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sábado, 20 de febrero de 2021

VINOMIOS#1: LA CIMA 2013 & MR. WRIGHT_HELLO IS ANYONE OUT THERE 2001 "MORIR DE AMOR BIEN VALE UNA VIDA"

 

"El próximo mes de julio se cumplirán 20 años de esta maravillosa anomalía artisticodiscográfica. Publicada desde Michigan, y elaborada en Londres bajo el paraguas del ya desaparecido sello Le Grand Magistery (ahora en Darla).

Toda una casualidad, pues el anticipo a la efeméride obedece más a una necesidad propia de emparejamiento vino/música. Que a cualquier otra obligación de recordar los grandes momentos que nos brinda la vida, solo con la ceremoniosidad de los aniversarios de etiqueta, y efemérides de chaqué o levita."

 

Es posible y hasta me aventure a datar el instante de la asociación, en ese momento por el cual. El disfrute y el placer reduce el ritmo cardiaco y las constantes, hasta quedar una instantánea que se asemeja muy mucho:
Al haz de luz que cuela por la puerta del balcón e incide justo en la mesita de mi salón, las motas de polvo y micropartículas flotando en el aire, y la contra luz tras de la copa. EL ÉXTASIS

 

El éxtasis melancólico del invierno y los grises con claros de sol, es una de esas enfermedades que todavía no figuran en ningún listado de la OMS. Pero que los llamados “vinos tranquilos”: Aquellos que necesitan de postrarse a los tempos que ellos mismos dictan, para reflexionar, observar su fantástica evolución en la copa, e intentar en vano descifrarlos.
Son los mejores compañeros para sumergirse en el deleite de unificar los elementos y las evocadoras conexiones invisibles, qué mejor estimulan nuestros sentidos.

 

 

HELLO IS ANYONE OUT THERE es esa minúscula cima, que Kevin Wright publicó en 2001, tras FANCY MAN/97 y STAR MAN/98; dos preciosos discos de pop frágil, despojado y sin el más mínimo rastro de opulencia.

Hello is anyone es otra cosa distinta. Y no hablo de cambiar esa parte más juvenil, básica y simple del pop, por algo más imponente y trascendental; aunque sí más majestuoso y evocador.
Su paso por Always en 1990 y siguientes dos discos en solitario siete años después. Obedecían a esos patrones, que hacían de muelle entre el dunedin sound y la new wave más popera del reino unido. Sin embargo, su última referencia en Le Grand Magistary. Ilustraba a la perfección esa manera en que la música de espaciadores Lo fi, deja en los silencios y planos largos, tiempo suficiente para imaginar algo más visual y evocador que lo que transmite la propia melodía.
 
 

 

“Ocean Boulevard” sintetiza en delicadeza y armonía. Los doscientos kilómetros que separan Dominio do Bebei de la costa gallega. Y muchos más, si seguimos el curso del rio Bebey hasta la desembocadura del Miño en el Atlántico.

El primer y sápido sorbo de LALUME 2017; un blanco de Teixadura salido de las viñas del Valle de Avia, Arnoia y Miño. Deja un inequívoco rastro de su proximidad al mar:
Cristales minúsculos de sal que acentúan su estupenda acidez, y un frondoso ramillete de hierbas de montaña para acompañar un rico desayuno de fruta blanca escarchada.
El primer vino de este proyecto del hermano de Adolfo Domínguez al que metí mano. Concluyó en lo que viene a ser un esperanzador sábado soleado en medio de un invierno extraño.
Puso luz sobre la “foscor”, vamos.
Y a partir de ahí. No encontraba momento para que la llegada del siguiente finde semana, coronase a otro gran vino; como vengo haciendo igual que en un rito de liturgia puramente pagana, para suplir mis carencias del calor humano que provoca compartir vinos en compañía.

 

 

LA CIMA 2013 no fue premeditada, aunque las coincidencias te lleven a pensar que en realidad todo es un plan perfectamente urdido por el destino.
Yo no creo en el destino, la verdad. Pero sí que creo que las cosas suceden porque el instinto te lleva por impulso, a sitios o situaciones que de alguna manera están intrínsecamente ligados al subconsciente. Otra cosa es el partido que cada uno le saque a estas pajas mentales, claro. Y yo, por pasión… que queréis que os diga a estas alturas. Lo doy todo.
De DOMINIO DO BEBEI, lo que puedo destacar de primera impresión es: El excelente trabajo de viña y paisajístico, y la precisión con la que elaboran.
Puede que no sea una bodega que delegue en la tipicidad y ese punto silvestre que podamos tener del carácter atlántico de Ribeira Sacra, como marca de la casa. Pero hay que admitir que el equilibrio, la esencia del territorio, y el encanto dispuesto a engatusar al más reacio, es innegable.
Así que no voy ahora a comparar SILICE VITICULTORES o XOSÉ SEBIO, con BEBEI; pues sinceramente no le veo sentido a comparar cosas realmente diferentes.

 

LA CIMA 2013 es una Mencía con una pizca de otras variedades (brancellao, sousón, garnacha). Una Mencía aprovecho a destacar, que no tiene nada que ver con cualquier idea preconcebida tengáis con las Mencías del Bierzo.
Y es cuando los compases de “Sailor on the Sea”, parece como si me empujasen a otear desde lo alto de las gargantas de la Ribeira Sacra. Buscando sin éxito el mar tan presente, en todo el temario de Kevin Wright.

 


 

Canciones que, azuzadas por la temblorosa voz de Mr. Wright, echan a andar torpemente como un potro recién nacido. Y acaban galopando in crescendo, igual que La Cima se abre lentamente… mutando, desvistiéndose y volviéndose a vestir. De caricias frutales, licorosas y rojo apasionado. Para luego aventar la hierba del monte para que nos llegue de sopetón, mezclada con el bosque húmedo y las rosas marchitas.
Uno, sube el volumen de la tremenda “Darling Honey”, empujado por esa oleada de violines tocada por la magia de The Gemso Orchestra y Yann Faurie. Esperando despertar del encanto a la bella hada, con la perezosa “The Night Watchman”.

 


 

“Coming Home” podría ser la perfecta compañera en un paseo por sus viñedos centenarios de altura, y trotando a ritmo de Divine Comedy.
Las canciones del señor Wright saben cómo nadie ralentizar el tiempo igual que un beso largo y eterno. Y La Cima, es esa pareja perfecta que se deshace en generosidad placentera.
Me atrevería a predecir que es uno de los vinos grandes del presente año. Que más placer e inquietud por descifrar su misteriosa aunque amable complejidad, me ha suscitado.

 

Un vino que pese a pertenecer a esas zonas frías y atlánticas, donde se presienten vinos cargados de ese floral de violetas o profundos recuerdos de tierra húmeda, lóbrega y ahumada, o la de la piel curtida. Aquí la parte floral, aunque está muy presente, recuerda más a la de las flores marchitas que guardamos entre las páginas nuestros libros. Y su fresco paso por boca lo hace tremendamente apetecible.
Después tiene esa fabulosa capacidad de mutar hacia una complejidad siempre cariñosa, y sin exigencias de prestidigitadores licenciados. Acabando por ser sumamente elegante en nariz, y dándonos señales de balsámicos, mentolados y eucaliptos. Que se enredan con una parte mineral muy bien domada junto a los taninos firmes, y un crisol de recuerdos marcados por la levedad:
Pan tostado, fruta muy madura, el fino mineral de pizarras, arcilla y arena que marca su rastro en su paso por boca. Vuelve la parte herbácea medicinal, más flores secas ligeramente lácticas o lo que pudieran ser polvos de tocador…

 

Todo es tan sutil y tan bien integrado con su frescura y postgusto realmente gastronómico (comiendo es una gozada con cualquier cosa por ligera que parezca). Que vale la pena -aun siendo realmente difícil por lo adictivo de sus atributos- darle tiempo e intentar afinar nuestras capacidades detectivescas e imaginativas.
La mano de Sara Pérez (Clos Martinet, Venus), y la de René Barbier (Clos Mogador) como padrinos y consejeros en el nacimiento de DOMINIO DO BEBEI en el 2000. Es en estas primeras añadas de La Cima, inequívoca y primordial.
Puedes cerrar los ojos, y sentir esa misma idea de entender el territorio y como debería hablar de él, un vino.
Agitas, hundes la nariz buscando recuerdos, sospechas, estampas de niñez; lo que da el olfato, que lo quite la demencia. Y te empapas de la melancólica “Missing you Still”, en la más legítima de las abdicaciones al amor incondicional; como si ambos estuvieran hechos el uno para el otro.
Danzas en círculos y elipses con la ensoñadora “Winter on Harrow Road”: Esa canción ideal, de arreglos exquisitos, rememorando en poesía a nuestro Lou Reed más tierno.

hello is anyone out there streaming 

 

HELLO IS ANYONE OUT THERE tiene esa escasa virtud de detener el tiempo. De alargar los orgasmos con una linealidad de capas crecientes. “I Saw the Light” lo clava en una instantánea sublime, salida seguramente de la simbiosis de la naturaleza, y su creación. Pura metamorfósis.
Con “New Day” y “Voyage”, Kevin Wright pone el broche a una obra para escuchar como quien escucha narrar una preciosa historia.
Uno de esos trabajos que rebosan en belleza absoluta, sin apenas alzar la voz y susurrándote al oído.
Deudora de oradores musicales de la talla de Leonard Cohen, Scott Walker, Nick Drake. Hijo putativo de Louis Philippe y Momus.  Y dejando el leve rastro de otros recomendables álbumes:
“Metropolitan/Siesta Records_2004”, un fabuloso dúo con Anna Nyberg de *Scarlet’s Well en “The Dreamers/Day for Night_2007” y finalmente “Diary of a Fool/Series Two Records_2009”.
Desde entonces no se ha vuelto a saber de él; desaparecido como el misterioso Lee Mavers de The La’s.

Pero no tengo la menor duda, de que éste, sería uno de mis diez discos imprescindibles, para entender el POP mínimo de máxima sensibilidad. Con La Cima, si el presupuesto y los autohomenajes os lo permiten. Aunque sea una vez en la vida, que son dos días.

 

*Scartet`s Well: Banda paralela de Bid (Monochrome Set)

miércoles, 9 de julio de 2014

EL FIN DEL CURSO: (GALLEGOS ELEVADOS AL CUBO) # VIÑA DE MARTÍN ESCOLMA, SALVAXE & ISSUÉ.




Alcé la vista para mirar la hora mil doscientas treinta y cuatro veces, no avanza. Y la esfera del reloj desprovista de segundero, me hacía más eterna la espera. Como si un minuto no tuviera en realidad sesenta segundos y sus mecanismos internos adoleciesen de reumatismo. Esa impaciente demora del fin de las jornadas, que ejerce un efecto dèjá vu de ida y vuelta sobre mis recuerdos. Y ese encontrado anhelo de dos situaciones distintas y comunes: El fin de las jornadas escolares, y por otro lado el siquiera imaginar que el largo sueño de verano me desproveerá de mis ansiadas catas subterráneas.
Llegamos al soporífero mes de Julio con sus sesteos intermitentes, cabezadas que decapitan la vigilia nocturna. El griterío de los insomnes que buscan la hostia bendita del dios del descanso y los perros; siempre hay un perro que ladra a los fantasmas de la noche. Llega la hora tocadas las ocho y pico, y pese a que a esa hora el sol no quiere ya ponerse. Colocamos la montura a nuestro coche (suenan unos primeros acordes), insertamos las llaves en la ranura, y sobre las marcas aún frescas de los neumáticos nos ponemos rumbo al municipio colindante.


Es la última cata antes del receso vacacional. Y aunque se que volveremos en Septiembre a encerrarnos en esa sima secreta, llamada Vadevacus, se me anuda el estómago solo de pensar en un largo mes y medio en dique seco. Un acontecimiento que sucede cada quince días y que en este extraño... ¿os he dicho ya lo extraño que ha sido este año?, y metamórfico año sí, también. Se pueden contar con los dedos de una mano a las que he acudido, ya que una especie de mal de ojo me ha dejado en vía muerta la friolera de seis meses; y la que te rondará morena.
Así pues, ya os haréis una idea lo que supone el colofón: Algo así como la esperada primera noche con el amor de tu sueños, que se consuma en una eyaculación precoz; vamos para entendernos, que el año se me pasado volando por lances que no vienen al caso. Y ya puestos, teniendo en cuenta lo poco que prodigo en relatar por estos lares mis experiencias Cata/tónicas (os/les debo una). Con lo que no hay mejor guinda para coronar un año extraviado, que hacerlo poniéndonos en manos de Jordi Ferré; todo un archivo de añadas, sabores y perfumes, pero con piernas.
Como decía nuestro añoradísimo Ignacio Gasca, alias Poch: - Listooos!!, para la inmersión!!

LA SIMA
Estoy seguro que más de uno pensará que esto de hacer catas es una moda de tantas; que si catas, degustaciones, expertos en Gin Tonics, maestros y maestrillos de ceremonias, patatín patatán... Como mola hablar de cosas que nadie entiende, hacerte el interesante, levitar sobre el resto de mortales y escuchar de otros aquello de: - Jo, es que tu eres un experto (modo falsa modestia On).
En fin no digo que no, que como en todo habrá a quien le muevan las cosas por saber más que los demás y hacerse el interesante. Yo personalmente pienso que las modas traen cosas malas y buenas. Y aunque es obvio que muchos adoptan el hábito por mera tendencia y pose, también es cierto que si esa moda hace que la gente conozca, aprenda, divulgue y se interese, bienvenida sea; y allá cada cual con sus actos. Si algo me ha enseñado la edad, es que todo en la vida es tan relativo, cambiante y variable como las circunstancias y la perspectiva; igual que aquella peli del 2004, CRASH.

Dicho de antemano en voz alta aquello que muchos piensan, y en el que me incluía yo; mucho antes de formar parte de esta aguerrida familia. Puede que me exceda en tópicos, pero además de tener la suerte de conocer a nueve fabulosas personas, amén de las que se unen de forma esporádica. Me felicito por la generosidad de conocimientos, caracteres y puntos de vista diferentes que compartimos todos en cada sesión. Y además del esfuerzo que realizamos, y algunos especialmente, en conseguir vinos únicos que de forma particular (por lo menos en mi caso), no podríamos adquirir o tener la oportunidad de compartir por precios a veces inalcanzables o por mera logística.
Cada uno a su manera, sin patrones ni doctrinas, siguiendo instintos y emociones. Soltando el lastre al que nos encadena el trabajo o cualquier angustia personal. Y sobretodo aprendiendo los unos de los otros sin prejuicios de ninguna clase y buscando siempre en la sorpresa, el mejor motivo para amar esta magia intrínseca que emana el vino, y todo lo que le rodea.

La del último jueves fue una de tantas catas a ciegas a las que nos hemos habituado en las últimas jornadas. Una especie de juego donde no se miden las sabidurías, sino la valentía para jugar al escondite con unos caldos, que en la actualidad derriban todos aquellos mitos sobre perfiles clásicos, uvas o zonas que delimitaban en el pasado cualquier atisbo de experimentación.
Y es que hoy en día es una verdadera suerte contar con productores avezados, que no se limitan tan solo a producir vinos previsibles y a dormirse en los laureles de la popularidad. Si no que buscan la identidad de la uva, del pasado, y del mineral que amamanta a las vides; vinos con terruño como se dice. Y sobretodo esa demostración de tesón al lograr verdaderas maravillas, con vides y zonas abandonadas a su suerte por su mala rentabilidad.
De los vinos Gallegos se ha hablado largo y tendido: de esa fama asesina que ha matado de popularidad a Rias Baixas (igual que a Rueda). Con unos rangos de precios que van desde la sobre valoración de vinos clónicos, gemelos, planos y aburguesados, hasta el derroche de otros con superproducciones que dilapidan el excedente en diluidas cosechas. No se habla tanto de los grandes vinos que emergen a la sombra de los triunfadores:
Pequeños pagos con ínfimas producciones, trabajos y dedicación titánicos, recuperación de variedades perdidas en el tiempo, o agriculturas biodinámicas que se ponen en las manos de los ancestros, para regalarnos verdaderas proezas de la naturaleza.

Allí fue donde nos llevó una de las catas más especiales, emocionantes y reveladoras de cuantas hemos hecho; sin menospreciar otras tantas con las que hemos jugado a adivinar donde está la bolita. Pero es que de blancos y tan fabulosamente desconcertantes, pocas como esta.
Se habló de vinos Franceses y Californianos, de alguna Garnacha del país. Se barajó la posibilidad de que se tratase de Viogniers, de Rielsing Alsaciano o que se yo, conociendo la putería de Jordi para buscar de debajo de una piedra lo más curioso o raro. Tres blancos rebosantes de personalidad que evidenciaban una procedencia allende de nuestras fronteras; porque seamos francos, no son tantos los blancos de aquí que sobresalgan por su indomable personalidad. Muy buenos eso sí, tenemos vinos blancos realmente buenos, pero que alcancen el nivel de personalidad única y diferenciada o que sean capaces de ganar con el paso de los años, pocos.
Así pues la carta de presentación de estos tres blancos tan distintos entre si, hizo que ni el más audaz y trillado de los presentes tuviera las santas narices de acertar con uva, zona o nacionalidad; teniendo la certeza de que estábamos ante algo único. Nos daba la risa tonta, exigíamos pistas, algún dato... nada, Jordi no soltaba prenda. Hasta que la sorpresa fue mayúscula a desenvolver el secretismo del papel de aluminio, y descubrir que se trataba de tres caleidoscópicos Ribeiros. Una denominación Gallega que se a visto diezmada por la arrolladora popularidad de Rias Baixas, y que ha quedado injustamente relegada a una división inferior, como vinos básicos y ligeros.


El primero, un meloso y balsámico VIÑA DE MARTÍN ESCOLMA del 2009. Un vino de Luís Anxo extraído de sus cepas más viejas, con tres años de crianza y un cupage de Treixadura, Albariño, Lado y Torrontés. Un blanco fruto de un rendimiento realmente bajo donde las viñas tan solo son capaces de producir un kilo por cepa; un verdadero elixir vamos.
Todo un señor vino rebosante de complejidad que evoluciona maravillosamente en la copa, y que promete por su corpulencia una exponencial ganancia con el paso de los años. Con la oxigenación y el atemperamiento gana mucho en nariz: Plátano, Miel, Mangos que con la volatilidad emana un agradable perfume a flores blancas y un toque lejano a anises. En boca es bastante glicérico y untuoso, se notan los toques minerales con una ligera remembranza al roble Francés. Es goloso pero muy refrescante a la vez por ese largo final que atesora, y por esa acidez tan bien integrada en el conjunto. Bien podría compararse con un gran Borgoña, y desde luego es una sensacional fiesta de sensaciones misteriosas.
Las botellas se abrieron cinco horas antes sin decantar, con lo cual es importante y a tener en cuenta de que hablamos de vinos para disfrutar sin prisa, con mucha calma y sin abusar del frío.


La segunda botella se trataba del SALVAXE del 2010, que como bien indica su nombre es un vino bastante más vivaz y heterodoxo, que destaca por la ausencia de fermentación meloláctica (proceso que se utiliza para suavizar la acidez). Este detalle importante porque estamos ante un vino de cultivo biodinámico, que evidencia aún más la grandeza de su gran estructura y equilibrio natural. Elaborado con viñas viejas y jóvenes de Treixadura, Albariño, Godello y Caiño blanco.
Mucho más controvertido en las sensaciones que desprende y con un perfume más intenso. Es un vino más abierto y exultante donde destaca la rotundidad de las Vainillas, el anís estrellado y el hinojo, que contrasta con un fondo a pastelería, mantequillas o tostados. Es otro vino cambiante que se muestra en inicio más cítrico y frugal pero que va adquiriendo personalidad con el tiempo. Muy complejo con notas muy entrelazadas, parece que va apareciendo al cabo de la media hora algo de ahumado muy volátil.
La boca es muy melosa y amplia, de inicio el que más me gustó por ese contraste entre la untuosidad y esa acidez salvaje que me recuerda a los blancos Italianos. Tiene un puntito de trigo fermentado, mineralidad incluso diría que un recuerdo a whisky de malta; probablemente por ese recuerdo a pescado ahumado y a su acidez. Desde luego no tiene nada que ver con cualquier vino gallego que halla probado y su frescor, ay su frescor!! es bárbaro que unas viñas con tan poca intervención den un vino tan estupendo y estilizado.


Para acabar lo hicimos con uno de los más curiosos de los tres, el ISSUÉ del 2010 y el más económico de todos ellos; que aunque sean blancos de alto rango, bien lo valen. Un vino donde la barrica parecía más presente por el tono amielado de su color. Un perfume embriagador e hipnótico que recordaba ligeramente en concordancia con los Riesling Alemanes, pero mucho más profundo y desconcertante. Con un ensamblaje más arriesgado del 40% de Treixadura y 35% de Lado, y el resto repartido entre Loureira, Verdellc y Silveiriña.
Muy floral en su nariz donde prevalecen los geranios la magnolia, algo de verdor y mentolados pero muy al final. Sobresale espectacularmente a lo largo de la cata un intenso perfume a toffee y a esos caramelos werther's, que es lo que más prevalece en su nariz. En boca se muestra radicalmente distinto a los demás como un tobogán de sensaciones. Se nota la madera, aunque está realmente integrada, los toques minerales y salinos muy al final. No sabría por cual decantarme porque la verdad tal y como nos indicó Jordi Ferré, son tres vinos que además de romper con el perfil hegemónico de los vinos Gallegos están prestados a evolucionar de manera asombrosa. Es esa misma robustez indomable y fascinante de los blancos Italianos, que en su transformación parece uno tener la sensación de estar ante vinos tridimensionales: En su apertura explosivos y alcohólicos, al cabo de los minutos mucho más expresivos y abiertos. Y con el paso de las horas (o días) y la ½ botella consumida, como otro vino extraordinariamente distinto; más desnudo, agradecido y generoso.



Con las diez pasadas ya, la miel en los labios aun y el embrujo apunto de convertir carrozas en calabazas, nos asomamos ya a la superficie para tomar aire: exhaustos, exultantes, felices, henchidos y con la lengua viva. Reunirnos cada quince días para compartir experiencias no es solo eso: beber vinos, aprender y descubrirnos/los. También tiene un/mi rito, un rito personal que va más allá de lo que muchos puedan pensar sobre las catas o los placeres de la vida: Como si se tratase de una liturgia más elevada que el simple placer de beber una copa, charlar y compartir, algo no exento de envoltorio, sugestión y elitismo. Puede que sea eso lo que nos han intentado inculcar sobre lo pecaminoso del disfrute y el conocimiento que se extiende como una plaga.
Pero se equivocan, porque el disfrutar en compañía de los gustos comunes; ya sea música, comida, cine, literatura, arte o cualquier cosa que nos sacie el hambre por conocer, no difiere en la temática en si misma ni en el nivel de máxima sabiduría. Si no en las ganas que uno tenga de descubrir sensaciones y pasiones colectivas; esa especie de cooperativismo y trabajo en equipo, que nos forma con el paso de los años y nos hace portadores del testigo. Un virus, el de la curiosidad, que debería inocularse contra el mal de la ignorancia y los juicios ligeros, y que se allá en cualquier cosa que nos emocione. Basta con arrancar un deseo y llevarlo a cabo con ayuda de todos, y derrumbar aquello que piensan muchos sobre las empresas o el coste que representan.
Para mi lo es todo. Desde el mismo instante en el que me monto en el coche, pongo la música que me inspira el momento y disfruto del recorrido. Admirar el paisaje de extenso campo que separa mi municipio del destino, observar gentes, ciclistas y corredores. Mujeres con su cesto de compra, imaginar historias alrededor de transeúntes anónimos y volver sobre mis pasos con la noche ya cerrada. Ahí suenan canciones, estupendas y mágicas canciones que ponen música a un momento. Esperar que el paso de las horas y los días maceren en nuestro interior, como los buenos e inolvidables momentos.
Porque todo en la vida tiene una música desde el bostezar al levantarse, hasta la nana para irse a la cama. Tanto o más que los aprendizajes que nos otorgan las diferencias y las similitudes, los acuerdos y desacuerdos, o la sana discusión de aquello que nos separa y nos enseña a ver las cosas de forma distinta.

Y sabe dios (si existiera), que las sensaciones de cada jueves y las líneas equidistantes que se unen en un punto infinito de la carretera cuando uno regresa a casa, tienen la suya propia; música celestial, enseñanzas y recuerdos que se ramifican con el tiempo.

viernes, 1 de febrero de 2013

TRICÓ 2009





D.O: Rias Baixas
Bodega: Compañía de vinos Tricó
Situación: Porto , Salvaterra do Miño (Pontevedra)
Uva: Albariño 100%
Precio Aprox: 10 Euros
Fermentación: En depósitos de Acero Inoxidable sobre sus lías.
Volumen de Alcohol: 13%
Autor: Jose Antonio Lopez


Los rigores invernales me han hecho bajar por penúltima vez la velocidad hasta el punto de dejar a ralentí este bomba de vapor que me mueve: El chucuchú de las válvulas y los pitos del pecho que se han agarrado a mi ser como un inquilino acaban de dar sentido al suspiro; los procesos víricos , los dolores de garganta y las toses son para entendernos como aquel toque de atención que te alerta de que la velocidad no es buena consejera. Mucho mejor la calma y la perspectiva.
Por eso y por otras tantas cosas que gravitan a mi alrededor , como los pajarillos que revoloteaba sobre la cabeza del gato de “Pixie & Dixie” después de un mamporrazo del Bulldog del vecino. En vez de estar confeccionando la primera playlist de este año , dejaré que el guiso se atempere y macere en sus jugos cubriendo con un paño de punto grueso la cazuela de barro que da forma a mi particular guiso musical . Al fin y al cabo todavía ando buscando por debajo de las camas , por entre los bolsillos y armarios , aquellas notas musicales que se colaron por el bolsillo de mi viejo pantalón mal pespuntado . En un intento por asegurarme que me despido del 2012 con la certeza de las tareas bien hechas.
Así que vamos a dedicar las primeras líneas de este mes de Febrero a colocar una socorrida chincheta en el Noroeste de nuestra península , esperando que florezcan los balcones que dan al Mar de nuestra geografía.

Sin pararme a pensar demasiado , he caído de repente en lo poco que hemos remontado hasta Galicia para desmitificar los vinos Celtíberos que algunos piensan que se beben solo de una manera. Incluso creo con total certeza que el resorte que me ha empujado ha escribir sobre vino una mañana soleada como la de hoy , obedezca a la inquietud que me revolotea por la cabeza , o al menos aquella que se instala en el subconsciente cuando una enfermedad que afecta a un conocido nos solivianta por dentro.
En los caminos pantanosos y pedregosos que nos encamina el destino , ente omnipresente para los más creyentes. Nos encontramos gente , al principio disimulamos y miramos para otro lado pensando que somos nosotros mismos los dueños de nuestras decisiones e intuiciones. Pero en la soledad de la noche cerrada , cuando despunta los primeros rayos de sol que se reflejan sobre la escarcha; es cuando deseamos con premura , encontrarnos con algún compañero de travesía.
Carlos es uno de ellos , y yo que soy tímido y estúpido a la hora de relatar las virtudes de la gente , siento que es la mejor manera que sé desear su pronta recuperación y su regreso a la mesa de catas: Sin su personal manera de interpretar las sensaciones en forma de gestos comedidos e impulsos exaltados , cuando se tercia. O en desnudar el alma que se encuentra oculta tras los más manidos de los adjetivos en el mundo del vino , se hallan las expresiones que surgen de la poesía , del verso y la espiritualidad.
Con él he aprendido ha descubrir ese otro mundo oculto en nuestro interior , en saborear la salinidad , la piedra... así que estas líneas y crestas sirvan para hacer más ligero este pequeño calvario y volvernos a encontrar ante una copa de vino , como si el trance hubiera sido tan solo un mal sueño para hacer borrón y cuenta nueva.




Tricó visto por delante , el reverso , a contraluz , de perfil o en vista aérea es seguramente uno de los mejores caramelos que nos han llegado de tierras Galegas este último lustro. Reconozco en mi un cierto abandono estos últimos años , después de haber probado Albariños , Godellos , Txakolinas , o Ribeiros: Vinos del norte del país con el sello propio de los bosques , de las costas escarpadas y de la bravura del Cantábrico.
Tricó rompe las molduras y las entretelas de la idea que tenemos sobre un Albariño , la esbeltez de su tostada botella vestida con los harapos del recuerdo. Su etiqueta nos cuenta una historia de niñez que tanto nos gusta a los nostálgicos de aromas a goma de borrar , de madera de lapicero y de cuadernos de sumas y restas. Aquellos recuerdos que nos reviven nuestros hijos , cuando con pasión nos cuenta su primer descubrimiento de la vida: - Prefiero mil veces un colegio de toda la vida , que un plan de estudios elitista de competitiva modernez.
José Antonio López es el pequeño de tres hermanos unidos tradicionalmente al vino , su visión sin embargo sobre la dirección que debe tomar una denominación todavía joven es intrínseco al espíritu más primario de la tierra que lo vio crecer. Sus vinos son tan transparentes , honestos y sinceros que en el reflejo de su vidriosa mirada invitan a dejarnos caer por el pozo interior de sus ancestros; allí es donde descubrimos con estupor el verdadero y complejo entramado de cavidades y galerías , que nos descubren la naturalidad de sus blancos.



Cuenta la historia familiar que fue su madre la que dibujó con una espartana sencillez el plano situacional del pueblo , cuando todavía era niña. El dibujo que describe la etiqueta y que define a Tricó como: El nombre que se le da en la aldea de Cequeliños al último hijo que llega con gran diferencia de años del que le precede cuando ya no se le espera. Es el que aprende de las experiencias de los hermanos mayores y casi siempre permanece en casa cuidando de los padres.
En su interior tenemos un elixir sedoso producto de su fermentación entre lías. Un perfume a flores blancas , a piña , lychees , azahar , Rambutan , y cáscaras de cítricos que se entremezcla con el frescor que aportan verdes prados , el musgo y la brisa primaveral proveniente de las costas. Son solo recuerdos y evocaciones que transmiten la complejidad de este blanco , pasados dos años en la botella; un dato a destacar porque son pocos los Albariños los que crecen de la manera que crece este blanco en la botella , recuerda con satisfacción a esa extraña combinación de los Rielsing Alemanes o Austriacos.
Es asombrosa la diferencia entre dos añadas tan parejas como el 2010 y el 2009 , que son las que he tenido la suerte de probar y que de echo ha sido exclusivamente por experimentar las diferencias que otros compañeros habían presentido. Realmente el vino es diferente en el mismo momento en el que lo ves precipitarse sobre la copa , y con un año más de botella su untuosidad y grasa destaca todavía más junto a esos toques se salinidad agradable que sustituyen ligeramente a la minerabilidad del 2010.

Un color de sutil pajizo que contrasta con la densidad que se aprecia al agitar el elixir en la copa; lágrima con recuerdos a miel de eucalipto y crianza , pese a no haber fermentado en barrica. El ataque en boca no defrauda , punzante y ligeramente amargo con una acidez explosiva que busca potencia en los maridajes: Quesos grasos , con mucha curación , pescado y mariscos potentes , vieiras... Ahí es cuando cobra importancia la contundencia de su lóngevidad en el retrogusto tan fantástico que deja. Herbáceo , con recuerdos a mar , a salazón , o incluso porqué no a Palo dulce y a Avellanas que se confunden al respirarlo por el paladar.
Tricó es un auténtico regalo nacido de la manera más libre posible. Sin intrusismos , abonos químicos , ni ningún tipo de manipulación que no sea la de la propia naturaleza de su tierra y la del clima caprichoso. Rompe radicalmente con los disfraces de otros blancos , y está dotado de una personalidad única teniendo en cuenta lo que puede a dar de si un blanco una vez nos hemos animado a descubrir uvas de corte Europeo (Rielsing , Gewürztraminer , Trebiano , Chenin , Garganega) , donde los sabores rompen diametralmente con el estigma que soporta el vino blanco.


Lo cierto es que tenemos un paraíso entre el vino blanco y rosado que se cultiva a lo largo y ancho de nuestro planeta , y sin embargo jamás le hemos dado la importancia que se merece. Me gustaría animaros a descubrir un rango distinto de sabores , y de paso , igual que la comida va directamente ligada al vino , como no , también la música.
Así que para este espectáculo de sensaciones que nos regala Tricó , me voy a permitir el lujo de escoger la música de acompañamiento y un disco en concreto que me hace viajar , y que en breve tendremos la suerte de disfrutar el próximo mes de Marzo en vivo: PATRICK WATSON es un joven orfebre de las tradiciones más hogareñas de la música. Él sabe del cariño que se ha de depositar en una melodía , y sus directos son como aquellas reuniones familiares en torno a la chimenea , donde surgen inesperadamente aquellas cosas que guardamos celosamente en nuestro corazón: Pequeñas historias , secretos , misterios , felicidad contenida y conexión metafísica. 
 
El suyo es uno de los discos más hermosos del año pasado por el que pasó casi de puntillas. Pero es cierto que lo fabuloso de la música , tal y como comentaba con mi amigo Txarls vía introceánica en su blog. Tiene tanto de placer confeccionarse una lista de los discos más adorados del año , como descubrir que pasadas fiestas y de lleno ya en el 2013. Si uno se detiene a tomar aliento y a entablar conversación con algún compañero extraviado de viaje , se descubren pequeños tesoros de los que disfrutar.
ADVENTURES IN YOUR OWN BACKYARD es uno de ellos , y me congratulo de aplazar con desidia el paso del tiempo. Porque los buenos momentos merecen masticarse , paladearse y exhalarse ; como las buenas amistades , aquellas que cuando no están a nuestro lado se vuelven eternas.
Queremos verte pronto masticar vino Carlos , y transmitirnos sensaciones como el Profesor Xavier a sus mutantes.