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miércoles, 8 de julio de 2015

CONSPIRANDO EN LA PERIFERIA: ESPAI VAPOR 2015: THE WAVE PICTURES/THE SUICIDE WESTERN CULTURE/LUIS LE NUIT DJ SET

 
















Todavía quedan reductos al amparo de las fiestas populares. Trincheras soterradas donde la “plebe” hacemos nuestra la calle, de plazas sorteadas por chiringuitos, habaneras y pasacalles. Allí, los que cambiamos abonos de festivales de verano por tiquets de bebida de gerrilla: (cervezas en lata por 2 euros, o gintonics en baso de plástico), nos damos un chapuzón de frescor nocturno, parrandero y de comunidad.
Que sería de nosotros, pobres supervivientes de las fiestas de barrio, sin esa estrecha convivencia entre vecinos. Ese oteo privilegiado que da la barra metálica, desde donde se diseccionan especies de distinto pelaje, se sofocan incendios; o se provocan según la calentura de la noche.

Que echos como este se den a estas alturas en poblaciones periféricas a espaldas de la gran urbe Barcino, aun tiene más mérito. Y que queden aventureros para confeccionar carteles tan tentadores como el de Espai Vapor de Terrassa y otros que se han dado en Santa Coloma, Hospitalet, Sant Boi o la mismísima Vilanova a tan módico precio, debería de catalogarse como heróicos.
Cierto es que nos quedan aun pasos más arriesgados a la hora de horadar en la subterraniedad. Y sacar a flote aquello que asusta a las modas. Pero aun y así, basta con dar un repaso al cartel de este año y el de posteriores: Fira Fem, Punsetes, Mourn, Triángulo del Amor Bizarro, Capsula, Betunizer, Mee and the Bees... totalmente gratis. Para salivar no?


En estos casos, no es estrictamente necesario estar empadronado, contribuir en el programa de fiestas o conocer a algún lugareño. Las fiestas populares de verano irradian una especie de feromona todavía por determinar. Por la cual, los descarriados nos apareamos por consanguinidad, casualidad encontronazo y amor sonámbulo. O simplemente porque estos hábitats donde las castas modernas desaparecen, solo los buscadores del calor humano copulamos dando a luz amistad, risas y noches para recordar; o quien sabe si para olvidar diluyéndolas en alcohol.
La cosa debió suceder así, puede... El caso es que en vista de que nos perdimos a Wave Pictures en su última visita #hace cuatro meses aprox. Esta ocasión era un “todo o nada” para no dejarla escapar. Las piezas encajaban: Viernes, gratis, a 20 kms. escasos de mi ciudad, y mira tu por donde. Si The Wave Pictures intercedieron para que Johhny (Espacio Woody Jagger) y el que aquí firma, nos conociésemos en persona. La segunda, acabaría por rubricar otra igual de trascendente. La del menda y Xavi Nieto #el anfitrión. ¿Que quien es Xavi Nieto?, a veces amigos, no hacen falta títulos nobiliarios para determinar la grandeza de los individuos. Solo conversaciones bajo el estimulante influjo de la música, la noche y unas copas. Y tomarse la vida como una paleta de colores donde uno puede escoger los básicos, o buscar las tonalidades que se precisen según la creatividad que cada cual.


Noche de muchas muchas risas, de las que no se olvidan. Ya no por lo que allí sucedió, musicalmente hablando. Sino porque además, la situación privilegiada que nos da la edad nos coloca en una perspectiva de espectador única. Allí, en la lejanía, apartados de la melé juvenil para coger carrerilla y diseccionar al personal. Adoremos a la Virgen de los dolores, impartimos clases de socarronería; hasta nos dieron un premio oiga!! Y cuando llego el momento de la trascendencia, con un cubata en la mano y el brazo sobre el hombro; como el maestro EuGénio #ese si lo era. También nos dimos algún que otro garbeo por eso que se le llama: “una vida de padres poco ejemplares”, dicen.
En lo que respecta a la música: buena, variada y fibrada; como ha de ser. Empezaron sobre las 00:20 los Londinenses THE WAVE PICTURES. Banda a la que ya había tenido el gusto de disfrutar en la sala KGB con Johnny, y que también acabó en verborrea. Aquí esta vez, hubo un pequeño punto de inflexión. Y es que aunque es una banda a la que proceso una devoción absoluta, con una trayectoria impecable, sobretodo la de sus últimos cuatro últimos discos. Sobre el escenario y pese a ejecutar con frescura, elasticidad y perfección total todo el repertorio. He de admitir y compartir opinión de Xavi; les falta aquello que uno intuye al escucharlos: Más mala baba, filos, asideros para agarrarse, mugre, teatro... que se yo, actitud vamos. Que sí, que el entorno de unas fiestas beodas y populares, puede que no sea la más complaciente para desplegar todo su arsenal. Que si uno está con la tertulia, el sudor, la relajación, y el público seguramente mucho de él será circunstancial y pasajero. Pero leche!! había una muchachada de no más de 15 años (la mayoría de ellas féminas), que se rompían el alma en primera fila. Hay que estar a las duras y a las maduras y ves, al bueno de Chuck Prophet eso se la suda. Él lo da todo con 20, 40 o 50 espectadores; vamos, que es una química recíproca y ya está. Wave Pictures tiene muy buenas bases, se alimentan de sustratos con pedigrí. Pero como a muchas bandas de ahora, les falta esa escenificación y actitud que les sobraba a Lux Interior, Nick Cave o a Jonathan Richman.

El nivel de variedad y surtido que les dan estos últimos trabajos, tiene para dar y tomar. Más que nada porque su último disco “Great Big Flamingo Burning Moon/2015” les da un plus de R&B y contundencia, necesario para guarnir ese aire vacilón y feliz de su Poprock más saltarín. Así que como era de prever cayeron unas cuantas del mismo, incluyendo la que da nombre al mismo: “A Could Hear the Telephone”, “Frogs sing loudly in the Ditches”, “Sinister Porpose”, “Fake for Fur Pillowcase” o “The Goldfish”, incluso “Green River”; la cover que incluyen de la Creedence Clearwater, bastante apropiada al público que por allí campaba y que se suma a la de Daniel Johnston, “My Life is Starting Over”. “Long Black Cars” también, o “My Head gets Screwed on Tighter” junto a “The West Cauntry”. Canciones que desintoxican un poco lo que se puede entender por un concierto para presentar nuevo disco.
Inciden curiosamente bastante en “City Forgiveness/2013”. Un disco doble como el Beer on The Breakers del 2011, con el que los descubrí. Y que para mi gusto es de lo mejor que han publicado hasta la fecha; más complejo, intimista y poliforme. Tiene joyazas de la talla de “Better to be Loved”, “Chestnut”, o “Shell” y sonaron, además de alguna más. Johnny Helm se salió en esta última; el mejor de la banda con creces. David Tetersall o Grabancito, como lo llamaba mi colega, demasiado destensado él. Y Franic Rozycky el auténtico musculador de la banda, aunque insisto, demasiado estáticos para mi gusto.
Claro que... concierto gratis, que quieres pues. No me quejo lo juro, lo hago por deformación profesional y desde luego, disfruté como un enano.

Un pequeño receso al fondo, en las escaleras, echándonos el humo y una charradeta. Y sobre las dos tocadas los Barceloneses THE SUICIDE WESTERN CULTURE.
A esas alturas de la noche, uno que sale de higos a brevas como el cometa Halley, estaba en ese extraño punto en el que prefiere coger aire, no precipitarse, y ganar fuerzas. Ya sabéis: - Me bebo un cubata?, ¿doy otra calada?, ¿otra cerveza quizás? En fin todo un dilema para aguantar la compostura con estilazo y glamour. Bajamos a primera línea, aproveché para saludar a otro gran amigo – Luis Le Nuit- y su pareja recién llegados para preparar el cierre, y a las trincheras hermanos!! The SWC dieron un conciertazo de aquellos para perder el mundo de vista, toda una sorpresa para un servidor, y contra todo pronóstico.
Ni soy de aquellos que me suelo apuntar a un directo de electrónica; que me gusta, eso sí. Más todavía cuando como los SWC, hurgan el los Loops infinitos, en ese toque cinematográfico de sus montajes, su progresión tan Postrockera, y en esos beats crocantes que nos remontan a los 80/90. Ni tampoco de los que bailan cualquier cosa que me pongan; madurito, pero con dignidad. Ahora, sucede a veces que... o bien se alinean los astros o es que lo hacen bien los jodíos. Y mira que me parece realmente difícil irradiar pasión rockera sobre unos inertes artilugios electrónicos.

Ellos lo hacen: Juanjo Fernández y Miquel Martínez consiguen que sus canciones de carcasa onírica suenen sobre el escenario como un vendaval, muy por encima de su sonido en estudio. Saben mantener ese extraño equilibrio entre al épica de los 80, la elegancia y el oscurantismo. Para estallar cual bigbeat rompedor y rockero. Y ya nos ves ahí a dos estilosos rockergarajeros, dándolo todo como dos criaturicas emperifolladas. Creo incluso, que algún año se evaporó entre tanta muchachada y candor nocturno. Se nos apareció la virgen sí. Descubrimos que el mundo es un pañuelo donde enjugarse el sudor, donde a veces aparecen como la paloma inmaculada de ese mago, amigos por doquier. De los previsibles, o de los que se anuncian como apariciones cuando la noche lo necesita.
Arriba en el púlpito, pasando de rosca CZ-100's y los humeantes ALESIS SR-16, Suicide of Western Culture despiezaban su reciente “Hope Only Brings Pain/2012” y parte de su disco de debut. No pudo faltar “Still Breathing But Already Dead” para celebrar su último gran paso. Ese que nos congratula y emociona, al ver sobre un escenario una joven banda catalana haciendo temblar los cimientos. Y poniendo a la electrónica guerrillera a nivel internacional; algunos todavía no saben lo que se pierden.



Con la noche ya aullando. Y el poco personal que cambió pachangueo y habaneras por el hedonismo más exfoliante, en pie de guerra. Quedaba el difícil papel de cerrar la noche a buen nivel, y para que negarlo. Buena parte de la culpa de que aquí el menda, se dejara seducir por un Viernes/noche, abocado al trasnoche sin freno. Era por supuesto, la sesión de cierre de un gran amigo; LUIS LE NUIT.
Con él he compartido además de noches sin fin y una amistad que se fraguó hace 25 años, con una chapa extraviada y pisoteada del OCEAN RAIN. Algunas de las más incipientes, febriles, y prematuras sesiones, cuando se montaba cualquier fiesta fuere donde fuese. Programas de radio, muchas ferias de discos, conciertos a doquier y los primeros pasitos de FANTÁSTICO CLUB. Ya sabéis, esa pasión musical juvenil que te corre por las venas, y que te empuja a plasmar esas necesitadas compilaciones de cassette en una sesión.
En fin, sarna que no pica por gusto sino por simple pasión de hacer bailar al personal.
Así que para ser sincero, y con los distintos caminos a los que nos ha llevado la vida. No hay forma más grata con la que celebrar reencuentros, con el tiempo y la brevedad que se dan los mismos. Que con una sesión al otro lado del cercado alternativo, que es donde nos solemos mover.


Y es que amigos míos, uno puede tener sus principios inquebrantables. Ser el socio nº1 de la cofradía insufrible de los gourmets musicales más subterráneos y alternativos. Pero cuando la noche clarea y el susodicho decide que una salida espontánea  ha de acabar en efemérides, hay que cerrarla con honor.
Se amontonaron adeptos, eventuales, despistados, curiosos...y Luis Le Nuit cumplió con creces. Más que nada porque no hay mejor premisa a la hora de construir una sesión, que saber leer lo que el público desea después de unos contundentes y abrasivos Suicide of Western Culture. Básicamente bailar como condenados, tal y como reza el logo de la banda.
El vapor transpirado por una calurosa noche de Julio se tornó de repente en una curiosa boira llebrada, y la plaza llegó a imaginarse Vallée Blanche en pleno descenso. Pop estilizado, sintetizado y bailable al 100% que rompe con las sesiones más orfebres a las que nos tiene acostumbrados; por lo menos a mi, que lo veo muy de tarde en tarde. Podría renegar como el abuelo pachín? Pues no digo que no. Pero la edad me ha enseñado que aunque el gusto por la complacencia de escuchar una sesión a la carta siempre esté ahí. Mucho mejor dejarte llevar de la mano, y que te descubran otros escenarios posibles. Hubo petición de rigor, claro que sí!! más por apuestas y ganas de tocarle la pera que por exigencias del guión. Pero The Cramps acabaron sonando junto al Suedehead y a Once In a Lifetime del mítico Remain Lights de Talking Heads. Flotamos, levitamos y batimos las alas con Human Fly, poniendo el lacito a una sesión fresca a rabiar.
Del Pop electrónico errante, a remixes de pedrería que se engarzaban los unos con los otros sin dar respiro al personal. Fluido, dinámico, concentrado como un picapedrero de las mesas que es. Guitarras que planeaban y se deslizaban por beats calibrados al milímetro. Puntos de inflexión vacilones y tan tonificantes como las burbujas del Gin a pie de escenario, cuando Bob Marley y James se solapaban con la barita de Surda. Y echarnos a los tigres aquellos que con impaciencia, queríamos ver a los niños en la cama, o por lo menos dar cabezadas.
El Honbre Mosca zumbó con BZZZZZ... y los presentes, más felices que un chancho en un barrizal. Lo que se dice una noche mu tonta que sí, aunque suene ridículo, nos hace un poco más jóvenes, felices y amigos.................................SALUT!!