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martes, 3 de junio de 2014

1-800-BAND _ DIVER BLUE/2014 # EL RUM RUM DE LOS MOTORES.




Es evidente a todas luces que la escena musical vuelve a convulsionarse como años atrás. Y si la escena alternativa, o como más popularmente se la conoce “indie”, se encuentra en el dudoso paradigma por el cual se define a la música como: comercial o para minorías. También podríamos hablar de un fenómeno donde se ejemplariza con clarividencia, el efecto que ejerce la popularidad sobre capa freática de los movimientos socio/musicales, y su consiguiente sublimación hasta sucumbir en la inocuidad.
Del mismo modo quiero imaginar, que nadie en su sano juicio se habrá llevado a engaños con la relación puramente circunstancial del efecto llamada de fenómenos como el Primavera Sound o el Sonar. De echo, desde que David Bekhan se dejara por primera vez la cresta y las modas se apropiaran de lo más significativo de cada tribu urbana, nada volvió a ser igual: - Lo importante a toda costa es lucir con estilo. Todo lo demás es ser exageradamente rancio y pasado de moda. Pues con la música pasa igual. Si los ingredientes son demasiado exóticos... - Estandariza muchacho estandariza!!. Si no, que vayan y se lo pregunten a la cocina Asiática.


Sentimentalismos y pajas mentales aparte. Que solo el aburrimiento de los plumillas, en los que me incluyo como simple junta letras, nos atormentan. Al final lo que manda sobre todas las teorías, es la fluctuación inconsciente de nuestro propio criterio indiscriminado. Lo mismo que le pasa a las mareas, que periódicamente suben y bajan en forma de estilos, tendencias, corrientes, géneros y subgéneros: Un pasado inamovible, y un presente/futuro convulso e inquieto.
Al final cabalística y chuminosamente a parte, lo verdaderamente importante, es nuestra capacidad para adaptarnos a los devenires sin perder de vista ese poder natural de mutar que todos llevamos dentro. Y por mucho que nos empeñemos en homogeneizar aquello a lo que se quiere llamar raro, exclusivo y minoritario. Siempre habrán dos divisiones que aunque compartan parentescos: Unos se bañan en grandes fastos de confeti y otros sin embargo, que dan sentido al término más estricto de lo “alternativo”, como otras sendas que recorrer.
Esa súbita aparición de bandas que emergen desde las catacumbas. El florecer de nuevos picapedreros de ritmos primitivos y seculares, no hacen más que alentar el ciclo natural de las música. Es así pues natural y cíclico el bullir en los suburbios musicales donde de la luz como en las selvas Amazónicas, llega en cuenta gotas. En definitiva, el rebrote de paladines del Rock pedregoso, el Punk o el Garaje más deudor de la serie B musical. Así nació la New Wave Americana: como un cúmulo de inquietudes musicales que bebían del testamento Rockero y Punk de los 70. Otro paso más para esquivar la masificación y crear, más como un acto de fe que como un objetivo multitudinario.



Al, Rob, Polly y Aaron son 1-800-BAND, surgidos de la efervescente y Neoyorkina barriada de Brooklyn. Tan directos y concisos como su propio nombre nos sugiere, como si se tratase del serial de un bastidor de un viejo Mustang, o de un destartalado Camaro del 67. Con un Ep , un Lp corto y el más reluciente “Diver Blue/2014” a sus espaldas y todos editados hasta la fecha de forma totalmente autodidacta o con el pequeño y garajero sello Almost Ready Records.
Cuatro auténticas bofetadas más un tema “directo” al mentón, con las cuales disipan de un plumazo cualquier tipo de sospecha/pose/disfraz sobre el tan extendido... - A mi en realidad es que me abdujo una nave y se me aparecieron este, aquel y el de la moto. No no no, en realidad crecí entre las cajas de vinilos de mis padres y por pura sinergia absorbí de lo bueno lo mejor. Que va, en realidad lo mio es una mezcla de Psicorock espacial, bailable pero profundo... sí sí eso también lo escuchaba yo... Al carajo!! Porque estamos emperraos y hasta convencidos de que la música es así Tchas!!, libre y naturalmente inspiradora. Y aunque muchos estén decididos a dictar lo que ahora toca o lo que no, todos sabemos que es una pura patraña para dotar de una novedad inexistente, lo que llevamos toda la vida escuchando. Ojo, que me parece genial que se recupere cualquier recoveco de nuestra extensa historia musical, pero sin tanta parafernalia.



Y después de semejante tostón de analista purulento, algo que ni ellos se jactan en su escueta carta de presentación; con un intriganteToll-free Rock como definición. ¿Y que se esconde tras esas misteriosas siglas y sus dos últimos trabajos?: “1-800-BAND the album/2012” y “Diver Blue/2014”: puro Powerpop trufado de matices.
Basta con pegar la oreja al arranque que da título a su 7” “Diver Blue”, y tener echándonos el aliento en el cogote a Ric Ocasek y sus The Cars. Ese Órgano barítono que se convirtió en compañero inseparable de tantas bandas New Wave Americanas de finales de los 70 y principios de los 80: The Feelies, Talking Heads o el rabioso Powerpop más incisivo de los primeros Cheap Trick, Greg Kihn, Rubinoos, o The Clean, que acabaría derivando en verdadero Rock & Roll que alimenta a todos estos referentes.

Here Comes Summer” y la alentadora joya final “Many Happy Returns” le siguen a la zaga. Y no hacen más que avivar la innata curiosidad de fisgón que todos llevamos dentro, para abalanzarnos sobre su anterior trabajo de hace un par de años. Donde se puede certificar la falta de complejos que tienen estos cuatro elementos de los que además de divertirse, tienen la vocacional virtud de legitimar al Rock como elemento vehicular. Sin dejar de lado la facilidad pasmosa para crear himnos Power Punkpop y de Rock tan luminiscentes como infeccioso, y dar la sensación que es toda una declaración de intenciones con personalidad propia. Y a las pruebas me remito:
Con ese “Tropical Meds” tan Stoniano, la tremenda “Would you Believe It”, la deliciosa “Just a Pretender” con Polly a las voces, o “Donna” que retrocede a principios de los 70 y nos puede hasta recordar a Grateful Dead. Dos discos para dejarse arrastrar definitivamente hacia la deriva de la piedra angular que es el Rock; con todos los matices, recuerdos y defectos que les podamos encontrar. Y donde el tiempo seguramente nos pondrá a todos de acuerdo: A los que nos enseñaron a amar el Rock, a los cuarentones que volvemos sobre nuestros pasos, y a los veinteañeros que con el tiempo espero nos den la razón.

SALUDOS Y DISFRUTENLO!!


domingo, 19 de agosto de 2012

THE B-52's: EL SALVAJE UNIVERSO DE LOS NIÑOS BOMBA




No hay dos sin tres , y ahora que estamos abocados al final de este reseco mes de Agosto; sería del todo imperdonable , no rubricar esta pequeña trilogía de discos iniciáticos con la que creo es mi banda de cabecera. Por lo menos , la de mi minúsculo santuario de bandas germinales.
Si el rock de los 70 se convirtió en buena medida en la banda sonora de mi infancia , y el Tecno-pop ochentero en el hilo conductor que encendió mi llama musical. No fue hasta los doce años , cuando un compañero pendenciero de 6º de EGB me pasó tres cassettes de su hermana mayor; que recibí la eucaristía para que con los años encontrara el disfrute por lo primitivo y primigenio en el mayor de mis motores. Treinta años después sigo sin perder esa esencia ¡que sabias fueron esas lecciones de la vida!



Gonzalo era uno de aquellos repetidores con fama de insumiso: Con su cruzada de cuero , sus pantalones de pitillo raídos , un flequillo a lo Joe Dallesandro , y fumador: Fumar con 14 años eran un símbolo sin igual de total contumacia , y el ejemplo más gráfico de lo que se entendía por “una mala compañía” , para otros era nuestro más obstinado héroe personal. Sus padres separados y su hermana con el pelo teñido , a mechas y crepado , complementaban aquello que tus padres definirían como una familia poco recomendable.
No es que Gonzalo fuera l'enfant terrible de la barriada , al contrario , era un cacho de pan; tan solo un poco indómito para tener 14 años. En mi barrio o general , era perfectamente aceptable ser un cazurro mientras te ajustaras a las cuatro reglas que permitía seguir el curso de la aburrida vida de un barrio obrero: Viste sin llamar la atención , no frecuentes descampados , juega en grupo y respeta a los mayores.



The B52's fue en ese momento , no un soplo; si no un vendaval de aire fresco y purificado. Esa cinta magnética de aquel Messopotamia de 1982 , hizo de puente entre aquellos ritmos secuenciados del Tecnopop y las hilarantes composiciones del quinteto de Athens.
Con los años , el significado de aquel disco fue cambiando progresivamente y si bien es cierto que aquella colaboración con otro de mis excéntricos favoritos , David Byrne; no pasaría a la historia como uno de sus discos más importantes. Messopotamia condensa algo realmente importante para mis inmaduros 12 años: La genialidad de combinar ese extraño universo tan subterráneo de sus primeros dos discos , con los endiablados ritmos de Disco Funk tan sintetizados como efectivos de aquel longevo Ep.


Lo cierto es que el formado en el que se incluían esas seis canciones disparaba el minutaje de un Ep con creces. Loveland y Cake eran lo que se diría en aquellos años , dos Singles por antonomasia. Messopotamia , Nip in the bud y Deep Sleep , los que todavía conservaban las reminiscencias de su marciano debut.
Prácticamente la historia de B52's en su totalidad ha estado plagada por ese indeterminado rumbo de sus composiciones , del que se puede extraer multitud de reflexiones: Los hay que pensaran que jamás encontraron su lugar dentro de una escena Americana en la que predominaba el rock , el blues o el Folk. Otros , que perdieron su identidad en el momento en el que se empeñaron en hacerse más populares. Y aquellos alumnos aventajados de la primera New Wave Americana , echando mano de una crueldad indomable , afirmaran que de ellos solo valen la pena su dos primeros discos.
Posiblemente , cada uno a su manera tenga una porción de razón , de echo no se si aquellos clamores existieron o fui yo; que ya con 18 años , y conocimiento suficiente sobre la música alternativa , me avergoncé de aquellos discos. Seguramente hubo alguno que pensó exactamente lo mismo de Vince Clarck cuando desertó de Depecho Mode y formó Yazoo: Ese proyecto que él decía más experimental y que acabó por convertirse en un éxito de las pistas de baile.



Obviando todo ese tipo de conjeturas: Upstairs at Eric's , Messopotamia y Motörhead , fueron parte del botín que Gonzalo sustrajo a escondidas a su hermana esa mañana , y que a mi me marcaron profundamente. Sobretodo los dos primeros; supongo que para Motörhead y Ramones aun no estaba preparado mi tierno oído. Con los años esos discos se tornaron determinantes, y milagrosamente con el tiempo , la perspectiva me cambió asombrosamente.
Aquel alumbramiento iniciativo de entonces hizo que pusiera manos a la obra en la búsqueda de cualquier dato posible sobre aquella curiosa banda de Athens. The B52's permanecieron bastantes años en un limbo musical en el que: Ni eran lo suficientemente vanguardistas para aglutinar a sus primeros seguidores , ni seguían los patrones comerciales en las que degeneraron algunas bandas del Punk y la New Wave de los 70.
Básicamente se comieron los mocos durante un buen puñado de años , sin embargo aquí que casi nada de ello llegaba con la suficiente fuerza como para hacerse popular; me bastaba con saber de su existencia , y descubrir que hasta un disco menor como WHAMMY! Se editaba en formato cassette en España , e incluso llegaron a radiarse a propósito de aquel refrito bailable de sus viejos éxitos con el nombre de PARTY MIX.

Los pocos ahorros de los que disponía mi paupérrima paga; en unos años en los que mi padre cobraba 25.000 de las antiguas pesetas a la semana , y mis cuatro hermanas ayudaban en lo que podían. Mis primeros ingresos sustraídos de una recaudación perdida de EL ZORRO , junto a mi viejo amigo One (delegado de la otra clase de 8º) , fueron destinados a WHAMMY!.
Nadie los echó de menos y en realidad no fue lo que se dice un gran golpe premeditado: La recaudación se perdió , y la campaña de recaudación para el viaje de fin de curso fue tan exitosa que nadie supo jamás de aquel dinero. Lo cierto es que aquello no era robo en 1982 , era supervivencia.


Sonó y sonó hasta la saciedad , seguramente es el disco que más he escuchado en mi vida junto a un cassette donde me grabé parte del Messopotamia y un disco que descubrí por sorpresa en el cajón de mi cuñado , aquel PARTY MIX donde por fin descubrí sus caras y su estética.
Aquella mezcla de sonido marciano en voz de Fred Schneider , los hilarantes coros de Kate Pierson y Cindy Wilson con ese aire a medio camino entre las Riot Grrrls más chic , y unos sonidos Easy Listening que parecía surgidos de la Sci-fi más subterránea; hacían de ellos , independientemente de la corriente en la que se les encasillara; una de las bandas más irrepetibles de la década de los 80. De echo creo que hasta la presente nadie ha sido capaz de emularlos.



Cuanto más desconcertantes eran sus melodías , más me enganchaban: “Trism” , “Big Bird” , “Butterbean” , “Don't Worry” y “Work That skirt” eran mis preferidas , y por ende acabé sin remedio hipnotizado por: “52 Girls” , “Private Idaho” , “Dance This mess Around” y “Give me Back me Man”.
Aunque aquel invento de salpicar de efectos los hits más bailables de sus primeros discos y remezclarlos , fue una verdadera escabechina en aquel Party Mix de 1982. Consiguió que se convirtiera en una auténtica obsesión hacerme de un tocadiscos y así poder comprarme cinco años después LOVELAND 1979 y WILD PLANET 1980 , que permanecieron muertos de asco en una de las tiendas de discos más extrañas de mi barrio , a la espera de mi insistencia y que por gracia divina me descubrieron algunas de mis dilectas composiciones: “Rock Lobster” , “Quiche Lorraine”, “Planet Claire” , “Dirty back Road” o “Devil in my car”.

La historia de B52's es curiosa y paradójica , no había amigo o conocido que no arqueara las cejas y soltara una carcajada al escuchar cualquier tema de B52. Siete años después y ya sin uno de sus mejores y más carismáticos compositores , RICKY WILSON (fallecido a consecuencia del SIDA en 1985); los Georgianos se auparían con uno de los discos de mayor éxito de 1989.
COSMIC THING era aquello en lo que jamás habría querido que se convirtieran mis amados B52: Una especie de sucedáneo que conservaba el envoltorio aparentemente , pero que en realidad solo eran la sombra de aquel Rock Lobster de 1979. Me enorgullecía ver como aquellos amigos que despreciaban años atrás el histrionismo de aquellas coristas tan a lo Mars Attack , bailaran como posesos la petarda “Love Shack”, y acabé de convencerme de que ellos , en cualquiera de sus formas , me gustaban de igual manera. Un amor que va más hallá del estilo , y que se refiere más a una actitud que a cualquier otra cosa.
Las guitarras de Keith Strickland no eran ni la sombra de Ricky Wilson , y la producción corría a cargo al 50% por Nile Rogers , Aaaargh!!! productor en esa misma época de Olé Olé!! Sin embargo y aunque aquel triunfo tardío en 1989 fuera un justo premio a toda una carrera , COSMIC THING se adaptaba a la perfección a las exigencias de industria de entonces.
Sus canciones tenían una estructura más predecible y festiva pero sorprendentemente seguían manteniendo gran parte de la espontaneidad de antaño. Habían conseguido mantener intacta su imagen desenfada , cambiando su filosofía New Wave marciana por un Pop descafeinado. En una producción que cercenaba de raíz su osadía para hacerlos sonar más Light , y pese a que Keith Strickland había tenido que aprender a manejarse a la guitarra por la muerte de Ricky; Cosmic Thig mejoró con creces el resultado de su anterior Bouncing of the Satellites: “Channel Z” , “Jonebug” , “Topaz” o “Bushfire” eran fantásticas y luminosas canciones que habían logrado sobrevivir a la criba de aquellos arreglos desnaturalizados y faltos de músculo , pero es un gran mérito adaptarse al paso de los tiempos sin despeinar sus estratoféricos tocados espaciales.
Como suele pasar en algunas bandas , el inesperado éxito tras años de anodina existencia , les acabaron por pasar factura. Y el protagonismo de una voz bastante más dulcificada en el paso del tiempo de Kate Pierson: Sus colaboraciones con Iggy Pop , REM , y Mathew Sweet , acabaron con el abandono de Cindy Wilson de la banda.
Sacaron discos como Stuff , compilaciones y el reciente Fumplex , intentando alargar algo que les fue sustraído conforme aumentó su fama; la frescura y aquella manera despreocupada de hacer lo que les venía en gana. Y lo cierto es que B52's eran así , felices en esa locura permanente en la que vivían , a lo mejor es que la edad te hace perder esa proyección rebelde de tus actos de juventud , intentando mantener las formas.



Pero lo verdaderamente remarcable de esta última entrada del mes de Agosto , es que con 12 años me iniciaron de la mejor manera posible en el placer de convivir toda mi adolescencia con los monstruos de feria más entrañables (hablando estrictamente desde el punto de vista musical). Desde entonces mi percepción por la música siempre ha ido encaminada en disfrutarla , valorando ante todo la creatividad por encima del virtuosismo; ese espíritu innato por transgredir de manera espontanea y nada premeditada.
El New Wave de aquellos años tenía ese ingrediente salvaje que a día de hoy marca las consignas de la experimentación y que tanto cuesta encontrar: El placer de tocar fondo para crear siguiendo el origen tribal de la música y el ritmo.
Nosotros: Yo , y las ciento de enfermizas personalidades que se dan citan en estos vomitivos escritos , partiremos de viaje en 9 días. De los cuales , si el plan cabra de sale según lo previsto; dejaremos subida la playlist de Septiembre ¿ya tocaba no? Dos meses sin dar un repaso a lo que me ha limpiado de cera los oídos este Verano se han hecho eternos. Si no contesto a vuestros comentarios , no os preocupéis , algún día volveré.
Un placer compartir con vosotros aquellos discos que me hicieron compañía en aquellos años inocentes , si no han colmado vuestras expectativas de veras que lo siento.

UN SALUDO Y FELIZ SUDOR!!