sábado, 21 de agosto de 2021

PON LUZ CENITAL SOBRE LO QUE VERDADERAMENTE MEREZCA LA PENA_LA PLAY PLEASE PLAY (un minúsculo dossier del 2021)

 


Pon luz cenital sobre lo que verdaderamente merezca la pena ¿oyes el ruido ahí fuera?

La gente a menudo grita por frustración personal. Quédate con el susurro al oído. ¿ves que todo se ralentiza y se detiene? Mucho mejor ahora.

 

Salí a pasear por el extrarradio de las redes y perdí las llaves de casa. Desde entonces he estado vagando, siempre con la palma de mi mano sobre mi frente; como una visera de caddie. He intentando que los focos no me cieguen (tarea complicada, he de decir).
Pero sin llegar a saber si he encontrado el camino, si regresar o no, o estar y no estar.
Tampoco creo que merezca la pena explicar porqué -de golpe- me ha dado el arrebato de sentarme ante la pantalla del ordenador.
Supongo que como no me gusta dejar a medio hacer las cosas. He pensado que sería una especie de desgracia tirar a la papelera este puñado de canciones: Vitaminas b12, opiáceos que facultan en el arte del vuelo sin motor, y/o píldoras de felicidad momentánea.
Lo he cogido con tantas ganas, que voy a permitirme el capricho de daros el coñazo explicándolas una a una; eso que ahora tan poco se lleva. Pero que igual, pues lo hago para llevar la contra.

 

TIC, TAC y… Una:

Xavi Moyano, además de hacer unas paellas maravillosas (como Valenciado de ley que es), impartir clases e ilustrar a jóvenes estudiantes, Es, y vaya esto por delante: Un amigo de esos: grande como una montaña y jugón en el arte de celebrar nuestra existencia.

Su nueva entrega en dos capítulos y con el primero sonando a toda máquina en mi salón. Tiene todo aquello que se precisa, para moldear algo más o  menos tangible, visible y arrullable que ilustrase nuestra falta en todo este año pasado y venido; que aunque estemos (más o menos) desconfinados y liberados, estamos faltos ¿sois conscientes no?
Pues “canción de amor”, para mí, es eso:
Casi cuatro minutos de amor incondicional o diría más, cariño inmortal; que incluso es más comedido y necesario.
 


 

En el conjunto de estas 38 canciones puedes encontrar discos más que comentados ya, como:

El de The Coral, la enésima y magistral vuelta de tuerca de los Wedding Present de David Gedge a su repertorio; sin desperdicio alguno su dueto con Luise Wener recuperando una inédita de sus Sleeper, lo advierto. La mutación de Cold Cave en unos New Order más frescos (o acertados), si me apuras.
Y también alguna predilección personal de lo poco en cantidad, pero grande en calidad a lo que le he dedicado reseña y letra este año: Yung y Alpine Decline; aunque de estos últimos, el temarral que me tiene loco es la remezcla de Plaisir de France con “Personal History”. Y que por desgracia (o no), no he incluido en esta selección (¡buscadla maldit@s!)

 

Hay discos también, que en condiciones normales habrían sido reseñables con todo lujo de detalles y acompañados por uno de esos vinos que me enamoran; mal que le pese a algún hater anónimo. Como es el caso del debut de Paul Darrah desde Brooklyn, y sus Tennant from Zero.
Un trabajo que apareció a principios de año y que, al escucharlo, me fue inevitable no mirar con el rabillo del ojo a Prefab Sprout, Roxy Music, o a los Blue Nile; como esos abanderados más recurrentes del Pop romántico y sofisticado de los 80.
De todas maneras (y será porque a mí me encanta ese rollo, más si cabe ahora que no toca). Flight me parece una maravilla que más que rememorar necesariamente a esas bandas que siempre están en boca. Lo que hace, es enriquecer una manera de entender el Pop. Igual asociable a las bolas de alcanfor y unas maneras algo ñoñas, pero arrebatador y excelso para mí. Igual que también lo son The Associates o Destroyer como hermanos putativos de este trajín, e igual menos mentados.
 

 

Otra sorpresa mayúscula de este raro 2021; y que igual va asociada esta vertiginosa euforia mía a la dificultad de adquirir estos hallazgos (no digo que no).

Es la de este tipo natural de Ohio y de origen coreano, con una pasión y vozarrón grande como las olas de Hawái.
St. Lenox, que es como se hace llamar.
Y solo necesita unas bases de teclado y percusiones, para desplegar todo un mundano diario de la América más cotidiana de aquellos que huelen a café, barra de bar, a los robles de Park of Roses, y a pan tostado. Una maravilla de disco de una naturalidad apabullante, que derriba estereotipos a golpe de talento.

 

Digamos en forma de resumen, que las casi cuarenta canciones que surten esta selección, sin vanidad alguna:

Ni son los grandes éxitos de este 2021, ni tienen porque ser la tarjeta de presentación de discos enormes, y desde luego, no cumplen escrupulosamente la etiqueta de “novedad”.
Me he hartado un poco de cumplir plazos, y lo único que puedo asegurar es que son canciones egoístamente especiales para mí y temazos indiscutibles.
La de Vinny Peculiar (al que no me cansaré de reivindicar), es una reedición que se publicó entre el 95 y el 97; imaginaos.
Un discazo imprescindible, en cualquier caso.

 

 
Con la vuelta de Arab Strap tras de 16 años sin publicar y con la fabulosa y prolífica carrera en solitario de Marcus Middleton como único sustento; bendito sea él. Es un pulso personal que llevo desde que se publicó en marzo, y que me ha acabado doblegando por las inmensas letras que acompañan a su métrica mecánica, y a la hermosa austeridad de su música. Volviendo a revalidar con esa prosa deshidratada, la sobriedad del Lo fi tortuoso que a mi tanto me recuerda a los primeros Notwist, a Thomas Leer , o incluso a los Felt.
Y justo al otro extremo Spector.
El quinteto de Shefield que publicara allá por el 2012/15 sus dos únicos discos sin apenas repercusión por nuestras tierras; y donde yo me incluyo. Recuperaron la primavera del año pasado, una especie de grandes éxitos que para que me entendáis: No precisa el más mínimo empeño, para que por ende de su contagiosa “indiepopsintetizada” a ratos guitarrera, y otros más dance (todo como muy de los 90/00). Caigáis como lo he hecho yo _supongo_ por el ayuno de cosas que me recuerdan a mi época más lustrosa, jovenaza, y bailarinosa. Sospecho.
Y lo más curioso es que este compendio de jitazos contiene justo todo aquello que no venía en sus discos grandes, y Fiction Records publicara a base de Ep’s entre el 2017 y el 2019; que cosas nos da la vida ¿no?

 

Hace más de un mes que dejé aparcado este mamotreto de texto: Me salí a hacer un pitillo al balcón, con una copa de las ENCARINYADES de tito Salva y hasta ahora; una evidencia más de que me volví a perder.

Me debieron agarrar por las solapas de mi camisa. Y en volandas. Embelesado en triángulo amoroso de la Cariñena Blanca, tinta y gris. Dejé de hacer pie, y sucumbí más aun que otras veces, a este 2017 lleno de frutilla, nubis de frambuesas escarchadas, fresa ácida. Y una profundidad que hace aquello que hueles, te impregne todo el ser: La fruta roja silvestre fresca, los fondos tostados, su sapidez, el monte, y hasta el paisaje de Agullana se puede sentir. Junto a lo bien que se ha acomodado en la botella tras unos años. Maravilloso!!
Pero me he prometido liquidarlo en los días que me quedan hasta volverme a perder en la Terra Alta. Sin saber con certeza si cogeré el hilo inspirador igual que Picasso en Hort de Sant Joan, o me perderé definitivamente.

 


De entre este dossier, aperitivo vermutero y variadito, de bandas más que interesantes donde enriquecer nuestra dieta musical global: Astute Palate, Portrayal of Guilt, Helvetia, The City Gates, o los franceses Siz; la mayoría en clave guitarrera. El magistral regreso de Pink Turns Blue, el fetiche tecnopopero del exFatima Mansion/Microdisney Cathal Couglan y sus Telefis. O la inocencia prometedora de Dad Sports, junto a la magistral psicodelia soleada de Matt Berry y Frankie Sunswept en forma de dos maravillosos discos.

Cerramos el catálogo de discos curiosos e interesantes, con MOAT. O lo que es lo mismo: La segunda conjunción desde el 2013 del segunda voz y guitarra de The Church, Marty Wilon-Piper, y el que fuera guitarra de los desconocidos y muy recomendables Weeping Willows, en forma de álbum.

 

Un disco en apariencia menor, pero con el único rastro brillante de lo que fueron ambas bandas; quizás con la balanza más hacia la influencia de los Australianos. Aunque en cuestión de confección y patronaje hay claros rasgos de los Suecos.

Disco más acústico que eléctrico, con guiños folkies que evocan con singular melancolía esos pasajes arrabaleros y mediterráneos que tan bien narraba Leonard Cohen. Y que en otras como en “The Roadmap to my Soul”, captan el desaliento melódico de Eric Clapton.
Pero que en realidad, es un homenaje de tono reflexivo e inspirador donde confluyen con exquisita lucidez, muchos de los sonidos que atesora Martyn en su inmensa colección de discos “in Deep music archive”. Y que apenas entornando los ojos y siguiendo el ritmo de tu respiración, puedes atisbar infinidad de finas influencias, recuerdos… Pistas en definitiva, de todo aquello que hemos vivido vía sensorial. Y que se entremezclan como el tejido de nuestro ser en forma de canciones difusas y placenteras.
Muy recomendable, palabra.

 

Ahora sí.

Me voy a preparar mi infusión de jengibre,espino blanco, manzanilla, tomillo, anís verde, y cola de caballo. Y voy a flotar ante el espectáculo abrumador de cielo nocturno, que se descuelga ante mi balcón. Mientras, en día fruta y con la convinación ideal: 21/08/21 de luna llena creciente. Salva, se dispone esta misma noche a soñar en la inminente vendimia (esllomada) 2021 con su Muscat de Capmany pidiendo magreo. 
!Suerte!
De pequeño me crie ante un enorme cubículo de quince plantas y mil metros de ancho, que ni el sol dejaba pasar. Y desde hace 25 años doy gracias a la vista que me ofrece mi minúsculo mirador, sin edificio que me impida ver: El horizonte de Collserola, las azoteas, las estrellas, la luna siempre presente, y LA NOCHE.
Me conformo con tan poco…
 

 
 
00_Francis Lai_Un homme et une femme
00_Xavi Moyano_Canción de amor
01_The Coral_Change your mind
02_Tenant from zero_This can't wait till later
03_The Wedding Present_We should be together
04_Sondre Lerche_King of letting go
05_St. Lenox_Deliverance
06_Roosevelt_Stranges
07_The Chain Gang of 1974_Fall into me
08_Cold Cave_Night Light
09_Arab Strap_Here comes comus!
10_Telefis_We Need
11_Blood Cultures_Beneath the moon & Me
12_Legss_Writing comedy
13_Sleater-Kinney_Worry with you
14_Astute Palate_Loose wings
15_The Mistons_Transmission
16_Du Blonde_I'm glad that we broke up (feat ezra furman)
17_Tv Priest_The big Curve
18_I Like Trains_The truth (vessels remix)
19_Portrayal of Guilt_Anestesized
20_Pardoner_Spike
21_Dad Sports_Many Faces
22_Helevetia_New Mess
23_The Oilies_Free the monsters
24_Ohtis_Schatze
25_Spector_I wonn't wait
26_Cathal Coughlan_My Child is Alive!
27_Pink Turns Blue_There must be so much more
28_Siz_From the sea to your mind
29_The City Gates_Maddening
30_Alpine Decline_I got up (just like john sinclair told us to)
31_Yung_Friends on ice
32_Frankie Sunswept_This bleeding heart
33_Matt Berry_Like Stone
34_Glom_Again
35_Moat_Helpless
36_Vinny Peculiar_A man can lose himself
37_Tom Trago_Passenger seat
38_Observe Since 98_Fly Beret (feat Jamil Honesty,Planet Asia, MidaZ The beast & dj dolo76)
39_Alpine Decline_Personal History (Plaisir de france remix)
 

 

domingo, 18 de abril de 2021

VINOMIOS#2: ALPINE DECLINE 2021_ FOR THE BETTERMENT OF WELL PEOPLE vs. JAN 2017 de Celler RÏM


 

Es muy posible que ésta, sea la única manera de avanzar con la certeza de llegar:
“Con pequeños objetivos y humildes propósitos”
Qué, al fin y al cabo. Son de los pocos a los que me puedo comprometer dada mi escasa ambición. Si es así por lo menos, cómo al final del año, uno quiere irse a dormir con el alivio de dejar constancia de lo verdaderamente remarcable.

 

Asociar vinos y música, es hasta la presente, de las pocas satisfacciones que me colman. Y perpetuarlos escribiendo sobre ellos, la única manera que conozco para intentar entenderlos; si en caso de futura demencia senil hubiera posibilidad alguna de rehabilitarme.
En la mayoría de casos son encontronazos casuales: Como el de aquella banda Californiana que se me cruzó de sopetón, con rasguños, traumatismos y cicatrices; dejando constancia por escrito. Y que justo ahora -diez años después- se te presentan en casa con hijos nuevos de chapetas rosadas y brillante mirada.
 

Los ecos de los “nuevos” ALPINE DECLINE nos llegan de la lejana China y el sello Maybe Mars, de Beijing (la nueva Berlin Asiática); que es su lugar de residencia desde hace unos cuantos años. Tras una década desde aquella primera toma de contacto con su enigmático “VISUALIZATIONS”:

 
Un Shoegaze con hechuras de suspense, parecido al de mis adorados Pale Saints. Y donde las brumas sonoras se entremezclaban con ecos, marañas de guitarras, y unos cánticos que me remitían como angelicales plegarias de auxilio, no exentas de poesía etérea. Y esa parte que hace de la música, algo que va más allá de simples ritmos y melodías.
Donde se puede prácticamente visualizar con tan solo su ambiente sonoro: Un paisaje, su cromatismo. E incluso una sensación que obedece más a algo tan abstracto como personal.

 

Confieso que desde no hace demasiado, he descubierto el porqué de mi extraña forma de asociar gustos y encontrar el placer del disfrute.
Y no es por lo típico de: - ¿Y a ti que te gusta? – Pues a mi me esto, aquello, o lo otro.
No. A mi me gustan las cosas por las sensaciones que me provocan o generan, más que por aquello que estrictamente me las provoca.
Amo el sentir de los sentidos, imaginar, evocar… Amo SOÑAR DESPIERTO. Y creo que así paladeo la vida, recreándome en lo corta que se me hace, y es.

 

 
Sentir la mano sobre mi hombro de Jonathan Zeitlin en boca de John Sinclair, susurrándome al oído:
Me levanté
Vendí mi mierda
Le dije a mi jefe que me iba
Besé a mi familia
Dejé a mis amigos.
Vivo mi vida antes de que termine
Me escapé
Me levanté
Me fui,
Me escapé
A lomos del trotón ritmo de “I Got Up”, contagioso, meciéndote, y dejándote llevar por el impulso de la Tramuntana costa arriba.
¿Lo pensaría así también Jordi Esteve, cuando siguió el canto mayestático de su corazón?
No hay escritos que lo confirmen, ciertamente. Pero en la facultad de dudar, está la virtud de imaginar.


 

No solo por lo que supone abandonar la gran urbe y lanzarse a la sentimental aventura de recuperar el legado del fronterizo Rabós, y dar presencia al legado de la “la gent gran” que se eslomó vendimiando y mimando las pocas viñas que resistieron al primer envite de la filoxera en nuestra tierra.
Sino por convertir la mal supuesta austeridad de sus Cariñenas, en una agilidad digna de la mismísima Anna Pávlova.
De color y tintura frutal, su penetrante y vínica nariz nos descubre por sorpresa todo aquello que uno ama de un vino cercano, y despojado del hermetismo que se le atribuye a los terrenos pizarrosos y la centenaria edad de sus viñas:
Deslizante y preciso como el ojo de Gillermo Tell. JAN se deshace en caricias de grano fino y una sedosidad curiosa que no prescinde en recordarte su sabiduría.
No tirando de solemnidad, sino una complejidad exquisita que se basa más en la generosidad, que en los condicionantes: Fruta negra muy madura y golosa, destellos herbáceos que ¡¡plis plas!! Aparecen y desaparecen, envueltos en toques de café sin azúcar, sotobosque húmedo, y pizarra tamizada. Y una acidez sápida que convierte la presencia del tanino, el algo tan sumamente integrado y que equilibra todo el conjunto, haciendo del beber, un deslice agradable.
 


 

JAN es de esos vinos que no necesita recordarte que los atributos no siempre se han de mostrar voluptuosos, ceremoniosos y a veces aturdidores. No, él es directo.

Y en su rápido viaje, desde la nariz pasando por el paladar, hasta el final de la boca: Donde el cielo  retiene el recuerdo como la visión de una noche estrellada, y los extremos de la lengua lloran fugaces.
Un giro más de tuerca. Un cuarto de giro más al potenciómetro.
Donde el volumen se torna en el clamor pop de “Get Out of the Way”: - Liberando en el mar, un océano de estrellas. ¡Lávame!
Dejando un rastro veloz de, tantas sensaciones y evocadoras delicias.
Que solo podrían resolverse y desentrañarse bebiendo y volviendo a beber, como  peces en el rio.
Esto no garantiza al 100% que acabes descifrando sus misterios. Pero te prometo que el viaje y el vértigo, detendrá por unos segundos el tiempo, y a ti se te antojará una eternidad.
 

Yo lo hago (o lo intento). Aquí, sentado en el balcón con los pies sobre la baranda. Una transfusión de elixir vínico sobre el alfeizar. Y la bocanada de música que escapa por la ventana abierta de mi cuarto de fetiches.

La entrada en mi vida de nuevo de ALPINE DECLINE, se ha fundido ideal sofocando esa extraña sensación de que todo nos sabe igual y nos conformamos, ¡maldita sea!
Siento (o necesito) un cambio que a veces no es tal; ellos estaban aquí desde hace ya mucho tiempo. Sólo que tú no los notabas.
El cambio estilístico con el que he recibido en horcajadas al dúo chino/californiano. No es más que la perspectiva adecuada para valorar con justicia y placer, el extraordinario bagaje experimental, creativo, y multidisciplinar. De dos personas sin ningún tipo de compromiso con los condicionantes vaivenes de la industria del entretenimiento.
Entre “Action Moves Away from the Center/2018”, “Visualizations/2011”, y su actual “Fort he Bettermen of Well People”. Hay tres universos tan distantes y a la vez paralelos, que hacen del conjunto algo excepcionalmente maravilloso y emocionante.
El metrónomo acompasa los latidos, y tras el jolgorio de “I Got Up”. Es el turno del mantra de “Trough Waterfalls”, donde podrías estirar el brazo y acariciar el teclado de Euros Childs. Mirar fijamente los escuálidos rasgos de Ian Masters, y hasta ver a través de sus inanimados ojos hundidos.
No Turning Around” continúa por esa tónica que nos arrulla y hunde hacia los paraísos la psicodelia folkie de Gorky’s Zygotic Mynci. Un maravilloso arranque de disco que flota delicado, sugerente y fantasmagóricamente pop.
 

 

FOR THE BETTERMENT OF WELL PEOPLE, es un trabajo que ahonda con certeza en esos límites difusos del Pop, la psicodelia, el folk sui generis, y una impronta espacial y ensoñadora supersugerente.
Y el ejemplo más claro lo tenemos en “Flight Instructions”, “Losing Control”, y “Get Out of the Way”. Donde se solapan entremezclándose, algo que resulta de primeras tremendamente Pop con reminiscencias al C86 o el Sarah Records Sound. Pero que zizagea entre la placidez contemplativa de la California setentera, y la bucólica época de Mercury Rev, o incluso un cierto regusto a las ambientaciones hippies; en el sentido más inexacto.
 
 
En cualquier caso, un despatarrante trabajo que se aplica con mucha intención en esos detalles a la hora de dar cuerpo, alma y textura al sonido; y que ahora tanto echo de menos, la verdad.

 

Puede que mi abnegada adicción a los extremos, me lleve a mediar entre el desastre y la armonía. Con obstinación, y un batiburrillo musical poco defendible.
Pero por más que lo explicase. Poco o nada atiende más que a la variedad, y al punto por donde se observe la vida dependiendo de las coordenadas sieeeeempre cambiantes. ¿O acaso se busca la seguridad con la penitencia y el inmovilismo? Siempre atado a la pata de la cama, con la mantita y la comodidad.
Inside in me Head”, pruébalo, despliega velas y agarra el zurrón con lo imprescindible. Flota de puntillas sobre las teclas del xilófono y siente en vértigo. Aquí a mí, Pale Saints se me hacen tan presentes, que me eriza el bello: Mágicos, astrales, ingrávidos y etéreos. ¿podría ser shoegaze? – Pues también!! 
 
 
Aparece “Cowards” ¿y a mí? A mi me viene de golpe aquella oda perdida de los canadienses The Electrosonics, llamada “Back on the Light” del 98.
 
 
Gems” revuelve en la inocencia del Pop pálido, y abre brecha entre los densos inicios de Alpine Decline, y su actual propuesta. Da igual, la desprejuiciada forma de entender los arranques de creatividad de esta pareja, son puro oro ahora mismo. Y “The Remedy” otra más.
 

 

La botella se tambalea a mi espalda y echo mano de la copa para hundir mi prominente nariz romana en la copa. Allí hallo el extracto del azúcar residual, el rastro de la fruta y las especias exóticas.
Y tanto me adentro, que el eco en sus abovedadas paredes. Que “Too Long Away” me coloca por arte de magia. En aquella mañana de 1997, cuando conduciendo a trabajar por entre los huertos de Gavá con el penetrante perfume de alcachofas, acelgas, espinacas y zanahorias. Escuché por primera vez el Barafundle de Gorky’s Zygotic Mynci, en un esplendoroso salvamento britpopero.
Albadas sean las cuerdas invisibles que nos unen y sustentan!!