Todavía
quedan reductos al amparo de las fiestas populares. Trincheras
soterradas donde la “plebe” hacemos nuestra la calle, de plazas
sorteadas por chiringuitos, habaneras y pasacalles. Allí, los que
cambiamos abonos de festivales de verano por tiquets de bebida de
gerrilla: (cervezas en lata por 2 euros, o gintonics en baso de
plástico), nos damos un chapuzón de frescor nocturno, parrandero y
de comunidad.
Que sería
de nosotros, pobres supervivientes de las fiestas de barrio, sin esa
estrecha convivencia entre vecinos. Ese oteo privilegiado que da la
barra metálica, desde donde se diseccionan especies de distinto
pelaje, se sofocan incendios; o se provocan según la calentura de la
noche.
Que echos
como este se den a estas alturas en poblaciones periféricas a
espaldas de la gran urbe Barcino, aun tiene más mérito. Y que
queden aventureros para confeccionar carteles tan tentadores como el
de Espai Vapor de Terrassa y otros que se han dado en Santa Coloma,
Hospitalet, Sant Boi o la mismísima Vilanova a tan módico precio,
debería de catalogarse como heróicos.
Cierto es
que nos quedan aun pasos más arriesgados a la hora de horadar en la
subterraniedad. Y sacar a flote aquello que asusta a las modas. Pero
aun y así, basta con dar un repaso al cartel de este año y el de
posteriores: Fira Fem, Punsetes, Mourn, Triángulo del Amor
Bizarro, Capsula, Betunizer, Mee and the Bees... totalmente
gratis. Para salivar no?
En estos
casos, no es estrictamente necesario estar empadronado, contribuir en
el programa de fiestas o conocer a algún lugareño. Las fiestas
populares de verano irradian una especie de feromona todavía por
determinar. Por la cual, los descarriados nos apareamos por
consanguinidad, casualidad encontronazo y amor sonámbulo. O
simplemente porque estos hábitats donde las castas modernas
desaparecen, solo los buscadores del calor humano copulamos dando a
luz amistad, risas y noches para recordar; o quien sabe si para
olvidar diluyéndolas en alcohol.
La cosa
debió suceder así, puede... El caso es que en vista de que nos
perdimos a Wave Pictures en su última visita #hace cuatro
meses aprox. Esta ocasión era un “todo o nada” para no dejarla
escapar. Las piezas encajaban: Viernes, gratis, a 20 kms. escasos de
mi ciudad, y mira tu por donde. Si The Wave Pictures
intercedieron para que Johhny (Espacio Woody Jagger) y el que aquí
firma, nos conociésemos en persona. La segunda, acabaría por
rubricar otra igual de trascendente. La del menda y Xavi Nieto #el
anfitrión. ¿Que quien es Xavi Nieto?, a veces amigos, no hacen
falta títulos nobiliarios para determinar la grandeza de los
individuos. Solo conversaciones bajo el estimulante influjo de la
música, la noche y unas copas. Y tomarse la vida como una paleta de
colores donde uno puede escoger los básicos, o buscar las
tonalidades que se precisen según la creatividad que cada cual.
Noche de
muchas muchas risas, de las que no se olvidan. Ya no por lo que allí
sucedió, musicalmente hablando. Sino porque además, la situación
privilegiada que nos da la edad nos coloca en una perspectiva de
espectador única. Allí, en la lejanía, apartados de la melé
juvenil para coger carrerilla y diseccionar al personal. Adoremos a
la Virgen de los dolores, impartimos clases de socarronería; hasta
nos dieron un premio oiga!! Y cuando llego el momento de la
trascendencia, con un cubata en la mano y el brazo sobre el hombro;
como el maestro EuGénio #ese si lo era. También nos dimos algún
que otro garbeo por eso que se le llama: “una
vida de padres poco ejemplares”, dicen.
En lo que
respecta a la música: buena, variada y fibrada; como ha de ser.
Empezaron sobre las 00:20 los Londinenses THE WAVE PICTURES. Banda a
la que ya había tenido el gusto de disfrutar en la sala KGB con
Johnny, y que también acabó en verborrea. Aquí esta vez, hubo un
pequeño punto de inflexión. Y es que aunque es una banda a la que
proceso una devoción absoluta, con una trayectoria impecable,
sobretodo la de sus últimos cuatro últimos discos. Sobre el
escenario y pese a ejecutar con frescura, elasticidad y perfección
total todo el repertorio. He de admitir y compartir opinión de Xavi;
les falta aquello que uno intuye al escucharlos: Más mala baba,
filos, asideros para agarrarse, mugre, teatro... que se yo, actitud
vamos. Que sí, que el entorno de unas fiestas beodas y populares,
puede que no sea la más complaciente para desplegar todo su arsenal.
Que si uno está con la tertulia, el sudor, la relajación, y el
público seguramente mucho de él será circunstancial y pasajero.
Pero leche!! había una muchachada de no más de 15 años (la mayoría
de ellas féminas), que se rompían el alma en primera fila. Hay que
estar a las duras y a las maduras y ves, al bueno de Chuck Prophet
eso se la suda. Él lo da todo con 20, 40 o 50 espectadores; vamos,
que es una química recíproca y ya está. Wave Pictures tiene muy
buenas bases, se alimentan de sustratos con pedigrí. Pero como a
muchas bandas de ahora, les falta esa escenificación y actitud que
les sobraba a Lux Interior, Nick Cave o a Jonathan Richman.
El nivel de
variedad y surtido que les dan estos últimos trabajos, tiene para
dar y tomar. Más que nada porque su último disco “Great Big
Flamingo Burning Moon/2015” les da un plus de R&B y
contundencia, necesario para guarnir ese aire vacilón y feliz de su
Poprock más saltarín. Así que como era de prever cayeron unas
cuantas del mismo, incluyendo la que da nombre al mismo: “A
Could Hear the Telephone”, “Frogs sing loudly in the Ditches”,
“Sinister Porpose”, “Fake for Fur Pillowcase” o “The
Goldfish”, incluso “Green River”; la cover que
incluyen de la Creedence Clearwater, bastante apropiada al público
que por allí campaba y que se suma a la de Daniel Johnston, “My
Life is Starting Over”. “Long Black Cars” también,
o “My Head gets Screwed on Tighter” junto a “The West
Cauntry”. Canciones que desintoxican un poco lo que se puede
entender por un concierto para presentar nuevo disco.
Inciden
curiosamente bastante en “City Forgiveness/2013”. Un disco
doble como el Beer on The Breakers del 2011, con el que los descubrí.
Y que para mi gusto es de lo mejor que han publicado hasta la fecha;
más complejo, intimista y poliforme. Tiene joyazas de la talla de
“Better to be Loved”, “Chestnut”, o “Shell”
y sonaron, además de alguna más. Johnny Helm se salió en esta
última; el mejor de la banda con creces. David Tetersall o
Grabancito, como lo llamaba mi colega, demasiado destensado
él. Y Franic Rozycky el auténtico musculador de la banda, aunque
insisto, demasiado estáticos para mi gusto.
Claro que...
concierto gratis, que quieres pues. No me quejo lo juro, lo hago por
deformación profesional y desde luego, disfruté como un enano.
Un pequeño
receso al fondo, en las escaleras, echándonos el humo y una
charradeta. Y sobre las dos tocadas los Barceloneses THE SUICIDE
WESTERN CULTURE.
A esas
alturas de la noche, uno que sale de higos a brevas como el cometa
Halley, estaba en ese extraño punto en el que prefiere coger aire,
no precipitarse, y ganar fuerzas. Ya sabéis: - Me bebo un cubata?,
¿doy otra calada?, ¿otra cerveza quizás? En fin todo un dilema
para aguantar la compostura con estilazo y glamour. Bajamos a primera
línea, aproveché para saludar a otro gran amigo – Luis Le Nuit- y
su pareja recién llegados para preparar el cierre, y a las
trincheras hermanos!! The SWC dieron un conciertazo de aquellos para
perder el mundo de vista, toda una sorpresa para un servidor, y
contra todo pronóstico.
Ni soy de
aquellos que me suelo apuntar a un directo de electrónica; que me
gusta, eso sí. Más todavía cuando como los SWC, hurgan el los
Loops infinitos, en ese toque cinematográfico de sus montajes, su
progresión tan Postrockera, y en esos beats crocantes que nos
remontan a los 80/90. Ni tampoco de los que bailan cualquier cosa que
me pongan; madurito, pero con dignidad. Ahora, sucede a veces que...
o bien se alinean los astros o es que lo hacen bien los jodíos. Y
mira que me parece realmente difícil irradiar pasión rockera sobre
unos inertes artilugios electrónicos.
Ellos lo
hacen: Juanjo Fernández y Miquel Martínez consiguen que sus
canciones de carcasa onírica suenen sobre el escenario como un
vendaval, muy por encima de su sonido en estudio. Saben mantener ese
extraño equilibrio entre al épica de los 80, la elegancia y el
oscurantismo. Para estallar cual bigbeat rompedor y rockero. Y ya nos
ves ahí a dos estilosos rockergarajeros, dándolo todo como dos
criaturicas emperifolladas. Creo incluso, que algún año se evaporó
entre tanta muchachada y candor nocturno. Se nos apareció la virgen
sí. Descubrimos que el mundo es un pañuelo donde enjugarse el
sudor, donde a veces aparecen como la paloma inmaculada de ese mago,
amigos por doquier. De los previsibles, o de los que se anuncian como
apariciones cuando la noche lo necesita.
Arriba en el
púlpito, pasando de rosca CZ-100's y los humeantes ALESIS SR-16,
Suicide of Western Culture despiezaban su reciente “Hope Only
Brings Pain/2012” y parte de su disco de debut. No pudo faltar
“Still Breathing But Already Dead” para celebrar su último
gran paso. Ese que nos congratula y emociona, al ver sobre un
escenario una joven banda catalana haciendo temblar los cimientos. Y
poniendo a la electrónica guerrillera a nivel internacional; algunos
todavía no saben lo que se pierden.
Con la noche
ya aullando. Y el poco personal que cambió pachangueo y habaneras
por el hedonismo más exfoliante, en pie de guerra. Quedaba el
difícil papel de cerrar la noche a buen nivel, y para que negarlo.
Buena parte de la culpa de que aquí el menda, se dejara seducir por
un Viernes/noche, abocado al trasnoche sin freno. Era por supuesto,
la sesión de cierre de un gran amigo; LUIS LE NUIT.
Con él he
compartido además de noches sin fin y una amistad que se fraguó
hace 25 años, con una chapa extraviada y pisoteada del OCEAN RAIN.
Algunas de las más incipientes, febriles, y prematuras sesiones,
cuando se montaba cualquier fiesta fuere donde fuese. Programas de
radio, muchas ferias de discos, conciertos a doquier y los primeros
pasitos de FANTÁSTICO CLUB. Ya sabéis, esa pasión musical juvenil
que te corre por las venas, y que te empuja a plasmar esas
necesitadas compilaciones de cassette en una sesión.
En fin,
sarna que no pica por gusto sino por simple pasión de hacer bailar
al personal.
Así que
para ser sincero, y con los distintos caminos a los que nos ha
llevado la vida. No hay forma más grata con la que celebrar
reencuentros, con el tiempo y la brevedad que se dan los mismos. Que
con una sesión al otro lado del cercado alternativo, que es donde
nos solemos mover.
Y es que
amigos míos, uno puede tener sus principios inquebrantables. Ser el
socio nº1 de la cofradía insufrible de los gourmets musicales más
subterráneos y alternativos. Pero cuando la noche clarea y el
susodicho decide que una salida espontánea ha de acabar en efemérides,
hay que cerrarla con honor.
Se
amontonaron adeptos, eventuales, despistados, curiosos...y Luis Le
Nuit cumplió con creces. Más que nada porque no hay mejor premisa a
la hora de construir una sesión, que saber leer lo que el público
desea después de unos contundentes y abrasivos Suicide of Western
Culture. Básicamente bailar como condenados, tal y como reza el logo
de la banda.
El vapor
transpirado por una calurosa noche de Julio se tornó de repente en
una curiosa boira llebrada, y la plaza llegó a imaginarse
Vallée Blanche en pleno descenso. Pop estilizado, sintetizado y
bailable al 100% que rompe con las sesiones más orfebres a las que
nos tiene acostumbrados; por lo menos a mi, que lo veo muy de tarde
en tarde. Podría renegar como el abuelo pachín? Pues no digo que
no. Pero la edad me ha enseñado que aunque el gusto por la
complacencia de escuchar una sesión a la carta siempre esté ahí.
Mucho mejor dejarte llevar de la mano, y que te descubran otros
escenarios posibles. Hubo petición de rigor, claro que sí!! más
por apuestas y ganas de tocarle la pera que por exigencias del guión.
Pero The Cramps acabaron sonando junto al Suedehead y a Once
In a Lifetime del mítico Remain Lights de Talking Heads.
Flotamos, levitamos y batimos las alas con Human Fly, poniendo
el lacito a una sesión fresca a rabiar.
Del Pop
electrónico errante, a remixes de pedrería que se engarzaban los
unos con los otros sin dar respiro al personal. Fluido, dinámico,
concentrado como un picapedrero de las mesas que es. Guitarras que
planeaban y se deslizaban por beats calibrados al milímetro. Puntos
de inflexión vacilones y tan tonificantes como las burbujas del Gin
a pie de escenario, cuando Bob Marley y James se solapaban con la
barita de Surda. Y echarnos a los tigres aquellos que con
impaciencia, queríamos ver a los niños en la cama, o por lo menos
dar cabezadas.
El Honbre
Mosca zumbó con BZZZZZ... y los presentes, más felices que un
chancho en un barrizal. Lo que se dice una noche mu tonta que sí,
aunque suene ridículo, nos hace un poco más jóvenes, felices y
amigos.................................SALUT!!
Recalco esa frase sobre los Wave Pictures, un grupo que también me encanta, como sabes, En directo les falta "más mala baba, filos, asideros para agarrarse, mugre, teatro... que se yo, actitud vamos." Aún así me encantaría volver a disfrutarlos contigo. Un gran abrazo y a ver si os animáis este verano a venir p'al sur.
ResponderEliminarYa ves Johnny que fue una noche tan memorable como la que nos conocimos, a mi también me siguen encantando y les perdono esa falta de travesura sobre el escenario, ya lo sabes. De todas formas, sonaron de lujo, este último disco da mucho juego sobre el escenario. Pero mi último hallazgo es su fabuloso City Forgiveness/2013. Mira que cuando se publicó me pareció de entrada un poco largo, pero con el tiempo me está enganchando una barbaridad.
ResponderEliminarOye, me encantaría pasar unos días por tu tierra y charlar largo y tendido. De momento no tengo decidido nada y la verdad es que me cuadraría de lujo estar más o menos cerca, ya que mi suegra con el reciente fallecimiento de mi suegra está sola y se vendrá con nosotros. Si sabes de algún alojamiento que este cerca de donde paras con piscina, me bajo unos días con la family.