sábado, 9 de noviembre de 2019

PLAYLIST OTOÑALES Y EL PODER DE LA ASOCIACIÓN

Billy "el niño"& Co.
 


He aparecido esta mañana retozando entre ensoñaciones, supuestas rutas nocturnas y en un paraje, donde no recuerdo haber estado jamás.
No se si es sonambulismo, pero he caído en la cuenta de mi extraña mecánica para llegar a sitios que nunca he visitado; y que sin embargo estoy tan a gusto y me son tan familiares... Que decididamente me he resuelto a analizar mi rutina. Aunque realmente no me interese lo más mínimo, qué es lo que me lleva, o la voz que me llama.
Solamente un experimento pensando en voz alta, para no caer en la locura.


El otro día observando a mi hijo de 17, y como las cautivadoras imágenes son capaces de devorar el tiempo y la existencia de los adolescentes. Y el peligro que el estímulo visual tiene sobre el ser humano, o por lo menos como es capaz de anular o (comprimir) los sentidos (oído, olfato, tacto y placer).
Llegué a la conclusión del peligro de las mismas.
Capaces de hacerte vivir una experiencia que por la vista entra, pero que en realidad no sientes con tu cuerpo; sino que te sacia, y chimpúm!!
Basta ver los nuevos engendros del cine de acción, sus efectos especiales a toda velocidad o las recreaciones más inverosímiles. La poca importancia que se le da al diálogo, la reflexión o la imaginación por suponer a base de estímulos básicos y un poco primitivos si se quiere.
En realidad no es solo en el cine; que es el primero que se me ocurre. Pasa en la vida, en todo:
Desde los noticiarios sin noticias y solo mensajes cifrados (a ser posible impactantes y un poco catastróficos), los anuncios idiotas, la comida, las herramientas para hacernos la vida muuuuucho más fácil (la tecnología), la política ni te cuento, el deporte también, nuestras relaciones y hasta los entornos o hábitos de convivencia.
Todo absolutamente todo, es un gran engaño para anular nuestro instinto más natural (nuestra curiosidad y margen mínimo de duda). Todo está planificado. Y ya sé, suena familiarmente catastrófico pero no venía yo a hablaros de eso; solo era una introducción.

Porque yo de lo que quería hablar es de la excitación casi erótica que tiene perderse por cuenta propia. Sin guía, camino ni app que te lleve de la mano.
Empecé con referentes: Personas que me generaban confianza y adulaba por su buen gusto. El arte del rabillo del ojo o la conversación ajena (como una especie de voyeur felino).
Llegaron las revistas, fanzines, los programas de radio y todo aquello que huía un poco de lo general. O quien sabe si la mejor alternativa para pasar desapercibido, no fuesen a pillarte gustándote lo que a casi nadie gusta.
Encontráte de golpe en un claro en el bosque de forma súbita. Y ese resplandor que dan las cosas que intuyes excitantes:

Con la llegada de Internet todo cambió. Y si en la década de los 80’s/70’s era la intuición o el atractivo amigable del arte gráfico de portadas e ilustraciones en un entorno hostil, por raro (tiendas, minorías y mercadillos), o el boca/oreja con tráfico de cassettes de extraperlo.
Con el candado abierto de la era digital. Aventurarse en internet, para mi, siempre ha sido lo más parecido a explorar esas rutas que casi nadie cogía por simple comodidad; supongo. O igual por esa tendencia que cultivo desde bien joven de: Oír, callar, e ir a mi bola.
Porque seamos consecuentes y realistas. Los viajes, los chulos de verdad, se hacen solo; cierto? Esa obsesión por estar todos atados los unos a los otros como cuando en primaria te sacaban de paseo al parque de enfrente. Es la peor lacra de nuestra sociedad. Pues cuanto más conectados, más condicionados a los gustos del Mahadma hala!!, todos jadeando lo mismo; que somos muy comodones, y lo sabemos.
Con lo divertido que es saltar de enlace en enlace, cual primate en celo. Sin saber si vas a agarrar a la liana o caer al vacío directamente. Y salir a pasear sin más objetivo que conectar entre si a músicos, bandas que comparten escenario en festivales raros, pasados oscuros o incluso una simple emisora y su menú del día.
Lo importante es no usar patrones lógicos, pues ya deberíais saber que Mr Google o el matón de internet, solo pretende simplificar hábitos para coserte a publicidad (a la carta eso sí, para no tener reflujos).
Pues tú al revés ¿no ves que los algoritmos son eso, patrones de conducta? ¿Y que somos los raros?: La guerrilla, y los que emboscan a las estadísticas, no?
Pues hay que surfear, deslizarse por la red como salmón resbaloso rio arriba; que no te cojan!!. Y si de tanto nadar entre surcos, cavidades y corrientes secundarias te pierdes y apareces en ese claro desconocido, pero espectacularmente bello. No importa, pues lo realmente emocionante de esto es:
A quien te encuentras por el camino, y no si no sabes regresar a casa. Me explico?
No quedarte con la instantánea sino hurgar en el pasado. Asociar imágenes con datos perdidos en blogs ruinosos que ya ni actualizan. Buscar a quien habló de algo cuando nadie lo escuchaba; a los pioneros. Que son como los ancestros de nuestra nimia camada…

Y solo así, rotundamente. Uno llega al fondo del ungüento pegajoso, que no es otra cosa que aquellas garnachas, palominos y vinos de solera que abandonados en las golfas, se resecan en las barricas. Que al enriquecerlos con alcohol nuevo, nos pueden hablar del más allá de lo que aquí ocurrió.
De vinos añejos, sepulturas de Tarquinia, ruinas, astillas olvidadas de movimientos triunfales. E incluso - porqué no – de aquello que por edad, asimilación y sublimación posterior, no hemos podido entender y estamos a tiempo de regar para que florezca.
De todo eso y un poco más, va la investigación y divertimento al amar la música, cualquier creación artística, y la obligación que todos tenemos por revitalizar todo aquello que pasa inadvertido.

Tracks:
 00_BEAK_Life goes on
01_DELILUH_Rabbit
02_UMMAGMA_Caravan
03_VANISHING TWIN_Cryonic suspension may save your life
04_LA NEVE_Maximum wage
05_ALTIN GÜN_Leyla
06_LOVE'N'JOY_Raving referee
07_FLOODLIGHTS_Backyard
08_LUNA_Inside your Heart (cover)
10_ALLAH LAS_Polar onion
11_PERNICE BROTHERS_Throw me to the lions
12_THE MENZINGERS_America (you're freaking me out)
13_NEGATIVE SEX BED_Schwarzort
14_MIKE KROL_Little drama
15_COMET GAIN_Victor Jara, finally found!!
16_TROPICAL FUCK STORM_The planet of straw men
17_PHILLIP BOA & THE VODOO CLUB_Cruisin
18_THE NEW PORNOGRAPHERS_Dreamlike & on the rush
19_THE APARTMENTS_Nosong, no spell, no madrigal
20_THE LEISURE SOCIETY_Be you wherever
21_BILL RYDER-JONES_No one's trying to kill you
21_GOSPELBEACH_I'm so high
22_CHRISTIAN FITNESS_Health (part2)
23_VIVIAN GIRLS_I'm far away
24_THE RESONARS_Gone is the road
25_BENEDICT BENJAMIN_Alone
26_VERSING_By design
27_WEYES BLOOD_Everyday
28_DOUG TUTTLE_In this world alone
29_GUEST SINGER_New experience
30_FISHER Z_Swimming in thunderstorms
31_WIVES_Hit me up
32_SIZ_Poisonous
33_ROSA BORDALLO_Sleight of hand
34_WILLIAM TYLER_Not in our stars
35_THAT DOG_Your machine
36_DRAB MAJESTY_Oxytocin
37_SUBMOTILE_Alba
38_LEA PORCELAIN_Love is not an empire
39_HURTLING_Summer
40_END AND WELCOME COLD

viernes, 18 de octubre de 2019

COMET GAIN_FIRERAISERS FOREVER! 2019: CANTA Y NO LLORES




Hay mañanas, mañanas terribles en las que te cuesta incorporarte y caminar hacia el lavabo por no orinarte en la cama.

Hay pasos infructuosos y que tu robotizado cuerpo no domina el arte caminar, ponerte derecho, y sonreír, hasta bien pasados unos veinte minutos; a veces más. Mirarte al espejo con el demacre nocturno, el tiempo y la aventura de vivir y familiarizarte con tus bolsas de los ojos, las canas, y esas arrugas (dicen de expresión). Que no es más que la cara que ofreces al mundo en una proporción realmente alta.



Otras, en las que una vez superada la realidad y con una taza de café en la mano. Ofreces la mejor de tus sonrisas subiendo el volumen de tus latidos. Pese a que un buen puñado de HIJOSDEPUTA, se empeñan cada día en convertir este maravilloso mundo y sus increíbles criaturas. En un lodazal, donde la mezquindad, el egoísmo y la intolerancia. Para quien busca su propio sino y libertad; pareciendo tener que pagar un indecente peaje a los inquisidores.

Tanto, que incluso tienes que justificarte por escrito, con penitencia e incluso con donaciones de cariño, aprecio e incondicional amor a las hienas que cada día te puedes cruzar por la calle (la vida se llama también). Y que… no te preocupes!! Harán lo posible porque sepas de su existencia.

Son estrellas, o iban para ello.






Pero que suerte, que entre tanta zanja y juego sucio. Siempre (siempre siempre siempre) Hay un Dick Turpin, Robin Hood o mangurrino entrañable, para echarte el último cable antes de que te des al Lorazepan, la persiflora o directamente dejes de lavarte.



El colectivo Londinense COMET GAIN, con David Feck al frente + todo un séquito de socios/cooperativistas con el libre objetivo Pop de mínima intervención (sin sulfitos por supuesto). Cumple este año, 25 regalando como unos abnegados Hare Krishna, pétalos en forma de canciones salvadoras; por lo menos para mi, que los espero como final feliz.

Solo que este año, y por más que cada cual intente a su más loable manera: Filtrar el insoportable tufo o lo turbio y negruzco, con lentillas turquesa mientras se atiborra de nubes tuttifruti.

Los hay que no pueden disimular lo que les produce esta triste estampa de ver el mundo a punto de caer al vacío.

Y no, esta vez no viene Indiana Jones a salvarte en el último segundo para comerte la boca.




Así que David Feck, M “Woodie” Taylor, Rachel Evans, K. Ishikawa, J. Slade o A.L Guillain se han encerrado con James Hoare (Ultimate Painting, The Proper Ornamentes).

Y han decidido esta vez y tras cinco años de su más reflexivo y melancólico PAPERBACK GHOSTS/Fortuna Pop. Atacar directamente a los órganos vitales, desde la lírica precisa y real. 
Para entendernos:

Llamarle a las cosas por su nombre, sin dejar mierda bajo el felpudo a la hora de empezar poniéndose a parir así mismos “We’re all Fucking Moroons” (somos todos unos imbéciles).

Y la cosa no va exactamente del Brexit, como la mayoría piensa cuando una banda Británica se revela.



En realidad va un poco de todo en general. Porque creo sinceramente. Que para cualquier persona con un mínimo de amor y poesía en sus constantes. Se dará cuenta de que nada va bien, no?.

Y no se trata de edad, ideología o nacionalidad. Sino de AMOR.



En “I Can’t Live Here Anymore” no prescinden de tal mancillado atributo, cuando es un estado o consecuencia de otras muchas cosas.

El amor de esta canción es amargo, es cierto.

Pero empata en melancolía con su punto de equilibrio sobre el muro, que también desprende “The Godfrey Brothers” o “Your Life on Your Knees”.

En esa combinación de Pop cantable, para todos aquellos que queremos cantar sin voz, recién levantados, afónicos por el resfriado otoñal que no hay própolis que cure. O con esa euforia envalentonada de quien quiere vomitar a grito pelado su psique emocional contaminada. Sin que nadie juzgue nuestro deteriorado talento vocal.

Y que tan bien se entreteje con esos farmisas garajeros, contoneos de Americana, Riot Grrrrl, e incluso rockeros. Siempre siempre, pasado por ese filtro del “poco hecho”, que tanto nos mola a los que queremos hacer nuestras esas tonadillas de adolescentes madurotes. Y tan bien espolea David Feck y su voz de: tu lo harás posible chavalín.



Her 33rd Perfect Goodbye” es una de esas joyas omnipresentes en sus discos.

- Como aquel “Wit Til’ December” sí!! el "Love Without Lies".O el trailer de “If Not Tomorrow”

Que no hizo más que acentuar mi síndrome de abstinencia.



Una de esas canciones que de tanto en tanto resquebrajan otro poquito más mi frágil corazón.

Y que no sé como haré para que las arritmias más chulescas de “Warewolf Jacket” de tez nueva olera. O esa especie Rock&roll reanimator con forma de “The Institute Debased”. No terminen definitivamente con mis huesos en un sanatorio.





- Buenos días señor Crespo!! Como ha pasado la noche hoy?



- Le traigo su combinado de pastillas, un vaso de caldo y una pieza de fruta.



- Y de aquí cuarenta y cinco minutos pasarán a lavarle, y lo vestirán para dar un paseo por los jardines y caminar un poco. Que hace un día precioso!!



Siempre que me sacan (que es cada mañana). Me es imposible dejar de asociar ese repetitivo chirriar de la vieja y ruinosa silla al girar las ruedas por el pasillo. Con algún tipo de melodía o Loop musical.

Pensaba decirles de una vez por toda que las engrasasen.

Pero creo que no...

domingo, 29 de septiembre de 2019

THE CLAIM_THE NEW INDUSTRIAL BALLADS_2019: QUIÉN SABE DEL AMOR Y EL RUBOR

 


El inesperado regreso de THE CLAIM es de tal apabullante cotidianidad. Como ese camino a casa después del trabajo, o a la inversa.
El rasgado de sus guitarras podrían ser como la inercia de nuestro cepillo de dientes saltando el sarro y el mal aliento de nuestros excesos. Una mirilla a la vida (la tuya), y sus melodías el colirio con el que aclarar el horizonte o si se da el caso, la mirada atrás; no sea que olvidemos las llaves del corazón.
Y con un montón de canciones Pop de manual infalible. Que son casi como la memoria que nos encamina a diario hacia nuestras tareas. Y sus notas, la banda sonora que ilustra el traqueteo del tren, las caras de sueño o el empujón en metro o bus.

Catorce canciones de intachable factura que conservan intacta la esencia confitada de principios de los 80. Incluso haciéndola tan necesaria ahora, como el relato de nuestras desventuras diarias. En este caso, nada tan ideal como aquel Pop cotidiano de Kinks, Jam, The Smiths o The Prisoners, para dotar de hermosa poesía los paisajes industriales y desnaturalizados de Kent o cualquier otra inhumana ciudad.


La ya de por si inusual historia de esta banda del Medway (Cliff), se ciñe prácticamente a los escasos dos discos que publicaron en la década de los 80, y apenas un Ep. Que se resumen perfectamente en BLACK PATH: RETROSPECTIVE 1985-1992; que publicó Rev-Ola en 2009. Y que reivindica himnos como “Picking Up the Bitter Little Pieces”, “Say So” o “Sunday” que básicamente fueron el boceto/idea en el que se basaron infinidad de bandas del Britpop, el sonido Madchester, la scalidelia o como narices queráis llamarlo.

Desde entonces y bajo un silencio casi sepulcral, han sido santo y seña para unos primerizos Manic Street Preaches, o incluso para los debutantes Blur o futuribles Bbritpoperos. Y sus canciones, una especie de puente entre las corrientes que venían de América, el Dunedin Sound y un pedigrí puramente Británico alimentado por esa música Pub del proletariado que tantos himnos nos proporcionó.
Es más. Las vidas de David Read (bombero), David Arnold (sindicalista), Stuart Ellis (policía), Martin Bishop (proveedor de cocina y baño) son tan aparentemente inofensivas. Como el resorte que movió su vuelta con “Journey”, a raíz del referéndum del Reino Unido.
Y este puñado de catorce gloriosas salvas. Seguramente sea el súmmun de la idealidad para por lo menos, musicar tiempos que se me antojan tan cercanos pese a su distancia temporal.

Pocos discos de la presente campaña 2019, serán los que nos abastezcan esta vez de tantas e inmejorables canciones, como el que me ocupa.



La pastoral instrumental “Johnny Kidds Right Hand Man” descorre las cortinas: Entra el sol relampagueante con la directa a la conciencia “Journey”, en un mano a mano de guitarras bronceadoras. Sientes el calor en la piel que a todo reptil de piel cuarteada y melenas platino da vida, energía, y fe.
THE NEW INDUSTRIA BALLADS es un acto de fe despojada de credos, pecados y penitencias que no sirvan para otra cosa que no sea la reconversión sobre los cimientos del pasado todavía vigente.
Y si no, fíjense en “Smoke and Screens”: Es una maravilla de comedidos arreglos de cuerda, en la justa medida que una gran canción lo precisa. El poder de la canción, que en definitiva es lo que reluce sobre esta colección de canciones donde apenas algún teclado o metal, entra sin apenas alterar la esencia. Los requiebros de cuerdas colectivas que bien podrían ser del bueno de Max Eider en “The Haunted Pub”, con una exquisitez británica de pureza artesana. Y la voz de David Read al punto de madurez y grano grueso, para que sanguina, carboncillo y pastel, nos dibujen estos magníficos paisajes.

Otras tonadillas como “Light Bending” de pureza caminante. De aquellas que decoran un viaje con su camino y sus estampas. El genial empaste que hace el cuarteto de tantas y tan buenas referencias musicales. La armonía que flota en todo el trayecto, como cuando se junta a un puñado de amigos con tanto de que hablar y recordar.
Engrana las batallitas con la misma docilidad que la distinta “Hercules” lo hace con predecesora.
Y es el principal atributo de este disco aparentemente largo, pero increíblemente digestivo.



A medio camino cuando otros pierden el aliento. Aparecen preciosidades Pop como “Music Pictures”; una de mis favoritas, sin más argumento que la escucha. Evidenciando el puro carácter de anécdota que tiene su single de adelanto “Just Too Far”. Y no lo es precisamente por flojo, sino porque podrían ser tantos los elegidos…
Toda una declaración de intenciones de “30 years”, resumiendo en un alegado a un más que justificado regreso de prosa musical. Y la bajada de telón con el Folk desnudo de “Under Canvas”, abrazando tanto a Ber Jarsch como a Michael Head. En uno de esos privilegiados discos que se dan tan de tarde en tarde, y que de seguida tiene esa certeza del amor a primera escucha.

jueves, 19 de septiembre de 2019

BENJAMIN BENEDICT_TRUANT_2019 Antes de que se me olvide…

 


Y engrane plato grande y a rodar de aquí una semana, cuando lo más probable es que pierda la cabeza en esos mismos frascos de cristal que Fernando.
Dicho de otra manera. Empiece a trabajar.

Me gustaría volver sobre mis pasos; y no os penséis que es un intento vano por invertir el tiempo y empezar de nuevo. Ya me gustaría. No.
Pero sí para recobrar el hilo que dejé días antes de plegar. Ya que prácticamente, en estas tres semanas no he vuelto a escuchar ni una sola novedad de este año que llevamos a cuestas. Dedicado íntegramente a meter en 4 cd’s, toda esa música sin preferencia alguna, que decoraría los 4000 kms que he hecho este verano en coche por Francia, Italia… y más Italia:

Valles, lagos sin horizonte, líneas continuas y discontinuas que delimitaban carriles, carreteras e intersecciones. Tapices de viñas perfectamente alineadas y elevadas sobre la tierra que las sustenta; como conejos de las praderas que otean.
La infinidad de tonalidades que puede tener el verde según le da el sol. La diversidad casi inclasificable de humanos, rasgos y hábitos que pueblan los rincones. O incluso el peso de la historia sobre la altiva trascendencia que nos otorgamos los mismos e insignificantes humanos.
Yo, casi podría resumir todo eso y mucho más que me dejo: En la inmensidad y serenidad de las aguas en abundancia. En lo intimidatorio y a la vez protector que puede ser el silencio de la noche. Las viejas casas, o el que debería ser nuestro justo depredador: EL REINO ANIMAL (el único al que le rindo pleitesía y ante el que postro).

Todo lo demás son solo datos que almacenamos como estímulos, y que según el caso, la capacidad, o el interés. Conservamos durante más o menos tiempo. O ya se convierte en un recuerdo con el rebomborio que cada uno le quiera dar, según lo traumático o simbólico que a uno le resulte. Vaya usted a saber.
En mi caso.
Es el de los pocos cabos a los que asirme, cuando este ardiente verano no hacía más que extenuarme con el agónico paso del tiempo.
No llegaban las vacaciones ni a tiros.



Todo el mundo colgando sus instantáneas, historias, localizaciones y odas al “qué bien estoy (pero QUÉ bien estoy) de vacaciones”; con hasta esa melodía de megafonía de estación/aeropuerto de fondo. Lo juro!!
Y yo (por fin) atado al que posiblemente, es el primer disco de este año, que me ha robado verdaderamente el corazón: BENJAMIN BENECICT aka (Ben Rubinstein), y su TRUANT (2019_Sugarcoat Records.

Que lo admito. Me pilló a traición en un momento muy blandito de mi vida: Sin rumbo, desamparao, acalorao, y sin vida ociosa con la que ahogar mis penas. Que en julio esta muy sola la ciudad.


Creo que lo descubrí de pura casualidad en primavera; espera que miro en Playlist de Spotify. Ves, pues no, fue el 24 de Junio; para esto y para la memoria difusa va muy bien el puñetero Spoti.
Cayendo de inmediato en su tercer corte: “Tell me If you’re Lonely”. Y esa maldita inercia por escuchar los tres primeros cortes con más o menos atención, y pasando de puntillas por el resto.

Un tema que divaga entre la psicodelia oriental y el trote krautrockero, pero con ese aire de Pop decadente que a tantos ya se les dio tan bien, y que a ti. Te hace arquear las cejas, y poco más.
Rebobinamos… Y sin embargo. “I Spy” te baja la lívido a mínimos. Cuando lo último que quieres en plena resaca de verbena San Juanera, es rajarte las venas pensando en los dos largos meses que te quedan hasta vacaciones.
Y ahí se quedó aparcado hasta un mes más tarde.

TRUANT no es ese simple disco de posado que me embelesó, añorando a CHERRY GHOST, I AM KLOOT, THE CZARS o a la lágrima fácil de ROY ORBISON. Hay más cosas y sin orden ritual aparente.
Y aunque esa primera impronta de Pop gregoriano, sea lo que prevalece en la panorámica. Truant es un disco que se mimetiza, igual sin un sentido claro y un poco inconexo si se quiere. Pero con una dulzura licorosa vocal arrebatadora, que lo hace totalmente encantador e irresistible.

Remonta “Ain’t Easy” con Pop de pura cepa y un texto que pisa descalzo sobre las irregularidades de la realidad cotidiana; sintiendo lo que duele hasta que el pie se hace callo, pero siempre sintiendo. La susodicha Tell me If you’re Lonely”.
Y hasta “The Way You Talk to Waiters”, que empasta a trazo grueso y rugosidad llena de matices una poética oda a la persona: la amada, venerada, y etérea figura de quien se añora.


Pero hay un receso que vacía cualquier sensación de duda. Cuando Ben se desnuda como si fuera Johnny Mathis en Open Fire Three guitars, Bob Lind, Richie Valens… o el mismísimo Roy Orbison sin orquesta. Y sus canciones se alzan o sumergen en las profundidades del pasado; según se vea. Dotando a este maravilloso disco de otro aúrea bien distinto, y ya digo, desconcertante según sea la idea del viajero a la hora de pintar de turísticos sus destinos y paisajes.
Halo” y “Change your Mind”, son dos preciosidades que si por exigencias del guion no estuvieran, serían una especie de traición a esta aventura que inició el exPeggy Sue y The Mariners Children hace tres años.
Igual que la grandeza de “Culture War” y “Alone”: Dos de las gemas que se acomodan en la cara B de este magnífico álbum.
Y que disimulan textos que con la facilidad de quien canta a los sentimientos, ensartados en melodías brillantes y acertadas. Para que logre cautivar: Primero por su música y preciosa voz, y después por la honestidad de su lírica (el amor, la injusticia, la miseria o la nostalgia). Concentrada en “Baby’s Crying”, que como en un “Common People” en clave redentora, relata las realidades humanas a veces no demasiado cantables, si el oyente solo quiere evadirse.

Hacia el final, “Dreaming” es capaz de elevar ese sentido Fleet Foxes mucho más cercano y palpable, que el atractivo envoltorio que se le ha dado al Folk pastoral llena estadios. Quizás porque Benjamin Benedict no intenta en ningún momento mutilar el fin, a costa de justificar los medios y el alcance de su música.
Para mi,perfecto.
Y así, por lo que supongo. Cerrar el disco cagándose en la recontrapu..ta tan repetidamente, tiene cuanto menos, una sanadora exorcización de las mierdas que nos rodean, aunque sea como paliativo. “Motherfucker” se llama.
Hay mejor actitud con la que firmar un segundo disco? Lo dudo.

jueves, 1 de agosto de 2019

LOVE’N’JOY_BENDER ON THE SILK ROAD_2019: DESDE UCRANIA CON AMOR, CLARO, Y MUCHO FLOW

 

Es posible, digo posible? Seguro. Que ahora mismo, a quien le mienten Ucrania (así, en general y sin concretar). No acierten en situar la República exsoviética más occidental (junto a Lituania y Bielorrusia) mucho más allá de sus conflictos geopolíticos en la última década, sus exitosos deportistas. O como mucho, el desastre nuclear de Chernobyl de hace 8 años que ha vuelto a poner a HBO en boca de todos. Y que es posible que más de uno ni pajolera idea tenga, que fue en Ucrania y no en Rusia, así como lo de que todos los que tienen los ojos rasgados no tienen porque ser Chinos.

La superficie, en definitiva, y como mucho el poco interés que se proclama a diestro y siniestro. Si lo de mear y cagar andando, se compara con los titulares, carteles luminosos o logotipos; que es lo que poquito a poco va imperando según avanza la vida y los pesaos nos vamos haciendo mayores.
Cuan más mayores, más pesaos; es asín.
Yo ya tengo mi plan para jubilarme (si llego). Y colocarme frente un paso de cebra, a ceder el paso con aspavientos a todo coche que se detenga para que cruce.



Pero no es eso no, lo que venía a contar mientras comienza la interminable cuenta atrás hacia las vacaciones. Ahora que… mira tú, tengo un poco más de tiempo sin más gimnasio municipal donde bajar la lorza, que echarme a mi apretada agenda.
Múnsica, múnsica!! para dejar un poco en automático, la neurona revolucionaria que de tan mala leche me pone últimamente.



Pegarle un puncherón al complejo estético y mandar fuera del campo, a tanto estereotipo placebo con el que masturbar la autoestima.
No le deis con un palo desgraciaos!! abrazarla contra el pecho y cerrar los ojos.
Si no es así, ni os vais a arrimar a esta horripilante portada; como lo cuento amigos.

Yo el primero, lo admito.
Los escuché hará ya un par de meses. Y la verdad es que esa imagen entre lo místico y los dibujos de mis hijos en prescolar, me dio repelús. Y aunque “Come About” arrancó de mi alma un gemido lastimero con melodía psicodélica noventera; que es como se venden.
Esa imagen perturbadora no hacía más que torturarme con:
- Que si esa producción tan perfecta, que si es todo tan carente de alma como esos colores violáceos, taaaan obvio y pertrechado en su conjunto


 
Pero sin ser todo lo contrario ni justificar mi vicio malsano por cosas del estilo: Lightneen Seeds, The Dylans, Kula Shaker, Dodgy y ese boniquismo post Madchester Britpoperil.
También digo que es como esa reconstrucción que hizo Will Sergeant de Echo & The Bunnymen sin Ian Culloch en 1990 con Reverberation.
¿son los Echo? Pues no.
Pero ese puto discazo me parece infinitamente más interesante y disfrutable que algunos mierdacos publicados entre su ahora y 1997; donde solo se salva Siberia y poco más.


Pues LOVE’N’JOY es más o menos eso:
No se si su intento por rememorar esa psicodélia entre el Pop de siempre y su colorida concreción Escalidélica Brit es premeditada. Pero el caso es que les ha quedado un álbum cortito de 8 temas. Con al menos cinco temazos rotundos, infalibles, y tan digestibles como un sorbete de limón tras un acopio de grasas colesterólicas, en una calurosa tarde de verano.
Blitz” tiene un nosequé de fuegos artificiales, cohetes y espuma de cerveza, que parece que a Anton Pushkar (su cantante) se le haya metido dentro Crispian Mills.
Un soniquete mil veces machacado, pero tan necesario como la gaseosa o lo carbonatado cuando abunda tanto garrafón.
Échale unos polvitos mágicos de bicarbonato y lo que sea, que “Raving Referee” ya se encargará del resto.
Sin complicaciones ni reflexiones sesudas buscando autorías o méritos, solo música eficiente.
Y es que muchas veces nos vamos tanto por los cerros de úbeda, o pedimos silencio/vítores a cosas tan mundanas. Que el huevo frito con chorizo más esencial de nuestra alma primitiva, sale como un eructo pidiendo solo comida y placer; joder ya!!
Si es que a eso que llaman instinto animal, para los humanos es la virginidad libre de campañas medáticas.
Tira con “Animals” fiera!! Que bien podría ser una rumba psicotrópica de los Amaya, harto ya como estoy de tanto mejunje. El “Starry Night” en constelación choni con Ian Brown; que mira como saquedao la criaturica!! Y un ejercicio de manual tirando la mirada más atrás y chimpún: “Stolen Pearl” y “Cosmo”.
Y se queda uno más a gusto que en brazos sin más pretensiones que echar un rato.
Camarero la cuenta!!