domingo, 31 de diciembre de 2017

CAPÍTULO 1º_THE BEASTS OF 2017_HAY MUCHOS PERO SOLO SON CINCUENTA



Se que suena tremendamente manido e incluso falso. Pero si bien es cierto que cuando uno se dispone a hacer una lita de sus preferencias del año; o por lo menos en mi caso. Es inevitable la disyuntiva entre: Lo que nos gusta por hábito o costumbre, y el criterio a la hora de decidir al justo merecedor de la cima porque...
Si no es así no es una lista, me parece hipócrita querer quedar bien con todos y no mojarse, es más, me parece aburrido; que es muchísimo peor.
El aburrimiento es el equivalente a la desgana y si hay que traducir el aburrimiento, que sea por lo menos en algo creativo o que produzca alguna reacción (lo mismo da que sea asco como admiración).

Si hay algo que ha caracterizado mi 2017, a parte del estupor diario de comprobar que el género humano parece estar más decidido a avanzar hacia lo absurdo que a lo creador. De conformarse a que lo cuiden, lo acicalen le hagan tan fácil la vida, como para prescindir de sus libertades varias.
Y musicalmente hablando y por más que se empeñen algunos en traducir la falta de algo deslumbrante y sobresaliente sobre los demás, como un año con poca calidad. Creo, que precisamente la equidad no invalida la calidad e incluso demuestra que hay muchísimo donde elegir si ya son 50 obras; más las que se han quedado fuera. Y me encanta que mi elección final obedezca a una razón muy íntima, personal y de necesidad personal.
Por muy manido que suene y como algo excepcional en mi caso... Este año sí. He de reconocer que la lista aunque no al 100%, podría invertirse en orden y no perdería su valor. El que más me ha costado a la hora de aplicar un orden y categoría, porque me parecen casi por igual 50 discos fabulosos que hablan un poco de mi 2017, como igual cuchichean del vuestro. Espero que nadie piense que en ella hay alguna idea de elegir lo mejor de este año, no. Solo es, una lista más



50: MANUELA_MANUELA
Con un nombre más escueto, funcional y práctico que un chándal de paño. Nick McCarthy (guitarra de Franz Ferdinand, que ya no), y su mujer Manuela Gernedel han hecho de la simplicidad una virtud: Bits que flirtean con el Pop francés de los 60, incluso con muchos rasgos del Funk, el Soul o el Jazz de manera no necesariamente obvia. Y una estructura aparentemente endeble pero rebosante de una sensibilidad ilimitada.
Eso sí, con la compañía y colaboración de una tribu anónima de lo más sorprendente y discreta.
(Lo fácil y simple, tres veces bueno)


49: KARLA KANE_KING DAUGHTER'S HOME FOR INCURABLES
Tirando todavía de la madeja del aprovechamiento y buen uso de lo poco. Karla Kane, o la que es líder de la Californiana y Poppy banda The Corner Lauguers va ya con este su segundo álbum en solitario. Una orientación todavía más folk que la que salpica el temario de su banda, pero consiguiendo que lo Folk, Pop, pastoral, frágil y sencillo se convierta en algo increíble.
Posiblemente porque nadie como ella para realzar lo importante de verdad en una canción: la melodía y la exquisitez sin necesidad de abusar de la nata montada, fondant y adornos que engañan a la vista.
(Canciones con la ligereza de un gesto)


48: PIANO MAGIC_CLOSURE
La banda de Glen Johnson y su variable colectivo es una de esas anomalías que curiosamente se siguen dando en nuestra trepidante actualidad. Capaces de detener el tiempo sin erosionarse, al contrario de otros coetáneos (Mogwai, Tortoise.. por texturas y no estilos). Siguen facturando discos de muy tarde en tarde, sin presión, sin obligación; ni tan siquiera con cualquier tipo de justificante estilístico: 25% experimentales 25% oscuros 25% elegantes 25% enigmáticos. Pero eso sí, siempre eficientes y con un grado de calidad que ya la quisieran la mayoría de bandas para lo inadvertidos que han pasado en sus 20 años de carrera.
Esta no iba a ser una excepción. Un disco que recorre varios escenarios en su más latente discografía, pero que ensalzan por sorpresa la más sibilina, minimalista y sinuosa.
(Puro ingenio para que la aflicción se convierta en grandiosidad)


47: DEAD PARTIES_ALL OUR TIMES
La banda Barcelonesa de origen Australiano parecía habernos dado un disco de debut de manual: Shoegaze con recuerdos a los Jesus, ese rollito más Americano que hace que el Indie suene con otra cadencia más árida...
Pero lo que nos ha dado es un discazo inundado de posibles singles, que renuevan un montón de recuerdos a base inyectarlos de puro himno. Un disco que cuanto más se escucha, más gana por calidad de producción, por talento a la hora de darle pura energía rockera y por ojo visionario en eso de saber clavar la melodía perfecta.
(Porque ya nadie se atreve a hacer canciones así ¿por fácil o por miedo?)


46: METHYL ETHEL_EVERYTHING FORGOTTEN
Pese a que este disco se haya ido desinflando con el paso del año, no a base de escuchas, sino a base de olvido. Sigo pensando que es una pequeña joya de Pop hecho bit. Y de canciones de apariencia ligera que se superponen por mérito propio a su pasado más ambiental, desde un punto de vista tan magníficamente ochentero, de Funky de hombrera y horterismo rompepistas. Que solo por eso merece un podio indiscutible.
(Lo que Erasure y Level 42 acabaron haciendo petardo, estos lo hacen maravilloso)


45: NÚRIA GRAHAN_DOES IT RING A BELL?

Habrá quien echará de menos en esta lista discos como el de Courtney Barnett & Kurt Vile y ya se habrá rajado las venas; pero tampoco hay que dejar que la sangre al rio. Habiendo discos notables como el de esta Catalana con sangre Irlandesa que desde los 16 años lleva apuntando originalidad y personalidad.
Su disco bebe de esa lírica medio hablada y cantada que coge de la mano para explicarte. Un cúmulo de razones que hace que por el simple hecho de cantar en Inglés se le quite el mérito (supongo), o se le exija de más.
Su disco sin más y sin menos, es una maravilla de Pop acústico con miras mucho más amplias. De echo podría ser muchas más cosas, las que tu quieras y todas buenas.
(Pop sin experimentos gaseosos y buenas canciones)



44: DANIEL LUPPI & PARQUERT COURTS_MILANO

Un cortometraje con aires de street movie de historias cruzadas en forma de canciones. Porque como era de prever, cada vez que Parquets encuentran socios o razones para salirse de su guión, brillan sobre la media por exceso de talento, imaginación y desvergüenza.
En esta ocasión sería como meter en la coctelera a S. Gainsburg, a Peaches, Miss Kittin, Mancini y a Magazine. En realidad, una excusa para que Daniele Luppi se lleve a su terreno cinematográfico y experimental a la banda Neoyorkina. Que éstos hagan lo propio desde su lado más histriónico, y si eran pocos... Sazonarlo con Karen O de Yeah yeah yeahs!, que le va el rollo poco y pasaba por allí. Y montar una orgía creativa en la cual cada uno bebe del otro.
El caso es que si no fuera porque todo en lo que se ven envueltos estos colgados suena a broma, no dejaríamos de creer que es una puta genialidad. De echo lo es.
(Discos que se llevan puestos y sin envolver)


43: MALE GAZE_MISS TAKEN

Lo de la banda de San Francisco es muy bruto, tanto, como andar descalzo y a la brava por esas playas volcánicas llenas de piedras, comer higos chumbos a pelo o dejarse caer por un tobogán de pizarra, pómez y sílex. Porque en realidad Miss Taken pese a profundizar más en su discurso salvaje de King Leer y hacerlo más adulto. No es tan solo esa típica banda que parece grunge pero no, casi Postpunk a la que si le pasaras un trapo y sacases brillo molaría más.
Porque precisamente es ese camino que nadie quiere coger por su incómodo itinerario. Ese montón de cosas que te confunden y te hacen pensar porque sus canciones, como las de Hukar Dü: Tienen la rudeza del Punk y... la poesía y fragilidad también del Punk. Porque... hay tanto punk en todo. En el Pop, en el bailar pegados y hasta en el misterio de la música sin manual.
(Canciones para aprender a escuchar música sin guía)


42: TIGER MENJA ZEBRA_ANARQUÍA I MAL DE CAP

Hay veces que sabes cuando la música es el remedio. Y tiempos donde solo la música puede traducir los estados de ánimo en canciones.
A los Barceloneses Tiger Menja Zebra les tocaba estar aquí no solo por derecho propio. Sino porque además de publicar un tercer disco tremendo, lo hacen oportunamente cuando más necesitados estamos de aguardiente. Porque amigos, no solo de flan con nata de bote vive el hombre. Hay veces que sin tratarse de ser un bruto, se puede hacer, decir y ser bruto simplemente llamando a las cosas por su nombre.
Aunque a la hora de ponerles etiquetas no sepamos si es la electrónica, el Hardcore, lo industrial, el Punk o el Dark Wave, lo que nos hace de verdad bailar.
(Verdades como puños sin pose de empollón)


41: GRANDADDY_LAST PLACE

Es verdad que a quien nos gusta la banda de Modesto, no sabemos bien si es por su batería abrazable, o por la dulzura de pastor culto de su líder Jason Lytle. Sus canciones de echo siguen una métrica tan parecida y secular que no son pocos los que dicen que todas sus canciones son iguales. Pero todos sabemos, o deberíamos, que hay una magia singular y particular a la hora de venerar a la ELO y Beach Boys por partes iguales, y no renunciar a esa especie de sonoridad marciana de su rock.
Algo parecido a lo que conseguían con sus química Devo o They me be Giants, solo que con un amor más infinito y una adicción prácticamente inexplicable.
Sin ser el mejor disco de su carrera, es el regreso tras 11 años de silencio; necesario. Y sin duda alguna un homenaje a su bajista recién desaparecido y en honor a un cetro que todos sabemos se merecen. Con un puñado de canciones, que sí, sabemos que están entre lo mejor de su carrera.
(Volviendo a detener el Rock con ternura y magnetismo)



40: EXQUIRLA_PARA QUIENES AUN VIVEN

Supongo que como a mi en su día. Habrá muchos que no puedan evitar comparar la unión de Niño de Elche con Toundra con el ultra afamado Omega de Morente y Lagartija Nick (aunque cuando este saliera apenas si fueron 4 los que le otorgaron la debida licencia).
De este último disco entre lo bueno que es y lo necesario de su pequeña revolución cultural, y también lo dados que somos a mitificar. Se ha hecho a día de hoy algo tan tremendo, que cualquiera se atreve a decir algo. Así que supongo que lo normal es adorar o poner a parir “Para quienes aun Viven”.
Yo me atrevería a decir más: cierra los ojos y desconecta. Lee las poesías de Enrique Falcón. Seguro que así también descubrirás otro universo ajeno al sinfín de estereotipos que le acechan. Y verás que este disco valiente, oportuno o inoportuno, brilla precisamente por eso; porque igual no toca pero se necesita para revertir estas autopistas a las que no someten los prejuicios.
(Caminos sin barreras, peajes, y muchísimos más paisajes)


39: RON GALLO_HEAVY META

Supongo que a sabidas cuentas de lo que se cuece en California respecto al garaje y sus derivados. Difícil va a ser sacudirse el machaqueo cíclico de Ty Segall y sus acólitos; supongo que es el precio que hay que pagar por las cosas que chanan.
Por suerte por eso, hay tipos como Ron Gallo que son un soplo de aire fresco. Y ojo, no es que ciertas músicas tengan muchas lecturas como para renovarlas. Pero a veces pasa que las canciones hablan porque hay un lenguaje universal que perdura: Ese mismo por el que sigues bailando a los Rolling o a T rex.
Heavy Meta tiene algo de eso. Canciones tonificantes que sin apenas variar el discurso, que giran la tortilla y mezclan la Psicodelia Glan Angelina con algo que por ejemplo también tenían los Suede de Animal Nitrate: Energía Vital.
La mayoría de veces sobra con eso. Ni estilos ni momentos oportunos, solo conexión vital; tu quieres, él te lo da.
(Glan de voltaje Hardrock y pura electricidad)


38: JOHNN MURRY_A SHORT HISTORY OF DECAY

Quien diría que la tristeza y la redención ajena pudiera llevarnos a estado de emoción tan maravilloso. El disco de este hombre no es así, el típico que gusta por su maldita historia paralela. Sino porque es una puta maravilla que podría fluctuar en esta lista de arriba a abajo o a la inversa. Si no fuera porque la introspección parece a la vista de la gente pretenciosa.
Diez canciones de Folk abrasivo y taciturno, que se magrean con el Blues y la pura esencia. Y que hace que su escucha acabe reluciendo en realidad, como un disco de cantautor con espíritu de Rock electtrificado.
(Folk para corazones rotos con alma de Soulman Rockero)


37: MICHAEL HEAD & THE RED ELASTIC BAND_ADIÓS SEÑOR PUSSYCAT

Pale Fountains tan solo sacaron dos discos en el 84 y en el 85, pero desde entonces y por su manera de traducir el Pop de toques cálidos, acabarían por ser una banda fetiche de los adelantados al “indie”.
Pena y drama por otro lado, sería la poca atención para las grandiosas canciones que ha seguido escribiendo Michael Head; su líder. Primero con Shack y hasta el presente en solitario o con la Red Elastic Band. Una evolución junto a la de su voz con ya 57 años, hacia territorios más Americanos y Folk, pero con la misma increíble sensibilidad. Adiós Señor Pussycat es un disco sin aspavientos que como un cardiograma. Grava desde lo cotidiano y real de la vida esa vertiente del romanticismo de Love y Arthur Lee, de una manera mucho más sosegada pero igual de intensa.
(Una pequeña obra de arte del Pop cotidiano y real)



36: JAPANESE BREAKFAST_SOFT SOUNDS FROM ANOTHER PLANET

Soft Sounds of Another Planet es un veneno que entra vía intravenosa de manera lenta y sin apenas síntomas inmediatos. Su sonido no abusa ni del dramatismo, ni de la brillantez con la que mucha música actual intenta llamar la atención. Sin embargo, es de esos discos que envuelven quizás por su sencillez más que por sus excesos.
Con muchos rasgos del Pop electrónico y ligero, pero en realidad con un alma más propia del Folk o de los clásicos. Michelle Zauner tras su traslado de Filadelfia a Oregon por problemas familiares, ha conseguido su trabajo más expresivo y complejo. Una obra con entrada sintética y ambiental, que va cobrando vida a base de una voz inconmensurable. Y unos arreglos que entre lo elegante, lo suficiente y lo sensual en aproximaciones hacia EBTG, el R&B e incluso sin desdeñar la pista de baile, pero siempre con una exquisitez y precisión que lo hace distinto al resto.
(Se puede ser elegante, eficiente y sofisticado sin caer en lo manido)



35: KING GIZZARD & THE LIZZARD WIZARD_fFLYING MICROTONAL BANANA

Hay veces que la hiperactividad puede pecar de cansina y contraproducente. De echo, el multicombo Australiano está ahí rozando el jartimiento a base de igual pecar de exceso; algo que dicho sea de paso, odio con toda mi alma. Como si ya no tuviera suficiente con gestionar lo que yo considero: el tiempo hábil para disfrutar, degustar y asimilar un disco (que es de más de un año seguro).
Pues ellos publican cinco, ea!! Como una especie de Ed Wood donde nada se tira y todo se maqueta. Y entre tanto disco y canción; algunos de ellos prescindibles. Hay joyas brutas y terriblemente impulsivas, como el disco que aquí nos traen.
Un compendio de descargas entre la psicodelia, el rare groove a lo Johnny Pearson y las fusiones orientales más adictivas. Nueve bombazos que no bajan ni un segundo el acelerador totalmente enfocadas a la pista de baile, tal y como se pensaban en los 60. Y no es que inventen nada nuevo, pues ya hace una pila de años lo hacían infinidad de autores anónimos con el Krautrock, el progresivo y la psicodelia. Pero se agradece que en esta ocasión el criterio sea directo y sin ambages, al grano vamos.
(Difícil resistirse a su espiral, con la sugestión adecuada)


34: SEA PINKS_WATERHOUSE

Hablamos de Pop sin saber que por el camino hemos perdido gran parte del concepto inicial del género. No desde un punto de vista técnico, pero si desde el emocional y básico que creció en el tan mentado C86, Cherry Red, Sarah Records y oros que les siguieron al rebufo.
Pues el quinto Lp de este cuarteto de Belfast, puede que sea de esa minoría de discos que sigue defendiendo una esencia, sin propósito alguno de distorsión. Pop y punto. Con los argumentos de algunas de sus mejores composiciones sin el exceso de azúcar de discos anteriores, y con una muy buena dosis de enriquecimiento estilístico. Discos como pocos, donde nada falla y se disfrutan de principio a fin con una honestidad apabullante. (Por más que se quiera buscar “esa” banda de POP, ya hace muchos años que están entre nosotros)


33: ELBOW_LITTLE FICTION

Recuerdo unos años, concretos, en los que bandas como DOVES y ELBOW me enseñaron que había algo más tras el BritPop y sus terribles secuelas.
Desde aquel 2001 la experimentación y oscuridad de esta banda de esta banda de Manchester se ha ido transmutando en un épica, grandilocuencia y pomposidad nada afín con mis gustos, pese a que admito, han resuelto grandes discos. Pero es aquí, con Little Fiction donde encuentro por fin, a un Guy Garvey pletórico y de un lirismo excepcional. Un disco de canciones tremendas, a veces de una belleza menguante donde brillan por la esencialidad de sus esqueletos, y sobretodo por ser cantadas con el alma que se le pide a todo gran solista.
(Un disco vocal y líricamente muy Morrissiano)


32: MAX ANANYEV_THE WAY TO THE OCEAN

Seguramente encontraras pocos discos como este en las listas codeándose con ritmos aparentemente más contemporáneos. Indefendible igual en términos musicales de actualidad pero ineludible si entendemos las melodías desde los estados inanimados de nuestro alma, sensibilidad o esa manera de escucharla imaginando paisajes.
Aún perteneciendo más al mundo de la guitarra clásica más académica. Este joven de San Petersburgo con un debut a sus espaldas, y este primer disco publicado en reputado sello Preserved Sound. Roza estados de sensibilidad armónica capaces de conectar al Mark Kozelek de Sun Kil Moon en Admiral Fell Promises con el ambient más expresivo y cinematográfico.
(Un disco para sumergirse a ciegas en sus instrumentales)


31: MORRISSEY_LOW IN HIGH SCHOOL

Es de admirar que Morrissey haya publicado este álbum y de tal manera en los momentos presentes de su carrera: Viniendo de un fracaso comercial importante y cuando solo se le mienta para todo, menos por su obra. Algo por cierto, que aunque muchos critican y pueden no respetar. Yo por lo que a mi respecta y teniendo al Mancuniano como una especie en vías de extinción en este mundo extremadamente correcto de la música, adoro que el bocazas vuelva de nuevo con la misma decisión, sus mismas letras mordaces; porque la música es también teatro y espectáculo.
Además publicando uno de sus discos más valientes posibles, en un estado vocal creativo magnífico, y rompiendo de alguna manera con cualquier rastro de su pasado más popular. No es un disco cómodo donde aprovechar su mejores bazas; las del Pop hiperbritánico de los 90, o el más rockero de Your Arsenal o de Ringlaeder of Tormentors. Pero me parece un trabajo que va hacia adelante sin demasiado compromiso con su pasado más exitoso.
Y con un buen puñado de canciones, pese a no ser de esas canciones que entran de primeras, tan lícitas como el estigma de sus exitos pasados. Porque... sin discutir lo bueno que fue el pasado, hay que vivir en el presente.
(Un disco que ganará con el tiempo)


domingo, 24 de diciembre de 2017

AL OTRO MUNDO CON LA ÚLTIMA (4th PLAYLIST 2017)




Creíais acaso que me iba a largar alegremente de este florido 2017 sin dejar constancia por escrito y audiotado un último paquete de tonadillas? Yo desde luego que no; y mi vecino tampoco:
Toc toc!! tocaban sin saber si era puerta, martillo o carcoma la que golpeaba y me despertaba al Tum tum!! del sonsonete. Un ritmo percutivo, que esta vez llevaba un ritmo sostenido de afrobeat casi hipnótico y relajante.

Los cabrones de los hijos de la vecina de mi madre (los superiores cuando la hago compañía), esos no: Esos diría a veces que calzan un 46, o que bailan sobre mi cada mañana, algún tipo de danza africana desconocida. Quien cierra el ascensor del rellano sea cual sea la hora, tampoco:
A veces creo que toma a la desdichada puerta que carece de cualquier sistema cierrapuertas, y él, amablemente, la empuja como si estuviese saludando a aquel amigo al que no ve en décadas: -Hoooombre!! Manuel!! Y le atiza una palmada en la espalda con dos besos plantaos.
Maquineros que deciden instalar en los medios días salas de telares al otro lado del tabique: (onomatopeyas varias a ritmo y traqueteo). Puede incluso que sea tres plantas más arriba o el bloque de enfrente; no se sabe.
Maridos abnegados y aburridos que tienen al bricolaje como su único fin en la vida: Construyen y deconstruyen, pulen y pintan, agujerean y tapan al unísono; y las boradas son sus únicos momentos de meditación.
Contenedores que se sacuden en el aire frío y gélido de la madrugada. Llenos de vidrio que crepitan con mil sonidos diferentes la muerte y fenecimiento de botellas, botes y tarros. Con máquinas de limpieza que dan por comenzado el día a horas intempestivas, siempre inoportunas, y que scratchean sobre el pavimento sin el más mínimo sentido del ritmo.
Si te quedas dormido, ya habrá un butanero que si bien ya no aporrea las bombonas entre si desde el camión. Las usa como una Guacharca on Sincerro en un carrito.



Tembló la cama y bajo ella, de un cabezazo la levantó un palmo y apareció la cabeza de mi vecino: - Disculpe? Había abierto el muy cabrón un butrón.
Decía que había empezado a abrir una regata y que animado. Por el misterio de las melodías que sonaban al otro lado de la pared. Dio con más ímpetu del debido los golpes, y que se animó.
Su pasado como timbalero del grupo en una orquesta llamada, La del Tumbuctú; de fama local en la zona del Levante. Le inspiró en el frenesí del regate y toque del escoplo y así... apareció. Su historia me conmovió tanto: de como su madre le cortaba las uñas al Ras!! para que se olvidara de esa obsesión por tocarlo todo, de su afición por Peret, de la batería que se hizo de chiquitín con las latas de les neules y de lo bien que se le daba tocarse la carrillera con ayuda de la lengua y los dedos.
Tal fue la llorera al escucharla, que desayunamos juntos con un café con leche y churros.

Brotó una amistad profunda y sincera tal, que ahora cuando oigo un redoble de martillo, le contesto con un zapateao; como las tribu africanas oyes!!
Esta noche aquí en mi tierra celebramos el Caga Tió y claro, habiendo golpes de por medio, lo he invitado. No solo eso, sino que esta última Playlist del año; porque las cosas se hacen y se acaban (más tarde que pronto), o no se hacen. Se la he dedicado por entero. Va por mis vecinos!! artistas frustrados de público anónimo!!

Así que antes de ponerme por la labor de relataros mis recomendaciones discográficas del 2017. Que no sea por falta de música.

00_BIG THIEF_Shark Smile
01_MICHAEL HEAD & THE RED ELASTIC BAND_Wild Mountain Time
02_MICK HARVEY_Contact
03_CIRCASSIAN_The Longest Story
04_KING GIZZARD & THE LIZARD WIZARD_Melting
05_MOGWAI_Every Country's Sun
06_SHEER MAG_Rank & File
07_DANIELLE LUPPI & PARQUET COURTS_Flush (feat Karen O)
08_CHARLY BLISS_Percolator
09_FIRST BASE_Not that Bad
10_EPHRATA_Breakers
11_THE HORRORS_Something to Remember
12_BLACK ISLANDS_Sébastien
13_DEAD PARTIES_Flowers
14_LA BIEN QUERIDA_Permanentemente
15_OBLIQUE CON CARLOS BAYONA_Stop the World
16_THE DEARS_1998
17_SUN KIL MOON_The Highway Song
18_PROTOMARTYR_Half Sister
19_OUT LINES_Our Beloved Dead
20_GOLD STAR_It Ain't Easy
21_GUN OUTFIT_Strange Insistence
22_PAPERNUT CAMBRIDGE_Dont be Lonely (feat Deerful)
23_WILD BEASTS_Punk Drunk and Tremblig
24_THE RURAL ALBERTA ADVANTAGE_Brother
25_THE WOGGLES_Mothra Hai
26_METZ_Cellophane
27_THE WEDDING PRESENT_England
28_JAPANESE BREAKFAST_Till Death
29_DESTROYER_A Light Travels Down the Catwalk
30_DAY WAVE_Ordinary
31_SPRINTERS_Good Years
32_SOUND OF SPUTNIK_New Born (feat Ummagma)
33_BILL RYDER-JONES_Just Like Honey (J&MCH cover)

miércoles, 20 de diciembre de 2017

BEAUTY HORROR_ THE HORRORS IN APOLO_Barcelona 12/12/17



Dicen que a partir de cierta edad uno debe hacer solamente ya, lo que le dicta el corazón. Que tanto si ejercimos de alumnos distraídos como de maestros presignados, hay momentos en los que ya no se necesita leer el prospecto para acertar a tientas con lo que toca.
No hay hábitos, costumbres, dietas o vallas de esas que te dicen: Por ahí no pases!! Sino mirar, más a que te enseñen. Siempre digo que no hay que creer en los gustos y los hábitos más que lo justo, pues de costumbres está ya llena la vida como para acostumbrarse y aposentarse. Que si de algo no estás del todo seguro, mejor te acercas, palpas, chupas y saboreas. Y que si tantas veces te dijeron que essto no sse toca quita, con esso no sse juega dame!! Igual es porque la única diferencia entre la inconsciencia y conciencia a la hora de hacer lo que no toca, es el propósito en si mismo: Ahora sí, ahora ya se lo que quiero es el erotismo del riesgo.


Por eso mismo y aunque mil doscientos angelitos y demonios estuvieran andorreando por mi cabeza, diciéndome lo que sí o no debía hacer. Al final, como siempre. Le hice caso a mi corazón que latía con fuerza.
Y si la causa de ir a ver a The Horrors, no era otra que bailar por el simple hecho del disfrute. Su último trabajo, no siendo exactamente lo que antaño se esperaba de ellos, es de largo el más efectivo, eficiente y resolutivo. El que ha hecho que el querer verlos en directo, solo y nada más, obedeciese a la llamada impura de “Something Remenber Me Be”.
Una de esas canciones/tonadillas que a mi, e igual solo a mi. Me teletransportan a aquellos amaneceres de despuntar el alba, reconstruyendo la noche, la fiesta y esa sensación de escalofrío que te recorre el cuerpo cuando sabes. Que si bien la velada no ha sido perfecta -pues no creo en ello- si ha sido inolvidable.
Normalmente esas noches acaban siempre con una canción mítica. Ni la mejor ni la peor, pero de las que tu bien sabes que son míticas, distintas, que capturan momentos, vidas y casi siempre compañeros/as de viaje. Pues de esas The Horrors tienen un montón. Igual no tantos discos redondos que los acaben confirmando como una banda fetiche para los que añoramos los finales de 80's y primeros 90's. Pero si por lo menos, como la de un grupo de muchachos creyentes de lo que hacen. Y honestos en su objetivo de no renunciar al privilegio y disfrute de explayarse en un aspecto musical que igual ahora es un poco tabú: El Postpunk acaramelado, el indie épico y todo lo que nos echaba a la pista a los de negro.
Sisters of Mercy, The Mission, Psychedelic Furs, David Bowie, Mansun... Y en general un sonido que sin seguir al pie de la letra, épocas pasadas. Le da un baño de pop bailable oscuro a todas sus canciones, que reconforta y renueva su fondo de armario que peligraba en estancarse, o bien perderse en los abismos de la concreción insípida.

Pero yendo al caso que nos interesa, su directo con sus canciones. Y a expensas de que no me considero en absoluto seguidor fiel de la banda. Incluso diría que como casi todo que está en boca de muchos y de inmediato se les etiqueta, yo, que soy desconfiado por naturaleza, los cojo con pinzas y peco de crítico.
Me dejaron tras el concierto, por compañía, ambiente, y escasez de muchachada fervorosa. Con la misma sensación de cuando te duchas después de un caluroso y duro día de trabajo: De una pieza y en estado esponigiforme; de placer digo.

Podríamos ponerles mil pegas, e incluso emperrarnos en que todo lo que nos recuerdan es infinitamente mejor. Podríamos también estar cerrados en banda y podríamos igual morirnos poco a poco entre moho y limo.
Pero después de tanto darle vueltas, solo atiendo a canciones. Sí además suenan como una bomba rítmica: esa en la que bajo y batería son los dueños de siempre. Y las canciones hablan por si solas sin el exceso de producción del disco; tan en voga estos días. Poco hay que objetar.
Su último álbum es un sin parar de idas y venidas a tiempos muy memorables; mis tiempos. Un tirar por el camino de en medio, y pese a pecar de un exceso quizás de electrónica, la esencia, las canciones en si. Son una tras otra dianas seguras, mal que nos pese y queramos tacharlas de... y otra más?
Hologram” quizás para mi gusto la más floja; aunque perfecta para abrir el telón. La percha de Faris Badwan, que recuerda y bebe hasta en gestos y fealdad a la de Joey Ramone y zas!! Suena “Machine”, y todos en el bote: Un temazo para un servidor, sin reparos (muy Stripped Vicar de Mansun). “Who Can Say” o un “Mirror's Image” junto a “Sea Withim a Sea” de su tremendo halo oscuro, que dejan con respeto, a “In and Out of Sight” como una mera anécdota.

De vuelta a su nuevo y flamante disco V, una sibilina y oculta joya como “Weighed Down”, y una “Press Enter the Exit” que para mi gusto y con esa remembranza a Inspiral Carpets/Stone Roses que emana, sonó demasiado floja y dormida; una pena.
Hubieron lágrimas con el cierre de “Still Life”. Y como cabía esperar dos bises tan distintos entre ellos y buenos a su vez, que solo por eso les honra: “Ghost” y la maldita “Something Remenber Me Be”, instigadora de mi último concierto de este combulso 2018.
Por esa capacidad de malearse y torcerse entre lo aparentemente mainstream, y latente oscuridad. Que dio cita a muchos viejos compañeros de fatigas de pasadas y gloriosas épocas pretéritas. Valió la pena el asunto que nos levantó un palmo del suelo.

Porque a fin de cuentas, los años hay que guardarlos en polvo de nácar con música. Para que estamos aquí sino.

domingo, 17 de diciembre de 2017

DEAD PARTIES Y BLACK ISLANDS: QUIEN GRITA DESDE AHÍ ABAJO?__Café Marula_Barcelona_ 7/12/17:



El Jueves 7 tendimos puentes. Como viene siendo habitual y casi como las liturgias que llevan a los feligreses puntuales a ese mismo sitio donde ocurren las cosas.
Unos montaña arriba en procesión para venerar a los Depeche Mode. Y mi hermana y yo de la mano, como quienes buscan por entre calles del Gótico aquello que perdimos una noche de madrugada. No sé, hacer las cosas porque sí, sin razón aparente, porque hay una llamada prácticamente inaudible que te grita desde el fondo: - Ven ven ven!! Baja a jugar con nosotros...


El por fin esperado debut en sólido y compacto disco de los Australianos afincados en Barcelona, DEAD PARTIES. Y como no, el caramelo a la puerta del colegio de los partisanos también de Barcelona, BLACK ISLANDS.
Un interés por duplicado a raíz del solvente directo que nos brindaron los primeros, el año pasado; abriendo la visita de THE DRONES. Y el de los segundos, como de uno de los mejores y más vigorosos discos nacionales del 2014, y el incentivo de escuchar sus más flamantes composiciones.
Nos llevó a autoinflingirnos pomadita de la que sin curar, alivia las penas (con suerte también la de mi lumbalgia), y te deja caer de vez en cuando por el desagüe de lo evidente. Allí donde se va para huir un poco de los formalismos que están acabando por decorar prácticamente todo. De la misma manera y en una especie de sala de los espejos donde: o te contemplas a ti mismo, o a algo que se le parezca.

Ya estamos en Navidad; es una evidencia. El pescado vendido y cada uno arrastrado por el vórtice a su manera, con o sin salvavidas. Y esperando que acabe el año, supongo que para resetearse o bien suicidarse; la cosa está muy malita y no hay ni tirita ya que nos cure la imbecilidad.
Así que uno si bien puede torturarse con sus achaques: dolores de huesos y articulaciones varias. Y una lumbalgia que ha mermado mi capacidad de respuesta en cuanto a publicaciones, y ya voy tarde.

Pero no voy a excusar mi ritmo de publicaciones e impuntualidad. Porque en muchos casos el echo de no cumplir con el YÁ de las obligaciones, es porque he preferido MI AHORA. Y si fuera de otra manera no os estaría contado esto al cabo ya de una semana (que para qué tanta prisa, si el que no vino ya no tiene remedio y el que lo hizo lo sabe ya), AntiVicentismo a tope.
Básicamente porque entre el concierto que se marcaron BLACK ISLANDS ahí, a las puertas del Invierno, y que uno se vaya quedando progresivamente con la sensación de que está en la montaña respirando menta, romero y tomillo. O metiéndose entre pecho y espalda un Mojito a pie de una playa tropical.
Es para pensar que todo, o el 95% del mismo, irradia la misma frescura de todo aquello que sonaba hace 25 años y lo hacia porque todo era aventura.
Y no es por parecidos estilísticos estrictos, sino por sensaciones ambientales. Esas que te dan una perspectiva mucho más amplia. Y que dejan que sin obviedades, uno se cree sus propios referentes.

En mi caso, si ya me emocionó ver que una banda de Barna apenas comenzando, ya me remitían a un tiempo del cual parece todo se quiera borrar. No solo por lo más recurrente que son los 90's con descaro, sino por esa mirada de reojo aun todavía más antepasado del que el rock español se debería sentir más en deuda si cabe: Burning, Surfn' Bichos, Lone Star, Radio Futura o 091, por citar algunos nombres. E insisto, no lo digo por parecidos, sino por sensaciones.

También porque a la llamada para acompañar a los Australianos; con una mirada más puesta en sus referencias anglosajonas: Desde Neil Young hasta el Shoegazing rasposo, pasando por un Powerpop Made in Antípodas fabuloso.
BLACK ISLANDS la equilibraron en contraste, con un repertorio tremendo e inédito; salvo su imprescindible himno”Benicassin 97”. Todo nuevo, todo renovado; que tres años sin publicar da para estudiar la jugada. Me atrevería a afirmar, que todo el material que sonó el jueves, todo esta vez en castellano, todo con un brillo inusual que todavía asume más riesgo, y con un directo sin fisuras que valgan.
Si por fin se publica en Febrero del año que entra, podría (o debería), ser por fin el álbum que los confirme como una de las bandas que mejor ilustran el indipop antigeneracional. Antiarrugas, y anti supongo, todo aquello que basa la novedad y el riesgo en la misma creatividad que un selfie con morritos.
Exilio de Amor”, “Playa Interior”, “Montaña Mágica”, “Juventud Perdida”, “Hospital”, “Ora Pro Nobis” en su primera parte más efervescente y pop. Y acabando con la intensidad honda de “Transfobia”, “King Kong, el último abrazo”, y dos temas que nos/me van a augurar un 2018 excitante: “Veneno” y “Reino Animal”.
Dos temazos que devuelven de nuevo, a unos BLACK ISLANDS empastados, de lírica audaz y sonido no renovado ni más maduro porque eso me parece una soberana gilipollez. Simplemente en su punto: fácil, con textura pero sin exceso, con pegada pero sin futilismos, prácticos y más funcionales que una navaja suiza. Lo necesitábamos!!



Nos dio tiempo a fumar un piti, echar un trago y dejar que la sala se acabará de llenar sin llegar a agobios, sorpresa. Mientras sonaba ese Soul Funk caustico que nos tiene acostumbrados el A Wamba Baluba en sus sets. Fue curioso observar la cantidad de adeptos que tiene ya esta banda; principalmente de la cada vez más numerosa comunidad anglosajona en Barcelona.

Voluptuosidades propias de quien o quienes aspiran que la ambición no sea un inconveniente. Arrojando a una banda, que pese al reducido espacio del Marula, casi echaron abajo las dos columnas; que como los Argonath dan y quitan el protagonismo. Y con su veterano frontman Etienne Mamo (The New Black) sabiendo bien como hay que ajustar las clavijas para que canciones que van del Rock al Pop entre lo Indie y lo clásico, suenen como hits desde el minuto cero.
No en vano, y ya con un montón de canciones a su espalda cuando empezaron a dejarse ver por nuestra ciudad. Su ansiado disco de debut, podría decirse a primera vista que sabe acertar a la primera con lo que son esas canciones fácilmente memorizables y de innegable calidad:
Recuperan el shoegazingcon con alma rock que tan bien han sabido gestionar las bandas venidas de Australia. E igual que Black Islands, actualizan sonidos atemporales (Catherine Wheel, The Church, la última etapa de Ride, la parte más americana de los Jesus...) sin abusar del revivalismo obvio. Sino homenajeando de evocares temazos, una época apenas definible.
Simple y llanamente porque su disco de debut está inundado de canciones brillantísimas : “Bleed”, “All Our Times”, mi favorita “Flowers”, y por su puesto dos de sus hits de lanzadera: “93” y “Disappear”. Público volcado con un ambiente cojonudo, que es lo anhelado en este tipo de conciertos de carácter cotidiano. Y afortunadamente con bandas de nuestro territorio que andan sobrados de calidad, talento y riesgo para no hacer lo típico.

Me motiva eso. Ver el brillar de los ojos cuando la gente te cuenta sus objetivos, charlar de música por puro amor, que la gente emprenda viajes sin claro destino pero con ilusión. Si hay algo por lo que merezca la pena vivir y disfrutar, es por los proyectos inciertos pero ilusionantes.

sábado, 9 de diciembre de 2017

DESTROYER Y SU UNIVERSO MUSICAL 27/11/2017 Sala Bikini_Barcelona



Hay una luna en creciente allí colgada en el horizonte, difusa por esos elíseos cirros que anuncian el inminente frío invernal. Y un manto sonoro igual que los cobertores peludos. Que invitan a meter la cabeza hasta el asfixia para inflamarse por combustión.
Para cuando estas líneas se publiquen, y en vistas de que mi hibernación no es más que un síntoma más que evidente de la compota de ideas necesaria para que aflore el pensamiento. La Luna ya estará en menguante y la cama todavía sin hacer (la mama, las piernas, el yo y el tú, la contemplación...) Y más etcéteras que se unen al goteo discontinuo de mis publicaciones y sus razones; eso sí, al final más fieles que puntuales.
También sin apenas renunciar a la obligación de soportar este frío, ya amigo y listos? Ya!! También el querer acurrucarnos en las canciones de Dan Bejar, pasados ya los casi camino de las dos semanas.

La excusa perfecta sería el calorcito de bellú de su temario. La llama que como la fogata atizada ha convertido esta gira del KEN; o por lo menos como la hizo sonar en la ciudad condal. En algo que dista relativamente a la sensación sonora que nos dan sus discos en estudio: Introspección, delicadeza, fragilidad, recogimiento o también ese viajar por un instante a alguna época pasada de nuestra juventud.
Todo ello agitado en cocktelera pero sin frivolidades vermuteras y más nadando en whiskeycerveza. Para que gloriosamente apareciera el Dan Bejar de los histrionismos corporativos de New Pornographers, o el que daba por lo menos, esa mueca menos coral y más sabrosa a las canciones que llevaban su firma en el combo Canadiense. Que vaya por dios!! es la que precisamente a mi más me gusta; sin despreciar los guiños de Pop satén que tienen sus discos propios, por supuesto.

Y cual debería ser el objetivo si no, cuando uno decide echar su suerte en un concierto?:
Que te guste el artista? Las canciones calentitas que viene a presentar? El fichar y hacer muesca para contarle a nuestros nietos frente a la catalítica, lo mucho que molábamos?
No lo cuestiono pero... si DESTROYER tiene un plus en alza que cotiza en directo, son los fabulosos músicos que le acompañan. Algo además, que no tendría sentido si fuera de otra manera (que la hay). Pero oigan, DESTROYER no mola solo por las historias que te cuenta Dan, ese fastuoso halo cosmopolita y sofisticado sin excedentes de su Pop de biblioteca y si me apuras el ramalazo de Funkysoul pulcro a los Blue Nile; no.
Lo hace y mucho, esa idea de que si todo suena en su disco con intención (tempo, metales, cuerdas y teclados), enriqueciendo cuanto más se escucha. Es inequívoco que la cuestión sería llevarlo al escenario; que no es fácil.
En fin, que ver sobre el escenario a siete músicos más el protagonista, sonar como un piano de cola afinado, es... Lo más parecido a levitar amigos.
Enumeraría unas cuantas bandas que lo han conseguido: Luna, Tindersticks, Delines, Bill Callahan o Riley Walker; alguno más seguro. Pero pocos que se tomen de manera tan seria, intensa e intencionada un directo con el mensaje que más o menos quiere transmitir. Podríamos creer que en el Primavera Sound de hace dos años fue igual, pero no chavales.
Si hay un antes, tiene que haber un después. Porque una gira ha de ser por narices la mesa de disección y prueba de equivalencias de un disco o repertorio. Allí fue todo más maduro, sensual y panorámico si se quiere. Y curiosamente, ahora que su nuevo y flamante disco nos parece llevar a una escena más oscura, satinada y sintética. Su directo eleva la intensidad electrificada y nos convierte la dulzura y melancolía de sus canciones, en una especie de burbujeante cocido:
El caldo que bien podría ser esa base donde trompetas, saxo y teclados hacen de medio e identidad. Donde la chacina salta y corretea: ahora algo que se parece al funk negro, pop de libro y una infinidad de referencias solubles a la grasienta parafina hidratante que Dan Garbancero convierte e ilustra en su propia seratina. Esa droga que a unos cuantos nos ha hecho revivir ese otro Pop de aires Bossanova jazzy, pero que en el fondo confluyen tantas y tantas cosas. Diríamos que esos metales usados como un efecto, y la voz de Dan. Hacen de diluyente y sea cual sea la evocación, todo acaba sonando a DESTROYER; parecido pero distinto. Igualito que esa cucharada de guisado caliente que nos sacia el hambre y culmina nuestro paladar.


Dicho esto, el asunto de narrar cada una de las canciones que sonaron, sería de una gilipollez total. De echo ya me parece de una gilipollez total la cosa de explicar un concierto canción por canción (yo el primero). Cuando deberíamos de hablar de caer en ese mismo ostracismo del autor, cuando entre estrofa y estrofa se agachaba a darle un trago al whisky, y otro a la cerveza.
Yo en eso y en mi estado perenne de flotación me identifico. Porque con 20 años, ya vi el placer de combinar el chupito de Bourbon con la cerveza. Después solo vendría la modulación instrumental, alternando los ramalazos de puro Rock, el ahora voy y me tiro al postpunk The Cure que ilumino con un flexo y acaba sonando a otra cosa.
Toboganes uno detrás de otro que caían en simas, o subían a promontorios, por ejemplo.... “Time Square”, “Chinatown” o “A Light Travels Down the Catwalk”. Y será tan estúpido como reconocer que me gustaron mis favoritas; ves? Ahora bien, si solo vas a un concierto esperando escuchar eso que solo te gusta del tipo. O esperas a que entre canción y canción te mire fijamente a los ojos y te guiñe un ojo. O que se yo, que cuando se agache a darle un trago a la cerveza te de la mano (A TI). Incluso que venga mamao del backstage, y en el concierto solo beba agua (normal). Ese ves, no es Dan Bejar.
DAN es ese tío que flota con su música igual que lo deberías hacer tú. El mismo que aunque empezara en la habitación de su casa componiendo folk casero, soñaba cada noche con hacer un musical Bradway.
Pues bien, su directo ahora mismo. Es ese Musical de Broadway hecho a un cuarentón con herencias ochenteras, oscurillas y poperas de los 90's pero de mente espatarrada: Un conjunto de músicos entrando y saliendo de la canción con la precisión y poesía del Ballet de Bolshoi. Y haciendo que la canción no se resienta acabando por ser un caos; sino todo lo contrario. Todo fluye, todo confluye, todo aporta, todo se convierte y crece sin límites porque las canciones están pensadas para sobrevivir al tiempo.
Dan Bejar por la valentía de creer y buscar algo. Y la de Josh Wells (el batería), como el del genio en la sombra capaz de llevarlo a cabo en la sombra (50% talentos). Por eso, solo por eso. “Rubies” es eso: diamantes que en directo suenan como han de sonar. “Stay Lost” esa canción que muchos componen pero ninguno hace sonar como él. O la dulcísima “Hell” de la mano de “Dream Lover” que la convierte en fuegos artificiales. O ese magistral estilo para mantener la euforia y al público, en un estado continuo de flotación y júbilo.

Si alguien creía que KEN era el hermano menor y más superficial de POISON SEASON, es porque no se imagina la idea de escuchar a ambos en directo. De combinar esos tres últimos discos que lo han medio puesto ahí, en un estado de reconocimiento, pese a poder casi llenar tan solo la sala Bikini. Cuando quizás debería llegar a mucha más gente. Y ver que se complementan e incluso igual que los muebles del IKEA, se pueden combinar entre si con extraordinarios resultados.

Y aceptar como tal y de una vez por todas que la sociedad (y consigo la música y cualquier otra cosa), esta cada vez más vectorizada. ¿custión de calidad? No señores. Cuestión de comodidad, confort, seguridad o como se le quiera llamar. o de riesgo, emoción y aventura. Que cual escoja el suyo.

domingo, 26 de noviembre de 2017

GEORGE BEST Y LA IMPORTANCIA DE SER KEVIN_30th




No os lo vais a creer como corrían, saltaban y resoplaban entre el sudor de un Otoño más que inminente. Porque si hay todavía alguien que discrepe en la capacidad de embeber de tiempo y edad que tiene la música, a los leones con él!!

La mirada atónita de los virtuosos del jazz que decoran la Nova Jazz Cava de Terrassa, fueron testigos del extraño suceso:
Las luces confluyendo sobre el skatalítico escenario del coqueto auditorio de artesonados, apantallados, la forma de la platea; que bien podía ser la de una ermita en lo alto de un promontorio. Y un puñado de acólitos donde ya por tiempo, ni jerarquías o galones hay que valgan. Si no es la palabra y el acorde a golpe de “Oh Why do you catch my eye, them Turn Away?” los que prácticamente resumen el secreto del elixir de la eterna juventud.


GEORGE BEST se publicaba hace una treintena de años bajo el techo de Reception; prácticamente autoeditado. Y allí, en su flamante 1987 de puente colgante, entre la herencia punk de finales de los 70 y lo que sería el rebrote del indie como un alka-seltzer a punto de ebullición. Treinta años después, sigue siendo uno de los más frescos testimonios del Pop ganzúa. Con el que forzar ese cofre que explica de que va el indie de la era verdadera.
Ese mismo que el pasado 5 de Noviembre, a base de melodías. Acabo convirtiéndonos a los allí presentes, en niños de ojos brillosos con su juguete favorito entre las manos.
Hubo incluso algún que otro relevo generacional de padres a hijos: De padres que se vuelven criaturas momentáneas, y de abuelos que invierten su reinado en timbas de tengui y falti; que si no fueron todas, sí los amuleto.

The Wedding Present, ya tan solo con el bueno de David Gedge al frente. Ha sabido rodearse de discípulos aplicados, en eso de dar a su temario más clásico el tono adecuado. Y a sus nuevas composiciones la entidad acorde con su evolución.
El cuarteto de Leeds, no es que haya cambiado o se mantenga tenaz en un sonido de culto estático. Sino que ha sabido como pocos, contextualizar la idea del Pop de guitarras en su tránsito hacia la actualidad: Mezclando y equilibrando la sonoridad de su primera época, la de Seamonsters, la reflexiva de Take a Fountain, e incluso la de Cinerama. Dando con ello, a un sonido flexible y maleable como pocos podrían imaginar en una banda como los Wedding Present, con fama de tener recursos limitados y un sonido pretoriano. Sin embargo, su frenética actividad desde hace ya quince años los ha hecho justos merecedores de por lo menos: la justicia de debatir sobre la equidad entre su pasado/presente.

Y lo cierto, y esto es una opinión totalmente personal, creo que no hay tal discusión; descartando la mera cuestión de gustos.
Porque una cosa es el deseo que tenga uno de poner los ojos en blanco y alcanzar el mantra con las canciones de su juventud. Y otra bien distinta, el recorrido fondista que tiene su temario; y sobre todo el menos agradecido para la crítica.
Arrancar en frío con un “Once More” a pico y pala por ejemplo, es de ser un padre muy cabrón. Ver que tus pies quieren elevarse del suelo, para volver a un “Yeah Yeah Yeah” Watusi. Y forzar su lado más simbiótico Cinerama/Wedding con “Girl in DDR” de una pobre y abandonada Valentina. Si es que los hay todavía empeñados en mezclar churras con merinas.

Y es que además, meterlo en un contexto de chip George Best ochentero, que es lo que todos esperábamos. Es de tener las pantecontepantes muy bien puestas; y me encanta!!:
Ahora que un “Corduroy” del Bizarro. Y ahí, cuando más apuntito estás... la preciosa “Perfect Blue”. Pareciendo todo ello y ante mi creciente impaciencia, un curso intensivo de la vida de los de Leeds en seis actos.
Porque amigos. Aun y apurando el suspense. A estas alturas de función, Wedding Present siguen guardando caramelos en el forro de su roto bolsillo al estilo de sus mejores caras B sorprendiéndote con un “England” instrumental, descomunal. Que nos preparó con modularidad y suspense Hitchcockiano lo que vendría a ser: -Y de repente Felicidad?

Ya lo decían hace 35 años Edwyn Collins con los Orange Juice, y lo repetían los Wedding cuatro años después: Now I'm in a stupor
Behind the scenes which say
This was is OK
The clarity of my eyes
Shines both in memories of past victories
Fine scenes shining while, shining white
FELICITY a fin de cuentas. Que aunque no sonó, basto con ese brillo de ojos, los aullidos y las sonrisas, que parecían ser un mismo reflejo de la de David; porque su sonrisa lo delataba.

Sonaba “Everyone Thinks He Looks Daft” trotando rocinante como los cascabeles. Afinando y modulando las guitarras en un ejercicio más Pop que Punk y luego... “What Did Your Last Servant Die Off?” pareciendo brillar el sol por encima de unas montañas en plena noche del Domingo: igual que ese preciso whiskey después del café que te quita veinte años de un bofetón. Sabes que hay canciones del George Best, y hay muescas todavía recientes en tu piel de cuando la vitamina joven todavía relucía. “Don't Be So Affraid” flojeando las piernas y así hasta trece, entonándose in crescendo ascendente, de quien bebere y mamare guitarras de las que arañan en plenos 90 veinteañeros.
A Million Milles”, “All This and More”, “My Favourite Dress”, “Shatner”, “Something and Nothing”, “It's What You Want the Matters”, “Give me Love to Kevin”, “Anyone Can Make a Mistake”, “You Can't Moan can You?” y un “Bewitched” incorporado a la fiesta; como la guinda del pastel.





No sabría decir si fue Kevin quien me partió en dos el corazón. Si fue el abrigo de buenos, grandes y viejos amigos con hijos que pueden ver a sus espaldas. De padres/hermanos que suben por el helio vaporoso que despidió ese último pacto diabólico de D. Gedge con su pasado. O porque si las cosas cuando se hacen por que sí, y porque apetecen a fuerza de darle kilómetros y betún a una Capitone Mercedes; tienen eso: QÍMICA.
Huesudas y formidables odas al fin y al cabo, que se levantaron como benditos resucitados; y con ellas nosotros de la mano.
Siento que nos elevaron, que cerramos los ojos pero que todo transcurría como las moviolas: de adelante hacia atrás, al unísono. Que hay discos y muchos esenciales o míticos, pero pocos que deberían pertenecer a la escuela de primaria, caligrafía y ABC de la música esencial, donde el Pop es (la verdad absoluta y más inocente de mi vida).
Y que aunque uno pueda creer que su criterio es débil en nostalgia . Tanto que a uno ya a estas alturas se le hace una duda discernir la legitimidad de andar siempre hacia adelante, morderse la lengua a la hora del: - En mi época si que!!...O dejar que todo pertenezca a una simple mirada cómplice. George Best forma y formará parte de ese pequeño universo Pop rudimentario de barrio, que ahora nadie se atreve a emular. Igual porque hay cosas que pertenecen a décadas y sus habitantes. Secretos bien guardados. O demasiado querer parecer lo que no se es.
Pop desnudo, sincero, ingenuo y salvaje en la simpleza de sus acordes... Y pese a todo, inigualable en tiempo y actitud. De revisión obligada si se quiere entender de que sin pequeños no hay grandes que valgan, y lo más importante:
Que treinta años sigan ahí, indelebles y tocadas como los ángeles. Con más pasión si cabe y sin el desgaste de los años. Con un autor fiel a su idea de concebir el romanticismo Pop, a base de enriquecerlo sin la más mínima intención de cambiar. A golpe de furgoneta, con un perrito y unos chavales que insuflan más vida que la que nos quitó la edad.

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