Esta noche sí he visto llover estrellas. Me he asomado de madrugada cuando todos dormían, y tan resplandeciente y nítido era el cielo, que como en un sueño infantil de niñez se podían enumerar la constelaciones.
Me he
quedado por un instante ensimismado con el dulzor de un vino generoso
todavía impregnado mi interior, y he salido como un loco poseso a la
calle con el pijama. Como quien sale en busca de algo sin la más
mínima idea de recogerse, he salido descalzo, sin las llaves de casa
y con los bolsillos llenos de canciones para dejar un rastro de
acordes y cadencias al modo de Hansel y Gretel. Me asaltó la idea de
poder parecer un demente dominado por la locura intestinal del
futuro, no se... resultar escandaloso y acabar en comisaría como un
ebrio despendolado a merced de que se yo. Pero sin embargo sea como
fuere, por la circunstancia de ser precisamente la noche de
Halloween. La gente que iba encontrando a mi paso, los pocos que
quedaban rezagados a aquellas horas intempestivas, me sonreían y
seguían su marcha.
Mis pies a
ritmo marcial pero relajado marcando una dirección y compás
impreciso, y la vista puesta en el cielo sin atender a cruces,
intersecciones o avenidas peligrosas. Solo mirando con atención un
extraño y diáfano espectáculo nocturno allí colgado. Como si
algún ente o ser celestial hubiese de repente limpiado de polvo y
paja el infecto y contaminado firmamento de mi ciudad.
En el
ambiente un particular olor a fábrica metalúrgica suspendido. Un
perfume a azufre desconocido que presentía la mano demoníaca sobre
semejante acto inconsciente, era eso, o una sugestión tan poderosa
como la divinidad de un cielo raramente estrellado: El baile de
enanas, la fuga de alcatraz de las valientes suicidas, y el pavoneo
de la más brillantes estrellas. Que como estrellas de vodevil
adoptaban formas inverosímiles en lo alto del firmamento.
Hasta que
mis llagados pies y mi renqueante pierna derecha se detuvieron de
forma súbita en un momento inexacto de mi travesía celestial. Cerré
los ojos cegados y enrojecidos por las horas de marcha y vigilia, y
caí en un profundo y repentino sueño de aquellos que solo
recordábamos en nuestra púber juventud.
Al cabo de
las horas y con los primeros rayos caldeando mis desnudas
pantorrillas. Me despertaron soliviantado los golpes en las
parietales de un anciano buscador de caracoles; ni preguntaba ni
espetaba, solo azuzaba con su bastón en un insistente afán por que
me incorporase. Suerte de mi poblada e ensortijada cabellera, si no
estaría ahora lamentado muy probablemente un descalabramiento
importante; quien sabe si confundiendo mis rizos por caracoles.
Miré a mi
alrededor sin hallar respuesta alguna y alcé la vista en busca de
los astros que guiasen mi navío; cuando fueron las canciones que
dejé desperdigadas por el camino, las que me indicaron el regreso a
casa: El cielo despejado de un azul celeste impresionante, y el sol
cegador incidiendo sobre mis hinchados ojos, que protegí inútilmente
con mis manos.
Desde aquí
y ya, se puede ver el final del camino. Allí a lo lejos el
precipicio, la duda, o porqué no el alivio de de cruzar la meta más
o menos a salvo. Se puede ya hacer balance con un rigor más o menos
imparcial y consecuente, para ponernos manos a la obra sobre como ha
sido de particular nuestro 2013: El mio personalmente dominado por un
creciente desinterés por la actualidad. En realidad no es una
actitud premeditada, más bien diría que es una reacción a la
mecánica actual de promoción que no va mucho conmigo. Basta con ver
las artimañas que han regido la reciente presentación en sociedad
del último trabajo de los Canadienses Arcade Fire; para sospechar de
una innecesaria obsesión por querer destacar algo que por naturaleza
no lo necesita. Por lo menos eso el que yo creo cuando todos sabemos
que una gran obra, no necesita solemnidades ni suspenses para
demostrar que estamos ante un gran disco.
Pero sea por
la razón que sea, me da que es la inseguridad la que domina
semejante culebrón, (no solo la de ellos, si no la de otras muchas
formaciones que pelean por mantenerse en la cresta de la ola).
A mi sin
embargo me ha dado este año por prestar más atención a las
tradiciones más arcanas, que a las sorpresas envueltas en papel de
regalo, con grandes lazos, y fanfarrias que se oyen desde diez
manzanas más abajo. Por eso si hay una razón de peso para sacarse
de la chistera una pequeña Play de bolsillo, esta sería desde luego
la aparición de un viejo amor a las puertas del final de año. La
vuelta a los rediles de...
*MAZZY
STAR///
Con
SEASONS OF YOUR DAY, se me antoja como la máxima
expresión de lo que a mi entender es un regreso discográfico como
dios manda.
Una regreso
envuelto en la tranquilidad y la calma necesaria para dotar de
sentido común, el frenesí compulsivo en el que se ha convertido el
panorama musical actual, (por lo menos el que es digno de titulares).
Ya sabemos que en las cloacas hay otro tipo de día a día cotidiano,
más cercano al empleo sumergido que al estrellato codiciado.
Y en este
caso, después de 17 años de abandono. Hope Sandoval y David Roback
parecen haber sintetizado ese largo periplo, en un compendio de
belleza secular; sacando provecho de la nimiedad que otros
desprecian. “Seasons of Your Day” engarza la cadena que
se salió justamente después de Among my Swan/1996, sin
apenas trascender en tiempo ni en las formas; de echo parece incluso
que el tiempo apenas ha hecho mella en su facultad por deslumbrar sin
apenas estridencias.
Me imagino
que al igual que pasa con otras muchas bandas que desaparecieron en
el tiempo. La prensa y el público en general creen que solo se puede
regresar al mundo de los vivos con un golpe de efecto mediático. Por
suerte la creatividad innata, pone de manifiesto con lucidez que hay
algo etéreo e inexplicable que está por encima de la calidad, la
vanguardia, y lo aparentemente vendible; y esa es la inspiración y
la personalidad. Y que gran suerte para nosotros, que no todo dependa
de una teoría bien estudiada y contrastada.
Y la
genialidad de este disco no es que resida estrictamente en bajar la
revoluciones al mínimo admisible; para nada. Lo maravilloso es que
lo han hecho con un criterio incontestable.
En
él podemos encontrar la justa medida de las composiciones, el arte
de detener el tiempo, y el echo de hacerlo con pulso firme y
decidido. De echo ahí se encuentran las claves que hacen de una obra
lo suficientemente compleja como para descubrir hallazgos
sorprendentes en cada escucha, y sin embargo lograr una calidez tan
cercana a la emotividad y a la familiaridad como podría serlo un
abrazo sincero de una madre o de un hermano: Ese “In
the Kingdon” que pone a cero ese contador
que Beach House intentaron retomar, la ceremoniosidad de “California”
o “Lay Myself Down”
que invoca la desolación de los espacios abiertos de la América
profunda y profana. O la delicadeza zalamera de “I`ve
gotta Stop”, “Flying
Low” y el esotérico crepitar de las
cuerdas en “Spoon”.
Lo más
cercano a las visiones que se suceden en el umbral de la muerte. Un
canto desnudo a la naturaleza, a los espacios abiertos, y si se
quiere al Folk primigenio; sin dejar de lado una rara psicodelia, tan
austera y primitiva como enigmática.
El camino
hacia casa es largo y arduo. La goma destensada de mis pantalones del
pijama se afloja, y me caen hasta las pantorrillas. Se me desabotona
la zamarra, empiezo a sudar frío, y la mirada busca sin suerte
encontrar aquellas estrellas resplandecientes. La suerte de mis
canciones me cogen por la solapa y me levantan un palmo del suelo; no
camino si no floto. Y en la cabeza embotada y palpitante siguen
repicando las notas como coordenadas de un navegador.
*THE
PROGRAM//
podrían
sin duda marcar la cadencia y el ritmo adecuados. Como el día que
Pale Saints pusieron el punto y final a su trayectoria:
Chris Cooper
y Graeme Naysmith (batería y guitarra de la banda de Leeds), se han
puesto manos a la obra casi veinte años después de su disolución.
Tanto por lo inesperado, como por la poca esperanza que albergaba
tras haber escuchado años atrás su primeras noticias en forma de
demos; es desde luego una muy buena noticia.
Supongo que
para el público en general solo sea una brizna más dentro del
volátil panorama de la música alternativa. Pero para mí es una
señal inequívoca de que el tiempo acaba dándole el valor merecido
a las cosas.
Diez cortes
son los que componen este álbum de debut. Donde rápidamente se
percibe un aire totalmente doméstico. Y en el que las canciones
tienen un aspecto parecido al de pequeños esbozos incompletos. Pese
a los recursos limitados con los que han contado, y el inconveniente
creativo que pueda suponer escribir canciones en un formato
prácticamente instrumental. El resultado sin embargo, al final es
tan satisfactorio como sorprendente.
PALE SAINTS/1987 |
Afortunadamente
Pale Saints fueron una banda, donde el peso específico de cada uno
de sus componentes era totalmente reconocible y trascendente. Y eso
es algo que se puede apreciar muy claramente en el sonido de THE
PROGRAM: Donde guitarra y percusión son capaces de tejer una
atmósfera inconfundible y auténticas joyas, con poco más que eso.
Aquellos
temas instrumentales de amargas guitarras como “Porpose” o
“Marinba”, flotan como una nebulosa en gran parte del disco en
cortes como: “Krock”, “Spooky”, o “78 run” ;aunque eso si
con un aspecto más condensado a sus antecesores. Son golosinas donde
confluyen el Ambient, el PostRock, el Pop, o el Krautrock. Y en las
que de manera incontestable, están aquellas texturas que ofrecían
otra faceta de aquel Shoegaze bucólico tan común a This Mortal
Coil.
Resulta
curioso como una noche de todos los santos, el cielo nítido de mi
ciudad ejerció tal influjo sobre quien escribe. Esa especie de
aullido moribundo que nos conduce a golpe de Calíope donde nuestro
caprichoso antojo de animal nos lleve. Puede ser que fuese o que del
balcón no me moviese, que el viaje fuera cierto o producto de mi
mente; lo único importante, es que viajé sin moverme.
Aquella
noche vi astros nocturnos y hasta incandescentes, vi despuntar el Sol
por lo alto de los tejados. Hasta pude ver al llegar de vuelta a
casa, a animales nocturnos derretirse bajo la insolación matinal;
sin saber si era el palpitar de su último aliento, o los estertores
de *TRENTEMOLLER.
Que con su
LOST , sacudían a la
plebe más rezagada llegando a confundir sus extintos latidos con la
consonancia de semejante engendro; Lost puede .
Anders
Tremtenoller a capturado por fin el púlsar del pasado más
épico y el de un futuro ilusionante; con una fidelidad tan precisa
como intangible. Un envoltorio de vinilo ajustado que se adapta a la
turgente silueta de sus modelos (Jonny Pierce “The Drums”con una
modulación vocal realmente inédita, Sune Rose Wagner “Raveonettes”,
Low, Marie Fisker, o Jana Hunter de “Lower Dens”). Donde se
adivinan las formas que enaltecen la generosidad de sus voces puestas
al servicio de una causa noble: Recuperar la elegancia del pasado sin
mancillar su natural esbeltez con lacas ni gominas perfumadas.
En esos
contoneos de lucimiento susurrante cuesta discernir sobre el
protagonismo de la modelo, o del vestido en cuestión. En realidad es
todo su conjunto lo que hacen del álbum, un amalgama donde se
magrean en concupiscente orgía: Electrónica musculosa, pasajes
híbridos, beats progresivos, y oscura tensión que explosiona con
destellos luminosos de Pop elegante. Una puesta en escena llevada a
cabo una y mil veces con resultados diversos. Y que se pasean por el
filo de la navaja, con la arrogancia idealista de quien ve a la
electrónica como una extensión del Rock sin hacer distinciones
carpetovetónicas: Vitalic, Moby, Death in Vegas, David Holmes,
Chemical Brothers, New Order... Todos ellos y muchos otros que se
quedan en el tintero han hecho una lectura de la electrónica, un
género permeable y poroso de libre pensamiento.
Y en esta
ocasión el Danés ha recogido el testigo para recuperar muchos
legajos que el tiempo se ha empeñado en pasar de moda. Con la ayuda
de socios que difieren solo en apariencia, pero no en lo esencial; la
virtud en esencia de democratizar la música, con un objetivo común.
La apertura
sacrosanta de “The Dream”, la reptante y andrógina voz de Jana
Hunter en “Gravity”, o la turbadora voz de Marie Fisker en el
trotón “Candy Tongue”; donde la alargada sombra de Siouxsie S. y
la estética femenina de todos aquellos proyectos que editó 4AD bajo
el paraguas de This Mortal Coil, está tan presente.
En la
habitación contigua la electrónica más hedonista y fibrada. “Still
on Fire”, “Trails”, “River of Life”, o “Deceive” se
zambullen de cabeza en la electrónica más oscura y lasciva. Donde
electro, Postpunk, y Rock sintetizado se dan la mano en pos de la
pista de baile. Un disco en general que pese a abordar una parte
largamente discutida por puristas y amantes esporádicos de la
electrónica; donde se regatea ese eterno debate entre lo
transgresor, vanguardista, experimental, o simplemente animal. Ese
extraño porqué de separar y calificar lo realmente trascendental en
un momento determinado; cuando ya sabemos que todo se rige por
oleadas, mareas, y lumbreras ¿que mide en realidad los niveles del
podium de los campeones.
Basta con
echarle un ojo a las calificaciones que ha dado Piiiiit_tchfork al
reciente proyecto de Nicolas Jaar & Dave Harrington DARKSIDE, un
nueve. Ejem... vamos sería como decir que “Psychic” roza la
excelencia. Lo que le hace a uno pensar si un medio tan influyente
como este tiene realmente un criterio tan objetivo como se cree; o es
simplemente la espada de Democles que guía a las almas perdidas, que
buscan su sentido del disfrute.
En fin que
quieren que les diga. No hay nada realmente más jodido en esto de
estar en el candelero, que creerse uno influyente o pretender serlo.
A base de buscar excelencias en un círculo vicioso tan susceptible y
errático como el de la creatividad; aunque posiblemente todo dependa
del afán de investigar, o de la memoria de sus cachorros. Por esa
regla de tres no deberíamos pormenorizar en bandas como los
Italianos SEA DWELLER, quienes han preferido enfatizar en el Pop
borroso de los 90, sin pensar en su vigencia. Ver nacer a propuestas
subsistentes como la del Venezolano ROY VALENTIN, el colectivo
Portugués INDIGNU, o a los Australianos LOWER PLENTY. Todos ellos
unidos por un denominador común, el afán por crear nuevas texturas
con cuatro colores, y sin la presión de un hábitat que cree tener
la autoridad moral para imponernos las modas.
Por eso me
atrevería a defender con ferocidad el regreso preciosista de los
veteranos BLOW MONKEYS, la recitado poético en la profunda voz de
BILL CALLAHAN; quien reinventa constantemente sin trasgredir en la
esencia de sus canciones. La vuelta al cole de THE BLACK WATCH, estos
veteranos aun desconocidos que ya me robaron por entero el corazón
en su subestimado y maravilloso “Led Zeppelin Five/2011”; toda
una gozada escarbar en su repertorio e historia, digna de
aventureros. Y la de otras tantas sugerencias que hemos ido
recogiendo en las cunetas de ese paseo interestelar, donde el brillo
de las estrellas me encaminaron hacia la grandeza de lo simple e
insignifante, de lo cotidiano, y de lo omnipresente e ignorado.
Puede que
ciertamente no sean las que mejor se ajustan a los gustos de la
mayoría. Y que en mi rareza por esquivar lo que demasiado obvio y
dócil, me halla vuelto un poco huraño. Lo que si puedo asegurar es
que vi las estrellas brillar, y me importa un comino que pudiese ser
un sueño; de echo... quien me puede asegurar que aquello que veo y
oigo, es lo verdadero.
01_ The Program_Incept
02_Fanfarlo_A Distance
03_The Black Watch_Meg
04_Cruiser_Kidnap Me
05_Blow Monkeys_In no Time at All
07_Kindest Cuts_Handsome Killer (Demo)
08_Trentemoller_Never Stop Running (Feat Jonny Pierce)
09_Screen Vinyl Image_Stay Asleep
10_New Model Army_March in September
11_Bill Callahan_Javelin Unlanding
12_Cass McCombs_Brighter! (Feat Karen Black)
13_Mazzy Star_Lay Myself Down
14_Darkside_Paper Trails
15_Indignu_ Capítulo 1-Onde as neuvens se cruzam
16_Roy Valentin_Uno
17_Sea Dweller_I see the Sea from a Way Out
18_Tindersticks_If Tou're Looking for a Way Out
19_James Nee_Buffy
20_Lower Plenty_Strange Beast
02_Fanfarlo_A Distance
03_The Black Watch_Meg
04_Cruiser_Kidnap Me
05_Blow Monkeys_In no Time at All
07_Kindest Cuts_Handsome Killer (Demo)
08_Trentemoller_Never Stop Running (Feat Jonny Pierce)
09_Screen Vinyl Image_Stay Asleep
10_New Model Army_March in September
11_Bill Callahan_Javelin Unlanding
12_Cass McCombs_Brighter! (Feat Karen Black)
13_Mazzy Star_Lay Myself Down
14_Darkside_Paper Trails
15_Indignu_ Capítulo 1-Onde as neuvens se cruzam
16_Roy Valentin_Uno
17_Sea Dweller_I see the Sea from a Way Out
18_Tindersticks_If Tou're Looking for a Way Out
19_James Nee_Buffy
20_Lower Plenty_Strange Beast
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Perdonad las molestias y si no entendéis algún paso no dudeis en preguntar. SALUDOS!!
La verdad es que el disquito de The Program es una auténtica gozada. Cenquiu again Bboyz.
ResponderEliminarA The Black Watch y a Roy Valentín tampoco les conocía y me han causado una gratísima impresión...
A sus pinrreles monsieur...
Hola Sulo!! Ya sabes que yo encantadisimo con que extraigais algo positivo de estas Plays, teniendo en cuenta mis gustos tan arbitrarios.
ResponderEliminarNo se si estarás al corriente de mis problemas de salud, puesto que tan solo han trascendido a mi familia más cercana y a algún contacto telefónico. Pero he estado hospitalizado durante un mes y sin contacto al exterior alguno. De ahí la tardanza en contestar... ya estoy en casa así que el final ha sido feliz.
Gracias por tu comentario y espero que pases unas buenas fiestas nano!!
gracias por compartir 'Uno'! :)
ResponderEliminarNo, gracias a ti por agradecerlo y felicidades por el estupendo trabajo.
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