martes, 22 de diciembre de 2020

DANCE SAVES SOULS (the Last 2020’s Playlist)


 

Se acaba el año, tracatrá!! Me hago un moño, decorá!!

Primera curva a derechas, segunda a izquierdas, patino, y cambio de rasante.
El vértigo de la velocidad, la incertidumbre… Pero estoy dispuesta a tomar el control; pues llevo el traje de volantes.

 

No vamos ha amedrentarnos por los cambios de rasante, no. Nos acercamos, pero sin miedo, mis valientes!!
Y si por un instante has tropezado y caído de morros en la nostalgia. Que sea para salir de un brinco y subiendo el volumen, apretar el acelerador para soltar gas y que la inercia haga de las suyas.

 

Yo debería estar escribiendo ya la lista de mis cincuenta apóstoles musicales; los que me han achuchado y sacudido para que el baile no decaiga: Tumbados, reflexivos, relajados, salvajes o alocados; como quiera que sean, pero para bien siempre.
Sin caer en la ofrenda; que es lo fácil en casos agudos de aflicción. Y mucho mejor como resortes, engranajes o bisagras con las que redecorar presentes distintos, u homenajes propios o ajenos. No hay otra manera mejor, o yo no la conozco.

 

La música me da la vida, o intento ponerle banda sonora a la misma; no la puedo entender de otra forma.
Así que antes de liarme con esa lista que define un año en discos; tal como la conocía a mis veinte años. Cuando adquiría música como quien compra un libro en el más amplio del término OBRA. O como un conjunto de canciones que se sostiene la una con la otra, formando un todo con su sentido y métrica particular.
No iba a perder la ocasión de rubricar el 2020 con una última Playlist, para mí, especial.

 

Una de aquellas colecciones de sonatas/vibrato, ideadas para escenificar la felicidad en forma de movimiento acompasado y frenético.
Así es como he exonerado la penitencia solitaria que nos ha impuesto la vida: Buscando a veces aquellas canciones de juventud que rememoraban tiempos gloriosos. Y por simpatía, asociándola con la ingente colección de canciones que nos ha proporcionado este 2020; por mucho que nuestra depresión nos diga lo contrario, o nosotros mismos nos empeñemos enterrando este año.
Error.

 

Especial ¿porqué?
Básicamente porque si por ahí he leído a más de uno que decía:
No he podido estar por las novedades pues repanchingado solo me consolaba desempolvar esos discos que regaron, nutrieron, y abonaron mi juventud/vida/crecimiento personal; lo entiendo y no los juzgo.
U otros que cada vez que se ponían música cañera, se les caía una lágrima y le temblaban las canillas imaginándose bailando sudoroso, bajo la bola de neón. Oye, pues también, todo mi apoyo.
Cada uno suple las carencias y sufre las necesidades de infinitas formas. Y quien soy yo ahora para ponerme a juzgar a nadie, si no lo hago ni conmigo mismo, joder!!
Pero bueno, a mí me ha consolado todo lo contrario y he bailado en el salón de mi casa como un berraco en celo.
El confinamiento ha ejercido sobre mí, el efecto contrario. Y ni por asomo se me ha ocurrido retozar en las miserias, escuchando canciones melancólicas si no es para refrescar algún amor perdido a lo sumo, o perder la mente en la abstracción observadora de las motas de polvo.
Así que lo que tiene de especial esta última selección de tonadillas, es que básicamente todas son para bailar y descoyuntarse; que obviedad ¿no?
De arranque melancólico y sedoso, pero siempre hacia arriba y en tono vigoroso; ya que como podéis observar, la autocompasión y fustigación en momentos chungos no va conmigo. Y en un personal homenaje a los sonidos que han acompañado. Seguramente impulsado por algún reencuentro circunstancial este pasado otoño, con algunos de mis compañeros de viaje (amigos y amigas). De épocas de Pincha’s pseudodj en: Como Tú, Fantástico Club o The Sound. O lo que entendemos los de mi quinta y ambiente, sobre lo que debe ser una sesión para bailar y demostrar que…
La cosa no está muerta, a no ser que nosotros la queramos matar por puro hastío propio.
Así que espero que la disfruten, que bailen a ser posible con esta o con otras músicas. Que lo compartan e intenten hacer felices así a los demás; nos lo merecemos. Y ya saben, si en una carambola de bola extra descubres el disco/banda que las sostiene… Muuuuuuuuuuuuucho mejor.
SALUD

TRACKLIST

00_SOPHIA_wait
01_PRETENDERS_you can't hurt a fool
02_GREGORY PORTER_faith in love
03_LEWSBERG_cold light of day
04_KIWI JR_leslie
05_HERZOG_i'm being replaced
06_THE FAMILY RAIN_triumph & disaster
07_HOME COUNTIES_redevelopment
08_G2G_animated satisfaction
09_TEENENGER_romance for rent
10_SONIC BOOM_the way that you live
11_I LIKE TRAINS_dig in
12_TRAAMS_flowers
13_DESTROYER_it just doesn't happen
14_THE ASTEROID No4_paint it green
15_THE REDS, PINKS & PURPLES_you might be happy someday
16_SLOW UP_idaho
17_ALEX MAAS_been struggling
18_ASTARI NITE_paint the stars tonight
19_SURE_twenty years
20_SPUNSUGAR_happier happyless
21_SIMONA CASTRICUM_the half light
22_LEGSS_venus
23_STATS_out of body
24_MARIE DAVIDSON_renegade breakdown
25_ROMY_lifetime
26_BEACHDUST_chemical raindow
27_MUERAN HUMANOS_alien (eyes gone remix)
28_EUROPEAN SUN_the future's female

lunes, 7 de diciembre de 2020

HOME COUNTIES_REDEVELOPMENT E.P: VIBRAR O MORIR

 

En este mundo clientelista de más “me gustas” que “te quiero”. Y ahora que las relaciones humanas están limitadas al malhumor general como mínima expresión afectiva.

El cuerpo solo me pide cama y echarme a soñar.
Ahí, es de los pocos sitios donde los deseos apenas si se parecen a lo que antes regábamos y arábamos: Como quien cada mañana acaricia las hojas de su petunia y le habla sin esperar respuesta; esperando solamente la belleza de sus flores.

 

El 2020 se nos va por el desagüe, pero todavía quedan nimiedades dignas de saltar, danzar, y eyacular felicidad.

HOME COUNTIES son de esas pocas cosas breves, directas y espontáneas, que me hacen albergar esperanzas y brindar con el líquido HemogloVínico de la uva: EL VINO DE ROSAS.

 


Los cinco cortes que forman el Ep de debut, editado en el sello británico Alcopop! Records. De estos cinco mozos de Bristol con apenas 20 años de media. Me han provocado el mismo júbilo que mi primera copa del HURDY GURY de VINYES TORTUGA, que me traje del contrabandista Rabós este verano:

Una mezcla explosiva de maceración carbónica y “crunchy” de frutos rojos y golosina silvestre. Que eleva el Cabernet Franc y la Merlot, a la máxima expresión sensorial unificadora donde vista, olfato, y gustativa son todo una y simple: - OH YEAH!!

 

Fijaos cuan de simple puede ser la síntesis de una ristra de palabras y eufemismos, cuando todo es tan fácil y sencillo.
Si lo que debiera ser una expresión de afecto como un abrazo, un beso, o la larga conversación sin hora; cuando de verdad la empatía brota sin condicionantes. Y sólo por esa expresión sin definición que hace del cariño, algo etéreo.
Se ha acabado convirtiendo en un maldito: me gusta, me encanta, o me importa. Sin apenas comunicación.
La música, sin embargo: Que tantos quieren llevar al encerado, como una cosa sobre la que se puede formular o teorizar; y la felicidad que produce.
Se reduce a un mero OH YEAH!!

 

Que paradojas tiene la vida, no? Y que fácil es todo cuando salta el mecanismo y se activa el automatismo del niño chico que llevamos dentro, ahí, extraviado ya.

 

Para que esta cosa les funcione tanto a Home Counties, como a los Holandeses Dido y Jurriaan (de Viyes Tortuga). Hay algo que debe saltar a primera vista, claro está:
Se les ha de ver felices, despreocupados, y con esa característica cara de estar pasándoselo bomba de: - Me da todo un poco igual sabes?
Huelga decir que se cumple sobradamente en ambos casos, sospechas no?.


 

 

Hace apenas unas semanas todavía caliente, se publicaba el tan esperado REDEVELOPMENT; tras los adelantos de “Raoul” y “Dad Bod”.
Tiempo tendremos de abrazamos a un larga duración, pero de momento. Y con la ligereza de estos tiempos imponen pudiendo evocarte a unos primeros Parquet Courts.
Verás si rascas y te ensucias las uñas, que los Xtc, Television, y más que descaradamente por la camiseta de su frotman, Devo. Están más que sobradamente bien representados y mínimamente inspirados; un gustazo y alegría a mi parecer. Básicamente porque parece ser que lo que más está llegando a los medios, no son estas regeneradoras nuevas hornadas que no se muerden la lengua y están decididos a quejarse a golpe de trastes, botoncitos y baquetas. 
Una pena (o no), ya que casi siempre fue así.

 

Es una revolución silenciosa solo apta para los poco conformistas y de oído vivo. Y ahora más que nunca hay que deshacer el camino y echar la mirada atrás. No para mitificar o tan solo reivindicar, sino para recuperar la esencialidad.

Tanto en Home Counties como en Vinyes Tortuga aflora esa parte primitiva de ritmos espasmódicos e instinto animal; pues no somos otra cosa.
Canciones que chisporrotean eléctricamente exhalando frescor de pizarras y monte silvestre. Y que se alimentan de la misma fermentación espontánea para mostrar las vergüenzas sin pudor.
Doy un trago, subo el volumen, y vibro de dentro hasta afuera.
Los antiguos le llamaban danza, ahora le decimos baile. Los temerosos posesión. Y yo…
Yo soy tremendamente feliz.
Juzguen si no.