viernes, 17 de mayo de 2019

MADRUGADA_ RAZZMATAZZ 2 (8/05/2019): AMANECE QUE NO ES POCO

 


Sentados el uno junto al otro… En el coche, fumando y con la mirada un poco al infinito, hablaron.
Hablaron de las madrugadas sin frenos ni cinturones de seguridad.
De los repechos de la vida, e incluso del vértigo del pasado cuando los quieres envasar deteniendo así, el pixelado de la edad. De esos cientos de sentimientos que como estelas de vapor de agua condensada te sobrevuelan en nítidos cielos azulados, como aviones sin aeropuerto. Y que igual que en un simulacro de evacuación, te acaban atropellando por el pánico sin posibilidad alguna de asimilar.

Cosas que ocurren casi por casualidad. Y que en un regateo frente a las desgracias, inconvenientes y achaques, te abandonan frente al área chica, perplejo ante Siver Hoyen (frontman). E indefensos al capricho del oleaje de aquello que amaste. Te lo encuentras como en una estación en tránsito, y solo te queda hacer buena tu condición de esparrin.
Sin tanta ínfula y ceremonia: El efecto de la inesperada visita, de una de esas bandas que te cobijaron hace 18 años y su impresionante efecto.



La veterana banda Noruega a resucitado veinte años más tarde, y con ella: Un espíritu que se diluyó injustamente como las acuarelas en los márgenes de las modas, dejando por lo que se pudo ver en la sala barcelonesa. Un magnífico rastro de incondicionales huérfanos de aquellos sonidos que nunca tuvieron estilo o raza donde ubicarlos.
O esas oportunidades de aleatoria buenaventura que suelen ponerte de nuevo en el buen camino, justo cuando mirando a tu alrededor crees con desconsuelo que nada volverá a ser ya como antaño.

Pero hay una especie de suerte para los que peinamos canas; y no es que no creamos en el presente ni en el futuro. Sino que el pasado fue tan intenso e identitario, que hay una fuerte necesidad por repasar y releer la narrativa de tu vida. Y así asegurarte de que cada cosa que salió a tu paso, dejó una huella imborrable que solo con los años eres capaz de interpretar.
Algo así como la madre que espera en vela la vuelta de su hijo de madrugada, para dormir tranquila; como si fuésemos ya unos vejestorios que solo así se reconcilian con el legado.

Y a luego? A luego está la síntesis que se define con una mirada, la instantánea e inamovible imagen de tu estampa, y el deshielo que ya presientes como inolvidable.

SIVER HOYEN tiene esa capacidad depredadora y encantadora de absorber el murmullo distraído del público con su abovedada voz. Y MADRUGADA, la exquisitez de hilar blues oscuro y arrabalero, épica rockera, e incluso un Pop que a menudo flirtea con lo gótico y el folk americano más árido. Con una precisión y fidelidad sonora muy por encima de media actual.
Una ventolera de otra época, deslocalizada. Que bien podría venir tanto de los páramos de Tucson como de Storkmakners (Noruega); su lugar de origen. De la que nadie diría que han pasado casi diez años de silencio desde su disolución en 2007, tras la muerte de su guitarra Robert Buras.

Aquella cálida noche bastó con encaramarse a las polvorientas jácenas de la sala 2 de Razzmatazz. Para contemplar los primeros acordes cristalinos de “Vocal” y a ellos dos, allí, deglutiendo semejante hermosura.
Unos primeros compases con “Belladonna” y “Higher” - acto seguido - de los que solo cabía esperar una hipotensión emocional ante el repentino envite rockero. Sobretodo, para quienes hicimos escala en el sosegado y más popular THE NIGHTY DISEASE/2001.
Afortunadamente la noche merecedora de uno de los retornos más necesarios. Iba a descubrir la extraña invisibilidad en el fasto alternativo populista, de una de las bandas más interesantes y sin embargo, menos conocidas por el gran público; de hecho, la reputada Pitchfork solo reseña uno de sus cinco Lp’s.
Y aunque ya deberíamos saber los justos, que el crédito no siempre lo da el prestigio o la éxito masivo.
Siempre será una suerte de desgracia, que un repertorio como el de los Noruegos siga a día de hoy siendo, uno de los secretos mejor guardados. Teniendo en cuenta lo mucho que se desvive la gran marea por Nick Cave, The National, Mark Lanegan o hasta Interpol.

fotografía: Ruta 66


Con Siver Hoyen sobradísimo de voz, matices y magnetismo, junto a los fundadores Frode Jacobsen al bajo y Jon Lauvland Pettersen a las baquetas. Y maravillosamente acompañados por los estupendamente engrasados Cato Thomassen a la guitarra solista, y Christer Knutsen a la guitarra, teclados, armónica y voces.
MADRUGADA está ofreciendo una gira, llamémosla: de celebración de su debut, y merecida reivindicación.
Dos horas y media que dan una idea aproximada del potencial de su repertorio, inacabable. Y que se permiten el lujo de separar el disco celebrado, con otro montón de faroles por canciones. Sin decaer ni un solo instante, e incluso paseándose al filo del precipicio con espléndidas intensidades rockeras o poéticas y taciturnas baladas.



El simbolismo mecedor de “Shine”; una de las canciones más tremendas del vadeo entre 90’s y el milenio actual. Hizo temer la imposibilidad de alcanzar un grado de melancolía tan emotivo. Pero “This Old House” se encargaría de incluso tender puentes entre la oscuridad y el radinate sol a lo Jayhawks, como con “Electric”, o “What’s on your Mind”; mudándose de The Sadies.
Y explotar con ritual ascendente el extraño magnetismo de “Strange Colour Blue”, como si fuera el hit de cualquiera de las más míticas bandas de nuestro pasado, igual que un rejuvenecido Neil Young.
Ese halo fronterizo y a la vez electrificante subidón, que saben modular con precisión quirúrgica cuando se hacen gigantes sobre el escenario, atizados por Siver: Sonando “Salt”, “Norwegian Hammerworks Corp.”, o arrancarte el corazón al final, con "Quite Emotional" y “The Kids are On High Street”; elegantes sin igual. Dan una idea de la enorme sombra de esta banda tras 18 sin visitar nuestro país, y su capacidad para llenar salas más grandes de fieles. Si no fuera porque el éxito y la relevancia, no suelen ir de la mano cuando las modas modulan la información.

Pero supongo que esa precisamente, es la magia del arte y sus fenómenos: Nunca tendremos la certeza de llegar a todo y ni falta que hace. Si se lo que se quiere es vivir una aventura sin necesidad de un desenlace.
EL CAMINO ES LA PROPIA AVENTURA.
Y en ese trayecto. Encontrarte por el camino con “Majesty”; que barbaridad levitar y casi llorar. Ir a ponerle unas velas a tus juveniles aventuras con la redentora “Valley of Deception”. Y penar los pecados de tu duda al paso de “Honey Dude”; igual que si fuera una ofrenda bajo el balcón, todo serenata!!
Hasta sacarla a bailar como Vincent Vega a Mia Wallace mientras te ponen en la sinfonola “What’s on your Mind?
Que piensas? Te corroe el recuerdo?
Bueno es


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