lunes, 23 de marzo de 2020

JOSEPHINE_MUSIC IS EASY_2020: EL GLAMOUR DE SOÑAR Y SENTIRSE LIBRE

 


Sabes de esa noche, que a las tres de la madrugada te despertaste sollozando de júbilo?
Esa que te viste deambulando por los suburbios de Nueva York y sus clubs más underground, de la mano de tu imaginario amigo Joey.

Un lagrimón igual que el chaparrón que tiño de espejos las calles de la gran urbe de los rascacielos. Se deslizó por tu mejilla, y por un instante, abandonaste la reclusión vírica para adentrarte escaleras abajo. En aquellos sitios de celeste ensoñación que ya de chavala soñabas: Con Lou Reed, Bob Dylan, o Patti Smith susurrándote al oído unos cuantos versos.
En el CBGB inconsciente al amanecer. O de un parpirote en STUDIO 54, rebozado en purpurina.



Esos sitios donde la humanidad se quiere ir junta al infierno; pues la soledad impuesta, es la peor de las condenas. Y cuando apunto están de sonar las trompetas de los arcángeles, una voz salvadora SIEMPRE te acaba cogiendo de la mano en el último momento. Como en las películas, las de final feliz que a tu madre tanto le gustaban.
Allí abajo canta Josephine, y Joey desaparece de la faz de la tierra. MUSIC IS EASY, dice ella.
Y es indiscutible que todo es más fácil de lo que sospechábamos o nos hacía creer la mayoría. Tan fácil como que pese a las intercomunicaciones globales, seguimos solos cuando el metacrilato no te deja tocar ni oler. Y a veces son las canciones en su vibrato intangible y etéreo, las que te entran y haces tuyas de manera infinitamente más intuitiva cuando desnudamos el alma.

Joey fue muchas cosas en la vida, y además, miembro vital de Velveteen Rabbit, o Brower; a los que sigue ligada y con quien salió de gira por Europa este pasado Otoño.
Pero no ha sido hasta que igual que Ezra Furman, ha desgarrado los envoltorios de celofán y papel cuché. Para tocar las rugosidades e imperfecciones que cada uno lleva dentro, cuando ha lucido como una bola de neón: JOSEPHINE
Y ese sincero homenaje a Elton Johnn, Ronnie Spector, T Rex. Pero sobretodo a Sally Horowitz y Luxe Malone; con quienes comparte la química a la que debe su alter ego, o mejor dicho: nueva realidad.

En este nuevo estado Josephine se muestra en Through a Sea of Time”. Como un viaje interno a épocas convulsas, anónimas y hermosamente miserables, entre los cientos de tugurios que seguramente acogieron entre los 60/70’s a otras tantas divas sin nombre ni semblante.
En el que esas programaciones y el simple Rhodes sobre el que relata su voz, homenajean desde la introspectiva y el reclamo al eterno femenino.
Pero es especialmente en “Music is Easy”, donde se percibe tal como el artista define: Esta nueva realidad de Drag yenta que ha cambiado sustancialmente su forma de expresarse, musical y personalmente.



Canciones por lo general de no más de 2/3 minutos que capturan esa esencia Pop de canapé; aquí sería como la innata sencillez del pincho Vasco.
Pero en definitiva, esa magia que elude toda pomposidad e ínfula del Soul/funk de los 60 o lo que se solía hacer en aquella época. Quedándose solamente con su instantánea, y una encantadora naturalidad más propia del Rock&roll, el Pop o la canción de autor.
La coral “Me and My Boys” entre Beach Boys y T Rex enorgulleciéndose de la estupenda banda que le acompaña en esta especie de puesta de escena de lo esencial, y la alargada sombra de Jay Pluck. Junto a Nat Brower a la batería, Dorian Deangelo y Keith Cecaya a las guitarras, y Toni Lynn al bajo.
Nos hace delicias y vibran nuestros lóbulos a ritmo de Glan Swimm con “Dear Money”: Un tema que se grabó en una toma de madrugada con su piloto/productor a los mandos (Dr Josh Hahn). Que junto a Nat Brower se han encargado de dar brillo a este debut, y en concreto a esta maravilla de rítmica contagiosa donde se habla de lo material, sexual y pernicioso del maldito DINERO.



I Heard You’re Gonna Leave Him” da también el contrapunto Phil Spector a la magia vocal de Josephine, en las deliciosas fases más íntimas y delicadas de por ejemplo estupenda “Fantasy Life”.
Algo además, sumamente interesante. Porque, teniendo en cuenta que canciones tan íntimas y emotivas como “Take All the Time”, nos puede dar una idea de lo que era Joey antes de dar rienda suelta a Josephine. No deja de maravillar la yuxtaposición que ejerce la combinación sensual y diva en una simbiosis curiosa, que al final. De lo que hace más gala, es de la naturalidad así, sin artificios.
I Won’t Wait Forever” y su preludio en “Fantasy Life” me parecen – además de mi parte favorita – La que mejor ilustra esa sensación mía de tal fenómeno. Probablemente porque esta canción que os comento, me vuelca definitivamente el corazón ese punto medio Supertramp/Maurice Williams. Queselevahecer!!
 


Las vueltas en la cama y febril calor que catapultan alterando tus dulces sueños. Son y deberían ser ese llamamiento de regreso a la realidad. Aunque tú y yo sabemos que preferimos estar allí, de pie en medio de la platea. Como si esas canciones se hubieran auntografiado de puño y letra para nosotros.
Podemos oler ese presente perfume a golosina mezclado con el sudor, la barra de labios y hasta la laca que invita a abrir los brazos y dejarnos llevar con “He Stills Call Me Baby”.
Amores perdidos, consuelos e incontables las noches que desperdiciamos rememorando las caricias, abrazos y el tacto del pantalón ajustado que te erizaban el bello.



Esos finales de fiesta que se asemejan a la desolación de las calles vacías al ponerse el sol. Y que tú sin embargo, recuerdas rodeado de gente aún sin conocerla.
Song for Sleepy” es ese broche perfecto. A un disco que ahora mismo, solo te puede trasladar a momentos preciosos de la vida. Y que invita en sincopado coral, a cantar como tu madre te trajo al mundo igual de THE BAND en aquel The Last Waltz aquella noche de 1978. Que curiosamente, a punto está de cumplirse su 22 aniversario.
Así que… No te preocupes, sigue soñando

lunes, 16 de marzo de 2020

CLOS DE LES DÒMINES RESERVA 2015 y LOS MILAGROS PAGAMOS




Ahí me colé, en tu fiesta me planté!! Rondolé y rodolé rampa abajo me tiré. En ese Caprabo de barrio al que acudo a por mis Tortas, el café y yogures dios me de.

Y entre el sindiós de gente que se agolpaba, antebrazos en pecho y dientes enclavijados… Yo hice el cuerpo a tierra que me enseñaron en el acuartelamiento de “Los Leones” (Segovia), y reptando con los codos me escabullí entre las piernas de señoras, madres y padres haciendo de hábiles fajadores; Una cosaaaaaa!!



La People se peleaba por aquello que el otro quería.

Lo mismo daba que fuera papel higiénico (que no creo que sea por la función propiamente dicha del enser, sino por lo simbólico de lo HIGIÉNICO!!; como cura de todo mal). Alcoholes de quemar y otros, Sanitol, Vinagre, y hasta piedra pómez para exfoliar pieles y cualquier rastro de virus.



Me pisó los nudillos una señora mayor de calcetines media cercenadores. Un tipo intentó asirme por el cuello del polar cuando se le cayó una moneda de 10 céntimos, y me guipó; escapé no sabe dios cómo. Una criatura me confundió con un perro y me acarició la lorza a la vez que me propinaba un puntapié (esas cosas de amor odio que tiene el cariño humano).

Y cuando colándome entre estanterías de bollería, panarras y brioxes logre entremeterme por la zona de: “productes de la terra” y me planté con los ojos vidriosos ante las botellas de vino, y la vi. Tal fue mi emoción; cual devoto del Palmar de Troya ante la aparición de la virgen. Que del babeo y salivación sin control, me dio el gallillo y de la tos casi me muero: Rojo como un tomate, los ojos fuera de mis cuencas y las venas como chistorras de Arbizu.

Fue exponencial y sintomático el pánico que se creó en ese preciso instante. Y conmigo postrado reverencial ante aquella botella de vino de 10 euros 80. La gente en pleno canguelo pensando que estaba infectado, huyó despavorida y me dejó allí solo mientras por megafonía se oían las ofertas, promociones 2x1 e indicaciones de seguridad.

- Pasen por orden de tanda por la otra caja, se oyó. La gente saltó con una agilidad sin igual por las cintas que ni Usain Bolt, y hasta el andador de una anciana dejó el rastro del derrape a la salida.



Y no digo que no fuese presa del pánico por unos instantes. Pero en realidad, esa soledad y protagonismo de quien acude a comprar a hurtadillas y se convierte en EL ARTISTA así, sin comerlo ni beberlo, me gustó.

Cogí la botella en mano, aparté los tomates con un gesto de autoridad desconocida en mi, y me subí de un brinco sobre el dispensador de la fruta y verdura, gritando…



- Veis cabrones!! Esto es necesidad!! No los malditos rollos de papel higiénico doble capa, la leche o los botes de garbanzos pedrosillanos!!



Este vino humilde y anónimo del Alt Empordà os salvará de la mediocridad. Ni es Duque, Conde, Pata Negra o Viña de realeza Riojana o Ribereña de Duero. Pero en su locura tramontanera a los pies de la Albera, nace en Catedral Modernista y sin más linaje que el Cooperativista, se ríe de las coronas y también de los virus. Vamos, que igual que Jean-Paul Marat haría limpieza real.



Es fácil que uno haga su peregrinaje habitual a alguna gran superficie, hiper de barrio o comercio de ultramarinos, y se de con un canto en los dientes a la hora de agenciarse un vinito sin más pretensiones que la de estar rico.

Más o menos como poner Rock FM, los 40 principales o M80, y esperar que pongan cualquier día el “Somethin Else” de Eddie Cochran; improbable a la par que imposible. Y no es como digo yo: por raro, selecto, vox populi o sibaritismo. Coño!! que es Eddie Cochran joder!! Rock&roll no? Hablo a caso de Krautrock, Avant garde o Garaje? No verdad?



Pues eso, en los vinos pasa igual. No se trata de ser experto, iniciado o selecto, pues la esencia principal de disfrute es que esté rico, consensúe y tenga Rock&roll, mucho rock&roll; si además tiene un precio para todos los públicos muuucho mejor.





Así pues, situándonos en el pequeño municipio de la Espolla en la todavía desconocida D.O Empordà, donde paradójicamente se consume casi el 100% de su cosecha; para lo bueno y lo malo. Y en una Cooperativista Bodega asentada en una de las tantas Catedrales que se construyeron a principios del siglo XX, en este caso por Pelai Martínez en 1931. Nos encontramos a esta peculiar bodega, nacida del superviviente cooperativismo en plena revolución industrial. Pero consciente como muchos, de su potencial cualitativo general y concreto en la selección de aquellos viñedos viejos, singulares y heterodoxos por variedades y suelos.

Ahora bien. El milagro obrado así, casi por sorpresa. Pese a la buena nueva cada vez más habitual del posicionamiento de pequeños productores de calidad al a basto del desconocedor público mayoritario. En lugares donde primaba la superproducción, el abaratamiento a costa de la calidad, el marquismo sin alma o esos vinos que parecen ser diseñados por una simplista tendencia.

Es encontrar pertrechados algunas anomalías como las de Albet i Noya, Can Rafols, Gramona, La Guita, 3 Picos, Viña Zorzal, Secastilla, algún Terra Alta… O el que nos ocupa CLOS DE LES DÒMINES RESERVA 2015 por diez euros y pico.


Porque seamos sinceros y realistas. Una cosa es que un vino de 3 euros se beba fácil y no sea un abrasivo purgante para montar un brasero en nuestro estómago. Y otra cosa bien distinta lo que nadie quiere saber de vinos que no valen ni el vidrio, etiquetado y embasado de esos 3/5 o 6 euros. Alguien se ha preguntado acaso el precio al que se paga la uva de un vino de 3 euros, y la cantidad de fitosanitarios y sulfitos que se deben usar en su producción para economizar en controles de fermentación, calidad de la uva o mano de obra?? No lo quieras saber amigo.






Como ya sabéis, el origen de las reseñas sobre vino de esta diminuta bitácora. No eran otra que el autoaprendizaje, el antielitismo y la pura aventura; aunque últimamente se me halla ido de las manos.

Porque no hay nada peor que el prejuicio y la manía de convertir el disfrute común en una especie de ministerio donde, o se entra con corbata, o tienes que opositar.

Clos de les Dòmines viene a recuperar ese espíritu de vino con chándal y zapatillas, pero con una personalidad digna de Bryan Ferry.

La calidad de las Cariñenas de viñas viejas que forman en su mayor parte este cupage, junto a un 35% de Cabernet Sauvignon. Tienen la mayor parte de culpa de ese primer contacto olfativo, extraordinario en matices, voluptuosidad y jugosidad. Quizás porque su maceración y posterior fermentado en depósitos de cemento no deja rastro de excesos de vainillas de la madera, y predomina ese aspecto crocante y licoroso propio de las uvas.

Con dos años de crianza en roble francés y uno más de botella. Cuando Clos de les Dòmines sale al mercado, ya está perfectamente afinado aún con el galón de “Reserva”. Mandando al traste, esa fama inmerecida de vinos robustos con tanino indómito y acidez asesina.

Sepan, que hoy por hoy, en L’Empordà se están haciendo vinos extraordinarios al margen de la dominante Perelada; que también se lo están currando a niveles más caros, para que engañarnos. Pero es en bodegas como Olivardots, Espelt, Marti Fabra, Aspres o Arché Pagès; por citar algunos donde se están haciendo cosas chulas, distintas y arriesgadas, con valor a su variedad de suelos, microclimas y riqueza de uvas. Solo que es de las pocas D.O, que venden prácticamente todo a comercios locales, y queda poco para aventureros dispuestos a ir a su caza.




Con una seductora nariz de guindas al licor, endrinas, y sutiles tostados que no enmascaran la fruta. Su paso por boca es exquisito por el equilibrio que funde con su deliciosa acidez final, esas notas de café tostado, algo de sotobosque entre eucaliptos, hongos y bayas. Destacando por su equilibrio y buena estructura, sin penalizar un beber fácil y versátil tanto como entrada, o comidas potentes.

Un caramelito que lo hace un tesoro entre las vulgaridades y poca emoción que se pueden encontrar en un Caprabo de barrio.

Ese vino ideal para el día a día, o para quedar como un campeón en cualquier encuentro donde no perder la oportunidad de vacilar a tu cuñao “experto”; en vinos caros. Que es lo que hacen muchos cuando no tiene pajolera idea, de lo que es el riesgo, la aventura y la algarabía de buscar la CHICHA de las cosas.

No solo de los vinos. También de la música, la lectura o las relaciones que dan para una buena charla. Qué si no es la vida!!
Y mucha atención a sus VINS DE POSTAL 
con identidad y terruños propios. Salut!!

viernes, 6 de marzo de 2020

Mrs & Miss TOP TEN 2019: THE LEISURE SOCIETY & GRAMONA III LUSTROS 2011




01: THE LEISURE SOCIETY_ARRIVALS & DEPARTURES marida con… GRAMONA III LUSTROS 2011 GRAN RESERVA (Corpinnat)



El dilema existencial de elegir tu disco preferido en una parábola de… ¿quieres más a papá o a mamá? La carne o el pescado, así o asá… Como si en la vida se tratarse de decidirse y etiquetarse como un jersey de lana que se encoge con el agua caliente y le encanta empaparse de agua.

La miserable humanidad ya es lo suficiente agobiante, como para acabar el año empaquetando tus vivencias.

Pero reconozco el morbo que me da hacer una lista para luego (consultarla) y lo cachondo que esto me pone. Pues sabido es por to quisqui, que al paso del tiempo nuestros gustos y vicios se devalúan y cotizan según nos levantamos.






En 2010 caí prendado con el debut de esta banda de Brighton liderada por su frontman Nick Hamming; quien años antes se dedicó a escribir la música de estupendas películas como por ejemplo: Dead Man Shoe’s/2004 de Shane Meadows. Y quien forma sociedad con el también miembro del Willcommen Collective, Christian Hardy.

Así pues, podréis imaginar que Leisure Society no es una banda al uso, y se acerca más a la idea colectiva en la que se mueve el tal Willcommen Collective de Brighton.

The Sleeper; su primer disco. Me enganchó del mismo modo que Gorky’s Zygotic Minci o Divine Comedy, por ese folk tan británico de aires ligeramente barrocos y bucólicos. Pero los aparqué y les perdí la pista en sus posteriores tres discos pese a que como podéis comprobar, no se han prodigado en exceso. Y sin atreverme a profundizar en sus derroteros. A otra cosa mariposa.



El caso es que cuatro años más tarde (o diez desde que los dejara); según se mire. Su regreso sin perder un ápice de calidad, texturas y sensibilidad compositiva. Se enmarca en un carácter realmente distinto al folk más acústico e intimista de entonces. Y nos encontramos a The Leisure Society girando con Benedict Benjamin, en un ejercicio realmente ambicioso con un doble Lp de tintes diría… Que hasta rockeros o ligeramente sinfónicos. Vete tu a saber si por la colaboración de Brian Eno.

Y no les ha sentado ni mucho menos mal, al contrario. Arrivals & Departures es rupturista cierto, pero como yo no me debo a su discografía, a mi me parece un disco exfoliante y fabuloso teniendo en cuenta lo poco que ya se llevan este tipo de discos en la actualidad.

Quiero decir: Trabajos de esos que hay que escuchar de pe a pa, sin reparar en el resultado soluble de los que te llevas un par de temas para el reproductor, y a correr. No. En Arrivals & Departures se apoyan las unas y a las otras. Y no tendrían el más mínimo sentido esas canciones finales de carácter más dramático, sin el preámbulo más enternecedor y meloso del principio.

Al final, se ama a ambos por igual. Y desde luego, no rindo cuentas a aquel disco de hace diez años. Pues lo que me ha hecho que me decida por este disco, es sencillamente que no sabría encontrar ningún defecto, ni el más mínimo de los recesos de relleno; esas canciones que pasas vamos, o en las que aprovechas para miccionar.



No es fácil para mi encontrar a día de hoy discos con 14 canciones. Y darlas por buenas absolutamente todas para ser un single ideal; y no es amor de madre, lo juro.

Desde “Let Me Bring You Dong” y “Aroundel Tomb” que irremediablemente me remiten al Barafudle. Y el repentino cambio de registro de las corales: “Don’t Wan´t to do It Again” o “Leave Me to Sleep”; que bien podrían ser de otra historia o banda. Pero que para mi gusto siguen conteniendo la misma entidad, incluso y pese a la Paulsimoniana “Beat of a Drum”. Que si algún descarriado la oyera sin prescripción global, dudaría de la misma autoría.

Así que estoy convencido de su hechizo reside precisamente en eso: En que no se ciñe ni al guion, ni a la temática que ahora se premia. Y tan solo os invitaría a bailar con “I’ll Pay For it Now” aprovechando el día soleado, la pizca de felicidad y la excusa de una sonrisa. - Una copa de Espumoso cariño? Asintió…

Saben que entre el maquillaje que mejora la presente belleza, y el sonrosado de unas mejillas azoradas o silverados cabellos, me quedo con lo segundo?



Pues al III LUSTROS del 2009, 2007 o 2012 (da igual cual sea), le pasa lo mismo.

La totalidad o amplia mayoría de Espumosos de larga crianza llevan licor de expedición (ya sea de soleras de vi ranci curtidos como vinos de Jerez, o del mismo vino base) para preservar la complejidad y el músculo para envejecer. III LUSTROS no.

Él es el único gran reserva de Gramona que se puede consumir según se degüella en la misma cava; y doy fe, a temperatura bodega sin enfriar.



Si eres de los que todavía piensan que un espumoso hay que beberlo a temperatura gélida para aplacar su acidez, anuncio: Ni lo intentes con este, sigue bebiendo Anna Codorniu, Freixenet Carta Dorada o Jaume Serra; tú, tan feliz.

Pero si al contrario, te gusta que te masajeen los sentidos; no sea que estemos muertos y no nos hallamos enterado… Anda, haz la prueba, que vida no hay más que una.

TRES LUSTROS es un espumoso (ya no Cava sino Corpinnat, pues Gramona junto a otros marchó de la D.O); aunque esto es otra historia que daría para una entrada entera. De esos que marcaron un punto de inflexión allá por el 1951: Justo cuando vio la luz su primera añada.

Aunque en mi caso, no fuera hasta el noventa y pico cuando supe de su existencia y cuando se dio a conocer al público en general; cuando mi suegro me trajo una botella, en una visita a la Cava.

No me gustó, lo admito. Y supongo que tampoco hay que estar preparado para desentrañar un larga crianza a los veitialgo, igual que tampoco entendía a los MC5 con esa misma edad.

Dicen que es un espumoso complejo y tan vínico que amedranta a los amantes de frutitas y florales. Que su personalidad te hace audaz como un espeleólogo en las entrañas de la tierra. Y que para abrazarlo, hay que asomarse con las puntitas al precipicio sin temor a reconocerte en el escalofrío turbador de la fascinación.



De burbuja juguetona en su gruesa precipitación, y apenas de braille inapreciable en el tacto paladar cuando se repanchiga en la copa. Tiene ese color de dorado querubín que atenta directamente a la seducción y su consiguiente remoloneo: Caes postrado sí o sí.

Deliciosas notas de hogaza tostada, hierbas de monte de purpúreo rocío mañanero y reminiscencias oxidativas ligerísimas. Lo hacen disfrutable en nariz casi eterno según evoluciona en la copa; anchita a poder ser. No en vano, es uno de los espumosos más contorsionistas y evolutivos que conozco.

Tiene esa paso por boca largo, complejo a la vez que refrescante y crocante. Muy posiblemente, por ese empeño lento y tenaz que el iaio Gramona puso en manos de sus sucesores. Para respetar los procesos artesanales y ancestrales que la naturaleza impone preservando así la esencia que dan: los parajes, sus viñas habitantes, y el que debería ser el único propósito de elaboradores:

Invertir en tecnología y valor humano para cubrir demanda de Guessamí e Imperial. Respaldando la tradición y las elaboraciones lentas y tranquilas a base de elaborar sin prisas.



Algo que pude comprobar en mi vista a las cavas de hace un mes, con esas magníficas prensas Coquard de lenta extracción. Y la espectacular pasión que Siscu le ponía a sus 20 años de experiencia como degollador, y la inversión para agilizar y preservar la calidad en el proceso de fermentaciones, temperaturas y mimo a la uva. En una convivencia curiosa entre la nueva bodega, y la histórica en plenas entrañas de Sant Sadurní.

Debe ser así, que sus vinos no solo son infalibles sino que mejoran año a año. Y convergen en un mismo destino junto a Recaredo; pese a tener distintas idiosincrasias.