lunes, 25 de junio de 2018

THE ASTEROID N.º4_COLLIDE_2018 (13 O’Clock Records): DISCOS PANORÁMICOS PREDESTINADOS A MUSICAR EL VERANO





Ya he decidido no volver a dar la mano a clientes, recién conocidos y tratantes. Desde ahora, solo abrazos henchidos y constringentes de esos que serigrafían los latidos en tu pecho.
Desde que certifiqué así, que padecía una epicondilitis (codo de tenista); seguramente por mi trabajo y la recurrida excusa de la edad. Y de que justo el certificar mi dolencia, experimentara un querencia por marcos de puertas, ventanas y cualquier superficie duro para con mi codo; vamos, que no hago más que darme golpes en el punto exacto del epicondilo.
Que quien sabe, pudiera que pudiese ser la edad con su consiguiente pérdida de cálculo espacial y perimetral; no lo discuto. Es más, seguro que hay un estudio sobre eso, el acercamiento hacia los cincuenta y la pérdida inconsciente de ese don que tienen los murciélagos y que nosotros suplimos con la juvenil y grácil agilidad: ¿el torpe nace, se hace o se instruye según cuenta canas? Un misterio, gente.
En cualquier caso. Yo solo sé que desde hace cuatro años aprox, arrastro involuntariamente la planta del pie al caminar, voy al tanto con los tropezones igual que un Ñu bebiendo en una charca infectada de cocodrilos, y no hago más que darme golpes en el dichoso codo.
Y dirán…Y ahora?
Bueno. La solución no la he hallado en un medicamento, codera de porexpan o terapia alternativa. Sino en la música sí.


Desde que cayera en mis manos el noveno disco de esta banda originaria de Philadelphia y establecida en San Feancisco desde el 2011; con el cual conmemoran el 20 aniversario de existencia. Mi deambular por casa, solo obedece a los compases de Collide:


Me levanto a oscuras a miccionar a lomos de “Explore”. Voy de mi diminuto lavadero cargado de colada sin miedo al quicio de la terraza bailando con “Explore”. Y hasta girar en mi micro mampara de baño cual Derviche, con la voz de Emili Polle de crines acuestas de “Weeping Willow” mientras me ducho.
Desde ese preciso instante en el que la luz cenital apunto desde el cielo cual Mr Bean caído. Son los vaivenes acompasados de la banda de Scott Vitt los que rigen mi día a día, y han dejado en un recuerdo peregrino aquel Hail to The Clear Figurines del 2011, con el que los descubrí: Un disco que navegaba entre pleamares y corrientes marinas, de una psicodelia mucho más evidente que el disco que nos ubica; muy cerquita de los Black Angels.



COLLIDE sin embargo, sitúa a la banda mucho más cerca de nosotros. Sobretodo y más que nada, porque su sonido se aleja discretamente de ese toquecito de Americana, que hacía y hace, que su música no sea la de ese tipo de banda que se aferra. Sino que la libertad a la hora de dejarse llevar por los caprichos de la naturaleza, sea la que da quilates a su trayectoria y discurso.
Este bocado corto de ocho canciones, nos pone de cara u orientados hacia una latitud más británica: The Church, House of Love, Lloyd Cole y los Commotions en ocasiones. La intensidad de los primeros Mazzy Star de esa canción que os citaba al principio; “Weeping Willow”. Y que nos remonta y rememora aquel rock americano parte Janis, parte Soulwomens de rasgos más Underground. E incluso a unos 60 mágicos, volátiles y tan románticos como la de los Rolling de Brian Wilson.
Esa miscelánea en definitiva, que hace que el rock anglosajón beba realmente de infinidad de charcas, épocas, híbridos y tics culturales, igual que las especies y las esporas viajan.
Y que en este disco se dan cita como un halo de belleza azucarado y tremendamente melancólico. Por obra y gracia de ocho canciones mágicas, de las que uno, no puede separarse ni un minuto. Seguramente porque que dan de pleno en la diana del bien denominado temazo.
Lo mismo da que empieces desde el principio, o de atrás hacía adelante.
Cry for Osana” por ejemplo, modula su épica orquestada hacia territorios espirituales y mágicos. De los cuales, sus nueve minutos y medio jamás abusan del bucle y sí del vuelo: sin motor, estupefaciente o paranoia que valga. Solo paisaje y cromatismo sonoro. Antes “Remedy” hace una ecuación entre Cass McCombs y los Jayhawks. El resultado, un vals que me lleva en volandas sin tan siquiera acusar la más mínima torpeza; ellas me elevan.
Los slides y tremolos de “Finest of Mines” que inician este tema, que bien podría tratarse de un corte de una banda cualquiera de Shoegaze de los 90; curiosamente, muta. Siendo en realidad de un rock clásico que flirtea sin rubor y que delega la grandeza, en la canción sin más. Podría tratarse de lo que quisieras: Neil Young, Big Star, The Byrds, Slapp Happy... o cualquier otra referencia que amortiguara el tiempo y todo lo que vienes escuchando. Pero sinceramente solo puedo quedarme en este caso con las canciones; “Weeping Willow” es una prueba palpable, paradógicamene como el nombre de otra de mis amadas bandas.

Collide”; la que da título a este maravilloso disco. Tiene esa magia un tanto mainstream que a mi personalmente tanto me recuerda a una época de la que nunca fui en absoluto devoto. ¿soy yo el único que atisba esas odas pomposas de los 90’s tan indies? Aun y así me gusta, y sería lo mismo que decir lo que aborrecí a bandas como Verve, y adoraba sin embargo esos mismo ejercicios en manos de Suede o de Pulp; con más gusto claro.
Y al final pues supongo que no se trata de lo que se haga, sino como. “Sagamore” también tiene ese ramalazo de brazos en alto, corear, y hasta llorar como un eterno enamorado de la moda juvenil. Pero mola aun y así. Sin ni siquiera preguntarme si es la edad o la nostalgia.
Explore” y “Ghost Garden” son tan enormemente sencillas y de sonrojado encanto natural, que bien valdría seguir girando como si nada. El umami perfecto del torrezno que se funde en tu paladar como una droga prohibida. De la miel de tomillo cristalizada, o de la Panela estremeciéndose en el azucarero cuando hundes la cuchara.
Un disco pura delicia, que desde su primera escucha ha sido cabecera y candidato al Plinto del año. Y engrandece a una banda prácticamente desconocida, con una riqueza musical inalcanzable para otras, empeñadas en forzar los engranajes hasta pasarlos de rosca.
Para THE ASTEROID #4 todo es más fácil, orgánico y congénito. Posiblemente por el talento de quien no rinde cuentas a la maquinaria. Todo un homenaje a la llegada desde ya, del Verano eterno. 
Y que además los tendrémos paseando su exquisita discografía por nuestro país, este otoño.
TOUR EUROPEO 2018

 

lunes, 28 de mayo de 2018

TERENCE TRENT D’ARBY_INTRODUCING THE HARDLINE ACCORDING TO… 30 AÑOS SON OTRA JUVENTUD





Cumplí los 17, y pese a que mi padre tan solo ingresaba 25.000 ptas a la semana fondando envases (lo que se dice cerrar el tonel a fuego): Barricas de grandes dimensiones para Torres principalmente, en una empresa de la Avda Icaria en el Poblenou, ya desaparecida.
Me regalaron una ansiada minicadena Sanyo, con su giradiscos y todo; principal anhelo de adolescencia. Después de que cinco años antes se precipitara desde el Romi del lavabo: Otro radiocassette familiar Sanyo, también, que pesaba media tonelada. Y que acompañaba nuestros baños con música sinfín.

Mi abuela Rosario por parte paterna “La Meona”, era una excelente cantante. Así que mi padre heredó esa virtud/talento por igual y supongo, por eso, antes de que se encendiera el día en casa, sonaban a todas horas: El Cabrero, Porrinas de Badajoz, Juanito Valderrama y el Niño de la Huerta, entre muchos otros; como una banda sonora non stop. Al igual que la radio, o un tocadiscos Dual de maleta con S.T.R.E.T.C.H, los Beatles, Boston o Rod Steward como un contrapunto rebelde juvenil de mis cuatro hermanas.

El canto como expresión era a una, nuestro altavoz emocional melómano. Sin llegar a dedicarnos como nuestro padre al flamenco de manera aficionada, pero sí en la intimidad de cuatro paredes o celebraciones comunes.
Hemos crecido con música, y exteriorizado sin pudor la euforia de cantar lo que nos emociona. Que es la música sino cantarla y celebrarla bailando? Nada. Así que tras la dramática pérdida del tronío de nuestro viejo radiocassette, y la resignación de adquirir otro de bajo coste y peso pluma. No llegaba el día en el que por fin pudiera tener un tocadiscos y poder comprarme aquellos vinilos que impacientemente se enmohecían en los cubos del Disc Center; una tienda de barrio que había repecho arriba de mi calle.



El primer vinilo que me compré con 17 años, además de los ansiados primeros dos discos de mi banda fetiche The B-52’s, fue el INTRODUCING THE HARDLINE ACCORDING TO.
Datado en el 1987 bajo el auspicio de la multinacional Sony, no fue hasta 1987 cuando alcanzó el número UNO con Wishing Well. Y de ahí para adelante creo que la historia de este talentoso artista de Manhattan es por todos conocida; o no. Porque realmente pasada la treintena de años toda una juventud, de él ya se sabe poco, e incluso de este tremendo disco enterrado por un fracaso comercial posterior.
Pero aquí no vamos a hablar sobre el efímero éxito, el fracaso, la expectativas cumplidas, objetivos u olimpos musicales, no. Lo vamos a hacer de algo que está muy por encima de esa escala de medir popular; la sentimental. O la que relata la vida propia de quien ilustra épocas, con canciones; mucho más bella, donde va a parar.


Sonaba el otro día en el salón de casa: Porque son estos discos los que no se prodigan en escuchas, que así lo requiera la melancolía oportuna y traicionera. Cuando de golpe crees (y sabes), que toca recordar y amasar el corazón, con no solo canciones. Sino con conjuntos como atadillos o manojos, que como nadie ni nada son capaces de definir la grandeza de lo irrepetible.
Un disco con su protagonista. Fagotizado por esa industria a la que dicen que la ilegalidad a crucificado. Y que se merendó a un joven y prometedor artista de tan solo 25 años.
Pero todo flota, que no solo la mierda. Y es lo irrepetible de algunos acetatos lo que acaba sublimando en el tiempo. Por encima de la comercialidad que se le atribuía o la simplicidad de reducir a un artista a sus canciones más populares: Wishing Well (quien cumple su número uno 30 años ahora), Sing Your Name o el If You Let Me Stay de Michael H. Bauer.

Un Soulfunk de raíces gospel, que por herencia materna impregna gran parte de su modo cantar. A la par de un swing digno de Nelson Pickett, James Brown o Little Richard flotando sobre todo el disco, sin caer en la obviedad de un temario tributo, y sí en un debut con verdadera esencia.
Además de aparecer en un año en el que los sonidos de raíz no se creían con gancho comercial. Y la escena andaba algo huérfana de iconos negros auténticos que no cayeran en el Pop fácil; salvando a Prince y su Sing ‘O’ The Times.
Introducing To Heardline Acording emergió para más inri, en una de las añadas con más discos esenciales de la década de los 80. Y sobre todo eso, y para mi en particular. Fue aquel disco que ejerció de puente entre lo que supuestamente crees comercial, tus gustos más alternativos, y la indiscutible grandeza de aquello que no cae en el producto estándar. Por eso igual, cuando Terence intentó seguir su camino, sucumbió a la bulimia del sistema.



Pocos discos de los cientos que pueblan mi atestadas estanterías, que tengan un repertorio tan impecable e imprescindible. Ni una sola canción imprescindible.
La espiritual apertura del telón con “If you All Get to Heaven” que roza lo épico. Hasta el tremendo “Who’s Loving You”; una de mis preferidas. Allí parecía tomar a un William "smokey" Robinson como suyo y a otros tantos del Soul melódico sempiterno.
Sus canciones hicieron tomarme a chirigota, tantos que sonaron por aquellos años y que querían que creyeses que la verdad del éxito consistía en anular el bombeo salvaje de la sangre para caer en el bucle espiral y machacón. “Ill Never Turn My Back on You” con la soltura del pantalón de pata ancha y esa facilidad para desplegar ese híbrido de Funk & Soul inmediato.
El tu tu, tu tuuu podría haber sido otro single más; de echo todos lo son sin excepción. Lo que sería Dance Little Sister”, un bombazo sin más: infeccioso, adictivo, estertorizante.
Seven More Days” gira la esquina de la cara; cuando escuchar un álbum requería de la atención y al igual que con los libros: pasar la página y marcar con el punto el surco grueso de la canción. Una canción radicalmente distinta al resto, con slides, paisajes propios del Blues. Hechizante.
Y emprende con “Let’s Go Forward”, un paseo por Inwood, el Soho o Bowery. Es una canción que igual que “Sign Your Name”, impregnándolo de contemplación y registros angelicales. Dando a este disco una personalidad distinta y poco predecible dentro de su estilo. Incluso esa pincelada jamming de “Rain”, y que desemboca en un acapella como es “As Yet Untitled

INTRODUCING THE HARDLINE ACCORDING TO es un disco atípico que entró como un rayo de luz, en tiempos de abalorios, hombreras y decoraciones brillantes un tanto impostadas. Su brillo sin embargo, estaba impreso en una voz inusual: la de Terence Trent D’Arby. En una ejecución y puesta en escena prensada sobre un maravilloso disco, que sin embargo, quedo eclipsado por algo tan de nuestros días como la estética, la moda y el hit.
Pero que treinta años más tarde, si os envalentonáis en su escucha. Veréis que contiene muchos de los atributos que ahora se ensalzan. El carisma, la belleza; no solo estética, el alma, y la inmortalidad que cede el tiempo a los estereotipos que tanto suelen esclavizarnos y distorsionar al instinto más humano



 

sábado, 19 de mayo de 2018

DIS_PLAYLIST EMOCIONAL #1_NO QUERÁIS TANTO, QUERER MEJOR





Debería ser ésta, una primera playlist cronológica: Con sus rutilantes novedades, sus reseñas propias de los discos que han colgado de mi mente difusa, la banda sonora 2018.
Debería incluso, haber sido estricto en mis escritos y en el hábito higiénico de relatar tal o cual disco recomendado de cada mes. Haber cumplido con el propósito anual de escribir tres entradas mínimo y así, concentrarme en esa rutina propia de quien con la misma, pretende seguir una vida ordenada, complaciente y rigurosa. No sea que en el caos uno se pierda, se deje, y al final peine moho en vez de melena.

Pero ya puestos a ser arrastrados y o empujados de boca sobre la arena por la bravura del oleaje. Definitivamente quiero que sea un disgusto en voz alta; a grito pelado. A verdugos, pladiñeras, y las escasas grietas que al otro lado nos salvaguardan con AMOR, mucho AMOR.
Un HOMENAJE a la poesía de amigos/as & ambiguos que tienden cabos para auxiliarnos del cenagal que nos ahoga. Y quienes no distorsionan su mirada con prejuicios y estigmas de conducta fácilmente basada en educaciones sectarias. A quien critica sin convivir, sin conocer, y en la lejanía horizontal exprés que tanto alimenta el tópico típico.
Esperando que estas mismas canciones repletas de mujeres y trobadores, sean las que fulminen al suceso con sus víctimas. No por el echo de lo odioso del suceso, sino por la cotidianidad y aceptación del mismo. Un homenaje no, mejor un altavoz para quienes comen cárcel por cantar, para quienes tienen que dar explicaciones y justificaciones por su libertad, para las miles de mujeres que sufren abusos y juicios populares por su condición. A las que los sufren en el silencio del barullo y a mis cuatro hermanas que también los sufrieron en los 70’s mudos por la propina de la transición.
También a los invisibles, a los que por ser anomalías y no formar parte del patrón para etiquetarlos, solo existen para acusarlos. A quien calla para no ofender a la ignorancia, y a quien abre la boca bien grande para reír la gracia a los “payasos” y comerse a los sensatos.
Y que de paso, sirvan para que cada golpe de acorde, bajo y percusión haga de gran pala para enterrar de una vez por todas. A quienes se creen poseedores de la verdad absoluta, a quienes convierten el drama de la injusticia en un circo mediático o llenan de colorantes, conservantes y sabores artificiales la información y la ¿cultura? fast food. Y sobretodo, para los que hacen de la desconfianza el miedo, y del miedo el odio; no solo ellos, tú también.
Besos y más besos de terciopelo y labios húmedos para los que pese al que dirán, pisan la raya y tiran contra tablero el tiro LIBRE. Los que no tienen miedo a hablar de lo que no toca y están cansados de que todo siga igual, o dan sin esperar a cambio. Y los que de igual manera se avergüenzan de hechos que para la mayoría son ¿normales? -Habituales. El ombligismo que solo se indigna cuando la sangre le salpica a él, ficha con hashtag, y limpia su conciencia con vinagre.

Me avergüenzo del ser humano sí, en general. Y no aprovecho las circunstancias pues es algo que arrastro desde siempre y ahora es tan evidente e implantado. Que hasta resulte raro y antisocial revelarse abiertamente sin temor a ser señalado y anillado como un pollo de criadero; que es lo realmente bochornoso amigos.
Recomendaría encarecidamente visualizar THE SQUARE. Una cinta del sueco Ruben Östlund, donde sube a la red y juega de tú a tú con nuestra hilarante aunque dogmática vida pública: La que queremos que los demás vean y acepten, bien envuelta con lazo y papel cuché bonito. Se ríe y nos divierte con nuestra misma mierda con tal elegancia, que nos planta nuestras miserias en las narices, y encima jugamos a hacer muñecos con ella.
Pero en el fondo, lo que flota es el desprecio y la miseria humana que se derrumba como una falsa fachada ante nuestras narices.

Tengo la certeza, que su visionado resumirá más o menos la parrafada con la que intento ilustrar mi malestar. Aun sabiendo, que es inútil confesar y definir el hastío que soporto, cuando el objetivo es distraer.
Pero no me hagáis mucho caso. No quisiera con esto incomodar, dar pie a corrillos o encender las luces en momento álgido a la fiesta. Llevo muy bien ese dicho tan nuestro de: “a las penas puñalás”. Pero, que tal si rompemos el silencio?
Con música, por supuesto.
O NO


Track_a_Track:

00_DTSQ_montgomery
01_PAPAYA_amor o sexo
02_CAROLINE ROSE_talk
03_SLOWCOACHES_complex
04_LUKE HAINES_oh michael
05_SR CHINARRO_de piedra
06_ANDY KETCH_oH, summer
07_THE BREEDERS_spacewoman
08_PJ HARVEY & HARRY ESCOTT_ace acre of land
09_COURTNEY BARNETT_need a little time
10_LOMA_white glass
11_MGMT_when you die
12_AIR FORMATION_a.m
13_JADED JUICE RIDERS_ready to go
14_FINE CHINA_feel not
15_THE ASTEROID Nº4_explore
16_KEVIN MORBY & WAXAHATCHEE_the dark don't hide it
17_JONATHAN WILSON_theres a light
18_THE WELL WISHERS_gravity waits
19_GUIDED BY VOICES_i love kangaroos
20_TRACEY THORN_face
21_SUNFLOWER BEAN_i was a fool
22_WYE OAK_i know its real
23_JACKSON REED_cathedral groove
24_PETE ASTOR_golden boy
25_UNLIKELY FRIENDS_all the cameras in japan
26_THE NINTH WAVE_new kind of ego
27_THE DECEMBERISTS_everything is awful
28_WHYTE HORSES_ectasy song
29_TROPICAL FUCK STRORM_ruber bullies
30_ELEANOR FRIEDBERGER_in between stars
31_THE MEN_so high