Hay
misterios tan indescifrables en la música como en la vida: El de la tostada que
siempre cae por el lado de la mermelada; aunque eso sea cosa de la física. El
del calcetín que viajó por la red hídrica de tu barriada, cual chip prodigioso,
y volvió ha aparecer seis meses después con una historia hermosísima sobre la
colonia de objetos perdidos que hay bajo el subsuelo de la ciudad.
Y
después.
Después
está la de la banda canadiense THE HOLIDAY CROWD; donde caben todo tipo de
conjeturas.
Hay
quien afirma como su vecino, el espía de la tienda de ultramarinos THE DENTED
CAN. Que tras bajar con las cassetttes de sus demos en el magnetofón, y
ponerlas a todo volumen para que las escuche. Las hermosísimas y trotonas
melodías de su cristalino pop, los sumerge en un profundo sueño del que no
pueden despertar pasados de media: de cuatro a seis años.
Que
no, que no. Que no es problema alguno sobre su inspiración o las tareas
pendientes en casa.
Que
igual que antaño, lo realmente sobrevalorado es la publicación por año. Y es
entonces cuando el cerebro y el alma, en vez de dedicar a segregar esa
sustancia mágica que mezcla de manera magistral experiencias, ritmos e imágenes
en forma de canciones. Colapsa, y acaba reproduciendo los tics mecánicos del
agobio, la rutina y el desencanto haciendo que todo suene igual. O por lo
menos, falto de esa chispa donde el olvido, la falta y la melancolía, juega a
favor de la novedad.
Por
eso amo con desmesura esa dupla dual entre los británicos: Alex Roberts/John
Coman en la sección rítmica. Y los canadienses de Ontario: Colin Bowers/Imran Hamiff
a las guitarrras y voz.
Ellos
solo se aparecen como sueños de mensaje oculto, en el reverso de las noches de
manera aleatoria y sin explicación médica.
Así
que a la conclusión que he llegado al final y después de tantos años tan variables
y solubles como la meteorología: Es, que si se quiere llevar una vida óptima y
saludable.
Lo
mejor es hacer que sea esa bestia que habita ahí, en lo más profundo. Esa que
se perdió en el camino de la infancia a la madurez y que ahora parece un minino
domesticado. O que como el árbol al que no se poda cada invierno, solo hace que
crecer hacia arriba sin abrir brazos, como queriendo alcanzar el cielo para
darle la mano a San Pedro, y morir con rapidez. La
que decida: Si hoy vamos a deshacer el ovillo y romper en mil pedazos el patrón
ese de la línea de puntitos.
Y tirar por....:
Pop
de manual, guitarras despellejadoras, secuencias electrónicas y sintéticas,
obras completas de pioneros y clásicos, flamenco, coreografías modernas de
baile, rock duro de cuero grueso y botas, garaje de uñas negras y padrastros en
sangre viva, oníricas y aterciopeladas melodías… Y así, hasta el verano que viene inventariando
andares.
A
estos cuatro -por ejemplo- no se les ha olvidado el hilo en que se quedaron; que ahora ya son dos. Pese
a los seis años que ya han pasado desde aquella homónima obra con pócimas de:
One Thousand Violins,Mighty Mighty, The Smiths. O ramalazos de Style
Council y Orange Juice. A los que ya hicimos referencia por aquí hace ya.... ¡joder! Diez años.
Y
que hace que el Jangle Pop trotón que afloró entre los 80’s/90’s en las islas
británicas. Gire hacia otros matices, sin sonar como un calco de papel cebolla,
y sí, a una cebolla con delgadísimas capas donde no es solo el piruvato,
amoniaco, y el puñetero syn-propanotial-S-óxido los que te harán llorar
como una magdalena; y que sí, a lo mejor, de gustirrinín.
Notarás
que los dedos resbalarán pegajosos por su piel, moquearás como una ameba
gelatinosa. Y desearas habitar por un instante, en aquellos clubes de los
callejones perdidos entre Londres, Liverpool, Brighton o Shefield de aquellos
tiempos míticos.
Es
posible incluso, que busques a toda costa unos pantalones de pinzas tobilleros
entallados, y tu vaporosa camisa de cenefas. Y salgas a pasear renacida o
renacido.
El pasado Miércoles (último y esperado día de trabajo antes de las vacaciones de la santa semana). Todo cuadró/aba, para aprovechar coyunturas y ganas #claro; escapada incluida a Barna. Darnos homenaje japogastronómico sin demasiados aspavientos. Y su respectiva vuelta de rigor por alguna tienda de discos, con el objetivo de comprar aquello -que por distancia- (es lo que tiene vivir en el quinto coño de la urbe; también lo bueno). Que uno no puede hacerlo, todo lo asiduamente que debiera.
Compras pendientes, que siempre las hay -Vinilos o cd's según presupuesto- de aquellos álbumes que definitivamente sabes que tienen/deben ocupar un sitio en tu estantería; los que te gustan de verdad entre tanta y tanta música.
Por estas casualidades de la vida, la comida nos llevó al MAJIDE: Un Japo que tiene su segundo local en la calle Tallers (la calle de la tiendas de discos por excelencia). Y por esas mismas casualidades, circunstancias, destino, porque tenia que pasar y punto, o vete tu a saber porqué...
Coincidimos con las liquidación de DISCOS CASTELLÓ: Mítica tienda de discos de Barcelona que echaba el cierre, como otras tantas que lo han hecho en esa zona de un tiempo aquí.
Una pena sí. Perder un espacio cultural (porque lo es), igual que lo fueron las librerías del centro, el videoclub Vergara es una auténtica lástima; para llorar. Parece que no nos damos cuenta que además de perder parte de nuestra historia y pasado, también dejamos atrás en un avance sin retorno, un modo de vida en el que se daba y recibía como moneda de cambio. Había una comunicación y un trabajo visible que daba vida al pequeño comercio de Barcelona y a sus calles (els botiguers).
La caída de Castelló no es más dramática que la de otras tiendas años atrás. Quizás más tangible porque ella ya se suma a 5 o 6 (Discos Jesus, kEBRA Discos, EDDISON, la que estaba enfrente de Kebra (que ya no recuerdo su nombre), CD DROME, 7 Pulgadas, Riff Raff... y alguna más que se me escapa.
Castelló no era la mejor ni mucho menos, y no quiere decir que les tuviera aversión o me dé menos pena su cierre. Pero era la más cara, poderosa y si me dejan decirlo, aburguesada.
En años no hizo ni el más mínimo esfuerzo por adaptar el negocio a los tiempos: Apostar por la especialización, la música de calidad o minoritaria, alguna oferta para mover stock, no sé. Puede que en mi desconocimiento esté diciendo una gilipollez. Pero muy pocas veces en los 45 años que tengo y los 800 referencias que poseo entre vinilos y cd's, compré en Castelló. Como digo, los más caros con diferencia. Incomodísimo para encontrar un artista (raro) a un precio tentador. Podían pasar años, y los precios permanecían inamovibles. Podías encontrar discos, con todo mi respeto, de una calidad patética abultando sus estanterías, y no encontrar artistas de obligada inclusión...
En fin, no es que me alegre, pero creo que su cierre es la consecuencia más clara de aferrarse a un negocio, desde el modelo cómodo, inmovilista, elitista, y algo caduco. Me apenó más el cierre de KEBRA, DISCOS JESUS, o CD DROME: luchadores contra corriente, que apostaban por algo que nadie hacía en su tiempo (música diferente). DISCOS REVOLVER, WAH WAH y algún EDDISON'S aguantan. Aun no siendo ni la sombra de lo que fueron, apuestan por la calidad del producto y la dedicación al cliente (el poco que queda)
Así que bueno. Me compré el vinilo de COURTNEY BARNETT (mi disco favorito del pasado año). Y aunque no albergaba ninguna esperanza después de que la semana pasada se hicieran largas colas ante Castelló; por aquello de la liquidación, ofertas y el ansia... sí, el ansia), me acerqué por chafardear.
Evidentemente quedaba un 5% de todo lo que había en la tienda: Ni rastro de vinilos y por supuesto, de grandes y clásicos discos... habían arrasado con todo. Mucho disco que uno no sabe ni a que mente perversa y descerebrada del almacén se le había ocurrido pedir... en fin. Que gustos hay para todo y muy respetable, quien soy yo para juzgar la música que escucha cada uno (gustos/colores). Lo que quedaba tenía pinta de no venderse en 30 vidas, y eso que estaba a un 70% de descuento.
Pero mira tú la ventaja que ha de tener ser raro de cojones. Que bueno, yo no pienso lo mismo. Yo lo que no entiendo, es como con toda la gente que somos en Barcelona y lo heterogénea en gustos musicales y sabiduría. No halla nadie que aprecie el valor de dos discos descatalogados de APPLIANCE, el mejor álbum del exMonochrome Set: SACARLET'S WELL, y el Machineries of Joys de BRITISH SEA HORSES (una de las mejores bandas “postpunk” que ha dado UK estos tres últimos lustros) por 17 euros. Esto ya de mi cosecha y tirando de pasión desatada y defensa por lo paria; musicalmente hablando.
Está claro que jamás en la vida habría entrado en Castelló a buscar esos discos; que su calidad lo vale con o sin descuento. Eso si, me parece una aberración encontrarlos 15 años después de su edición (los de Appliance en concreto), y sabiendo que eso ya no se va a vender ni a tiros. Marcados a 17euros y pico, y 15 respectivamente. El Gatekeeper de Scarlet Wells que tiene 8 años y también sabes que a estas altura nadie sabe que la inspiradora extensión de Monochrome Set, son esta interesante banda, solo valga 10 euros y no se venda. Y que uno de los mejores discos de British Sea Power se siga esperando vender tres años más tarde por 15 euros; seguramente el precio con el que salió a la venta en su día.
No sé, creo que es tener poca perspectiva. Y poca gana de vender cosas que merece la pena defender por raras que parezcan (que no lo son). Apostar sólo por lo ampuloso y llamativo, y hundirse aferrado a ello...
Los tiempos corren, y si no los sigues y te adaptas al entorno, te extingues. Sea culpa de la poca “cultura” cultural, y de la ignorancia por el esfuerzo que cuesta crear algo, que tenga la gente.
Lo que me lleva a una reflexión:
Tenemos Internet, par y mil de miles de festivales especializados, parece que ahora hay púbico (cuando hace 28 años éramos cuatro cabras descarriadas clamando en el desierto). Parece que la gente conoce, aunque sea por el nombre, ciertos grupos que en tu época no conocía ni el tato...
Y sin embargo, hay como un vacío existencial. Un limbo casi transparente, translúcido e invisible que no es que no se conozca, es que no existe en las hemerotecas. Creemos que internet lo cubre y escanea todo pero no (por suerte), solo lo verdaderamente multitudinario y masificado. Todavía hay cosas por conocer, descubrir y reivindicar. Y no va a venir nadie a llevarnos de la manita, ni hay un mesías sobre el que recae el poder sobre lo bueno, lo malo y lo aconsejable.
Lo cual... me debería entristecer... pero me reconforta. Pues no hay mejor empresa en la vida que la de no conocer y buscar a la vez. Contra la cantidad: La calidad y la variedad. Muévete y busca tu propio camino zagal!!
Dados por
concluidos los epidémicos festejos navideños, y con el dispositivo
desmesura infinita & She`s lost Control ya desactivado y
en stand by. Sí sí, ese que activa el 1 de Diciembre de modo
automático, y nos empuja a todos a hacer lo mismo sin sentido
aparente o por pura simpatía. Por suerte, igual que despierta de su
letargo, se desconecta de golpe y porrazo pasados reyes. Seguramente
ya hasta Semana Santa o Vacaciones estivales no volverá activarse;
nunca como en navidad, desde luego.
De todos
modos podemos estar tranquilos que el curso de las cosas o los
veladores del orden mundial ya se encargan de hacernos un Clear
Cmos en el subconsciente, para darnos de bruces con la cruda
realidad.
Pero vamos,
que no venía yo a daros lecciones de mesura. Venía a poneros en
aviso de una casi ineludible cita. Que no os vayáis a pensar que
vivo en una burbuja, aislado de los últimos hechos acontecidos en
este mundo global. Pero tampoco me sorprendo ya a estas alturas del
alcance de la idiotez humana. Y si no, ya se encargan las redes
sociales de ponernos al corriente, a base de llantos indignados
colectivos, con un cómodo click desde la butaca de casa.
Yo lo que
venía a contar por aquí, con la agenda de futuros objetivos recién
estrenada. Es la inminente visita de BRYAN ESTEPA por nuestras
tierras a finales de este lampiño mes de Enero.
Este artista
Australiano de origen Filipino antes en: (Swivel, Hazey Jane), y su último disco del pasado 2013
“Heart Vs Mind”. Al que arribé gracias a los certeros
consejos de Coco ( Antes Ciego que Sordo). Quien me puso tras la
pista de este domador de melodías; a raíz de su testimonial lista
de mi buen camarada.
Desde
entonces y a pesar de que desde hace dos años Coco a aparcado por obligaciones su
avistadora bitácora. Cada año por estar fechas seguimos teniendo
nuestra necesaria dosis de buenos discos, para aplacar calambres al
corazón y contracturas del espíritu. Y la de este desconocido hasta
el momento autor, es un claro ejemplo de hallazgos tan necesarios,
como exfoliantes son las tareas de todo un 2014 investigando en su
espléndida discografía.
Una cita
obligada para cualquier amante de las melodías confortables, y de
ese toque musical Californiano con el que se impregnan cada una de
sus composiciones. Si el día que me puse a la tarea de escuchar su
último disco, me vinieron de automáticamente los recuerdos de Beach
Boys o Teenage Fanclub. Nadie que este exento del
regocijo que produce escuchar a Jayhawks, Beatles,
Wilco, Neil Young, The Kinks o de Gram
Parsons (por poner nombres a su sonoridad); debería dejar
escapar la oportunidad de escuchar a este pequeño geniecillo. Un
tipo que en su natural sencillez, no pierde la ocasión de mostrar
sus inspiraciones como algo totalmente lógico y reconstituyente.
Y es que
amigos míos. Quisiera imaginar este minúsculo universo musical sin
la defensa a ultranza de patentes de corso o la altivez de la que
algunos hacen gala, cuando les preguntan por sus influencias. Cuando
hubieron pioneros, y después colonos que se encargaron de predicar
la palabra del Rock, y consiguientes mestizajes: Maestros, aprendices
y generosidad a espuertas cuando compartimos aspectos tan diversos
de la música. Las vías de doble sentido, y los collages que
componen nuestro universo particular.
En “Heart
Vs Mind” podemos encontrar mucho de lo anteriormente citado.
Pero sobretodo, un puñado de canciones que ejercen el mismo efecto
que una suave brisa que aleja nubarrones. Canciones que nacen en un
punto de partida común: su armonía vocal. Y que toman su camino
según las circunstancias anímicas e inspiradoras de Bryan, Adrian y
el resto de músicos que lo acompañan.
No se trata
simplemente de creer que por recordarnos a algo, o por el simple echo
de conectar por nuestros gustos musicales. La música pierde la
autenticidad y legitimidad. Todo acaba conectándose como pequeños
nervios neuronales, y cada artista pone su nota de distinción
cromosomática. Algo que Bryan Estepa lleva a cuestas con sus
guitarras, carácter bonachón y de contagioso optimismo.
Su quinto
disco tiende la mano de generosa confianza con “(If you follow)
We Just Might Get Near”; una más que clara declaración de
intenciones. Hay momentos para agitar el estado gaseoso que acompaña
todo el disco, y surfear sobre las espumas descontroladas de “Them
Fighting Word”, “Overnight” o “Come What May”.
Pero en trazos generales, y dejándose llevar por todo ese
sensacional retrato de escenas de despertares estivales: soles altos
que deslumbran, invitan al acurruque. O que consuelan como largas
tardes meditabundas de modorra placentera, para hacerse el muerto y
dejarse llevar por la marea.
Heart Vs.
Mind da con la clave por la que Pop, Folk y Rock pueden llegar a
fundirse, sin apenas perder sus buenas cualidades. Discos que
conectan toda su trayectoria por cambios apenas evidentes, pero que
moldean con gusto la travesía. Notar por ejemplo que entre la
belleza excelsa de “Nothing At All”; de rasgos clásicos
pero certeros puñados al corazón y al nudo de la garganta. Se
entrelazan y funden como el chocolate al calor del sol , con otras
tan solo aparentemente opuestas: “She Vs Him” o
“Restless”. Y es que de rupturas amorosas o ideológicas
existen tantas como prismas y puntos de vista.
Bryan Estepa
estará por nuestro país a partir del 27 de Enero, hasta el 31.
Cinco citas que pese a la premura del plazo y la amplitud de su
discografía; por cantidad, y calidad. Estoy seguro que tendréis la
oportunidad de sucumbir a sus encantos, y si no... También podéis
hacer lo que yo. Romper con el pasado y con aquello que nos asfixia
como el corsé de una alocada bailarina de cancán: El insoportable
peso de lo previsible, de aquello que hartos de gustarnos, nos seda
como la adormidera.
Abrí la
portezuela de la correspondencia, y entre tanto papelajo, folleto y
cartas del banco apreció allí; esperada postal en satinado
semblante: Noticias de viejos y perdidos en el tiempo amigos.
Con la mesa
recién puesta y el plato de Dean Wareham todavía humeante en el
presente año. Los recuerdos afloran como el paisaje otoñal que nos
envuelve estos días, las hojas crocantes y resecas de los
plataneros, las brumas matinales, y frescor ya por fin reinante que
nos eriza el bello, como esas mismas noticias envueltas de
encomiendas.
Luna vuelven
a reunirse tras nueve años desde la disolución, en una gira que nos
los traerá de vuelta el próximo año. Ocho citas, ocho ciudades;
eso sí, sin el ex Chills Justin Harwood.
Desde que
Damon Krukowsky y Naomi Yang junto Dean tejiesen entre apuntes y
libros universitarios, el patrón frágil pero identitario de GALAXIE
500: Cuatro cordeles, tres nudos corredizos, y un puñado de
Cúrcuma y Caledonia para darles color. Dean Wareham se ha hecho
acompañar en ese largo camino por numerosos compañeros de viaje
hasta nuestros días. Tanto en el trío neoyorkino con el que
desmigajaban los apuntes de la Velvet y el bueno de Lou. Hasta las
últimas noticias que tuvimos en el 2010 de DEAN & BRITTA;
ese proyecto conyugal mullido y balsámico, al que ha dedicado los
últimos años junto a su nueva pareja B. Phillips.
En medio de
esas dos épocas, inicial y final, Luna. Banda que Dean Wareham
lideró la mayor parte de su productiva carrera. Diez discos, si
contamos un directo y un par de compilaciones. Y diecisiete años,
que son exactamente los que me separan, desde que por primera vez los
viera en directo el 14 de Noviembre del 97 en la sala Bikini.
Tan solo
olisqueando la pasta de papel de la postal y acariciando con los
dedos el tramado microscópico del brailei de la caligrafía, se
amontonan los recuerdos de aquel otoño en forma de fotogramas:
El primer
concierto al que asistí con mi hermana mayor; la de en medio de
cinco, y a falta de unos New Model Army con los que contentar su
iniciación a bandas raras. Con ella, mi pareja, y mi excuñado
perdido años más tarde en la espiral de las drogas; ya no están
juntos desde hace un puñado de años.
Y los años
nos cambian, cambiamos con ellos, y todo parece tan distinto. El
tiempo tiene esa cualidad cruel y a la vez dictatorial, por la cual
todo cambia y nosotros en nuestra caprichosa memoria lo transformamos
a nuestro antojo como ilusionistas. El recuerdo es distinto, mucho
más generoso. Vela lo sucio y corrompido, y nos deja para nuestro
disfrute lo más memorable; y si no, la nostalgia se encarga
impregnar los recuerdos con ese perfume estimulante a café recién
hecho. Sí, es así, mis recuerdos me huelen a café crudo y sábanas
limpias.
El bajo
desgastado del uso por el ángulo superior derecho, de Justin
Harwood. Sus acordes distorsionados cuando “I Hop” se
detiene para volver a coger carrerilla. La voz de barítono de Dean
con el pito de caña chirigotero, con el que nos acunaba a ritmo de
“Everybody's Talkin'” de Harry Nilsson. O los punteos
sostenidos de Sean Eden emulando a Will Sergeat o Robby Krieger.
Todo está
ahí, comprimido en un rincón trasero del hipocampo. Tan fuerte y
determinante en analogía, que nunca más volví a interpretar los
mensajes del cuerpo celeste en sus influyentes modulaciones orgánicas
como antes. El subir de mi marea interna de la euforia al desazón,
la atmósfera flotante de la apertura con “Sideshow
by the Seashore”, hasta el cierre con la
cover de Beat Happening “Indian Summer”.
Estados de flotación al llorar con “Tracy I
love You”; Tracy es solo mía y su amor me
pertenece!! Desarmado de rodillas, postrado ante “Moon
Palace”:
well
we're travelin' light
gonna
speed through the night
only
now you recall
it
means nothing at all
you
were stuck in a dream
and
you wanted to scream
but
it's nothing at all
no
it's nothin'
Al ascender
las escaleras que llevan de la cárcava del auditorio de Bikini,
hasta la calle. Nos salieron al paso las cámaras de BTV (Barcelona
televisión); que responsabilidad la mía, dar testimonio ante unas
cámaras de tan trascendente momento: - Que os
ha parecido el concierto de Luna? - Muy
buenos uhmm...duda, respuesta intrascendente
total, ¿muy buenos?. Como si en una sola respuesta se pudiese
resumir la gráfica del cardiograma de aquella noche.
Al día
siguiente quien por entonces fuese mi oficial en la sufrida tarea de
construir de naves, cerramientos varios y cubiertas de sol a sol, me
dijo: - Saliste en la Tele anoche y te vimos,
hostia!! si es él. Puede que el tipo más
cualificado para dotar de significancia el atributo de “Grandísimo
hijo de la gran put.”; despreciable,
bebedor, ludópata, egoísta y cualquier exabrupto que se te pueda
pasar por la cabeza. Tan cordial y amigable nuestra relación laboral
a lo largo de 4 años, que llegué a amenazarlo con tirarlo desde el
tejado de una nave.
Pero no
creáis que me alteró, fue como si resonara en mis sienes “Beautiful
View” y de repente me dominase una total
apatía y serenidad. El perdón y la absolución ante un imaginado
rayo desintegrador saliendo de mis ojos, que lo hiciera desaparecer
por siempre. Hacer una mueca de aceptación. Y dejar que “Lost
in Space” con su cadencia tan de un L. Reed
misericordioso, lo devolviese a la más absoluta ignorancia. Ese tipo
de actos mil veces imaginados que hacen a veces, que tu deseo más
oscuro sea solo eso, otra vida que solo ocurre en tu imaginación. La
realidad siempre es mucho más discreta, simple y escueta: Haces un
gesto por no extenderte en explicaciones ininteligibles, y la cabeza
debajo del ala.
No se donde
estaré ni estaremos dentro de cinco meses; en vista de lo impreciso
de los planes a largo plazo. ¿Acaso muertos, indispuestos? ¿Habré
comenzado a trabajar por fin tras mi dolencia? nosotros, o ellos.
Quien sabe lo que nos deparará el mañana, a veces ni el presente.
Todo sucede o se intenta, como una sucesión natural de
acontecimientos. Y lo que es seguro es el pasado, aunque no siempre.
Ya sabéis que la nostalgia lo moldea a su caprichoso antojo; todo
depende de la necesidad de recordar cosas bonitas, o trágicas.
Ahora eso
sí, de lo que estoy totalmente seguro o por lo menos dispuesto. Es
que mientras transcurren los días esperando que el tambor del
revolver nos disponga un desenlace; cómico, trágico o terrorífico.
Lo voy a esperar susurrándote al oído... Todos los hechos y actos
de cualquier día, serán almacenados y liberados como esporas en un
hipotético mañana. Como un sinfín de fantasías, realidades
detalladas... o como una mezcla de ambas. Siempre balsámicas por
supuesto, como una cataplasma de hiervas con las que abrir nuestros
alvéolos.
Bien
hallados aquellos que no cejan año tras año de cincelar, construir
y reconstruir para volver con más fuerza a erguir ermitas, sinagogas
y rezódromos. Y benditos sean los fieles que en su camino recogen
entre vítores y aleluyas con henchidas melodías; los penitentes y
los descreídos que al redil vuelven.
Hace ya un
buen montón de meses que extravié esa sana costumbre de colgar
actuaciones en directo, dignas y merecedoras. La última si mal no
creo recordar fue la de THE OLMS (laureados del pasado ejercicio). Y
la verdad es que además de darle vidilla y sacar las telarañas de
este pétreo lugar, me va de perlas para despatarrar cuatro párrafos
y dotar de ese dinamismo inexistente al blog. Vamos que es un puro
postureo, para mentir. Y aprovechando las bondades de Mike Grau aka. MAD ROBOT, que me ha puesto en la pista de este apetecible
documento gráfico. No he podido resistir la tentación de
compartirlo, y así de paso ganar un poco de tiempo con la inminente
Playlist del inicio de curso.
Yo soy de
los que cree que una imagen vale (a veces por mil palabras), aunque
no predique con el ejemplo.Cuando los
músicos suben al escenario mejor callar, tener la bebida a punto y
estar atentos al espectáculo, chitón!! Podríamos bañarnos en
pétalos de rosa, emborracharnos con absenta y bendecirlos. Pero los
que ya sabemos desde hace unos cuantos años de las virtudes de este
combo Canadiense (9 componentes + los itinerantes), que muta en
forma, número según las ocupaciones de sus miembros. Que pese a no
ensayar ni la mitad de lo que debieran, paren discazos como MASS
ROMANTIC/2000 o CHALLENGERS/2007. Y que dotan de verdadero
significado al Pop caleidoscópico, fervoroso y agitador en mil
arpegios vocales, con canciones casi casi perfectas; lo que se dice
Pop con luz propia.
Vamos que
puede parecer fácil, pero que el Pop suene a Rock sin perder su
melodía luminosa, y que además lo hagan con un estilo tan suyo y a
la vez tan universal. Me van a perdonar pero a mi solo me vienen a la
cabeza los primeros REM (que igual seguro hay más, The Decemberists
quizás), y no muchos más lo que se dice ahora mismito
Su último
disco, pese a haber pasado por un túnel de abrillantado y encerado.
Dar la sensación de que la armonía y el bálsamo está muy por
encima de aquellos pinchos, aristas y toboganes que los hicieron años
atrás unos extraños en el paraíso. Pese al tono de jingle del tema
que da nombre al disco “BRILL BRUISERS” y haber decidido
por fin captar a fieles e infieles. Pese a todo eso, han vuelto a
hacerlo, y BRILL BRUISERS además de ser un discarro, nos enfrenta a
una increible duda: ¿Me gustan más despeinadas o con maquillaje?
¿musculados o afeminados? ¿sinceros o cariñosos? ¿con la belleza
interior o buenorras/rros?
En fin dudas
imposibles de descifrar, gusten y vean.
El pasado Jueves me
desperté, creo: Ojos emborronados, legañas petrificadas... Y como
si del escoplo de un escultor golpease mi corazón, saltaron las
penas por el aire. Por mi cabeza todavía revoloteaba el espíritu de
Bill Callahan, un accidente que había dado al traste de manera dulce
con mis planes.
Es evidente
que la edad nos a hecho olvidar el hábito de recibir y hacer
regalos. Pero que duda cabe que en el fondo los añoramos y los
necesitamos a partes iguales. Sobre todo cuando nos llegan de manos
de un hermano de vivencias como Jose Navas; comandante de la nave "Redondo y con agujero". Desde ese recóndito rincón se han
acordado de un servidor, abandonado que está uno a la suerte del
ciberespacio. Así que aunque esto no sea estrictamente un premio al
uso, puesto que no hay mejor premio que la sola presencia de estos
vigías del alma, que son la hermandad blogera.
Desde aquí
y ya, quiero agradecer no solo el premio sincero de nuestro amigo J.
Navas, si no el echo desinteresado de dotar de significado estas
líneas del que aquí suscribe. Unas líneas, párrafos y tochos que
encuentran aunque solo sea una vez al año, un interlocutor al que le
alegran el día. Ya sabéis que estas aficiones tan poco valoradas
por la industria del entretenimiento, aunque uno las haga en la
soledad de su ordenador, no tienen mejor premio que el de ser útiles
para alguien.
Se que este
tipo de premios/detalle tienen unas reglas que entre otras es premiar
a quince bloggers, enlazarlos, y contar algo sobre mi. Lo que pasa es
que como ya sabréis soy bastante poco amante de seguir las normas
jejeje y je. Con esto no quiero decir que no vaya a premiar/recordar
algunas de mis bitácoras/creadores preferidos?, bueno lo de
preferidos es muy relativo.
Quiero
cederles el protagonismo a todos los que están en mi blogroll (que
por eso están ahí y su sola existencia ya es motivo de jolgorio).
Pero en especial y sin motivo aparente más que el mero echo de
iluminar mi existencia con sus reflexiones y consejos, son:
TRES
CAGALLONS BAIX D'UN PIANO: Por su lengua viperina que nos sacude el
alma con entradas atípicas; aquí no hay lo que suele haber en
otros blogs y eso tiene mucho mérito, más con lo bien que excribe
el notas.
SEX AND
BICI: Por regalarnos excelentes documentales, películas únicas, y
poesía; que además está de regreso tras un largo periplo. http://sexandthebici.blogspot.com.es/
MISS
DESASTRES NATURALES: Por lo mismo que a Intemperancia, además de
demostrarnos que el erotismo y la violencia poética se nos duerme
(y nosotros sin saberlo) http://missdesastresnaturales.blogspot.com.es/
EXILE
MAGAZINE: Un proyecto conjunto donde se agrupan algunos de los
blogeros más inquietos, con el Rock como bandera. http://www.exileshmagazine.com/
Y bueno como
ya digo, esto podría ser extensible al resto de blogs que tengo
enlazados en el mío propio. A algunos creo que ya los he premiado
pero aún así os recuerdo que vale mucho la pena darse un paseo por
todos ellos.
Decir, que
podría decir de mi (siempre es mejor que lo digan los demás, es más
sincero): Que no se nadar y pese a ello me sumerjo cada día en busca
excitantes aprendizajes por la red. Que tampoco se volar y casi
siempre estoy en las nubes soñando e imaginando. Y que me muero de
ganas por una ilusión, la que sea, me da lo mismo. Ah!! y que sin
vuestra compañía ninguna de las anteriormente citadas tendría
sentido.
Retomamos una sana y
porqué no admitirlo, vaga costumbre. Porque como es evidente hay
cosas que merecen una ristra de palabras, tecnicismos, evocaciones y
parábolas filosóficas, para al fin y al cabo convencer al público
de lo realmente bueno que es algo que al que escribe ha emocionado;
vamos una especie de conjuro colectivo argumentando las bondades de
aquello como de que “la letra con sangre entra”...
Patrañas!! porque
discos como los de THE OLMS, de los que estoy seguro a muchos pueden
parecer un ejercicio más de Folk soleado, y una excusa suficiente
para apartarlo por falta de absoluta modernez. Solo los honra
el camino secreto que hay desde el oído hasta los sentidos y que
mejor se representa sobre un escenario.
Y ahora hagan como si
cierran los ojos, denle al Play, y dejen que trabajen por si solos
esos sentidos desinhibidos que no entienden de estilismos.