Más vale
tarde que nunca y...
El influjo
del hechizo tropical cayó el Jueves 5 sobre la sala RAZZMATAZZ
(antiguo Zeleste). Iluminando por un instante ese cielo gris
turbador, como una deflagración de grisú. Por más que sea a días
luz de su acontecimiento, cuando quedan grabados en esta últimamente
descuidada bitácora.
Piadoso con
los fariseos y alentador para quienes se conectaron sin cables ni
antenas, al carácter percutivo/reivindicativo de la noche. Haciendo
de una inventiva prácticamente espontánea e incendiaria, toda una
exitosa convocatoria. Porque amigos, conseguir congregar a mil y
largas personas en Razz con un escaso margen de un mes (movilizar,
organizar y sumarse). Para acudir a la ayuda de este minúsculo, pero
expansivo Bar del barrio de Gracia (plataforma literaria, poética y
musical de los “sin nombre”). Tiene por lo menos, dos
vítores; sino más: Heróico y emocionante!!
Este
minúsculo e histórico Bar de ese antiguo pueblo hecho barrio,
llamado Gracia. Con un aforo tan reducido como variadas e
imaginativas son sus actividades culturales: 35 personas de cabida
por 4000 conciertos en 20 años. Sufrió creo que tres multas por
sobre aforo y de remate, una prohibición de eventos en directo por
falta de condiciones de 18.000 euros.
O lo que es
lo mismo, prácticamente obligarlo al cierre inminente por la
inviabilidad del proyecto y la falta de recursos. Que ahora, justo
cuando publico estas líneas se ha hecho efectivo; y salve el diablo
su próximo renacer.
Siendo un
poco perspicaz y habiendo estado como lo hemos. Me parece un
despropósito legislar de forma salomónica a un pequeño bar, que en
momentos muy puntuales de conciertos o actividades, apura el poco
espacio de un bar de 35 a 50. Ni son mil y pico personas como las que
reunió el Jueves de la pasada semana, ni se producen avalanchas
delante de la barra o ante el escenario esquinero que improvisan; no
es el caso, digo. Que las leyes están para cumplirlas? Perfecto. Que
deberíamos ser más versátiles y flexibles, si de verdad queremos
ser una ciudad cultural, plural y creativa (no solo para los que se
forran, son bonitos, y dan una imagen de maniquí de Barcelona),
también.
Que creo que
nadie valora la importancia que tiene aquello que no luce, y que
genera algunas de las mejores y más variadas ofertas culturales del
“más con poco”. Que vale, no vende una ciudad turoperadora como
la que han convertido PSOE y CIU en 10 años. Pero que se note que es
posible otra ciudad para TODOS: los que molan, y los que no tanto.
Por esa
ristra de motivos; suficientes. Y por otra pila que podría relatar
aquí con la música en directo como eje vertebrador, y sobretodo,
con aquellos que hacen de la experiencia musicocultural su leitmotiv
existencial.
Son algunos
de los que me empujaran a sumarme a esta extraña celebración de la
desgracia ajena. Como algo que nos atañe a todos: Que la asfixiante
crisis y la nula colaboración de los elevados estamentos, sean ese
resorte superviviente e imaginativo que por desgracia (o suerte),
sigan generando iniciativas microbianas. Que creo definitivamente,
son las que verdaderamente enriquecen “una escena” -si la hay-
cultural de una ciudad, y de un país.
Así que
llegados a este punto. La verdad es que más importante que la triada
que se sumó de manera espontánea al evento, lo era el echo de
convertir en éxito/victoria este penoso suceso.
Daba un poco
lo mismo tener esa cuenta pendiente con MISHIMA, desde la lejana
entrevista que realicé a Carabén hace 15 años. No conocer ni
repajolera de ZA! incluyendo el cangüelo que pueda dar esa especie
de estilo experimental inclasificable que practican, y dejarme llevar
por ese loop instantáneo que los lleva de Chemical Brothers a Animal
Collective, pasando por el Afrobeat.
O que el
último disco de PONY BRAVO -De Palmas y Cacería- no me acabara de
cuajar hace tres años. Básicamente porque a veces, y últimamente
más de lo normal. A uno le mueven motivos más esotéricos e
inexplicables, cuando decide de manera totalmente inesperada e
intuitiva apuntarse a un directo. Eh!! y es ahora y ya, una de las
decisiones más acertadas, medicinales y reveladoras que uno pueda
tomar: Dejar de lado los gustos estrictos y encorsetados, y lanzarse
a descubrir y descubrirse por maniobras puramente instintivas. Si
uno se moviera solamente por sus gustos y la seguridad de no
arriesgarse, ahora mismo estaría haciendo ganchillo y tarareando con
unas zapatillas de felpa a Pablo Abraira.
Debería,
pero no voy a relatar meticulosamente cada canción, momento
memorable, o incluso quien fue el campeón de la noche. Más que nada
porque lo que triunfó el Jueves fue el ambiente libertino y de
improvisación de la noche. Que mejor que Za!! y su puta locura para
llevar al lado más oscuro a los comedidos Mishima. O en ese alarde
de sesión continua entre actuación y actuación: cada banda se
dejaba llevar hacia el vacío y en perfecta orgía con la siguiente.
Esa cosa que tiene el directo y que destapa el daño irreparable que
hacen los registros y producciones, cuando la música en vivo la que
hace que la música y su ejecución sean únicos e imposibles de
plasmar en un soporte físico.
Además
también ocurrió entre bambalinas y en los albores de una terraza
colindante, otro encuentro sideral en la 3ª fase: La del muá,
y mi gran amigo Txarls de (music is my girlfriend). Que
joder!! cuatro años ya desde esa última vez, cuando nos vimos en el
concierto de MEGAFAUN, son muchos/demasiados ya ¿no? Tan a celebrar
como el éxito de afluencia y consiguiente recaudación para esta
noble causa. Y no es por ganarnos el protagonismo de la noche;
válgame el señor. Fue nuestro reencuentro después de largo tiempo
y el día que conectamos vía concierto de Tindersticks, y su
posterior crónica.
Fue MISHIMA
quien pagó nuestra lengua suelta, el agustico de la terraza con
ventolera y todo y comer, que el parlamentar abre mucho el apetito al
igual que lo quema la música. Pero la onda expansiva de los
Barceloneses ZA! consiguió lo indecente: hacernos agitar los dos
litros de cerveza previos, en una terraza de las inmediaciones. Entre
charradas baloncestísticas, reflexiones temporales que se dan con la
medida del tiempo, y claro, nuestra locuacidad compulsiva. Son esas
conversaciones que te enseñan a ver los pormenores de la vida desde
un prisma musical distinto al que conoces. Y eso solo se da hablando,
en vivo, y en directo.
PONY BRAVO
fue la banda idónea para cerrar la noche. Con esa guasa psicodélica
característica de los Sevillanos, a la hora de airear las miserias
más bizarras de nuestra existencia.
Su
repertorio alcanza un grado muchísimo más rico, poliforme y
flexible en directo; infinitamente mayor. Por sus composiciones, y
esa manera tan incisiva y desinhibida de entenderlas cuando las
ejecutan. Se puede mascar el krautrock, la psicodelia, los
tropicalismos y africanismos, el blues marciano, el funk
kaleidoscópico, el rock o un flamenco que más que eso, es su vena
andaluza que bombea en cada acorde.
A mi
inevitablemente me viene a la memoria “Las Calles de Chicago” de
No me Pises que llevo Chanclas. Una banda a la que pocos entendieron
cuando llevaron el Rock Andaluz a terrenos librepensadores;
musicalmente hablando. Y es que la ironía y el cachondeo es a menudo
tomado tan a guasa, que se nos escapa su verdadero valor transgresor.
“El
Político Neoliberal” fue con diferencia “EL TEMA” de la
noche. Que no tendría esa categoría, sin el clímax que consigue
ese órgano levitador, y los espasmos en los que se convierte cada
acorde del resto de la banda. “Mi DNI” esa declaración
clara y frontal de intenciones y sobretodo de su filosofía creativa.
“Ninja de Fuego”, “Mangosta”, “Noche de
Setas”, “La Rave de Dios”...
El cierre
total de una noche que reclamó a ritmo del “No tengo Dinero”
de los hermanos Righeira, fue colosal. Músicos en su totalidad sobre
las tablas, magreando cada ritmo, impulso y espasmo de una especie de
Rap que el dúo de Za! llevaron a cotas surrealistas.
Como siempre
pasa o suele, el final del concierto celebrativo nos tiró al
barranco de los desenlaces. Buscando como quien no tiene casa, un
bocadillo con el que hacer colchón a tanta cerveza y bebercio.
Acabamos en otro bar de las proximidades y allí, más risas, mucha
complicidad, hijos putativos de la música. Esas hondonadas
generacionales que creemos nos separa, y nos unen con lianas
invisibles. Mi buen amigo Txarls, sus escoltas de los Karl Malone de
La Isla y una acoplá que se unió al final de fiesta; para darle más
locuacidad a lo que no se explica. A lo que flota en el aire y
transmite.
Gloriosas
noche que se escapan de la docencia y la narrativas, que bien vale un
viernes; y ellos saben que sí.