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martes, 23 de enero de 2024

REIVINDITANTOS: FINAL SPINS_THIS IS THEN, THAT WAS NOW /2009, HOMBRES DESCALZOS

 

Igual que esas caras familiares que se te cruzan por la calle y que no sabes cuando y donde ubicar. La de Joe Syverson se me cruzó en uno de los primeros y deslumbrantes directos de la -ahora- tan popular KEXP.

En 2008, esta diminuta emisora universitaria fundada en 1972 bajo el nombre de KCMU. Dio el salto a las plataformas de video tras ser la pionera en emitir vía streaming ininterrumpidamente en el 2000. En el 2004 emitiría los primeros podcast. Y hasta día de hoy, donde es un referente en sets en directo de calidad superlativa.
Si no has tocado en KEXP, prácticamente y en sentido figurado, no existes.

 

El 23 de Julio del 2008 y tras sus primeras aventuras en la banda punk SIDECAR y tocar más tarde el bajo en Throw Me The Statue. Joe conseguía reunir una banda de lujo para grabar un puñado de canciones, tan alejadas del Punk cómo Yung Beef de un conservatorio:
Zall Tillman (Fleet Foxes) al bajo, Colin Wolberg (Siberian) a la guitarra, Chris Early (Band of Horses), y Colin English (Hardly Art’s Pica Beats) a la batería. Serían los encargados de dar forma a las canciones de Joe, bajo el título de This is Then, That was Now, como una referencia auto editada de la que a día de hoy todavía se puede encontrar alguna copia en CD.
Lo demás sería desaparición sin un mal bandcamp que echarte a la oreja y sin apenas rastro de la deriva de este maravilloso disco.

 

Joe Syverson giró la esquina a toda velocidad. Y entre la muchedumbre, el ruido de fondo, y la inercia de quien se trastabilla y no hace pie. Pasados quince años, aquí me tenéis arrancando el año con la decidida intención de remediar semejante injusticia y…
Para que os voy engañar. También ese vacío que te queda como un resquemor. Igual que cuando te ofrecen ese último pincho de tortilla, y dices – Ay, no, gracias; pensando en la operación bikini. Y te pegas todo el día con un hueco en el estómago y un hambre, del cual los rugidos del intestino hacen eco gutural lo mismo que el cantante de Sepultura.
Pasada revista de este recomendable álbum; que menos. Ya os pondré al corriente de qué ha sido de este señor, y la magia intrínseca del rescate, descubrimiento, y perplejidad al ver lo que hace el caballero bajo un seudónimo desde hace siete años.

 


 

 

Bastaría con pulsar el play de “Let Me Fall”; primer simulacro de éxito allá por el 2009. Y digo simulacro, porque es curiosísimo ver cómo ha evolucionado el impacto y repercusión de las canciones desde aquel año. Cuando la plataforma de Spotify aún estaba en pañales y ahora que prácticamente son los que modulan de manera dictatorial lo que se escucha y lo que queda relegado a la inexistencia más absoluta.

 

Así que el paradigma de la música a día de hoy, es que si procreaste musicalmente hablando, antes de Youtube 2005 y Spotify 2008. O en esa franja de tiempo posterior, hasta su popularización o la hegemonía del móvil. Y además no tuviste la suerte de estar arropado por una multinacional o un sello alternativo puntero. Se puede afirmar sin titubeos, que estas a la deriva en una especie de galaxia infinita donde solo los usuarios y melómanos más curtidos en el arte de la investigación curiosa te van a encontrar.
Todo esto podría ser una clase de desgracia según se mire. Pero para mí, es una oportunidad para estimular el sentido más primario del ser humano: LA CURIOSIDAD.

 

 

This is Then, That was Now; igual que la novela de S.E Hilton (The Outsiders). Es por así decirlo, como aquel bien elemental al que el tan mal entendido “progreso” desechó igual que la chatarra espacial.

Parte de la magia de la obra, está en su sonido reverberado extraído de las sesiones de una toma y a pelo. Y “Battle Wings” indica las primeras pistas sobre el destino de Joe y su forma de encajar el Alt Country heredado de su padre y sus inicios punk. Y sobre esa premisa de transformar el tan temido country, en un nexo capaz de bascular entre el pasado y el presente; igual que pasa en la coral “Let Me Now”.
Es comprensible que en un contexto actual de moderneo alternativo, cualquier cosa que miente la estereotipada etiqueta “Country”, acabe siendo algo que se asocie a connotaciones negativas; cagada.
Down The Rad” es el ejemplo más plausible, y sin embargo la primera maravilla de este disco de poco más  menos media hora que se escucha del tirón.
 


 

 

Back to The Old” asalta esa parte que nos puede conectar a The Smithereens, Diesel Park West y a un sonido menos americano, para acabar enlazando con las tres genialidades de este disco: “Party Time”, “Let Me Fall” y “Another Sunny Day”.
Importándonos así un bledo, a todo lo que nos pueda recordar e incluso esa serie de indicaciones idiotas de los que escribimos, para llamar la atención.

 

Trece canciones de apenas 2/3 minutos que concentran esencia, júbilo e inmediatez; como la verdadera chispa de la música.
Ramalazos de blues en “For Gold”,  melancólicas baladas como “On & On & On” o “Don’t Worry Baby”, la gloriosa “Twenty Four Seven Scream” como una paisajística road movie, hasta el cierre de “Long Gone” en una suerte de réquiem.
 


 

 

El auténtico mérito de este disco perdido, está sin duda en la ni tan siquiera obligación de ceñirse a guion alguno. Si no en la magia de juntarse cinco músicos para dar vida a un puñado de estupendas canciones.
Un hecho que dicho sea de paso, escasea últimamente en un panorama musical donde todo parece estar fabulosamente empaquetado y etiquetado.

 


 

 

Otra de las grandes fortunas y premios que tiene rescatar música olvidada. Es descubrir al bueno de Joe Syverson operando bajo el seudónimo de JOSEPH GIANT, con dos fabulosos discos y uno futuro para el presente 2024 sin desperdicio alguno:

 

El Lp homónimo “I Don’t Feel” grabado en 2011 y publicado el 2020, con una paleta de Alt Country vigoroso y despreocupado para mentes lúcidas y oídos muy muy abiertos.
Y un bestial “Break It Together” del 2015, sacándole punta al Country Rock de vuelo sin motor. Que es un torbellino medicinal y rupturista inspirado en la pérdida del hogar de él y su familia, grabado junto a John Faryar, Jonas Haskins y Mike Bayer; compañeros de batallas en su Seattle natal.

 

 
Para este año en curso esperamos como refrescante agua de Mayo su próximo disco del que hemos podido escuchar un par de canciones. Y como viene siendo habitual, será autofinanciado y por crowdfunding, como obliga el caminar descalzo..
Lo podrán encontrar aquí: https://www.facebook.com/josephgiant/