domingo, 27 de diciembre de 2015

MISS...BESTIARIOS DEL 2015_ 1de 4




Pasaré olímpicamente, vuelo rasante y pértiga al ristre de prefacios navideños (etc. etc. etc.). Más que nada, porque poco sentido tendría azuzar los fastos navideños; con luna llena incluida. Si para cuando lo publique, igual o son Santos Inocentes, o estaremos durmiendo la mona sobre un campanario.
Si amigos sí, este año voy con más retraso de lo normal. Y he pasado del obsesivo y marcial 2014: o publicaba más entradas que el año anterior o se me disparaban las arritmias. A aplazar las cosas -sean las que sean- por el simple capricho de no cumplir los trámites. Vamos una especie de rebelión/amotinamiento con las obligaciones, deberes y demás: paqué.

Eso sí, aunque las listas de lo mejor de cada año, cada día sean más previsibles, esclavas de lo formal, y complacientes con lo establecido; lo que se lleva. Aquí un menda -erre que erre- hará ese ejercicio mental que le recetó el médico: Eso de engrasar los mecanismos de la memoria, y someterse a examen. - Será esto lo mejor de este 2015??
Quien sabe. Si no lo es, que seguro que no. Por lo menos una pequeña guía para navegantes despistados, o un cardiograma de un momento poco concreto de nuestra vida. Los gustos cambian y se moldean como cada arruga, cana o manía; ¿que no es lindo acaso?


40. SHARON VAN ETTEN - I DON'T WANT TO LET YOU DOWN vs. GOLD CELESTE – THE GLOW

Tan injusto como separar listas por estilos, nacionalidades o colores. Lo es relegar el formato EP. a otro que no sea el mismo de un larga duración: por menos canciones que tenga, y un hilo conductor mucho más definido que el de un Lp. Por eso, y no es la primera vez, me parecería un agravio no contar con esta hermosura que se publicó a principios de año.
Sharon Van Etten por versatilidad vocal e inagotable talento, esta dada a hacer cosas grandes; si no al tiempo. “I Don't want to let you Down” es solo un ejemplo: Cinco cortes incluida toma inédita en directo, que no baja del notable alto. Algunas muy por encima de su laureado anterior disco. Seguramente las cinco canciones que más he escuchado con diferencia y del tirón, este año.

Para igualar condiciones. Un disco como el “The Glow”, de los Noruegos GOLD CELESTE; que iba a quedar fuera hasta el pitido final. Creo que merece estar ahí por mucho que nos remita a aquel “Innerspeaker” del 2010.
Tame Impala no, y dirán ¿rencor? Pues no. Porque si lo último de los Australianos me parece una frivolidad con aires de trascendencia grandilocuente infundada. La sencillez e inocencia de este trío de Oslo, la aprecio seguramente más, por aquello que tenían los Tame Impala y ahora no: Ese arte de hacer algo que ya se hizo mil veces antes, y conseguir que suene fresco, fiel y mantenernos atentos de principio a fin.

Seguramente su Pop flotante y colorido sea como balas de fogueo; incomparable. La fragilidad y ñoñería vocal algo cargante. E incluso la búsqueda de un superhit como el “Let It Happen” inútil.
Pero su disco entre la timidez y lo bucólico, con pies, cabeza y brazos. Adoro a aquella gente que se atreve a emular sin miedo a fracasar, y a los que no les importa correr el riesgo de ser comparados. Al final lo que mandan son las canciones; buenas, con sentido y sin tanto empeño por justificar lo espiritual.




39. THE DEARS_TIMES INFINITY VOLUME ONE

Cuatro años desde aquel masacrado “Degeneration Street”. Ese año los medios “especializados”; la troika de la escena indie. Decidieron por unanimidad que la banda de Montreal había tocado fondo.
Y a mi que me parece uno de sus mejores trabajos... este año ni siquiera han sido reseñados.

Con esto solo quiero decir que la vara que mide aquello que está vigente y no, los flujos comerciales... no es que sea injusta, sino que es cruel y despiadada. En 2003 debutaban con “No Cities Left”: Un disco que me cautivó por aquel dramatismo de cámara tan a lo Divine Comedy o Perry Blake. Y desde entonces, el grupo de Murray Lightburn y Natalia Yanchackhan ha cambiado mucho, es cierto. De ese primer pop de orfebrería victoriana hasta el presente, quizás por su postura poco definida; si es que de lo que se trata, es de estar del lado del diablo o el de su santidad. Han quedado relegados a eso que posiblemente escuchamos los marginales, digo yo.

La publicación a mediados de este año de Times Infinity, ya me parecía que iba a pasar sin pena ni gloria. Y es que bueno, tampoco lo han puesto fácil: si se hubiesen vendido a los sonidos de natillas de ahora, pues a lo mejor.
Así que bueno, puede que yo no sea el más adecuado o imparcial. Pero debo decir que Times Infinity me sigue pareciendo un álbum grande. No es cómodo ni aquello que la mayoría de gente pide ahora; lo era Degeneration Street y mira como les fue. Aquí están a medio camino de su vertiente más Pop, y de la más rockera y despechada; eso sí, sin las guitarras ya de Patrick Krief; mucho más sibilino y estilizado. “To hold and have” sigue siendo esa joya afrancesada que recuerda a su magnífico No Cities Left del 2003, igual que su dueto pimpinelesco en “You can't Get Born Again”.
Pero tal y como augura su título, el tiempo es infinito. No tener que rendir cuentas a un público determinado, hace que sus discos me suenen tan difusos como desencorsetados. Ni pretenden ni fuerzan la máquina, todo fluye: Sus dubitativos arreglos, su lírica regateadora, y un Pop rocoso por el que trepar sin miedo a conocerse a tientas el camino. Siempre hay momentos para descubrir nuevos huecos en la roca: “Face of Horrors”, “We Lost Everything” o la desgarradora “Hell Hath Frozen in your Eyes”. 


    38. CALVIN LOVE_SUPER FUTURE

Hay discos que buscan por todos los medios trascender. Que intentan capturar y envasar una parte muy concreta de la música (casi siempre del pasado con cierto envoltorio actual). Si buscamos al azar tantos que han intentado emular ese equilibrio entre lo sintético y bailable de Gary Numan o John Foxx; pocos los que mantienen el equilibrio sobre la ola perfecta.
Calvin Love tiene ese don casi inapreciable de mantener el equilibrio sin abusar del megatemazo. De echo en Super Future no los hay. No tiene ese gancho inmediato que te atrae como los agujeros negros a la perdición. Y sin embargo este Canadiense es capaz de rezumar estilo por los cuatro costados (David Bowie, Brian Ferry, David Byrne). Condensar entre bases pregrabadas, sintetizadores y guitarras contorsionistas, casi toda la esencia de una época donde la melodía no era esclava de estéticas. Pop sintetizado que explota como rock funcional y práctico, sin tener que rendir cuentas a la obviedad. En su música todo suena como una sensación placentera de viajar a pequeños extractos de épocas pasadas, sin tener que justificarse necesariamente.
Un disco magnético que sin saber porqué, te arrastra sin llegar a explicarte donde reside su magia.

37. CAR SEAT HEADREST_TEEN OF STYLE

Teen of Style es más o menos el primer disco o puñado de bocetos hecho canción. Ordenado, confeccionado y grabado con una intención más o menos clara: hacer daño.
Con 20 escasos años, Willy Toledo, o la reencarnación de Christopher Mintz-Plasse en supersalidos; no, je, no es quien piensan en el exilio. Ha grabado un montón de canciones, de echo, creo que ha grabado igual que pasara con los Guided By Voices. Todos y cada uno de los bocetos, borradores u ocurrencias que se le pasaran por la cabeza. De manera casera, autodidacta o a cara de perro.

Aquí se ha juntado con dos socios y por fin la cosa parece coger forma. Y luego, lo que ocurre cuando hay talento y poco que perder: El único disco de este año, enchufado, escuchado y sintetizado como las drogas letales del altiplano. Una especie de Pop trotón, surfero y desesperado, parecido al alarido de la madre selva. Puro instinto que resurge de manera brillante y pegajosa, por debajo de una maraña de guitarras, ecos sucios, desvaríos varios. Y que entre algún que otro despiste, reluce sobretodo en una chispa inequívoca de talento natural.
Solo hay que coger distancia y dejar que como los cuadros impresionistas, suenen: “The Drum”, “Something Soon” o “Times to Die”; por poner un ejemplo. A distancia prudencial, con espacio por donde expandirse. Las canciones de este trío de Seattle no son para pegar la oreja y despiezar, son más bien como la válvula de presión que se abre y silva con frenesí. Se les puede achacar el servir la carne casi cruda, el cocinar con lo que pillan, a deshoras y como les cuadra. Pero sus canciones suenan terriblemente puras, libres y sin presión alguna que les condicione.


36. CARLOS FORSTER_DISASTERS


Tras el torbellino la calma. Cada año hay un disco para hundirte en el fondo del colchón y aparecer en el piso de abajo: De noche, en silencio y a oscuras. Otros años fueron I AM DIVE, este por estadística y probabilidad debería haber sido el turno de LOW. Pero así como tantos de manera curiosa, los han agasajado y venerado. A mi, vete tu a saber porqué, me han dejado un poco k.o. Oye, que igual los he oído poco y en mal momento.
La cosa es así, y tampoco voy a pedirle cuentas ahora al cielo. Disasters sin embargo me viene acompañando casi todo este año. Un disco que he tenido tiempo de madurar, asimilar y sentir como una constante natural.

Las canciones de ex líder de FOR STARS y socio de M WARD y SHE & HIM, han vuelto cuatro años después igual que lo hicieron con “Family Trees”: descalzas y de puntillas.
Impulsos sonoros que se adhieren al rumor mundano del día a día. Que remontan hasta las montañas para alimentarse de la brisa, el crepitar de las ramas, y del grito apagado de la naturaleza. A medio camino entre Sigur Ros y Bedhead. Acompañado por exBeluah, el malogrado Tim Mooney (American Nusic Club) y algún colega de M Ward. Disasters/Acuarela esparce por ocho canciones y dos curiosas versiones de The Wire y Flaming Lips. Todo un repertorio de texturas que penden con ligereza sobre un tendedero casi al capricho del vendaval: Slowfolk, paisajes fílmicos, ambient espacial, ectoplasmas. Que entre el remanso de paz y armonía, o el suspense que a veces se asoma por las rendijas. Atrapa de forma hipnótica, mántrica y casi etérea; todo un misterio por resolver.


35.ALONDRA BENTLEY_RESOLUTIONS

Benditos discos salvadores, aquellos indefendibles por un argumento tan claro y definido como aturdidor. Y por los que claudicas sin forcejeo alguno. Ante la refulgencia seductora de una voz que ahí, como un estoque en el corazón, te enamora con ceguera.
La Británico/española Alondra, residente en la candelaria Murciana. La misma que dotó a Cherry y a otros como Josh Rouse. De esa templanza con la que traducir el horizonte mediterráneo, en melodías paisajísticas. Tiene ese don natural de convertir lo que seguramente y a simple vista, parecería algo tan neutro y pulcro, como inofensivo. En puro preciosismo hermafrodita.

Ni será el Pop electrónico el que la recluya, ni sus orígenes de cantautora, ni tampoco esa primera impresión de música mainstream tan pulida que peligra en desdibujarse. Sobretodo cuando uno averigua que es el señor Matthew E. White, el que anda detrás de este orgánico tinglado. Ya era un hecho el prolífico talento de esta chica. Pero pocos como el de Virginia para darle el sentido exacto, al íntimo temario de Alondra Bentley.
Diez cortes que remontan alto sin apenas sobresaltos: todo cuadra, encaja y fluye con el preciosismo exacto que merecen. Para hacer de este Resolutions, uno de los trabajos más puros y seductores de este final de año.
La sutileza con la que se ha tratado lo acústico y sintético es tal, que son capaces de hacer de su escucha un estado de ánimo, incluso de inventar lugares perfectos. Y si no fuese porque ha llegado con la mesa ya puesta, a buen seguro se coronaría como uno de los discos más redondos del año.
Crece con las escuchas. Primero destacan “What we you Dream”, “Remedy” o “Mid September”. Después es todo el álbum el que te conquista por la grandeza de su compostura, de su fragilidad y de su maravillosa dulzura.

34. MAD ROBOT_ KILL LIST

Mad Robot son la puñalada trapera a la conciencia destructiva de las modas. Su Pop de guitarras impulsivas y directas, es como el grito ahogado de aquellos que perdieron la mano de las modas.
Las guitarras volverán a reinar, aunque solo sea para que el “indie” caprichoso e inmovilista no vaya a la deriva. Ni porque se hable de los 90 de mala gana, en ese afán de parecer pioneros en tierra de castas. Ni siquiera porque por suerte, la música avanza a mejor velocidad de crucero por las corrientes freáticas, que por la superficie.

Con poco o nada que perder, han parido un disco duro, afilado, visceral e inteligente en textos. Que aun siendo en inglés. Pocas luces se necesitan para cabalgar a lomos de su lírica activista deudora y reivindicativa de The Thermals, Pixies o de Dinosaur Jr.
Ese momento brillante y explosivo en el que Pop, Noise y Rock pétreo se configuran para sacudir conciencias acomodadas. Y claro, la mejor medicina para no caer en la mediocridad de lo estandar, clasista o figurante. Dañino como pocos.


33. HORSEBEACH_II



El penúltimo salto desde los suburbios de la postindustrial Manchester; criadero de bandas por tradición y genética. Nos llega con tal discreción y timidez, que vale la pena detenerse y rastrear el ingente de bandas que opera en la segunda división Británica. Aunque solo sea para descubrir que el Pop sigue reluciendo igual que antaño.
Aztec Camera, Prefab Sprout, Blue Nile afectados por un manto de Dreampop reverberado, podrían ser un buen punto de partida. Aunque la verdad, es fácil perderse entre tanta y recurrente comparativa. Sobretodo, ahora que mucho de lo que se escucha, se queda a veces, en muchas intenciones y poca actitud.

Horsebeach no han inventado el secreto del sofrito, desde luego. Pero uno que vive de por vida infectado por este Pop vaporoso y blandito, necesita su dosis anual; que se le va a hacer.
Con todos los respetos, poco tienen que envidiarle a Beach House o a War on Drugs (alguno me colgará por esto). Solo que a mi lo menor, me pone más que lo ambicioso. Pop sin disfraces, tan simple y efectivo como el que se facturaba en Sarah, Creation o en el tan sobado C-86. Y que hace las mil maravillas con dos guitarras tan bien cosidas, como todo el temario que abarca este disco de debut. Hacerlo fácil, bonito y trabajado tiene más mérito. Sobretodo cuando viene de sellos sin pedigrí como el mancuniano Piccadilly Records.



32. TORUL_THE MEASURE



No me cansaré de clamar a los cuatro vientos. El pódium que por ley les pertenece a esta banda Eslovenos, como mejor disco de TecnoPop de la presente campaña; el mío por lo menos.
Sí, me da lo mismo que suene mejor synthpop o... pop electrónico. Para mi todo lo que concierne al Pop electrónico y oscurillo de los 80 será TecnoPop; y punto. Depeche Mode, Soft Cell, Escape with Romeo o Anne Clark. Todos forman parte de la misma familia apestada de la escena de baile oscurilla. Y claro, como apestados que nos consideramos los que venimos de esa época. A mi en lo personal, me importa un bledo el coqueteo que se tiene ahora con lo sintetizado, y las pestes que se echan de ciertas épocas y movidas de la música; me la bufa. Me urge decir que odio la facilidad con la que se entierra mucha música, poniendo por encima de la calidad de los discos, estilos que la gente entiende por caducos. Esa actitud de avanzar sin mirar atrás nos empobrece musicalmente, y es una pena.

De Torul me encanta esa forma tan cuché, estilizada y elegante de presentar el Pop. Sin abusar de los tópicos góticos, también homenajean con juegos vocales a bandas más rockeras. Pese a tener ya cuatro discos a sus espaldas y no ser este su máximo exponente discográfico. Si que es una buena oportunidad de comprobar la buena salud de la que goza el electropop centroeuropeo.
Se incluye “All”, un temazo del pasado año remezclado hasta la saciedad. Pero brillan sobre todo el repertorio “The Balance” y “Difficult to Kill”, sin dejar de lado su origen más electro e industrial. Un disco que te lleva al lado más oscuro, por los pasillos más bonitos, inofensivos y endulzados.



31. METZ_METZ II



Metz son la cura contra cualquier tipo de postureo, ese que gusta de lo sucio pero solo a ratos y con consentimiento. El agua del Carmen curadora de mareos, sofocos y lipotimias. Justo con el mismo microbio que te los produce; como las vacunas pero en forma de estertor convulso y automático.
El segundo disco de estos Canadienses dicho aquí y ahora, tiene lo necesario para no caer en aporreo machacante y sin destino. El suyo es claro; la frenopatía. En sus guitarras que como locomotoras saltan las traviesas de las vías. Se funde el noise, el hardcore, y un eslabón perdido que bien podría emparentarse tanto la EBM, como a la industria del metal pesado.

Temas como el single “The Swimmer”, “I.O.U” o “Acetate” son solo un pequeño pretexto para adentrarse en sus laberínticos pasajes de demencia. Necesaria, eso sí. El humano, como cualquier bicho viviente, necesita su dosis de crueldad y castigo autoinflingido; no íbamos a estar todo el santo día pastando por los prados en bolas picadas y coronados con margaritas. También hay que sentir el dolor, la suciedad y lo oscuro, como la noche que nos traga y nos da de comer. El noise además, para quien crea que solo es un síntoma de la destrucción, el desconsuelo y el odio, también tiene su corazoncito. Sólo, que su forma de mostrarte su amor y misericordia, es a base de subirnos el pulso; como una buena esnifada de popper.
Veis? Esto sale mucho más barato y es menos perjudicial para la salud; salvo el elevado volumen a que hay que escucharlo. Lo demás es lo que os decía: - postureo, de ese que gusta de lo sucio pero solo a ratos y con consentimiento

4 comentarios:

  1. Comienzo a ponerme al día, maese-brother. Además de Mad Robot, Car Seat Headrest, el de Sharon y alguno voy escuchando los que no conocía, que son bastantes de esta primera tanda. Abrazo.

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    1. Hoooola Johnny y feliz año con cierto retraso. El mismo que llevé todo el 2015 y que voy a llevar este 2016 amigo.
      Bueno ya es normal, eso son dos discazos junto al de Sharon Van Etten; esta chica me tiene enamorado con ese concentrado de canciones. Si no fuera porque es un Ep la hubiera puesto de las primeras.
      Como ya sabes, hay cosas de aquí y allá; este año ha sido raro de cojones. Y no creas que no me ha costado confeccionar mis preferencias. ¿te puedes creer que hasta bien acabado el año, no me he hecho idea del asunto? Vivo feliz, debe ser eso.
      Un abrazo en la distancia amigo, y tranquilo no me demoraré más que lo suficiente en publicar los 10 últimos.......jejje intriga

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  2. Hola!! Aunque he tardado este año tenía el buen propósito de comentarte las listas! jaja

    Me han encantado los gold celeste, en la voz me recuerdan a un grupo que tiene un disco que adoro, que son daneses creo, los oh no ono (me ha costado sudores acordarme del nombre) que sacaron un disco llamado eggs por el 2010 o asi.

    Los dears no me tiran por la voz básicamente pero todo lo que dices es cierto y se podría aplicar a otros grupos.

    Me han resultado curiosos los car seat headrest, vaya nombrecito jaja y me ha gustado mucho carlos Forster. Desde que dejo de hacerse el tanned tin ando huérfana de este tipo de música.

    Me guardo también mad robot y los horsebeach es el único grupo que ya conocía pero desde hace nada que lei la lista de txarls jaja, me recuerdan a grupos suecos de hace unos añitos (por lo que ahora mismo no me acuerdo de sus nombres jaja)

    Me ha encantado leerte!
    besos

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    1. Y a mi tenerte de vuelta otra vez por aquí Viola; aunque pasen veinte años. Las desconexiones temporales las tenemos todo, no es problema, es diría yo que hasta necesarias.
      Mi 2015 tampoco te creas que ha sido fácil, y aunque no lo creáis se ve reflejado en la lista. Al final me quedo con estos 40 discos y sus respectivas bandas, simplemente porque es ese el decorado del 2015: Un espejo en el mirarnos e intuir como nos ha ido. Descubrir claro, yo ya sabéis que me conformo con que os podáis echar algo a la boca, lo que sea. El tiempo es infinito, como dicen The Dears... para escucharlo todo. Quien sabe de aquí a dos años. Yo, todavía me sorprendocon cosas de hace 10 y que se quedaron arrinconadas en el trastero.
      Un abrazo fuerte y muchos besos!!

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