martes, 31 de diciembre de 2013

TIC TAC, TIC TAC... SIN MIEDO AL VACÍO_ del 22 al 14





22. MAZZY STAR / Season of your Way



En la última Playlist que se publicó por aquí, creo que quedó lo suficientemente claro el porqué de mi reverencia ante el magno regreso de esta pareja de Santa Mónica. Pero por si acaso no ha quedado claro lo vuelvo a recordar:
Es evidente que me alegro por su regreso tras 16 años de silencio, pero sobretodo me congratulo por las formas. Por no ser un disco continuista y repetitivo, y sobretodo por anteponer el sigilo, la calma y la artesanía, en unos momentos donde todo se magnifica y se sobre dimensiona.
Su disco es un canto a la evolución natural de sus inicios Velvetianos, en un terreno donde la palabra Folk mengua y se empequeñece, ante la grandeza de la sencillez como principal arma a la hora de reivindicar el silencio, y arte de saber detener el tiempo.


21. THE HUNT / The Hunt Begins



Hay historias tan breves como el de la flor del Hibisco. Historias de bandas que florecen y se marchitan al caer la noche. La de The Hunt es una historia semejante: Nacieron en 2007 de las manos de Jasper McGandy y Christian Kount en la ciudad de Nueva York, grabaron su único disco en 2009, y desaparecieron de la misma forma que nacieron; en silencio y sin armar jaleo.
Cuatro años después se le ha ocurrido la genial idea al sello Sacred Bones de editar aquel trabajo. Un disco que es como un certero aguijonazo para aquellos que tanto añoramos las sensaciones que nos producían aquellos virginales sonidos de The Sound, Southern Death Cult, o New Model Army. Bandas que sintetizaron la esencia del Punk y el lirismo del Rock oscuro de inicio de los 80.
Es más, si no fuera por el detalle de su intrascendente historia. Cualquiera diría que al escuchar su disco hemos sido secuestrados por el traicionero efecto de nuestra nostalgia. Con el importante detalle del mérito que tiene estar en deuda con el pasado, y sin embargo ser capaces de sonar tan auténticos y personales como lo son las nueve grandes canciones que incluyen aquel tesoro del 2009 ahora publicado.




20. POPSTRANGERS / Antipodes




Hay estudiosos que aseguran que en las antípodas, además de crearse seres únicos e inimitables, sus nativos heredaron una filosofía aborigen que los hace inclasificables. En sus genes puede que existan un ligero parentesco bastardo de algún asesino Ingles o de un casaca roja.
Pero lo magnífico de la evolución es aquello que ninguno sabemos explicar, por eso Popstranger pueden parecer... pero ni de lejos se ajustan a las leyes mediáticas del Reino Unido. Por un instante pueden parecer una de tantas bandas de guitarras saturadas, de atmósferas densas influenciadas por el Postpunk; ellos al contrario son de los que prefieren perderse en una nebulosa de callejones, atajos, y parafraseos psicodélicos subterráneos.
Sus canciones cortan, hieren, y sacuden puñetazos que duelen y huelen al cenagal que dio de mamar a la Velvet Underground. Sus cambios de rumbo súbito en el contexto de la canción son como una pequeña descarga que tonifica el alma. Y su disco un artefacto que crece con cada escucha.


  1. LOWER PLENTY / Hard Rubish



Si hay algo que siempre me ha encantado de la música. Es la virtud de algunos para emocionar, utilizando los mínimos recursos e incluso aprovechándose del desorden y el caos para crear belleza. A un lado está la técnica refinada, las voces prodigiosas, o la épica que nos insuflan algunos artistas. Y en el otro, aquellos alumnos aventajados de la Velvet Underground; quienes nos enseñaron a dibujar paisajes con los desechos del vertedero.
En este sentido los Australianos Lower Plenty son de los que bajan el escalafón del Lo-fi a cotas mínimas. Sus canciones pueden parecer desechos de Folk a medio hacer, baladas destartaladas, o incluso si me apuran espejismos de Punk desnutrido y medio anémico. Sus notas se rompen y desmallan, pero sin embargo emocionan y atrapan de una forma un tanto extraña. ¿Quien sabe si en los acordes está el secreto mejor guardado de las melodías? Lo demás a veces importa poco o nada.


  1. CASS MCCOMBS / Big Wheel & Others



Que puedo escribir a estas alturas del único disco reseñado este año en el blog. En realidad solo debería invitaros a leer aquella entrada de hace un mes http://bboyz1970-cafecopaypuro.blogspot.com.es/2013/11/cass-mccombsbig-wheel-others2013.html , pero me niego no escribir ni tan cuatro líneas por perezoso:
Un disco de 22 paradas que se puede interpretar como una excitante Road Movie, donde se funden en fronteras invisibles el Rock oscuro, el Folk, relatos, psicodelia, y otras muchas cosas que aparecen en cada uno de los lugares que nos enseña este inquieto autor de Concord (California). Un trabajo ambicioso y libertario para escuchar por etapas y disfrutar en toda su amplitud; un auténtico reto para nuestras inquietas orejas.


  1. FOXYGEN / We are the 21st Century Ambassadors of Peace and Magic




Como muchos de los discos que aparecen en los días previos o posteriores a los cambios de año, éste podría haber sido un perfecto condenado al olvido. Por suerte para todos el tercer disco de esta banda Californiana se hace querer conforme se escucha y se va cayendo en esa espiral de felicidad y optimismo que transmite. Además tienen en su forma de caminar las canciones, esa misma cadencia de despreocupación y sencillez que le sabían imprimir Pavement en aquellos “Crooked Rain Crooked Rain” y “Brighten the Corners”.
Si a todo eso se le une ese puñado de buenas canciones que nos pellizcan en el subconsciente, y que nos rememoran al mejor Rock Psicodélico de finales de los 70; ya sea de la costa este, o de la oeste. Tenemos un disco ganador, que bien podría representar la piñata deseada por niños y niñas en mi perfecto colchón de este año, “San Francisco”.


  1. AL BERKOWITZ / A Long Hereafter, Nothing Beyond




En este mundo nos de dios existen lastimosamente dos universos paralelos. Dos universos que funcionan al unísono, pero que difícilmente se encuentran: El de la fama relativa y pasajera, y el de los subsuelos; donde se trabaja de sombra en sombra, y sin el cual los de allí arriba no sabrían donde asirse. Allí abajo entre mucha más gente, coexiste la banda Madrileña Al Brekowitz. Tan felices y despreocupados llevan siete años construyendo lo que se diría, son los barrios de las profundidades: Otros submundos dentro del submundo, donde se han de tener las orejas, y el espíritu bien abierto y receptivo.
Su segundo disco de estudio cuenta con el crisol visual y sonoro más amplio posible. Y dentro de esa legión de pequeñas muñecas rusas que son las canciones, un inabastable universo donde los géneros musicales hacen a la vez de banda sonora y de lienzo donde visualizarlas: Paisajes de celuloide, rock crepuscular, folk majestuoso, oscuros en ocasiones, y tremendamente mágicos en otras. Un disco que bien podría ser el mejor de los programas dietéticos y gimnásticos para una vida sana y equilibrada, si de música y sensaciones se habla.





  1. ELEONOR FRIEDBERGER / Personal Record





En las últimas obras de casa, como suele pasar, han aparecido objetos perdidos por doquier. Entre ellos un disco de Fiery Furnaces que me regaló un distribuidor para reseñar y nunca llegué a escuchar; diez ostias con la mano plana para un servidor. Por suerte el tiempo y los años sirven entre otras muchas cosas para rectificar y enmendar aquello que jodimos sin necesidad en el pasado, y en ello me encuentro redimiéndome.
Bueno va, para que me voy a andar buscando coartadas. En realidad fue ver a Eleonor cantar con esa naturalidad perenne su colección de caramelos tan arrebatadoramente Pop. Y caer rendido al encanto de éste, el segundo trabajo de la otra mitad de Fiery.
Tal y como describe el título de su Lp, las canciones que lo forman son por así decirlo: El mejor estandarte con el que defender e ilustrar la funcionalidad y la efectividad, a la hora de hacer buenas canciones. Algo así como una sabia lección a todos aquellos que se complican y se pierden por el camino, a la hora de intentar ser fantásticamente originales. Eleonor ha sabido condensar en este disco, la esencia más universal del Pop-Rock; que no es otra que la de concentrarse en la melodía, la franqueza de sus letras, y una ejecución directa.



  1. TERRITOIRE / Mandorle






Hubo un tiempo en el que la electrónica atestaba pistas, festivales, y no había hijo de dios que hubiese crecido sin mamar Kraftwerk y Cam. Con los años como podéis ver todo ha cambiado una barbaridad, y si antes la vanguardia y la experimentación eran capaces de mover masas; es ahora cuando se han tenido que invertir los papeles para arrastrar al público: La electrónica ha adoptado los patrones del Rock para subsistir, y el Pop se ha ayudado de la estructura musical electrónica para inundar los Charts, de hits.
Territoire no hace ni una cosa ni otra. Pero pese a usar toda una instrumentación de los más tradicional, el halo que desprende no puede disimular que bebe irremediablemente de las estructuras musicales de la electrónica.
Mandorle, un disco donde junto a su idealista, el Francés Olivier Arson, colaboran toda una tropa de lo más granado de la escena nacional (McEnroe, Abel Hernandez de Migala, Miren Iza de Tulsa, o Javier Montserrat de Litoral o El Hijo entre otros). Y que emana toda una bruma misteriosa que se alimenta del crepitar cotidiano, del silencio incómodo, y de un Ambient con aires de PostRock. Para acabar hipnotizando y sedando el alma de tal manera, que nos eleva y nos transporta a un estado extraño; donde bien podríamos ser víctimas de alguna especie de veneno del Amazonas.
 

viernes, 27 de diciembre de 2013

LOS TREITA Y UN DISCOS QUE APUNTALARON MI 2013. 30/23 #Part_1




Cierren los ojos, descálcense, y quítense la ropa hasta quedar como su madre los trajo al mundo. Respiren lentamente hasta que sus extremidades caigan por su peso, y dejen la mente en blanco. Caminen, caminen ayudados por el impulso de los dedos de sus pies, hasta que sus puntas no hagan pie. Ahora ya están en el borde del precipicio; allí donde el año toca su fin y la incerteza cobra sentido.
En el fondo todos sabemos que al paso por el meridiano que separa años de fechas, épocas, y sucesos, no notaremos ni frío, ni calor. Sin embargo lo esperamos con nerviosismo y nos empeñamos en hacer balance de lo bueno, lo malo, y todo lo demás.

Para mi por ejemplo, será un año raro por distintos motivos. Evidentemente y como es de suponer por aquellos que hayáis estado al tanto de mi inactividad este último mes: Mi ingreso hospitalario, y esa lucha inconsciente por superar una enfermedad que casi me cuesta la vida, debería eclipsar cualquier otro acontecimiento. Pero es tanta la mierda que nos ha llovido del cielo, que mi muerte habría pasado sin relevancia alguna, por un año en el que nos han jodido tanto que casi diría que hemos desarrollado un tejido áspero e insensible para tragar sin apenas rechistar.
Sí, es cierto que nos quejamos en las conversaciones tabernarias, en los zaguanes, y en las miserias cotidianas. Pero la imposibilidad por defendernos con un mínimo de éxito en un estado al que llaman “de derecho” es tal, que a uno solo parece otorgarle legitimidad la violencia y la insumisión.

En fin tampoco voy a fustigar conciencias con un discurso, a mi no me van esas cosas y creo más en la búsqueda personal autodidacta; pensar y y buscar encuadres o perspectivas cambiantes como motor de nuestra existencia (sin filosofadas por favor!!). La lista puede ser un reflejo del inconformismo y si alguno echa en falta uno u otro disco, pues bien aventurados aquellos que gozan con aquello que temían.
Como pueden observar no están ni David Bowie, tampoco Artic Monkeys, John Grant, Arcade Fire, My Bloody Valentine, Deerhunter, Kanye West, Bob Dylan, Darkside... en fin ya saben a que me refiero. A todo aquello que debería estar si la calidad se midiera por el revuelo mediático que generan a su alrededor. Y no crean que son por ello discos que me han desagradado, todo lo contrario; algunos los he disfrutado muy mucho, y a otros les pronostico un disfrute más a largo plazo (al fin y al cabo el gusto debe cambiar saludablemente cada cierto tiempo).
En cambio, y no crean que es solo por una mera cuestión de principios, cada vez me inclino por buscar en la música aquello que nos movía años atrás: Quizás por una búsqueda enfermiza de la ilusión juvenil perdida, tanto en lo aparentemente normal como en lo morbosamente transgresor, solo se buscar y disfrutar con aquello que me solivianta y excita. Aquello que se desvía sigilosamente como una anomalía, lo que es tan normal que interfiere entre lo manido para buscar otra dimensión paralela (y siempre discreta). La devoción por aquello que ahora no toca, por los estilismos perdidos en los sedimentos de las rocas.
Quien sabe si solo es el romanticismo que insufla nuestra madurez como una utopía o como un espejismo. Solo se que es como una segunda juventud o como una puesta a cero, la que da sentido a que esté ahora escribiendo y compartiendo experiencias. Y si no fuese así, estaría haciendo macramé con las cicatrices de mi pierna derecha.

PD. Felices fiestas, entrada de año, y deseos futuribles.

  1. SEA DWELLER /Sings of a perfect Disaster


Esta banda Italiana residente en Roma publicó su trabajo el pasado año, pero no ha sido hasta este cuando han editado por fin su disco en formato CD de manera oficial.
Sobre el terreno nada que resaltar salvo su origen; profundizando en su discurso de paisajes emborronados y cadencias susurrantes. Un destello de autenticidad tan extrañamente ausente en las cadenas de producción actuales, que fácilmente al escucharlos nuestro subconsciente nos remita a una pasada época; donde rendir culto a las minorías y a la introspección no era sinónimo de agotamiento y repetición. Ellos saben crear texturas, moldearlas y hacer que su fidelidad una paleta de un cuadro impresionista, citarnos el otrora sonido 4AD, y el Shoegaze más balsámico.


  1. ZONAEA / As the Stars Collapse


Pensar en una lista de previsibles candidatos sería como reconocer nuestro servilismo y acatamiento a las normas de la moda. Y como yo en lo personal reniego con cariño y por naturaleza, a todo aquello que inunda la red de redes, prefiero lanzarme al encuentro de algo que realmente agite mi alma. Ya saben sonidos que hagan trabajar por poco que sea mi marchito espíritu.
Como una baliza salvadora allí estaban estos veteranos de Charleston, Zonaea. Cirujanos del sonido que como nadie saben modular, tensar y estirar las notas, dando con la clave de la atmósfera como principal virtud.
Siete canciones que rememoran el Post Rock más cáustico y seminal, donde se reúnen alrededor del fuego conocidos como: Sonic Youth, Polvo, Explosion in the Sky, o Archers of Loaf. Todo un gustazo de disco donde redimir nuestros oídos famélicos, del peligro que suponen las guitarras y la sabrosa angustia tortuosa del buen Rock de los 90.


  1. BETUNIZER / Gran Veta



Si con Zonaea un servidor se ha dado un atracón de clavos, rebabas, y caminos sinuosamente abruptos. La excepción que confirma la regla de que en el ámbito nacional algo está sacudiendo el paripé de gustar sin incomodar, es sin duda la aparición de bandas como los Valencianos BETUNIZER.
Rápidamente les han colocado la etiqueta de Post Hardcore, y yo que me quedé anclado en las etiquetas de finales de los 80. Prefiero buscar el secreto de su ADN, en las disonancias y la abstracción argumental de su métrica, y por supuestísimo en el espoleo de sus letras; quienes nos soliviantan debidamente nuestros sedados intelectos.

Y háganme caso y no sean caguetas, “Gran Veta” es lo más parecido a una terapia de choque contra la apatía y el acomodamiento. Ni que la palabra Hardcore les de miedito, ni que la alargada sombra de Steve Albini campe a sus anchas por todo el temario; si todo fuese tan cómodo y plácido sería a la música, como desproveer de Wasabi una buena ración de Sushi, Makis, y Sashimi. Pura insipidez vamos.



    27. WHITE DENIM / Corsicana Lemonade


Sería de burros no reconocer lo mucho que nos han enseñado a lo largo de su carrera estos Tejanos, en lo que concierne al arte de moldear cual pila de arcilla el Rock progresivo, el Avant Rock o como cojones lo queramos definir.
En todo ese tiempo hemos gozado como cochinos sobre el barro con el virtuosismo de sus cuatro miembros. Y viajado por decorados tan variopintos como el de la Psicodelia, lo experimental, la luminosidad de su Funk Popero, sus bucles interminables, el Blues, el Rock Garajero, y hasta una cierta obsesión por construir y deconstruir todo lo anteriormente citado.

Su último trabajo sería por así decirlo el mejor punto de partida para medio entender su idiosincrasia. Uno de los más accesibles, sin por ello perder ni un ápice de majestuosidad a la hora de dotar cada una de sus canciones de matices imprevisibles. Un Rock caleidoscópico que se pasea con una chulería natural por el Jazz, el Blues, y el Funk correoso; y que además lo hace con diez pedazo de canciones de lo más digestivas y apetecibles. Uno de sus mejores trabajos, que demuestran que se puede experimentar, gustar, y ampliar fronteras sin perder su esencia.

    26. DISAPPEARS / Era



A esta banda de Chicago fundada por el ex Sonic Youth Steve Shelley, la descubrí en 2010 con su debut “Lux”. Inmediatamente me llamó la atención, ese Rock directo con claras reminiscencias al Garaje en canciones como “Not nothing”, o “Magics”. Desde aquel primer disco pétreo y primitivo, hasta nuestros días las cosas han evolucionado claramente hacia un sonido más complejo y experimental.
Lo que nos lleva a calificar su último trabajo “Era” como el más ambicioso y suicida, claramente al margen de cualquier coartada comercial. En él se pueden encontrar a partes iguales amplias odas al Krautrock más espacial en cortes como “Ultra”, “New House”, o “New House”. O bien claros homenajes a aquella escena oscura de los 80, donde las chorreras y lo gótico quedaban en un segundo plano para incidir en la experimentación, en otras como “Era”, o “Weird House”. Es ahí donde se dejan acariciar en un claro homenaje a los atmosféricos Bauhaus de “In the Flat Field” y “Sky's gone Out”.

  1. EELS / Wonderful Glorious



He de admitir que en muy contadas ocasiones me he dejado llevar por las anárquicas propuestas de Mr. Mark Oliver Everett aka Eels, vaya se puede decir que no soy fiel seguidor de su trayectoria.
Quizás por eso, al meter uno las narices en su última y más concentrada obra, la sorpresa se hace aun más mayúscula si cabe. Un disco que puede suponer para algunos una simple golosina para conformar a aquellos que no están dispuestos a asumir los riesgos de una carrera plagada de trucos y tratos. Sin embargo y con todos mis respetos, no puedo más que rendirme a la magia de toparme con un disco donde cada corte es una joya bruta de Rock futurista.
Algo por cierto, bastante escaso en los tiempos que corren. Y que además demuestra que se puede reinventar el concepto del Rock, sin caer en el recargolamiento ni en la pedanteria de retorcer lo que por si solo funciona.


  1. I AM KLOOT / Let it all In


No son pocas las ocasiones en las que me asalta la duda, de si estoy aplicando correctamente el criterio a la hora de enumerar y argumentar los motivos por los que elijo tal o cual disco. Sobretodo cuando se trata de hacer una lista y darle un orden, con lo relativo que es todo en esta vida.
En el caso que me ocupa sería de embustero recalcitrante, no admitir los lazos sentimentales que me unen a los Mancunianos I am a Kloot. Uno de los motivos junto a Doves y Elbow, por los cuales no me tiré a un barranco en aquellos años de travesía por el desierto. Sin embargo y aunque admita mi devoción, he de ser consecuente con mis impulsos y meditar con más calma lo básico por lo que figuran ellos y no otros:
Que ya nadie hace discos como estas tres bandas. Que el tiempo que se toman en publicar cada uno, es directamente proporcional a su calidad y a su buen hacer. Y sobretodo, que acaban siendo tan emotivos como los viejos guisos de nuestras madres y abuelas (apetecen siempre, resucitan a un muerto, alimentan, y nunca nunca pasan de moda).

  1. PINKUNOIZU / The Drop


Si hay un motivo indispensable por el que valga la pena clasificar aquello que más te ha gustado del año, y poner en tela de juicio tu personal criterio. Es descubrir entre tanto titular y campeón, a proyectos de otras latitudes como el de los Daneses Pinkunoizu; que además confirman el buen momento que respira la tierra de John Lauridsen (Trentemoller, Iceage, Death Valley Sleepers).
Una historia digna de husmear que se va a las antípodas de la música, rescatando los pulsos electrónicos de finales de los 70. En las premisas de su creatividad se pueden encontrar la mayoría de las condiciones básicas del Krautrock, el SynthPop, y de la experimentación. Con la diferencia de que lo suyo no es un simple homenaje a Kraftwerk, Stereolab, o a Neu!, si no que es la libertad a la hora de construir lo que hace que su segundo disco un excitante viaje por distintos paisajes: Ahí está el Tecno Pop frágil, el Folk desolado, los loops adictivos, y la sorpresa de encontrarse con virajes propios de unos niños curiosos que poco entienden de reglas.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

DONDE ESTÁS GERMÁN COPPINI?? 1961/MALDITO 2013




Ayer estábamos todos o casi todos forzando una sonrisa y una buena cara a un 2013 aciago por circunstancias socioeconómicas de las que huelga hablar. Y acostándonos con una de las peores noticias para aquellos que nos amamantemos musicalmente hablando en los 80.
Para mi en lo particular, la voz de Germán significó algo más que la de aquellos nihilistas Siniestro Total de “Cuando se come Aquí”. O la de ese lirismo decadente que se alimentaba a partes iguales de nuestras miserias y de nuestra imaginación surrealista. Fue y siempre será la voz por antonomasia del Pop nacional de los 80, y el adalid que nos guió, unió, consesuó en una época donde la escena musical nacional no diferenciaba entre castas o popularidad.

Solo nos queda aquello que hace imperecederos los mejores recuerdos de nuestra vida, las canciones que nos vieron crecer y la figura de sus artífices. Cántanos la última Germán.


 


miércoles, 18 de diciembre de 2013

CHUCHO, O LA DENTELLADA MÁS FIERA DEL LOBO ESTEPARIO. 15/11/2013 Sala 2 de Apolo (Barcelona)



Como si se tratase de un obituario correctamente cimentado, amortajado, y bien urdido. Por fin me hallo relatando una crónica de lobo feroz desde la cama de una UCI medio psicodélica, medio de universo paralelo. No voy a entrar en detalles pero un virus come carne casi me devora la pierna derecha cosida , descosida y vuelta a remendar; de ahí mi súbita deserción en el mundo donde se hace equilibrio sobre la cuerda floja que separa vivos de muertos, realidad de fantasía.

Creo que se elevan a cinco o seis las veces que he podido ver sobre un escenario a Fernando Alfaro y sus secuaces. Ninguna tan determinante, sublime, y si me lo permiten premonitoria en lo que se refiere a sus recargolados y crípticos textos. Todo se ajustaba a lo previsto si se tiene en cuenta los días que he pasado postrado en una cama, desplegando y plegando mundos paralelos (es lo que tiene la Morfina señores): Unos eran tenebrosos, otros coloridos, futuristas, personales y personajes que han decorado diez días de mi vida , de la que solo quiero guardar una reflexión; que importante y poca valorada la salud, que jodidamente volátil y poco apreciada es mientras se tiene.
Pero vamos para adelante que es lo importante y como Ave Fenix que somos, pensar solo en la suerte y en el desenlace sin cábalas que valgan.


Como decía uno de sus directos y cohetáneos, echando una “charradeta” post concierto junto a su sección más rítmica y protagonista...J.C Rodríguez & Javier Fernández
- ¿Hemos sonado cañeros, no?
Vaya... diría incluso que mejor; engranados, engrasados y ecualizados que en vuestra época de Tejido de Felicidad. Para gustos colores pero mi corazoncito siempre se ha inclinado ligeramente hacia 78 y a su primer Ep “Conexión de hueso” con la que ebrió el concierto.


El repertorio para fieles e incondicionales comenzó casi tan intenso como acabó, con “Inés Groizard... la caldera del diablo, vientre barriga y mundo” una cara b de su Sal verdaderamente curiosa y siniestra.
El público sin embargo y como suele pasar con el paso del tiempo siempre tiende a buscar sus pequeños himnos, y así se mueve de atrás para adelante y en paralelo: “El Detonador”, “Fiebre”, “Magic” o “Revolución” las más coreadas y agasajadas. Aunque a mi en lo personal y sin desmerecer en absoluto un repertorio que ya es un clásico, me encanta redescubrir joyas del calibre de “El Extraradio”...despiadada y poética a más no poder. O “Esto es mi sangre”, “Ladrándole al Infierno”, “Mi Padre”, “Alicia Rompecuellos”, “Ángel Turbio”, o “Un pulpo sin piel” , que se debaten entre la abstracción y la poesía auto personal.


Conclusión ecuánime: Nos retro alimentamos , nos necesitamos, y creo poder estar en posición de afirmar que la escena actual está un poco huérfana sin bandas como esta, donde el diálogo entre el espectador y el artista se esculpe a base de furia y de textos anti esrtibillo. Y porque no... que no querernos volver a quedarnos a oscuras durante tantos demasiados años. Si no hay disco completo, que todo sea como estas últimas y brillantes nuevas composiciones: Duras, ásperas, violentas, y... y...cortantes. Solo queremos dolor de ambrosía y negra poesía.
  

 

jueves, 14 de noviembre de 2013

FINAL PLAY, POCKET PLAY, STAR*T PLAY!!





Esta noche sí he visto llover estrellas. Me he asomado de madrugada cuando todos dormían, y tan resplandeciente y nítido era el cielo, que como en un sueño infantil de niñez se podían enumerar la constelaciones.
Me he quedado por un instante ensimismado con el dulzor de un vino generoso todavía impregnado mi interior, y he salido como un loco poseso a la calle con el pijama. Como quien sale en busca de algo sin la más mínima idea de recogerse, he salido descalzo, sin las llaves de casa y con los bolsillos llenos de canciones para dejar un rastro de acordes y cadencias al modo de Hansel y Gretel. Me asaltó la idea de poder parecer un demente dominado por la locura intestinal del futuro, no se... resultar escandaloso y acabar en comisaría como un ebrio despendolado a merced de que se yo. Pero sin embargo sea como fuere, por la circunstancia de ser precisamente la noche de Halloween. La gente que iba encontrando a mi paso, los pocos que quedaban rezagados a aquellas horas intempestivas, me sonreían y seguían su marcha.

Mis pies a ritmo marcial pero relajado marcando una dirección y compás impreciso, y la vista puesta en el cielo sin atender a cruces, intersecciones o avenidas peligrosas. Solo mirando con atención un extraño y diáfano espectáculo nocturno allí colgado. Como si algún ente o ser celestial hubiese de repente limpiado de polvo y paja el infecto y contaminado firmamento de mi ciudad.
En el ambiente un particular olor a fábrica metalúrgica suspendido. Un perfume a azufre desconocido que presentía la mano demoníaca sobre semejante acto inconsciente, era eso, o una sugestión tan poderosa como la divinidad de un cielo raramente estrellado: El baile de enanas, la fuga de alcatraz de las valientes suicidas, y el pavoneo de la más brillantes estrellas. Que como estrellas de vodevil adoptaban formas inverosímiles en lo alto del firmamento.


Hasta que mis llagados pies y mi renqueante pierna derecha se detuvieron de forma súbita en un momento inexacto de mi travesía celestial. Cerré los ojos cegados y enrojecidos por las horas de marcha y vigilia, y caí en un profundo y repentino sueño de aquellos que solo recordábamos en nuestra púber juventud.
Al cabo de las horas y con los primeros rayos caldeando mis desnudas pantorrillas. Me despertaron soliviantado los golpes en las parietales de un anciano buscador de caracoles; ni preguntaba ni espetaba, solo azuzaba con su bastón en un insistente afán por que me incorporase. Suerte de mi poblada e ensortijada cabellera, si no estaría ahora lamentado muy probablemente un descalabramiento importante; quien sabe si confundiendo mis rizos por caracoles.
Miré a mi alrededor sin hallar respuesta alguna y alcé la vista en busca de los astros que guiasen mi navío; cuando fueron las canciones que dejé desperdigadas por el camino, las que me indicaron el regreso a casa: El cielo despejado de un azul celeste impresionante, y el sol cegador incidiendo sobre mis hinchados ojos, que protegí inútilmente con mis manos.
Desde aquí y ya, se puede ver el final del camino. Allí a lo lejos el precipicio, la duda, o porqué no el alivio de de cruzar la meta más o menos a salvo. Se puede ya hacer balance con un rigor más o menos imparcial y consecuente, para ponernos manos a la obra sobre como ha sido de particular nuestro 2013: El mio personalmente dominado por un creciente desinterés por la actualidad. En realidad no es una actitud premeditada, más bien diría que es una reacción a la mecánica actual de promoción que no va mucho conmigo. Basta con ver las artimañas que han regido la reciente presentación en sociedad del último trabajo de los Canadienses Arcade Fire; para sospechar de una innecesaria obsesión por querer destacar algo que por naturaleza no lo necesita. Por lo menos eso el que yo creo cuando todos sabemos que una gran obra, no necesita solemnidades ni suspenses para demostrar que estamos ante un gran disco.
Pero sea por la razón que sea, me da que es la inseguridad la que domina semejante culebrón, (no solo la de ellos, si no la de otras muchas formaciones que pelean por mantenerse en la cresta de la ola).
A mi sin embargo me ha dado este año por prestar más atención a las tradiciones más arcanas, que a las sorpresas envueltas en papel de regalo, con grandes lazos, y fanfarrias que se oyen desde diez manzanas más abajo. Por eso si hay una razón de peso para sacarse de la chistera una pequeña Play de bolsillo, esta sería desde luego la aparición de un viejo amor a las puertas del final de año. La vuelta a los rediles de...
*MAZZY STAR///

Con SEASONS OF YOUR DAY, se me antoja como la máxima expresión de lo que a mi entender es un regreso discográfico como dios manda.
Una regreso envuelto en la tranquilidad y la calma necesaria para dotar de sentido común, el frenesí compulsivo en el que se ha convertido el panorama musical actual, (por lo menos el que es digno de titulares). Ya sabemos que en las cloacas hay otro tipo de día a día cotidiano, más cercano al empleo sumergido que al estrellato codiciado.

Y en este caso, después de 17 años de abandono. Hope Sandoval y David Roback parecen haber sintetizado ese largo periplo, en un compendio de belleza secular; sacando provecho de la nimiedad que otros desprecian. “Seasons of Your Day” engarza la cadena que se salió justamente después de Among my Swan/1996, sin apenas trascender en tiempo ni en las formas; de echo parece incluso que el tiempo apenas ha hecho mella en su facultad por deslumbrar sin apenas estridencias.


Me imagino que al igual que pasa con otras muchas bandas que desaparecieron en el tiempo. La prensa y el público en general creen que solo se puede regresar al mundo de los vivos con un golpe de efecto mediático. Por suerte la creatividad innata, pone de manifiesto con lucidez que hay algo etéreo e inexplicable que está por encima de la calidad, la vanguardia, y lo aparentemente vendible; y esa es la inspiración y la personalidad. Y que gran suerte para nosotros, que no todo dependa de una teoría bien estudiada y contrastada.
Y la genialidad de este disco no es que resida estrictamente en bajar la revoluciones al mínimo admisible; para nada. Lo maravilloso es que lo han hecho con un criterio incontestable.

En él podemos encontrar la justa medida de las composiciones, el arte de detener el tiempo, y el echo de hacerlo con pulso firme y decidido. De echo ahí se encuentran las claves que hacen de una obra lo suficientemente compleja como para descubrir hallazgos sorprendentes en cada escucha, y sin embargo lograr una calidez tan cercana a la emotividad y a la familiaridad como podría serlo un abrazo sincero de una madre o de un hermano: Ese “In the Kingdon” que pone a cero ese contador que Beach House intentaron retomar, la ceremoniosidad de “California” o “Lay Myself Down” que invoca la desolación de los espacios abiertos de la América profunda y profana. O la delicadeza zalamera de “I`ve gotta Stop”, “Flying Low” y el esotérico crepitar de las cuerdas en “Spoon”.
Lo más cercano a las visiones que se suceden en el umbral de la muerte. Un canto desnudo a la naturaleza, a los espacios abiertos, y si se quiere al Folk primigenio; sin dejar de lado una rara psicodelia, tan austera y primitiva como enigmática.


El camino hacia casa es largo y arduo. La goma destensada de mis pantalones del pijama se afloja, y me caen hasta las pantorrillas. Se me desabotona la zamarra, empiezo a sudar frío, y la mirada busca sin suerte encontrar aquellas estrellas resplandecientes. La suerte de mis canciones me cogen por la solapa y me levantan un palmo del suelo; no camino si no floto. Y en la cabeza embotada y palpitante siguen repicando las notas como coordenadas de un navegador.


*THE PROGRAM// 
 
podrían sin duda marcar la cadencia y el ritmo adecuados. Como el día que Pale Saints pusieron el punto y final a su trayectoria:
Chris Cooper y Graeme Naysmith (batería y guitarra de la banda de Leeds), se han puesto manos a la obra casi veinte años después de su disolución. Tanto por lo inesperado, como por la poca esperanza que albergaba tras haber escuchado años atrás su primeras noticias en forma de demos; es desde luego una muy buena noticia.
Supongo que para el público en general solo sea una brizna más dentro del volátil panorama de la música alternativa. Pero para mí es una señal inequívoca de que el tiempo acaba dándole el valor merecido a las cosas.

Diez cortes son los que componen este álbum de debut. Donde rápidamente se percibe un aire totalmente doméstico. Y en el que las canciones tienen un aspecto parecido al de pequeños esbozos incompletos. Pese a los recursos limitados con los que han contado, y el inconveniente creativo que pueda suponer escribir canciones en un formato prácticamente instrumental. El resultado sin embargo, al final es tan satisfactorio como sorprendente.
PALE SAINTS/1987
Afortunadamente Pale Saints fueron una banda, donde el peso específico de cada uno de sus componentes era totalmente reconocible y trascendente. Y eso es algo que se puede apreciar muy claramente en el sonido de THE PROGRAM: Donde guitarra y percusión son capaces de tejer una atmósfera inconfundible y auténticas joyas, con poco más que eso.
Aquellos temas instrumentales de amargas guitarras como “Porpose” o “Marinba”, flotan como una nebulosa en gran parte del disco en cortes como: “Krock”, “Spooky”, o “78 run” ;aunque eso si con un aspecto más condensado a sus antecesores. Son golosinas donde confluyen el Ambient, el PostRock, el Pop, o el Krautrock. Y en las que de manera incontestable, están aquellas texturas que ofrecían otra faceta de aquel Shoegaze bucólico tan común a This Mortal Coil.



Resulta curioso como una noche de todos los santos, el cielo nítido de mi ciudad ejerció tal influjo sobre quien escribe. Esa especie de aullido moribundo que nos conduce a golpe de Calíope donde nuestro caprichoso antojo de animal nos lleve. Puede ser que fuese o que del balcón no me moviese, que el viaje fuera cierto o producto de mi mente; lo único importante, es que viajé sin moverme.
Aquella noche vi astros nocturnos y hasta incandescentes, vi despuntar el Sol por lo alto de los tejados. Hasta pude ver al llegar de vuelta a casa, a animales nocturnos derretirse bajo la insolación matinal; sin saber si era el palpitar de su último aliento, o los estertores de *TRENTEMOLLER.

Que con su LOST , sacudían a la plebe más rezagada llegando a confundir sus extintos latidos con la consonancia de semejante engendro; Lost puede .
Anders Tremtenoller a capturado por fin el púlsar del pasado más épico y el de un futuro ilusionante; con una fidelidad tan precisa como intangible. Un envoltorio de vinilo ajustado que se adapta a la turgente silueta de sus modelos (Jonny Pierce “The Drums”con una modulación vocal realmente inédita, Sune Rose Wagner “Raveonettes”, Low, Marie Fisker, o Jana Hunter de “Lower Dens”). Donde se adivinan las formas que enaltecen la generosidad de sus voces puestas al servicio de una causa noble: Recuperar la elegancia del pasado sin mancillar su natural esbeltez con lacas ni gominas perfumadas.
En esos contoneos de lucimiento susurrante cuesta discernir sobre el protagonismo de la modelo, o del vestido en cuestión. En realidad es todo su conjunto lo que hacen del álbum, un amalgama donde se magrean en concupiscente orgía: Electrónica musculosa, pasajes híbridos, beats progresivos, y oscura tensión que explosiona con destellos luminosos de Pop elegante. Una puesta en escena llevada a cabo una y mil veces con resultados diversos. Y que se pasean por el filo de la navaja, con la arrogancia idealista de quien ve a la electrónica como una extensión del Rock sin hacer distinciones carpetovetónicas: Vitalic, Moby, Death in Vegas, David Holmes, Chemical Brothers, New Order... Todos ellos y muchos otros que se quedan en el tintero han hecho una lectura de la electrónica, un género permeable y poroso de libre pensamiento.
Y en esta ocasión el Danés ha recogido el testigo para recuperar muchos legajos que el tiempo se ha empeñado en pasar de moda. Con la ayuda de socios que difieren solo en apariencia, pero no en lo esencial; la virtud en esencia de democratizar la música, con un objetivo común.

La apertura sacrosanta de “The Dream”, la reptante y andrógina voz de Jana Hunter en “Gravity”, o la turbadora voz de Marie Fisker en el trotón “Candy Tongue”; donde la alargada sombra de Siouxsie S. y la estética femenina de todos aquellos proyectos que editó 4AD bajo el paraguas de This Mortal Coil, está tan presente.
En la habitación contigua la electrónica más hedonista y fibrada. “Still on Fire”, “Trails”, “River of Life”, o “Deceive” se zambullen de cabeza en la electrónica más oscura y lasciva. Donde electro, Postpunk, y Rock sintetizado se dan la mano en pos de la pista de baile. Un disco en general que pese a abordar una parte largamente discutida por puristas y amantes esporádicos de la electrónica; donde se regatea ese eterno debate entre lo transgresor, vanguardista, experimental, o simplemente animal. Ese extraño porqué de separar y calificar lo realmente trascendental en un momento determinado; cuando ya sabemos que todo se rige por oleadas, mareas, y lumbreras ¿que mide en realidad los niveles del podium de los campeones.
Basta con echarle un ojo a las calificaciones que ha dado Piiiiit_tchfork al reciente proyecto de Nicolas Jaar & Dave Harrington DARKSIDE, un nueve. Ejem... vamos sería como decir que “Psychic” roza la excelencia. Lo que le hace a uno pensar si un medio tan influyente como este tiene realmente un criterio tan objetivo como se cree; o es simplemente la espada de Democles que guía a las almas perdidas, que buscan su sentido del disfrute.

THE BLACK WATCH

En fin que quieren que les diga. No hay nada realmente más jodido en esto de estar en el candelero, que creerse uno influyente o pretender serlo. A base de buscar excelencias en un círculo vicioso tan susceptible y errático como el de la creatividad; aunque posiblemente todo dependa del afán de investigar, o de la memoria de sus cachorros. Por esa regla de tres no deberíamos pormenorizar en bandas como los Italianos SEA DWELLER, quienes han preferido enfatizar en el Pop borroso de los 90, sin pensar en su vigencia. Ver nacer a propuestas subsistentes como la del Venezolano ROY VALENTIN, el colectivo Portugués INDIGNU, o a los Australianos LOWER PLENTY. Todos ellos unidos por un denominador común, el afán por crear nuevas texturas con cuatro colores, y sin la presión de un hábitat que cree tener la autoridad moral para imponernos las modas.
Por eso me atrevería a defender con ferocidad el regreso preciosista de los veteranos BLOW MONKEYS, la recitado poético en la profunda voz de BILL CALLAHAN; quien reinventa constantemente sin trasgredir en la esencia de sus canciones. La vuelta al cole de THE BLACK WATCH, estos veteranos aun desconocidos que ya me robaron por entero el corazón en su subestimado y maravilloso “Led Zeppelin Five/2011”; toda una gozada escarbar en su repertorio e historia, digna de aventureros. Y la de otras tantas sugerencias que hemos ido recogiendo en las cunetas de ese paseo interestelar, donde el brillo de las estrellas me encaminaron hacia la grandeza de lo simple e insignifante, de lo cotidiano, y de lo omnipresente e ignorado.

Puede que ciertamente no sean las que mejor se ajustan a los gustos de la mayoría. Y que en mi rareza por esquivar lo que demasiado obvio y dócil, me halla vuelto un poco huraño. Lo que si puedo asegurar es que vi las estrellas brillar, y me importa un comino que pudiese ser un sueño; de echo... quien me puede asegurar que aquello que veo y oigo, es lo verdadero.
01_ The Program_Incept
02_Fanfarlo_A Distance
03_The Black Watch_Meg
04_Cruiser_Kidnap Me
05_Blow Monkeys_In no Time at All
07_Kindest Cuts_Handsome Killer (Demo)
08_Trentemoller_Never Stop Running (Feat Jonny Pierce)
09_Screen Vinyl Image_Stay Asleep
10_New Model Army_March in September
11_Bill Callahan_Javelin Unlanding
12_Cass McCombs_Brighter! (Feat Karen Black)
13_Mazzy Star_Lay Myself Down
14_Darkside_Paper Trails
15_Indignu_ Capítulo 1-Onde as neuvens se cruzam
16_Roy Valentin_Uno
17_Sea Dweller_I see the Sea from a Way Out
18_Tindersticks_If Tou're Looking for a Way Out
19_James Nee_Buffy
20_Lower Plenty_Strange Beast