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domingo, 23 de junio de 2024

DE VUELTAS A LA MANZANA: UNA PLAY PARA EL 2024 PORQUE SÍ, O… ¿UN 15 ANIVERSARIO?

 


En el arte milenario de mondar la fruta; cada una con su técnica correspondiente. Después de desgajar una naranja de piel gruesa y esponjosa con los dedos, para olértelos después. 

El de rasurar la fina vestidura de una manzana Golden del tirón y con una espiral perfecta y completa. Ésta, es la que hallo más fascinante, hipnótica y erótica si se quiere.

 

De pequeñín, era una especie de reto, que concluía con una satisfacción infinita al ver todo su vestido completo y enrollado. Igual que el de un artista que se aleja de su obra conclusa para el disfrute propio del trabajo bien ejecutado.

 

La manzana en sí misma y todas sus connotaciones arquitectónicas de cuadrículas urbanas. Me vienen al pelo para explayarme en el disfrute de pisar charcos y contemplar el reverdecer del secarral; de parques y jardines, así como el emocional propio y ajeno.
Aunque a poco que sean mínimamente observadores. Verán que las primeras líneas ya se han oxidado, igual que la tersa epidermis de una hermosa Fuji a la intemperie. Pues voy camino del medio año desde que me metí por accidente a domador de demonios propios y ajenos.

 

Allí fue precisamente, donde a vueltas con la manzana próxima a mi morada; mientras infusionaba nicotina, vapor y lluvias de las que no se tiene ya, ni el recuerdo ni su olor. En cada pasada frente a las cajas de mi frutero de confianza Juan. Miraba alcachofas, zanahorias, tirabeques, naranjas y habas, dando rodeos bajo la lluvia.
Hasta que los exclamativos pedículos y las sinuosas curvas que nacen de sus endocarpios, me clavaron ante la puerta:
Empapado, calado y embobado; mientras me guiñaba el ojo una raquítica Golden de Ponent.

 

Su calibre, brillo y tersura no eran las de una robusta Marlene, cierto es. Pero sus desproporcionadas hechuras y su pequeñez entre tanta musculada manzana alpina y otras, que lucían cerúleos cutis; igual que aquella francesa abonada al “semáforo” de Jordi Estadella. Ella, destacaba por su noble y translúcida mirada.

Me cautivó, me enamoré, me prendó; proclamé.
Y entre ese morbo adolescente del disfrute del desvestir; muy por encima de la sobrevalorada culminación del coito, el bocado o el deglutir. Y el dilema existencial de la decisión acertada o errada que nos proponen los desaires de la vida.
Yo, he escogido el avance suicida como las tropas de Napoleón en la batalla de Waterloo, solo que con el amor por bandera. Que por romanticismo no sea.

 

 

Bajo un cerezo floreado me la he comido, a besos, digo, mi adorada manzana.
Sé que otros han cobrado ventaja y que el año discurre a toda velocidad. Pero la contemplación y el canibalismo cerebral tienen, aparte de horas insomnes, alguna que otra ventajilla:
Todo se ve desde la distancia y la parsimonia de otra manera igual, más equitativa. Tal y como he aceptado ya, que el algoritmo machacón de todo lo que va relacionado a redes, sectas mediáticas y clubs de fans de John Boy, no van conmigo. Siendo como soy más de discurrir por la maleza encontrando sin buscar, que de perseguir, adorar y echar carreras.

 

Así pues, como mi idilio Malus Doméstico tampoco me da para relatar parabienes para tanta joya musical.
Igual que hago con mí cariñosa Gertrudis; nombre con el que he bautizado al amor que concentra ahora toda mi atención.
Pongo a disposición de aquel o aquella que como yo, tengan a bien bucear sin bombonas ni divisores de carriles de piscina a los que asirse. Un puñado de canciones con las que animarse a investigar, que no como meros paliativos instantáneos, efímeros o placebos para sofocar la pereza de chafardear.

 

Mientras este prorrateado texto va mutando: De novedosa playlist, a enciclopédico fascículo para celebrar mis 15 años dando la barrila. Yo, ya he pasado de la verdura de temporada a la flor de calabacín en la solapa para certificar que eso, que ando enamorado.
Que la luz parece que asoma entre chaparrón y chubasco.
Y que a veces, solo a veces, haría como si aquí no ha pasado nada. Y continuaría con el hilo ese de dejar constancia de todo aquello que me hace bailar y canturrear, sin importarme un pimiento si hay alguien al otro lado.
Así, pa mí, pa siempre.
Con una colección de canciones memorable; como siempre. Y con los Alabameros Verbena infiltrando de grasa indierockera noventera estas cuarentai¿tantas? Canciones con las que prender la mecha del pastel de cumpleaños en plena noche de San Juan.
Hola Verano  Pagano!! y denle al play sin rubor ni manías. Todo bueno, todo de temporada.

 

SALUDOS, y bailen, y rían.
 
 00_VERBENA_Hey, Come On
01_JEAN MIGNON_Sweet Burnin' Hog
02_PISSED JEANS_Moving On
03_SPLIT SYSTEM_Alone Again
04_THE ARTHURS_The Gloaming
05_LOS SAINTS_Never Said
06_GWENDOLINE_Rock 2000
07_ARAB STRAP_Bliss
08_JUSTICE_One night all night (feat Tame Impala)
09_THE KVB_Overload
10_STILL CORNERS_The Dream
11_DOG UNIT_Consistent Effort
12_PALE LIGHTS_Twisting the knife
13_JOSEPH GIANT_With you
14_DENT MAY_Coasting on funes
15_DEHD_Pure gold
16_JUSTIN GOLDEN_Bye bye Baby
17_NEW MODEL ARMY_Coming of Going
18_PRIZE HORSE_Know better
19_ANOTHER SKY_Psychopath
20_ATENCIÓN TSUNAMI_Politiza tu estrés
21_ALCALÁ NORTE_No llores, Dr G
22_AMATEUR_El huerto provenzal
23_THE REDS PINKS AND PURPLES - What´s going on with ordinary People
24_BILL RYDER-JONES_This Can´t Go On
25_ELBOW_We have all the time in the world
26_HEAL_Closer
27_TURNSTILE_Alien Love Call (feat blood orange)
28_DIIV_Brown Paper
29_PUNCHLOVE_Dead Lands
30_ENOLA_Metalbaby
31_HOT GARBAGE_Lowering
32_LA LUZ_Strange World
33_MEATBODIES_Hole
34_THE THIRD SOUND_Anothe time, another place
35_HORSEBEACH_A Friend by the Lake
36_REAL STATE_Flowers
37_THE BLUE HERONS_tALKING TO gHOSTS
38_THE TYDE_Streetwise
39_BOECKNER_Ghost in the Mirror
40_HOLY ESQUE_Courteous Man
41_BEEN STELLAR_Scream from New York, NY
42_MANNEQUIN PUSSY_Nothing Like
43_EMMA RUSSACK_About Girl
44_MOUNT KIMBIE_Fishbrain
45_COLD CAVE_She Reings Down

sábado, 7 de diciembre de 2019

CARLOS “MÁGICO” GONZALEZ aka GC, LA TOCA DE MARAVILLA: Cumpleaños #50, y otras desventuras.



Mucha gente desprecia y considera la ignorancia una ofensa. Yo no, y dirán ¿porqué?
Pues porque el considerarse ignorante o aprendiz de todo; como a mi me pasa. Me hace curioso, pasional y emocionado de encontrar quien me enseñe el brillo de la luz en la oscuridad, y la chispa que produce la combustión del descubrimiento.
En realidad, aquellos que te enseñan o te llevan de la mano con un empujoncito, no son sabios, sino transmisores. Y es lo que desearía ser yo ahora que tengo 49 años: Un mero transmisor de pasiones y experiencias. Es el único objetivo noble que nos queda en la vida caballeros y señoras: COMPARTIR Y DESCUBRIR LO INESPERADO COMO UNA PEQUEÑA Y COTIDIANA AVENTURA.

Hoy me he despertado con la satisfacción de recorrer de adelante y hacia atrás, toda mi vida, a través del líquido vínico aka vinílico. La experiencia de llegar a un punto del camino, mirar atrás, ver el camino hecho, el punto en el que estamos y lo que nos queda por recorrer. Una maravilla envejecer así amigos.
El cumpleaños de uno de mis compañeros de viaje en la excitante travesía por conocer vinos, descubriéndose a uno mismo y a la naturaleza de nuestros sentidos humanos. Nos ha dejado ahora mismo en un punto del trayecto, donde las sintonías, diferencias y distintas perspectivas se traducen en auténtica amistad.
He mirado a mi alrededor y me he sentido bien acompañado por otros que se han unido, y a los que también les brilla la mirada. Han explotado carcajadas incontroladas, verdaderas e infantiles por el divertimento. Nos hemos reencontrado y echado de menos como significado del aprecio y sobretodo:
Hemos jugado como niños en un parque de atracciones sin hora de volver a casa. Justo, cuando la luna grande se acurruca hacia una luna nueva.

Realmente no se si me apetece hablar de los vinos que este cincuentón ya, dispuso para su camada. En ese paciente arte de guardar para luego compartir y experimentar en grupo su misma emoción. Y cierto, lo veo así, ahora que ya llevo yo cinco años guardando vinos, esperando la llamada secreta del alma. Que te avisa del momento idóneo.
Pero no me entretengo más. Pues sería una injusticia no constatar en este diario, lo que se interiorizó. Teniendo en cuenta que he extraviado mi cuaderno de anotaciones, y al final solo me sacia el relatarlo para retener.

Un GRAMONA ENOTECA del 2000, desgorjado el 2012.

Sí, ahí es ná. Diecinueve años de laaaargísima crianza, a quien se le dio el pistoletazo hace siete años.
Un pequeño milagro sin etiquetar que Linda Díaz (una encantadora y pasional embajadora de la bodega, a la que ya tuvimos el gusto de conocer y que rebosa generosidad). Le regaló hace años en una cata.
Se oyó que estaba un poco cansado en boca, aunque sinceramente mi inexperiencia en espumosos solo me da para alucinar con el paso del tiempo y el efecto que produce en los vinos de larga crianza y mimada elaboración:
Exuberantes y embriagadores aromas a bollería, repostería y esa reducción que asoma los ligeros oxidativos, que a mi (personalmente) me pierden. En boca la acidez ligeramente astringente salva ese cansancio; aunque yo creo que es el efecto de la burbuja integrada: Que se ensambla de tal manera con el espumoso, acabando por convertirlo en un vino de carácter mítico, concentrado y licoroso. Pese a que deja un final cítrico limpiador, fantástico.

VIÑA TONDONIA RESERVA de 1969

Yo que tanto me vanaglorio por nacer el 70 y considero el mejor año. Sinceramente envidio nacer en el 69; connotaciones eroticosexuales aparte (o no).
Orgasmo o sí, mi sugestión temporal no alcanza a imaginar in situ, lo que significan 50 años de vida en un vino.
Es como sensación de eventualidad y nimiedad por la novedad que tan excitante hace hoy a la mayoría de las personas. Digamos… que es como postrarse ante la inmortalidad de quien se cree que la clave del éxito es la inmediatez.
Está claro que desgraciadamente ya no se hacen vinos como este. Pero es imprescindible para entender el presente, ser capaz de materializarse aquel año y ver todo lo que ha ocurrido hasta hoy. Para elogiar y maravillarse con la estupenda nariz sin rastro alguno de terciarios (cuero, animal).
Ya que no siendo un Gran Reserva, se supone que no debería estar preparado para envejecer tantos años con tal prestancia; pero que se lo digan al Viña Cubillo del 85 que saltó más tarde.

El simbólico Rioja dio paso a un primer peso pesado: Otro estilo, otra época.
LAS LAMAS del 2003, o esa versión Top más frutal que los sobrinos de Álvaro Palacios elaboran en el Bierzo junto a Pétalos, Corullón o Moncerbal.

Hermético en un principio, pues es un vino Atlántico que define como nadie una zona y su climatología. Preparado para envejecer musculando taninos, mineralidad y acidez. Pero que 16 años más tarde y tras paso de ronda para que se airease. Ese primer envite de cueros, de animal y de cerrajón, ves que por arte del oxígeno se transforman en seda, concentración deliciosa y profundidad.
Es como un paseo por un bosque de castaños en pleno otoño: Con el perfume de las bayas, las trufas, el musgo y un ligero toque mentolado hacia el final, que lo hace intenso pero refrescante y extraordinariamente vivo. Un vino al que se le presienten muchos años todavía de vida, un guaje vamos.

Y llegamos al primer bicho de la noche o como diría yo… De entre todos los disfrutes, divertimentos y experiencias varias que te proporciona la vida. Aquellas que se diferencian de las demás, porque te dejan huella y subrayan un antes y un después:
Como los enamoramientos juveniles que uno rememora por puro masoquismo placentero.

CLOS RENÉ POMEROL 2008


Ya descubrí este verano la lujuria de los Merlot fríos en Sudtirol. Pero en vinos franceses, lo admito, soy un absoluto ignorante de tomo a lomo.
INCREÍBLE sin más. El Merlot de esta afamada bodega de Burdeos es una de esas experiencias que se deberían tener; sino fuera por su elevado coste y la guarda que precisan. Yo no me la puedo permitir, está claro.
Es uno de esos vinos que podrías estar oliendo toda una vida, y de la que si algún lumbreras le diese por crear su perfume. Yo sería un comprador fiel y sumiso.
Y es que es taaanto, lo que te puede dar el olfato cuando lo entrenas, practicas y estimulas… Diría que es lo que más aprecio en todos estos años intentando entender el vino, y el efecto cordial que ejerce sobre el género humano y sus relaciones.

Equilibrado en su voluptuosidad, preciso, encantador, seductor… Yo que sé!! Esos fresones maduritos y licorosos pintados de cacao; pero muy ligeramente eh? Ese ver sin más código o explicación, que estás ante una obra de la naturaleza ayudada de la humana que marca la diferencia pero sin excesos; todo sutilidad.

GRAMONA III LUSTROS 2011


Sencillamente infalible y poseso adicto a este todo en uno de la estirpe Gramona. Donde insisto: Se da un poco el alma de esta bodega independientemente de la añada; aunque mientras más viejuna mejor.
Bofetón de frescor, complejidad y limpidez que arrastra por un instante el peso de los anteriores vinos. Y para que mentir, siendo ya enofílico perdido de este cava de larga crianza donde el vino base es el protagonista. No podría ser imparcial (lo siento), y me río un poco por lo bajini del Celler Batlle y el Enoteca. Aunque se esté subiendo un poco a la parra con el precio.

HENRI GERMAIN BOURGOGNE MEURSAULT CHEVALIÈRES 2012


Remarco mi ignorancia en vinos, territorios y peregrinajes varios al país vecino; no por nada en especial sino por falta de abarque para abrazar.
Pero como empezaba: No hay como ignorar, para despertar interés y dejarse sorprender.
Y en eso y en otros menesteres, Carlos siempre ha sido el más explícito de los catalizadores cuando se habla de sentidos, y expresiones que los ilustren; sus caras son todo un cuadro de Monet en forma de sensaciones,amigos.
Algún Borgoña he probado y tengo por ahí guardado. Pero nada como tener la oportunidad de sentir lo que significan ciertos años. En blancos con peso y acidez suficiente para que convertir los mismos, en ese truco(tachaaaán!!)de magia, y, flipar sencillamente:
Crocante, es la única y más socorrida de las definiciones que se me ocurren.
Dentro de esa espontánea palabra, se abarca: La untuosidad de las lías, la fruta y la flor blanca, el terruño ligeramente mineral (calcáreo y ligeramente salino), los recuerdos a hinojo, esparto o retama… en fin. Un todo en uno de gran longitud, fondo y volumen que expresa un gran Chardonnay, que ni el mismo Joop Zoetemelk lograría; si se diera el caso y se pudiera beber.
Supongo, o creo, que a eso se le llama “equilibrio” o “estructura”. Pero yo creo sencillamente, que me mojé.

CONTINO ROSADO 2016


De crocantis y exquisitas acidezas seguimos hablando, con este Rosado de alma tinta. Que mágicamente reúne las mejores virtudes de un tinto y un blanco.
Graciano 55%, Garnacha 40% y Viura 5% dan un equilibrio perfecto a este Rosado con personalidad y desparpajo; para se siga tratando con desprecio a los rosado o vinos espontáneos.
Un socio perfecto para deglutir cualquier elemento graso y marino, y una virguería para descifrar los placeres de comer y beber per se.

VIÑA CUBILLO CRIANZA TONDONIA 1985


Una de las sorpresas gordas de la noche; entre muchas, pero para mi, la más curiosa. Y confieso que siendo drogodependiente de Viña Tondonia, los Cubillo no me entran ni a tiros.
No estaba muerto, estaba de parranda!! cuchíbiri cuchíbiri cuchíbiri.
No señor. Ese Cubillo con la ropa hecha jirones y 34 años a sus espaldas. Conservaba esa acidez de salud de roble, y ni rastro de terciarios, cuero o signos de desfallecimiento. Una ricura de esas que te ponen el contador a cero, y demuestra una vez más. Que no hay mejor antídoto contra la mediocridad que la espontánea sabiduría de la anomalía; la que te cura en el fondo, de los malditos formu(a)lismos.

TINTO VALBUENA DE VEGA SICILIA 1985


Y fue así a traición y cuando las carcajadas sonaban más a oquedad por semejante festín. Que los ojos alumbraron como platos igual que un cenital sobre el protagonista.
Que apareció en escena un mito. Y digo un mito, porque yo, que algunos confunden con algún tipo de reputado experto en vinos, o yo que sé. Jamás he probado un Vega Sicilia y otros tantos. Igual que tampoco he escuchado en profundidad ni a los Rolling Stones, ni a los Kimks
¿sentimiento de culpabilidad, remordimientos o vergüenza? Ninguno!!
Eso sí. Fue una experiencia que solo la puedo comparar con la de mi primer Pingus: Como alguien del que todo quisqui habla y venera, y que sobradamente colma tus expectativas.
Perfección sería la palabra. Y mira que he bebido grandes vinos y los que te rondará.
Todo en su sitio, elegante aunque también austero, expresivo pero sin estridencias, generoso a más no poder en perfumes, recuerdos y vida de ida y vuelta. Como una de las buenas de Bill Callahan, la delicadeza de Miles Davis o el poder de Nina Simone. Un regalo para los sentidos. Y fácil de beber a más no poder; no hace falta ser un entendido para levitar.

Como si no hubiera sido suficiente y entre el barullo de jadeos, gemidos y suspiros; laaaargos suspiros.
Va y aparece un 
 
ÚNICO DE VEGA SICILIA DE 1991


Máxima expresión. Y no hay muchos adjetivos que añadir, o que por lo menos puedan abarcar con más o menos certeza el sinfín de evocaciones que provoca este vino.
Dicen que no puedes morirte sin probarlo aunque sea una sola vez en la vida. Y no seré yo, que desmitifica a cada paso; el que ponga en entredicho esta afirmación. Pues seguramente sea la brevedad de una copa, quien lo corone como “el mejor vino que he probado nunca?
Lo cierto es que… una vez así. No crean que lo que define a este tipo de vinos sea la voluptuosidad, solemnidad intimidatoria o imponente personalidad; que va. Es más bien como una explosión cegadora donde los sentidos, tienen que calentar, estirar y darlo todo para acertar a definir en pocas palabras todo lo que da. Porque además, el cabrón es tan fácil de beber, que te olvidas de qué es lo que te seduce concretamente.
Flechazo o amor ciego, que es como también lo llaman.

Por si alguno se preguntaba a esas alturas de la noche, mientras iban subiendo platillos de la sala baja del ODDVAR: Un rest/pub/bar/gastroreducto/y… nuestro campamento base desde hace un año. Y que en los casi 20 años que llevo viviendo en Cerdanyola, no hay un solo día que me lleve una sorpresa por sus atrevidos.
Sabes? Ese tipo de cosas que hace que cada día que te quitas las legañas y te lavas la cara, no sepas con certeza, que sorpresa te va ha dar la vida.
Y es un poco eso, amigos. Salir de cacería como los primeros pobladores del planeta. Sin saber si comerás, o serás cazado. Aventura.


VIÑA REAL GRAN RESERVA 1975


Saben lo de la inmortalidad? Nada heroico ni superpodérico eh? Sino más bien de ese tipo de personas que se cruzan en tu vida y dejan huella. Esa sensación de haber perdido el amor de tu vida, ni que sea por ese latir en la boca del estómago o ese nudo en la garganta. O la felicidad que da sentirse acompañado por amigos?
Pues la de este vino antiguo; de los que ya no se hacen, cuidao!!
Contaba yo con cinco años y tengo ahora 49.
Solo pensar eso, hacerse una idea de que ese vino tiene la misma vida aproximadamente que tú; o por lo menos la reclusión en vida. A mi que queréis que os diga, me alucina y me hace pensar lo leves que somos en realidad, circunstanciales vamos.
Sin rastro aparente de cansancio o arruga, y si te dijeran que se ha embotellado hace 8 años, hasta te lo creerías.
Acidez, fruta, longitud y zancada larga como la de un fondista incansable. Notas de madera en descomposición en medio de un bosque de eucaliptos, volumen y amplitud como tu madre abriendo las ventanas por la mañana. El perfume de la mañana, claro; como el día.
Increíble. Que gozada. Y que bien sabía quien seleccionó esa añada para embotellar esos Grandes Reservas, solo cuando reunía las condiciones de añada excepcional.


Dejamos las ínfulas del grandiosismo y hasta pudimos vislumbrar con la palma sobre el entrecejo; en lontananza. Esa primera botella de vino que compraste con veinitipico años; como si te bautizaran de nuevo.
Esa botella imponente de todos tus ahorros tirados en líquido. La que sería (o debería ser), el detonante de tu afición al zumo de uvas.
Por lo menos la mía fue.
Una botella de Viña Ardanza que disfruté igual que mi primera vez en todo.
De hecho, todavía y cada cierto tiempo, me vuelvo a regalar una. Para revivir como si fuera ayer, mi primera gran botella de vino; la que hizo afición.
No fue una del 69; claro está. Pero fue esa botella cómplice para cerrar la noche. Sin importar demasiado si estaría a la altura de todas las que no bebimos aquella noche.
Está claro que no. Pero poco importaba
Beberse un VIÑA ARDANZA DE 1969, era esa especie de homenaje que todos deberíamos rendirnos. Igual que repasar aquellos discos de adolescencia o quedar con los viejos amigos del barrio para conmemorar nuestra existencia.


Se habla estos días de la bota de oro de Messi. Pero para bota de oro la 25 de Manzanilla Pasada de Navazos, y las cabriolas que hizo Carlos GC aquella noche con el balón.
Entre vítores y oles que salimos con él a cocoletas.

Felices 50!!


P,D: In Memorian de Lluis Pablo
Maestro sin título ni honores oficiales, que nos abrió nuevas rutas de disfrute en esto de los recónditos Riesling Alemanes de Mosel & Co. Con eso que no se mide ya con puntos, medallas o fama: La autenticidad y el terruño.
Y que por ende, nos hizo aún más felices siguiendo la estela de su sonrisa eterna y pasión por la aventura.
Nos ha dejado muy muy muy solos, tristes y desamparados con escasos 51 años. Pero afortunados por haberlo conocido y seguido; aunque sea de 15 minutos como es mi caso, en una comanda conjunta con Carlos.
DESCANSE EN PAZ




sábado, 15 de diciembre de 2018

VIAJES , ENCUENTROS, Y CARTOGRAFÍA CARDINAL by Johnny aka Juanjo





Me imaginé una sola vez acompañado en el inmenso espacio, ese que por grande superpoblado y megainformado, hace solitarios a navegantes fuera de ruta.

La misma que en los 80’s, con las manos en el bolsillo y el cuello acurrucado sobre el pasamontañas que te compró tu madre, te hacía salir a la calle con la certeza de no encontrarte nadie con quien hablar de música.

Te zambullías en las cubetas, cajas de cartón de los encantes y mercadillos llenos de burrisoles, y te ennegrecías de polvo las yemas de tus dedos buscando una portada atractiva.

Sin apenas dinero para poder comprarte un escuálido Popular 1 o alguna otra revista con bandas escritas en clave. Solo quedaba la intuición, el vuelo sin motor, o la caída libre.



Había sabios, de amigos muchos que te contaban sus viajes a ferias de Barcelona o Girona como los de Marco Polo. Descubridores como Colón que siempre eran los primeros en escuchar sus cánticos de sirena. Los que adquirían un Melody Maker y hasta lo entendían e interpretaban.

Cajetas y carretas de cassettes repletas, con compilaciones regrabadas miles de veces, y si con suerte te ensartaban, indultadas y condecoradas con una hermosa portada casera.

Todavía conservo un cajón lleno y pese a que llevo poco equipaje en mi viaje. De los cassettes, sin mal nicho donde hacerlos sonar, no puedo desprenderme aunque lo pretendiera.





Han pasado los años; treinta desde aquellos tiempos.

La rareza de nuestros amores han fluctuado en modas, en celebraciones indies e incluso en multitudes que emprendieron tu mismo viaje.

Pero en realidad y pese a la llegada de internet, el consenso de lo alternativo como moneda de cambio, y el comercio masivo de TODO lo que se pueda vender y te haga distinto o exclusivo. La soledad sigue siendo más o menos la misma; si nos referimos a la pasión por lo indefendible o la ilusión casi infantil de acometer el disfrute como un juego entre muchos amigos y de lema: Cuantos más, más risas y múltiplos de historias son.

Me embarqué en un viaje sin retorno dentro de una pequeña cápsula y una miserable bitácora de manual. Y no fue hasta pasado un año, en Octubre del 2010, cuando me crucé extraviado con Txarls. Y un año más tarde (en las navidades del 2011), cuando tomé tierra en el Espacio WoodyJaggeriano de Johnny, saltando de liana en liana y de blog en blog.



Desde entonces, o por lo menos desde donde puedo más o menos señalar, no he vuelto a viajar solo por la blogsfera: Esa galaxia casi invisible donde se narran las historias más auténticas del subsuelo y el fondo marino en forma de noche cobalto.

Sin pretender que fuera una consecuencia con intención o ni tan siquiera un plan previamente urdido. He descubierto que la soledad esa de la que he hablando, cuando costaba encontrar interlocutores que hablaran tu misma lengua en décadas (y sin referirme a gustos, por supuesto), no es tal. En realidad no se trata ni de buscar.

Hay señales en el basto espacio que trascienden al inaudible murmullo, incluso al escándalo. Algunas que ni siquiera entiende la mayoría y que con una mirada o gesto otros sí.



Y Juanjo probablemente, es esa especie de navegante galáctico digno de aventura gráfica, sin rumbo fijo; que no a la deriva. Y como otros. No se si por el destino, que no creo en él, o por los designios de quienes se sienten solos y buscan. Nos ha agrupado en una nebulosa donde el gas y el polvo, son en realidad ideas, letras y notas musicales.

Un pequeño ecosistema que inevitablemente se alimenta de la vida del narrador. De la segunda persona, o de esa voz en off que acaba saliendo al centro del escenario de una patada, la que te dan tus pasiones y escritos. Y que te demuestra que en realidad, cuando escribes sobre estas cosas, hablas de tu vida sin quererlo.

Y no es cuestión de encadenarse ni al pasado ni al presente, no. Sólo consiste en cogerse de la mano y viajar en compañía. Por más solitario que parezca y por años luz que aparentemente separen nuestras coordenadas.



1050 DISCOS CARDINALES es ese cardiograma a base de pulsos vivenciales y melodías en forma de discos.

Un viaje con 1050 paradas únicas, pero también 1050 motivos para abandonar la comodidad de nuestros gustos y explorar nuevas rutas necesarias si uno no quiere ser esclavo de su zona de confort.

En definitiva, una invitación a explorar territorios excitantes donde no hay mejor enigma que el compartido a viva voz. Dejarse derretir entre las rejas del tiempo y colarse entre sus grietas.

Manual para algunos. Atalaya para otros, que sabiendo de gustos propios quieren encantarse con ajenos y que para su sorpresa acaban siendo comunes. Un quitarse el cerumen de las orejeras y los blinkers del mortífero exclusivismo actual . Para zambullirse a pulmón en un libro de oxigenantes branquias por hojas, con el que recorrer una particular y singular travesía musical histórica y a la vez autobiográfica.





El 29 del presente mes de Diciembre del 2018 a las 18:30. En la mítica DISCO100 de Barcelona, en pleno Barri de Gràcia. Tendremos a Juanjo surcando vinilos de aquellos que ilustran toda una vida: la suya, la nuestra y la de quien se quiera acercar a compartir carne y hueso, y un mucho de emoción narrativa en forma de libro.

Allí estaremos como bien dice él: los suficientes. Ni uno más, ni uno menos.

Viajeros como es mi caso y la de muchos otros. Que dejamos de hacer esta travesía por un mar y espacio de música inabarcable y felizmente todavía por descubrir, en soledad. Y donde las millas de distancia y la oscuridad, no impide encontrarnos como polillas en la noche. Para compartir y disfrutar de aquello que nos une: pasión, amistad y generosa complicidad.
Os esperamos!!