06: KLAUS JOHANN GROBE_LO TU IL LORO Vs. CONCA TRE
PILE 2018 BARBERA D’ALBA Di ALDO CONTERNO (Piamonte)
¿Quién no ha soñado alguna vez en la vida con la
ingravidez, la facultad voladora moviendo las piernas como quien pedalea cual Vicente Belda, o el salto al vacío “estilo libre”?:
Abrir un ojo, oír llover, el despertador pregonero,
dar media vuelta y seguir haciendo kilómetros soñando.
Aunque para que mentir.
Para los que el soñar es un recurso para escapar de la
anodina mediocridad de la rutina, como yo: que lo practica mientras conduce,
contempla o se desplaza a pie en esa vigilia del estar despierto, sólo que
fuera de tu cuerpo/envase. Sonidos como los de esta pareja de Zurich; Dani Bachmann y Sevi Landolt. Son el
mejor sustento líquido gaseoso para practicar eso:
El soñar despierto donde más nos rote.
Ascensores, descampados, lavabos públicos, o largos y
desiertos pasillos recién pulidos donde deslizarnos emulando a un breakin’ Jamiroquai, con un poquito más de flooooow a ser posible. Y en lo que vendría a ser una pasarela al
más puro estilo Soul Train, con más
finura que músculo.
Hace algo así como diez años; que se dice rápido. Esta
pareja publicó “Im Sinne der Zeit” y
automáticamente por arte de birlibirloque y por eso de cantar en alemán, se les
colocó la tan socorrida etiqueta krautrockera;
y a mí que me disculpen.
Pero desde entonces y mucho más resueltos con sus
bártulos de hacer música. Son dos discos más, y un puñado de singles en los que
se han acomodado en la pista de baile sin dar más rodeos absurdos sobre los
géneros musicales; salvo que todo lo que tocan “suena como de antes”.Y
centrándonos en su único mensaje hasta ahora, que es algo así como: ¡Danzad Malditos!
Y qué duda cabe que no dudo ni un segundo en su
talento sin paragón para hacer bailar al más pusilánime y mustio. Sumado todo
ello a su frondosa y rica carta de ritmos delicatesen, variedad para los
paladares más jugones y por supuesto, calidad del reguero de temazos que han
ido dejando a su paso a día de hoy.
Pero ay!!
Con este LO TU IL LORO plasmado en su
habitual sello Trouble in Mind Records,
con sede en Chicago, qué queréis que os diga.
Han hecho de mi particular 2024 de mierda por asuntos
de salud mental, física y emocional que no vienen al cuento. Lo más semejante a
un retiro espiritual en la nada contemplativa más absoluta.
Algo así como perder la conexión al mundo que te
sujeta y apuntala; y creo que queda más que evidente mi deserción de la
escritura y mi desgana por interactuar en esa red de araña social con la que a
veces nos asomamos al mundo.
Pero imaginarte en otro plano mucho más ocioso,
despreocupado y jacarandoso.
En una, por ejemplo, pecera invertida donde las líneas
de bajo emulan las costillas arqueadas que refuerzan esa especie de cúpula
planetaria donde perder fácilmente de vista el mundo majadero. Y la dulce voz de
Daniel musitando en italiano mientras ralentiza las dislocadas noches de Studio
54 en un plano secuencia a cámara lenta,
slowlym, tooodo muuuuuy slowly.
Cierto es y no me escondo, que mis numerosas
temporadas estivales en tierras italianas y esa peculiar manera de viajar con
la imaginación a lugares donde el agustismo
es mi único dogma salvador cuando pintan tordas. Ejerce sobre el que aquí
relata, un estímulo poco equitativo e imparcial.
Confieso, diría que hasta interesado.
Pero insisto en la magia de este dúo, capaz de evocar
cosas que además de exquisitas musicalmente hablando. Lo son también con una
fidelidad a todo aquello que se suscribe, adjunta y pegado va de siempre a la
música:
Los paisajes sonoros.
En esta ocasión: Como un todo musical de cadencias
sedosas y confortables, donde el funk, pop, jazz e incluso la música ligera de
los 70, con cierto guiño kisch y
encuadre sepia a lo nouvelle vague, se
vislumbran como una hermosa instantánea desenfocada. Esta pareja de suizos ha
entregado uno de esos discos que después de un puñado de años, integra la misma
elegancia disco, sólo que en una versión final de fiesta de tono melancólico
para derretirse escuchándolo.
Un álbum de aquellos que conjugan en una melodía
canción, todo aquello que uno considera como PLACER; así, en mayúsculas.
Después, que cada uno se espabile en concretar lo que
supone para cada cual esa cosa de estar a gusto mientras ve avanzar las
manillas del reloj sin preocuparse por los plazos.
Para mí, ya os digo: Estar sentado con una copa de
vino en la terraza de un apartamento sencillo mientras la pericia solo se ocupa
de degustar el impresionante paisaje del Piamonte barolés desde Treiso, ya me vale.
Un recuerdo ya lejano del 2015, pero al que le encaja
como unos pantakas de pitillo esta
banda sonora:
“Io Sempre Di Tu”. “Bay
Of Love”, “When yo Love”; mi preferida o cualquiera a voleo.
Y claro, en esto del malabar de la asociación en
cuestiones de echarme un rato bueno; los pocos que me permiten mis
obligaciones. Y siendo uno de los pocos talentos que la madre naturaleza me ha
prestado a cultivar, con ahínco y perseverancia, también lo digo.
No iba yo a desaprovechar la oportunidad de alabar la
propiedades sanadoras de un buen vino del Piamonte.
Así que me vais a perdonar si aprovechando la
coyuntura de mi devoción por uno de los paisajes vínicos más bellos de Italia,
recomiendo por enésima vez un vino italiano.
Uno en la versión más accesible de la zona, pero también
con más renombre en la difícil tarea de conciliar tradición y modernidad:
PODERI ALDO CONTERNO.
Sus vinos refuerzan la contundencia y carácter de unos
vinos potentes y de gran estructura donde la longevidad es una de sus mejores
credenciales. Pero que los hijos Conterno han conseguido dotar de elegancia,
refinamiento y armonía sin perder todo lo anterior.
Fue VIGNA FRANCIA de Giacomo Conterno la primera que
probé aquel 2015; ahora inaccesible. Y esta CONCA TRE PILLE del 2018, la que me
permite comparar dos estilos parecidos por familia, pero diferentes para
entender la evolución de los vinos del Piamonte y en particular la de las
Barberas: Variedad “menor” entre Dolcettos, Nebbiolos, Barolos que anda la
cosa.
Teniendo en cuenta que la VIGNA FRANCIA que elabora su
hijo Giacomo, de la que me agencié dos botellas aquel año, se ha convertido en
un objeto de deseo solo al abasto de gentrificadores de vino (ya va por los 60
euros de los treinta y algo que valía). Nos conformaremos con esta versión más
modesta, que presume de más frescura y tensión que su hermana pequeña.
Un vino elaborado con viñedo de no más de 45 años en
Monforte D’Alba y que nos da una versión más fresca y jugosa de la Barbera. Con
excelente acidez y una expresión que va de cierta salidad del calcáreo, a los
frutos rojos y negros maduritos salpicados de una sutil mineralidad, y un
ligero especiado picante que remata con una estructura bastante dócil.
Todo y que esta Barbera no renuncia a cierta
rusticidad, si la comparamos con Vigna Francia que es todo suavidad y
feminidad.
Digamos que la de Conca Tre Pille está como haciendo
de cuña entre la parte herbácea y más mineral de los vinos clásicos del
Piamonte y el más frugal de los modernos. Y su principal valía es la
complejidad, a la vez que nos allana el terreno con un fácil beber, como preparándonos
para lanzarnos al excitante mundo de los Barlolos and Co.
Un vinazo a un precio razonable, con credenciales de
Barolo, donde lo serio y divertido no tiene por qué estar reñido. Al contrario,
debería ser premisa de obligado cumplimiento.