esperados por éste que escribe, y el principal motivo por el que me animé finalmente ha acercarme hasta Las Bassas. Fue el regreso de a los estudios de Alastair McLean (cabeza visible de THE CLIENTELE), del que había perdido cualquier tipo de pista desde que los viera en Apolo coincidiendo con su debut, y su siguiente disco “The Violet Hour”.
Su regreso además animado por un disco de AMOR DE DÍAS junto a Lupe Núñez-Fernandez de PIPAS, que me ha vuelto a rememorar algunos de mis mejores años y que aproveché para comprarme por tan solo 5 euros.
Evidentemente a The Clientele y no solo a la banda de Londres, si no ha ese sonido añejo que inundaba la voz de Alastair, las notas cristalinas y a esa maravillosa forma de puntear un buen acorde Pop que tanto me recuerdan a Vini Reilly o a Maurice Deenbank. También a una época en la que muchos de los viejos amigos que nos reencontramos el Sábado nos movíamos por ese tipo de sonidos y evocadoras bandas: The Smiths, Everithing but the Girl, Wedding Present, Another Sunny Day, The Sundays, o los mismos Felt.
Hubo que acercarse hasta un palmo del escenario para abstraerse del murmullo del público, que esperaba con impaciencia la fogosidad de Primitives. Pero fue suficiente para tener un primer contacto con la pareja que llevaba al directo por primera vez su repertorio. Faltó una banda detrás, y se acusó un cierto nerviosismo en Lupe. 
Pero fue suficiente para atestiguar el virtuosismo de Alastair a la hora de tejer un cancionero que sigue evocando a los Beatles de “Dear Prudence”, a los arpegios vocales de Beach Boys, y a esos sonidos que viajan de la Bossanova al Pop-folk más sesentero,

Un sonido que parece formar parte de la genética del Británico y que invoca en cada una de sus notas. Transportándonos a un pasado desconocido pero que captura al vuelo la esencia del Pop mayúsculo: “Voice in the Rose”, “Jean's Waving”, “Same Old Night”, o “Day” vienen a formar parte de manera perpetua de algo que me atrapó hace muchos años, y del que nunca podré desprenderme. Quizás en esas historias de adolescente donde la música viaja al mismo ritmo que las vivencias que nos marcan de por vida.
La noche se escurrió por entre los dedos como eso, como un reencuentro de niños hechos grandes de los que ya quedan pocos signos de rebeldía e inconformismo. Mientras sonaban las estridencias de XIU XIU PLÁSTIC y ATXES, encargados de hacer bailar a los más convulsos de los consumidores de Sábados. 
 Los "Poppis" como era de preveer nos batimos en retirada, a nuestros reductos, o nuestras atalayas donde contemplar la vorágine. Un hasta luego o quizás un hasta, dios sabe cuando... 

miércoles, 20 de febrero de 2013

THE CABIN IN THE WOODS_2011 (La Cabaña en el Bosque): TERROR BRUTO Y MALSANO!!



Género: Terror socarrón
Nacionalidad: EE UU
Metraje: 105 Min
Director: Drew Goddard
Guión: Drew Goddard & Joss Whedon
Música: David Julyan
Fotografía:Peter Deming
Reparto: Kristen Connolly , Chris Hemsworth , Fran Kranz , Richard Jenkins , Bradley Whitford , Anna Hutchinson , Jesse Williams , Amy Acker , Brian White y... muchos más.



Como un chaparrón que golpea tu cabeza mientras conduces a toda velocidad sobre tu motocicleta sin casco. Como un bofetón de una señora ofendida ante tu piropo soez y machista , saliendo de lo más adentro de tu otro yo. La misma sensación de ver como un transeúnte se rompe la crisma contra una farola , o la tuya misma; cuando te dejas la nariz en el marco de la puerta y gimiendo de dolor se te escapa una risa contagiosa.
A estas alturas de la historia , sentarse ante una gran pantalla y dejarse pellizcar las partes pudentes de la moral , se me antoja el más sano y sensato de los ejercicios: Como un orgasmo inesperado e impertinente , si es en público mucho mejor ¿mucho? No , muchísimo.

Si algo me ha enseñado mi infancia pisoteando descampados del extraradio Barcelonés y mi trabajo; fruto de la subsistencia creativa de hombre de provecho. En una búsqueda continua de unos garbanzos Piedrosillanos que se convirtieran en sustento alimentario , y ya de paso como emolumento para mis vicios varios. Cojo aire.... Es que todo se aprovecha , todo se absorbe , se digiere y se defeca , todo absolutamente. Y lo mismo da que uno quiera formar parte del espécimen “Choni” en el que posiblemente se conviertan muchos de tus amigos de infancia , ser un “cultivadillo” sin llegar a ser pedante , o quiera uno ser un post modernete a los ojos de Dios.
Porque al final es tan necesario remangarse los pantalones y gozar de lado más mundano y primario de la vida , como fruncir el ceño y mirar en nuestro interior para buscar esas respuestas que jamás se deben preguntar en público; solo en la intimidad , o con otros congéneres igual de inquietos que nosotros.

The Cabin in the Woods es una sabia enseñanza para aquellos que están sumidos en la desesperanza , de que el cine de nuestros días , jamás va a volver a despertar en nosotros ese tintineo vidrioso de los ojos que nos despertó el cine espartano pero imaginativo de nuestra adolescencia. Esa manera de hacer las cosas que suplía grandes presupuestos con mucha imaginación y osadía.
Es evidente que en el cine , como en la mayoría de las artes escénicas todo parece estar inventado , y que los avances tecnológicos puestos al servicio de la industria del entretenimiento solo parecen conocer el camino de la espectacularidad: Grandes pantallas , formatos que miden la calidad por la cantidad de píxeles e imágenes por segundo , 3D , 4D y... que se yo. No se yo si el cuerpo está diseñado para recibir tanta información , o el objetivo es acabar conectándonos vía clavija al entramado de cables de una multisala.

Drew Goddard y Josh Whedon desde luego no han buscado ese camino tan socorrido para sazonar géneros tan manidos como el Terror , la Ciencia Ficción y la Comedia. Y no se les ha ocurrido mejor forma , que hacer a propósito lo que otros hacen quizás por torpeza o por subestimar al público que espera pasar un buen rato ante la pantalla. Estos dos personajes han llevado tan lejos como les permite su cinismo y los clichés más trillados del cine; tanto , como para hacer de la parodia algo ingenioso , entretenido , disparatado , e incluso sorprendente.
Para ello no han necesitado mucho presupuesto que se diga , hay efectos , es cierto , pero la mayoría son efectos efectistas , los justos y precisos. Otra muestra más de que a veces se nos va de las manos la logística , y nos cegamos olvidando el mensaje preciso.


Empecemos por el cartel de la película en cuestión: Algo que queramos o no y junto a la sinopsis , me suele  hacer decidir si vale la pena dedicar una hora y pico de mi vida a ver una película. Sobretodo si se trata de un género como el de terror que junto a al de la comedia suelo coger con pinzas. Y es que en la actualidad , a parte de que son películas a las que no les busco ni el susto ni la carcajada fácil; normalmente son pocas las que consiguen ese resultado , sin caer en una repetición constante de un puñado de mitos cinematográficos.

El cartel da miedo , pero un miedo a repetir por enésima vez la misma historia floja de siempre. Si nos fijamos con atención o si hemos sido de los valientes que han soportado la primera media hora de película , es cuando entonces el cartel cobra una relevancia vital.
Estamos ante un cubo de rubik donde nada es lo que parece; ni lo más obvio , ni el lugar hasta donde pretenden los directores llevarnos: Un camino lleno de obstáculos para valientes , que nos pondrá a prueba sobre ,  ¿que es lo que buscamos en una película de terror nada al uso? ¿la ironía , el homenaje , la desmitificación , o simplemente nos gusta que jueguen con nosotros como con los protagonistas? Vualá!! No se detengan en el trailer porque se queda muy corto , ya saben , de esas cosas que no se explican , se ven.



Cinco frívolos jóvenes: Desenfadados , ingenuos y un pelín tontunos , deciden ir a pasar el fin de semana a una casa perdida en un paraje inhóspito.
  1. Primer cliché explotado hasta la saciedad por aquellos clásicos del terror de ahora y de siempre.
El perfil de estos cinco jóvenes no hace otra cosa que realzar el prototipo de personaje. A quien si no se le puede ocurrir largarse el fin de semana a una casa perdida en el bosque; sobretodo si forma parte del reparto de una película y el primer tipo que se encuentran en aquellos parajes es un tipo con cara de granjero psicópata. Tate , que aquí se masca la tragedia.
    2. Como es habitual , el quinteto está formado por un guaperas del género “vaaa que no pasa naaaada”. Una novia calenturienta que cree que esta a salvo entre los brazos de su noviete. El amigo (guapo también) , extrañamente más sensible que el resto. Una amiga que va obligada por el resto , introvertida , maquillada para parecer fea , y sosa muy sosa. Y finalmente el aguanta velas: Feo , fumeta , y aparentemente el más tonto de todos. Vamos , el perfecto anti héroe.



Hasta ahí la película transcurre como una de tantas películas malas a rabiar. De echo , no hay primer plano que no se ajuste a ese tipo de película predecible en el más amplio de la palabra; si bien es cierto que recuerda ligeramente a HOSTEL: Aquella película en la Quentin Tarantino explotaba su lado más revivalista y gamberro aludiendo al cine de Terror ochentero , y descargando su sadismo e hiperealismo más brutal. The Cabin in the Woods por el contrario , no escatima en los recursos más vetustos para introducirnos intencionadamente en una linea argumental y escénica con un humor negro grotesco , que sin ningún tipo de vergüenza y con mucha ironía , intenta parodiar al cine de entretenimiento con una crueldad hasta cierto punto simpática.
Por eso cuando ocurre lo inevitable y los despreocupados muchachos descubren que todo es una encerrona cruel y despiadada. El horror , el suspense y el miedo acaba por convertirse en un cúmulo de despropósitos que deja al espectador con cara de desconcierto , se escapa una sonrisa maliciosa , y aumenta la curiosidad por descubrir en que acaba tal barbarie.



Cabin in the Woods o La cabaña en el bosque , como cada uno quiera llamarla. Es ante todo una visión esperpéntica de los clásicos de terror , donde se mezclan géneros (ciencia ficción , cine apocalíptico , comedia , cine fantástico oriental y alguna cosa más que se me ha escapado seguro). Sin embargo y aunque pudiera tener ciertos rasgos del cine de serie B , la película está maravillosamente construida y juega con mucho tino en esa delgada línea que separa lo malo hecho a propósito , la crítica , la mofa; de una escabrosa manera de aparentar ser correctos y cínicamente generosos para el complaciente público.
Nada más lejos ya que cuando todo parece estar ventilado , y todos nos estamos preguntando: Joder!! ¿y ahora que? ¿Ya está? Vaya una mierda... acento incisivo sobre la i para enfatizar nuestro desacuerdo.
Bueno señores , como decía el odioso Porky al final de cada capítulo: - No nonó , no se vayan todavía aún hay más!!
Lo mejor está por venir ya que la película en cuestión gira 180 grados y revierte la tortilla. Se descubre el “mojo” de la misma y coge una velocidad cual vagoneta en una profunda mina , interminable y subterranea. Como es evidente no os voy a dar más detalles , no soy tan cabroncete y espero que como mínimo os halla dejado con la mosca detrás de la oreja.
Solo añadir que es una gozada , y a mi me hizo disfrutar como un ganso. Incluso yendo más lejos , puede que algún aburrido y descerebrado como yo pueda extraer alguna doble lectura de total actualidad. Ya saben... el cazador cazado , los castigos divinos , la ambición , el egoísmo , las dudas existenciales que nos depara la vida...