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domingo, 16 de febrero de 2025

DIEZ DISCOS Y VINOS GUACHIMOLIS DEL 2024 (number siete)

 

07: CAMERON WINTER_HEAVY METAL Vs. LA LOMA 2021 de Miguel Merino, Briones(La Rioja Alta)

 

 

Hay discos que llegan a punto, justo a tiempo.

Cuando parece que todo va a descarrilar, y empiezas a arquearte y recargolarte, lo mismo que cuando estabas en el vientre de tu madre; solo que de viejo. Aparecen a veces, canciones sigilosas y silenciosas que se te cuelan por la pernera con ese tacto cálido que te afloja las caderas.
Su medicina (la de esas canciones), basada a veces en los fracasos, la fragilidad o la inseguridad. Escarba como nadie con uñas rotas, padrastros y llagas, en eso que todos llevamos bien adentro y que nos horroriza sacarlo a que les dé el aire, se ventilen, y nos exponga.
Quien nos las canta en este caso, es un enviado de esos luceros que pululan de tanto en tanto por la red para blocar incógnitas y descifrar ideas (Stradanakis aka Roger Estrada); sería esta vez el correo del Zar.
Y yo, el asalta diligencias oportunista que se conchaba con la banda de Dick Turpin
¿o iba solo?

 


 

Este espigado chaval líder y cantante de los contorsionistas y poliédricos  GEESE. No ha esperado a consagrarse, desfondarse y hacer parada y fonda para publicar su primer trabajo en solitario; como se supone que haría cualquier hijo de vecino.

Y en el impasse entre el último disco de la banda de Junio del 23 con 3D COUNTRY, y el 15 de Diciembre del pasado 2024; fecha en la que apareció esta joya. Se nos cuela en pijama y descalzo sin importarle los preparativos y la gala de eso que to quisqui llama: LO MEJOR DEL AÑO (corre que se acaba y el 1 de Enero, se enflorece y ya, pa tirar). Con una de esas cosas de las que te puedes encariñar tanto si los fastos navideños te deprimen, como si la escapatoria a la felicidad obligada es para ti: la melancolía, la reflexión y si quieres, la recreación del dolor precisamente para aliviar eso mismo.

 

En Heavy Metal tenemos a un barítono Cameron Winter sentado sobre la cornisa de un edificio alto de su natal Nueva York. Observando igual que un héroe con las típicas dudas existenciales que le provoca su desagradecida clientela: Sin saber si dejarlos a su suerte, o  reconvertirse a supervillano aniquilador; y no es para menos.
Para nuestra suerte, y mientras se decide.

 

Las diez canciones que nutren esta especie de oda surrealista que como en los sueños. Conectan lo real, con lo caótico e inverosímil, desencadenando esa misma sensación perturbadora que los sueños te provocan, cuando tienes la certeza de que hablan sobre ti, pero que eres incapaz de descifrar.  

The Rolling Stone” siembra esas primeras semillas para emprender la travesía poética redentora de Heavy Metal, exigiendo que abandones el equipaje y te dejes llevar - Como Brian Jones, nacímos para nadar.
Después llega mi particular manera de disfrutar de esta mágica obra. Donde los típicos patrones de gusto y preferencias se diluyen y van cañería abajo. Y sucede, que la forma narrativa con que nos canta/cuenta Cameron Winter. Tan solo necesita la música justa, que igual que los sonidos mundanos y con esencia minimalista, de guitarras sutiles, con saxos, oboes, percusiones aparentemente desasociadas, pianos que pululan, y notas que aparecen como motas de polvo en suspensión.

 

 

El discurso de este tipo se refuerza con “Nauisacaä (love will be Revealed)” con un soul más convencional y familiarizado con Van Morrison o un primerizo Rufus Wintwright. Como sucederá en la mágica “Cancer of the Skull” o “Can´t Keep Anything” y los santísimos coros que aparecen de tanto en tanto para hacer más llevadera la travesía.

Cameron se ha implementado tanto en su propio yo y en su viaje interior de fuerte inspiración para con Ton Waits y Leonard Cohen; dicho esto por él. Que cualquier intento de contexto personal del oyente, puede resultar un esfuerzo inútil y en vano.
Pero que curiosamente  y voilà!!.
Funciona de manera mágicamente inexplicable y conforme se incide en sus escuchas. Igual que un recurso propio a un viaje interior y contemplativo donde la música, poesía e instrumentación poco intrusiva ejerce como una especie de influjo lunar.

 

Digamos así para entendernos. Que Cameron Winter ha dado a luz uno de esos discos nacidos no convencionales. Pero que conecta perfectamente por una -hipotética- necesidad de cortar de cuajo el cordón umbilical que nos arrastra a la inercia social actual. Con códigos que nos hacen cómplices sin saberlo muy bien.

Y es que la música y la lírica tiene esas cosas que tampoco hay que explicar al dedillo y convertir todo lo artístico en una confesión al cura del  barrio; de verdad, no hace falta, son canciones y ya.

 

 

Podrás sentarte junto a él al filo de la cornisa contemplando el vértigo del caos reinante.

Pero también podrías encaramarte a una loma; la de Miguel Merino. Para arreciarte con los paisajes únicos de la anómala parcela plantada en 1946, que da este vino tinto puntiagudo y rara avis. Con una copa, y abrazado a la botella de este riojano de Tempranillo y una pizca de garnacha.

 

LA LOMA 2021 tiene el privilegio de ser uno de los 100 puntos del pirado de Tim Atkin; y que me perdonen si no comparto esa ida de olla de otorgarle atributo de perfecto a cualquier cosa en el mundo.
Pero eso sí, admito que este tinto de La Rioja Alta que poco o nada tiene que ver con los convencionales y prestigiosos Tondonia, Castillo Ygay, La Rioja Alta 890, Artadi etc etc. Me robó el corazón en esa suerte del destino que mi amigo Carlos GC tuvo a bien compartir con el grupo en el que me enrolé hace ya más de diez años.
Y para poneros en precedentes, podríamos decir que Miguel Merino pertenece a la nueva corriente de elaboradores riojanos que huyen despavoridos para mi suerte, de: Esa forma de elaborar convencional, en la que el prestigio del vino se impone sin piedad ninguna sobre la viña, el terruño y la particularidad del suelo, con tal de no decepcionar a su cliente potencial que busca voluptuosidad, cuerpo y músculo para guardarlo eternamente.

 


Y ojo, te puede gustar La Loma (o debería), pese a que disfrutes como también hago yo, de un Gran Reserva Tondonia, un Mas La Plana de Torres, o un Pagos Viejos.

Pero claro, es que la vida es muy corta como para que te atrincheres en ese tipo de cosas (las que sea), que no hacen más que ponerte condicionantes a la hora de disfrutarlas, o incluso por tu mismo bien y que no se te robine el sistema cognitivo, criatura mía. Y ciertamente, las cosas deberían también ser, fieles a su origen o por lo menos mostrártelo sin querer agradar o contentar a todos/as; ser honestos y consecuentes con la identidad de su origen.
Así pues. Lo que encontramos en La Loma, es un vino de una finca curiosa y única por situación y composición geológica a la par de los 80 años de sus viñas. Que la familia Merino por fin adquirió en 2021, pese a que la explotaba arrendada desde el 2015. Y donde una veta arcillo-ferrosa rarísima en la zona, atraviesa la escasa una hectárea y media de este viñedo. Junto a su composición calcárea salpicada de gravas para que drene bien y obligando por su pobreza, a que la misma profundice hasta el infinito y más allá en busca del mineral que le otorga su particular carácter y delicada tanicidad.
Pero bueno, ¿y que pasa después de este tochazo que os estoy soltando?

 

Pues que Miguel Merino y su mujer no hacen una vinificación intrusiva al uso, y se aprovechan de esas extraordinarias particularidades para el vino nos cuente con más detalle, lo que pasa cuando hablamos de vinos de paisaje, paraje o como narices queráis llamarlo.
Selección exhaustiva grano a grano e incluso repetida si la añada ha sido más complicada coma la 2022 en curso; con el curro que eso comporta. Maceración prefermentativa en ínox durante tres días a temperatura controlada. Suaves y ligeros remontados para no extraer en exceso y buscar su sutileza. Y tras la fermentación su paso por bocoys de roble franceses  de 500 litros, donde de forma espontánea y con sus levaduras indígenas el vino realizará la fermentación maloláctica final.
Dando un año y poco en barrica usada, el tiempo de crianza del susodicho vino.

 

Y a ver, lo que os importa de verdad ¿Qué nos dice el vio?
El vino es una mezcla curiosa de carácter, harmonía y sutilidad.
La parte del carácter se la da su personalidad mineral ferrosa y calcárea donde pueden despuntar notas de naranja sanguina, salinidad, y especiados. La sutilidad por la cual se combinan los frutillos negros (moras, arándanos) de la tempranillo, con esa parte láctica a yogur de fresas ácidas y florales de la garnacha. Y la espectacular armonía que tiene en su paso por boca donde todo lo anterior se convierte en una sinfonía de placer absoluto. De taninos precisos y delicados, y un final largo, envolvente y refrescante.
Uno de esos vinos donde al primer ataque puedes leer ese mimo con el que se ha hecho, y que obedece al bajo rendimiento de sus viñas viejas. Y donde no se pretende perpetuar en una guarda eterna, sino en una lectura del presente más inmediato en la que la heroicidad primordial es la sabiduría de estos viñedos.

 

Así pues, que queréis que os diga. Que si bien la inaccesibilidad por precio y escasez de este preciado pepino pueda suponeros una quimera. Hacedme caso y considerad que la vida es demasiado corta y frenética para privarse de detener el tiempo con estas dos preciosidades. Que desde luego, os costarán mucho menos que un móvil de última generación o un año en una plataforma digital de esas que te condenan como una hipoteca.
Abrazos gordos, y solo espero que no me demore tanto en el próximo maridaje vínicomusical.
 

sábado, 7 de diciembre de 2019

CARLOS “MÁGICO” GONZALEZ aka GC, LA TOCA DE MARAVILLA: Cumpleaños #50, y otras desventuras.



Mucha gente desprecia y considera la ignorancia una ofensa. Yo no, y dirán ¿porqué?
Pues porque el considerarse ignorante o aprendiz de todo; como a mi me pasa. Me hace curioso, pasional y emocionado de encontrar quien me enseñe el brillo de la luz en la oscuridad, y la chispa que produce la combustión del descubrimiento.
En realidad, aquellos que te enseñan o te llevan de la mano con un empujoncito, no son sabios, sino transmisores. Y es lo que desearía ser yo ahora que tengo 49 años: Un mero transmisor de pasiones y experiencias. Es el único objetivo noble que nos queda en la vida caballeros y señoras: COMPARTIR Y DESCUBRIR LO INESPERADO COMO UNA PEQUEÑA Y COTIDIANA AVENTURA.

Hoy me he despertado con la satisfacción de recorrer de adelante y hacia atrás, toda mi vida, a través del líquido vínico aka vinílico. La experiencia de llegar a un punto del camino, mirar atrás, ver el camino hecho, el punto en el que estamos y lo que nos queda por recorrer. Una maravilla envejecer así amigos.
El cumpleaños de uno de mis compañeros de viaje en la excitante travesía por conocer vinos, descubriéndose a uno mismo y a la naturaleza de nuestros sentidos humanos. Nos ha dejado ahora mismo en un punto del trayecto, donde las sintonías, diferencias y distintas perspectivas se traducen en auténtica amistad.
He mirado a mi alrededor y me he sentido bien acompañado por otros que se han unido, y a los que también les brilla la mirada. Han explotado carcajadas incontroladas, verdaderas e infantiles por el divertimento. Nos hemos reencontrado y echado de menos como significado del aprecio y sobretodo:
Hemos jugado como niños en un parque de atracciones sin hora de volver a casa. Justo, cuando la luna grande se acurruca hacia una luna nueva.

Realmente no se si me apetece hablar de los vinos que este cincuentón ya, dispuso para su camada. En ese paciente arte de guardar para luego compartir y experimentar en grupo su misma emoción. Y cierto, lo veo así, ahora que ya llevo yo cinco años guardando vinos, esperando la llamada secreta del alma. Que te avisa del momento idóneo.
Pero no me entretengo más. Pues sería una injusticia no constatar en este diario, lo que se interiorizó. Teniendo en cuenta que he extraviado mi cuaderno de anotaciones, y al final solo me sacia el relatarlo para retener.

Un GRAMONA ENOTECA del 2000, desgorjado el 2012.

Sí, ahí es ná. Diecinueve años de laaaargísima crianza, a quien se le dio el pistoletazo hace siete años.
Un pequeño milagro sin etiquetar que Linda Díaz (una encantadora y pasional embajadora de la bodega, a la que ya tuvimos el gusto de conocer y que rebosa generosidad). Le regaló hace años en una cata.
Se oyó que estaba un poco cansado en boca, aunque sinceramente mi inexperiencia en espumosos solo me da para alucinar con el paso del tiempo y el efecto que produce en los vinos de larga crianza y mimada elaboración:
Exuberantes y embriagadores aromas a bollería, repostería y esa reducción que asoma los ligeros oxidativos, que a mi (personalmente) me pierden. En boca la acidez ligeramente astringente salva ese cansancio; aunque yo creo que es el efecto de la burbuja integrada: Que se ensambla de tal manera con el espumoso, acabando por convertirlo en un vino de carácter mítico, concentrado y licoroso. Pese a que deja un final cítrico limpiador, fantástico.

VIÑA TONDONIA RESERVA de 1969

Yo que tanto me vanaglorio por nacer el 70 y considero el mejor año. Sinceramente envidio nacer en el 69; connotaciones eroticosexuales aparte (o no).
Orgasmo o sí, mi sugestión temporal no alcanza a imaginar in situ, lo que significan 50 años de vida en un vino.
Es como sensación de eventualidad y nimiedad por la novedad que tan excitante hace hoy a la mayoría de las personas. Digamos… que es como postrarse ante la inmortalidad de quien se cree que la clave del éxito es la inmediatez.
Está claro que desgraciadamente ya no se hacen vinos como este. Pero es imprescindible para entender el presente, ser capaz de materializarse aquel año y ver todo lo que ha ocurrido hasta hoy. Para elogiar y maravillarse con la estupenda nariz sin rastro alguno de terciarios (cuero, animal).
Ya que no siendo un Gran Reserva, se supone que no debería estar preparado para envejecer tantos años con tal prestancia; pero que se lo digan al Viña Cubillo del 85 que saltó más tarde.

El simbólico Rioja dio paso a un primer peso pesado: Otro estilo, otra época.
LAS LAMAS del 2003, o esa versión Top más frutal que los sobrinos de Álvaro Palacios elaboran en el Bierzo junto a Pétalos, Corullón o Moncerbal.

Hermético en un principio, pues es un vino Atlántico que define como nadie una zona y su climatología. Preparado para envejecer musculando taninos, mineralidad y acidez. Pero que 16 años más tarde y tras paso de ronda para que se airease. Ese primer envite de cueros, de animal y de cerrajón, ves que por arte del oxígeno se transforman en seda, concentración deliciosa y profundidad.
Es como un paseo por un bosque de castaños en pleno otoño: Con el perfume de las bayas, las trufas, el musgo y un ligero toque mentolado hacia el final, que lo hace intenso pero refrescante y extraordinariamente vivo. Un vino al que se le presienten muchos años todavía de vida, un guaje vamos.

Y llegamos al primer bicho de la noche o como diría yo… De entre todos los disfrutes, divertimentos y experiencias varias que te proporciona la vida. Aquellas que se diferencian de las demás, porque te dejan huella y subrayan un antes y un después:
Como los enamoramientos juveniles que uno rememora por puro masoquismo placentero.

CLOS RENÉ POMEROL 2008


Ya descubrí este verano la lujuria de los Merlot fríos en Sudtirol. Pero en vinos franceses, lo admito, soy un absoluto ignorante de tomo a lomo.
INCREÍBLE sin más. El Merlot de esta afamada bodega de Burdeos es una de esas experiencias que se deberían tener; sino fuera por su elevado coste y la guarda que precisan. Yo no me la puedo permitir, está claro.
Es uno de esos vinos que podrías estar oliendo toda una vida, y de la que si algún lumbreras le diese por crear su perfume. Yo sería un comprador fiel y sumiso.
Y es que es taaanto, lo que te puede dar el olfato cuando lo entrenas, practicas y estimulas… Diría que es lo que más aprecio en todos estos años intentando entender el vino, y el efecto cordial que ejerce sobre el género humano y sus relaciones.

Equilibrado en su voluptuosidad, preciso, encantador, seductor… Yo que sé!! Esos fresones maduritos y licorosos pintados de cacao; pero muy ligeramente eh? Ese ver sin más código o explicación, que estás ante una obra de la naturaleza ayudada de la humana que marca la diferencia pero sin excesos; todo sutilidad.

GRAMONA III LUSTROS 2011


Sencillamente infalible y poseso adicto a este todo en uno de la estirpe Gramona. Donde insisto: Se da un poco el alma de esta bodega independientemente de la añada; aunque mientras más viejuna mejor.
Bofetón de frescor, complejidad y limpidez que arrastra por un instante el peso de los anteriores vinos. Y para que mentir, siendo ya enofílico perdido de este cava de larga crianza donde el vino base es el protagonista. No podría ser imparcial (lo siento), y me río un poco por lo bajini del Celler Batlle y el Enoteca. Aunque se esté subiendo un poco a la parra con el precio.

HENRI GERMAIN BOURGOGNE MEURSAULT CHEVALIÈRES 2012


Remarco mi ignorancia en vinos, territorios y peregrinajes varios al país vecino; no por nada en especial sino por falta de abarque para abrazar.
Pero como empezaba: No hay como ignorar, para despertar interés y dejarse sorprender.
Y en eso y en otros menesteres, Carlos siempre ha sido el más explícito de los catalizadores cuando se habla de sentidos, y expresiones que los ilustren; sus caras son todo un cuadro de Monet en forma de sensaciones,amigos.
Algún Borgoña he probado y tengo por ahí guardado. Pero nada como tener la oportunidad de sentir lo que significan ciertos años. En blancos con peso y acidez suficiente para que convertir los mismos, en ese truco(tachaaaán!!)de magia, y, flipar sencillamente:
Crocante, es la única y más socorrida de las definiciones que se me ocurren.
Dentro de esa espontánea palabra, se abarca: La untuosidad de las lías, la fruta y la flor blanca, el terruño ligeramente mineral (calcáreo y ligeramente salino), los recuerdos a hinojo, esparto o retama… en fin. Un todo en uno de gran longitud, fondo y volumen que expresa un gran Chardonnay, que ni el mismo Joop Zoetemelk lograría; si se diera el caso y se pudiera beber.
Supongo, o creo, que a eso se le llama “equilibrio” o “estructura”. Pero yo creo sencillamente, que me mojé.

CONTINO ROSADO 2016


De crocantis y exquisitas acidezas seguimos hablando, con este Rosado de alma tinta. Que mágicamente reúne las mejores virtudes de un tinto y un blanco.
Graciano 55%, Garnacha 40% y Viura 5% dan un equilibrio perfecto a este Rosado con personalidad y desparpajo; para se siga tratando con desprecio a los rosado o vinos espontáneos.
Un socio perfecto para deglutir cualquier elemento graso y marino, y una virguería para descifrar los placeres de comer y beber per se.

VIÑA CUBILLO CRIANZA TONDONIA 1985


Una de las sorpresas gordas de la noche; entre muchas, pero para mi, la más curiosa. Y confieso que siendo drogodependiente de Viña Tondonia, los Cubillo no me entran ni a tiros.
No estaba muerto, estaba de parranda!! cuchíbiri cuchíbiri cuchíbiri.
No señor. Ese Cubillo con la ropa hecha jirones y 34 años a sus espaldas. Conservaba esa acidez de salud de roble, y ni rastro de terciarios, cuero o signos de desfallecimiento. Una ricura de esas que te ponen el contador a cero, y demuestra una vez más. Que no hay mejor antídoto contra la mediocridad que la espontánea sabiduría de la anomalía; la que te cura en el fondo, de los malditos formu(a)lismos.

TINTO VALBUENA DE VEGA SICILIA 1985


Y fue así a traición y cuando las carcajadas sonaban más a oquedad por semejante festín. Que los ojos alumbraron como platos igual que un cenital sobre el protagonista.
Que apareció en escena un mito. Y digo un mito, porque yo, que algunos confunden con algún tipo de reputado experto en vinos, o yo que sé. Jamás he probado un Vega Sicilia y otros tantos. Igual que tampoco he escuchado en profundidad ni a los Rolling Stones, ni a los Kimks
¿sentimiento de culpabilidad, remordimientos o vergüenza? Ninguno!!
Eso sí. Fue una experiencia que solo la puedo comparar con la de mi primer Pingus: Como alguien del que todo quisqui habla y venera, y que sobradamente colma tus expectativas.
Perfección sería la palabra. Y mira que he bebido grandes vinos y los que te rondará.
Todo en su sitio, elegante aunque también austero, expresivo pero sin estridencias, generoso a más no poder en perfumes, recuerdos y vida de ida y vuelta. Como una de las buenas de Bill Callahan, la delicadeza de Miles Davis o el poder de Nina Simone. Un regalo para los sentidos. Y fácil de beber a más no poder; no hace falta ser un entendido para levitar.

Como si no hubiera sido suficiente y entre el barullo de jadeos, gemidos y suspiros; laaaargos suspiros.
Va y aparece un 
 
ÚNICO DE VEGA SICILIA DE 1991


Máxima expresión. Y no hay muchos adjetivos que añadir, o que por lo menos puedan abarcar con más o menos certeza el sinfín de evocaciones que provoca este vino.
Dicen que no puedes morirte sin probarlo aunque sea una sola vez en la vida. Y no seré yo, que desmitifica a cada paso; el que ponga en entredicho esta afirmación. Pues seguramente sea la brevedad de una copa, quien lo corone como “el mejor vino que he probado nunca?
Lo cierto es que… una vez así. No crean que lo que define a este tipo de vinos sea la voluptuosidad, solemnidad intimidatoria o imponente personalidad; que va. Es más bien como una explosión cegadora donde los sentidos, tienen que calentar, estirar y darlo todo para acertar a definir en pocas palabras todo lo que da. Porque además, el cabrón es tan fácil de beber, que te olvidas de qué es lo que te seduce concretamente.
Flechazo o amor ciego, que es como también lo llaman.

Por si alguno se preguntaba a esas alturas de la noche, mientras iban subiendo platillos de la sala baja del ODDVAR: Un rest/pub/bar/gastroreducto/y… nuestro campamento base desde hace un año. Y que en los casi 20 años que llevo viviendo en Cerdanyola, no hay un solo día que me lleve una sorpresa por sus atrevidos.
Sabes? Ese tipo de cosas que hace que cada día que te quitas las legañas y te lavas la cara, no sepas con certeza, que sorpresa te va ha dar la vida.
Y es un poco eso, amigos. Salir de cacería como los primeros pobladores del planeta. Sin saber si comerás, o serás cazado. Aventura.


VIÑA REAL GRAN RESERVA 1975


Saben lo de la inmortalidad? Nada heroico ni superpodérico eh? Sino más bien de ese tipo de personas que se cruzan en tu vida y dejan huella. Esa sensación de haber perdido el amor de tu vida, ni que sea por ese latir en la boca del estómago o ese nudo en la garganta. O la felicidad que da sentirse acompañado por amigos?
Pues la de este vino antiguo; de los que ya no se hacen, cuidao!!
Contaba yo con cinco años y tengo ahora 49.
Solo pensar eso, hacerse una idea de que ese vino tiene la misma vida aproximadamente que tú; o por lo menos la reclusión en vida. A mi que queréis que os diga, me alucina y me hace pensar lo leves que somos en realidad, circunstanciales vamos.
Sin rastro aparente de cansancio o arruga, y si te dijeran que se ha embotellado hace 8 años, hasta te lo creerías.
Acidez, fruta, longitud y zancada larga como la de un fondista incansable. Notas de madera en descomposición en medio de un bosque de eucaliptos, volumen y amplitud como tu madre abriendo las ventanas por la mañana. El perfume de la mañana, claro; como el día.
Increíble. Que gozada. Y que bien sabía quien seleccionó esa añada para embotellar esos Grandes Reservas, solo cuando reunía las condiciones de añada excepcional.


Dejamos las ínfulas del grandiosismo y hasta pudimos vislumbrar con la palma sobre el entrecejo; en lontananza. Esa primera botella de vino que compraste con veinitipico años; como si te bautizaran de nuevo.
Esa botella imponente de todos tus ahorros tirados en líquido. La que sería (o debería ser), el detonante de tu afición al zumo de uvas.
Por lo menos la mía fue.
Una botella de Viña Ardanza que disfruté igual que mi primera vez en todo.
De hecho, todavía y cada cierto tiempo, me vuelvo a regalar una. Para revivir como si fuera ayer, mi primera gran botella de vino; la que hizo afición.
No fue una del 69; claro está. Pero fue esa botella cómplice para cerrar la noche. Sin importar demasiado si estaría a la altura de todas las que no bebimos aquella noche.
Está claro que no. Pero poco importaba
Beberse un VIÑA ARDANZA DE 1969, era esa especie de homenaje que todos deberíamos rendirnos. Igual que repasar aquellos discos de adolescencia o quedar con los viejos amigos del barrio para conmemorar nuestra existencia.


Se habla estos días de la bota de oro de Messi. Pero para bota de oro la 25 de Manzanilla Pasada de Navazos, y las cabriolas que hizo Carlos GC aquella noche con el balón.
Entre vítores y oles que salimos con él a cocoletas.

Felices 50!!


P,D: In Memorian de Lluis Pablo
Maestro sin título ni honores oficiales, que nos abrió nuevas rutas de disfrute en esto de los recónditos Riesling Alemanes de Mosel & Co. Con eso que no se mide ya con puntos, medallas o fama: La autenticidad y el terruño.
Y que por ende, nos hizo aún más felices siguiendo la estela de su sonrisa eterna y pasión por la aventura.
Nos ha dejado muy muy muy solos, tristes y desamparados con escasos 51 años. Pero afortunados por haberlo conocido y seguido; aunque sea de 15 minutos como es mi caso, en una comanda conjunta con Carlos.
DESCANSE EN PAZ




sábado, 8 de diciembre de 2012

AL ABRIGO DEL FRUTO Y LA PIEDRA o EL SECRETO DE LOS PRECIOS.



PIES NEGROS 2010

Bodega: Bodegas y Viñedos Artuke
Localización: Baños de Ebro
D.O: Rioja Alavesa
Volumen de alcohol: 14%
Uvas: Tempranillo 90% , Graciano 10%
Madurado durante 14 meses en Bodega
Vino sin filtrar
Precio: 9 euros aprox.
Buen maridaje con plato de Bolets.

Válgame el señor!! lo miserablemente abandonado que tengo el rincón de los vinos: Las botellas vacías por medio , los cercos de la pasada noche en la mesa , y los labios aún tiznados de color morado de la esencia. No tengo excusa es así , para que vamos a andarnos con memeces; la verdad es que arribar al último mes del año tiene esas conjuras y maldiciones , nunca se cumplen los propósitos a los que uno se encomienda con fervor.
Estamos frente a una revolución vitivinícola silenciosa y muchos aún no se han enterado. En verdad de silenciosa no tiene nada , pues los gritos de proclama se sienten ya desde cualquier rincón de nuestra geografía. Y anoche mientras el grupo inquebrantable rubricaba un magnífico año de catas en una cena de hermandad en la fastuska de nuestro amigo Joaquín. Alex dejó caer una de las muchas reflexiones y debates que a mi personalmente más me impactaron: “aquello que diferencia el precio de mercado de los vinos Franceses y Españoles en la actualidad , y lo que impone los varemos en definitiva de los precios de los vinos: En Francia son los viticultores los que los fijan y en España es la bodega”
Con esta rotunda afirmación se pone de relieve el porqué una botella de vino o Champagne vale lo que vale y porqué en España tenemos el lujo de disfrutar de unos caldos a precio inmejorable. Quien lo afirmó sabe lo que se dice , pues lleva toda su vida dedicándose a comercializar vinos.

Así se explica el precio irrisorio que se le paga a un viticultor por el kilo de uva , porqué han nacido de esta curiosidad pequeños viticultores que crean directamente sus vinos , o el echo de que cooperativistas se hallan convertido en bodegas de renombre siempre al amparo de los auténticos autores de vinos , los enólogos.
De esta y otras muchas disertaciones podría nacer debates interminables. Aunque en el fondo todo se ha de tomar como pequeños detalles que sirven para ilustrarnos sobre la elaboración del vino y sus particularidades , que nos enriquecen y que por supuesto como todo en la vida nos enseñan a valorar las cosas en su justa medida: El aprendizaje ha de ser siempre continuo , aprender para disfrutar al fin y al cabo.



No es así casual que nos topemos con vinos como PIES NEGROS o VENTA DEL PUERTO; este último fue una de las gratas sorpresas que nos ofreció el bueno de Quim , debidamente envuelta en ese papel de aluminio y que nos devanó la sesera intentando asociar su personalidad con una uva concreta o con una manera de hacer.
Vinos que abren nuevas rutas de descubrimientos , de jóvenes emprendedores , de mucho trabajo y de un cariño casi microbiológico. Es así como se pueden encontrar pequeñas joyas que no hacen más que mandar al garete la idea estereoptipada que hace que la mayor parte del público crea que cada zona tiene un determinado vino con unas características determinadas. Que la tradición ancestral de los vinos Riojanos son el mayor exponente de finura que depositaron los primeros Franceses que pusieron los pies en estas tierras , es evidente. Basta con apreciar la casta de TONDONIA , RIOJA ALTA , VIÑA ALBINA etc. para que se nos antoje un disparate comparar unos con otros. Pero lo cortés no quita lo valiente y si a mi en particular no me acaba de hacer el peso ese perfume único del Tempranillo o la madera marcada de estos vinos , no quiere decir que no sean un gran tesoro a preservar por los amantes del buen vino.

Lo genial es descubrir que los mitos y los muros están para derribarlos y disfrutar de ambos. Y aquí es donde entran en escena vinos como PIES NEGROS o VENTA DEL PUERTO , dos vinos que al catarlos resulta difícil ubicarlos en un punto concreto de nuestro territorio. Pies negros es un crianza Riojano que desmitifica a los Riojas clásicos y que este año toma un nuevo nombre con el que quiere reivindicar el proceso artesano del prensado de la uva.
Un tinto de color intenso que ya muestra interesantes cualidades con tan solo observar el tiznado del corcho y el color del líquido sacrosanto cuando este cae en nuestra copa: Un rojo intenso e impenetrable con un ribeteado amoratado fruto del Batonage que ya presiente ese carácter de frutos silvestres rojos y negros.

Las composición mineral de las zonas escogidas para su cultivo ( Abalos y San Vicente) dan también el carácter particular y sorprendente a este joven tinto al que le gusta jugar al gato y al ratón cuando nos enseña sus cualidades. Tiene una impronta carbónica y mineral pero a la vez poco exigente a la hora de mostrar los toques de vainilla , arándanos , licores acaramelados y tostados en nariz que evoca con su color y lágrima colorante en la copa , una barbaridad de golosa fruta roja.
En boca no decepciona ya que tiene un equilibrio muy logrado en cuanto a lo que se espera de él: Un ligero toque de fresa confitada , de moras y regaliz que disimulan su acidez marcada , para que nos quede bien presente la especia y el mineral balsámico; incluso su persistencia hacen que pese a su juventud muestre unas dotes para el envejecimiento muy interesantes.
La verdad es que es justo lo que uno no espera de un Rioja joven y económico. La suma del carácter y el frescor herbáceo de los sotobosques , la combinación del mentolado con los cacaos y la especie negra (comino , clavo...) , los tostados de la brasa y el azúcar que desprenden los pimientos asados. En suma , un tinto muy expresivo que ronda los 8 euros y que da mucho juego para su consumo en estos recios inviernos que nos acechan.

VENTA DEL PUERTO nº12 2009

VENTA DEL PUERTO Nº12 es otro sorpresón que sitúa en nuestro mapa sensorial a otra zona como Valencia en un rango de vinos con relación calidad precio admirables. Los 12 euros de su coste parecen un chiste de mal gusto si lo comparamos con la personalidad que desprende , y puede que su secreto mejor guardado se halle en el excelente Coupage del Cabernet Sauvignon , el Merlot , el Syrah y el Tempranillo. Difícil tarea si tenemos en cuenta su redondez y marcada personalidad.
Es un vino cálido y denso hasta el punto de poder cortarlo con nuestro paladar. Pese a tener una robustez y graduación alta de 14'5% es un caldo cremoso y a la vez sibilino que nos da perfumes a tabaco y vainilla , para que en boca convierta su perfume cerrado en una armoniosa sensación marcada por un toque mineral y especiado muy curioso: Canela , cedro , ahumados.
Me recordó extraordinariamente a las sensaciones que transmite el Té Russian Caravan: Un té Chino de Oolong(té azul) , Keemun (té negro) y Lapsang Souchong (té negro ahumado). Ideal para un final de comida donde el vino se comporta como una ganzúa que reactiva nuestras papilas gustativas.



Bodega: Vinos de la viña
Cooperativa situada en los límites de Alicante , Albacete y Valencia.
D.O: Valencia
Volumen alcohólico: 14'5%
Uvas: Cabernet Sauvignon , Merlot , Syrah y Tempranillo
Proceso: 12 meses de crianza en roble Americano nuevo y 6 meses de reposo en botella.
Precio aprox: 10 a 12 euros
Buen maridaje con Carnes rojas y embutidos.