Mostrando entradas con la etiqueta PostRock. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PostRock. Mostrar todas las entradas

lunes, 29 de junio de 2020

HELICON_THIS CAN ONLY LEAD TO CHAOS_2020: ESCOCIA NUNCA FALLA


No se si he contado por aquí en alguna otra ocasión o texto (teniendo en cuenta lo que puede que me repita sin ser consciente); como los abuelistas. Lo miedica que era de chaval (desde el uso de razón? Hasta los, creo… 16 años aprox.)

En realidad puede que dejara de serlo de manera más o menos ridícula, mucho antes. Pero dejémoslo en los 16, con las patas llenas de pelo ya. Con empaque.
Miedo a que me asomaran los pies por la cama de noche, a dejar caer el brazo por el filo de la misma. A la penumbra donde construir formas con la ropa mal colocada en la silla, la cortina o las sombras más fruto de la imaginación y del canguelo, que a lo que realmente había que tenerle miedo por aquel tiempo.
He llegado a sentir miedo a notar el latido del corazón en mi tórax, y después en mi cerebro. Cuando me tumbo del lado izquierdo en la cama. A morir dormido o sinó, a morir despierto por un ataque de corazón y rabiando de dolor sin importarme si hay una ciencia exacta que mida el dolor, dependiendo de la patología, accidente o trauma.

Básicamente miedo (o aprensión), a lo desconocido o incierto. Y lo que es peor: A la capacidad de imaginar que tengo, y la velocidad de aceleración de 0 a 100 que puedo desarrollar sin válvulas, turbo, ni propulsor que valga.
Por eso.
Pienso yo.
Que de ahí mi querencia por lo ojcuro, mal rollero y desasosegante.
Seguramente por eso empecé a engancharme con el Trans Europe Express, los Kraftwerk y de un salto!! Ya los Christian Death, Bauhaus, Killing Joke y que se yo… Vamos que me mola lo oscuro así en general sin buscarle justificación, razonamiento, o si me apuras. Estilo Musical.
No soy de manual, eso sí. Ya iba a los garitos siniestros con camisetas blancas afectadas por el ultravioleta, de The Smiths, y me la sudaba bastante. No soy gótico confesional ni quiero, de tribus urbanas o estereotipos definitorios paso olímpicamente.
Por eso.
Si os pasa como a mi: Que os gusta los oscuro sin ser de ninguna cofradía y por puro vicio. Pero tampoco os agarráis a cualquier mierda cual heroinómano perdío en el Vaticano.
Que tenemos un gusto joder!!
No os extrañe que os enganchéis como mi hijo de 12, que con 1 iba subido a la pierna de su madre igual que un marsupial al grito de: MAAAAAAAAAAAAMA!!
A HELICON.



Su nombre sonará a obviedad; no lo niego.
Pero el segundo trabajo de estos Escoceses de Glasgow – aunque suene a topicazo - es otra cosa.
Aprovechando además, para recomendar también su debut homónimo del 2017.

Un viaje a vista de pájaro con la Psicodélia de guiños étnicos y cadencia Stoner Rock como salvoconducto. Pero que a mi principalmente me remite al Post Rock (con el sifnificado generalista que yo le doy al término). Y donde encajan perfectamente Mogwai y su más que evidente escuela, que impregna el álbum que aquí os traigo.
No en vano, los produjo Tony Doogan en el Castle of Doom Studio de Mogwai. Y teniendo en cuenta el hecho casual de que, los pasajes instrumentales, también son su principal carta de presentación. Ya es fácil que ambos vayan de la mano, aunque a mi, de Mogwai me gustan cosas muy puntuales aun considerándolos maestros dentro de un género que han hecho suyo. Y la razón por la que me gustan Helicon es bien diversa, pese a que el círculo musical al que pertenecen a menudo adolece de ser repetititivo, algo casino, y en lo personal. Me cuesta encontrar algo que realmente me sorprenda como para reseñarlo aquí.


El tema con el que arranca el disco en cuestión tiene la culpa: “Sound of Confession”
Y cuando hablo de lo oscuro, el miedo, el desasosiego y todo ese rollo del principio. Me refiero a esto, y si me apuras, a lo que me generaba también el Excavation de THE HAXAN CLOAK/2013.
Que esto no dan tanto canguelo, entendedme, pero la carnaza que me lanzaron me cogió por ahí.
Sound of Confession” es una instrumental maravillosa, diría que incluso por encima de lo que han facturado últimamente la banda de Stuart Braithwaite:
Halos que inconfundiblemente nos remiten al norte de las islas, con un inicio que recuerda sospechosamente a New Model Army. Pero que al final pertenece más al hábitat de Spacemen 3, Loop o The Black Angels. Y acto seguido “Pure Filth”, que de repente es como si las puertas se abrieran de sopetón por un golpe de aire.
Un temazo, vocal es ta vez, que definitivamente demuestra que Helicon es una banda que vas allá del puro género. Y con muchas más posibilidades para hacer, lo que han hecho:
Un disco fluido, orgánico y a la vez, tan contundente como para convencer al público más variado y al purista, también.



The Sun Also Rises”, con ese mismo aire oriental que explotaron en Seraph, es infinitamente más definitivo e interesante.
Más elaborado o - si se quiere - con mucho más sentido y personalidad.
La potencia de “Glasgow Uni Accent” acierta virando a esa parte polvorienta y americana tan de Jesus & M_CH. Y sin embargo “In The End” nos devuelve al lado contrario, más ambiental y popero, elegante sin más referencias que las que cada uno os podáis generar.
Desde luego, THIS CAN ONLY LEAD TO CHAOS, es un discazo que recoge infinidad de pasajes que últimamente se han intentado emular. Pero que a mi sin embargo, solo me han servido para certificar que difícilmente se podrán recrear ciertos sonidos del pasado de manera realmente fidedigna, o emocionante.
Aquí, se consigue bastante.
RIDE, SWERVEDRIVER, THE CURE, SPACEMEN 3, CATHERINE WHEEL, JANE´S ADDICTION...


Pero no penséis que éste es un disco al que atender por el fetichismo sonoro al que he echado mano de manera enfermiza; para nada.
El disco de estos Escoceses, no es el típico disco de género con minutajes excesivos e interminables, no. Su segundo disco se deja escuchar con fluidez, sin apenas condicionantes emocionales, de estado de ánimo, o prejuicio que valga. Si te gusta rozar con la punta de los dedos el shoegaze pétreo; como es el caso de “Bardo Thodol”: De atmósferas densas a la vez que tremendamente liberadoras, y algún apunte al Nothing Shoking de Janes Addiction tirando de imaginación, te encantarán.
La majestuosa “With Graceful Menace” a modo de mágica suite. Como cogiendo impulso y saltar de nuevo al vacío con la imponente “What you Love Will Kill you”. Y acabar cerrando con la exquisita “Cosmic John”.
Dos canciones que definen divinamente el contrapunto que media entre la épica, el rock y las atmósferas. Y que aquí conviven sin estridencias aunque con contundencia. Con sensibilidad y sin ñoñería. Y con un rigor que tan solo se sostiene sobre un puñado de excelentes canciones, y la magia de la inspiración.
De East Kilbride: Johnn-Paul Hughes, Gary Hughes, Mark McLure, Grahan Gordon, y Seb Jonsen. Y son HELICON.

lunes, 30 de abril de 2018

DEAD MEADOW_THE NOTHING THEY NEED_2018: DE LA MANO DE CARONTE





Un gran sol circular de centelleante vinilo asoma por la montaña tras tiempos de abundante lluvia.
Por las laderas abiertas en canal los surcos lloran todavía agua. Y son los latidos como gigantescas prensas industriales, los que a cada golpe atronador resuenan sus tripas escupiendo verdor, flores. A la familia invertebrada, y nemátodos en orgía copuladora.
Los corzos y los ciervos se unen con cantos, equipados con auriculares cuadrafónicos. Y de las entrañas del promontorio no solo es naturaleza la que brota a cada contracción, también lo son almas perdidas de un tiempo _aunque no tan pasado_ sí criaturas pertrechadas en lo más profundo de las simas.


Cánticos y plegarias rituales que fueron tragadas ya hace cinco años por la belleza marchita. Y a los que un pastor dice haber visto merodear por la noche, como el animal que canta a la luna con un aullido metálico, cortante y planeador.
DEAD MEADOW han vuelto para conmemorar su veinte aniversario como mejor lo saben hacer: Publicando otro disco inmenso, como los nueve que ya llevaban a cuestas. Con una mirada de corderitos melancólicos, pero con la perspectiva estática que el tiempo a dado al Stoner Rock, y otra forma de reinterpretarlo mirando a la luna hasta llorar de deslumbre.
De esos discos que dejan cualquier argumento teórico, en una alegoría inútil. En una nimiedad e insignificancia propia de quien quiere explicar la belleza, el nudo en la garganta y el vaciamiento interior. Cuando las sensaciones se crearon para no explicarlas, y experimentarlas sin el rigor de quien intenta estructurar y exponer todo lo que se hace.




Esa caída cuesta abajo entre las los surcos abiertos por las aguas. Los accidentes que se crean y metamorfosean sin criterio ni deuda. Y que suena al ritmo del martillazo que endereza o dobla el acorde acerado de las cuerdas en flexión imposible. Hace que “Keep Your Head” sea esa especie de procesión por el calvario, a latigazos de palanca, pedal y fuzz. Tan distinto de aquel “September” con el que finiquitaron el mastodóntico “Warble Womb/2013”, pero a su vez concentrado:
Una vuelta, capaz de comprimir en ocho temas. Una panorámica tan rica sobre su carrera, como conciso y determinante es el mensaje sobre su evolución.

La banda de Washintong D.C liderada por Jason Simon y Steve Kille regresa con una idea muy clara de su sonido. O por lo menos con la capacidad no solo intacta, sino que renovada. De como reunir un puñado de canciones directas al ipotálamo. De esas por las que un álbum es capaz de trascender sobre un estilo, sus distintas mutaciones, los derroteros de una banda, y chas!! De repente reinventar una historia sin tener por ello que dilapidar lo que quedó atrás.
En THE NOTHING THEY NEED hay mucho blues taciturno y oscuro, psicodelia a raudales sin abusos ni demasiados estereotipos, caminares rotundos heredados del Stoner Rock pero superponiendo armonías dignas del progresivo; he incluso reflexivas en ocasiones. Y un halo incluso que sino se acerca, si que se expande hacia el White Noise, el sinfonismo barroco y a la práctica: siempre caminando en la cuerda floja de PostRock y géneros hermanos; eso sí, con muchísimo matices, que es lo que hace tan interesante e hipnótico.
Una farfollada de palabrería que se podría resumir en dos adjetivos: Un disco tremendamente orgánico con ocho cortes demoledores.
Here with the Hawk” comprime el riff roquero con acierto quirúrgico. “I’m So Glad” es un blues árido y apocalíptico capaz de ilustrar en cinco minutos esos sucesos naturales del principio del texto. Las canciones pueden transportarte a territorios salvajes o al salvajismo urbano. “Nobody Home” exprime los wah wahs con una cadencia vacilona que roza incluso el funk.
This Shaky Hand is not Mine” lo convierten en un réquiem camino del ansiado y salvador monte Sinai: Cinco minutos de guitarras moldeadoras y fustigantes que desembocan en una oda silenciosa, “Rest Natural”. La megalítica “The Light” emerge, es la montaña: Imponente, sinuosa y concluyente en ese tipo de Rock plomizo con lirismos arrastrados o extasiados, hecho expresivo y hasta poético como una bajada de tensión. Con un final de una sensibilidad inaudita para una banda que sobre el papel, se imagina abrasiva y caústica.
Sin embargo “Unsettled Dust” emana una belleza digna de ese horizonte paisajístico que el ojo humano, y menos una fotografía, es incapaz de explicar. Dicen que una imagen vale más que mil palabras? Cuando es la música y sus evocaciones sensacionales, la única capaz de expandir la imaginación donde la palabra es incapaz de llegar. El infinito
http://www.deadmeadow.com/links


miércoles, 6 de marzo de 2013

BEEF: LAS CATACUMBAS DE LA TIERRA PROMETIDA.





Escuchaba hace unas semanas el Telescopio: Programa radiofónico que cabalga en las ondas de la red: Inexistentes, invisibles y ocultas entre el entramado de las webs, redes, y bits por segundo que recorren este extraño invento que es internet.
En él que colabora eventualmente Fernando Alfaro (Sufin Bichos, Chucho...). Y en las atropelladas palabras de aquel en el que la dicción solo se desanuda cuando flota sobre una melodía, volví a paladear uno de aquellos nombres que te reactiva la memoria. No es ese tipo de activación que obedece a un quejido disgustado de la nostalgia. Me alegré de volver a escuchar BEEF en boca de otro, por pura necesidad interior.


Hay cosas que te empujan a ejecutar movimientos violentos, a sacudirte y a enclavijar la mandíbula  sin saber bien porqué. Quizás por una necesidad imperiosa por volver a sentir aquello que en muy pocas ocasiones me remueve ahora la música. No es un reproche tampoco, pero la banda extinta de Sant Feliu de Llobregat lo conseguían y sorprendentemente pasados los años aun me siguen produciendo esa misma reacción.
Un detalle un tanto preocupante que me ronda la cabeza en los momentos en los que percibo quizás demasiada quietud y monotonía. En una escena musical que por momentos parece haber establecido una velocidad de crucero dirigida por un piloto automático perezoso y falto relieves.
Siempre imaginé a Blas, David, Joanra, y Juanjo encaramados en los muros que delimitan los pequeñas y desordenadas viviendas de los polígonos industriales urbanos, en este pueblo de la periferia Barcelonesa. Apedreando tejados de Uralita , haciendo pequeñas fogatas en descampados, o sentados en un banco con una litrona y maquinando los designios de sus vidas.

Los entornos y los paisajes condicionan la emotividad de los cerebros aun por madurar, y los alrededores de la rivera del Llobregat dan para tener malas ideas y alguna cosa más: Gigantescas fundiciones con chatarra amontonada en inmensas pilas, químicas humeantes de fétidos perfumes, el puente del diablo, autopistas que parten como una sandía territorios decrépitos, la cordillera de Montserrat con sus protuberancias... y en el horizonte el litoral salpicado de contenedores. La revolución industrial acabó dibujando para bien y para mal un paisaje extrañamente desordenado en Barcelona, como en tantas otras ciudades de nuestro país: Vigo, Bilbao, Oviedo... Todas ellas con una desesperanza directamente proporcional en tiempos de crisis a la cantidad de industria pesada existente.
En la música de BEEF se perciben ese tipo de sensaciones , se pueden cerrar los ojos y tocar con la palma de nuestras manos una superficie fría y rugosa, polvorienta y llena de sedimentos metálicos que tiznan nuestros dedos. Sus guitarras circulares dibujan elipses repetitivas y cadenas de sonidos secuenciados que parecen abocarnos a una catarsis casi ritual.


Sus primeras grabaciones siguiendo la estela del Krautrock distorsionado de Velvet Underground, Sonic Youth, Yo la Tengo... quizás animados por unos Pavement exultantes en éxito y anarquía; nos conducían hasta otro tipo de territorios que daban carpetazo a la alegórica felicidad maquillada de un Brit Pop agotado por los propios defectos de su inmediatez. BEEF al contrario que otros congéneres surgidos en aquella misma época parecían buscar otra fuente de expresión.
Basta con escuchar pedazos de aquel “Sings and Tongues/1995-96” donde se amontonan sus primeras grabaciones en La Fábrica Magnética y en Acuarela: “Latino Man” por ejemplo , parece inspirarse en los pensamientos Dadaístas de POCH; “Mr Set” y “Ngnos Feeb” nos sugieren fantasmales mensajes satánicos con tintes industriales. La malévola adaptación de “Man of the Moon” de REM en “Malvas”, o la Velevetiana “6 Ft” que acaba descomponiéndose en un latigazo rabioso e hipnótico con tintes apocalípticos cargado de disonancias, una de la joyas ocultas de este albun perdido en el tiempo.


Mi primer encuentro con BEEF fue en la sala Bikini de Barcelona. Aparecieron como unos teloneros totalmente desconocidos, en uno de los conciertos que mayor expectativa levantaron PAVEMENT allá por 1997: Una minúscula sala a rebosar de “indies” tardíos que incluso se tuvieron que acomodar en el vestíbulo aquella noche. Se presentaba Brighteen the Corners, uno de los discos más introspectivos e interesantes de la banda de la Costa Oeste Californiana.
BEEF traían bajo el brazo su primer disco publicado en un sello más o menos de renombre nacional como Elefant, pero con unos recursos ínfimos y totalmente domésticos. Un hábitat donde se han desenvuelto como pez en el agua este cuarteto experimental. Bandas como MANTA RAY o DIABOLOGUM alcanzaron un éxito encomiable en la escena del Noise más experimental, sin embargo y pese a ser respetados y considerados como una de las bandas más inquietas de la renaciente escena alternativa nacional; BEEF siempre fueron un huésped bastante incómodo, para aquellos que buscaban algo más accesible que bailar.

FI QASR SHEIKH AL-DABANT/1996 fue aquel artefacto envuelto en un plateado diseño infantil, digno de una postal navideña pre-escolar el que emergió entre un tumulto de espectadores distraídos y bulliciosos. Supongo que de la misma forma que Michel Cloup tan solo consiguió hacer levantar la mirada de la cerveza a unos pocos de los allí convocados hace un mes. BEEF carecían por entonces de ese encanto personal y seductor para quien se atrevía a acercarse a su propuesta. No fueron ni por asomo aquella banda cómplice con la escena que algunos quisieron construir alrededor de bandas como: Los Planetas, La Buena Vida, Australian Blonde, La Habitación Roja, Automatics, The Privata Idaho y otros tantos.
Para ellos la “escena” era eso, la escena , en el sentido más literal de la palabra: Una especie de decorado que distorsiona y altera el criterio de quien crea y de quien escucha. Condiciona la creatividad, y predispone cuales son los patrones ideales para destacar sobre los demás, o para vivir en el ostracismo eternamente. Y decanta la balanza al juzgar qué y que no se espera del artista, porqué lo hace, y si está o no en un momento inspirado. Quizás todos estemos un poco involucrados en la manera tan cruel o desmedida que se ensalza, al igual que se lapida a quien crea; como si fuéramos lo suficientemente iluminados para introducirnos en la mente del que hace y deshace.
Algo por otro lado tan ambiguo y tan sujeto a debate según el punto de vista, que daría para otra entrada.
Aquel disco de nombre impronunciable confirmó aquello de “estar en el sitio, en el momento adecuado”. Pero es que BEFF por tener , tenían muy poco que ver con Pavement o el sonido que seguramente buscaban los allí presentes, ya me entendéis: Dinosaur Jr., Yo la Tengo etc etc. Melodía sobre un ingente de guitarras saturadas, pedales, acoples... pero melodías Pop al fin y al cabo.
BEEF no eran así, no. Podían llevar a equívocos al escuchar “Martinez”, con su aire Psicodélico. Pero al fin y al cabo la suya era una filosofía experimental con guitarras desde luego, pero sustentada en las bases conceptuales de la electrónica, donde se empleaban las guitarras como secuencias, y donde a partir de ahí jugaban creando ambientes y texturas en forma de Loops y progresiones. Muy cercanas a aquellos experimentos que en su día puso en práctica Martin Hannet, usando a Joy Division como Cobayas y que fueron determinantes en la forma de plasmar la desolación de los Mancunianos.
Suficiente cuando se escucha “Buxa Bargeld” pero insignificante si nos adentramos en piezas como “1001 N”, “Chasehunter”, “Mech” o “Country Jones”: Canciones que dejan como fundamentos pueriles la idea de pensar que BEEF eran unos meros alumnos de su mayores influencias.

Con la salida un año después de “ESPAÑA A LAS 8/1998” se volvieron más trágicos. Posiblemente algunos pensaron que su avance hacia un estatus de popularidad les iba hacer girar hacia la melodía amable , lo cual haría de su historia algo convencional y equivalente a las expectativas depositadas en ellos por los medios especializados. Puede que la dificultad por entender las directrices que movían a esta banda a dirigir sus pasos hacia terrenos pantanosos, sean lo que haga de su universo personal, algo magnético y misterioso.
España a las 8 contiene concentrado como un sirope de Taladrina, los ingredientes oleosos de la tristeza más absoluta. Una mirada de inquietante placidez que mantiene siempre un hilo de tensión, siempre latente en sus cortes. Quizás uno de sus discos más impenetrables por la densidad de sus melodías fantasmales, en las que siempre parecen flotar partículas que vician el aire: Las guitarras que se descomponen en “Lubrica” que parecen evocar a “Bela Lugosi is Dead” y que nos abren las puertas a estancias ruinosas, abandonadas... desaparecen los textos como el que omite cualquier apunte , dejando que las texturas hablen por si solas.
Ligher on my Balls” , “Basauri” , “King of Cha” son granos de maíz que se arrancan con las uñas de una mazorca bien reseca por el sol. O los desconchones de la abandonada pared de una vieja y ruinosa fábrica, que deja que el tiempo la vaya descomponiendo lentamente.
Se escapan los granos, se escapan los segundos, y desde el primer minuto hasta el último del disco; muestra a España a las 8 como a un moribundo que se arrastra y que transmite una imagen de total abandono: Sus notas son precisas y quirúrgicas, te atrapan; más por el placer de escuchar en sus canciones un retrato introspectivo de devastación, que por el carácter de sus melodías.


Para entonces BEEF parecían decididamente estar de espaldas a los cantos de sirena que se oían desde la otra orilla. Sin acabar de entender si la idiosincrasia autodestructiva de David Rodriguez y su carácter de solitario autista, parecían estar peleados con el sistema. O era una especie de idealista creativo que pasaba olímpicamente de los preceptos estrictamente comerciales. Elefant Records no parecía incomodarle, y a él le importaban un carajo las ventas , siempre y cuando tuviera libertad para crear.
MISERY LIES es una firme declaración de principios de aquel que está en desacuerdo con la creatividad como un sustento para alimentar su reconocimiento: “This is a Bussines of misery lies” repiten hasta la saciedad en “Misery”. Y no son pocos los que se han frustrado al topar con la incompatibilidad de la industria y la libre creatividad.
La fama es tan injusta, que cabría plantearse si es lícito para el oyente acometer la música como un bálsamo con el que hacernos un traje a la medida de nuestras exigencias. O que sea el libre albedrío del artista el quien empujado por su constante búsqueda se deje arrastrar por su inquietud; para que después entreabra la puerta y decidamos nosotros si entrar, o permanecer cómodamente estancados.
David Rodrígez define este disco como ¿situacionista? No sabemos si por pretexto o por capricho personal, pero aunque si es verdad que es un disco que se va tornando irascible conforme avanza y donde se nota en demasía las manos de Wharton Tiers, productor de algunos de los trabajos de SONIC YOUTH (Confusion in Sex, o A Thousad Leaves), basta con escuchar “My Bitch Friend” o “Poetics”.
Sigue teniendo sin embargo algunas joyas muy aprovechables como por ejemplo: “Backstreeta y los Bakalaeros Makis”, donde el Free Jazz nos da un respiro aunque tarde.

Antes de que David Rodrigez (principal impulsor de Beef) fuera consciente de la encrucijada que suponía haber colocado “España a las 8” como uno de las cúspides del Rock experimental patrio. Y la decisión de conducir la nave de BEEF hacia territorios inciertos, con la sola compañía de los más osados (Juanjo y Blas, tras el abandono de Joanra, y la entrada de Ramón Garcia al bajo).
Su incursión años antes en la electrónica minimalista y experimental de sus dos proyectos paralelos: TELEFILME y ANTI, junto a Tito Pintado de Penelope Trip que puso las voces y las letras. Debieron ser muy reveladores en cuanto al rumbo que acabó tomando LA BOHÉME/2002 dos años después. Un disco que retoma el carácter local de sus producciones y grabaciones, donde por experiencias anteriores, mejor se han aislado de posibles vicios e influencias exteriores.

Los estudios GRABACIONES DE MENTIRA (Vilanova i la Geltrú), donde también grabaron: El Niño Gusano, Alias Galore, Tea Servants, Onion, o Los Planetas con su ópera Egipcia. Consiguen que BEEF vuelvan a sonar tan frescos como sonó aquel “Eslanted and Enchanted” de Pavement. Ellos hablan de Krautrock , de Wire y de Fall, pero aquí los Californianos están más presentes que nunca por mucho que no se quiera admitir: Microcanciones de 2 min. Máximo que se van a la raíz de la melodía, malabares acertados que juegan con el Rock, el Pop, y el Punk y que acaban por ser aperitivos casi perfectos: “Fin de año” y esa mescolanza atribuible al “Here” de Pavement. “Platinum” que suena primorosamente inmediata y desgraciadamente corta para lo buena que es. O “Yo soy Cantante” patada en la boca a la difícil coexistencia entre Artista/oyente/industria donde rezan: “La arrogancia que nos hace diferentes nos convierte en iguales, y eso creo que es lo que nos distingue de los animales. Hoy todos queréis oír mi voz, todos queréis oír mi voz. Porque hoy soy yo el cantante” aquí tal vez sí podemos darle la razón en aquello del krautrock tan a lo Aviador Dro. 


Cuando cohabitan con Stereolab a la hora de jugar con progresiones adictivas, siempre desde la evocación en “Isabel”. O con los pequeños caprichos electrónicos que salpican todo el disco, “Sevilla”, “She likes Comet Gain”, o “Sizes”. Dejan a La Boheme como uno de sus trabajos más infravalorados, pese a la buena acogida por los medios especializados desgraciadamente BEEF jamás vendieron apenas discos. Y lo verdaderamente triste es que ahondar en una de las trayectorias más genuinas de nuestro país es una deuda todavía pendiente. Aún sabiendo que su obra se a de acometer con perspectiva por lo variada y experimental. Por estar plagada como está de alambres de espino, de trampas y de riesgos
 

En TELEFILME y posteriormente en ANTI como actor secundario, quizás emocionado por la idea de incluir esos elementos electrónicos posteriormente en aquel “España a las 8”, en forma de sampleados. Descubrimos una faceta , quizás inherente a la forma de diseñar el sonido de Beef. Una inversión de papeles en los que vuelve a la electrónica seminal de finales de los 70: Sintetizadores analógicos , cajas de ritmo , samplers , delays , Korgs... . Las herramientas que se utilizan son radicalmente distintas pero afines en el objetivo: Experimentación y recreación en paisajes aparentemente fríos pero emocionalmente palpitantes. En su mayoría pequeños bocetos totalmente imprescindibles para entender la relevancia de la melodía en la construcción de una canción , y que después serían puestos en práctica en La Boheme.
Podemos encontrar maravillas como “Pop-corn videodrome” incluida en su Ep de adelanto CATRASTOFE BABY/1997, que sobre un ritmo de Casiotone juguetón recrean uno de los divertimentos más simples a la vez que excitantes.
TITO PINTADO (PENELOPE TRIP)

Los dos únicos Lp's propiamente dichos son “FADE IN/FADE OUT/1995” y “POCKET HORROR SYMPHONY/1997”. Un proyecto que como el propio título define se trata de un mero ejercicio de supervivencia creativa, con el inconveniente de no existir Internet. Una metodología muy habitual actualmente pero que antaño necesitaba de una gran dosis de imaginación y tesón. Y más teniendo en cuenta que David y Tito solo se veían las caras en Gijón el día de la mezcla de las programaciones de uno y las voces del otro, al entrar a grabar.
De esa alianza nació años más tarde ANTI, un proyecto común de Tito que mantiene un parentesco intrínseco con las golosinas que manufacturó TELEFILME , de la talla de: “Electric Farm” , “Hi-fi Ghost” , “Da Haus” , “California Punch” , la maravillosa “I will follow the leader” o “Ride the Tiger” junto a “Copyright of the heart”. Canciones que se acercan mucho a discos como el debut de OMD, Soft Cell, Yazoo, o Cabaret Voltaire con un tono bastante más mínimal. Pero unidos por el Pop electrónico al fin y al cabo.




El regreso a los estudios como BEEF en 2002 , supuso una clara confirmación de que la banda de Sant Feliu de Llobregat operaba al margen de cualquier escena aparente. Una historia más o menos conocida hasta nuestros días, como si la intranet universal que nos lidera, estableciera el año 0 del inventario musical el mismo día que comenzó a existir.
El cambio de siglo dispuso de esta manera un vacío existencial hasta cierto punto inquietante. Y no son pocas las bandas que perdieron el tren de la gloria, permaneciendo en un limbo existencial del que solo saben las cuatro ovejas descarriadas que mataban su juventud bebiendo cerveza y fumando porros. Mientras contemplaban la lontananza de la playa, sonando en el coche esta y otras músicas de la misma índole. En vez de estar bailando en cualquier discoteca “indie” del momento.
Esta es una licencia jocosa que me he permitido, pero lo cierto es que BEEF pagaron el peaje de no ser una banda simpática por así decirlo. Siempre salpicaron su trayectoria con un extraño sentido del humor negro y subversivo, pero más como una forma de atacar lo establecido que como un intento de ser divertidos.


Por suerte o por desgracia lo mejor estaba por venir, y cuando tras diez años de carrera BEEF parecían haber desaparecido del mapa musical, apareció VICTORIA PRINCIPAL/2005. El disco póstumo de la banda Catalana, que descendió de los cielos como una revelación divina: Con un enorme culo de melón en primer plano, emulando a un brillante sol veraniego coronando la portada de su último disco.
Sin pararme a pensar ni un instante diría que uno de sus mejores discos. Si no el mejor, sí el más sorprendente, directo, y a la vez plagado de recovecos, el primer disco en el que deciden cantar en Castellano (más vale tarde que nunca).
Un disco que aunque parece romper con todo lo anterior, no viene a ser más que una evolución natural; tan natural como todo lo que emana de cada una de sus canciones. Algunos pensaran que es una traición a toda una carrera caracterizada por una fidelidad casi monacal a su sonido: Rocoso, industrial, esquivo, conceptual en cuanto al metraje, hasta cierto punto austero y primitivo. Una banda que adopto su idiosincrasia a golpe de martillo, forjando una relación con aquellos que se animan a seguirlos casi masoquista. Porque Beef jamás cedieron ni un milímetro a la complacencia de seducir con caramelos en forma de hits, quizás sí con caramelos envenenados pero nunca de manera predecible.


Sin embargo y aunque este último disco dé una primera impresión frívola y bonita de ese grupo arisco. Victoria Principal mantiene un estrecho vínculo con su pasado, aunque cambie los mensajes surrealistas por otros más dulces y directos, pero aún más sangrantes. En realidad más como una confesión antes de la retirada como... - Pudimos ser así, o incluso más amables si cabe. Pero BEEF somos como somos, así que aquí nos tenéis.


El contexto social y político en el que nació ese último disco de la banda parece tener un efecto determinante a la hora de atacar unas letras desde la honestidad. Y aunque David como artista siempre tuvo una visión cínica de la realidad; dejando que la música llevara la voz cantante, y sus mensajes entrecortados solo fueran arengas. Esta vez revierte los papeles y enfatiza sobre las letras con un mensaje claro, aunque juegue audazmente con la sugerencia, la poesía y lo explícito cuando encarta: “Songs that seems true” es la antesala del disco, una canción optimista que sin embargo juega irónicamente con el título y el estribillo, para definir el disco y los sucesos del año en el que Socialistas y Peperos mantenían un pulso por el poder. En “Bar Frankfurt” vuelven a ser ellos mismos con una letra que nos remite a la visión críptica que tenían Surfin Bichos o Chucho, quizás de las mejores del disco.
Y con “C'mon Rajoy” vuelven a la carga para ser lo más explícitos posibles, en una letra premonitoria que se podría extrapolar como una profecía a la actualidad de nuestros días. Además es curioso porque esta canción mantiene una consanguinidad premonitoria con otra que aparece en el último proyecto de David Rodrígez: “El más Romano del Mudo” incluida en su MARACAIBO/2011 , dos de los vistazos más lúcidos y contemporáneos de nuestra actualidad feroz.
Pero lo mejor es que sobre el disco planea de manera omnipresente la misma sensación de caos que conseguían transmitir Poch y Derribos Arias, con una acidez extraordinaria que roza el dulce esperpento: Asumiendo su papel de psicótico revanchista y descarnado con el que visten a quienes no se muerden la lengua cuando arremeten contra el sistema, la hipocresía o la demagogia. Un papel que con los años parece haber asumido David con total naturalidad y donde no se priva a la hora de lanzar dardos envenenados en “Nos plagian”, donde arremete sin pudor alguno supuestamente sobre algunas bandas coetáneas de la actualidad, si nos ceñimos a algunas perlas refiriéndose a la escena NoisePop: “Me dí cuenta que éramos el único grupo de ascensión humilde, los demás eran futuros jóvenes empresarios ultramillonarios jugando a hacer Pop, el único vínculo entre nosotros era tener un Inglés de juzgado de guardia”
En todo caso si dejamos de lado sus puñaladas más directas, podemos encontrar la verdadera belleza de este imprescindible disco póstumo, en canciones como “La transición” donde parece querer mirar atrás de manera reflexiva sin arrepentimiento ninguno: “sé canciones concepto , escucha si te atreves , y juzga si te atreves. Suerte que ya estoy a salvo... (estribillo)” donde afloran verdaderas preciosidades de agrio Pop doméstico como: “Mediterráneo”, o algunas donde sobran las palabras como “Gringoakparty” o “Fiesta”.
Hay quienes califican éste, como un disco eminentemente Pop y donde David parece querer preparar el terreno para su proyecto en solitario LA ESTRELLA DE DAVID. Sin embargo seguimos encontrando la presencia inquebrantable de BEEF, donde el resto de la banda juega un papel de cómplices tan esencial como el de su cabeza más visible. Los paisajes que se dibujan en canciones del simbolismo de “Sniffin' Eno”, “La resolución”, “Canción Wai”, y sobretodo la majestuosa “Mi camastro es fuerte”, siguen siendo los mismos talleres donde se deconstruyen géneros inventados como el Post Rock que acuñó Simon Reynolds para dilapidar el Rock clásico. Y donde ellos le dan el sentido libre que se merece, con sarcasmo, sin prejuicios, y en constante avance.


LA ESTRELLA DE DAVID continua con el camino emprendido hace 18 años. Un disco muy diferente a su primera incursión en solitario que a mi personalmente se me atascó soberanamente.
Una nueva imagen de David Rodrígez que nos lo presenta como un ermitaño mudado a una lejana montaña en el limbo existencial, desde donde parece contemplar la cacería de hienas en la que se está convirtiendo nuestra sociedad. Él sin embargo en la placidez de alguien al que parece importarle un bledo todo el ecosistema creado alrededor de la música alternativa; nos ofrece algunos de los textos más jodidamente lúcidos del Pop actual: Pequeñas minucias concebidas para tararearse , para silvarlas o escucharlas como aquel que está esperando que el mundo se vaya a la mierda.

"Escalofrío” donde invoca al líder de masas al que agarrarse cuando el mundo anda perdido simbolizado en un Michael Jackson celestial. Y “Un último esfuerzo” como una retirada donde aislarse y mirar con el rabillo del ojo a nuestro pasado. Entre estas dos joyas de canciones nos encontramos un repertorio producido con delicadeza y cariño, con letras cercanas y autobiográficas con las que sentirnos cómplices: Instrumentaciones cálidas, casi acústicas, voces que acompañan a la débil y desafinada de David dando un tono familiar a todo el disco; da cariño y puñaladas con la misma dulzura ceremonial que Jack el destripador mutilaba a sus víctimas.
Lo dicho, “El Romano más grande del Mundo” es de aquellas que uno puede oír hasta el final de los días. “Enrique VIII” la mejor manera de definir el amor como el pasajero que llevamos dentro, y surge tal que un alien, ¿y Decathlon? No creo que hallan declaraciones de amor jamás cantadas como la que nos recita David, salvo las del mejor maestro Kiko Veneno.
En la actualidad David Rodrígez continua su carrera en LA ESTRELLA DE DAVID, y LA BIEN QUERIDA ejerciendo de colaborador, músico, y productor. También ha producido Los Punsetes, se ha inventado junto Joe Crepúsculo Junco y Diamante, y ha puesto a prueba a toda la escena “indie” con numerosos escándalos. Aunque yo personalmente creo que como una especie de Andy Kaufman a la Catalana, se ríe de los prejuicios, las poses, la falsa actitud, y de la falsa moral ¿Punk? No se, pero va a su aire no le sigue el juego a absolutamente a nadie, y tampoco vende una imagen de falsa simpatía, con lo cual, para mi lo importante es la música. Eso de lo que deberíamos disfrutar sin enjuiciar a nuestros heroes de fantasía.


Si han sido capaces de llegar hasta aquí, en esta monumental travesía de datos, apuntes, y reseñas pasionales. Sepan que han demostrado un encomiable interés por una de las historias mejor escondidas de nuestra música, sí, de esa que tenemos ahí al lado y que a veces nos perdemos por la proximidad.
Si todo esto les ha despertado un mínimo interés por esta introvertida banda y no su menos polémico líder, tienen varias opciones puesto que no voy a hacer un dispendio de su extensa discografía: Las instrucciones en comentarios.... UN SALUDO!!

  1. Un sample donde me he tomado la molestia de incluir, los que para mi son los temas significativos de BEEF, TELEFILME, y LA ESTRELLA DE DAVID.
  2. Si alguien tiene un interés especial en alguno de los discos de los que yo recomendaría: Victoria Final_BEEF, Sing & Tongues_BEEF o Maracaibo_LA ESTRELLA DE DAVID puede seguir los rigurosos pasos:

Publicar un comentario con la petición sample o Lp junto a una dirección de email (que no se publicará)
Agradecimientos varios , saludos o cualquier otra cosa si que se publicarán siempre y cuando no figure email alguno 


 01- FIN DE AÑO (Beef/La Boheme)
02- EL MÁS ROMANO DEL MUNDO (La estrella de David/Maracaibo)
03- YO SOY EL CANTANTE (Beef/La Boheme)
04- PLATINUM (Beef/La Boheme)
05- 6 FT (Beef/Tongues)
06- COUNTRY JONES MUSIC PARK (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
07- C'MON RAJOY (Beef/Victoria principial)
08- ELECTRIC FARM (Telefilme/Pocket horror symphony)
09- LA RESOLUCIÓN FINAL (Beef/Victoria principial)
10- MI CAMASTRO ES FUERTE (Beef/Victoria principial)
11- BASAURI (Beef/España a las 8)
12- MISERY (Beef/Misery and lies)
13- LUBRICA (Beef/España a las 8)
14- DECATHLON (La estrella de David/Maracaibo)
15- I WILL FOLLOW THE LEADER
16- LA TRANSICIÓN (Beef/Victoria principial)
17- ISABEL (Beef/La Boheme)
18- MECH (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
19- PRISTEEN TAKE TWO
20- SONGS THAT SEEMS (Beef/Victoria principial)
21- REBELDE SIN CASPA
22- MARTINEZ (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
23- MEDITERRÁNEO (Beef/Victoria principial)
24- ENRIQUE VIII (La estrella de David/Maracaibo)
25- ESCALOFRÍO (La estrella de David/Maracaibo)
26- COPYRIGHT OF THE HEART (Anti/Anti)