20#HALLELUJAH
THE HILLS / HAVE YOU EVER DONE SOMETHIG EVIL
Cinco discos
a sus espaldas en nueve años de carrera y pese a la buena acogida de
su último trabajo en su tierra, Hallelujah The Hills siguen siendo
unos auténticos desconocidos en Europa. Es evidente que aquí donde
por el camino de la fama se perdieron las raíces, la quinta salva en
pos de la acción no abre brechas. Y no será porque no puse mi
granito de arena en una detallada crónica.
Bandas como
la de estos Bostinianos de sangre irlandesa que no se muerden la
lengua, no abundan demasiado. Que además usen el grunge como
lenguaje universal, menos todavía. Como si en ese empeño por
parecer impíos y tremendamente avanzados, renegásemos de aquellos
términos generalistas que aglutinan a la manada en una danza
colectiva.
El caso es
que tras esa engañosa fachada de combo colectivo, de las trompetas y
los casiotones, o de esa fanfarria guitarrera que domina en su último
disco. Hallelujah The Hills
esconde algunos de los textos más brillantes de este año, y una
manera de trabajar tan rica y variada como firme de convicciones. Una
forma curiosa la suya de esculpir Rock directo y emocional, a base de
picar piedra y no intentar disimular los filos, asperezas y defectos
del sacrosanto mineral. En su último trabajo dan un portazo a la
disyuntiva de las texturas folk y se lanzan de pleno a la acción
militante tanto en lo musical como en lo lírico.
Incendiario
y con tintes de pogo colectivo arranca “We are What we say we
are” (somos lo que decimos que somos). Ryan Walsh habla claro y
además con un toque poético que delega en su revolucionaria música
esa estética de banda política (que no lo es). Son algo más
(comprometidos quizás), con su estilo inconfundible y con el riesgo
de lanzarse al vacío en cada disco. “Destroy this Poem”,
“I Stand Corrected” o “Pick Up an Old Phone”
son tres de las cumbres de este magnífico disco.
Entrar por
la puerta trasera al resto de canciones: Escucharlas mientras se
transcriben los textos bien detallados en su página. Y aceptar el
camino repleto de riscos, desniveles y la maleza que acompaña el
trayecto. Es tan solo una opción libre, como libres son las
sensaciones que transmiten sus pistas y ese aspecto de himno
manifestante que desbordan sus canciones.
19#FUTURE
ISLANDS / SINGLES
Es muy
posible que al oír citar Baltimore, la ciudad natal de Future
Islands. Nos vengan de inmediato la imagen de Omar recortada en mano
de la serie The Wire. O pensemos en el querubín encanto de Victoria
Legrand de Beach House. Cualquier cosa menos el sonido de TecnoPop
ochentero que despliega este trío, y mucho menos las dotes
escenográficas que hace gala su líder Samuel T. Herring. Algo así
como la plasticidad exorcizante de nuestras canciones preferidas.
Esas que nos hacía sentir como estrellas de la música ante un
espejo, raqueta o mocho de la fregona en mano cual Carlton Banks
emulando a Tom Jones.
Su líder es
así, entre lo bizarro, lo natural y extremo. Siente lo que significa
interpretar una canción como si no hubiese mañana. Algo que choca
con la en teórica idea que se pueda tener de su minimalista sonido
(un teclado, una caja de ritmos y un bajo). Pese a esos
insignificantes inconvenientes, ellos saben transmitir el significado
de sus letras de desamores pasionales, sus despechos y su
romanticismo como nadie. Y tras ocho años de travesía por el
desierto sin apenas merecer una simple crónica, van y publican
Singles/2014.
Un disco que
no viene a ser el mejor de su carrera para aquellos que los seguimos
desde su inicio (para mi, “On the Water/2011” es mucho
mejor). Pero que sin lugar a dudas los convierte en dignos hacedores,
de canciones de aquellas que se te enganchan en el subconsciente de
por vida. Ni más o menos comerciales que las de sus anteriores
discos, pero sí más eficientes en cuanto a éxito popular.
Es difícil
no caer a los encantos de “Seasons (waiting on you)”,
sobretodo si fuisteis de los que vieron su actuación en el Show de
Letterman. En cualquier caso, y para los que penséis que Future
Islands no hacen nada que no hiciesen Yazzo, Human League o OMD hace
años de manera despectiva. Creo que en la fidelidad de su sonido y
en la constancia al no variar su estilo, ya me merecen un respeto
además de que por desgracia me gustan; vaya por dios!!
Singles me
parece un disco cojonudo aun siendo el más accesible de ellos. Ahí
están “A Song for our Godfathers”, “Doves”, “A
Dream for you and me” para demostrar que no han cambiado su
modus operandi a cambio de cierto éxito. Que defienden un género
vilipendiado y en ocasiones tachado de falto de méritos artísticos
con orgullo. Y que pese a que por su música puedan parecer un
pastiche ochentero, son posiblemente una de las bandas más sinceras,
fieles y honestas, de eso que algunos llaman a desgana “Indie
Pop”.
18#DANNY
& THE DARLEANS / DANNY & THE DARLEANS
De esta
banda de Detroit poco podemos decir que ya no se dijera en la crónica
que relatamos de este disco. Uno de los que más me han hecho
practicar el air guitar en los solitarios días de enclaustramiento
de este penoso año. Medicina vital y antídoto ideal para los peores
días, Danny Croha nos ha transportado a los mejores años del Garaje
Rock, de los nuggets más salvajes y el yeyismo más zarapastroso.
Kinks,
Sonics, Dr Explosion, Sparkles, The Hives y todo aquello que se os
pueda pasar por la mente, hasta los Rolling Stones fíjate tú!! Pero
lo mejor no es a todo lo que recuerda, sino la eficacia del diabólico
repertorio. Todo un viaje temporal tan auténtico por sonido,
producción y por calidad de los temas, que bien podría ser una joya
perdida de la época. “Boo-da-Iye”, “Don't ask the
Question” o “How many Times” así lo certifican.
17#VIC
GODARD & SUBWAY SECT. / 1979NOW!
Vic Godard
sexagenario e irreductible frontman del Punk Británico más amplio
de miras. Nos tenía preparado el mejor regalo posible para estos
últimos días del año. La profanación y reanimación desfibrilador
Soulero en mano, de aquellos temas que se escribió en el 78. Cuando
un inquieto Punk con alma negra, dio su primer y clarividente paso
para grabar en cassette. Y con cierto acojone, enseñarlas en
aquella breve gira con una joven Siouxsie Siux; promiscua y
desgarradora punk.
Esos temas
nunca acabaron de ver la luz pese a que Vic Godard dirigiera más
tarde su carrera en solitario hacia los ritmos del Northern Soul y su
nueva faceta de crooner. Durante ese trayecto también descubrirían
las posibilidades del Northern Soul The Style Council y Orange Juice.
Y justo en las manos de uno de sus súbditos más aventajados, Edwyn
Collins. Es donde ha recaído la producción y parte de la idea de
grabar por fin estos reveladores temas.
Y la verdad,
tras escuchar este descomunal disco, solo puedo pensar en la solemne
desgracia que hubiera sido que se perdieran en el olvido.
El disco
suena de principio a fin tan tremendamente vitalizante y regenerador.
Que nadie diría que Vic Godard es ese señor mayor que se subió con
los pipiolos Mates Mates en un escenario de les festes de Gracia el
pasado 2012. Allí ante la mirada de jovenzuelos que seguramente
jamás habían oído hablar de Vic Godard, y que parecían creer
estar viendo a su vecino jubilado sobre las tablas guitarra en mano,
y dando caña a unos chicuelines de veinte años. Que es mismo,
grabaría dos años después semejante puñado de joyas del mejor
Northern Soul popero de este milenio.
Un disco del
que se pueden escoger al azar cualquier pista: La optimista “Born
To be a Rebel”, el excelente groove con humeante hammond en
“1979 now intro”, o esa incendiaria “Holiday Himn”.
Tremenda como uno de los mejores temas del disco “Caught in
Midstream” o gloriosa “You bring out the Demon in Me”.
Donde se nota que la cabeza de Edwyn como sabio consejero de su
amigo, está intacta.
Lo que son
las cosas. Tiene que venir un damnificado de dos terribles derrames
cerebrales, y un músico jubilado que dedica su tiempo a repartir
cartas. Y poner las cosas en sus sitio, benditos sean!!
16#THURSTON
MOORE / THE BEST DAY
Con la
última entrega de Thurston Moore me ha pasado algo parecido a lo de
Stephen Malkmus. Me gustaría saber de veras, si nuestro traicionero
subconsciente nos remite al pasado,sin control alguno sobre nuestros
actos. O si simplemente es la alargada sombra de bandas como Sonic
Youth, que tienen un recorrido mucho más longevo del que
pensábamos; al margen de su separación.
Su sonido
rocoso, levitador y chirriante vuelve cinco años después a generar
la misma clase de sentimientos sensacionales. Y aunque yo nunca me he
definido como un seguidor fiel de toda su trayectoria. Aquí y ahora,
Thurston a pulsado la tecla que más me gustaba de ellos: La del Rock
directo y sin excesivos ambages experimentales. Aquella que me
conectó por medio de “Sister/1987” a toda su inicial
carrera.
Abandonando
el tono de excelsa melancolía y melodías relucientes de “Demolished
Thoughts/2011”. He de confesar que la remembranza de “Speak
to the Wild”, que me sugirió la amarga voz de Adrian Borland
(The Sound), fue la que me atrapó al momento. Junto a ese tono
familiar entre lo luminoso, lo amargo y lo espiral que caracterizó a
su antigua banda en los periodos más inspiradores. No siendo un
disco que exactamente siga los preceptos de los Sonic, comparte
ciertos aspectos: “Forevermore” y sus once minutos
hipnóticos de metal pesado que alcanza en su grandeza un áurea casi
ceremonial. El Rock&roll duro galáctico y sureño en el que
convierte “The Best Day”. O “Grace Lake”, donde la
guitarra y esas ascensiones de montaña rusa nos despeñan hacia
descensos sin arnés. Uno de los temas más bellos y resplandecientes
del disco.
Todo un
abanico de claros y oscuros, ascensos y descensos, férrea tensión
que se mantiene en todo el trayecto y que intercambia escenarios a
placer: A veces urbanos y angostos, otros arenosos donde casi notas
el polvo del camino en los ojos y las fosas nasales. Abrasivos, pero
solo llevados hasta el punto en el que el dolor y el placer se
confunden. Un disco para animarse a repasar de nuevo su trayectoria
al completo.
15#HAUSCHKA
/ ABANDONED CITY
A veces para
escuchar depende que discos, hay que entrar en un estado de semi
Vipassana. No digo con esto que tengamos que poner un empeño
forzado para entenderlos, al fin y al cabo dicen que la música
responde a aspectos puramente sensoriales y personales de cada
individuo. Influye quizás el contexto en el que se oye: Según
nuestro estado de ánimo, si es en un espacio abierto, cerrado, o en
la amplitud de un salón mientras uno hace sus menesteres. En la más
pura soledad, o rodeado de gente que habla distraídamente.
Según sea
éste, el cerebro la interpreta de una manera u otra. El gusto... no
sé, yo soy de los que piensa que no hay gustos, sino pasión o
simple entretenimiento musical.
Y diréis,
¿que tienen que ver estas memeces trascendentales con un disco?.
Puesto que la mayoría los escuchamos y no nos comemos la cabeza más
allá del: Me gusta, o no nos gusta.
Yo quiero
imaginar que Volker Beltermann después de llevar publicados
once discos en diez años, y seguir siendo un perfecto desconocido
para la amplia masa. Cuando va un paso más adelante y decide
diseccionar el instrumento que aprendió con 8 años, y descomponer
sus notas para volver a reformularlas. No pensó en el como ni en el
porqué. Tan solo quiso ir un paso más allá de la simple expresión
del instrumento en cuestión, EL PIANO. Quizás por puro
inconformismo y curiosidad.
Dicho esto
sería fácil compararlo con Andrew Bird o Owen Pallet. Pero este
alemán sin embargo está en una escala superior en cuanto a la
amplitud de sonoridades que es capaz de extraer del piano. Y el
riesgo que conlleva limitarse a temas instrumentales, teniendo en
cuenta el alcance de sus texturas sonoras: Capas una sobre otra como
una sabrosa musaka, latidos disonantes que se entretejen los unos con
los otros y el resultado: Un disco bello hasta no poder más, que una
vez dentro te atrapa como la tela de una araña con sus sinfonías
de siniestra seducción.
Tangos
imposibles como “Thames Town”, requiems melancólicos que
invitan a sollozar en “Who Lived Where”. Melodías
saltarinas que imitan a la naturaleza en el caso de “Agdan”,
con ese extraño aspecto de construcción electrónica. Bellezas
incalculables que nos transportan a ciudades japonesas, a lugares
recónditos, y que se contraen y expanden en cortes de la delicadeza
de “Sanzhi Pod City” o “Craco”. Abandoned City
así, se puede calificar de un disco que esta a medio camino de las
composiciones clásicas, de Michael Nyman, y de una experimentación
tan arriesgada como reconfortante al comprobar sus resultados. Una
banda sonora otoñal perfecta, radiante de vida y de autonomía.
Basta con entrar sin miedo en ella y dejarse llevar.
14#BRYAN
FERRY / AVONMORE
Las modas
van y vienen como las vidas de quienes las crearon y las vivieron.
Hubo un Glam travestido y barriobajero, y otro glamurosamente
marciano como el de los primeros Roxy Music. Un palmo por encima de
la amnesia colectiva que a menudo pretende maquillar e reinventar,
están los creadores de las mismas. Bryan Ferry es uno de esos
creadores: Tipos que acabaron haciendo suya esa elegancia como un
estilo tan propio, que ni los géneros musicales que manejaba le
hicieron mella.
Por suerte
para los mortales de a pie, hay todavía cierta inmortalidad que
intenta recordarnos que quien tuvo retuvo, y Avonmore es una de
ellas.
No se si por
simpática o telepática concordancia, pero el señor Ferry parece
haberse contagiado de la audacia de su colega David Bowie. Y tras
intentar en vano actualizar su cancionero con Olympia: Un disco
reivindicativo en el que se diluye un poco su carisma, quizás por
querer parecer lo que no es. Regresa con este nuevo trabajo en el que
desde la portada hasta el último acorde, nos devuelve su versión
más clásica y eficiente. Teniendo en cuenta edad y el tiempo que ha
pasado desde sus años dorados
Podría
tacharse de conservador, cómodo o incluso oportunista. Pero que
quieren que les diga, si Avalon/1982 fue el disco que más
éxito le reportó. Y aunque yo fuera más de los que flipó con For
the Pleasure/1973. Tampoco voy a ser yo ahora el que le cuestione
haber sacado a estas alturas un disco que está entre los Roxy Music
más populares y la cúspide de Bryan Ferry en solitario. Entre otras
cosas porque me gusta un montón, y ese rollo de seductor farfollero
me encanta. Creo que Avonmore (por cierto, vaya tela de título), da
muchas lecciones todas aquellas bandas noveles que intentan
explicarnos que es el Pop sensual vestido de bailable Funk refinado.
Y que por mucha voluntad que le pongan, acaban sonando a eso, a una
marca blanca para ir tirando.
Aquí se
pueden encontrar entre los ocho temas nuevos (más dos versiones,
para variar), un puñado de canciones que están a un nivel tan alto
como sus discos más significativos. Esa directa puesta con “Loop
De Li”, “One Night Stand”, “Midnight Train”
o “Driving Me Wild”, tres temas certeros predestinados a
sonar a piñón en nuestro dial. Y luego esas otras, quizás las
mejores y menos vistosas. “Soldier of Fortune” co-escrita
con Johnny Marr; con una temblorosa voz que merece un punto y aparte.
O esa versión que apareció en el disco de Tod Terje donde
resucitaba a Robert Palmer y su “Johnny & Mary”, y que
aquí nos la mete doblada (pa eso es más suyo el mérito, que del Dj
Noruego; de buen rollo).
Vaya por
delante que nunca he sido un admirador confeso de Bryan Ferry. Y
quizás sea por eso por lo que obvio un irregular trayectoria en
solitario, e incluso su esa pose forzada de dandy sobón hasta cierto
punto ridículo. Pero resulta que esa desfachatez es la que me gusta,
justo ahora, ¿o se van a pensar que la pose solo es patrimonio de
los hypsters? Digoo!!
13#THE
WAR ON DRUGS / LOST IN THE DREAM
Está claro
que el disco por antonomasia más laureado, vitoreado y agasajado de
este 2014. Es mirar cualquier lista sea de la tendencia que sea (más
al sur de las raíces, o al norte del demodé), y está en todas como
Le Petit Nicolás. Como es de suponer, cuando un disco acaba poniendo
de acuerdo a tribus tan dispares y distintas, basta con esperar un
instante y empezar a escuchar algún valiente que se atreve a
criticarla. A la hoguera con él!!
Claro, y es
lo que pasa cuando un disco entra como la seda, apetece follando,
durmiendo o charlando. Y viene a ilustrar los aspectos más
melancólicos, sugerentes y amables de la música; siempre sin caer
en la radiofórmula y manteniendo ese milímetro de distancia en esa
delgada frontera, claro. ¿Quien no cayó rendido a los cantos del
Infidels de Bob Dylan, el Tunnel of Love de Springsteen, o al Tango
in the Night de Fleetwood Mac; guardando las distancias.
Sí vale,
que ahora queda muy mal admitirlo y reniegas. Pero empiezas a hacerte
viejo amigo!! y la llamada de la melancolía te reclama!! Ah!!
Ya sea por
la necesidad que tienen las más dispares de las generaciones, de
escuchar cosas que parezcan 100% ochenteras; con pedigrí y
certificado. El caso es que “Lost in the Dream” nos da
todo eso y mucho más. Un disco que pese a no ser esa obra maestra
que algunos dicen, sigue siendo con bastantes yardas de ventaja el
disco que más consensúa a chicos y grandes.
Tiene tantas
ventajas como inconvenientes es ese aspecto de temas ascendentes que
despegan lentamente. Con ese puntito de Soft Rock ambiental cómodo
de oír. Y esa voz tan y tan familiar de Adan Granduciel,
después de la deserción de Kurt Vile. Se entra fácil con
“Under de Pressure”, y después de sus ocho minutos se le
pueden ir a uno las ganas de escuchar el resto del disco. Si no es
así y superas “Red Eyes” o “Suffering”;
totalmente acertadas con el título y las más cansinas del disco
para mi gusto. Puede que ya sea demasiado tarde para escapar. “An
Ocean in Between the Waves” ( y entra en escena Mike Scott),
“Eyes To the Wind”, o “Disappearing” te
acabarán abduciendo. Y seguramente estarás inmerso de pleno, en ese
sonido espiral del disco que tan contrastadas opiniones produce. Yo
para mojarme diré que me gusta. Es cierto que no inventan nada y que
según el momento harta por esas sensación de suspense que nunca
acaba de despegar.
Pero al
margen de cualquier punto de vista, me parece un trabajo valiente y
muy meditado de la banda. Pocos discos de la escena “alternativa”
abordan estos aspectos tan aparentemente domesticados de la música,
y salen tan airosos de ellos.
12#CURTIS
HARDING / SOUL POWER
Todos
querían Soul, rebregarse como la hiedra que se contorsiona en busca
de la luz. Y el joven Curtis Harding sabe como nadie llevar a cabo
esa magia inmortalizada en canciones como “Next Time” o
“Castaway”. Que tanto me recuerda a aquella deconstrucción
que hizo Mark Ronson con el “You keep me hagin' On” de The
Supremes y el “Stop me if you thing you've heard this one
before” de los Smiths en la voz de Daniel Merriweather. Fórmula
perfecta entre el sonido de Phil Spector, el Pop y el Soul más
amable. Y que el muy puñetero de Curtis se sabe ahí caballo
ganador.
Lo que
pudiera ser un disco de Soul facilón de manual, no lo es tanto
cuando nos vamos internando en los doce cortes que conforma su
inteligente debut. Doce pellizcos precisos sin formulaciones
extrañas, que nos llevan hacia un Soul digestivo y reconstituyente
salpimentado con Funk, R & B, Rock&roll. Y porqué no, con
esa tenue fragancia que hace de él, un trabajo que bebe también de
los sonidos actuales, aunque siempre deudores del pasado.
Pedazos de
Blues vacilón como “Drive my Car”, esos guiños de
metales jamaicanos en “I need a Friend” o esa postura
garajera de “I Don't wanna go home”. Hacen de complemento
perfecto con “Beautiful People”; más acorde a sus
colaboraciones con Cee-Lo Green. O esa pequeña joya de orfebrería
guitarrística que es “Freedon”. Consiguen en conjunto un
disco de elaboración exquisita que deambula infinidad de referentes
de hoy y de siempre. Y que sin embargo y pese a estar jugueteando con
la comercialidad, acaba por ser un disco tan exquisito como
consensuado a la hora de atraer a cualquier oyente posible.
Y aprovecho
de paso al poliédrico Guzz por conocernos en persona en aquel
concierto de Chuck Prophet. Y conectar así gustos y sugerencias
musicales. Esta es una de ellas.
11#GOLD-BEARS
/ DALLIANCE
Discos, hay
discos del más variado pelaje: Puras razas, cruces, clones y
mutaciones. De buenos, de pasables y de golosos para endulzar tragos
amargos. Y cuando nos acercamos a la primera decena de discos que
han marcado mi año; probablemente aquellos que lo han moldeado de
verdad . Allí están relucientes y salvadores.
En este
artefacto ruidoso de Pop enérgico y de vital medicina curativa, está
el disco que me ha ayudado a superar uno de los años más aciagos de
mi vida; enfermedad propia y pérdida de familiares muy cercanos
incluida. Con él liberé presiones y amargura en mis constantes
viajes al hospital. Como si fuese el precio que ha de pagar uno por
haber salido de allí mismo cinco meses antes. Y en Gold Bears tuve
el disco de Pop antonomásico con el que evitar caer en el come come
de la cabeza.
Pop de esos
de antes. De los que cada canción se debate entre la efervescencia y
la melancolía de años pasados. Aquellos en los que este
menospreciado género hizo de farolillo de juventud. En las canciones
de Gold Bears no hay demasiada pretensión por parecer algo que no
son, tampoco frivolidades. Sin embargo tienen ese algo que los
diferencian de ese otro Pop más insustancial. Dan el carpetazo al
Tweepop sobrecargado de ñoñería autocompasiva, y amasan Powerpop y
Punk de melodías incandescentes. De fogonazos al fondo de las tripas
y del alma, que tan bien supieron transmitir los primeros Wedding
Present, Talulah Gosh o Another Sunny Day. Un disco que no baja ni un
milímetro su intensidad, que corre veloz como si volviera a salir el
sol. Canciones dibujadas con cuatro líneas, en un croquis de puro
instinto: “Memo”, “From Talahassee to Gainesville”,
“Her Fears” o “Chest” son toda una patada en la
entrepierna. Once canciones de salvaje y ferviente POP.
El de Bryan Ferry es que es jodidamente brutal. Y eso que siempre fui más de Eno. Su selección, como siempre, tremenda. Por cierto, ¿es ud. fan de los Stones? De ser así, le invito a que se pase por mi última entrada y participe en el debate sobre cuál es el mejor doble de todos los tiempos. Un abrazo, sir.
ResponderEliminarSi que es bueno sí Mr Palahniuk, de esos discos que pese a que lo he escuchado semanas antes de empezar a escribir la lista y tenerla cerrada, me ha hecho modificarla in extremis (una pena por el danmificado, el disco de The Well Wishers que también me gusta un montón). Pero es que este disco es instantáneo, y mira que me pasa como a ti pero en este caso de la primera época de Roxy Music.
ResponderEliminarDe los Rolling Stones o de los Stone Roses jejeje? es coña. Pues no te voy a decir que no soy fan ni que lo soy, ya soy poco fan de casi nada y seguidor de casi todo. De los Rolling Stones me gusta su primera época, la más yeyé aunque hay canciones que me encantan de ellos no te puedo decir que tenga empollados los discos de ellos salvo cosillas contadas por cuestión de principios. Pero en cualquier caso me voy a pasar por tu morada a tomar algo, reconozco que el poco tiempo que tengo lo dedico prácticamente a escuchar música y a escribir, y os tengo abandonados. Si es que no tengo remedio joder!!
Tus dos primeros párrafos con el de War on Drugs son alucinantes, me quito el sombrero. Para mí el mejor de esta nueva remesa tuya. De los otros que conozco me gustaron el de Danny que creo que lo descubrí por tí, el de Curtis y el de Thurston Moore. Creo que a este último es una lástima que todos los temas no estén a la altura de los primeros que son de una exquisitez total. Abrazo.
ResponderEliminarAy gracias Johnny por tus piropos, con el de War on the drugs se puede debatir horas tendidas. Al final no es ponernos o no ponernos de acuerdo y hablar que es lo importante, es fácil enamorarse de este disco, aunque yo soy de los que prfieron cosas quizás más surrealistas las cosas son como son y una cosa es no perder el norte, y otra bien distinta decir que es un mojón porque le gusta a todo el mundo. Lo de Thurston M. es cierto quizás, lo primeros discos son muy bueno pero quizás por la sorpresa de que me guste tanto un disco de este tipo, ya es motivo de celebración.
EliminarLo demás bueno, son discos bastante fáciles para lo raro que soy yo, ojo que el de Vic Godard y el de Brian Ferry son muy buenos, más de lo que uno cree. Y a los Gold Bears no me canso de reivindicarlos, ese Pop es para mi una perdición. Pero vaya la cosa está en chafardear y descubrir cosas distintas.... FELICES FIESTUQUIS NAVIDEÑAS FIERA!!