jueves, 14 de noviembre de 2013

FINAL PLAY, POCKET PLAY, STAR*T PLAY!!





Esta noche sí he visto llover estrellas. Me he asomado de madrugada cuando todos dormían, y tan resplandeciente y nítido era el cielo, que como en un sueño infantil de niñez se podían enumerar la constelaciones.
Me he quedado por un instante ensimismado con el dulzor de un vino generoso todavía impregnado mi interior, y he salido como un loco poseso a la calle con el pijama. Como quien sale en busca de algo sin la más mínima idea de recogerse, he salido descalzo, sin las llaves de casa y con los bolsillos llenos de canciones para dejar un rastro de acordes y cadencias al modo de Hansel y Gretel. Me asaltó la idea de poder parecer un demente dominado por la locura intestinal del futuro, no se... resultar escandaloso y acabar en comisaría como un ebrio despendolado a merced de que se yo. Pero sin embargo sea como fuere, por la circunstancia de ser precisamente la noche de Halloween. La gente que iba encontrando a mi paso, los pocos que quedaban rezagados a aquellas horas intempestivas, me sonreían y seguían su marcha.

Mis pies a ritmo marcial pero relajado marcando una dirección y compás impreciso, y la vista puesta en el cielo sin atender a cruces, intersecciones o avenidas peligrosas. Solo mirando con atención un extraño y diáfano espectáculo nocturno allí colgado. Como si algún ente o ser celestial hubiese de repente limpiado de polvo y paja el infecto y contaminado firmamento de mi ciudad.
En el ambiente un particular olor a fábrica metalúrgica suspendido. Un perfume a azufre desconocido que presentía la mano demoníaca sobre semejante acto inconsciente, era eso, o una sugestión tan poderosa como la divinidad de un cielo raramente estrellado: El baile de enanas, la fuga de alcatraz de las valientes suicidas, y el pavoneo de la más brillantes estrellas. Que como estrellas de vodevil adoptaban formas inverosímiles en lo alto del firmamento.


Hasta que mis llagados pies y mi renqueante pierna derecha se detuvieron de forma súbita en un momento inexacto de mi travesía celestial. Cerré los ojos cegados y enrojecidos por las horas de marcha y vigilia, y caí en un profundo y repentino sueño de aquellos que solo recordábamos en nuestra púber juventud.
Al cabo de las horas y con los primeros rayos caldeando mis desnudas pantorrillas. Me despertaron soliviantado los golpes en las parietales de un anciano buscador de caracoles; ni preguntaba ni espetaba, solo azuzaba con su bastón en un insistente afán por que me incorporase. Suerte de mi poblada e ensortijada cabellera, si no estaría ahora lamentado muy probablemente un descalabramiento importante; quien sabe si confundiendo mis rizos por caracoles.
Miré a mi alrededor sin hallar respuesta alguna y alcé la vista en busca de los astros que guiasen mi navío; cuando fueron las canciones que dejé desperdigadas por el camino, las que me indicaron el regreso a casa: El cielo despejado de un azul celeste impresionante, y el sol cegador incidiendo sobre mis hinchados ojos, que protegí inútilmente con mis manos.
Desde aquí y ya, se puede ver el final del camino. Allí a lo lejos el precipicio, la duda, o porqué no el alivio de de cruzar la meta más o menos a salvo. Se puede ya hacer balance con un rigor más o menos imparcial y consecuente, para ponernos manos a la obra sobre como ha sido de particular nuestro 2013: El mio personalmente dominado por un creciente desinterés por la actualidad. En realidad no es una actitud premeditada, más bien diría que es una reacción a la mecánica actual de promoción que no va mucho conmigo. Basta con ver las artimañas que han regido la reciente presentación en sociedad del último trabajo de los Canadienses Arcade Fire; para sospechar de una innecesaria obsesión por querer destacar algo que por naturaleza no lo necesita. Por lo menos eso el que yo creo cuando todos sabemos que una gran obra, no necesita solemnidades ni suspenses para demostrar que estamos ante un gran disco.
Pero sea por la razón que sea, me da que es la inseguridad la que domina semejante culebrón, (no solo la de ellos, si no la de otras muchas formaciones que pelean por mantenerse en la cresta de la ola).
A mi sin embargo me ha dado este año por prestar más atención a las tradiciones más arcanas, que a las sorpresas envueltas en papel de regalo, con grandes lazos, y fanfarrias que se oyen desde diez manzanas más abajo. Por eso si hay una razón de peso para sacarse de la chistera una pequeña Play de bolsillo, esta sería desde luego la aparición de un viejo amor a las puertas del final de año. La vuelta a los rediles de...
*MAZZY STAR///

Con SEASONS OF YOUR DAY, se me antoja como la máxima expresión de lo que a mi entender es un regreso discográfico como dios manda.
Una regreso envuelto en la tranquilidad y la calma necesaria para dotar de sentido común, el frenesí compulsivo en el que se ha convertido el panorama musical actual, (por lo menos el que es digno de titulares). Ya sabemos que en las cloacas hay otro tipo de día a día cotidiano, más cercano al empleo sumergido que al estrellato codiciado.

Y en este caso, después de 17 años de abandono. Hope Sandoval y David Roback parecen haber sintetizado ese largo periplo, en un compendio de belleza secular; sacando provecho de la nimiedad que otros desprecian. “Seasons of Your Day” engarza la cadena que se salió justamente después de Among my Swan/1996, sin apenas trascender en tiempo ni en las formas; de echo parece incluso que el tiempo apenas ha hecho mella en su facultad por deslumbrar sin apenas estridencias.


Me imagino que al igual que pasa con otras muchas bandas que desaparecieron en el tiempo. La prensa y el público en general creen que solo se puede regresar al mundo de los vivos con un golpe de efecto mediático. Por suerte la creatividad innata, pone de manifiesto con lucidez que hay algo etéreo e inexplicable que está por encima de la calidad, la vanguardia, y lo aparentemente vendible; y esa es la inspiración y la personalidad. Y que gran suerte para nosotros, que no todo dependa de una teoría bien estudiada y contrastada.
Y la genialidad de este disco no es que resida estrictamente en bajar la revoluciones al mínimo admisible; para nada. Lo maravilloso es que lo han hecho con un criterio incontestable.

En él podemos encontrar la justa medida de las composiciones, el arte de detener el tiempo, y el echo de hacerlo con pulso firme y decidido. De echo ahí se encuentran las claves que hacen de una obra lo suficientemente compleja como para descubrir hallazgos sorprendentes en cada escucha, y sin embargo lograr una calidez tan cercana a la emotividad y a la familiaridad como podría serlo un abrazo sincero de una madre o de un hermano: Ese “In the Kingdon” que pone a cero ese contador que Beach House intentaron retomar, la ceremoniosidad de “California” o “Lay Myself Down” que invoca la desolación de los espacios abiertos de la América profunda y profana. O la delicadeza zalamera de “I`ve gotta Stop”, “Flying Low” y el esotérico crepitar de las cuerdas en “Spoon”.
Lo más cercano a las visiones que se suceden en el umbral de la muerte. Un canto desnudo a la naturaleza, a los espacios abiertos, y si se quiere al Folk primigenio; sin dejar de lado una rara psicodelia, tan austera y primitiva como enigmática.


El camino hacia casa es largo y arduo. La goma destensada de mis pantalones del pijama se afloja, y me caen hasta las pantorrillas. Se me desabotona la zamarra, empiezo a sudar frío, y la mirada busca sin suerte encontrar aquellas estrellas resplandecientes. La suerte de mis canciones me cogen por la solapa y me levantan un palmo del suelo; no camino si no floto. Y en la cabeza embotada y palpitante siguen repicando las notas como coordenadas de un navegador.


*THE PROGRAM// 
 
podrían sin duda marcar la cadencia y el ritmo adecuados. Como el día que Pale Saints pusieron el punto y final a su trayectoria:
Chris Cooper y Graeme Naysmith (batería y guitarra de la banda de Leeds), se han puesto manos a la obra casi veinte años después de su disolución. Tanto por lo inesperado, como por la poca esperanza que albergaba tras haber escuchado años atrás su primeras noticias en forma de demos; es desde luego una muy buena noticia.
Supongo que para el público en general solo sea una brizna más dentro del volátil panorama de la música alternativa. Pero para mí es una señal inequívoca de que el tiempo acaba dándole el valor merecido a las cosas.

Diez cortes son los que componen este álbum de debut. Donde rápidamente se percibe un aire totalmente doméstico. Y en el que las canciones tienen un aspecto parecido al de pequeños esbozos incompletos. Pese a los recursos limitados con los que han contado, y el inconveniente creativo que pueda suponer escribir canciones en un formato prácticamente instrumental. El resultado sin embargo, al final es tan satisfactorio como sorprendente.
PALE SAINTS/1987
Afortunadamente Pale Saints fueron una banda, donde el peso específico de cada uno de sus componentes era totalmente reconocible y trascendente. Y eso es algo que se puede apreciar muy claramente en el sonido de THE PROGRAM: Donde guitarra y percusión son capaces de tejer una atmósfera inconfundible y auténticas joyas, con poco más que eso.
Aquellos temas instrumentales de amargas guitarras como “Porpose” o “Marinba”, flotan como una nebulosa en gran parte del disco en cortes como: “Krock”, “Spooky”, o “78 run” ;aunque eso si con un aspecto más condensado a sus antecesores. Son golosinas donde confluyen el Ambient, el PostRock, el Pop, o el Krautrock. Y en las que de manera incontestable, están aquellas texturas que ofrecían otra faceta de aquel Shoegaze bucólico tan común a This Mortal Coil.



Resulta curioso como una noche de todos los santos, el cielo nítido de mi ciudad ejerció tal influjo sobre quien escribe. Esa especie de aullido moribundo que nos conduce a golpe de Calíope donde nuestro caprichoso antojo de animal nos lleve. Puede ser que fuese o que del balcón no me moviese, que el viaje fuera cierto o producto de mi mente; lo único importante, es que viajé sin moverme.
Aquella noche vi astros nocturnos y hasta incandescentes, vi despuntar el Sol por lo alto de los tejados. Hasta pude ver al llegar de vuelta a casa, a animales nocturnos derretirse bajo la insolación matinal; sin saber si era el palpitar de su último aliento, o los estertores de *TRENTEMOLLER.

Que con su LOST , sacudían a la plebe más rezagada llegando a confundir sus extintos latidos con la consonancia de semejante engendro; Lost puede .
Anders Tremtenoller a capturado por fin el púlsar del pasado más épico y el de un futuro ilusionante; con una fidelidad tan precisa como intangible. Un envoltorio de vinilo ajustado que se adapta a la turgente silueta de sus modelos (Jonny Pierce “The Drums”con una modulación vocal realmente inédita, Sune Rose Wagner “Raveonettes”, Low, Marie Fisker, o Jana Hunter de “Lower Dens”). Donde se adivinan las formas que enaltecen la generosidad de sus voces puestas al servicio de una causa noble: Recuperar la elegancia del pasado sin mancillar su natural esbeltez con lacas ni gominas perfumadas.
En esos contoneos de lucimiento susurrante cuesta discernir sobre el protagonismo de la modelo, o del vestido en cuestión. En realidad es todo su conjunto lo que hacen del álbum, un amalgama donde se magrean en concupiscente orgía: Electrónica musculosa, pasajes híbridos, beats progresivos, y oscura tensión que explosiona con destellos luminosos de Pop elegante. Una puesta en escena llevada a cabo una y mil veces con resultados diversos. Y que se pasean por el filo de la navaja, con la arrogancia idealista de quien ve a la electrónica como una extensión del Rock sin hacer distinciones carpetovetónicas: Vitalic, Moby, Death in Vegas, David Holmes, Chemical Brothers, New Order... Todos ellos y muchos otros que se quedan en el tintero han hecho una lectura de la electrónica, un género permeable y poroso de libre pensamiento.
Y en esta ocasión el Danés ha recogido el testigo para recuperar muchos legajos que el tiempo se ha empeñado en pasar de moda. Con la ayuda de socios que difieren solo en apariencia, pero no en lo esencial; la virtud en esencia de democratizar la música, con un objetivo común.

La apertura sacrosanta de “The Dream”, la reptante y andrógina voz de Jana Hunter en “Gravity”, o la turbadora voz de Marie Fisker en el trotón “Candy Tongue”; donde la alargada sombra de Siouxsie S. y la estética femenina de todos aquellos proyectos que editó 4AD bajo el paraguas de This Mortal Coil, está tan presente.
En la habitación contigua la electrónica más hedonista y fibrada. “Still on Fire”, “Trails”, “River of Life”, o “Deceive” se zambullen de cabeza en la electrónica más oscura y lasciva. Donde electro, Postpunk, y Rock sintetizado se dan la mano en pos de la pista de baile. Un disco en general que pese a abordar una parte largamente discutida por puristas y amantes esporádicos de la electrónica; donde se regatea ese eterno debate entre lo transgresor, vanguardista, experimental, o simplemente animal. Ese extraño porqué de separar y calificar lo realmente trascendental en un momento determinado; cuando ya sabemos que todo se rige por oleadas, mareas, y lumbreras ¿que mide en realidad los niveles del podium de los campeones.
Basta con echarle un ojo a las calificaciones que ha dado Piiiiit_tchfork al reciente proyecto de Nicolas Jaar & Dave Harrington DARKSIDE, un nueve. Ejem... vamos sería como decir que “Psychic” roza la excelencia. Lo que le hace a uno pensar si un medio tan influyente como este tiene realmente un criterio tan objetivo como se cree; o es simplemente la espada de Democles que guía a las almas perdidas, que buscan su sentido del disfrute.

THE BLACK WATCH

En fin que quieren que les diga. No hay nada realmente más jodido en esto de estar en el candelero, que creerse uno influyente o pretender serlo. A base de buscar excelencias en un círculo vicioso tan susceptible y errático como el de la creatividad; aunque posiblemente todo dependa del afán de investigar, o de la memoria de sus cachorros. Por esa regla de tres no deberíamos pormenorizar en bandas como los Italianos SEA DWELLER, quienes han preferido enfatizar en el Pop borroso de los 90, sin pensar en su vigencia. Ver nacer a propuestas subsistentes como la del Venezolano ROY VALENTIN, el colectivo Portugués INDIGNU, o a los Australianos LOWER PLENTY. Todos ellos unidos por un denominador común, el afán por crear nuevas texturas con cuatro colores, y sin la presión de un hábitat que cree tener la autoridad moral para imponernos las modas.
Por eso me atrevería a defender con ferocidad el regreso preciosista de los veteranos BLOW MONKEYS, la recitado poético en la profunda voz de BILL CALLAHAN; quien reinventa constantemente sin trasgredir en la esencia de sus canciones. La vuelta al cole de THE BLACK WATCH, estos veteranos aun desconocidos que ya me robaron por entero el corazón en su subestimado y maravilloso “Led Zeppelin Five/2011”; toda una gozada escarbar en su repertorio e historia, digna de aventureros. Y la de otras tantas sugerencias que hemos ido recogiendo en las cunetas de ese paseo interestelar, donde el brillo de las estrellas me encaminaron hacia la grandeza de lo simple e insignifante, de lo cotidiano, y de lo omnipresente e ignorado.

Puede que ciertamente no sean las que mejor se ajustan a los gustos de la mayoría. Y que en mi rareza por esquivar lo que demasiado obvio y dócil, me halla vuelto un poco huraño. Lo que si puedo asegurar es que vi las estrellas brillar, y me importa un comino que pudiese ser un sueño; de echo... quien me puede asegurar que aquello que veo y oigo, es lo verdadero.
01_ The Program_Incept
02_Fanfarlo_A Distance
03_The Black Watch_Meg
04_Cruiser_Kidnap Me
05_Blow Monkeys_In no Time at All
07_Kindest Cuts_Handsome Killer (Demo)
08_Trentemoller_Never Stop Running (Feat Jonny Pierce)
09_Screen Vinyl Image_Stay Asleep
10_New Model Army_March in September
11_Bill Callahan_Javelin Unlanding
12_Cass McCombs_Brighter! (Feat Karen Black)
13_Mazzy Star_Lay Myself Down
14_Darkside_Paper Trails
15_Indignu_ Capítulo 1-Onde as neuvens se cruzam
16_Roy Valentin_Uno
17_Sea Dweller_I see the Sea from a Way Out
18_Tindersticks_If Tou're Looking for a Way Out
19_James Nee_Buffy
20_Lower Plenty_Strange Beast

5 comentarios:

  1. Para recibir el sample serán únicamente por petición o vía facebook
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  2. La verdad es que el disquito de The Program es una auténtica gozada. Cenquiu again Bboyz.
    A The Black Watch y a Roy Valentín tampoco les conocía y me han causado una gratísima impresión...
    A sus pinrreles monsieur...

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  3. Hola Sulo!! Ya sabes que yo encantadisimo con que extraigais algo positivo de estas Plays, teniendo en cuenta mis gustos tan arbitrarios.
    No se si estarás al corriente de mis problemas de salud, puesto que tan solo han trascendido a mi familia más cercana y a algún contacto telefónico. Pero he estado hospitalizado durante un mes y sin contacto al exterior alguno. De ahí la tardanza en contestar... ya estoy en casa así que el final ha sido feliz.

    Gracias por tu comentario y espero que pases unas buenas fiestas nano!!

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  4. No, gracias a ti por agradecerlo y felicidades por el estupendo trabajo.

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