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lunes, 18 de diciembre de 2023

EL 2023 Y LOS 40 FABULOSOS DISCOS TREPADORES (del 20 al 11)

 

De la música y sus metafísicas propiedades no sé si hay algún estudio riguroso. Aunque también es bien cierto, que intentar explicar lo que sucede en el tránsito que hay desde el oído hasta tus extremidades, igual es tan innecesario como hacer una ponencia sobre la felicidad.

Pero veo que la real academia de la lengua también define cosas bien abstractas:

gilipollez

1. f. malson. Esp. Dicho o hecho propios de un gilipollas

 

 

20. CASA DAS FERAS - El Corazón de los Vivos

 


Ana Biermann, David Dorado y sus músicos ambulantes podrían cumplir perfectamente las condiciones para formar parte de la narrativa del Bosque Animado. Sin embargo, es su folk noir; ese género que han patentado tras disolverse a los 10 años de vida. El que hace, que esa especie rara de fábulas y mitología mundana se cobre el título de poética de parada y fonda, buhoneros de corazón al raso, y orquesta encargada de preservar el libro de los muertos en forma de canciones.
(canciones para cantar y oír mientras se anda la vida y se invoca al imaginio; mezcla de imaginación e ingenio)

 

 

19. YOUNG FATHERS - Heavy Heavy

 


Alloysious Massaquoi, Kayus Bankole y Grahan Hastings, vía Liberia, Nigeria y Edinburgo, en Ninja Tune. Ya asomaron la cabeza con un estupendo y sensorial álbum hace cinco años; su tercer trabajo.
Ahora esa electrónica algo convencional, ha dado un brinco para mirar sin miedo a sus orígenes africanos y tribales. Con un disco donde todo es rítmica y voces, y una suerte de impulso que parece aparecer desde muy adentro. Y que en el fondo es la magia y excepcionalidad de este experimento de alto riesgo.
(en heavy heavy todo sucede por generación espontánea, por instinto e impulso comunitario y global. Como debería ser el mundo)

 

18. THE CLIENTELE - I Am Not There Anymore

 


El trío de Hapshire se ha marcado una aparición de esas de cada 7 años, igual que los fenómenos naturales y sin explicación. Después de que dejaran una de las de las discografías más sólidas y personales del inicio del milenio.
Sonidos y ambientaciones tan añejas, sugerentes y amarilleadas como las estancias con olor a madera noble y un Erl Grey calentito. Y de las que a su vuelta, justo cuando crees que les debes un culto y ni sabes cómo te los encontrarás. Resulta que es posible experimentar sin perder un ápice de personalidad.
(esa reformulación por la cual uno/a puede envejecer limpiándose la cera, cortándose esos pelillos que florecen en los oídos, y permitiéndose el lujo de tirar a la basura ese tu cojín del sofá, que parecía insustituible)

 

17.  SLOW PULP – Yard


 

Yard es la prueba palpable por la que la mullida y angelical voz de Emily Massei junto a la banda de Chicago, pueden ser algo más que un sonido sugerente y agradable. Para exprimir esa virtud que tienen ellos para hacerte pensar que algo va estallar, pero no. Y ese vértigo de estar al borde del orgasmo o la euforia, siendo el verdadero repelús que te recorre la espalda. Cuando el casi, es más excitante que el ya.
(pop de guitarras levitante, de los que no todo tiene porque ser obvio, y puede ser equilibrista y personal)

 

16. EN ATTENDANT ANNA – Principia

 


Me ha perseguido al ir al baño, sentado en el vagón del tren, mientras cocinaba y hasta en el silencio de mis sueños.
La banda parisina me tatuó en febrero su hipnótica pseudo stereolab “Same Old Story”. Y conseguir que me zambullese en un universo de pop psicodélico de los que chuparse los dedos, es casi lo mejor de todo. Para descubrir que su disco, es una joya en la que no rendían tributo a nadie, sino que engrandecían lo ya legado por Electrelane, Stereolab, April March, o Broadcast.
Sus diez cortes han homogenizado su instrumentación más diversa, hablándonos de cómo el mundo y su gente cambia. Cómo miramos y nos vemos hacia dentro. Pero también usándonos como un filtro, y desfigurando a veces la realidad.
(Pop que va más allá del mero pop, que pisa sobre fregado en terrenos de lo psicodelia experimental, y que se permite la licencia de ilustrarnos en el cómo se hace más grande la música sin más)

 

15. JALEN NGONDA - Camon Around and My Love


 

Pueden creer que del soul se ha hecho todo ya, y todo es una repetición donde se reflejan a los grandes Marvin Gaye, Curtis Mayfield o David Ruffin.
Ahora, ojito con mirarte tanto las pelusillas del ombligo y pisarte los cordones. No sea que te pierdas el falsete más eléctrico de Daptone.
Un debut sin pero alguno que valga trufado de bestiales canciones. Que viene a alegrarnos la existencia sin demasiados condicionantes ni extraños experimentos. Pero con un demencial talento para electrificar  la escasa proliferación de nuevas voces, con la autenticidad que atesora Jalen.
(un vendaval en plena canícula que te espeluzna, o esa batamanta donde acurrucarse en una tarde noche de invierno; ni una sola canción prescindible)

 

 

14. CLASS - If You've got Nothing

 


Nos debería llenar de orgullo que a estas alturas de película, lleguen cuatro tipos de Tucson y se pongan el mono de faena para perpetuar el punkrock, el garaje y el rock&roll con pedigrí. Y no hablamos del lustroso y de buena familia. Sino de aquel que operó alejado de los grandes fastos, atrincherado en tugurios, pubs clandestinos y un poco parias; pese a sentar las bases de esa extraña comunión entre el rock y el punk, pero de estilazo (The Saints, New York Dolls, The Nerves).
Y no solo por la extrañeza de que sean del puto desierto, o que lo hagan ahora que no hay ni un solo chaval capaz de interpretar el contexto del asunto.
(más bien porque lo hacen con la frescura y el acierto del que parece haber regresado de entre los muertos y olvidados, para recordarnos lo que debieron molar aquellos tiempos)

 

13. THE NATVRAL - Summer of No Light

 


No pensaba yo ni el más peregrino de mis sueños y con lo que llegué a disfrutar de The Pains of Being of Pure Heart. Que más de un lustro después, caería rendido a algo tan diferente de manos de su líder.
Y es que en el fondo, igual no hay tanta distancia que separe a Bob Dylan y a The Smiths, cuando hablamos más de grandes canciones que de mitología.
Y aquí, Kip Berman, la verdad sea dicha. Ha conseguido con la brillante soltura  de su maravilloso cancionero, beber tanto de las raíces folk de su país, como de la influencia del britishPop de sus inicios. Esculpiendo nueve gloriosas canciones de hermosos textos, en un folkpop que no recordaba desde el King is Dead de Decemberists.
(luz y oscuridad que se canta desde el corazón y que consensua el poder de la música en cualquiera de sus formas y orígenes)

 

12.  THE EMPTY THREATS - Monster Truck Mondays

 


Me van a perdonar, pero no sé si será porque de los 16 a los 30 el postpunk fue el 70% de mi dieta musical. Que me cuesta horrores no pensar que gran parte de bandas de ahora que tan de moda están, lo hace con un manual del IKEA (misma llave, misma estructura, mismos tornillos, mismo todo y fácil claro) bajo el brazo.
Así que imaginaos. Cuando yo os diga que estos australianos son de lo mejor de este año de largo, y de lo poco que me han dado gustirrinín.
Y me explico, porque no se trata de inventar a estas alturas la goma de pollo. Ahora, también te digo que solo le pido a la vida, poder huir de la distrofia musical con una pizca de imaginación y versatilidad.
(Stuart Patterson y compañía, están en esa excitante encrucijada del exhibicionismo, el romanticismo y la crudeza hereditaria de los Gang of Four, pese a que es la portada más horrible del año con creces)

 

11.  CROCODILES - Upside Down in Heaven

 

No creo que haya demasiadas bandas a día de hoy, capaces de flirtear con tanta soltura y falta de pudor, a la vez que con rigor, la paleta de estilos molones que manejan.
Esta vez, dando un salto de lo oscuro y eléctrico. A un bendito y preciso homenaje a los mejores tiempos de Siff Records, mezclado con la rítmica locomotora ramoniana, y una sensación perenne de estar pasándolo de lujo en una playa californiana de los 70`s.
(canciones que funcionan con una mecániza riff/rítmica infalible y contagiosa, y que milagrosamente nos transportan a tiempos que imaginemos terriblemente desenfadados y necesarios)