viernes, 27 de diciembre de 2013

LOS TREITA Y UN DISCOS QUE APUNTALARON MI 2013. 30/23 #Part_1




Cierren los ojos, descálcense, y quítense la ropa hasta quedar como su madre los trajo al mundo. Respiren lentamente hasta que sus extremidades caigan por su peso, y dejen la mente en blanco. Caminen, caminen ayudados por el impulso de los dedos de sus pies, hasta que sus puntas no hagan pie. Ahora ya están en el borde del precipicio; allí donde el año toca su fin y la incerteza cobra sentido.
En el fondo todos sabemos que al paso por el meridiano que separa años de fechas, épocas, y sucesos, no notaremos ni frío, ni calor. Sin embargo lo esperamos con nerviosismo y nos empeñamos en hacer balance de lo bueno, lo malo, y todo lo demás.

Para mi por ejemplo, será un año raro por distintos motivos. Evidentemente y como es de suponer por aquellos que hayáis estado al tanto de mi inactividad este último mes: Mi ingreso hospitalario, y esa lucha inconsciente por superar una enfermedad que casi me cuesta la vida, debería eclipsar cualquier otro acontecimiento. Pero es tanta la mierda que nos ha llovido del cielo, que mi muerte habría pasado sin relevancia alguna, por un año en el que nos han jodido tanto que casi diría que hemos desarrollado un tejido áspero e insensible para tragar sin apenas rechistar.
Sí, es cierto que nos quejamos en las conversaciones tabernarias, en los zaguanes, y en las miserias cotidianas. Pero la imposibilidad por defendernos con un mínimo de éxito en un estado al que llaman “de derecho” es tal, que a uno solo parece otorgarle legitimidad la violencia y la insumisión.

En fin tampoco voy a fustigar conciencias con un discurso, a mi no me van esas cosas y creo más en la búsqueda personal autodidacta; pensar y y buscar encuadres o perspectivas cambiantes como motor de nuestra existencia (sin filosofadas por favor!!). La lista puede ser un reflejo del inconformismo y si alguno echa en falta uno u otro disco, pues bien aventurados aquellos que gozan con aquello que temían.
Como pueden observar no están ni David Bowie, tampoco Artic Monkeys, John Grant, Arcade Fire, My Bloody Valentine, Deerhunter, Kanye West, Bob Dylan, Darkside... en fin ya saben a que me refiero. A todo aquello que debería estar si la calidad se midiera por el revuelo mediático que generan a su alrededor. Y no crean que son por ello discos que me han desagradado, todo lo contrario; algunos los he disfrutado muy mucho, y a otros les pronostico un disfrute más a largo plazo (al fin y al cabo el gusto debe cambiar saludablemente cada cierto tiempo).
En cambio, y no crean que es solo por una mera cuestión de principios, cada vez me inclino por buscar en la música aquello que nos movía años atrás: Quizás por una búsqueda enfermiza de la ilusión juvenil perdida, tanto en lo aparentemente normal como en lo morbosamente transgresor, solo se buscar y disfrutar con aquello que me solivianta y excita. Aquello que se desvía sigilosamente como una anomalía, lo que es tan normal que interfiere entre lo manido para buscar otra dimensión paralela (y siempre discreta). La devoción por aquello que ahora no toca, por los estilismos perdidos en los sedimentos de las rocas.
Quien sabe si solo es el romanticismo que insufla nuestra madurez como una utopía o como un espejismo. Solo se que es como una segunda juventud o como una puesta a cero, la que da sentido a que esté ahora escribiendo y compartiendo experiencias. Y si no fuese así, estaría haciendo macramé con las cicatrices de mi pierna derecha.

PD. Felices fiestas, entrada de año, y deseos futuribles.

  1. SEA DWELLER /Sings of a perfect Disaster


Esta banda Italiana residente en Roma publicó su trabajo el pasado año, pero no ha sido hasta este cuando han editado por fin su disco en formato CD de manera oficial.
Sobre el terreno nada que resaltar salvo su origen; profundizando en su discurso de paisajes emborronados y cadencias susurrantes. Un destello de autenticidad tan extrañamente ausente en las cadenas de producción actuales, que fácilmente al escucharlos nuestro subconsciente nos remita a una pasada época; donde rendir culto a las minorías y a la introspección no era sinónimo de agotamiento y repetición. Ellos saben crear texturas, moldearlas y hacer que su fidelidad una paleta de un cuadro impresionista, citarnos el otrora sonido 4AD, y el Shoegaze más balsámico.


  1. ZONAEA / As the Stars Collapse


Pensar en una lista de previsibles candidatos sería como reconocer nuestro servilismo y acatamiento a las normas de la moda. Y como yo en lo personal reniego con cariño y por naturaleza, a todo aquello que inunda la red de redes, prefiero lanzarme al encuentro de algo que realmente agite mi alma. Ya saben sonidos que hagan trabajar por poco que sea mi marchito espíritu.
Como una baliza salvadora allí estaban estos veteranos de Charleston, Zonaea. Cirujanos del sonido que como nadie saben modular, tensar y estirar las notas, dando con la clave de la atmósfera como principal virtud.
Siete canciones que rememoran el Post Rock más cáustico y seminal, donde se reúnen alrededor del fuego conocidos como: Sonic Youth, Polvo, Explosion in the Sky, o Archers of Loaf. Todo un gustazo de disco donde redimir nuestros oídos famélicos, del peligro que suponen las guitarras y la sabrosa angustia tortuosa del buen Rock de los 90.


  1. BETUNIZER / Gran Veta



Si con Zonaea un servidor se ha dado un atracón de clavos, rebabas, y caminos sinuosamente abruptos. La excepción que confirma la regla de que en el ámbito nacional algo está sacudiendo el paripé de gustar sin incomodar, es sin duda la aparición de bandas como los Valencianos BETUNIZER.
Rápidamente les han colocado la etiqueta de Post Hardcore, y yo que me quedé anclado en las etiquetas de finales de los 80. Prefiero buscar el secreto de su ADN, en las disonancias y la abstracción argumental de su métrica, y por supuestísimo en el espoleo de sus letras; quienes nos soliviantan debidamente nuestros sedados intelectos.

Y háganme caso y no sean caguetas, “Gran Veta” es lo más parecido a una terapia de choque contra la apatía y el acomodamiento. Ni que la palabra Hardcore les de miedito, ni que la alargada sombra de Steve Albini campe a sus anchas por todo el temario; si todo fuese tan cómodo y plácido sería a la música, como desproveer de Wasabi una buena ración de Sushi, Makis, y Sashimi. Pura insipidez vamos.



    27. WHITE DENIM / Corsicana Lemonade


Sería de burros no reconocer lo mucho que nos han enseñado a lo largo de su carrera estos Tejanos, en lo que concierne al arte de moldear cual pila de arcilla el Rock progresivo, el Avant Rock o como cojones lo queramos definir.
En todo ese tiempo hemos gozado como cochinos sobre el barro con el virtuosismo de sus cuatro miembros. Y viajado por decorados tan variopintos como el de la Psicodelia, lo experimental, la luminosidad de su Funk Popero, sus bucles interminables, el Blues, el Rock Garajero, y hasta una cierta obsesión por construir y deconstruir todo lo anteriormente citado.

Su último trabajo sería por así decirlo el mejor punto de partida para medio entender su idiosincrasia. Uno de los más accesibles, sin por ello perder ni un ápice de majestuosidad a la hora de dotar cada una de sus canciones de matices imprevisibles. Un Rock caleidoscópico que se pasea con una chulería natural por el Jazz, el Blues, y el Funk correoso; y que además lo hace con diez pedazo de canciones de lo más digestivas y apetecibles. Uno de sus mejores trabajos, que demuestran que se puede experimentar, gustar, y ampliar fronteras sin perder su esencia.

    26. DISAPPEARS / Era



A esta banda de Chicago fundada por el ex Sonic Youth Steve Shelley, la descubrí en 2010 con su debut “Lux”. Inmediatamente me llamó la atención, ese Rock directo con claras reminiscencias al Garaje en canciones como “Not nothing”, o “Magics”. Desde aquel primer disco pétreo y primitivo, hasta nuestros días las cosas han evolucionado claramente hacia un sonido más complejo y experimental.
Lo que nos lleva a calificar su último trabajo “Era” como el más ambicioso y suicida, claramente al margen de cualquier coartada comercial. En él se pueden encontrar a partes iguales amplias odas al Krautrock más espacial en cortes como “Ultra”, “New House”, o “New House”. O bien claros homenajes a aquella escena oscura de los 80, donde las chorreras y lo gótico quedaban en un segundo plano para incidir en la experimentación, en otras como “Era”, o “Weird House”. Es ahí donde se dejan acariciar en un claro homenaje a los atmosféricos Bauhaus de “In the Flat Field” y “Sky's gone Out”.

  1. EELS / Wonderful Glorious



He de admitir que en muy contadas ocasiones me he dejado llevar por las anárquicas propuestas de Mr. Mark Oliver Everett aka Eels, vaya se puede decir que no soy fiel seguidor de su trayectoria.
Quizás por eso, al meter uno las narices en su última y más concentrada obra, la sorpresa se hace aun más mayúscula si cabe. Un disco que puede suponer para algunos una simple golosina para conformar a aquellos que no están dispuestos a asumir los riesgos de una carrera plagada de trucos y tratos. Sin embargo y con todos mis respetos, no puedo más que rendirme a la magia de toparme con un disco donde cada corte es una joya bruta de Rock futurista.
Algo por cierto, bastante escaso en los tiempos que corren. Y que además demuestra que se puede reinventar el concepto del Rock, sin caer en el recargolamiento ni en la pedanteria de retorcer lo que por si solo funciona.


  1. I AM KLOOT / Let it all In


No son pocas las ocasiones en las que me asalta la duda, de si estoy aplicando correctamente el criterio a la hora de enumerar y argumentar los motivos por los que elijo tal o cual disco. Sobretodo cuando se trata de hacer una lista y darle un orden, con lo relativo que es todo en esta vida.
En el caso que me ocupa sería de embustero recalcitrante, no admitir los lazos sentimentales que me unen a los Mancunianos I am a Kloot. Uno de los motivos junto a Doves y Elbow, por los cuales no me tiré a un barranco en aquellos años de travesía por el desierto. Sin embargo y aunque admita mi devoción, he de ser consecuente con mis impulsos y meditar con más calma lo básico por lo que figuran ellos y no otros:
Que ya nadie hace discos como estas tres bandas. Que el tiempo que se toman en publicar cada uno, es directamente proporcional a su calidad y a su buen hacer. Y sobretodo, que acaban siendo tan emotivos como los viejos guisos de nuestras madres y abuelas (apetecen siempre, resucitan a un muerto, alimentan, y nunca nunca pasan de moda).

  1. PINKUNOIZU / The Drop


Si hay un motivo indispensable por el que valga la pena clasificar aquello que más te ha gustado del año, y poner en tela de juicio tu personal criterio. Es descubrir entre tanto titular y campeón, a proyectos de otras latitudes como el de los Daneses Pinkunoizu; que además confirman el buen momento que respira la tierra de John Lauridsen (Trentemoller, Iceage, Death Valley Sleepers).
Una historia digna de husmear que se va a las antípodas de la música, rescatando los pulsos electrónicos de finales de los 70. En las premisas de su creatividad se pueden encontrar la mayoría de las condiciones básicas del Krautrock, el SynthPop, y de la experimentación. Con la diferencia de que lo suyo no es un simple homenaje a Kraftwerk, Stereolab, o a Neu!, si no que es la libertad a la hora de construir lo que hace que su segundo disco un excitante viaje por distintos paisajes: Ahí está el Tecno Pop frágil, el Folk desolado, los loops adictivos, y la sorpresa de encontrarse con virajes propios de unos niños curiosos que poco entienden de reglas.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

DONDE ESTÁS GERMÁN COPPINI?? 1961/MALDITO 2013




Ayer estábamos todos o casi todos forzando una sonrisa y una buena cara a un 2013 aciago por circunstancias socioeconómicas de las que huelga hablar. Y acostándonos con una de las peores noticias para aquellos que nos amamantemos musicalmente hablando en los 80.
Para mi en lo particular, la voz de Germán significó algo más que la de aquellos nihilistas Siniestro Total de “Cuando se come Aquí”. O la de ese lirismo decadente que se alimentaba a partes iguales de nuestras miserias y de nuestra imaginación surrealista. Fue y siempre será la voz por antonomasia del Pop nacional de los 80, y el adalid que nos guió, unió, consesuó en una época donde la escena musical nacional no diferenciaba entre castas o popularidad.

Solo nos queda aquello que hace imperecederos los mejores recuerdos de nuestra vida, las canciones que nos vieron crecer y la figura de sus artífices. Cántanos la última Germán.


 


miércoles, 18 de diciembre de 2013

CHUCHO, O LA DENTELLADA MÁS FIERA DEL LOBO ESTEPARIO. 15/11/2013 Sala 2 de Apolo (Barcelona)



Como si se tratase de un obituario correctamente cimentado, amortajado, y bien urdido. Por fin me hallo relatando una crónica de lobo feroz desde la cama de una UCI medio psicodélica, medio de universo paralelo. No voy a entrar en detalles pero un virus come carne casi me devora la pierna derecha cosida , descosida y vuelta a remendar; de ahí mi súbita deserción en el mundo donde se hace equilibrio sobre la cuerda floja que separa vivos de muertos, realidad de fantasía.

Creo que se elevan a cinco o seis las veces que he podido ver sobre un escenario a Fernando Alfaro y sus secuaces. Ninguna tan determinante, sublime, y si me lo permiten premonitoria en lo que se refiere a sus recargolados y crípticos textos. Todo se ajustaba a lo previsto si se tiene en cuenta los días que he pasado postrado en una cama, desplegando y plegando mundos paralelos (es lo que tiene la Morfina señores): Unos eran tenebrosos, otros coloridos, futuristas, personales y personajes que han decorado diez días de mi vida , de la que solo quiero guardar una reflexión; que importante y poca valorada la salud, que jodidamente volátil y poco apreciada es mientras se tiene.
Pero vamos para adelante que es lo importante y como Ave Fenix que somos, pensar solo en la suerte y en el desenlace sin cábalas que valgan.


Como decía uno de sus directos y cohetáneos, echando una “charradeta” post concierto junto a su sección más rítmica y protagonista...J.C Rodríguez & Javier Fernández
- ¿Hemos sonado cañeros, no?
Vaya... diría incluso que mejor; engranados, engrasados y ecualizados que en vuestra época de Tejido de Felicidad. Para gustos colores pero mi corazoncito siempre se ha inclinado ligeramente hacia 78 y a su primer Ep “Conexión de hueso” con la que ebrió el concierto.


El repertorio para fieles e incondicionales comenzó casi tan intenso como acabó, con “Inés Groizard... la caldera del diablo, vientre barriga y mundo” una cara b de su Sal verdaderamente curiosa y siniestra.
El público sin embargo y como suele pasar con el paso del tiempo siempre tiende a buscar sus pequeños himnos, y así se mueve de atrás para adelante y en paralelo: “El Detonador”, “Fiebre”, “Magic” o “Revolución” las más coreadas y agasajadas. Aunque a mi en lo personal y sin desmerecer en absoluto un repertorio que ya es un clásico, me encanta redescubrir joyas del calibre de “El Extraradio”...despiadada y poética a más no poder. O “Esto es mi sangre”, “Ladrándole al Infierno”, “Mi Padre”, “Alicia Rompecuellos”, “Ángel Turbio”, o “Un pulpo sin piel” , que se debaten entre la abstracción y la poesía auto personal.


Conclusión ecuánime: Nos retro alimentamos , nos necesitamos, y creo poder estar en posición de afirmar que la escena actual está un poco huérfana sin bandas como esta, donde el diálogo entre el espectador y el artista se esculpe a base de furia y de textos anti esrtibillo. Y porque no... que no querernos volver a quedarnos a oscuras durante tantos demasiados años. Si no hay disco completo, que todo sea como estas últimas y brillantes nuevas composiciones: Duras, ásperas, violentas, y... y...cortantes. Solo queremos dolor de ambrosía y negra poesía.
  

 

jueves, 14 de noviembre de 2013

FINAL PLAY, POCKET PLAY, STAR*T PLAY!!





Esta noche sí he visto llover estrellas. Me he asomado de madrugada cuando todos dormían, y tan resplandeciente y nítido era el cielo, que como en un sueño infantil de niñez se podían enumerar la constelaciones.
Me he quedado por un instante ensimismado con el dulzor de un vino generoso todavía impregnado mi interior, y he salido como un loco poseso a la calle con el pijama. Como quien sale en busca de algo sin la más mínima idea de recogerse, he salido descalzo, sin las llaves de casa y con los bolsillos llenos de canciones para dejar un rastro de acordes y cadencias al modo de Hansel y Gretel. Me asaltó la idea de poder parecer un demente dominado por la locura intestinal del futuro, no se... resultar escandaloso y acabar en comisaría como un ebrio despendolado a merced de que se yo. Pero sin embargo sea como fuere, por la circunstancia de ser precisamente la noche de Halloween. La gente que iba encontrando a mi paso, los pocos que quedaban rezagados a aquellas horas intempestivas, me sonreían y seguían su marcha.

Mis pies a ritmo marcial pero relajado marcando una dirección y compás impreciso, y la vista puesta en el cielo sin atender a cruces, intersecciones o avenidas peligrosas. Solo mirando con atención un extraño y diáfano espectáculo nocturno allí colgado. Como si algún ente o ser celestial hubiese de repente limpiado de polvo y paja el infecto y contaminado firmamento de mi ciudad.
En el ambiente un particular olor a fábrica metalúrgica suspendido. Un perfume a azufre desconocido que presentía la mano demoníaca sobre semejante acto inconsciente, era eso, o una sugestión tan poderosa como la divinidad de un cielo raramente estrellado: El baile de enanas, la fuga de alcatraz de las valientes suicidas, y el pavoneo de la más brillantes estrellas. Que como estrellas de vodevil adoptaban formas inverosímiles en lo alto del firmamento.


Hasta que mis llagados pies y mi renqueante pierna derecha se detuvieron de forma súbita en un momento inexacto de mi travesía celestial. Cerré los ojos cegados y enrojecidos por las horas de marcha y vigilia, y caí en un profundo y repentino sueño de aquellos que solo recordábamos en nuestra púber juventud.
Al cabo de las horas y con los primeros rayos caldeando mis desnudas pantorrillas. Me despertaron soliviantado los golpes en las parietales de un anciano buscador de caracoles; ni preguntaba ni espetaba, solo azuzaba con su bastón en un insistente afán por que me incorporase. Suerte de mi poblada e ensortijada cabellera, si no estaría ahora lamentado muy probablemente un descalabramiento importante; quien sabe si confundiendo mis rizos por caracoles.
Miré a mi alrededor sin hallar respuesta alguna y alcé la vista en busca de los astros que guiasen mi navío; cuando fueron las canciones que dejé desperdigadas por el camino, las que me indicaron el regreso a casa: El cielo despejado de un azul celeste impresionante, y el sol cegador incidiendo sobre mis hinchados ojos, que protegí inútilmente con mis manos.
Desde aquí y ya, se puede ver el final del camino. Allí a lo lejos el precipicio, la duda, o porqué no el alivio de de cruzar la meta más o menos a salvo. Se puede ya hacer balance con un rigor más o menos imparcial y consecuente, para ponernos manos a la obra sobre como ha sido de particular nuestro 2013: El mio personalmente dominado por un creciente desinterés por la actualidad. En realidad no es una actitud premeditada, más bien diría que es una reacción a la mecánica actual de promoción que no va mucho conmigo. Basta con ver las artimañas que han regido la reciente presentación en sociedad del último trabajo de los Canadienses Arcade Fire; para sospechar de una innecesaria obsesión por querer destacar algo que por naturaleza no lo necesita. Por lo menos eso el que yo creo cuando todos sabemos que una gran obra, no necesita solemnidades ni suspenses para demostrar que estamos ante un gran disco.
Pero sea por la razón que sea, me da que es la inseguridad la que domina semejante culebrón, (no solo la de ellos, si no la de otras muchas formaciones que pelean por mantenerse en la cresta de la ola).
A mi sin embargo me ha dado este año por prestar más atención a las tradiciones más arcanas, que a las sorpresas envueltas en papel de regalo, con grandes lazos, y fanfarrias que se oyen desde diez manzanas más abajo. Por eso si hay una razón de peso para sacarse de la chistera una pequeña Play de bolsillo, esta sería desde luego la aparición de un viejo amor a las puertas del final de año. La vuelta a los rediles de...
*MAZZY STAR///

Con SEASONS OF YOUR DAY, se me antoja como la máxima expresión de lo que a mi entender es un regreso discográfico como dios manda.
Una regreso envuelto en la tranquilidad y la calma necesaria para dotar de sentido común, el frenesí compulsivo en el que se ha convertido el panorama musical actual, (por lo menos el que es digno de titulares). Ya sabemos que en las cloacas hay otro tipo de día a día cotidiano, más cercano al empleo sumergido que al estrellato codiciado.

Y en este caso, después de 17 años de abandono. Hope Sandoval y David Roback parecen haber sintetizado ese largo periplo, en un compendio de belleza secular; sacando provecho de la nimiedad que otros desprecian. “Seasons of Your Day” engarza la cadena que se salió justamente después de Among my Swan/1996, sin apenas trascender en tiempo ni en las formas; de echo parece incluso que el tiempo apenas ha hecho mella en su facultad por deslumbrar sin apenas estridencias.


Me imagino que al igual que pasa con otras muchas bandas que desaparecieron en el tiempo. La prensa y el público en general creen que solo se puede regresar al mundo de los vivos con un golpe de efecto mediático. Por suerte la creatividad innata, pone de manifiesto con lucidez que hay algo etéreo e inexplicable que está por encima de la calidad, la vanguardia, y lo aparentemente vendible; y esa es la inspiración y la personalidad. Y que gran suerte para nosotros, que no todo dependa de una teoría bien estudiada y contrastada.
Y la genialidad de este disco no es que resida estrictamente en bajar la revoluciones al mínimo admisible; para nada. Lo maravilloso es que lo han hecho con un criterio incontestable.

En él podemos encontrar la justa medida de las composiciones, el arte de detener el tiempo, y el echo de hacerlo con pulso firme y decidido. De echo ahí se encuentran las claves que hacen de una obra lo suficientemente compleja como para descubrir hallazgos sorprendentes en cada escucha, y sin embargo lograr una calidez tan cercana a la emotividad y a la familiaridad como podría serlo un abrazo sincero de una madre o de un hermano: Ese “In the Kingdon” que pone a cero ese contador que Beach House intentaron retomar, la ceremoniosidad de “California” o “Lay Myself Down” que invoca la desolación de los espacios abiertos de la América profunda y profana. O la delicadeza zalamera de “I`ve gotta Stop”, “Flying Low” y el esotérico crepitar de las cuerdas en “Spoon”.
Lo más cercano a las visiones que se suceden en el umbral de la muerte. Un canto desnudo a la naturaleza, a los espacios abiertos, y si se quiere al Folk primigenio; sin dejar de lado una rara psicodelia, tan austera y primitiva como enigmática.


El camino hacia casa es largo y arduo. La goma destensada de mis pantalones del pijama se afloja, y me caen hasta las pantorrillas. Se me desabotona la zamarra, empiezo a sudar frío, y la mirada busca sin suerte encontrar aquellas estrellas resplandecientes. La suerte de mis canciones me cogen por la solapa y me levantan un palmo del suelo; no camino si no floto. Y en la cabeza embotada y palpitante siguen repicando las notas como coordenadas de un navegador.


*THE PROGRAM// 
 
podrían sin duda marcar la cadencia y el ritmo adecuados. Como el día que Pale Saints pusieron el punto y final a su trayectoria:
Chris Cooper y Graeme Naysmith (batería y guitarra de la banda de Leeds), se han puesto manos a la obra casi veinte años después de su disolución. Tanto por lo inesperado, como por la poca esperanza que albergaba tras haber escuchado años atrás su primeras noticias en forma de demos; es desde luego una muy buena noticia.
Supongo que para el público en general solo sea una brizna más dentro del volátil panorama de la música alternativa. Pero para mí es una señal inequívoca de que el tiempo acaba dándole el valor merecido a las cosas.

Diez cortes son los que componen este álbum de debut. Donde rápidamente se percibe un aire totalmente doméstico. Y en el que las canciones tienen un aspecto parecido al de pequeños esbozos incompletos. Pese a los recursos limitados con los que han contado, y el inconveniente creativo que pueda suponer escribir canciones en un formato prácticamente instrumental. El resultado sin embargo, al final es tan satisfactorio como sorprendente.
PALE SAINTS/1987
Afortunadamente Pale Saints fueron una banda, donde el peso específico de cada uno de sus componentes era totalmente reconocible y trascendente. Y eso es algo que se puede apreciar muy claramente en el sonido de THE PROGRAM: Donde guitarra y percusión son capaces de tejer una atmósfera inconfundible y auténticas joyas, con poco más que eso.
Aquellos temas instrumentales de amargas guitarras como “Porpose” o “Marinba”, flotan como una nebulosa en gran parte del disco en cortes como: “Krock”, “Spooky”, o “78 run” ;aunque eso si con un aspecto más condensado a sus antecesores. Son golosinas donde confluyen el Ambient, el PostRock, el Pop, o el Krautrock. Y en las que de manera incontestable, están aquellas texturas que ofrecían otra faceta de aquel Shoegaze bucólico tan común a This Mortal Coil.



Resulta curioso como una noche de todos los santos, el cielo nítido de mi ciudad ejerció tal influjo sobre quien escribe. Esa especie de aullido moribundo que nos conduce a golpe de Calíope donde nuestro caprichoso antojo de animal nos lleve. Puede ser que fuese o que del balcón no me moviese, que el viaje fuera cierto o producto de mi mente; lo único importante, es que viajé sin moverme.
Aquella noche vi astros nocturnos y hasta incandescentes, vi despuntar el Sol por lo alto de los tejados. Hasta pude ver al llegar de vuelta a casa, a animales nocturnos derretirse bajo la insolación matinal; sin saber si era el palpitar de su último aliento, o los estertores de *TRENTEMOLLER.

Que con su LOST , sacudían a la plebe más rezagada llegando a confundir sus extintos latidos con la consonancia de semejante engendro; Lost puede .
Anders Tremtenoller a capturado por fin el púlsar del pasado más épico y el de un futuro ilusionante; con una fidelidad tan precisa como intangible. Un envoltorio de vinilo ajustado que se adapta a la turgente silueta de sus modelos (Jonny Pierce “The Drums”con una modulación vocal realmente inédita, Sune Rose Wagner “Raveonettes”, Low, Marie Fisker, o Jana Hunter de “Lower Dens”). Donde se adivinan las formas que enaltecen la generosidad de sus voces puestas al servicio de una causa noble: Recuperar la elegancia del pasado sin mancillar su natural esbeltez con lacas ni gominas perfumadas.
En esos contoneos de lucimiento susurrante cuesta discernir sobre el protagonismo de la modelo, o del vestido en cuestión. En realidad es todo su conjunto lo que hacen del álbum, un amalgama donde se magrean en concupiscente orgía: Electrónica musculosa, pasajes híbridos, beats progresivos, y oscura tensión que explosiona con destellos luminosos de Pop elegante. Una puesta en escena llevada a cabo una y mil veces con resultados diversos. Y que se pasean por el filo de la navaja, con la arrogancia idealista de quien ve a la electrónica como una extensión del Rock sin hacer distinciones carpetovetónicas: Vitalic, Moby, Death in Vegas, David Holmes, Chemical Brothers, New Order... Todos ellos y muchos otros que se quedan en el tintero han hecho una lectura de la electrónica, un género permeable y poroso de libre pensamiento.
Y en esta ocasión el Danés ha recogido el testigo para recuperar muchos legajos que el tiempo se ha empeñado en pasar de moda. Con la ayuda de socios que difieren solo en apariencia, pero no en lo esencial; la virtud en esencia de democratizar la música, con un objetivo común.

La apertura sacrosanta de “The Dream”, la reptante y andrógina voz de Jana Hunter en “Gravity”, o la turbadora voz de Marie Fisker en el trotón “Candy Tongue”; donde la alargada sombra de Siouxsie S. y la estética femenina de todos aquellos proyectos que editó 4AD bajo el paraguas de This Mortal Coil, está tan presente.
En la habitación contigua la electrónica más hedonista y fibrada. “Still on Fire”, “Trails”, “River of Life”, o “Deceive” se zambullen de cabeza en la electrónica más oscura y lasciva. Donde electro, Postpunk, y Rock sintetizado se dan la mano en pos de la pista de baile. Un disco en general que pese a abordar una parte largamente discutida por puristas y amantes esporádicos de la electrónica; donde se regatea ese eterno debate entre lo transgresor, vanguardista, experimental, o simplemente animal. Ese extraño porqué de separar y calificar lo realmente trascendental en un momento determinado; cuando ya sabemos que todo se rige por oleadas, mareas, y lumbreras ¿que mide en realidad los niveles del podium de los campeones.
Basta con echarle un ojo a las calificaciones que ha dado Piiiiit_tchfork al reciente proyecto de Nicolas Jaar & Dave Harrington DARKSIDE, un nueve. Ejem... vamos sería como decir que “Psychic” roza la excelencia. Lo que le hace a uno pensar si un medio tan influyente como este tiene realmente un criterio tan objetivo como se cree; o es simplemente la espada de Democles que guía a las almas perdidas, que buscan su sentido del disfrute.

THE BLACK WATCH

En fin que quieren que les diga. No hay nada realmente más jodido en esto de estar en el candelero, que creerse uno influyente o pretender serlo. A base de buscar excelencias en un círculo vicioso tan susceptible y errático como el de la creatividad; aunque posiblemente todo dependa del afán de investigar, o de la memoria de sus cachorros. Por esa regla de tres no deberíamos pormenorizar en bandas como los Italianos SEA DWELLER, quienes han preferido enfatizar en el Pop borroso de los 90, sin pensar en su vigencia. Ver nacer a propuestas subsistentes como la del Venezolano ROY VALENTIN, el colectivo Portugués INDIGNU, o a los Australianos LOWER PLENTY. Todos ellos unidos por un denominador común, el afán por crear nuevas texturas con cuatro colores, y sin la presión de un hábitat que cree tener la autoridad moral para imponernos las modas.
Por eso me atrevería a defender con ferocidad el regreso preciosista de los veteranos BLOW MONKEYS, la recitado poético en la profunda voz de BILL CALLAHAN; quien reinventa constantemente sin trasgredir en la esencia de sus canciones. La vuelta al cole de THE BLACK WATCH, estos veteranos aun desconocidos que ya me robaron por entero el corazón en su subestimado y maravilloso “Led Zeppelin Five/2011”; toda una gozada escarbar en su repertorio e historia, digna de aventureros. Y la de otras tantas sugerencias que hemos ido recogiendo en las cunetas de ese paseo interestelar, donde el brillo de las estrellas me encaminaron hacia la grandeza de lo simple e insignifante, de lo cotidiano, y de lo omnipresente e ignorado.

Puede que ciertamente no sean las que mejor se ajustan a los gustos de la mayoría. Y que en mi rareza por esquivar lo que demasiado obvio y dócil, me halla vuelto un poco huraño. Lo que si puedo asegurar es que vi las estrellas brillar, y me importa un comino que pudiese ser un sueño; de echo... quien me puede asegurar que aquello que veo y oigo, es lo verdadero.
01_ The Program_Incept
02_Fanfarlo_A Distance
03_The Black Watch_Meg
04_Cruiser_Kidnap Me
05_Blow Monkeys_In no Time at All
07_Kindest Cuts_Handsome Killer (Demo)
08_Trentemoller_Never Stop Running (Feat Jonny Pierce)
09_Screen Vinyl Image_Stay Asleep
10_New Model Army_March in September
11_Bill Callahan_Javelin Unlanding
12_Cass McCombs_Brighter! (Feat Karen Black)
13_Mazzy Star_Lay Myself Down
14_Darkside_Paper Trails
15_Indignu_ Capítulo 1-Onde as neuvens se cruzam
16_Roy Valentin_Uno
17_Sea Dweller_I see the Sea from a Way Out
18_Tindersticks_If Tou're Looking for a Way Out
19_James Nee_Buffy
20_Lower Plenty_Strange Beast

lunes, 4 de noviembre de 2013

CASS McCOMBS///Big Wheel & Others_2013/// *VIAJANDO SIN DESTINO...




Esta semana me he dejado acompañar en el trayecto casa/trabajo/casa por el nuevo “larga duración” del prolífico CASS Mc. COMBS “Big Wheel and others”. Como que mis trayectos por suerte son cortos; de 15 minutillos arriba o abajo según “según los muertos vivientes que encuentre a mi paso”. Me ha dado para que su longevo temario de veintidós canciones, se convierta en prácticamente mi banda sonora de esta semana. Lo cierto es que le iba ha dedicar una de mis parrafadas místicas en el grupo del Facebook, pero sinceramente creo que el asunto se merece más.
Cass Mc Combs ya nos deleitó el pasado 2011 con dos fabulosos discos. En aquella ocasión se publicaban escrupulosamente separados, como lo hacían aquellas discotecas de antaño: Dos salas, dos ambientes.
El primero lo conformaban ocho cortes que deambulaban entre la dulzura aduladora de sus melodías aterciopeladas y el espesor de una bruma, en ocasiones lóbrega, en otras rebosante de languidez. El segundo sin embargo, se erigía como un canto al optimismo permanente, rebosante de buenas e inmediatas vibraciones.
A estas alturas no sabría por cual de ellos inclinarme, pero lo cierto es que fue de lo que escuché con más cariño aquel 2011, ya tan lejano. Puesto que el ingente de buenas melodías era tal, 16 en total, que ha dado para tenerme ocupado este tiempo, y hacer más llevadera esta espera de dos años.


Su reciente regreso sin embargo nos ha vuelto a noquear con un “uppercut” directo al concierto de la lógica o de lo supuestamente previsible; sobretodo si nos atenemos a sus dos trabajos publicados anteriormente. Lo que pasa es que esa mecánica imprevisible es precisamente lo que a mi en particular me atrae de la obra: Un formato de doble Lp del que todos sabemos lo delicados y discutibles que suelen ser, si nos remitimos a todos los que han visto la luz a lo largo y ancho de la historia de la música. Con la diferencia de que a Cass se le puede tolerar eso, y mucho más. Teniendo en cuenta que por un motivo u otro, acaba por convertir en metal precioso casi todo lo que toca. Y no estamos hablando de producciones épicas, rimbonbantes, o técnicamente transgresoras ni mucho menos, lo suyo es de una sencillez automática sustentada en la emoción de quien construye por pura inercia.

Claro los discos así salen como salen; aparte de como churros, brillantes también. Brillantes en su rutina destrozada a golpe de ímpetu inspirador. Directos tanto si susurra, grita en voz alta, o juguetea con aquello que podría, es, o será según le viene en gana en ese preciso instante; y eso desde luego es algo de lo que puede darse por satisfecho, observando con atención como transpiran sus discos.
Hay artistas que les ha llevado toda la vida, y que todavía andan buscando esa genialidad perdida, sin embargo este Californiano con cara de inconsciente revoltoso lo lleva cincelado en su genética, válgame el señor!!.



Cuando arranca “BIG WHEEL AND OTHERS/2013(Domino) lo hace de una manera tan entrañable y espiritual, que difícilmente sabremos que nos deparará semejante viaje. Si echar en la maleta ropa de abrigo, las bermudas de guatiné y la camisa Hawaiana de macramé, o la rebequita que nos puso en el ajuar Mamá.
Porque familia, esta obra podría catalogarse como un gran viaje con sus mañanas, sus noches, y sus paradas en fondas y pensiones. Un largo viaje que bien podría ser en su país natal y comenzar en la ciudad de Concord (California), una ciudad clave en el mestizaje de la Costa Oeste de EEUU, y donde se desarrolló gran parte de la adolescencia de Cass. Desde allí nos acercaría hasta Haight-Ashbury (San Francisco); donde la voz del pequeño que nos indica los parafraseos más dolientes sobre las drogas, nos abre la obra en toda su ambición y crudeza: Asciende desde las profundidades del pasado como una gran ballena jorobada que lleva grabada a heridas y cicatrices, toda una bitácora de otros viajes mucho más lisérgicos y alucinantes del que nos ocupa.
Estalla “Big Wheel”!! Y las trotonas percusiones parecen querer anunciarnos el comienzo de la travesía. Son los rugidos del motor de la vieja y destartalada Chevy que nos llevará durante casi hora y media por territorios tan variopintos como insospechados, donde sus personajes acabarán por ilustrar con sus hitos y misterios los acertijos de las catacumbas.


BIG WHEEL AND OTHERS es un disco extraño, y no tanto por su extensión como por la cantidad de situaciones contradictorias que nos puede transmitir su paciente escucha. Se dan momentos donde Cass McCombs contempla, destripa y susurra con una serenidad maldita: “The Burning of the Temple, 2012”, “Name written in Water”, o “Honesty is no excuse”: Esta última, como una de las joyas escondidas del disco; donde me enamora por ese maravilloso contraste de sus rocosas percusiones, y la guitarra cortante que la rubrica.
Otras más oscuras, impenetrables y no faltas de una especie de lamento amargo desde lo hondo de las metrópolis. Ahí el paisaje cambia las llanuras desoladas por el asfalto de los suburbios, y se oye maldecir a “Joe Murder” por el caro precio de un pacto con “Satan is my Toy”; un Saxofón que despelleja notas por entre las grietas que dejaron atrás Jim Morrison “Everything has to be Just-so”, y los primeros Roxy Music. Canciones que como éstas, desconciertan y a la misma vez hechizan durante el recorrido variable por el que serpentea en toda su amplitud. Sin embargo es éste el principal atractivo de tan ecuánime compromiso; algo que Cass McCombs lleva de manera tan solemne, como su propia índole natural.

La suya es una Road Movie en toda regla con paradas en Bares de Carretera, en paisajes rurales donde brota el Folk de entre los riscos, pedragales, y campos recién segados donde florece la poesía de serena reflexión: “Angel Blood” o “Sooner Cheat death Than fool Love” son dos claros ejemplos donde los Slides hacen de las notas, verdaderos funambulistas que templan la cuerda floja. Otras de calles húmedas por el rocío de la mañana, de sumideros humeantes, y farolillos titileantes, donde se puede escuchar a Eddy Vedder reflejarse en los acordes de “Home on the Rage”. 

Declaraciones de amor mayestáticas como la doble interpretación de “Brighter!”: Primero por el protagonista y firmante; hacia el final, por la recientemente desaparecida KAREN BLACK: Una canción sencillamente eterna en voz de la veterana actriz y cantautora. De cadencias que podrían prolongarse por largas noches, amaneceres de enamorados anudados fuertemente hasta el ocaso, ¿o esperando quizás a la muerte que saluda descubriéndose la chistera?




Cass McCombs nos la ha vuelto a jugar. Y aunque su apuesta es aun más personal todavía, sabe manejar como nadie las luces y las sombras, las amarguras y las nostalgias, e incluso el riesgo de emular sabiendo que sus referentes se funden en una contemporaneidad y lucidez sin parangón.
Un autor que nos muestra en su prosa un universo marginal y mundano de una riqueza ilimitada. Y que además arrastra con gran dignidad las malditas comparaciones con Bill Callahan, Mark Kozelek, o Will Oldham. Un trabajo a la postre, para recorrer como por etapas o del tirón; siempre que el tiempo y la travesía nos lo permita. Y que atesora infinidad de postales y lugares distintos, con tan solo acomodarnos y disponernos a viajar.
 11-07 Portland, OR - Mississippi Studios * [BUY TICKETS]
11-08 Seattle, WA - The Crocodile * [BUY TICKETS]
11-09 Vancouver, BC - Fortune Sound Club * [BUY TICKETS]
11-12 Pioneertown, CA - Pappy & Harriet's ~ [BUY TICKETS]
11-14 Los Angeles, CA - The Echo ~ [BUY TICKETS]
11-15 San Francisco, CA - Great American Music Hall ~ [BUY TICKETS]
11-16 Felton, CA - Don Quixote's International Music Hall ~ [BUY TICKETS]
11-22 Austin, TX - The Belmont [BUY TICKETS]
12-02 Cambridge, MA - The Sinclair ^ [BUY TICKETS]
12-03 Montreal, QUE - Il Motore ^ [BUY TICKETS]
12-04 Toronto, ONT - Great Hall on Queen Street ^[BUY TICKETS]
12-06 Chicago, IL - Empty Bottle ^ [BUY TICKETS]
12-07 Louisville, KY - Zanzabar ^ [BUY TICKETS]
12-08 Nashville, TN - High Watt ^[BUY TICKETS]
12-09 Atlanta, GA - The Earl ^[BUY TICKETS]
12-12 New York, NY - Bowery Ballroom ^ [BUY TICKETS]
12-13 Philadelphia, PA - Boot & Saddle ^ [BUY TICKETS]
12-14 Baltimore, MD - Ottobar ^ [BUY TICKETS]
01-10 Manchester, UK @ Deaf Institute [BUY TICKETS]
01-11 Dublin, IE @ The Workmans Club [BUY TICKETS]
01-13 London, UK @ Queen Elizabeth Hall [BUY TICKETS]
01-19 Santiago, ES @ Salon Teatro de Santiago
01-20 Madrid, ES @ El Sol
01-21 Cadiz, ES @ Edificio Constitucion 1812
01-23 Barcelona, ES @ La Sala Apolo
01-24 Bordeaux, FR @ Bordeaux Rocks
01-31 Brisbane, AU @ RNA, Fortitude Valley (Laneway Brisbane) [BUY TICKETS]
02-01 Melbourne, AU @ Footscray Community Arts Center (Laneway Melbourne) [BUY TICKETS]
02-02 Sydney, AU @ Sydney College of the Arts (Laneway Sydney) [BUY TICKETS]
02-07 Adelaide, AU @ Harts Mill (Laneway Adelaide) [BUY TICKETS]
02-08 Perth, AUS @ Esplanade Park and West End (Laneway Perth) [BUY TICKETS]