domingo, 23 de junio de 2024

DE VUELTAS A LA MANZANA: UNA PLAY PARA EL 2024 PORQUE SÍ, O… ¿UN 15 ANIVERSARIO?

 


En el arte milenario de mondar la fruta; cada una con su técnica correspondiente. Después de desgajar una naranja de piel gruesa y esponjosa con los dedos, para olértelos después. 

El de rasurar la fina vestidura de una manzana Golden del tirón y con una espiral perfecta y completa. Ésta, es la que hallo más fascinante, hipnótica y erótica si se quiere.

 

De pequeñín, era una especie de reto, que concluía con una satisfacción infinita al ver todo su vestido completo y enrollado. Igual que el de un artista que se aleja de su obra conclusa para el disfrute propio del trabajo bien ejecutado.

 

La manzana en sí misma y todas sus connotaciones arquitectónicas de cuadrículas urbanas. Me vienen al pelo para explayarme en el disfrute de pisar charcos y contemplar el reverdecer del secarral; de parques y jardines, así como el emocional propio y ajeno.
Aunque a poco que sean mínimamente observadores. Verán que las primeras líneas ya se han oxidado, igual que la tersa epidermis de una hermosa Fuji a la intemperie. Pues voy camino del medio año desde que me metí por accidente a domador de demonios propios y ajenos.

 

Allí fue precisamente, donde a vueltas con la manzana próxima a mi morada; mientras infusionaba nicotina, vapor y lluvias de las que no se tiene ya, ni el recuerdo ni su olor. En cada pasada frente a las cajas de mi frutero de confianza Juan. Miraba alcachofas, zanahorias, tirabeques, naranjas y habas, dando rodeos bajo la lluvia.
Hasta que los exclamativos pedículos y las sinuosas curvas que nacen de sus endocarpios, me clavaron ante la puerta:
Empapado, calado y embobado; mientras me guiñaba el ojo una raquítica Golden de Ponent.

 

Su calibre, brillo y tersura no eran las de una robusta Marlene, cierto es. Pero sus desproporcionadas hechuras y su pequeñez entre tanta musculada manzana alpina y otras, que lucían cerúleos cutis; igual que aquella francesa abonada al “semáforo” de Jordi Estadella. Ella, destacaba por su noble y translúcida mirada.

Me cautivó, me enamoré, me prendó; proclamé.
Y entre ese morbo adolescente del disfrute del desvestir; muy por encima de la sobrevalorada culminación del coito, el bocado o el deglutir. Y el dilema existencial de la decisión acertada o errada que nos proponen los desaires de la vida.
Yo, he escogido el avance suicida como las tropas de Napoleón en la batalla de Waterloo, solo que con el amor por bandera. Que por romanticismo no sea.

 

 

Bajo un cerezo floreado me la he comido, a besos, digo, mi adorada manzana.
Sé que otros han cobrado ventaja y que el año discurre a toda velocidad. Pero la contemplación y el canibalismo cerebral tienen, aparte de horas insomnes, alguna que otra ventajilla:
Todo se ve desde la distancia y la parsimonia de otra manera igual, más equitativa. Tal y como he aceptado ya, que el algoritmo machacón de todo lo que va relacionado a redes, sectas mediáticas y clubs de fans de John Boy, no van conmigo. Siendo como soy más de discurrir por la maleza encontrando sin buscar, que de perseguir, adorar y echar carreras.

 

Así pues, como mi idilio Malus Doméstico tampoco me da para relatar parabienes para tanta joya musical.
Igual que hago con mí cariñosa Gertrudis; nombre con el que he bautizado al amor que concentra ahora toda mi atención.
Pongo a disposición de aquel o aquella que como yo, tengan a bien bucear sin bombonas ni divisores de carriles de piscina a los que asirse. Un puñado de canciones con las que animarse a investigar, que no como meros paliativos instantáneos, efímeros o placebos para sofocar la pereza de chafardear.

 

Mientras este prorrateado texto va mutando: De novedosa playlist, a enciclopédico fascículo para celebrar mis 15 años dando la barrila. Yo, ya he pasado de la verdura de temporada a la flor de calabacín en la solapa para certificar que eso, que ando enamorado.
Que la luz parece que asoma entre chaparrón y chubasco.
Y que a veces, solo a veces, haría como si aquí no ha pasado nada. Y continuaría con el hilo ese de dejar constancia de todo aquello que me hace bailar y canturrear, sin importarme un pimiento si hay alguien al otro lado.
Así, pa mí, pa siempre.
Con una colección de canciones memorable; como siempre. Y con los Alabameros Verbena infiltrando de grasa indierockera noventera estas cuarentai¿tantas? Canciones con las que prender la mecha del pastel de cumpleaños en plena noche de San Juan.
Hola Verano  Pagano!! y denle al play sin rubor ni manías. Todo bueno, todo de temporada.

 

SALUDOS, y bailen, y rían.
 
 00_VERBENA_Hey, Come On
01_JEAN MIGNON_Sweet Burnin' Hog
02_PISSED JEANS_Moving On
03_SPLIT SYSTEM_Alone Again
04_THE ARTHURS_The Gloaming
05_LOS SAINTS_Never Said
06_GWENDOLINE_Rock 2000
07_ARAB STRAP_Bliss
08_JUSTICE_One night all night (feat Tame Impala)
09_THE KVB_Overload
10_STILL CORNERS_The Dream
11_DOG UNIT_Consistent Effort
12_PALE LIGHTS_Twisting the knife
13_JOSEPH GIANT_With you
14_DENT MAY_Coasting on funes
15_DEHD_Pure gold
16_JUSTIN GOLDEN_Bye bye Baby
17_NEW MODEL ARMY_Coming of Going
18_PRIZE HORSE_Know better
19_ANOTHER SKY_Psychopath
20_ATENCIÓN TSUNAMI_Politiza tu estrés
21_ALCALÁ NORTE_No llores, Dr G
22_AMATEUR_El huerto provenzal
23_THE REDS PINKS AND PURPLES - What´s going on with ordinary People
24_BILL RYDER-JONES_This Can´t Go On
25_ELBOW_We have all the time in the world
26_HEAL_Closer
27_TURNSTILE_Alien Love Call (feat blood orange)
28_DIIV_Brown Paper
29_PUNCHLOVE_Dead Lands
30_ENOLA_Metalbaby
31_HOT GARBAGE_Lowering
32_LA LUZ_Strange World
33_MEATBODIES_Hole
34_THE THIRD SOUND_Anothe time, another place
35_HORSEBEACH_A Friend by the Lake
36_REAL STATE_Flowers
37_THE BLUE HERONS_tALKING TO gHOSTS
38_THE TYDE_Streetwise
39_BOECKNER_Ghost in the Mirror
40_HOLY ESQUE_Courteous Man
41_BEEN STELLAR_Scream from New York, NY
42_MANNEQUIN PUSSY_Nothing Like
43_EMMA RUSSACK_About Girl
44_MOUNT KIMBIE_Fishbrain
45_COLD CAVE_She Reings Down

viernes, 2 de febrero de 2024

VINO Y MÚSICA: RENCONTRES de ELOI CEDÓ & Co.: DARSE A LA FUGA. ESTA NOCHE SALGO MAMÁ

 


Atrapado en una grieta, me he luxado me he  contracturado, y un poco se me han dormido los brazos también. Y creo que los kilos que he ganado estos últimos cuatro meses no me van a facilitar la huida; ¡qué suerte de haber ganado algo!

Me he dado cuenta que este madrugón inaugural después de cinco meses y medio, me recuerda un poco a aquel día que mi madre me arrastraba Sant Mori arriba a una academia de repaso. Entre lloros y berreos, siendo como era, un estudiante pésimo; una realidad aun palpable a día de hoy.
Entonces, ¿todavía no entiendo porque con cincuenta y tres ya, quiero hacerme chiquito?

 

Quizás para así estar más cómodamente en las grietas. Para poder escabullirme entre la franela, vivir tras los premarcos de las puertas de madera y como un ácaro, dejándome llevar por las corrientes aéreas sin ser visto. Solo mirando y observando.

Con el tiempo, me he dado cuenta que ese bug de nacimiento que me impedía memorizar poco más que el abecedario. Me ha obligado a funcionar a golpe de instinto y a utilizar una red, universo, metodología… Donde todo lo inaparente, se interconecta entre sí. Por lo tanto, al final, el inconveniente de ser incapaz de amueblar mi conocimiento con la información que hace la vida y nuestras capacidades, un prospecto o manual de instrucciones. Ha sido como una especie de fortuna para explorar y disfrutar con los tan subestimados sentidos y el impulso, sí, el impulso como agilidad para sortear inconvenientes y usarlos en tu beneficio.


 

 

Así que esto, antes que parecer una confesión ombligista. Es una invitación para seguirme al rebufo en esta desventura reconstituyente de coser vinos libertinos, hacedores nómadas, y canciones de consonancia espontánea.

La mayoría se producen por casualidad, pero con una intención digna de la polinización; por el querer, ser y estar.
Y ocurrió un día bueno, de esos de sol húmedo, en plena fuga de búsqueda y de cuando el roce con el hinojo marino estalla en fragancias mediterráneas. Y Marc Lecha, Marta Puparelli y Eloi Cedó se cruzan en 2021 para sacar a bailar el Callet Mallorquín 60% y la escasa Garnacha peluda de sas illes 40%. Mientras el Heart and Soul nos dice:
La existencia, bueno, ¿Qué importa?
Yo existo en los mejores términos que puedo
El pasado es ahora parte de mi futuro
El presente es inalcanzable
Corazón y alma, uno arderá
Corazón y alma, uno arderá.


 

Guardar recuerdos soles, brillantes, vitaminados, de cargar pilas y empinar el alma; para cuando no haya y los cielos plomizos nos hagan famélico el espíritu. Como un lema, en definitiva. Y poniéndole música igual que Bill Ryder-Jones ha hecho con “This Can`t Go On”:
Dios, todo está claro cuando necesito a mi papá, papá, papá
Me siento como un niño chico
Tengo que recomponerme porque esto no puede continuar.

 


 

Es entonces cuando los diferentes proyectos en los que Eloi Cedó se ha implicado tras dejar de elaborar mi faro Cható Paquita en el 2019, tras la partida de su madre “La Paqui”. Cobran un sentido todavía más primordial si cabe, con la amistad y la conexión como columna vertebral de sus vinos.
Y te topas con REC para deslizarte como un chaval en un tobogán de un parque acuático. Mientras observas hipnotizado, los rosetones en forma de alcachofas del Prat confitadas en aceite del Maitea. Para asimilar un poco más si acaso, esa cosa del momento preciso sin más intención. Que hace que busques aquello que proporciona cariño.

 

Cuando estas cosas suceden, normalmente no hay libro alguno donde se explique el significado de semejante fenómeno; o por lo menos yo lo desconozco.
Pero lo que si es cierto, es que cuando sucede lo notas.
Por eso los vinos de Eloi Cedó proporcionan el efecto ese donde saboreas el estar a gusto con la compañía, la magia del sitio y el momento, el relucir de dar placer sin más… Sus vinos dan placer, solo puedo afirmar con certeza eso.


 

Igual metería el pie en el charco si dijese que RENCONTRES me ha seducido tanto como mi primer Cható Paquita del 2017. Pero tampoco voy a mentir si afirmo que esa parte ligeramente cítrica de naranja sanguina al final, junto a un fondo que a mi recuerda a una parte cárnica donde bien podría asociarse al mioglobina. Pero que evidentemente jajajaja igual sería más generoso referirse a la ciruela madura o ligeramente compotada, con un recuerdo al ahumado; y ya puestos, imaginaros el vino como un torrente sanguíneo muscular de la viña y los elaboradores.
Que a mí ya me vale y me quedo tan a gusto.

 

Y ahora ya sí, en pleno estado de placer mientras los que mandan intentan derrumbar nuestro precioso mundo. Congelar el tiempo del disfrute con otra de esas canciones que a mis 12 años. Me hicieron retozar sobre los armónicos acompasados y cacofónicos de Bob Marley en el Crisis del Kaya:
Dicen que el amor es una corriente que encontrará su curso
Quiero decir, algunas personas piensan que la vida es un sueño
No importa cuál sea la crisis
¡Hazlo!

 


 

Solo remarcar para finalizar.
Que este escaso y fabuloso tinto mallorquín (590 botellas), que me acompaña en mi huida y que nos ha servido para alumbrar canciones. Ilustra como nadie la inconfundible personalidad de Eloi.
Lo hace uniendo fuerzas de celebración; en buena compañía, siempre.
Lo hace además, como siempre, sin apenas el intento de reiteración si no de avance e inmediatez.
Lo hace también sin condicionante ni ultimátum, sino más bien como estadios donde jugar y crear: Con cualquier comida, a solas, porque sí y porque te da la gana, porque se transforma con los grasos, dulces vegetales de la alcachofa, con el ahumado choricero de las pochas o con la santa gloria del brido por…. ¿ti mamá?

 

Y porque sin él no estaría yo aquí preparando mí vuelta al trabajo tras cuatro meses y medio, en una especie de “Fuga de Logan” de esta aburrida ciudad; como decían los Bethal en boca THE ANIMALS, con aquel “We Gotta Get Out of This Place”:
En esta parte y vieja de la ciudad
Donde el sol rehúsa a brillar
La gente me dice que es inútil intentarlo
Tenemos que salir de este lugar.
 

 
 
Con un vino molón que propició esta tonta idea de escribir sobre cosas que probablemente no interesen demasiado a nadie.  Pero que a mí en lo personal, me ratifican y gratifican.
Y.
Tampoco creo que haya que darle demasiadas vueltas ya.
Si encuentran pillen. En Vilaviniteca (su distribuidor) ya no quedan, yo me bebí la última en Maitea.
Y quizás, solo así entiendan que la vida es un chasquido.

SALUT!!


 Había un niño

Un niño encantado muy extraño
Dicen que vagó, vagó muy lejos
Sobre tierra y mar
Un poco tímido y triste de ojos
Pero muy sabio
Y entonces un día
Un día mágico se acercó a mí
Y mientras hablábamos de muchas cosas
De idiotas y reyes...
Esto me dijo:
"Lo mejor que jamás aprenderás, es a amar y ser amado"

 

martes, 23 de enero de 2024

REIVINDITANTOS: FINAL SPINS_THIS IS THEN, THAT WAS NOW /2009, HOMBRES DESCALZOS

 

Igual que esas caras familiares que se te cruzan por la calle y que no sabes cuando y donde ubicar. La de Joe Syverson se me cruzó en uno de los primeros y deslumbrantes directos de la -ahora- tan popular KEXP.

En 2008, esta diminuta emisora universitaria fundada en 1972 bajo el nombre de KCMU. Dio el salto a las plataformas de video tras ser la pionera en emitir vía streaming ininterrumpidamente en el 2000. En el 2004 emitiría los primeros podcast. Y hasta día de hoy, donde es un referente en sets en directo de calidad superlativa.
Si no has tocado en KEXP, prácticamente y en sentido figurado, no existes.

 

El 23 de Julio del 2008 y tras sus primeras aventuras en la banda punk SIDECAR y tocar más tarde el bajo en Throw Me The Statue. Joe conseguía reunir una banda de lujo para grabar un puñado de canciones, tan alejadas del Punk cómo Yung Beef de un conservatorio:
Zall Tillman (Fleet Foxes) al bajo, Colin Wolberg (Siberian) a la guitarra, Chris Early (Band of Horses), y Colin English (Hardly Art’s Pica Beats) a la batería. Serían los encargados de dar forma a las canciones de Joe, bajo el título de This is Then, That was Now, como una referencia auto editada de la que a día de hoy todavía se puede encontrar alguna copia en CD.
Lo demás sería desaparición sin un mal bandcamp que echarte a la oreja y sin apenas rastro de la deriva de este maravilloso disco.

 

Joe Syverson giró la esquina a toda velocidad. Y entre la muchedumbre, el ruido de fondo, y la inercia de quien se trastabilla y no hace pie. Pasados quince años, aquí me tenéis arrancando el año con la decidida intención de remediar semejante injusticia y…
Para que os voy engañar. También ese vacío que te queda como un resquemor. Igual que cuando te ofrecen ese último pincho de tortilla, y dices – Ay, no, gracias; pensando en la operación bikini. Y te pegas todo el día con un hueco en el estómago y un hambre, del cual los rugidos del intestino hacen eco gutural lo mismo que el cantante de Sepultura.
Pasada revista de este recomendable álbum; que menos. Ya os pondré al corriente de qué ha sido de este señor, y la magia intrínseca del rescate, descubrimiento, y perplejidad al ver lo que hace el caballero bajo un seudónimo desde hace siete años.

 


 

 

Bastaría con pulsar el play de “Let Me Fall”; primer simulacro de éxito allá por el 2009. Y digo simulacro, porque es curiosísimo ver cómo ha evolucionado el impacto y repercusión de las canciones desde aquel año. Cuando la plataforma de Spotify aún estaba en pañales y ahora que prácticamente son los que modulan de manera dictatorial lo que se escucha y lo que queda relegado a la inexistencia más absoluta.

 

Así que el paradigma de la música a día de hoy, es que si procreaste musicalmente hablando, antes de Youtube 2005 y Spotify 2008. O en esa franja de tiempo posterior, hasta su popularización o la hegemonía del móvil. Y además no tuviste la suerte de estar arropado por una multinacional o un sello alternativo puntero. Se puede afirmar sin titubeos, que estas a la deriva en una especie de galaxia infinita donde solo los usuarios y melómanos más curtidos en el arte de la investigación curiosa te van a encontrar.
Todo esto podría ser una clase de desgracia según se mire. Pero para mí, es una oportunidad para estimular el sentido más primario del ser humano: LA CURIOSIDAD.

 

 

This is Then, That was Now; igual que la novela de S.E Hilton (The Outsiders). Es por así decirlo, como aquel bien elemental al que el tan mal entendido “progreso” desechó igual que la chatarra espacial.

Parte de la magia de la obra, está en su sonido reverberado extraído de las sesiones de una toma y a pelo. Y “Battle Wings” indica las primeras pistas sobre el destino de Joe y su forma de encajar el Alt Country heredado de su padre y sus inicios punk. Y sobre esa premisa de transformar el tan temido country, en un nexo capaz de bascular entre el pasado y el presente; igual que pasa en la coral “Let Me Now”.
Es comprensible que en un contexto actual de moderneo alternativo, cualquier cosa que miente la estereotipada etiqueta “Country”, acabe siendo algo que se asocie a connotaciones negativas; cagada.
Down The Rad” es el ejemplo más plausible, y sin embargo la primera maravilla de este disco de poco más  menos media hora que se escucha del tirón.
 


 

 

Back to The Old” asalta esa parte que nos puede conectar a The Smithereens, Diesel Park West y a un sonido menos americano, para acabar enlazando con las tres genialidades de este disco: “Party Time”, “Let Me Fall” y “Another Sunny Day”.
Importándonos así un bledo, a todo lo que nos pueda recordar e incluso esa serie de indicaciones idiotas de los que escribimos, para llamar la atención.

 

Trece canciones de apenas 2/3 minutos que concentran esencia, júbilo e inmediatez; como la verdadera chispa de la música.
Ramalazos de blues en “For Gold”,  melancólicas baladas como “On & On & On” o “Don’t Worry Baby”, la gloriosa “Twenty Four Seven Scream” como una paisajística road movie, hasta el cierre de “Long Gone” en una suerte de réquiem.
 


 

 

El auténtico mérito de este disco perdido, está sin duda en la ni tan siquiera obligación de ceñirse a guion alguno. Si no en la magia de juntarse cinco músicos para dar vida a un puñado de estupendas canciones.
Un hecho que dicho sea de paso, escasea últimamente en un panorama musical donde todo parece estar fabulosamente empaquetado y etiquetado.

 


 

 

Otra de las grandes fortunas y premios que tiene rescatar música olvidada. Es descubrir al bueno de Joe Syverson operando bajo el seudónimo de JOSEPH GIANT, con dos fabulosos discos y uno futuro para el presente 2024 sin desperdicio alguno:

 

El Lp homónimo “I Don’t Feel” grabado en 2011 y publicado el 2020, con una paleta de Alt Country vigoroso y despreocupado para mentes lúcidas y oídos muy muy abiertos.
Y un bestial “Break It Together” del 2015, sacándole punta al Country Rock de vuelo sin motor. Que es un torbellino medicinal y rupturista inspirado en la pérdida del hogar de él y su familia, grabado junto a John Faryar, Jonas Haskins y Mike Bayer; compañeros de batallas en su Seattle natal.

 

 
Para este año en curso esperamos como refrescante agua de Mayo su próximo disco del que hemos podido escuchar un par de canciones. Y como viene siendo habitual, será autofinanciado y por crowdfunding, como obliga el caminar descalzo..
Lo podrán encontrar aquí: https://www.facebook.com/josephgiant/