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domingo, 26 de noviembre de 2017

GEORGE BEST Y LA IMPORTANCIA DE SER KEVIN_30th




No os lo vais a creer como corrían, saltaban y resoplaban entre el sudor de un Otoño más que inminente. Porque si hay todavía alguien que discrepe en la capacidad de embeber de tiempo y edad que tiene la música, a los leones con él!!

La mirada atónita de los virtuosos del jazz que decoran la Nova Jazz Cava de Terrassa, fueron testigos del extraño suceso:
Las luces confluyendo sobre el skatalítico escenario del coqueto auditorio de artesonados, apantallados, la forma de la platea; que bien podía ser la de una ermita en lo alto de un promontorio. Y un puñado de acólitos donde ya por tiempo, ni jerarquías o galones hay que valgan. Si no es la palabra y el acorde a golpe de “Oh Why do you catch my eye, them Turn Away?” los que prácticamente resumen el secreto del elixir de la eterna juventud.


GEORGE BEST se publicaba hace una treintena de años bajo el techo de Reception; prácticamente autoeditado. Y allí, en su flamante 1987 de puente colgante, entre la herencia punk de finales de los 70 y lo que sería el rebrote del indie como un alka-seltzer a punto de ebullición. Treinta años después, sigue siendo uno de los más frescos testimonios del Pop ganzúa. Con el que forzar ese cofre que explica de que va el indie de la era verdadera.
Ese mismo que el pasado 5 de Noviembre, a base de melodías. Acabo convirtiéndonos a los allí presentes, en niños de ojos brillosos con su juguete favorito entre las manos.
Hubo incluso algún que otro relevo generacional de padres a hijos: De padres que se vuelven criaturas momentáneas, y de abuelos que invierten su reinado en timbas de tengui y falti; que si no fueron todas, sí los amuleto.

The Wedding Present, ya tan solo con el bueno de David Gedge al frente. Ha sabido rodearse de discípulos aplicados, en eso de dar a su temario más clásico el tono adecuado. Y a sus nuevas composiciones la entidad acorde con su evolución.
El cuarteto de Leeds, no es que haya cambiado o se mantenga tenaz en un sonido de culto estático. Sino que ha sabido como pocos, contextualizar la idea del Pop de guitarras en su tránsito hacia la actualidad: Mezclando y equilibrando la sonoridad de su primera época, la de Seamonsters, la reflexiva de Take a Fountain, e incluso la de Cinerama. Dando con ello, a un sonido flexible y maleable como pocos podrían imaginar en una banda como los Wedding Present, con fama de tener recursos limitados y un sonido pretoriano. Sin embargo, su frenética actividad desde hace ya quince años los ha hecho justos merecedores de por lo menos: la justicia de debatir sobre la equidad entre su pasado/presente.

Y lo cierto, y esto es una opinión totalmente personal, creo que no hay tal discusión; descartando la mera cuestión de gustos.
Porque una cosa es el deseo que tenga uno de poner los ojos en blanco y alcanzar el mantra con las canciones de su juventud. Y otra bien distinta, el recorrido fondista que tiene su temario; y sobre todo el menos agradecido para la crítica.
Arrancar en frío con un “Once More” a pico y pala por ejemplo, es de ser un padre muy cabrón. Ver que tus pies quieren elevarse del suelo, para volver a un “Yeah Yeah Yeah” Watusi. Y forzar su lado más simbiótico Cinerama/Wedding con “Girl in DDR” de una pobre y abandonada Valentina. Si es que los hay todavía empeñados en mezclar churras con merinas.

Y es que además, meterlo en un contexto de chip George Best ochentero, que es lo que todos esperábamos. Es de tener las pantecontepantes muy bien puestas; y me encanta!!:
Ahora que un “Corduroy” del Bizarro. Y ahí, cuando más apuntito estás... la preciosa “Perfect Blue”. Pareciendo todo ello y ante mi creciente impaciencia, un curso intensivo de la vida de los de Leeds en seis actos.
Porque amigos. Aun y apurando el suspense. A estas alturas de función, Wedding Present siguen guardando caramelos en el forro de su roto bolsillo al estilo de sus mejores caras B sorprendiéndote con un “England” instrumental, descomunal. Que nos preparó con modularidad y suspense Hitchcockiano lo que vendría a ser: -Y de repente Felicidad?

Ya lo decían hace 35 años Edwyn Collins con los Orange Juice, y lo repetían los Wedding cuatro años después: Now I'm in a stupor
Behind the scenes which say
This was is OK
The clarity of my eyes
Shines both in memories of past victories
Fine scenes shining while, shining white
FELICITY a fin de cuentas. Que aunque no sonó, basto con ese brillo de ojos, los aullidos y las sonrisas, que parecían ser un mismo reflejo de la de David; porque su sonrisa lo delataba.

Sonaba “Everyone Thinks He Looks Daft” trotando rocinante como los cascabeles. Afinando y modulando las guitarras en un ejercicio más Pop que Punk y luego... “What Did Your Last Servant Die Off?” pareciendo brillar el sol por encima de unas montañas en plena noche del Domingo: igual que ese preciso whiskey después del café que te quita veinte años de un bofetón. Sabes que hay canciones del George Best, y hay muescas todavía recientes en tu piel de cuando la vitamina joven todavía relucía. “Don't Be So Affraid” flojeando las piernas y así hasta trece, entonándose in crescendo ascendente, de quien bebere y mamare guitarras de las que arañan en plenos 90 veinteañeros.
A Million Milles”, “All This and More”, “My Favourite Dress”, “Shatner”, “Something and Nothing”, “It's What You Want the Matters”, “Give me Love to Kevin”, “Anyone Can Make a Mistake”, “You Can't Moan can You?” y un “Bewitched” incorporado a la fiesta; como la guinda del pastel.





No sabría decir si fue Kevin quien me partió en dos el corazón. Si fue el abrigo de buenos, grandes y viejos amigos con hijos que pueden ver a sus espaldas. De padres/hermanos que suben por el helio vaporoso que despidió ese último pacto diabólico de D. Gedge con su pasado. O porque si las cosas cuando se hacen por que sí, y porque apetecen a fuerza de darle kilómetros y betún a una Capitone Mercedes; tienen eso: QÍMICA.
Huesudas y formidables odas al fin y al cabo, que se levantaron como benditos resucitados; y con ellas nosotros de la mano.
Siento que nos elevaron, que cerramos los ojos pero que todo transcurría como las moviolas: de adelante hacia atrás, al unísono. Que hay discos y muchos esenciales o míticos, pero pocos que deberían pertenecer a la escuela de primaria, caligrafía y ABC de la música esencial, donde el Pop es (la verdad absoluta y más inocente de mi vida).
Y que aunque uno pueda creer que su criterio es débil en nostalgia . Tanto que a uno ya a estas alturas se le hace una duda discernir la legitimidad de andar siempre hacia adelante, morderse la lengua a la hora del: - En mi época si que!!...O dejar que todo pertenezca a una simple mirada cómplice. George Best forma y formará parte de ese pequeño universo Pop rudimentario de barrio, que ahora nadie se atreve a emular. Igual porque hay cosas que pertenecen a décadas y sus habitantes. Secretos bien guardados. O demasiado querer parecer lo que no se es.
Pop desnudo, sincero, ingenuo y salvaje en la simpleza de sus acordes... Y pese a todo, inigualable en tiempo y actitud. De revisión obligada si se quiere entender de que sin pequeños no hay grandes que valgan, y lo más importante:
Que treinta años sigan ahí, indelebles y tocadas como los ángeles. Con más pasión si cabe y sin el desgaste de los años. Con un autor fiel a su idea de concebir el romanticismo Pop, a base de enriquecerlo sin la más mínima intención de cambiar. A golpe de furgoneta, con un perrito y unos chavales que insuflan más vida que la que nos quitó la edad.

PRIVILEGIO

jueves, 18 de octubre de 2012

DAVID GEDGE y WEDDING PRESENT: LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO. Sala Sidecar Factoy (Barcelona) 16/X/2012




David Lewis Gedge , natural de Bramley (Leeds) , pero criado y amamantado en Manchester. Promoción del 23 de Abril de 1960 y corredor nato y solitario en la era del Pop confitado.
Perfecto arquetipo “athléticomusical” en el “indie” nuestro de cada día , que ejemplifica con clarividencia la constancia en su carrera musical como fondista experimentado. De la misma manera que la athleta Etíope Tirunesh Dibaba , en un ejemplo de tenacidad y empeño; ilustró en la final de los 10.000 de estas últimas Olimpiadas , como gestionar con paciencia , sufrimiento y perseverancia la soledad del fondista.



Van ya por 30 , los años que lleva David pegado a un micro a lomos de su guitarra. Desde que decidió ser un obrero peón de esto que llaman Indie Music; con la germinal banda THE LOST PANDAS , y hasta la presente con THE WEDDING PRESENT como eje principal de su longeva carrera.
Su estatus de abanderado de aquella incipiente oleada de bandas que dieron un nombre propio a la escena independiente de mediados de los 80 , e influyente en otras tantas de los 90 (Pavement y su versión de Box Elder y Ash con los que formalizó su primera producción); a ido cambiando progresivamente , desde aquellos inicios de GEORGE BEST y BIZARRO. Pero David , quizás ha sido de los pocos que han evolucionado su sonido a los devenires del movimiento alternativo: Avanzando en los matices de su discurso , sin perder la esencia de su sonido; algo que para algunos es inexistente , pero que sin lugar a dudas nos presenta a un David Gedge del que asumimos su revisión de todo un inventario de canciones de amor ásperas y despechadas. Y que además revaloriza con los años aquellas melodías poco entendidas por el grueso de las modas.



Es inevitable así , comprobar como discos de la crudeza de SEA MONSTERS , SATURNALIA , MINI o WATUSI nos retornan sus canciones tras un impasse silencioso de casi diez años; con un carácter más contemporáneo y atemporal si cabe.
Es ahora pasados 16 años , cuando tanto los que empecemos escuchando a unos Wedding Present acelerados y poéticamente Punks , los que los descubrieron en su faceta sesentera de Cinerama. O incluso los que solo saben de ellos por el aclamado Take Fountain , el rendirnos sin tapujos a un consenso general.
Digo yo que entonces aquel experimento a lo Dusty Springfield depositado en el debut de Cinerama “Va Va Voom/1998” , y su posterior mutación en “Torino/2002” hacia la verdadera bestia que es Wedding Present; tenía un sentido realmente didáctico y docente , en la difícil tarea de mostrarnos a David Gedge: Como un crooner surgido de las catacumbas del Punk , pero con un radiante y atemperado poso directamente ligado al Pop de los 60 e incluso a la contracultura Beat de la Velvet.


También es lícito pensar en la microscópica repercusión que siempre ha tenido la insistencia de su discurso: Prefiriendo él enriquecer su caldo , a cambiarlo (evolución vs. revolución). O que la mayor parte del joven público solo sea capaz de asumir los conciertos como un gran evento festivalero con muchos watios de sonido (latifundios mercantiles).
En cualquier caso buscar los motivos por los que un sonido , grupo o carrera son cubiertos o no al milímetro por el séquito de periodistas con más o menos perspectiva y acordes con la longevidad del afectado; en la mayoría de los casos solo obedece a la imperiosa necesidad de ofrecer algo nuevo al consumidor. Algo así como la táctica de Danone al cambiarle el nombre a los Petit Suisse o a las Natillas sin en realidad cambiar nada en absoluto , o contar solo los últimos años de tu vida laboral como hace la SS. Puro marketing interesado señores.
Pero para que esto no parezca “la revancha de los nostálgicos”. He de decir en mi favor; que el aprecio que me merece el señor David , esta muy por encima del trauma que me pueda suponer como acérrimo seguidor que soy , el echo de que pocos sean los que le aúpen en el altar; o incluso que para el elenco , se halla convertido en el vecino “cansino” que siempre canta lo mismo.


Algunos pensamos por error , que sus últimas visitas a nuestro país tan solo querían celebrar socorridos aniversarios de sus viejos y más laureados trabajos (Bizarro primero y Sea Monsters después) , nada más lejos. Su último trabajo VALENTINA dependiente al 100% de su sello propio SCOPITONES , tiene los suficientes argumentos para servir de nexo entre todas y cada una de las caras de Wedding Present: Su lado más regateador y nervioso , su amable cara POP , y sus densas espirales de guitarras.



Así y todo , sus conciertos siguen utilizando un eje transmisor para unificar con lógica su extenso repertorio de ocho Lp's , Mini Lp's y multitud de compilados de rarezas y versiones (Hit Parade 1 y 2). Seamonsters sigue siendo ese eje que parece poner paz a los diferentes aspectos de su carrera , sonando como sonó anoche al completo. “Dalliance” y “Lovenest” : Dos densas e hipnóticas arquitecturas de más de cuatro minutos , pusieron el punto álgido en el ecuador del concierto. Dando paso al resto del disco y enfatizando en la martilleante “Corduroy” (una de mis preferidas); lo ciertamente interesante es ver que canciones como “Carolyn” o “Rotterdam” han dado un interesante giro a lo largo de sus 20 años de vida: Tornándolas dos deliciosas canciones Pop , y mostrando sin pudor sus influencias de Velvet Underground y Nico.
Dare” podría ser perfectamente otra de aquellas canciones perdidas de Bizarre , y “Octopussy” se destapó asombrosamente como una despechada canción de amor abigarrado , exactamente como dicta su letra.




Quizás debieron sonar más canciones de su flamante VALENTINA; interpretando estas palabras como demanda , o como exigencia. Algo por otro lado a lo que acostumbran a dar elegantemente esquinazo , la mayoría de bandas que tienen en el pasado la mayor parte de su legado compositivo (James , Echo & the Bunnymen , Throwing Muses). Lo cierto es que no creo que desentonaran en absoluto , de echo la apertura con “End Credits” ya hizo crepitar los viejos adobes de la minúscula sala SIDECAR , con la batería a cuatro manos de Charles Layton y Patrick Alexander , junto a la imponente Pepe Le Moko.
Sin embargo la cosa se quedó en tan solo un amago. No es un reproche , pero creo que es uno de esos riesgos que ha de asumir y superar el espectador y el músico: El echo de no encerrarse en sus himnos triunfales y dar la misma oportunidad a las nuevas composiciones.
Con James ya pasó en la gira de Hey Ma , y las canciones ganaron muchísimo en directo. Con Valentina sin embargo nos hemos quedado con la miel en los labios: “Deer Caught in the headlights” , “The girl from DDR” , “You Jane” y “Back a Bit Stop..” sonaron en la primera parte del concierto intercaladas inteligentemente y fuera del guión de la setlist. Por eso a algún cronista de Mondo Sonoro se le escapó ese buen puñado de canciones: ¿no ha escuchado el disco? ¿estuvo en el bar hablando? Qui sa..

En cualquier caso , no es por tocar las narices , pero al igual que me pasó con The Cure en el 2000. Cuando no tocaron mi querida “The Last day of summer..” tras 3 horas de concierto. Ayer me hubiera encantado escuchar “524 Fidelio” y “Mystery Date” , dos de las grandes gemas poperas de Valentina; lo confieso , soy un popero irreductible.
Igual fue eso lo que le pasó al cronista de Mondo Sonoro?? A cambio si que sonaron otras que no estuvieron en las dos últimas visitas de Boy Gedge: “Sports Car” de aquel maravilloso mini Lp MINI PLUS de 1996 , “Click Click” del por entonces maltrecho Watusi 1994 , el siempre agradecido “My Favourite Dress” o un cierre digno de la ocasión como “What have I said now” del Bizarre. ¿Pudieron sonar otras? - Evidentemente!! ¿Acaso piensa alguien? ¿Que una banda con 11 discos a sus espaldas , y un bagaje que tan solo los trajo aquel debutante FIB de 1995 en el Velodromo; puede , debe o está por preservar su mito?
The Wedding Present han pasado ya por tres generaciones: Los primeros y más avezados “indies” que ojeaban las páginas del Melody Maker y NME para descubrir lo que se cocía en UK hallá por el 1987. Los que vivieron la eclosión del Brit Pop , o renunciaron a él abrazando a Pj Harvey , Yo la Tengo , Sonic Youth y otras bandas de guitarras como los Wedding P. . O los que finalmente los descubrieron por Cinerama y su última refundación.



Wedding Present volvieron a sonar demoledores. Primero encajonados en un escenario de dimensiones Liliputienses , donde se podía tocar con las manos la bóveda de la histórica sala Sidecar , después atrincherándose en el pequeño tamaño del Club , y pese a que la batería tuvo su dosis de solista. Las otrora sangrantes guitarras de la banda de Leeds , se desplegaron con una dulzura inusitada al tamaño menguado por los escasos fieles que allí nos dimos cita. Sonaron por así decirlo , perfectos si se tiene en cuenta la energía desplegada en su última visita a la sala Apolo 1 , cuando venían a homenajear las guitarras aceleradas de BIZARRE.
De eso ya hace cuatro años en los que vimos una vez más que con 50 años David Gedge sigue siendo la guitarra más veloz del Pop Británico. Si en aquel año ya tenía una estupenda banda secundándolo , anoche pudimos comprobar que para ser 16 los músicos que han acompañado a David en su carrera: Charles Layton , Pepe Le Moko y Patrick Alexander se complementan a la perfección en un maravilloso viaje por los casi 30 años de la banda de Leeds.


Posiblemente el cronista de Mondo Sonoro siga pensando que se ha roto uno de sus mitos; aunque yo personalmente pienso que mitificar solo puede llevarte en una dirección errónea: Bien sea para no tener el suficiente criterio y olerle los pedos a tu mito sin asumir el más mínimo desacierto; o mitificarlo para después juzgarlo. Seguramente hay un término medio , en el cual uno debería disfrutar de la evolución del músico como persona y como creativo independientemente de la dirección que tome. Al fin y al cabo , ni él como creativo y persona está exento de cambios , ni nosotros como seguidores.
Para mi desde luego y para la fiel concurrencia que se dio cita un intempestivo Martes en el casco viejo de Barcelona: Por las caras de satisfacción que se veían y por el ambiente familiar , de aquellos en los que sabes que allí tal día como ese y sin apenas publicidad , solo van los fieles amantes del riesgo. No es que no se rompiera un mito , si es que alguna vez halla pretendido el bueno de David serlo. Es que se reafirmó el músico como tal , de aquellos músicos que se forjaron en pequeños clubs como Sidecar , y que además como bien decía él en una entrevista de hace un par de años , asume su estatus a las escenas cambiantes:
La gira conmemora los 20 años de la publicación de Bizarro (1989) ¿Cómo ha cambiado la escena musical desde entonces? ¿Qué echas de menos de aquella época y qué ventajas hay ahora respecto a entonces?
Bueno, el cambio más grande en la escena musical de los últimos veinte años ha sido tecnológico, por supuesto. Poco después de que The Wedding Present comenzase vimos el nacimiento del compacto... ¡y ahora parece que estamos siendo testigos de su muerte! Los ordenadores han hecho la grabación más barata y fácil... por ejemplo yo no podría haber grabado con mi otra banda –Cinerama- como quería a mediados de la década de los 80 ¡porque hubiese sido demasiado costoso! Y Internet es una herramienta maravillosa para permitir que la gente descubra la música, pero al mismo tiempo ha significado que se reduzcan los ingresos de los músicos. Los artistas tienen que buscar ahora otras formas para sobrevivir. Así que estos son tiempos muy interesantes y es emocionante estar involucrado en una industria que está cambiando continuamente.



Lo verdaderamente remarcable , es que aquel Martes de Noviembre volvimos a revivir los escenarios primigenios de la inexistente escena independiente de finales de los 80. Donde las bandas podían sentir el aliento del público , el músico se mezclaba con sus fieles , se intercambiaban pareceres y se tenía al grupo a tu mismo nivel , tan solo un palmo por encima del espectador ¿Acaso importa lo que ha decidido tocar? Pura cercanía , eso , permitanme la osadía , no se vive en un Festival ni de lejos.


PD. Como habréis acertado a comprobar , esto , pretendía ser un amago de monográfico , que a acabado en crónica extensa. Para acabar de rizar el rizo , e inmerso todavía en la emoción del acto. Me he impuesto el difícil reto de condensar su inventario musical en un pupurrí; donde desde luego , tan solo están algunas de mis canciones preferidas.
Sirva esto para aquellos que no conocen los derroteros de WEDDING PRESENT , aprovechen para descubrirlos , si no lo han hecho ya.



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