Escuchar los
sonidos de la vida. Los casi silenciosos e inapreciables rumores que
se escapan de la obviedad escandalosa; esa que cada día te
atropella. Tiene su mismo encanto que de reto mortífero el caminar
por el precipicio y cerrar los ojos.
Aflojar los
brazos y torsionar el tronco para que nos rote la columna de la
cabeza a los pies. Ese fijar la mirada y la atención en los
acontecimientos de la naturaleza (urbana incluso). Y dejar que sea la
baja frecuencia de las cosas, la que tome el protagonismo.
Dicen que
con el yoga y la meditación se consigue. Pero también hay otra
manera de graduar nuestros anteojos y dejar que sean las sensaciones
las que nos invadan.
Con la
música, con todo lo que nos da elementos sensitivos; el vino... Cada
cual con su herramienta, y yo con estas dos en sano ejercicio. La
lista por fin llega a su fin (no se si la adecuada, fiel o justa),
pero por lo menos la que siento como mía con sus errores y aciertos.
Combinarla con otro de mis placeres -el vino- uno de los ejercicios
más emocionantes a los que me han animado. Y con esto solo dar
gracias, no a dios, pero si a Jesús de donde sopla el cierzo, por
empujarme. Y a vosotros por la atención-
10_THE
MONOCHROME SET_COSMONAUT VS. FORLONG TINTILLA_2014 (D.O Vinos de la
Tierra de Cádiz)
A veces, más
de las que creemos, hay que mirar allí arriba. No solo para maldecir
nuestras penurias, encomendarnos o intentar descifrar el tiempo. De
nuestra pequeñez y el techado estelar que nos cubre, descienden
visitantes terrestres que hacen vida allí arriba ¿soñadores? No se
crean, a menudo están más conectados a la tierra que pisamos, que
el más maldito de los materialistas; pero de distinta forma.
De los dedos
de sus pies se extienden largas raíces. Unos para hacer vinos que
hablan de sus madres (tierra y estrellas), y otros del origen de su
naturaleza poética y extraviada.
Bid (tras sufrir un derrame cerebral), y su Set
Monocromático han vuelto con la misma fuerza que la dual pareja
Rocío & Alejandro. Cada uno con su música pero con la misma
pasión y determinación. Idealistas los tres, románticos si se
quiere, y fusionando sensaciones las que me hacen sentir, en común.
Poner a
navegar Cosmonaut siendo como han sido para mi los Monochrome Set:
Una banda marciana donde las haya y a la vez tan dependiente del
clasicismo más cáustico. Me pone al mismo nivel de exigencia sin
presiones cuando este verano me di de morros con Forlong. Porque si
bien es cierto que nos manejamos en esta vida plagada de destellos
vacuos y casi todo al final se convierte en casual y fruto del
destino. Solo espero que el sentido desarrollado por los años me
siga funcionando como hasta ahora.
Que no, que
no es sabiduría ni sapiencia. Es buscar la otra verdad detrás de la
primera impresión: De la música, del arte, de la literatura y los
sabores (sic. and more). Eso que los hace diferentes, más
verdaderos, honestos y nobles con sus virtudes y errores chulos.
Este tinto
del Cádiz costero ya ni tiene D.O porque ni la necesita por más
irrelevante que nos pueda parecer la de los vinos de la tierra de
Cádiz (apuntaos este error). Esto ya viene pasando mucho en nuestro
país, y es por así decirlo: la rebelión silenciosa de los pequeños
e inconformistas viticultores: D.O, o etiquetas como las musicales,
que tan solo sirven para lastrar, acotar y burocratizar el terruño y
la autenticidad de “la cosa”.
El
maravilloso equilibrio que ha conseguido esta pareja con su vino más
emblemático: Forlong 100% Tintilla de Rota. Se me asemeja mucho a
esa especie de halo Pop que domina la vuelta de Monochrome Set.
Si la
sobremadurez, calidez o falta de tanino domina a veces el carácter
de los tintos de Cádiz. Y con esto no hablo de defecto, sino de
característica general cuando hablamos de una uva que se utilizaba
antaño para dulces. Y que ha obligado ha hacer coupages con otro
tipo de uvas más corpulentas.
Esta joven y
alocada pareja han dado en el clavo para lograr que Forlong Tintilla
sea tan descarado como elegante y a la vez complejo, sin despreciar
lo goloso de sus compadres. Asoman las especias, el mineral tiznado y
su esencia biodinámica, pero no pierde ni una mija de
longitud, de persistencia en el paso por boca, y sobretodo de verdad.
Forlong Tintilla es un vino como todos los de esta bodega que no
oculta su origen y su rebeldía. Que pueden hacer que un vino fácil
de entrada, te empuje a un laberinto de pequeños trabalenguas y
acertijos; que te despierte el interés.
La banda de
Bid también ha hecho de su buque insignia folkórico, medio western
e incómodamente inclasificable. Un disco con un lirismo apabullante
y sonrojante. Han puesto todo su bagaje a veces inconexo e
incomprendido en un contexto que roza en inspiración a algunos
discos de The Smiths; y perdonen mi atrevimiento.
Canciones
que no pierden de vista su extravagante manera de entender el Pop, el
New Wave y el Folk. Y que a la vez entran como un dardo disuasorio,
directo al sistema nervioso. Pop instantáneo, con recovecos y
barroquismos justo pero útiles, desde la primera a la última
canción.
Guitarras
perfectas que entran en escena a oleadas, y que tejen una atmósfera
única hasta el momento. Porque amigos, todavía no ha habido en la
música moderna nadie, que tenga los bemoles de intentarlos emular.
Si me apuran los Hatcham Social y alguno más con la valentía de
comerse un colín.
“Squirrel
in Hat” nos lleva al circo de los horrores, hipnótica como la
noria o las “cunicas”. “Put in On the Altar” le da
exotismo maracuyá al Reggea calipso blanco; premeditadamente popero.
Y firman con diablura “Fêlé” en una mezcla curiosa de
Scarlet's Well, Psicodelia, Monochrome y al final por vueltas que nos
den. La multitud de influencias y tics que se desmigajan por su
arrebatadora impronta, lo que nos queda es una imagen imperturbable
de POP mayúsculo como los que ya no se hacen. Chapeau!!
09_CAR
SEAT HEADREST_TEENS OF DENIAL VS. THE FLOWER AND THE BEE_2015 (D.O
Ribeiro) Coto Gormariz
Podríamos
habernos ido a los hermanos grandes, mirar hacia arriba y buscar la
complejidad. Pero para poner sobre la mesa la unanimidad a la hora de
echarle flores a Willy Toledo & Band. Con una copa de Flower &
The Bee nos basta.
Un blanco de
Teixadura 100%, que eleva al denostado Riberio a cotas maravillosas,
con un Xosé Lois Sebio punta de lanza de este joven manicomio
vitivinícola.
Es la gracia
esa de no tener nada que perder cuando de entrada todo está perdido;
en el buen sentido. Convencidos como estamos que la guerra mediática
ya la tenemos perdida, con oportunistas y tragones siempre al rebufo
dispuestos a llevarse las medallas. Da un poco lo mismo, y hasta nos
sorprende que Car Seat Headrest en su nueva y flamante incursión en
el mundo de la lustrosa edición, haya tenido una tan positiva
aceptación.
Eso sin
lugar a dudas denota una falta grande de chicha. Una desnutrición
primaria total, y una falta general de errores bien explicados y
entendidos. Que para perfección y boniquismo ya estaban los trajes
de comunión y de domingo.
Nosotros
somos tan dados a la elegancia sin excesos, como a lo de salir a
comprar el pan con los rulos, la bata y las zapatillas de felpa.
Vamos, para entendernos: que menos perderse por las pasarelas y más
ir la meollo.
Este es el
segundo disco publicado con Matador Records; con más medios, banda
al uso, y con más pulimento. A sus espaldas este chaval con cara de
empollón repelente ya tenía 8 releases que ahí es na. Vamos, que
si ahora tiene 24 añicos, con 18 ya estaba ideando diabluras.
La cosa es
que igual que Flower in the Bee se va a la esencia de Ourense para
hablarte de la Teixadura en vez del laureado Albariño, y demostrarte
que sencillez con grandeza no están reñidos. Car Seat Headrest
también han parido un disco sin polvo ni paja, más accesible sin
por ello perder su carácter primitivo. Aquel donde el error es
relativo e incluso útil cuando no lo es tal, sino disonante y
diferente. Un carisma si se quiere, para llevarnos a terrenos
farragosos y divertidos de Poprock de guitarras asincopadas y
tartamudeos preciosos.
Este blanco
de entrada con volumen, chispeante y a la vez jugoso. De esos blancos
que hacen salivar y te llevan de la mano a su tierra elevando su
accesibilidad a un cebo donde se descubren infinidad de notas a fruta
blanca, a granito, a nectarinas y a monte.
Clarividente
en origen de la misma manera que aparecen Guided by Voices, Pavement,
Velvet Underground o Yo La Tengo, igual que estallan con ese
desparpajo Ramoniano haciendo de sus canciones, vitaminas. Y siguen
apareciendo ante nuestros ojos como algo fresco, necesario, la vuelta
de tuerca lógica para todo siga fluyendo.
Es ese ver
con clarividencia más cosas de las que en apariencia destacan.
Letras que hablan como puñales de algo más que simples rimas
pegadizas: “Destroyed by Hippie Powers” es capaz de
llevarte de lo agreste a lo amable cuando engarza con “(Joe Gets
Kicked out of School for Using) Drugs with Friends” (una
canción que por cieerto, ya tenía dos años); y hay que explicar
mucho más con semejante título? Pues no. Ni sobre el título ni
sobre las canciones que ya de entrada se manifiestan como algo más
que guitarrazos para desmelenarse, bailar y evadirse.
Car Seat
Headrest nace de las pajas mentales (alegóricas aunque igual también
lícitas) desde el asiento trasero de un coche; el de los padres
quizás? La intención se capta supongo, cuando las canciones de este
muchacho precisan algo más que la inercia de pies y manos para
entender la idea: Pildorazos de gran minutaje que como numerosas
capas (de hojaldre?), se resquebrajan en nuestros dedos apareciendo
cosas ricas (el relleno). O esa cosa que hace que más de tres
minutos no hayan de dar por fuerza sueño. Sino toboganes de sube y
baja, desmontables y canciones en definitiva de largo recorrido y
numerosas escuchas. Car Seat Headrest tan solo necesitaban una
plataforma o logística para hacerse una banda, pero las canciones
amigos... las canciones ya estaban ahí hace 5 años. No es mágico?
08_THE
MONKEES_GOOD TIMES! VS. LA CONDENADA_2013 (D.O La Rioja) Artuke
Su título
suena a chufla con los tiempos que corren, pero hay que tenerlos muy
bien puestos para veinte años más tarde renacer con semejante
energía. Eso si no contamos que su anterior aparición ya vino
precedida de otros tantos años de silencio. En realidad la mayoría
conocemos a la banda Californiana por su existencia y éxitos de los
60; concretamente del 66. Como uno de los debuts con más números
uno consecutivos en los EEUU por muy prefabricados que fuesen. O
ese contrapeso a los Beach Boys, aun siendo maltratados por la prensa
hasta tacharlos de plagiadores y falsos músicos que han cargado de
por vida.
Pues bien,
medio siglo más tarde; que se dice pronto. Vuelven entre la
estupefacción y el: - Como narices me voy a poner yo ahora un
disco de unos vejestorios por más bueno que pueda ser? Con un
disco en el cual no solo esta superada la dificultad inicial de
regresar con el chip cambiado y a la altura de nuestros tiempos, sino
siendo también un discazo plagado de joyas Pop, ramalazos de
Rythmblues e indelebles clásicos recuperados para la ocasión. Para
entendernos, algo así como decir:- Que quieres saber a que
pretendían sonar realmente en sus inicios bandas como Belle and
Sebastian? Pues básicamente a esto amigos.
Good Times!!
hace suyo de nuevo el verano eterno, la sonrisa de oreja a oreja y
también claro está, la innata personalidad de la banda; que la
tuvieron aun siendo apartados sin miramientos.
Es como si
cogiésemos el estigma que arrastra de por vida La Rioja con su
imperturbable Tempranillo. Ese esperar popular de que todos los
tintos Riojanos han de ser así o asá por fuerza (marcados de
madera, crianzas largas y boca ligera) y descubrir este renaciente
proyecto de la bodega Artuke: Una finca condenada (como da nombre a
este vino), abandonada de impenetrables y rocosos terrenos, y viñas
centenarias algunas casi muertas que renace como los Monkees, y que
además con un coupage inverosimil: Graciano, Garnacha y Palomino
Fino.
La Condenada
es un vino top fondista, de carácter pétreo y una robustez
atlántica digna de un maqui. Un vino tinto casi salvaje e indómito
que se pliega a un fantástico trabajo de enología y agricultura
esencial, para acabar siendo al nivel de los ARTADI o CONTINOS,
tintos Riojanos con mucho recorrido. Este Artuke sin embargo,
siguiendo la filosofía de su básico o de su Pies Negros, son vinos
cercanos que los sientes como tuyos porque recuperan el espíritu de
la Vila que algunos Priorat han logrado acercarnos: Vinos del pueblo
(como alimento y sustento) y para el Pueblo.
En realidad
ese es el fin; dar lo que nuestras raíces crearon. El GOOD TIMES!!
de los tres Monkees que quedan. Junto a la inestimable ayuda de Adam
Schlesinger (Fountains of Wayne) en la
producción. Y la colaboración con temas coescritos por Rivers
Cuomo (Weezzer), Neil Diamond, Andy Partridge (XTC), Ben Gibbard
(Death Cab of Cutie) con la maravillosa “Me and Magdalena) o hasta
los mismísimos Paul Weller y Noel Gallaguer en “Birth of an
accidental Hipster”.
Un disco que
al margen de ser un corta y pega de antiguos y nuevos temas
desclasificados con el tiempo. En resumen es un torpedo directo a la
línea de flotación. Quince canciones en su edición de lujo que
ponen en el sitio que les tocas viejas tonadillas. Aviva la llama del
Pop sesentero que dio de mamar a infinidad de bandas de ahora, y
recupera lo mejor de los Californianos: Su talento innato para
facturar canciones perfectas sin fecha de caducidad. De principio a
fin señores, no empeño ni desempeño. Tan solo rendirse sin
remilgos a la grandeza de otros abuelos como The Sonics, que han
vuelto para darnos lecciones... bueno; buenos consejos.
07_DINOSAUR
JR._GIVE A GLIMPSE OF WHAT YER NOT VS. MÁIS ALÁ (Falcoeira, O Bolo,
Sin D.O) Xose Lois Sebio
Para que
este disco haya llegado aquí, donde está; siendo como no lo soy: un
fiel seguidor del trío de Anherst. Hay un momento clave e
indiscutible en el pasado año:
Estábamos
recién finalizado el concierto en el auditori de Robert Forster &
His Band plantados frente al escenario típico del Primavera Sound/16
tomando unas birras: Jesus Castillo y su hermano, mi fiel escudero
Carlos Capdet y yo, esperando el inminente directo de DINOSAUR JR. En
el megalítico escenario del otro extremo de Fórum; allí donde se
han tirado abajo barrios enteros para dar cabida a la marabunta y sus
amados cabezas de cartel, RADIOHEAD. Era de esas veces como tantas
que se dan en el PS, donde se visualiza una línea generacional e
idealista -si me lo permiten- que en otros tiempos te fue imposible,
ni visualizar o tan siquiera imaginar.
Desde
entonces han pasado prácticamente 25 años entre pitos y flautas.
Dos más si nos remitimos a mi primer contacto con la banda de Mascis
y la fiereza de su versión del Just Like Heaven de los Cure.
Pues aquella
noche en palabras de mi amigo Carlos, cuando el 90% del festival
estaba rendido ante la vuelta de Radiohead. Nosotros y nuestra
intimidad de un puñado de descarriados. Estábamos viajando sin
drogas algunas a una época mítica, de las que en tu vida significan
algo especial (mis veintipocos años, las de ellos más o menos
también), y sin ningún tipo de dudas aquella: la banda sonora de
una época.
DINOSAUR JR.
nos presentaban en exclusiva gran parte de su nuevo álbum todavía
sin publicar. Pero lo más revelador de aquella noche y el placer de
estar allí: sin tumultos, agobios, ni personas a las que no les
importa un carajo lo que suena, pero van allí a fichar; y si se
tercia a tocar lo que no suena al personal. Escuchar una tras unas
las canciones de su set list, y apenas notar esa diferencia tan
grande en años las unas de las otras.
No vale la
pena querer explicar ya, lo que hace que una banda de guitarras tan
básica y primitiva como Dinosaur Jr, esté muy por encima de
estilos, bandos, o corrientes musicales. Sin saber si estás
escuchando Rock con alma de Poppi, Noise enamoradizo, o Grunge
pizpireto y juguetón. Lo suyo es otra liga sin duda. Y su último
disco con la banda más original posible (Mascis, Barlow y Murph); lo
más parecido a una vuelta a tus años mozos.
Lo han
clavado oigan. Se han sacado de la manga un disco rotundo y bruto,
con 11 temas que bien podrían haber compuesto hace 30 años. Me dan
la oportunidad de pincharlo, y con él una tablilla de ibéricos,
salazones o pinchos varios.... y solo pienso en MÁIS ALÁ. El quinto
invento del loco de Xose Lois Sebio, haciendo de algo parecido al
vino bastardo de un pueblo, un blanco tan elegante como extremo.
Con The
Flower and The Bee nos saca de paseo por el campo. Y con MÁIS ALÁ
no lleva montaña arriba por riscos, laderas y vacíos. Viajes
excitantes de lamer el Xabre y el granito que se descompone laderas
abajo. Y que como los Dinosaur, nos devuelven a las noches salvajes
de notar lo dulce y amargo, lo amable y lo duro. Noches de aprender
sin saber de la vida, cuando canciones como “I Told Everyone”
o “Be Apart” te remontan a la facilidad de crecer casi sin
notarlo.
Máis Alá
manda al carajo tanta mandanga y adorno falso, para descubrirte si
acaso, la verdad de los Vinos Galegos. Desde la Rivera Sacra, hasta
los montes de O Bolo y Falcoeira. Blancos con alma extrema de clima y
terreno que hablan de si mismos sin darse importancia. Tan solo
pidiendo cerrar los ojos y dejarse caer hacia adelante sin miedo para
sentir de lo que te hablan: Entrada ligeramente cremosa pero donde
destaca ese toque montaraz de hierbas altas, de retama, briznas de
ahumado o por lo menos esa conjunción indefinida de tierra húmeda,
musgo, pinaza y piedra. Asoman las frutas frescas de hueso
(Melocotón, Ciruelas claudias, Nectarina). Final ligeramente
amargante de longitud media y toque mineral calcáreo.
Todo un
“eso” que dan con la clave y el disfrute del mismísimo satanás
volviéndote a bailar en privé cuando suena GIVE A GLIMPSE OF WHAT
YER NOT. De verdad, si discos como este plagado de eso que llamamos
“canción ideal”: “Knocket Around”, “Love Is...”
o “Mirror”. Que son capaces de conjuntar tres mundos tan
aparentemente antagónicos como el de Neil Young, los 90'S y el
tormento lánguido de llevarnos del Hardrock al pop, o de éste al
suburbio oscuro del Punk, sin apenas notar diferencias tales para no
gustarnos y caer rendidos. Eso chicos, eso es casi la eternidad; así
de fácil.
Ese momento
clave en el que has rebasado la línea prohibida del otro mundo.
Valiente!!
06_M
WARD_MORE RAIN VS. CLOS LENTISCUS BLANC DE NOIRS SUMOLL (Penedés)
Espumoso vinificado con uva tinta
Este
espumoso de Penedés, es una bendición del cielo amigos. Otra bodega
más que se desvincula de la D.O Cava (la única a la que le han
obligado a perder su origen; por ley). En fin, esa serie de cosas que
procrea rebeldes y más nos vale; por injustos que sean los motivos.
Soy de los
que piensan que por encima de leyes, dogmas y tradiciones
inquebrantables. Están los caminos propios del hombre y de la
persona, que nunca han de estar por fuerza dirigidos al futuro; pues
somos hijos del pasado y padres del presente, el que nos toca vivir.
Así que romanticismos y filosofadas aparte, dar con este espumoso
elaborado por el olvidado e indomable Sumoll de tan asombrosos
resultados ya es de por si, como un chubasco en plena sequía.
Ese agua que
suena crepitar sobre la superficie al arrancar el nuevo trabajo del
Californiano afincado en Oregon, M. Ward. Y que se nos cala de los
huesos al alma en días como este, en los que escribo como método
para ahuyentar una bronquitis maligna.
Parece que
con lo umbrío del día, solo un chamán haya querido que hable de
este MORE RAIN letal. Disco que transmite eso mismo en cada nota de
sus canciones, donde se le hace especial hincapié a las texturas, a
los detalles, a las sonoridades muy de fondo, y a una impronta que a
mi, me cautivó desde el minuto 0.
Es cierto
que no parece de entrada un disco especialmente atractivo por algo en
especial. Que no rebosa de ganchos comerciales, ni de flechazos a
primera vista, ni siquiera de ese atractivo caminar que antaño
cautivó con sus “Post-War” o “Old Time”. Pero mejor aun,
cuando el alboroto parece haber quedado en la intimidad del fiel
seguidor, M. Ward todavía cautiva y refuerza más el crujir de sus
canciones; me entienden?
Ya no es
cuestión de tal o cual canción. Porque si de este trabajo hay que
destacar algo, es su discreción de puntillas y susurro. Un disco que
se extiende como la bruma matinal lejos de las lides de la ribera. De
esa que se cuela por las rendijas de las puertas y se mete en tu cama
para darte los buenos días. O no es eso lo que se imagina cuando
suena “Pirate Dial”?
El mismo
cautivador reflejo ámbar de este espumoso atípico cuando la luz
atraviesa su alma, y que lo mismo te sirve el agradecido sol en un
día de invierno, o los grises plomizos de un día de perros.
Igual es
solo la falta de cariño y ese quien te lo de, para torcer caderas
bluseras “Time Won't Wait”; mi preferida. O volver a lo
Platters y cuadernos de caligrafía Rubio para volver a aprender a
enamorarse con “I'm Listening (Child's Theme)”. De
cualquiera de las formas y apariciones, M. Ward tira el hilo y
siempre pesca.
De esos
discos que tienes miedo a volver a escuchar por entrar en modo
letargo; aunque la primera vez que lo escuché, a mi me diera por
bailar: “Time Won't Wait Up” es la primera culpable de
radiografiar cada uno de mis viajes en coche de este 2016. Y junto a
“Temptation” o ese flotante recuerdo de los mejores Wilco
de Summerteeth cuando suena sin fin “Girl from Conejo Valley”.
Igual que el perfume de manzanas al horno, a cabello de ángel y a
pastelería al hundir mi nariz dentro de mi copa, viendo que al
entrar en boca es sápido y límpido de burbuja milimétrica. Y
cambiar el registro con “Slow Driving Man” o “Confession”.
Porque More Rain modula cruelmente lo estados de ánimo como nadie.
Podría
morirme colgado de una hamaca escuchando este disco y dando sorbos de
Sumoll confitado; en serio. Oliendo, intentando descifrar ese toque
final de fondo que acompaña más a una sensación que a una
percepción real. Con los discos también pasa, y no es cuestión de
una canción concreta, sonido o estilo, no. Es más de un fondo -como
digo yo- ese lienzo con filtro de color, la hora del día... no se.