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domingo, 20 de enero de 2019

DENTELLADAS ILEGALES EN TIEMPOS SUMISOS: LUJURIA Y CORAZÓN, o REBELIÓN; TU ELIGES.

 



Es solo a mi al que los arranques de año le son de blanco nácar, igual las carreteras amanecen de escarcha por la mañanas de Enero?
Esas que congelan ideas, blanquean neuronas y bajan al mínimo las revoluciones del motor . Y que con las mismas te pillan casi siempre perdido en la nada más absoluta en un hotelucho de carretera.
Sitios de paso hacia ningún sitio; o a ninguno que tu conozcas.


Es sacarnos de la fortaleza de nuestro hogar y perder la brújula de nuestros pensamientos: Casi siempre dedicados a unos quehaceres, que más o menos como raíles, nos hacen sentir reyes de nuestra despreocupada cotidianidad. Tan solo alterados por la actualidad; maldita actualidad.

El día que me planteé cambiar mi aislamiento de padre por una de mis grandes aficiones, escribir. Me perjuré no hacerlo desde lo personal y dar rienda suelta a mi imaginación, ensoñación y ficción creativa: La música, el estímulo de los sentidos y todo lo que procrea esa interacción nutritiva para el alma.
Pero pasa que se se acaban las lindes del año, y los tontos siguen: Cuanta más información y sensación de que la sociedad se ha vuelto más espabilada y didacta. Es cuando de verdad te das cuenta de que este dictatorial y dominante sistema, ha pasado del sometimiento de los hábitos, directamente a normalizar una serie de actitudes realmente perniciosas, enfermizas y antinaturales.
El odio, la intolerancia, el egoísmo, la represión de las libertades personales y comunes por obra y gracia de leyes; sin ni siquiera evaluar si son justas o no. El maniatamiento de la revolución como cambio lógico; como avance intelectual. Y la vuelta del fascismo y la ultraderecha ideológica o testosterónica como algo cotidiano, me da directamente nauseas. Sobretodo cuando veo que valores antaño transgresores y libertadores, ahora resulta que son delito, se censuran, critican o demonizan. Y hay como una espada de Damocles dogmática que se empeña en acunarnos por obra y gracia de FMI y el bienestar inmoral.


Por eso, no hay nada mejor que despertar una mañana para recapitular y darte una buena ducha caliente con un guante de esparto. Y mandar por el desagüe las pieles muertas y la contaminación anímica que cuatro gilipollas se empeñan en colgarte como un lastre.
La vuelta al estudio de ILEGALES, después de grabar un irregular LUJURIA Y CORAZÓN datado en este pasado 2018. Ni que sea para coger carrerilla tras un resucitador biopic (MI VIDA ENTRE LAS HORMIGAS) y dar una redentora dentellada, que en tiempos de mierda se precisa más fuerte y fiera.
Nos ha cogido a contrapié, cuando su tremebundo REBELIÓN nos has espoleado en plena contemplación y estupefacción sin primperan que te cure.


Cuando justo antes de publicarse el estupendo documental sobre el malditismo de la banda de Gijón y su controvertido líder Jorge Ilegal. Nos llegaba la triste noticia de la muerte de su último bajista, Alejandro Espina; el cuarto de la banda desde 1982.
En plena gira de reunión tras su aventura en Jorge y los Magníficos. Era de justicia, que una de las bandas menos valoradas por su innegable trascendencia fuera de los rediles de La Movida y posterior auge del Rock en nuestro país. Dijera la última palabra, justo cuando no quedan apenas, ni las cenizas de aquella parte menos amable de nuestra historia musical; por lo menos en lo mediático. Rescatando por ejemplo, a su bajista más esencial (Willy Vijande), para volver a la carretera.

Es ahora, justo cuando más suavizados y estilizados están los sonidos y la estética. Cuando la verdadera contracultura, solo sucede bajo nuestros pies; en el subsuelo. Y el rebaño solo le seduce la comodidad ergonómica y las interfaces atontadoras que no le hagan pensar en exceso para cultivar las apariencias más que la actitudes. El nuevo disco de ILEGALES, además de ser una puta maravilla, es directamente LA ACCIÓN:
Ese mazo pilón que todo lo remedia, cuando ni el seis en uno, la técnica o la diplomacia pueden con la corrosión y el engarrote.
Un dejarse caer por la sima de los 80, hacia su sonido más cáustico y rockero. Con una lírica esta vez, más adulta y consecuente, con la privilegiada posición de espectador que da observar como el Rock&roll patrio se va un poco al carajo.
 


Lo mejor de Rebelión es que es un disco espontáneo, inédito en la carrera de Ilegales y sin apenas compromiso con cualquier cosa que hayan publicado hasta la fecha.
Una sincera proclama contra la hipocresía de lírica sin filtros; santo y seña de Jorge Ilegal. Y un trasfondo rockero que desgraciadamente está extinto en nuestro panorama, ya sea por lo mal que llevamos ser consecuentes con nuestro pasado rockero, o sencillamente porque está mal visto y es poco comercial llamar a las cosas por su nombre.

Si no luchas te matas” recupera con destreza el mejor sonido del cuarteto de Gijón, permitiéndose incluso homenajear a la Polla Records. La frenética velocidad de “Mi Amigo Omar”, rascando en la llaga del paripé reinante, o sacudiendo el enjambre de aquellos Siniestro Total con un “No tanta Tonto” que afila las guitarras aplazando para otros menesteres las filigranas guitarrísticas de las que Jorge hizo gala en su época más poética.
En ese sentido ILEGALES involucionan hacia un TODOS ESTÁN MUERTOS/1985, pero infinitamente más ácido y corrosivo.
Tatuaje Invisible” alcanza la exquisitez sonora y escrita emulando impertérritos el Steady Skatalítico tan personal que los hizo únicos entre el 83 y el 86; toda una gema. El Blues macarra de “Suicida” apocalíptico y decadente; como es de esperar. O la magnífica “Mi Copa y Yo”, donde Jorge Ilegal vuelve a golpear como uno de los letristas más lúcidos de nuestro panorama junto a Josele Santiago. Con la diferencia de que él, es incapaz de renunciar a esa prosa ilustrada de macarra vengador. Antiheéroe sin ánimo de hacer amigos, caer bien o se políticamente correcto cuando se trata de ilustrar los bajos fondos dignos de cine negro.
Remata con “El Bosque Fragante y Sombrío”, donde demuestra que Jorge Ilegal podría haber sido infinidad de cosas:
Desde un Germán Coppini mordaz, hasta un Bumbury agradecido a la fama. Sin embargo es lo que es: Posiblemente el único espécimen digno de mitificación o leyenda, capaz de operar al margen de las directrices de la industria con una miscelánea que va desde el pasodoble, reggae, rock’roll, blues, pop, boleros, rocksteady, psychobilly o algo parecido al New Wave ochentero, sin ser nada de eso concretamente y todo a la vez.
En realidad son tan solo ILEGALES, una de las pocas bandas sin deudas musicales. Con un sonido y un directo tan sólido como inigualables son sus letras.
Una rara avis cotidiana y de casa, pero a la vez aun por descubrir cuando muchos todavía la buscan al otro lado del charco, en reductos o altares de Nueva Orleans.

lunes, 25 de junio de 2018

THE ASTEROID N.º4_COLLIDE_2018 (13 O’Clock Records): DISCOS PANORÁMICOS PREDESTINADOS A MUSICAR EL VERANO





Ya he decidido no volver a dar la mano a clientes, recién conocidos y tratantes. Desde ahora, solo abrazos henchidos y constringentes de esos que serigrafían los latidos en tu pecho.
Desde que certifiqué así, que padecía una epicondilitis (codo de tenista); seguramente por mi trabajo y la recurrida excusa de la edad. Y de que justo el certificar mi dolencia, experimentara un querencia por marcos de puertas, ventanas y cualquier superficie duro para con mi codo; vamos, que no hago más que darme golpes en el punto exacto del epicondilo.
Que quien sabe, pudiera que pudiese ser la edad con su consiguiente pérdida de cálculo espacial y perimetral; no lo discuto. Es más, seguro que hay un estudio sobre eso, el acercamiento hacia los cincuenta y la pérdida inconsciente de ese don que tienen los murciélagos y que nosotros suplimos con la juvenil y grácil agilidad: ¿el torpe nace, se hace o se instruye según cuenta canas? Un misterio, gente.
En cualquier caso. Yo solo sé que desde hace cuatro años aprox, arrastro involuntariamente la planta del pie al caminar, voy al tanto con los tropezones igual que un Ñu bebiendo en una charca infectada de cocodrilos, y no hago más que darme golpes en el dichoso codo.
Y dirán…Y ahora?
Bueno. La solución no la he hallado en un medicamento, codera de porexpan o terapia alternativa. Sino en la música sí.


Desde que cayera en mis manos el noveno disco de esta banda originaria de Philadelphia y establecida en San Feancisco desde el 2011; con el cual conmemoran el 20 aniversario de existencia. Mi deambular por casa, solo obedece a los compases de Collide:


Me levanto a oscuras a miccionar a lomos de “Explore”. Voy de mi diminuto lavadero cargado de colada sin miedo al quicio de la terraza bailando con “Explore”. Y hasta girar en mi micro mampara de baño cual Derviche, con la voz de Emili Polle de crines acuestas de “Weeping Willow” mientras me ducho.
Desde ese preciso instante en el que la luz cenital apunto desde el cielo cual Mr Bean caído. Son los vaivenes acompasados de la banda de Scott Vitt los que rigen mi día a día, y han dejado en un recuerdo peregrino aquel Hail to The Clear Figurines del 2011, con el que los descubrí: Un disco que navegaba entre pleamares y corrientes marinas, de una psicodelia mucho más evidente que el disco que nos ubica; muy cerquita de los Black Angels.



COLLIDE sin embargo, sitúa a la banda mucho más cerca de nosotros. Sobretodo y más que nada, porque su sonido se aleja discretamente de ese toquecito de Americana, que hacía y hace, que su música no sea la de ese tipo de banda que se aferra. Sino que la libertad a la hora de dejarse llevar por los caprichos de la naturaleza, sea la que da quilates a su trayectoria y discurso.
Este bocado corto de ocho canciones, nos pone de cara u orientados hacia una latitud más británica: The Church, House of Love, Lloyd Cole y los Commotions en ocasiones. La intensidad de los primeros Mazzy Star de esa canción que os citaba al principio; “Weeping Willow”. Y que nos remonta y rememora aquel rock americano parte Janis, parte Soulwomens de rasgos más Underground. E incluso a unos 60 mágicos, volátiles y tan románticos como la de los Rolling de Brian Wilson.
Esa miscelánea en definitiva, que hace que el rock anglosajón beba realmente de infinidad de charcas, épocas, híbridos y tics culturales, igual que las especies y las esporas viajan.
Y que en este disco se dan cita como un halo de belleza azucarado y tremendamente melancólico. Por obra y gracia de ocho canciones mágicas, de las que uno, no puede separarse ni un minuto. Seguramente porque que dan de pleno en la diana del bien denominado temazo.
Lo mismo da que empieces desde el principio, o de atrás hacía adelante.
Cry for Osana” por ejemplo, modula su épica orquestada hacia territorios espirituales y mágicos. De los cuales, sus nueve minutos y medio jamás abusan del bucle y sí del vuelo: sin motor, estupefaciente o paranoia que valga. Solo paisaje y cromatismo sonoro. Antes “Remedy” hace una ecuación entre Cass McCombs y los Jayhawks. El resultado, un vals que me lleva en volandas sin tan siquiera acusar la más mínima torpeza; ellas me elevan.
Los slides y tremolos de “Finest of Mines” que inician este tema, que bien podría tratarse de un corte de una banda cualquiera de Shoegaze de los 90; curiosamente, muta. Siendo en realidad de un rock clásico que flirtea sin rubor y que delega la grandeza, en la canción sin más. Podría tratarse de lo que quisieras: Neil Young, Big Star, The Byrds, Slapp Happy... o cualquier otra referencia que amortiguara el tiempo y todo lo que vienes escuchando. Pero sinceramente solo puedo quedarme en este caso con las canciones; “Weeping Willow” es una prueba palpable, paradógicamene como el nombre de otra de mis amadas bandas.

Collide”; la que da título a este maravilloso disco. Tiene esa magia un tanto mainstream que a mi personalmente tanto me recuerda a una época de la que nunca fui en absoluto devoto. ¿soy yo el único que atisba esas odas pomposas de los 90’s tan indies? Aun y así me gusta, y sería lo mismo que decir lo que aborrecí a bandas como Verve, y adoraba sin embargo esos mismo ejercicios en manos de Suede o de Pulp; con más gusto claro.
Y al final pues supongo que no se trata de lo que se haga, sino como. “Sagamore” también tiene ese ramalazo de brazos en alto, corear, y hasta llorar como un eterno enamorado de la moda juvenil. Pero mola aun y así. Sin ni siquiera preguntarme si es la edad o la nostalgia.
Explore” y “Ghost Garden” son tan enormemente sencillas y de sonrojado encanto natural, que bien valdría seguir girando como si nada. El umami perfecto del torrezno que se funde en tu paladar como una droga prohibida. De la miel de tomillo cristalizada, o de la Panela estremeciéndose en el azucarero cuando hundes la cuchara.
Un disco pura delicia, que desde su primera escucha ha sido cabecera y candidato al Plinto del año. Y engrandece a una banda prácticamente desconocida, con una riqueza musical inalcanzable para otras, empeñadas en forzar los engranajes hasta pasarlos de rosca.
Para THE ASTEROID #4 todo es más fácil, orgánico y congénito. Posiblemente por el talento de quien no rinde cuentas a la maquinaria. Todo un homenaje a la llegada desde ya, del Verano eterno. 
Y que además los tendrémos paseando su exquisita discografía por nuestro país, este otoño.
TOUR EUROPEO 2018

 

lunes, 18 de septiembre de 2017

THE BLACK WATCH_THE GOSPEL ACCORDING TO JOHN/2017: EL EVANGELIO MÁS ESPERADO



En los primeros coletazos de este convulso 2017. Donde ya fueran unos veteranos como The Bats los que sentaran cátedra. Abanderando el regreso de algunas de las bandas más recónditas de éste, nuestro universo sonoro con fecha de caducidad.
Es más que evidente que a falta de revulsivos de buena y nueva savia amargante. No es que las tortas sean suficientes. Pero seguramente serán las que (por suerte), salven un año falto de discos donde mojar pan, rebañar y chuparse los dedos.

Debería quizás, haber arrancado el final del estío con un escrito rememorando mis andaduras por las tierras Itálicas. De intensa licenciatura en Grappas, posos de café y cremosas texturas de helados.
Porque doy fe, que en quince días, me he propuesto y aplicado en no dejar una comida sin su correspondiente espresso, espirituoso y helado final; como postre. Cuneo, Orbieto, Tarquinia, Roma, Montalcino, Montefiascone, Bologna, Mantova y Ravenna, han sido las cómplices.


Pero sin más rodeos que dar, que los 3600 Km aprox. recorridos. Es ahora y antes de incorporarme a mi sustento laboral, cuando no quiero dejar pasar un instante más para escribir sobre uno de esos regresos cosecha de los 90 con nueva y reluciente añada, que más me ha emocionado en lo que llevamos de 2017.
Los veteranos Californianos The Blackwatch tienen nuevo disco; de los veinte que ya llevan a sus espaldas desde el 88. Pese a esa longeva trayectoria, la banda de John Andrew Fredrick; tras la huida de su vocalista Steven Schayer a The Chills en el 2008. Sigue siendo uno de los tesoros más injustamente escondidos de la escena Poprock americana.
Es más que probable que algún malpensado crea que su discografía no merece mucho más que eso: La de la curiosidad por ser uno de esos productos neutros, que no han sido lo bastante alternativos para llamar la atención del moderneo, ni lo suficientemente solemnes y de culto como para por lo menos ser parte de las citas recurrentes e influyentes. De esos hay muchos: Habitantes del limbo musical poco promocionable: The Church, Lloyd Cole, Dream Syndicate, Go Betweens, Diesel Park West, The Clean o The Soft Boys.


Para beber de estas anomalías ya estamos los bichos raros. Un poco hartos de los gestos predecibles y del recurso fácil.
Pese a la rareza de su abandono, y aunque admito que no había vuelto a escribir una línea desde aquel LED ZEPPELIN FIVE del 2011, que me los descubrió. Y no porque su posteriores tres discos hayan desmerecido en absoluto. THE GOSPEL ACCORDING TO JOHN me parece de una concreción tan absoluta y determinante, que puede que en él esté la esencia de casi 30 años de su carrera.

Concentrado y condensado de ese espíritu psicodélico discreto, y con todavía el alma inicial Powerpopera que le viene de casta Californiana. Este trabajo lleva con sigo una rabia dulce que hasta podría encamar a The Church con los Chameleons más accesibles.
Porque no me dirán que “Whence”; con quien despega este disco. No atesora la misma bendita hermosura que aquel virginal OF SKINS AND HEART del cuarteto de las antípodas.
Esos medios tiempos abrasivos que no llegan a manosear la distorsión, sino que la acarician. Que no plegan su guiño a la psicodelia en detrimento de la melodía cristalina; incluso que equilibran con precisión quirúrgica esa sensación de dulce amargura. Y que elevan “Way Strange World” al súmmum frágil de unos Bunnymen directos, y fieles a LA CANCIÓN.
En “The All-right side of Just OK” reluce la afilada producción de Rob Campanella (Brian Jonestown Massacre); quien los ha dotado en esta ocasión de un sonido más contemporáneo y oscuro. Pero es en “A Story” donde podemos ver a unos Black Watch más reconocibles. Claramente alejados de sus anteriores trabajos de sonido más marcadamente Powerpopero, pero igualmente fieles a su idea de tejer armonías. Si bien es cierto que este trabajo las guitarras destacan por sus rasgos cortantes y abruptos.

Jealosy” y “Oscillating Redux” retoman con clarividencia los dejes característicos que tanto me recuerdan a Kilbey y sus muchachos. Aunque seguramente la incorporación del nuevo guitarrista Andy Craighton sean la razón más clara para que la banda de los Angeles, suene esta vez tan contundente y demoledora.
Orange Kicks” ataca desde abajo, siendo uno de los cortes de altos vuelos igual que su cierre con la mastodóntica “Satellite”. Y sin dudarlo un instante, las pruebas más claras de que estamos ante uno de los álbumes del año. Discos como este, que no se andan con rodeos sino que exploran con intensidad inaudita las múltiples vertientes de la Psicodelia, del Rock americano. Y el sinfín de posibilidades dan los géneros, siempre y cuando sean las canciones las jefas del asunto.

No es cuestión ya de calidad, sino de sustancia. Y porque no, la excusa perfecta para adentrarse en la amplia, rica, imperecedera y maravillosamente prolífica discografía de esta estupenda banda.

domingo, 13 de agosto de 2017

LAS ROSAS_EVERYONE GETS EXACTLY WHAT THEY WANT_2017: AIRE FRESCO PARA LA TROPA




Todo se afloja y mis piernas; como si un bajón de tensión tras cuatro caladas mal dadas se apoderase de mi. Hace la misma mella que la lupa del malparido sobre mi cabeza.
Ya no hace falta que sean esas doce del medio día en punto, para que el niño cabrón del ático se dedique a prendernos fuego, como a hormigas; ¿le habremos hecho algo? Nosotros, correteando en busca de una sombra, el atisbo de las vacaciones o un mal trago para condensar, evaporar y... claro, para sudar.

Cuando miro hacia arriba, mientras puedo, solo pienso en montarme en mi auto y correr carretera abajo, serpenteando con los chichones de la montaña de Montserrat de fondo. Lo fue cuando arremetía la primavera en Marzo, y la lupa del bribón atacaba de costado; pero con la misma intensidad.
Y ahora casi cinco meses después, son las mismas canciones y melodías las que me empujan a pisar fuerte el acelerador.
La misma sensación, el mismo territorio y prácticamente las mismas carreteras: Quiebra y esquiva bordeando La Rovirola fuerte como si quisieras lanzarte desde el tobogán de un parque acuático. Silva a la vez que observas los restos quemados de la carretera de Sant Feliu Saserra hacia Avinyó, fuma sus restos incandescentes y el sabor de tierra seca. No llueve desde hace días, y si lo hace, nos lanza barro desde arriba.
Será para apagarnos o para sofocarnos?
Y suena más fuerte todavía “Mr. Wrong”.
Es gracioso. Los autos de ahora traen un invento parte ingeniosa y cuarto diabólica, que sube el volumen del reproductor según pisas el acelerador y se eleva el rumor del motor. Sin tan siquiera calcular que la urgencia por plegar y el disco acertado, puede producir una combinación un tanto peligrosa.
De todas formas, mi gusto por conducir y escuchar música, siempre me ha hecho descubrir álbumes que de otra manera jamás me hubieran calado del mismo modo.
Es esa extraña alquimia que produce la música, la carretera y los paisajes: Una fórmula sin matemática exacta. Y que hace que un disco tan aparentemente inofensivo como el debut de LAS ROSAS, se convierta en una medicina tonificante.

Un disco que además contiene con garbo y soltura, las guitarras más divertidas del otro lado del charco. Alimenticias en divertimento, y taaan poca posición forzada, que los amo desde la primera escucha precisamente por eso: Porque últimamente aunque agradezco enormemente el rescate de aquellos sonidos de los 70's (garaje, psicodelia, psycho, R&B etc). En ocasiones me dan la sensación de querer parecer algo, para lo que a lo mejor no estaban predestinados en pleno dos mil y largos.
La banda de Jose Boyer sin embargo y pese a su omnipresente guitarra surfera, dan a cada canción lo que se merece: Un soplo de menta, playa y salitre en plena urbe.

Del rock psicodélico vacilón, hasta su cara más tierna y melancólica; que es precisamente la más rica y suculenta. Saben, y eso me parece quizás el recurso más entretenido del disco, proponer el énfasis adecuado a cada una de sus canciones. Sin sacrificar el hipotético gancho de una canción en detrimento de su personalidad.
Bad Universe”, “Mexi” o “Rose” hacen puro caramelo de sus influencias ramplonas menos sangrantes aunque perfectamente válidas a Stiv Bator y esa generación de punks deudores del glamour más araposo. Esa forma ingeniosa y casi de juguete de quitarle importancia a la inspiración a la hora de confeccionar canciones eficaces. Y llevarse hacia un terreno en el que The Growlers o Allah-las acaban fallando por quizás aparentar de más. Convirtiendo canciones como “Red Zone” en pequeños clásicos de blues tropical, o tibiezas como “Secret” en juguetes que por su simpleza enaltecen el arte de crear música en pos del entretenimiento.
LAS ROSAS me gustan porque hacen fácil aquello que otros desdibujan a base de manosear. Sus guitarras son puro arte aún temiendo excederme en piropos.
Acaso se necesita más para que un disco suene con la golosería que lo hace “Moody”? Ese tipo de tonadillas donde la mala sangre se apiada de ti y de repente, sale de tus espaldas el típico fulgor áureo como aéreas alas.
Dicen que la felicidad y el atontamiento se dan la mano y hacen volar, y es cierto; el amor también, como la baba licorosa.
Apostar de firme por un lenguaje tan obvio y juguetear igual que un niño con la arena; predecible y pura. Para que toda esa broma resulte un trabajo lleno de huecos donde olisquear, arquear las cejas o dejarte llevar cuando te topas con “Boys” o “Ms America”. Dos cortes que realzan la sencillez al trote de unas guitarras elásticas donde se pespuntea el surf con el R&B y el Pop de influjo psicowestern arrabalero. No tienen nada que envidiar a otros que por trascendencia, envestida o fanfarria, vienen a llevarse el vellocino de oro. Como si se necesitase un carnet de socio por referencias para entrar en el olimpo; de echo creo que tampoco lo pretenden.
Y descubrir que hay mucho más a parte de tus prejuicios: Rock, Blues, Glam, Garaje, Pop y chulería de esa en la que el tontorrón de la clase acababa quedándose con el personal: Matones, guapos, listillos y esa profesora que siempre te señalaba.

LAS ROSAS son: Jose Boyer, Christopher Lauderdale y Jose Aybar. Originarios de Brooklyn y con un disco la mar de chulo y jugoso bajo el brazo.

sábado, 13 de septiembre de 2014

THE NEW PORNOGRAPHERS_ LIVE AT NEW YORK by NPR/2014



Bien hallados aquellos que no cejan año tras año de cincelar, construir y reconstruir para volver con más fuerza a erguir ermitas, sinagogas y rezódromos. Y benditos sean los fieles que en su camino recogen entre vítores y aleluyas con henchidas melodías; los penitentes y los descreídos que al redil vuelven.
Hace ya un buen montón de meses que extravié esa sana costumbre de colgar actuaciones en directo, dignas y merecedoras. La última si mal no creo recordar fue la de THE OLMS (laureados del pasado ejercicio). Y la verdad es que además de darle vidilla y sacar las telarañas de este pétreo lugar, me va de perlas para despatarrar cuatro párrafos y dotar de ese dinamismo inexistente al blog. Vamos que es un puro postureo, para mentir. Y aprovechando las bondades de Mike Grau aka. MAD ROBOT, que me ha puesto en la pista de este apetecible documento gráfico. No he podido resistir la tentación de compartirlo, y así de paso ganar un poco de tiempo con la inminente Playlist del inicio de curso.

Yo soy de los que cree que una imagen vale (a veces por mil palabras), aunque no predique con el ejemplo.Cuando los músicos suben al escenario mejor callar, tener la bebida a punto y estar atentos al espectáculo, chitón!! 
Podríamos bañarnos en pétalos de rosa, emborracharnos con absenta y bendecirlos. Pero los que ya sabemos desde hace unos cuantos años de las virtudes de este combo Canadiense (9 componentes + los itinerantes), que muta en forma, número según las ocupaciones de sus miembros. Que pese a no ensayar ni la mitad de lo que debieran, paren discazos como MASS ROMANTIC/2000 o CHALLENGERS/2007. Y que dotan de verdadero significado al Pop caleidoscópico, fervoroso y agitador en mil arpegios vocales, con canciones casi casi perfectas; lo que se dice Pop con luz propia.
Vamos que puede parecer fácil, pero que el Pop suene a Rock sin perder su melodía luminosa, y que además lo hagan con un estilo tan suyo y a la vez tan universal. Me van a perdonar pero a mi solo me vienen a la cabeza los primeros REM (que igual seguro hay más, The Decemberists quizás), y no muchos más lo que se dice ahora mismito
Su último disco, pese a haber pasado por un túnel de abrillantado y encerado. Dar la sensación de que la armonía y el bálsamo está muy por encima de aquellos pinchos, aristas y toboganes que los hicieron años atrás unos extraños en el paraíso. Pese al tono de jingle del tema que da nombre al disco “BRILL BRUISERS” y haber decidido por fin captar a fieles e infieles. Pese a todo eso, han vuelto a hacerlo, y BRILL BRUISERS además de ser un discarro, nos enfrenta a una increible duda: ¿Me gustan más despeinadas o con maquillaje? ¿musculados o afeminados? ¿sinceros o cariñosos? ¿con la belleza interior o buenorras/rros?
En fin dudas imposibles de descifrar, gusten y vean.
http://www.npr.org/event/music/347374290/the-new-pornographers-live-in-concert 
También tenéis este otro directo del 2007 (bastante más bueno bajo mi personal opinión). Que aunque no se puede incrustar en el blog, podéis disfrutarlo a una calidad inmejorable picando AQUÍ.