lunes, 28 de abril de 2014

PATINADORES A SUS PUESTOS!!: 2ª SUCESIÓN DE CANCIONES Y DIÁSPORAS MUSICALES.

PAUL HILL 1941



#PRÓLOGO:
Miguelín no quería volver al cole no,no, y no!! Solo patinar y patinar, acompañado o en soledad, pero siempre patinar.
Su madre; una enorme rolliza y arrugada mujer de tez grisácea. Le daba órdenes, consignas, e instrucciones; mientras lo agarraba con fuerza del brazo, pendiente arriba hacia las escuelas. Pero en su interior una enorme fuerza parecida a los contrapesos de una gran puerta con baldas, le impedía obedecer las órdenes propias de un adulto.
Era la única neurona existente que le patinaba cual ratón en su esférica atracción. Pero aun así, solo deseaba seguir contemplando el rumor de las olas al deshacerse en la arena. Allí observaba ensimismado la sinfonía Mediterránea, mientras se deleitaba mirando a su “mini yo” juguetear con la arena húmeda: Una miniatura de su “doctor maligno” interior; consentida, mimada y malcriada. Que ensalzaba la perenne infancia que preservaba, pese a su casi metro noventa y cien kilos de torpe cuerpo. Apuntalado de abajo hacia arriba como si de un Capgròs de tratara.


Su pánico por los fondos marinos era directamente proporcional a la fascinación que le producía hundir sus dedos en la arena húmeda: Notar los granos de arena apelmazados en sus manos, amasarlos, compactarlos y construir frágiles puentes y depresiones para que el agua se empachara de ella... y vuelta a empezar. Una sedante sensación que blanqueaba con cal perfumada su mente. La misma que oír el giro continuado de los cojinetes de su patín, rodar pendiente abajo: Hipnótica y mántrica a la vez que contemplativa, la sensación de observar sin un punto exacto donde concentrar la mirada.
Esa misteriosa sensación que creía ya olvidada, en la que un secreto mecanismo del cerebro nos hace pasar de la euforia al desencanto y viceversa; cuando los problemas revolotean en nuestra cabeza. Y que solo el efecto curativo de la música, modula con incierta dirección.



#CAP_1: FUTURE ISLANDS_ SINGLES


Por eso, y ahora más que nunca, me puedo imaginar ante el espejo asiendo cualquier elemento de la decoración, y exteriorizando aquello que nos hace sentir la música. Esa especie de catarsis mántrica que redunda en una expresión corporal, hasta cierto punto cómica y grotesca; seguramente para aquellos que no sientan ni frío ni calor con la música. O quizás para los que le da pudor mostrar su lado más visceral.
Samuel T. Herring es evidente que no es de los que siente esos prejuicios. Empezando porque no es ni el prototipo de hipster ilustrado. Ni parece importarle demasiado lo que pensará el resto de mortales sobre su forma de llevar al límite su interpretación; como si no hubiera un mañana.

Y en éste su tercer trabajo. FUTURE ISLANDS parecen haber encontrado el equilibrio casi imposible entre la frialdad del Pop sintético, y la interpretación vocal llevada al extremo de su líder. Sus dos anteriores discos no cosecharon grandes elogios, y fueron pocos los que se vieron reflejados en esos cantos a los corazones rotos. A los adolescentes heroicos ignorados, o a los románticos pasados de moda.
Singles/2014 es el mejor ejemplo de la capacidad que puede tener la música para congeniar dos polos opuestos: Lo electrónico y lo espiritual, y conseguir que la banda de Baltimore vivan su minuto de gloria con “Seasons (Waiting on You)”. Una de esas canciones que surgen cada cierto tiempo, para consensuar la belleza innata de aquellas melodías, que aciertan con la romanticomelancolía épica. Imposibles ellas de no canturrear, o de escuchar en modo repeat.


Aunque más allá del éxito inmediato de la canción que adelantemos en la última play. Es en canciones como “A Dream of you and me”, o “Doves” donde mejor se puede otear esa comunión natural entre el Pop electrónico romántico del Upstairs at Eric's de Yazoo. Y el erotismo espiritual del Funk/Soul atormentado de Marvin Gaye. Explotando aun más esos medios tiempos tan lucidos que ofrecían con cuentagotas en “Vireo's Eye”, “Walking through that Door”, o “Balance”; de sus primeros discos.
Un trabajo al que se le va cogiendo cariño al compás de esa maravillosa mezcolanza de electropop retro, que tanto bebe del pasado: La mayestática melancolía de “A song for our Grandfathers”. Esa turbadora forma de modular y contener la escasa y gutural voz de Samuel T. Harring en cortes como “Light House”.
O ese funambulismo donde las escasas armas para defender el argumento de esta banda de perdedores (un bajo, unos sintes, y una batería). Ceden la primera línea de fuego a un carismático líder. Quien maneja como un apasionado niño las escuálidas miniaturas de SynthPop ascendente, tales como: “Back in the tall Grass” o “Spirit”. O la tremenda “Doves” donde parecen conjugarse la ciencia tecnológica, y el alma del Soul negro. Creando algo que eleva, y que gana una barbaridad con las incisivas escuchas.

Lo cierto es que el secreto de su repentino éxito es uno de esos fenómenos, a los que poca explicación lógica se le puede dar. Ni su último álbum se tanto mejor que los anteriores, ni han variado demasiado su patrón de trabajo. Eso sí, es totalmente merecido, y elaborado en la sombra y con total independencia del mercadeo.
Además, uno no puede evitar alegrarse de la popularidad de una de sus bandas fetiche, independientemente del precio que deban pagar por su éxito.
Habrá quien se desengañen con su propuesta y quien los descubra. Pero lo que es indudable es que Samuel T. Herring se muestra tal y como es sobre el escenario: Ni intenta disimular sus carencias vocales, ni surtir su espectáculo con una musicalidad excelsa. Posiblemente una de las bandas más honestas y felizmente sinceras sobre un escenario.


#ANGEL OLSEN_BURN YOUR FIRE FOR NO WITNESS


Ahí fuera hay otros mundos que se alejan desbocados, en busca de algo que nos demuestre que los caminos por trochas y senderos son más emocionantes.
Esta joven de Missouri no ha necesitado experimentos gaseosos y fugaces. Y sus colaboraciones con Emmet Kelly y Bonnie Prince Billy la han dotado del suficiente terroir, para ofrecernos uno de los discos con más chicha del presente año: Una conjura donde ternura y aspereza parecen dar a luz a un híbrido entre Kirstin Hersh y Hope Sandoval. Un robusto árbol que da los frutos del Folk chirriante, de las texturas rugosas, y del sabor de esos caquis verdes que dejan ese paladar áspero, proyectado de taninos y dulzura. Aunque el suyo es uno de esos membretes evocadores, que lo hace más por la familiaridad de su timbre vocal, que por un parecido real.
 

Sería una crueldad comparable a poner en una rueda de reconocimiento a todas las jóvenes y viejas folkies; (Marissa Nadler incluida). Y descartar la afección por considerar que todo suena más o menos igual.
Pero Angel Olsen tiene algo importante que juega a su favor. Y es que no se limita a musicar sus emocionales textos con la candidez y desolación de un Cauntry Folk previsible. Si no que prefiere extralimitar la jurisprudencia del Folk de raíz, con lo que sería un camino abrupto y rocoso. En primeras instancias con los restos esqueléticos de “Unfrucktheworld”: Los restos abandonados de una relación, que nos pone un punto de partida con trampa; tantas como estemos dispuestos a afrontar. Como si quisiera sacudirse el peso del desamor, y arrancar con el vigor de las guitarras las capas rugosas como la piel de una serpiente dolida... Y suenan “Forgiven/Forgotten”, “Hi-five”: Dos bofetones de dos minutos escasos que bien podrían durar una eternidad. Flirteando con los sudarios de Liz Phair, las Breeders de Pod, Belly, o esa quinta esencia de Sparklehorse, donde Mark Linkois deambulaba entre lo tierno, lo salvaje, y lo redentor de “It's a Wonderful life/2001
Y es que “BURN YOUR FIRE FOR NO WITNESS” tiene mucho de eso. De un viaje donde las depresiones montañosas, las llanuras, los grandes cañones y las escaladas de rodilla en tierra. Nos dan un espectro variado y multicolor con el que malear el Folk como concepto. Solo así se entiende el desenlace final de “Windows”: Grande, serpenteante y maravillosa. O esas paradas quebradizas en “Lights Out” o “Dance Slow Decades”. Para luego dejarse arrastrar y arañar por “Stars” y “High & Wild”, donde fluyen perezosas las guitarras dispuestas como finas capas de Lino.


#UN ¿PERDÓN?

Podría abreviar pero no me da la gana. Se que podría gestionar las reseñas de los discos que salvaguardan mi penitencia, y multiplicar las entradas del blog. Incluso ahorrarme el esfuerzo de no perder el hilo tras semejante parrafada. Pero siento que si no dejo un testimonio de aquello que me atrapa, sería como dejar a la deriva una sensación por pasajera que sea; como un diario de abordo que da sentido a la existencia.
Así que más vale que lo miren por el lado bueno ¿imaginen que hablo de cada uno de los artistas que completan la lista? Y den fe que lo haría de buen gusto; pues cada una de ellas son algo más que meras canciones. (#no consideren esto como una amenaza#)




#THE MOVEMENTS_ LIKE ELEPHANT-2


Y sin duda, si hay algo que me motiva especialmente para seguir al acecho de lo que se cuece. Es no dejar de sorprenderme por la fuente inagotable de canciones, de artistas, o de inspiraciones que afloran contra todo pronóstico. Porque tal y como está el tema, el simple echo de que alguien dedique parte de su vida ha componer y a compartir su arte, ya me parece todo un lujo.

Es el caso de este quinteto de Göteborg de los que tengo la bendición de hablaros. Una banda que publica su séptimo trabajo, y que remarca su amor por los elefantes; o quizás por la memoria que éstos poseen. En una perseverancia total por honrar al pasado, con el que estamos todos un poco en deuda.
Supongo que a estas alturas nadie dudará de la legitimidad de las nuevas bandas, a la hora de aprovecharse de los mil y uno estilos de los 60's y 70's. Aunque siempre habrá formas y maneras de hacerlo: Convirtiéndolo en algo nuevo, o respetando a toda costa su esencia. Estos Suecos son de los segundos, y en su forma de bajar a las catacumbas tienen una cierta concordancia con sus colegas Soundtrack of our Lives. Para los incautos que piensen, que lo nórdicos son excepcionales e higiénicos imitadores.

Este vendría a ser un continuista segundo capítulo de una especie de inventario histórico. Donde no solo es la Psicodelia de la Costa Oeste es la que hace girar las manijas de su particular homenaje a la música. También lo es el del Pop/Folk y el del Rock universal con claras influencias del viejo Neil Young.
Tan solo basta con detenerse un instante, cerrar los ojos y dejarse elevar con piezas como su “Six Feet Under”, “Redemption”, o “Winters Calling”. O suficiente para aprovechar este balsámico disco y reptar hasta caer en el del pasado año “Like Elephants 1”; aun mejor que éste último, y donde joyas como “David's Song” o “Two Tongues” brillan con luz propia.



# SEGUNDO CAPÍTULO: (TRAGO, RESPIRO, Y ADELANTE)

Para este último bloque con el que concluir estas concurridas listas musicales. Me voy a reservar el derecho de prescindir del zoom, con el que remarco la importancia relativa de un disco/banda. Y vamos a pasearnos de forma más panorámica, por algo tan sencillo como darle su sentido inicial a estas Plays (Mensuales, dúomensuales, trimestrales y lo que te rondaré morena): Que no es otra que compartir con cualquiera que le interese perder un precioso tiempo de su vida, en paisajear con aquello que considero merecedor de atención.
Ya se que hay infinidad de cosas que se escapan por las rendijas del tiempo y la atención; y benditas y bien aventuradas sean, porque ellas serán las que nos seguirán sorprendiendo a lo largo de los años (ya sin la etiqueta de novedad). Es el caso flagrante de bandas como Danny & the Darleans y Clubfeet; ambos del 2013 e igual de novedosos para quien como yo, los pasó por alto.



Uno de los buenos motivos, por ejemplo, por los que perder un instante en descargar la PLAY de este segundo trimestre. Y repasar las virtudes y defectos de lo que ella incluye: Bandas con recién estrenados discos, adelantos en forma de Ep, o simples canciones que despierten el mínimo interés por propuestas curiosas, poco conocidas... Excusas en definitiva para descubrir.
Es por ejemplo, el hervidero de creatividad que llevamos en el ámbito nacional estos últimos años. Discos y ejercicios estilísticos a los que ha moldeado nuestro maltratado país, con prosas que van desde la acidez visceral de PABLO UND DESTRUKTION: Quien ahora ya con banda, desgaja el folklore Asturiano y lo machuca con la crisis industrioexistencial de la región minera.
Dando una pócima donde los versos en forma de salmos ofrecen una realidad tan cruel, que a veces parecen cuentos de H.P Lovecraft. 
 


Hasta la cotidianidad de los Barceloneses SAMITIER, quienes prefieren la poética proletaria. Para reflejar que en el día a día cotidiano se encuentran las peores miserias; las aceptadas como una penitencia de por vida. Aunque en definitiva el colorido de su Pop caleidoscópico, acabe por transmitirnos esperanza y ánimo por seguir adelante. Dando así un doble sentido al nombre del mítico delantero del Barça, Josep Samitier.




Pero también hay otras maneras de soportar la pesada carga de mierda que nos echan los de arriba. Y no siempre hay que fustigarnos con el lamento, también debe haber momentos para ironía, la frivolidad, y el esbarjo; aunque solo sea por pura higiene.
De eso saben un rato los Gallegos NOVEDADES CARMINHA, de quienes todos conocemos su desatendida forma de tomarse la vida. Con su nuevo trabajo “Juventud Infinita”, tenemos a un trío más comedido y profesionalizado, menos sucio y garajero, y sobretodo bastante más Pop y Nuevaolero.
Eso sí, sus discos siguen siendo igual de disfrutables y vitaminados. Ese tipo de cosas como las que hacen Juanita y los Feos, o Las Ruinas. Que hacen que la vida sea más llevadera, bajando la guardia lo justo para coger más carrerilla.



Más cosas que quiero contaros antes de que censuren mi verborrea incontenible e insoportable. Discos grandes grandes que se merecerían una entrada entera para ellos solos: WAR OF DRUGS, TIMBER TIMBRE, o... HAUSCHKA.
Tres discos impresionantes e imprescindibles, ellos tres diferentes y con destinos diferentes. Pero que confluyen en una sola idea irrebatible: La del disco como símbolo magnánimo de la creatividad sin fisuras. Donde la mera canción o single, se queda tan paupérrima y poco fiel ante el alcance de la obra, que solo se puede apreciar su magnitud, con un paladeo tranquilo y sosegado. Masticarlo, paladearlo y digerirlo con la lentitud del tiempo.

#WAR ON DRUGS_LOST IN THE DREAM

Del disco de WAR ON DRUGS; banda que parece haber amortizado la huida de Kurt Vile mejor de lo que nadie hubiese imaginado, creo que ya está todo dicho. O por lo menos son ríos de tinta los que se han vertido en elogios; nada gratuitos por cierto. Un disco de aquellos que se publican cada bastante tiempo. Y que reconcilian a grandes y pequeños, con tan solo tirar de aquello que ha estado ahí toda la vida. Para ponerlo al servicio de la canción y de la obra en si misma.
Es curioso porque siendo un disco que suena tan y tan clásico, ha conseguido poner a sus pies a la crítica más moderneta del lugar. Y es que pese a que estén a la búsqueda y captura constante del Santo Grial, a veces todo es más sencillo de lo que parece. Porque vamos, que no hay más secreto en la música que la inspiración y la melodía. Al margen de lo que quiera hacer creer el establishment; en lo referente a la caducidad de ciertos géneros musicales.

En Lost in the Dream; el tercer disco de la banda de Philadelphia. Se pueden entrever si uno cierra los ojos, a los Dylan, Waterboys, Knoffler, incluso a Pink Floyd y Alan Parsons si me apuran. Y es que la cosa anda entre lo familiar y arrulladora que es la voz de Adam Granduciel, y esa especie de ascensión a los cielos en la que se acaban convirtiendo sus frondosos temas. Una especie de masaje sensorial que nos reverbera a pasajes del pasado, y hacen que al escucharlo uno piense que la obra ha estado ahí toda la vida. Vamos un disco atemporal, candidato a ser de lo mejor de este año.


#TIMBER TIMBRE_HOT DREAMS
#HAUSCHKA_ABANDONED CITY

Y hablando de sueños y texturas, no podría finiquitar esta kilométrica entrada. Pasando por alto dos de los discos con los que más, y mejor he buceado estos últimos meses de contemplación.
Son dos discos radicalmente distintos a lo anteriormente reseñado, y que nos llegan de dos mundos opuestos: El del pianista Alemán Volker Beltermann aka. HAUSCHKA (como el del científico Rudolf Hauschka). Y el de los Canadienses TIMBER TIMBRE; quienes han permanecido a la sombra de Arcade Fire todos estos años (aun no teniendo nada que ver con la famosa banda)

El caso de TIMBER TIMBRE es curioso desde el mismo momento en el que fueron nominados como mejor banda Canadiense en 2011. Y se dieron con un canto en los dientes al ser elegido el Suburbs de Arcade Fire. Quizás éste no sea un dato lo suficientemente relevante para medir la popularidad de una banda ¿Acaso alguien se deja guiar por el criterio de una gente tan rara, como esa que vive tan y tan al norte? Y que además tiene la cabeza partida. Pero para aquellos bichos raros como yo, que no les quitan el ojo de encima desde que tropezaran con The New Pornographers y The Dears. Olisquear todo lo que allí se produce, se ha convertido en un ritual apareomigratorio consuetudinario.
De todos modos a ellos tampoco pareció afectarles demasiado; por otra parte normal. Pues su trayectoria como quinteto paleotológico-musical, les pierde más por su experimentación vocacional, que por un empeño comercial.
Su quinto disco de sueños húmedos y calientes, tiene tanto de liturgia ceremoniosa. Como la innegable presencia de Leonard Cohen en toda su remembranza. No solo por el tono suntuoso que imprime Taylor Kirk a sus versos masticados. También porque la música de estos cirujanos del arreglo delicado, no sigue un camino estilístico encorsetado: La música fluye delicada y tan solo se deja llevar de manera natural, como la marea y la Luna.
Entre sus surcos florecen las sensaciones de Trip Hop oscuro de “Beat the drum Slowly” o “Resurrection Drive part2”. Las cadencias Pop de papel couche de su primer single “Hot Dreams”, o la matemática krautrockera sensual de “Curtains!?”. Pero lo que acaba resaltando de forma majestuosa sobre muchas de sus composiciones y de su estética sonora. Es esa carga melancólica de Jazz maldito, de Blues desarmado. Y esa elegancia perturbadora que nos remite a Johnny Cash, a Roy Orbison, Richard Hawley, y a la desolación fantasmagórica que imprimía Ennio Morricone a sus bandas sonoras: “Rum from Me”,Grand Canyon”, o “The Three Sisters”.
Hot Dreams sí, tiene mucho de cinematográfico, y mantiene un equilibrio desconcertante entre lo decadente, lo solemne, y lo elegante. Puede transmitir de la misma forma sensaciones de desazón, y de hermosura en blanco y negro.


VOLKER BELTERMANN también es un maestro en tensar el hilo. De hilvanar la aguja de su instrumento, el piano. Y de tejer telas de araña polifónicas, donde cada pespunte anárquico acaba confeccionando impresionantes tapices con brocados y bordados imposibles.
El suyo es un disco en el que se han intentado construir las atmósferas, y la estructura de la canción. A base de solapar capas con tecleos a veces incoherentes, otros surrealistas. En muchos casos parece una sinfonía inconexa, que no cobra sentido hasta que se entra en su mecánica de composición. Entonces aparece la verdadera belleza de este disco que se desenvuelve en un terreno, que va desde la estructura electrónica propiamente dicha, pero en una clara dirección hacia lo clásico y lo sensorial.
Otra manera de concebir la música a la que posiblemente no estemos acostumbrados. Y en la que se usa exclusivamente el piano para extraerle sonoridades imposibles. Para edificar de una manera totalmente libre ambientes que van desde la tensión de “Elizabeth Bay” o “Bakerville”. Pasando por lo étnico en “Thames Town” y “Bakerville”. Y consiguiendo la máxima expresión en composiciones tan fotogénicas como: “Pripyat”, de un suspense abrumador, la enternecedora “Who Lived Here?”. O la delicada “Adgan”, que junto a “Craco” y “Stromness” nos pueden evocar a Michael Nyman, Patrick Watson, o a Owen Pallet; como a perfectas bandas sonoras.
Es cierto que es un disco que exige cierta predisposición y momentos muy determinados. Pero también es un disco capaz de generar atmósferas increíbles. Sobretodo si se tiene en cuenta la metodología y las herramientas usadas para llevarlo a cabo. Para mi desde luego, uno de los discos más originales y paradisíacos en lo que va de año.


Y aquí termino no sin antes recomendarles, no solo la escucha atenta a bandas como: Los Neozelandeses ROKU MUSIC, al precioso y escuálido disco de CHAD VANGAALEN o WVWHITE, o al sugerente nuevo disco de SPAIN. También me atrevería animarlos a que indagasen en propuestas más divertidas y eclécticas, como los son el nuevo y energético disco de ETERNAL SUMMERS. El de las Japonesas CIBO MATTO, o los bailables y sugerentes de CLUBFEET y EAST INDIA YOUTH.
Todos ellos están ahí por la proyección de los discos que les dan cobijo, y que me han maravillado estos meses. Y que no son más que otra fantástica oportunidad de dejarse llevar y... porqué no, confiar en mi poco acreditado gusto.

SEAN FELICES Y... no me hagan el feo, descarguen el regalo.

00_HAUSCHKA - Craco
01_KUMM - Each part of you
02_ROKU MUSIC - Collider
03_CLUBFEET - Cold rain
04_SPAIN - Sunday Morning
05_CRAFT SPELLS - Breaking the angle against the tide
06_EAST INDIA YOUTH - Dripping down
07_THE WAR ON DRUGS - An ocean in between the waves
08_WEEPING WILLOWS - It takes a Strong heart to love
09_ETERNAL SUMMERS - Deep end
10_TRUST - Joyland
11_CIBO MATTO - 10th floor ghost girl
12_TIMBER TIMBRE - Curtains!?
13_WARPAINT - Hi
14_FUTURE ISLANDS - A song for our grandfathers
15_CHAD VANGAALEN - Monster
16_ANGEL OLSEN - Hi-five
17_THE MOVEMENTS - Redemption
18_WVWHITE - Mastercraft
19_SAMITIER - L'hora que esperàven
20_HALLELUJAH THE HILLS - Pick up an old phone
21_PABLO UND DESTRUKTION - Limonov, desde Asturias al infierno
22_NOVEDADES CARMINHA - Antigua pero moderna
23_DANNY & THE DARLEANS - Don't ask the question
24_TRAJANO! - El último hombre del mundo
25_WEAK NEVES - Cheap skates
THE AFGHAN WHIGS - Algiers

miércoles, 16 de abril de 2014

RECAREDO ROSAT INTENS_2010: ROSAS DE LOS VIENTOS




Bodega: Cava Recaredo
Tipo: Vino espumoso reserva
Uvas: Pinot Noir 90% Monastrell 10% de Cal Mota
Graduación: 12%
El degüelle se realiza a mano sin congelación del cuello de la botella.
Envejecido 33 meses en botella
Precio: 18 Euros aprox.

Las enseñanzas que me han proporcionado el paso de los años, me han ayudado de una forma prácticamente rotunda a saber lo que de verdad no me gusta: No me gustan los políticos en general, y esa incisiva manera de cargar la culpa al pueblo llano sin tener la decencia de pagar sus errores. Detesto esa opinión general de juzgar al prójimo, sin mirarnos a nosotros mismos, y sobre todo repudio la envidia o la falta de mesura en nuestros criterios. Además de no soportar el sonido que emiten los perros y a quienes los adquieren como abalorio, en un entorno que no sea un campo para correr. En cambio y por suerte, he aprendido a desechar de mi vocabulario el “esto me gusta!!”; como quien se cerca el campo con miedo a perderse.
En un tiempo defendía con rotundidad “el me gusta”. Ahora sin embargo, son pocas las cosas que me gustan absolutamente. Y prefiero dejarme sorprender por mi gusto variable: Probar, estimular los sentidos, observar la relatividad de las cosas y la nuestra propia... No hay nada más estimulante en esta vida, que derribar convencionalismos y reeducarse constantemente: Aprender de nuestros horrores, batir en duelo a nuestro criterio, o proponer un... ¿Haber de lo que somos capaces?


Es cierto que todos tenemos nuestras preferencias, y ante la duda, no hay nada que nos haga sentir más seguros que inclinarnos hacia lo conocido. Pero... si ya sabemos lo que nos gusta, ¿porqué no disfrutar y dejarnos sorprender por aquello de lo que dudamos?
Os puedo asegurar que no hay nada que me excite más, que ponerme en manos del instinto y de la curiosidad; esos dones que nos ha dado la naturaleza y que tanto reprimimos.
Y no es que se deba tratar de un empeño por forzar lo que no es natural. Si no un dejar que sea nuestro espíritu el que no nos ponga límites, y fluya cual zorro curiosón: Aprender de las disonancias y de los contrastes, saber disfrutar de nuestras diferencias, y sobre todo disfrutar reactivando nuestros sentidos. En la música, en el cine, en nuestras relaciones, con la comida, con lo desconocido... y claro está, con el vino también.


Llegados a este punto y poniéndoos en preaviso; del cual me jacto de no ser en absoluto un amante empedernido de Cavas, espumosos, Champagnes y otras bestias pardas. Y teniendo la certeza de que difícilmente podré (podremos) evitar nuestras preferencias: Esas que hacen de manera inconsciente, que nos inclinemos por esto o aquello a la hora de definir nuestro perfil, y en definitiva nuestro carácter.
De un tiempo acá y en impulso casi parasitario que no controlo, y por el cual me dejo llevar de la manera más despreocupada posible. No hay encuentro propio o extraño, en el que no descubra una maravillosa diferencia con quien comparta mesa, y que me anime a exprimir mis sentidos. En ese esfuerzo que no es más que en realidad, un viaje sin retorno a nuestro interior. Y donde el mecanismo natural de nuestro cuerpo, es el que comanda nuestra nave: Brazos flácidos, piernas relajadas, ojos en blanco y... caminar, caminar sin disponer resistencia alguna...


Del Cava y de su conexión directa vía Champagne, con el vino corpulento y exigente él. Hay otra raza de espumosos que llevan a hurtadillas y con discreción esa elegancia, al punto más alto a la vez que arriesgado. Y en los rosados (tan de moda ellos ahora) el punto de inflexión entre lo que el público en general se cree que busca, y los más atrevidos que van más allá de las meras formas.
La bodega Recaredo siempre lo ha sido de alguna manera. Una que junto a Bertha, Juvé Camps, o Mestres (y alguna más que en mi neófito desconocimiento me dejo). Que han acercado a un servidor, otra manera de disfrutar de un espumoso a un precio más o menos admisible. Y por supuesto, la oportunidad de hacer del gusto por el cava de amig@s. Una ocasión para descubrir cosas nuevas ante una mesa, mientras derribamos mitos y eso sí; nos divertimos a tumba abierta.


Aprovechando que estamos inmersos de pleno en las liturgias de la Semana Santa. Y que aquí uno, tiene la condición innata de alentar su paganismo de la manera más vocacional; desde aquella truculenta comunión de la infancia. Considero y convengo, que no hay mejor manera de ahuyentar las zancadillas de la vida. Y de conciliar una semana de padre a tiempo completo con niños, y de remembranzas hospitalarias. Que dándonos a la mala vida evocando cenas inolvidables en forma de caldos, y momentos brillantes por su insignificancia y por su improvisación. Vamos que si hay áurea divina posible. Que sea la de los momentos inolvidables porque sí, sin necesidad de celebración ni conmemoración.
Con esa conjura como premisa me dispongo a afrontar esta dura semana. Viajando con la mente a pequeños momentos puntuales y determinantes. Y abriendo la veda con uno de los mejores Cavas Rosados que he probado; por lo menos el que más ha despertado mis sentidos. El de Recaredo: Un cava con tanto terruño como ambición.
Soñando y viajando por el paraiso


Basta con contemplar su rubor purpúreo estallando en la copa. Ese brillo de profundidad incandescente, para sospechar que estamos ante un Cava Rosado fuera de lo común.
Una intensidad en color que hipnotiza y embelesa, desde el justo momento en el que estallan las burbujas. Y se disponen alineadas de forma ascendente en el centro de la copa; mostrando la finura y delicadeza de las mismas. Dando todo el sentido posible a su principal calificativo, INTENS. El acercar la copa a la nariz y embriagarnos con su oloroso perfume: Rosas, grosellas, piruleta, fresones... con efluvios verdes del frescor de un jardín recién regado.
En un primer vistazo puede parecer un cava excesivamente balsámico, que deje entrever esas familiares reminiscencias al Cuvee Desert de Parxet; un cava alto en azúcares diseñado para postres. Pero no, el rosado que han elaborado los Hnos Mata (hijos de Recaredo) es algo que va más allá de un simple rosado al uso. Ya que el primer ataque en boca derriba todos los mitos sobre nuestras creencias, en lo que debería ser un cava rosado; o como mínimo como lo son la mayoría.
En boca se deshace el carbónico en un grano milimétrico que rompe el probable empalago, en una frescura sin igual. Notas minerales a hojarasca, profundidad y persistencia, eucaliptos, mentolados, y una fruta roja golosa que estalla en la boca invitando a más. Su beber es tan fácil como versátil, y eso se debe en parte al perfecto cupage de las uvas y en su terruño presente. Haciendo de INTENS, un cava que aúna la personalidad e intensidad de una amable uva tinta como el Pinot Noir. El color y frescor del Monastrell, y el espíritu de la elegancia desinhibida que atesoran los Cavas del Penedés.
Fuente: Equibru (http://equibru.blogspot.com.es/2011/12/caves-recaredo.html)

RECAREDO ROSAT INTENS es el paradigma donde confluye el mimo artesanal y natural a la hora de mimar un producto: De manera honesta y sin intrusismos, con degüelles manuales sin congelación, con una elección precisa de la viñas y sus ubicaciones, y unas cuidadosas crianzas donde la mano del hombre es tan solo un instrumento de la naturaleza. Y la espontánea y espiritual juventud de sus dos vástagos.
Dando así un producto que se acomoda a cualquier momento o comida. Y que mide su incontestable calidad en cuanto el termómetro lo atempera a un frescor sutil, sin necesidad de que lo escarchemos; un hábito erróneo, y por desgracia bastante extendido en blancos y cavas. Destapando un cava expresivo con toques vínicos, a la vez que su frescor y tenue acidez hacen de él un Reserva tan amable como goloso.
¿Maridar? Marida a la perfección con el simple echo de ver despuntar el sol y celebrar un nuevo día.


Aquí un testimonio sonoro de las conversaciones que mantuvieron Orlando Lumbreras y Ton Mata en placeres mundanos. Un podcast del programa de radio 3, donde música, tradición y sentimientos, se marida a la perfección con los espumosos de Recaredo:http://www.rtve.es/alacarta/audios/placeres-mundanos/placeres-mundanos-recaredo-serenidad-del-cava-09-02-14/2384040/

 

martes, 8 de abril de 2014

ESTOY CON TOY!!_ Sala Razzmatazz 2 (antigua Zeleste)_ 03/04/2013









Amaneció el Jueves Barcelona envuelta en agua y barro. El cielo encapotado y una espesa niebla que bajaba desde Collserola que unía en un degradado cromático, cielo, tierra y mar. Un escenario tan dantesco que se podían moldear muñecos de fango sobre el capó de los coches. La tonta de mi cabeza inmersa en preocupaciones demoníacas, y mi otro hemisferio jugando con las palabras y chapoteando en el recuerdo de una gran piscina de plástico. Es lo que tiene el caprichoso cerebro, que en cuanto hay un momento por el que desconsolarse, huye despavorido hacia los recuerdos más banales de tu memoria.
Aquellos que me atizan y me consuelan masajeándome hipotálamo, frontal y occipital. Me veo y me observo desde el crematorio del tejado de mi hermana, mientras macero treinta años atrás en una gran piscina de Toi, y la canícula Jienense me derrite en pleno Agosto. Lo que podría ser un juego de palabras de lo más imbécil me traslada; que se le va a hacer si es lo poco que tenemos los organismos simples, para asirnos y salir a flote.
Si los recuerdos juguetean en nuestro cerebro ya licuado por la edad; como decía Javier Cansado. Para que resistirse y forcejear ante el asalto navaja en mano de nuestro pasado.
Cada evento, movimiento, o por intrascendental que sea un concierto. Lleva a remolque siempre o casi siempre el recuerdo de un glorioso pasado, donde cada nueva visita era celebrada como un día especial que grabar a fuego en la vida de un joven imberbe.
Por lo tanto acudir de nuevo a la legendaria sala Zeleste, ahora Razzmatazz, tiene mucho de imborrable remembranza: Mi pérdida de virginidad a los 15 con Siniestro Total, ese caustico concierto de Jesus & Mary Chain en el 92... El de los Violent Femmes, Jethro Tull, o el último indeleble concierto de James.
Fueron tantos los que acudí a ver con la veintena de años, que volver después de casi seis sin pisarla. Hace que vuelva a fotografiarlos en mi retícula cerebral.


El de TOY en la presunta sala dos de Zeleste (remarco), aunque finalmente fuera en la más minúscula sala 3; dos pequeñas salas de reducido tamaño que están en el trastero de la vieja factoría. Tenía mucho de ejercicio sintomático de la memoria, pues allí por ejemplo, fue donde vi por primera vez a New Model Army en el 94, a Czars y Devics en el 98, o el perpetua despedida de Pavement en la gira del “Terror Twilight” del 99.
Una sala ropero que tiene tanto de tugurio como de la misma esencia que desprenden Toy: Ese hermetismo casi ceremonial donde las postrimerías del PostPunk y de los sonidos oscuros, se debaten a ostia pura entre la actualidad y la nostalgia.
Como era de suponer y teniendo en cuenta que los teloneros TRAJANO! y ellos mismos, beben de la misma fuente. La sala no tardó mucho en abarrotarse de aquellos que todavía vamos buscando entre lumbalgias, achaques, y resacas mal digeridas, ese mojo que se esconde entre la maleza y el lodazal. Ese algo inexplicable que nos conectaba espiritualmente con nuestros mecenas de principios y mediados de los 80. Y que en contadas ocasiones se vislumbra como un aura divina en algunas bandas de la actualidad.


Sería aventurado y tendencioso afirmar que Toy tienen ese don de autenticidad que los hace creíbles. Pero desde luego son de las pocas formaciones surgidas en el Reino Unido, capaces de navegar en tierra de nadie.
En esa franja casi imperceptible donde los oscuro no suena extremadamente oscuro, donde sus destellos de Pop no son los suficientemente obvios como para etiquetarlos como Pop. Y donde su deuda con el Rock, puede presumir de ser tan solo una evocación elegante y comedida a aquellas bandas que navegaron con rumbo fijo en una prefectura sin denominación de origen: The House of Love o The Church serían un buen ejemplo.
Es probable que sea ese el motivo por el que divagan entre la dulzura de su repertorio más dulce y melancólico. Y esa inevitable forma de incidir en un Shoegaze más espacial, denso y progresivo. Mostrándonos una banda más rotunda sobre el escenario, y menos esmerada a la hora de explotar la riqueza de su repertorio; un dilema de banda todavía joven que como tal, todavía tiene que crecer.


En cualquier caso también es un hándicap o quizás una ventaja, como les sucede a TRAJANO!. La joven banda de Madrid, que amenizó a los pocos avezados que nos dimos cita en el preludio del acontecimiento. Y que nos ofreció un set de casi una hora, donde desgranaron su Ep de debut y las nuevas canciones de su inminete “Antropología”; que verá la luz este próximo mes de Abril.
Una actuación bajo el influjo de Joy Divison, y donde por momentos les fue imposible abstraerse de ese perturbador perfume punk Nuevaolero de la movida (Decima Víctima, Derribos Arias, o Golpes Bajos). Que todo sea dicho, fue lo que más me gustó de ellos. Como una justa reivindicación, a ese personal estilo que tenían las bandas nacionales de principio de los 80, a la hora de reinterpretar aquellos cánticos que llegaban de las islas.
Un sonido nítido y musculoso, donde batería y bajo llevan la batuta. Para que sean después Álvaro Naive (teclados) y su cantante y guitarra Lois Brean, los que acaben por entrelazar su personal punto de vista sobre el Postpunk y el New Wave. Donde pese al inteligible discurso vocal de su cantante, resulta gratificante ver como todavía sigue intacta la influencia que ejercieron esas bandas que nos bautizaron a los cuarentones. Y además hacerlo con tanto pundonor pese a su juventud, y el riesgo que conlleva apostar por ciertos estilos.


Sobre las diez de la noche y ya reunido con mi querida ATTICUS; con quien compartí unas cervezas y el pacto diablesco para acudir al concierto. Entre saludos y reencuentros con viejos amigos, a los que nos seducen esos destellos ochenteros en la música actual, tanto o igual que a una polilla la luz. Fuimos alcanzando posiciones a la espera de la aparición de TOY; quienes regresaban a Barcelona por segunda vez, con un nuevo disco que aparecía en el epílogo del 2013. Un “Join the Dots/2013” que anda muy a remolque de su prometedor disco de debut. Y es que Toy tenía tantos motivos para ilusionarnos como fisuras tiene éste último.
Y no es que su última y precipitada entrega, sea ese temido segundo disco que tanto pesa a la hora de debatirse entre la evolución o el cambio. Pero es que tras su inicio con la inconmensurable “Conductor”: Del que me recuerda personalmente y en positivo a Appliance, dando sentido a los largos minutajes en pos de un Krautrock que hasta puede lonchearse. Lo que viene tras eso, parece gustarnos porque nos recuerdan a sus mejores temas del primer álbum.

Sonó “Conductor” y repentinamente el público asistente fue rodeando el escenario hasta hacer de la minúscula sala, un envasado al vacío. Donde se condesaba el olor a chotuno, el poco uso del desodorante; en una fragancia que turbaba a la par que sedaba. Pasando por “Colours Running Out” para certificar la inbatibilidad de los temas estandarte de su primer disco, hasta recalar en “Too Far Gone to Know”: Uno de los cortes finales de su último disco, y donde más acusan su influencia del Shoegaze más vaporoso y a la vez contundente ¿Los primeros Ride quizás?
Con la hipnótica “Death & Gone” acabaron por poner la puntilla y marcar el rumbo del concierto: Una puesta en escena musculosa y guitarrera, donde la banda en primera línea de fuego, con Charlie Salvidge a las baquetas. Nos pusieron en antecedentes de por donde iba a ir la cosa.

Toy es desde luego una banda que parece sentirse bastante más cómoda elaborando atmósferas progresivas, densas, y demoledoras. Que exprimiendo esa otra cara más armoniosa y exigente; donde Tom Dougall debe exprimir su limitada voz, ante el sonido potente de la banda. Con lo cual “You won't be the same”, “As we Turn”, o “It's been so long” se salvaron a duras penas por los coros de Maxin Barron con esas pintas de heavy reinsertado, su excelente bajo, y los socorridos teclados de Alejandra Diez.


Por suerte los Londinenses tienen otros argumentos sobre el escenario, como para que los presentes disfrutásemos como unos enanos.
Y es que sin ser el suyo un talante catedralicio. Para todos los que como yo, miden las canciones por la emociones que nos transmiten; más que por su interpretacción matemática. El savoir feir de ver una banda atrincherada en un diminuto escenario creyendo en sus armas, independientemente de los malos vientos que azoten y ver al personal disfrutar. Es suficiente para dejarse llevar por la emoción. En ese sentido “Kopter”, “Edlessly”, “Motoring”, “Join the Dots” o la increíble “My Heart Skips a Beat” nos dieron a todos esa dosis de elevación sensorial. Como para calificar a Toy de una banda que pese a vivir de las rentas de nuestros recuerdos. Ejercen una democracia, por la cual todos y cada uno de nosotros elegimos hace tiempo nuestra ruta musical, dejando de lado juicios sumarísimos y patentes estilísticas.
Así que concluido el encuentro, luces al aire!! Con el reflejo de las mismas en las retinas de los presentes y un paisaje retratado a lo Claude Monet en nuestro interior. Los saludos con los últimos sorbos de cerveza aun en el paladar, la satisfacción de pequeños y grandes y como no... Ver que los sentimientos consensúan a los presentes, sin importarle demasiado los inconvenientes; tiene tanto de agradecido como de imprescindible.

El redoble de tambores lo pusimos Marta y el que aquí rubrica, con una charla en las postrimerías. Que tiene tanto de lucidez concluyente, como del inexplicable fenómeno que nos supone a los que vivimos la vida en clave de tempo allegro continuo.
Nos dispusimos a cruzar la calle bajo un intervalo de lluvia más clarificadora. Y para que la misma nos regara en forma de cerveza salvadora nuestros adentros. Allí, en el bar de enfrente y acompañados por Toy y Trajano!; que hidrataban espíritus y pormenorizaban la belleza de lo intrascendente. Pusimos fin a la noche con una de esas charlas tan necesarias y vitales, como el mismo echo de nuestra misma presencia ahí. Algo que hace grandes los momentos, tanto o más como el intento pasado el tiempo de intentar capturarlos, cuando en realidad revolotean en nuestra memoria. ¿Será por que son únicos?