domingo, 18 de octubre de 2020

EL PLAN de Polo Menárguez_2019: PLANES, CABRAS, Y CABRITOS

 



Siendo testigos de cera de todo lo acontecido este 2020:

Con el elemento pasional y liberador de acudir a teatros, cines, exposiciones, conciertos… y en general. A todo medicinal acto de presenciar el arte desde primera línea de fuego.
Bajo el mínimo de la hibernación más extrema y desnutrida.


Posiblemente estemos asistiendo sin apenas ser conscientes.
A la conquista definitiva de las televisiones de pago. Como un troyano parásito, que acabará convirtiendo los escasos brillos creativos y plastificados; entre un sinfín de productos intrascendentes y de entretenimiento inmediato. En el placebo perfecto, para que nuestra reclusión y falta de emociones acabe siendo la medicina paliativa idónea.


Por suerte. Y rebuscando con ahínco, y la perseverancia del explorador empírico. Todavía se puede uno sorprender de la capacidad de supervivencia que tiene el cine español, y lo inspiradora que puede llegar a ser la falta de autoestima latente del ser humano.
Porque si bien la ciencia ficción parece ser el único camino para extrapolar nuestras desdichas, y no caer en la reflexión profunda.
Yo me quedo con la maravillosa y laberíntica complejidad humana. A la hora de abordar las infinitas texturas y el cromatismo multicolor que dan las existencias más comunes, intrascendentes, y anónimas. Para desarrollar tramas, y luego, recrearnos en nuestra complejidad.


Entiendo que muchos prefieran imaginar mundos imposibles y heróicos, menos traumáticos (teniendo en cuenta que la comedia ni está, ni se la espera). Pero… ahora que la realidad supera a toda ficción. ¿que hay de sentir como propias las miserias ajenas? Así, en la distancia y como espectador. Como si de una experiencia terapéutica se tratara y sin el resquemor de sentir como “demasiado” propias, las miserias ajenas.



EL PLAN de Polo Menárguez y basada en la obra de Ignasi Vidal. Traslada la puesta en escena mínima del teatro de guerrilla a la pantalla. Sin el más mínimo intento de convertir una obra, en un producto visual artificioso o consumible de multisalas; algunos se lo reprochan para penalizarla, ay la virgen!!.
Y a mi, esa hora y cuarto escasa. Me resulta lo más parecido a un día en mi parque temático preferido, sin colas, bullicios, ni ahijados cojoneros pidiendo más que la boca un fraile. El sumun vamos!!


Antonio de la Torre, Raúl Arévalo y Chema del Barco, nos deleitan con la esencia de la interpretación para regocijo del guionista. En una trama tan ambigua como la misma palabra - EL PLAN - puede sugerir.
Lo que para los adolescentes de hoy sería, EN PLAN… Thriller? Drama? Comedia? Enredo absurdo?
En plan, déjate llevar, aflójate el cinturón, y disfruta.
Tres vigilantes de seguridad (seguretas), en paro, desarmados por la vida y… expuestos como lo somos todo hijo/a de nuestra madre.


El destino del corto viaje está condicionado por la intriga del título; es cierto. Pero conforme avanza la película, acaba por ser meramente circunstancial y delega cualquier premisa en las angustias de cada uno de los protagonistas.
Todas ellas interconectadas y con detalles surrealistas que viran constantemente con sopapos de realidad. Pero que dan para escudriñar en aspectos muy distintos, y géneros que se entrelazan. Haciendo de la misma, una de las cintas más disfrutables que he visionado el presente año.



Ese tipo de películas de “segunda división”, donde la historia extrae lo mejor de los actores. Posiblemente, porque no se ciñe a las condiciones que el negocio del cine impone para que las películas de hoy no tengan término medio: O pretenciosas en exceso y forma. O más simples y prescindibles que el mecanismo de un botijo y la utilidad de un lápiz blanco.



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