Pasaré
olímpicamente, vuelo rasante y pértiga al ristre de prefacios
navideños (etc. etc. etc.). Más que nada, porque poco sentido
tendría azuzar los fastos navideños; con luna llena incluida. Si
para cuando lo publique, igual o son Santos Inocentes, o estaremos
durmiendo la mona sobre un campanario.
Si amigos
sí, este año voy con más retraso de lo normal. Y he pasado del
obsesivo y marcial 2014: o publicaba más entradas que el año
anterior o se me disparaban las arritmias. A aplazar las cosas -sean
las que sean- por el simple capricho de no cumplir los trámites.
Vamos una especie de rebelión/amotinamiento con las obligaciones,
deberes y demás: paqué.
Eso sí,
aunque las listas de lo mejor de cada año, cada día sean más
previsibles, esclavas de lo formal, y complacientes con lo
establecido; lo que se lleva. Aquí un menda -erre que erre- hará
ese ejercicio mental que le recetó el médico: Eso de engrasar los
mecanismos de la memoria, y someterse a examen. - Será esto lo mejor
de este 2015??
Quien sabe.
Si no lo es, que seguro que no. Por lo menos una pequeña guía para
navegantes despistados, o un cardiograma de un momento poco concreto
de nuestra vida. Los gustos cambian y se moldean como cada arruga,
cana o manía; ¿que no es lindo acaso?
40. SHARON
VAN ETTEN - I DON'T WANT TO LET YOU DOWN vs. GOLD CELESTE – THE
GLOW
Tan
injusto como separar listas por estilos, nacionalidades o colores. Lo
es relegar el formato EP. a otro que no sea el mismo de un larga
duración: por menos canciones que tenga, y un hilo conductor mucho
más definido que el de un Lp. Por eso, y no es la primera vez, me
parecería un agravio no contar con esta hermosura que se publicó a
principios de año.
Sharon
Van Etten por versatilidad vocal e inagotable talento, esta dada a
hacer cosas grandes; si no al tiempo. “I Don't want to let you
Down” es solo un ejemplo: Cinco cortes incluida toma inédita
en directo, que no baja del notable alto. Algunas muy por encima de
su laureado anterior disco. Seguramente las cinco canciones que más
he escuchado con diferencia y del tirón, este año.
Para
igualar condiciones. Un disco como el “The Glow”, de los Noruegos
GOLD CELESTE; que iba a quedar fuera hasta el pitido final. Creo que
merece estar ahí por mucho que nos remita a aquel “Innerspeaker”
del 2010.
Tame
Impala no, y dirán ¿rencor? Pues no. Porque si lo último de los
Australianos me parece una frivolidad con aires de trascendencia
grandilocuente infundada. La sencillez e inocencia de este trío de
Oslo, la aprecio seguramente más, por aquello que tenían los Tame
Impala y ahora no: Ese arte de hacer algo que ya se hizo mil veces
antes, y conseguir que suene fresco, fiel y mantenernos atentos de
principio a fin.
Seguramente
su Pop flotante y colorido sea como balas de fogueo; incomparable. La
fragilidad y ñoñería vocal algo cargante. E incluso la búsqueda
de un superhit como el “Let It Happen” inútil.
Pero
su disco entre la timidez y lo bucólico, con pies, cabeza y brazos.
Adoro a aquella gente que se atreve a emular sin miedo a fracasar, y
a los que no les importa correr el riesgo de ser comparados. Al final
lo que mandan son las canciones; buenas, con sentido y sin tanto
empeño por justificar lo espiritual.
39. THE
DEARS_TIMES INFINITY VOLUME ONE
Cuatro
años desde aquel masacrado “Degeneration Street”. Ese año
los medios “especializados”; la troika de la escena indie.
Decidieron por unanimidad que la banda de Montreal había tocado
fondo.
Y
a mi que me parece uno de sus mejores trabajos... este año ni
siquiera han sido reseñados.
Con
esto solo quiero decir que la vara que mide aquello que está vigente
y no, los flujos comerciales... no es que sea injusta, sino que es
cruel y despiadada. En 2003 debutaban con “No Cities Left”:
Un disco que me cautivó por aquel dramatismo de cámara tan a lo
Divine Comedy o Perry Blake. Y desde entonces, el grupo de Murray
Lightburn y Natalia Yanchackhan ha cambiado mucho, es cierto. De ese
primer pop de orfebrería victoriana hasta el presente, quizás por
su postura poco definida; si es que de lo que se trata, es de estar
del lado del diablo o el de su santidad. Han quedado relegados a eso
que posiblemente escuchamos los marginales, digo yo.
La
publicación a mediados de este año de Times Infinity, ya me parecía
que iba a pasar sin pena ni gloria. Y es que bueno, tampoco lo han
puesto fácil: si se hubiesen vendido a los sonidos de natillas de
ahora, pues a lo mejor.
Así
que bueno, puede que yo no sea el más adecuado o imparcial. Pero
debo decir que Times Infinity me sigue pareciendo un álbum grande.
No es cómodo ni aquello que la mayoría de gente pide ahora; lo era
Degeneration Street y mira como les fue. Aquí están a medio camino
de su vertiente más Pop, y de la más rockera y despechada; eso sí,
sin las guitarras ya de Patrick Krief; mucho más sibilino y
estilizado. “To hold and have” sigue siendo esa joya
afrancesada que recuerda a su magnífico No Cities Left del 2003,
igual que su dueto pimpinelesco en “You can't Get Born Again”.
Pero
tal y como augura su título, el tiempo es infinito. No tener que
rendir cuentas a un público determinado, hace que sus discos me
suenen tan difusos como desencorsetados. Ni pretenden ni fuerzan la
máquina, todo fluye: Sus dubitativos arreglos, su lírica
regateadora, y un Pop rocoso por el que trepar sin miedo a conocerse
a tientas el camino. Siempre hay momentos para descubrir nuevos
huecos en la roca: “Face of Horrors”, “We Lost
Everything” o la desgarradora “Hell Hath Frozen in your
Eyes”.
38.
CALVIN LOVE_SUPER FUTURE
Hay
discos que buscan por todos los medios trascender. Que intentan
capturar y envasar una parte muy concreta de la música (casi siempre
del pasado con cierto envoltorio actual). Si buscamos al azar tantos
que han intentado emular ese equilibrio entre lo sintético y
bailable de Gary Numan o John Foxx; pocos los que mantienen el
equilibrio sobre la ola perfecta.
Calvin
Love tiene ese don casi inapreciable de mantener el equilibrio sin
abusar del megatemazo. De echo en Super Future no los hay. No tiene
ese gancho inmediato que te atrae como los agujeros negros a la
perdición. Y sin embargo este Canadiense es capaz de rezumar estilo
por los cuatro costados (David Bowie, Brian Ferry, David Byrne).
Condensar entre bases pregrabadas, sintetizadores y guitarras
contorsionistas, casi toda la esencia de una época donde la melodía
no era esclava de estéticas. Pop sintetizado que explota como rock
funcional y práctico, sin tener que rendir cuentas a la obviedad. En
su música todo suena como una sensación placentera de viajar a
pequeños extractos de épocas pasadas, sin tener que justificarse
necesariamente.
Un
disco magnético que sin saber porqué, te arrastra sin llegar a
explicarte donde reside su magia.
Teen of
Style es más o menos el primer disco o puñado de bocetos hecho
canción. Ordenado, confeccionado y grabado con una intención más o
menos clara: hacer daño.
Con 20
escasos años, Willy Toledo, o la reencarnación de Christopher
Mintz-Plasse en supersalidos; no, je, no es quien piensan en el
exilio. Ha grabado un montón de canciones, de echo, creo que ha
grabado igual que pasara con los Guided By Voices. Todos y cada uno
de los bocetos, borradores u ocurrencias que se le pasaran por la
cabeza. De manera casera, autodidacta o a cara de perro.
Aquí se ha
juntado con dos socios y por fin la cosa parece coger forma. Y luego,
lo que ocurre cuando hay talento y poco que perder: El único disco
de este año, enchufado, escuchado y sintetizado como las drogas
letales del altiplano. Una especie de Pop trotón, surfero y
desesperado, parecido al alarido de la madre selva. Puro instinto que
resurge de manera brillante y pegajosa, por debajo de una maraña de
guitarras, ecos sucios, desvaríos varios. Y que entre algún que
otro despiste, reluce sobretodo en una chispa inequívoca de talento
natural.
Solo hay que
coger distancia y dejar que como los cuadros impresionistas, suenen:
“The Drum”,
“Something Soon” o
“Times to Die”;
por poner un ejemplo. A distancia prudencial, con espacio por donde
expandirse. Las canciones de este trío de Seattle no son para pegar
la oreja y despiezar, son más bien como la válvula de presión que
se abre y silva con frenesí. Se les puede achacar el servir la carne
casi cruda, el cocinar con lo que pillan, a deshoras y como les
cuadra. Pero sus canciones suenan terriblemente puras, libres y sin
presión alguna que les condicione.
36. CARLOS
FORSTER_DISASTERS
Tras el
torbellino la calma. Cada año hay un disco para hundirte en el fondo
del colchón y aparecer en el piso de abajo: De noche, en silencio y
a oscuras. Otros años fueron I AM DIVE, este por estadística y
probabilidad debería haber sido el turno de LOW. Pero así como
tantos de manera curiosa, los han agasajado y venerado. A mi, vete
tu a saber porqué, me han dejado un poco k.o. Oye, que igual los he
oído poco y en mal momento.
La cosa es
así, y tampoco voy a pedirle cuentas ahora al cielo. Disasters sin
embargo me viene acompañando casi todo este año. Un disco que he
tenido tiempo de madurar, asimilar y sentir como una constante
natural.
Las
canciones de ex líder de FOR STARS y socio de M WARD y SHE &
HIM, han vuelto cuatro años después igual que lo hicieron con
“Family Trees”: descalzas y de puntillas.
Impulsos
sonoros que se adhieren al rumor mundano del día a día. Que
remontan hasta las montañas para alimentarse de la brisa, el
crepitar de las ramas, y del grito apagado de la naturaleza. A medio
camino entre Sigur Ros y Bedhead. Acompañado por exBeluah, el
malogrado Tim Mooney (American Nusic Club) y algún colega de M Ward.
Disasters/Acuarela esparce por ocho canciones y dos curiosas
versiones de The Wire y Flaming Lips. Todo un repertorio de texturas
que penden con ligereza sobre un tendedero casi al capricho del
vendaval: Slowfolk, paisajes fílmicos, ambient espacial,
ectoplasmas. Que entre el remanso de paz y armonía, o el suspense
que a veces se asoma por las rendijas. Atrapa de forma hipnótica,
mántrica y casi etérea; todo un misterio por resolver.
35.ALONDRA
BENTLEY_RESOLUTIONS
Benditos
discos salvadores, aquellos indefendibles por un argumento tan claro
y definido como aturdidor. Y por los que claudicas sin forcejeo
alguno. Ante la refulgencia seductora de una voz que ahí, como un
estoque en el corazón, te enamora con ceguera.
La
Británico/española Alondra, residente en la candelaria Murciana. La
misma que dotó a Cherry y a otros como Josh Rouse. De esa templanza
con la que traducir el horizonte mediterráneo, en melodías
paisajísticas. Tiene ese don natural de convertir lo que seguramente
y a simple vista, parecería algo tan neutro y pulcro, como
inofensivo. En puro preciosismo hermafrodita.
Ni será el
Pop electrónico el que la recluya, ni sus orígenes de cantautora,
ni tampoco esa primera impresión de música mainstream tan pulida
que peligra en desdibujarse. Sobretodo cuando uno averigua que es el
señor Matthew E. White, el que anda detrás de este orgánico
tinglado. Ya era un hecho el prolífico talento de esta chica. Pero
pocos como el de Virginia para darle el sentido exacto, al íntimo
temario de Alondra Bentley.
Diez cortes
que remontan alto sin apenas sobresaltos: todo cuadra, encaja y fluye
con el preciosismo exacto que merecen. Para hacer de este
Resolutions, uno de los trabajos más puros y seductores de este
final de año.
La sutileza
con la que se ha tratado lo acústico y sintético es tal, que son
capaces de hacer de su escucha un estado de ánimo, incluso de
inventar lugares perfectos. Y si no fuese porque ha llegado con la
mesa ya puesta, a buen seguro se coronaría como uno de los discos
más redondos del año.
Crece con
las escuchas. Primero destacan “What we you Dream”,
“Remedy” o “Mid September”. Después es todo el
álbum el que te conquista por la grandeza de su compostura, de su
fragilidad y de su maravillosa dulzura.
34.
MAD ROBOT_ KILL LIST
Mad Robot
son la puñalada trapera a la conciencia destructiva de las modas. Su
Pop de guitarras impulsivas y directas, es como el grito ahogado de
aquellos que perdieron la mano de las modas.
Las
guitarras volverán a reinar, aunque solo sea para que el “indie”
caprichoso e inmovilista no vaya a la deriva. Ni porque se hable de
los 90 de mala gana, en ese afán de parecer pioneros en tierra de
castas. Ni siquiera porque por suerte, la música avanza a mejor
velocidad de crucero por las corrientes freáticas, que por la
superficie.
Con poco o
nada que perder, han parido un disco duro, afilado, visceral e
inteligente en textos. Que aun siendo en inglés. Pocas luces se
necesitan para cabalgar a lomos de su lírica activista deudora y
reivindicativa de The Thermals, Pixies o de Dinosaur Jr.
Ese momento
brillante y explosivo en el que Pop, Noise y Rock pétreo se
configuran para sacudir conciencias acomodadas. Y claro, la mejor
medicina para no caer en la mediocridad de lo estandar, clasista o
figurante. Dañino como pocos.
33. HORSEBEACH_II
El penúltimo
salto desde los suburbios de la postindustrial Manchester; criadero
de bandas por tradición y genética. Nos llega con tal discreción y
timidez, que vale la pena detenerse y rastrear el ingente de bandas
que opera en la segunda división Británica. Aunque solo sea para
descubrir que el Pop sigue reluciendo igual que antaño.
Aztec
Camera, Prefab Sprout, Blue Nile afectados por un manto de Dreampop
reverberado, podrían ser un buen punto de partida. Aunque la verdad,
es fácil perderse entre tanta y recurrente comparativa. Sobretodo,
ahora que mucho de lo que se escucha, se queda a veces, en muchas
intenciones y poca actitud.
Horsebeach
no han inventado el secreto del sofrito, desde luego. Pero uno que
vive de por vida infectado por este Pop vaporoso y blandito, necesita
su dosis anual; que se le va a hacer.
Con todos
los respetos, poco tienen que envidiarle a Beach House o a War on
Drugs (alguno me colgará por esto). Solo que a mi lo menor, me pone
más que lo ambicioso. Pop sin disfraces, tan simple y efectivo como
el que se facturaba en Sarah, Creation o en el tan sobado C-86. Y que
hace las mil maravillas con dos guitarras tan bien cosidas, como todo
el temario que abarca este disco de debut. Hacerlo fácil, bonito y
trabajado tiene más mérito. Sobretodo cuando viene de sellos sin
pedigrí como el mancuniano Piccadilly Records.
32. TORUL_THE
MEASURE
No me
cansaré de clamar a los cuatro vientos. El pódium que por ley les
pertenece a esta banda Eslovenos, como mejor disco de TecnoPop de la
presente campaña; el mío por lo menos.
Sí, me da
lo mismo que suene mejor synthpop o... pop electrónico. Para mi todo
lo que concierne al Pop electrónico y oscurillo de los 80 será
TecnoPop; y punto. Depeche Mode, Soft Cell, Escape with Romeo o Anne
Clark. Todos forman parte de la misma familia apestada de la escena
de baile oscurilla. Y claro, como apestados que nos consideramos los
que venimos de esa época. A mi en lo personal, me importa un bledo
el coqueteo que se tiene ahora con lo sintetizado, y las pestes que
se echan de ciertas épocas y movidas de la música; me la bufa. Me
urge decir que odio la facilidad con la que se entierra mucha música,
poniendo por encima de la calidad de los discos, estilos que la gente
entiende por caducos. Esa actitud de avanzar sin mirar atrás nos
empobrece musicalmente, y es una pena.
De Torul me
encanta esa forma tan cuché, estilizada y elegante de presentar el
Pop. Sin abusar de los tópicos góticos, también homenajean con
juegos vocales a bandas más rockeras. Pese a tener ya cuatro discos
a sus espaldas y no ser este su máximo exponente discográfico. Si
que es una buena oportunidad de comprobar la buena salud de la que
goza el electropop centroeuropeo.
Se incluye
“All”, un temazo del pasado año remezclado hasta la
saciedad. Pero brillan sobre todo el repertorio “The Balance”
y “Difficult to Kill”, sin dejar de lado su origen más
electro e industrial. Un disco que te lleva al lado más oscuro, por
los pasillos más bonitos, inofensivos y endulzados.
31. METZ_METZ
II
Metz son la
cura contra cualquier tipo de postureo, ese que gusta de lo sucio
pero solo a ratos y con consentimiento. El agua del Carmen curadora
de mareos, sofocos y lipotimias. Justo con el mismo microbio que te
los produce; como las vacunas pero en forma de estertor convulso y
automático.
El segundo
disco de estos Canadienses dicho aquí y ahora, tiene lo necesario
para no caer en aporreo machacante y sin destino. El suyo es claro;
la frenopatía. En sus guitarras que como locomotoras saltan las
traviesas de las vías. Se funde el noise, el hardcore, y un eslabón
perdido que bien podría emparentarse tanto la EBM, como a la
industria del metal pesado.
Temas como
el single “The Swimmer”, “I.O.U” o “Acetate”
son solo un pequeño pretexto para adentrarse en sus laberínticos
pasajes de demencia. Necesaria, eso sí. El humano, como cualquier
bicho viviente, necesita su dosis de crueldad y castigo
autoinflingido; no íbamos a estar todo el santo día pastando por
los prados en bolas picadas y coronados con margaritas. También hay
que sentir el dolor, la suciedad y lo oscuro, como la noche que nos
traga y nos da de comer. El noise además, para quien crea que solo
es un síntoma de la destrucción, el desconsuelo y el odio, también
tiene su corazoncito. Sólo, que su forma de mostrarte su amor y
misericordia, es a base de subirnos el pulso; como una buena esnifada
de popper.
Veis? Esto
sale mucho más barato y es menos perjudicial para la salud; salvo el
elevado volumen a que hay que escucharlo. Lo demás es lo que os
decía: - postureo, de ese que gusta de lo sucio pero solo a
ratos y con consentimiento
Comienzo a ponerme al día, maese-brother. Además de Mad Robot, Car Seat Headrest, el de Sharon y alguno voy escuchando los que no conocía, que son bastantes de esta primera tanda. Abrazo.
ResponderEliminarHoooola Johnny y feliz año con cierto retraso. El mismo que llevé todo el 2015 y que voy a llevar este 2016 amigo.
EliminarBueno ya es normal, eso son dos discazos junto al de Sharon Van Etten; esta chica me tiene enamorado con ese concentrado de canciones. Si no fuera porque es un Ep la hubiera puesto de las primeras.
Como ya sabes, hay cosas de aquí y allá; este año ha sido raro de cojones. Y no creas que no me ha costado confeccionar mis preferencias. ¿te puedes creer que hasta bien acabado el año, no me he hecho idea del asunto? Vivo feliz, debe ser eso.
Un abrazo en la distancia amigo, y tranquilo no me demoraré más que lo suficiente en publicar los 10 últimos.......jejje intriga
Hola!! Aunque he tardado este año tenía el buen propósito de comentarte las listas! jaja
ResponderEliminarMe han encantado los gold celeste, en la voz me recuerdan a un grupo que tiene un disco que adoro, que son daneses creo, los oh no ono (me ha costado sudores acordarme del nombre) que sacaron un disco llamado eggs por el 2010 o asi.
Los dears no me tiran por la voz básicamente pero todo lo que dices es cierto y se podría aplicar a otros grupos.
Me han resultado curiosos los car seat headrest, vaya nombrecito jaja y me ha gustado mucho carlos Forster. Desde que dejo de hacerse el tanned tin ando huérfana de este tipo de música.
Me guardo también mad robot y los horsebeach es el único grupo que ya conocía pero desde hace nada que lei la lista de txarls jaja, me recuerdan a grupos suecos de hace unos añitos (por lo que ahora mismo no me acuerdo de sus nombres jaja)
Me ha encantado leerte!
besos
Y a mi tenerte de vuelta otra vez por aquí Viola; aunque pasen veinte años. Las desconexiones temporales las tenemos todo, no es problema, es diría yo que hasta necesarias.
EliminarMi 2015 tampoco te creas que ha sido fácil, y aunque no lo creáis se ve reflejado en la lista. Al final me quedo con estos 40 discos y sus respectivas bandas, simplemente porque es ese el decorado del 2015: Un espejo en el mirarnos e intuir como nos ha ido. Descubrir claro, yo ya sabéis que me conformo con que os podáis echar algo a la boca, lo que sea. El tiempo es infinito, como dicen The Dears... para escucharlo todo. Quien sabe de aquí a dos años. Yo, todavía me sorprendocon cosas de hace 10 y que se quedaron arrinconadas en el trastero.
Un abrazo fuerte y muchos besos!!