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miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA ATALAYA/2011




Bodega: Atalaya (Atalaya/Albacete)
D.O.P: Almansa
Productor: Gil Family Estates
Añada: 2011
Alc/Vol: 16%
Uvas: Garnacha Tintorera 85%, Monastrell 15%
Viñedos a 700/1000 metros de altitud
Suelos arenosos con caliza predominante
Maceración y fermentación en Inox. durante 20 días. Fermentación melolactica y crianza en barricas de roble francés durante 12 meses.

Hoy he vuelto a subirme a mi atalaya. En busca de un mirador donde avistar conatos de incendio con los que arder. Ese visor imaginario al que trepo, cuando a tientas y de noche, deambulo perdido por el bosque. Alta y destartalada como un sindiós. Con forma de fortaleza, erguida entremedio de zarzas. Y custodiada por avisperos y telarañas.
He trepado por su escalinata oxidada y llena de líquenes hasta allí arriba, para volverme a estirar en esa vieja hamaca raída de poliéster calado: Recostando mi espalda en la escalera de gato, tomando aire a medio camino, y sin necesidad de mirar hacia abajo por si los vértigos de la duda.

Hay que subir bien alto para ponerse a salvo de las fieras. Esas que con forma de interrogante te hacen vacilar, e incluso aturdirte con la velocidad de los días, los gritos y las amenazas; hasta acorralarte. Allí en lo alto, no solo está uno a salvo de las corrientes fuertes que todo lo arrasan. Sino que se ven además, las cosas con más perspectiva, se perfilan los horizontes e incluso detener el tiempo para testear la maquinaria que nos mueve. Mirar a contraluz las lágrimas que se deslizan por el cáliz, que se adhieren resistiendo la gravedad, construyendo formas caprichosas que emulan las primeras lluvias del otoño. Y disfrutar con parsimonia, del alivio que supone contemplar el transcurso de las cosas desde la altura.
ATALAYA a sido el primer trofeo de este fin de estío. Un concentrado tan hondo y profundo como los agujeros de gusano cósmicos, que nos tragan y fagocitan. Un tinto de Almansa venido al pelo, cuando nos llega el agua el cuello y buscamos lo imposible al borde del fin vacacional. Ese elixir concentrado de viñas centenarias, que convierte la robustez de los torreznos Manchegos en savia, su oscuridad en luz, y su grano grueso en munición para resistir encaramados en la Atalaya.


ATALAYA es un tinto elaborado por el grupo Gil Family Estates. Un importador formado por ocho bodegas, que desde hace unos años y con el auge de la distribución en nuestro país de origen, ha crecido exponencialmente. Mi primer encuentro con esta familia fue con VOLVER. Un Tempranillo Manchego de esos que tira por tierra cualquier idea preconcebida sobre una de las uvas reinas en nuestro país; por lo menos la mía en los tiempos que lo probé y en mi escaso bagaje. Después vinieron otros (Atteca, Atteca Armas, algún vino de Juan Gil... Vinos tintos, que están unidos en su mayor parte por la edad de sus viñas y lo que esto conlleva: Mineralidad, complejidad, reducción, y la peculiaridad propia de cada vino según zona y uva. Aunque en las fichas no se dan muchos detalles de la edad de las viñas en cuestión; lo cual no estaría de más.
La climatología de esta zona y de otras como las de Atteca en Calatayud, Juan Gil y el Nido en Jumilla o Volver, de la zona de Toledo, son de muy bajo rendimiento. Con lo cual, y unido a sus pocas lluvias, contrastes térmicos típicos del clima Continental: grandes insolaciones y tipos de tierra; en este caso calizos. Nos dan unos vinos de elevadas graduaciones y gran concentración. En fin, no sé, puede que para según quien esta potencia sea un inconveniente; no son vinos para el verano eso ya lo digo.
Pero lo que para algunos puede suponer un justificado canguelo, para mi, es un puro disfrute amigos. Que queréis que os diga, me tira la piedra, y sobretodo la mutación (finamente evolución) que tienen estos bichos. Debe ser quizás, la misma devoción que les tengo a los tintos Italianos: robustos, ariscos y a veces salvajes, pero que cambian con el tiempo y el aire cosa fina. Como yo digo, vinos tridimensionales #muchos en uno.


Puede que este tinto -al que accedí una noche de picoteo en el Celler Cal Marino del Poble Sec- sea de los que mejor impresión me hayan causado. Quizás el momento, quien sabe... Las experiencias casi siempre van sujetas a momentos únicos e irrepetibles; como nosotros. Que cambiamos y nos modulamos sin tan siquiera saberlo como los camaleones; según el entorno y si las serotinas o dopaminas están bulliciosas. No temáis, no son drogas, son totalmente naturales.
Aquella noche debían estarlo, o si no, igual era yo que rodeado de botellas, toneles y viandas de trinchera perdí el juicio. Fue aprox. hace casi dos años; por eso lo de la añada, 2011. Ahora seguramente en las tiendas encontréis las del 2013 y puede que esté un poco más verde. Así lo recuerdo yo de aquella noche. No se si por fallo de temperatura; algo que me jode bastante de algunos sitios: Tener los tintos a temperatura ambiente, cuando a lo mejor estamos en Primavera/Otoño/Verano a 22/25 grados, si no a treinta y pico. O porque con dos años menos de botella, los taninos estaban mucho más presentes. Misterios de las dopaminas, o no...

El caso es que de allí me llevé dos botellas, eso lo recuerdo a la perfección: Un Pedro Ximenez de Spínola y La Atalaya. La segunda para guardarla durante un tiempo, la primera no duró ni una semana.
De este trago hondo de principio de curso. De semana panza arriba esperando la sentencia al trabajo – Tres hurras por los vagos!!
La cuestión es que cayó como aquel café que le llovió Juan Luis: En su momento, delicioso, cálido justo el día que apareció el Otoño, (después solo fue un amago), pero yo lo gocé, vaaaaamos!!
Uno de esos Domingos que yo siempre visualizo soleados y silenciosos; aunque Morrissey se empeñe en que sean grises. Pelando a mis hijos como un rito fraternal de Domingo desértico. Acondicionarlos justo cuando todo huele a lapicero y a goma de borrar, en cuerpo; y en alma sobre mi Atalaya. Todos a la mesa, un plato de lentejas de un día para otro, y la grandeza de ese modesto líquido, oscuro, sedoso.

La Atalaya condensa su profunda longitud en un carmesí intenso. Al abrirlo explotan mezclados con esos 16 grados de volátil, las especias: pimientas negras, clavo, cardamomo, el aceite de bergamota del Earl Grey. Cuando el oxígeno se lleva esas primeras resinas y epoxi, van apareciendo progresiva y lentamente los frutos negros: moras, arándanos, algo de regaliz. Se vuelve más frutal y láctico, quedando al final un ligero atisbo al cuero que los taninos otorgan; puede que una sutil oxidación al final.
Es un vino que evoluciona amablemente y se hace más dócil, acaramelado. Igual que esos Priorats o viejos Montsants de Cariñenas y garnachas centenarias. Comprime estóicamente todas sus esencias por largo tiempo, y explota transformándose como una crisálida cuando se acomoda en la copa. Su boca al principio es química como el alquitrán caliente recién prensado. Su tanino es inciso entre ese efluvio de monte bajo, de madera descompuesta, de hojarasca y de setas. Cuando respira o lo gorgojeas en la punta de tu boca resaltan los mentolados, el cacao negro con el especiado que predomina; una de sus características más indomables.
Acaba siendo un vino bastante más afable, los taninos y la acidez integradas fantásticamente. Eso sí, no pierde esa personalidad mineral, su longitud, y ese carácter de antaño donde el tiempo para el minutero, y la paciencia se convierte en una virtud extinta.

Sobre la ATALAYA todo se ve de forma distinta: La extensión de campos amurallada por árboles, coníferas, y el silencio que solo se atreven a quebrar pinzanes y caderneras. Los latidos bajan las revoluciones al mínimo. Solo los hondos suspiros, y ese llenarte como las pieles de las botas de aire hasta el éxtasis.
Desde arriba se ven las cosas mejor, desde la Atalaya.


miércoles, 13 de abril de 2011

LADRAN SANCHO , SEÑAL QUE CABALGAMOS

FINCA ANTIGUA RESERVA 2002

VOLVER 2008

Bodega: Finca Antigua
D.O: La Mancha , Los Hinojosos (Cuenca)
Uvas: Merlot 60% , Syrah 20% , Cabernet Sauvignon 20%
Graduación: 14 Grados
Precio: 10 Euros Aprox.
Vinificación: Fermentación y maceración durante 24 días.
Envejecimiento: 18 meses en barrica nueva de roble Francés

Bodega: Oro Wines & Jorge Ordoñez (Bodegas Volver)
D.O: La Mancha
Uvas: Tempranillo
Precio: 15 Euros Aprox.
Vinificación: Crianza 14 meses en barrica de roble Francés
Otra referencia recomendada: Paso a Paso (Tempranillo crianza 2009) 7 Euros.

Mientras echaba un sorbo de vino , entre ese cálido aire de sobremesa que ya empieza a soplar y escuchando de fondo a SEÑOR CHINARRO cantar “El lejano oeste”. No pude , por más que quise dar esquinazo a tantos recuerdos de viajes en mi viejo coche. Aquel con el que a los 22 años recorría carreteras curvilíneas , largas e infinitas carreteras secundarias donde te creabas historias imaginarias , posiblemente bajo el influjo de aquella música que sonaba en el Radio-casete. Acompañado por mi actual pareja , bajo el hechizo del primer amor y al volante de esa vieja máquina.
Es curioso el mecanismo del cerebro y como éste no se olvida de una máquina con cuatro ruedas , a la que en verdad le cogí verdadero cariño. A ella la bauticé , recorrí casi toda España: Segovia , Avila , Salamanca , Granada , Navarra , Gijon , Finisterre , Madrid , Jaén , Zaragoza , San Sebastian , Burgos , El Pirineo , Cordoba y la vi morir bajo un puente de Gerona tras 14 años y 280.000 Kilómetros a sus espaldas.
Carreteras solitarias sin fin con paisajes anónimos , las que puedes recorrer con total tranquilidad sin ver un alma: El Cuartico , Los Partidores , Balazote , Tomelloso , Mota del Cuervo , todas ellas desperdigadas por la Mancha entre cereales y molinos de viento. Grandes rectas que parecen no acabar y noches oscuras como gargantas profundas , mientras con la ventanilla medio abierta puedes oír a los grillos canturrear al ritmo de: “Vimos toros que mugían a la muerte por las flores”.
De esos viajes por la Mancha en busca del pueblo de mis padres , recuerdo especialmente un viaje en Primavera de pleno amanecer , con los márgenes de la carretera repletos de telarañas brillantes por el rocío iluminado por los primeros rayos de sol. De botes de miel solidificados , de quesos cremosos e intensos de Sotuélamos , de morteruelos , de tomates con sabor a tomate. Y este año ando atareado intentando volver a redescubrir esta zona vitícola donde Don Quijote ya saboreaba entre la locura y la lucidez ,  sus caldos.



El primer vino de La Mancha que se paseó por mi morros fue EL VINCULO originario de la bodega del que toma su nombre y directamente ligado a la prestigiosa bodega de PESQUERA. De ésta tengo la suerte de haber probado dos referencias menores: El Vínculo y Condado de Haza , y aunque la primera experiencia con Condado de Haza fue muy prometedora. Con el tiempo he llegado a la conclusión , quizás equivocadamente , de que estos dos vinos que se abren a un sector de grandes superficies están para mi gusto sobrevalorados.
En el terreno de los caros Ribera de Duero , Condado de Haza se defiende como gato panza arriba. Pero el Vículo no sé no me acabó de convencer , posiblemente si lo volviera a retomar cambiaría mi percepción. Ya sabemos que los paladares van evolucionando y siempre hay que contemplar la posibilidad de que no hallamos escogido ni el momento ni la comida adecuada.

Este preámbulo simplemente quiere constatar esa sensación de redescubrimiento , que hace que decida dedicarle este montón de letras a una zona.
La idea es escribir sobre FINCA ANTIGUA , pero de carambola también os hablaré de otro gran vino de esta terrosa oreografía , el culpable seguramente de mi incipiente interés por darle nombres y apellidos a muchas de esas localidades , de las que con el handicap de luchar con una pobre distribución solemos también cargarnos de falsos estereotipos.

Con el recurrente nombre de VOLVER se nos presenta este pequeño gran desconocido , digo pequeño gran desconocido , porque tras este auxiliado nombre no esta Pedro Almodovar por mucho que lo sugiera su nombre. Si no que es Jorge Ordoñez (Importador para EEUU) y la Familia Gil (de Jumilla).
Qué es VOLVER?? Volver es un terrorífico vino mono varietal (de una sola uva) , que como el que no quiere la cosa y con una chulería pasmosa , nos ofrece al Señor Hyde de los vinos. Si para todos nosotros el conocido y amable Tempranillo es el Doctor Jekyll , veremos al probar este vino en que tipo de señor Hyde se puede convertir una popular uva.
Volver es un vino de boca total y con mayúsculas , que en nariz resulta extremadamente mineral , chocolateado ,frugoso y que donde alcanza el grado máximo de su expresión es en boca. Donde gradualmente va evolucionando en la copa , convirtiendo su entrada potente en un amasijo de recuerdos a especias: Albahaca , Romero , Tomillo también a torrefactos. Llama la atención como va evolucionando desde que se abre hasta que llevamos un par de copas , al final lo que era un vino rudo se transforma en un excelente y goloso caldo.
Un crianza de altas expectativas , elaborado con viñas de más de 40 años de un potencial extraordinario , que le da un aire nuevo al Tempranillo y a la tierra de La Mancha.

FINCA ANTIGUA es el último que he probado excitado aún por la experiencia del anterior. Un vino que es diametralmente opuesto tratándose de un reserva de 9 años de edad. Tuve la ligera percepción de que posiblemente hubiera sido más correcto optar por un 2003 , pero me ha servido para comprobar como un reserva de una excelente relación calidad precio evoluciona con los años.
Finca antigua es un tinto bastante más amable y abierto que su antecesor , y esta virtud es lo que me atrevería a destacar de él. Ya que tiene un amplísimo abanico de maridajes convirtiéndolo así en un reserva muy versátil y conservando por otro lado la complejidad de un reserva.
Cuando lo descorchamos no está de más dejarlo que se oxigene durante una hora , para luego observar su color granate oscuro. Su perfume al olerlo es de: Vainilla , Eucalipto con notas a cremosa repostería y atisbos balsámicos. Con un excelente y profundo sabor que nos transporta al verdor del sotobosque (Romero , clavo , madera) , y que deja un agradable y goloso final.
Este producto igual que VOLVER nace de un ambicioso e innovador proyecto , que como está pasando en todo nuestro país , constata la expansión de muchos bodegeros en busca de nuevos retos.Posiblemente en una impronta de la generación de hijos y nietos surgida de la tradicional forma de trabajar de sus ancestros. Y esto sin duda alguna da fe de que nuestra forma de concebir el vino está cambiando.
Donde en base a una hipotética mejor preparación de esta joviales generaciones , que hace que a día de hoy se le dé la importancia que se merece: A la composición de los terrenos , a las uvas escogidas y anteponga la calidad de pequeñas producciones sobre las grandes producciones de antaño.

Web de Volver: http://www.orowines.com/