El pasado
fin de semana murió apuñalado un Marroquí dos manzanas más
arriba. Tan cercano el suceso, que mientras escuchaba estupefacto el
asesinato en las noticias, parecía estar oyendo los lamentos y los
gritos tras la puerta de mi casa.
Podía
visualizar aterrorizado el frío metal hundirse en la carne de la
víctima, mientras la vida del desdichado iba desvaneciéndose en
una huida agónica. Como aquellos sueños de adolescencia que me
despertaban entre sudores por una fuerte convulsión, y que siempre
tenían el mismo desenlace: Persecución, forcejeo, y puñalada
certera como la de Pedro Navaja. Esa fobia por el metal afilado y
sanguinario me acompañaron sin saber porqué durante largos años,
sustituyendo las caídas al vacío de mi infancia. Sin acabar por
acertar jamás si mis pesadillas eran fruto de un miedo irracional o
una simple escenificación teatral de mis miedos y de mi inseguridad.
Desde aquel
entonces no puedo evitar estremecerme al sentir penetrar la aguja en
mi brazo, cuando imagino un intervención y el bisturí afilado me
aterrorizo; O cuando me corto en el trabajo, se me pone el vello de
punta al visualizar la secuencia en cámara lenta. Pequeñeces si se
comparan con la indefensión e impotencia que uno siente cuando la
realidad da una patada a la puerta y se planta de golpe ante tus
narices. Aquellas cosas que ves día si, día también frente al
televisor y contra las que te has inmunizado a fuerza de verlas,
escucharlas, o leerlas constantemente.
Tan
banalizado está en la actualidad el asesinato, como lo estaba la
muerte en boca de aquel cobrador de seguros de mi madre: “- los
muertos!!, gritaba a la vez que picaba en el timbre de casa”
quitando hierro a un asunto tan incómodo como es el de la muerte.
Pero por más que silbemos distraídamente cuando la muerte de otros
congéneres tiñe de rojo los píxeles de nuestras pantallas, ella
sigue allí; impregnado de cotidianidad nuestra vida salpicada de
excrementos decorativos.
Se comenta a
la entrada del trabajo, se debate en los bancos del parque e incluso
disecciona en la plaza mientras el carnicero decapita pollos y el
pescatero disecciona Sardinas: La señora Fulanita declara ante el
señor Menganito, mientras éste pesa la mercancía: - Creo que
alguna vez lo vi pasear por el barrio cogido de la mano de su señora,
era Española – Apostilla la señora con los ojos boquiabiertos.
La verdad es
que a ella no se la veía afectada, porque vaya cruz casarse con un
“moro”!! Relata buscando y encontrando inmediatamente la
causa/efecto del altercado. Se sabe a ciencia cierta hasta el porqué
de la reyerta, la nacionalidad de los ejecutores, y el origen de la
disputa. Tan sumarísima es la resolución, que la sentencia de los
allí presentes es bien sabida por todos: La inmigración y esa
espeluznante importación de sus hábitos nativos.
A nuestras
espaldas quedaron los barrios de la periferia a medio construir, las
bandas de los Correas a los que nadie había visto pero a los que
todo el mundo temía. Pellizco o pinchazo te susurraban al oído
cuando te desplumaban en un callejón oscuro, los billetes de veinte
duros con Manuel de Falla impreso y desdibujado en ese trozo de papel
que escondíamos en el calcetín, y nuestra madre en los sostenes.
Los timos de la estampita, los coches desvencijados y en llamas sobre
los descampados perdidos de la mano de dios. Los correctivos que
mantenían a raya la jerarquía del barrio; el tonto del mismo y el
matón protector de pelotas o rastreros. En resumidas cuentas la
jungla salvaje y primitiva con la que crecieron los barrios satélites
de los 80; mi infancia a la que en ocasiones veo tan bien
representada en la miseria hacia la que caminamos, y de la que nos
quisimos escapar años atrás.
En realidad
el paisaje no ha cambiado tanto como creemos y por mucho que nos
separen a viejos y jóvenes, décadas y generaciones. Los barrios han
mutado increíblemente, pero las vidas anónimas siguen ahí ocultas
entre cuatro paredes.
Las
decoramos con calles peatonales, columpios y plazoletas, pero los
suburbios no nos han cambiado demasiado. Ahora que a todos nos toca
de cerca el efecto supervivencia al que tan saludablemente nos ha
invitado la crisis, parecen hasta cobrar sentido los más diabólicos
de mis pensamientos: Imaginar un mundo ruinoso y desolado en el que
los afortunados empleados saldrán a la calle escoltados por las
fuerzas de seguridad. Acosados por los desprovistos de todo bien
(trabajo, recursos, vivienda y dignidad); un mundo a lo Mad Max en el
que el equilibrio natural de la economía global se cobra sus
convenientes bajas.
Así que de
manera premeditada o inconsciente la playlist ésta que me ocupa ha
salido así, tan poco primaveral y soleada, más bien fría y
decrépita. Como mi morbosa pasión juvenil por comprar El Caso
o escuchar las historias de difuntos aparecidos que contaban las
abuelas en el pueblo de mis padres, como ficciones imposibles.
No se si
también afectado por una de la últimas películas con las que he
satisfecho mi gusto por el desasosiego, EMERGO; quien transmite esa
misma sensación de inquietud, aunque esté apoyada sobre el sobado
método de filmación del found footage y plagada de clichés
del género.
Y aunque en
el alzado del telón de esta retahíla asome la cabeza DEVENDRA
BANHART con esos pétalos en la boca: “ Mi amor no tiene
vengansa, aunque te matará. Este viejo no se cansa, siempre te
persigará”. O aunque los Escoceses CAMERA OBSCURA quieran
teñir proporcionalmente en tiempo y calidad con melodías de Femme
Fatal despeinada nuestros días de... ¡¡Por fin llega en
Verano, Fermín!!
Al apretar
el play de Excavation; puesta en largo del debut de BOBBY KRLIC aka.
THE HAXAM CLOAK, se aviva de nuevo el fulgor de la auto aflicción.
No es una postura forzada de placer masoquista por lo horrendo de las
realidades mundanas o por regodearnos en la introspección más
deprimente, si no un clic clac de contrastes que a mi modo de ver
preciso para notarme aquí.
Electrónica
Sexagesimal: The Haxam Cloak & Disclosure
Bobby Krlic
ha diseñado un universo personal que inquieta y aterroriza; mis
hijos cuando lo escuchan tiemblan de pavor. Y yo que soy un cabrón
enfermizo, gozo desenterrando esos sentimientos que van del susto a
lo desconocido, a la risa histérica y contagiosa; bofetadas tan
parecidas a una ducha gélida tras un baño Turco. Como acometer las
realidades, sin perder de vista la frivolidad de los placebos a los
que llamamos necesidades.
El disco de
este Británico es más parecido a una marea submarina que te
arrastra sin aparente resistencia, que a un concepto electrónico
experimental. De verdad que lo parece, puede que incluso vuestro
primer cara a cara os exaspere por impaciencia o por la excesiva
tensión que se palpa en su caminar. Pero desde luego, me parece tan
temerario y desobediente como combinarlo con la frivolidad de
“Stimulation”, debut de DISCLOSURE.
Un artefacto
sonoro que desencadena un estertor compulsivo en nuestro tórax tan
acorde con el Soul Train de las cadenas Americanas de los 60, o como
los pantalones acampanados al peinado Afro. Un disco infeccioso de
Funk electrónico que deja el esperadísimo trabajo de Daft Punk en
un simulacro pseudoconceptual que se evapora conforme avanza,
mientras uno se pregunta... ¿cuando demonios despega?
Este dúo
de "niñatos" emigrado desde Sudoeste Inglés de Reigate han comprimido en
su esperado album de debut, 18 cortes que van desde House más
ochentero procedente de Chicago, al Funk sintético. O serios
ramalazos que van en dirección a la pista de baile.
Lo
increíblemente lúcido del asunto, es que no se andan con tapujos
cuando dejan de lado esa despreocupada impresión de parecer
comerciales; siendo su disco algo muy apetecible que da la espalda
directamente a lo que piense la gente; para ser prácticos y honestos
en su discurso.
Sin embargo
y al margen de esta peculiaridad tan mía de combinar pasajes oscuros
con sonidos etéreos, o destellos de Pop y Punk. Estas listas de
canciones que se suceden espaciadas a lo largo del año, no son más
que señuelos. Dejo a propósito de lado novedades y otros asuntos,
que a mi modo de ver los tenemos demasiado a mano, así que no
tendría mucho sentido volver a machacar con la misma cantinela o
repetirme con algunos grandes discos que de sobras acabarán
repicando en nuestros oídos.
Si hay algo
realmente emocionante de escudriñar la red en busca de tesoros, es
descubrir como las casualidades y coincidencias me llevan a topar con
discos que tienen forma de libro; con sus paisajes imaginarios, su
fórmulas inverosímiles, o su entrada lenta y pausada. No es
cuestión de comercialidad en absoluto, tan solo un sano ejercicio de
tonificación sensorial y neuronal.
Al
Brokowitz/A Long Hereafter, Nothing Beyond_2013
Así más o
menos es como llegué a AL BROKOWITZ. Y es que a veces uno no puede
figurarse donde puede encontrar de repente esos brotes tan
apetitosos; a mi por ejemplo me vale casi todo: Enlaces que te llevan
a otros enlaces, intuiciones... en fin cualquier cosa es buena si lo
que se quiere es aprender. Con ellos creo recordar, porque la memoria
me falla últimamente una barbaridad, que fue al descubrirlos como
seguidores del grupo de facebook de ésta bitácora. Y no es que
tenga una malsana afición de voyeur, pero la verdad es que no
deja de sorprenderme encontrar nuevos seguidores; teniendo en cuenta
que cuando empecé ésto, no ambicioné ni lo más mínimo que
alguien me siguiera.
Pues su
disco familia, en este caso el segundo de estos veteranos Madrileños;
es de aquellos de los que te absorben a los cuatro compases. El
tempo y la variedad de su bestiario parece ser un auténtico libro
de viajes repleto de caminos escondidos; de aquellos a los que la
curiosidad ha impedido quedarse con tan solo una parte de la música.
Con lo cual, etiquetarlos bajo el paraguas de un solo género musical
me parece una fórmula tan corta de miras que me la ahorro, mejor
escúchenla. Sobre todo porque recoge casi todos los fundamentos de
la música para pilotos intrépidos: Tiene un magnetismo peligroso y
embaucador para curiosos como yo, de aquellos en los que una sola
canción se descompone en tres más. Donde los metrajes largos y
sinuosos invitan a esperar pacientemente el desarrollo del monstruo,
y donde cambia el panorama de una forma tan excitante como el de sus
cambiantes palos, totalmente interconectados por un sibilino mensaje
de profundidad.
Puede que no
sea un disco fácil de escuchar según que expectativas, pero desde
luego si es un memorandun para los que como yo tienen buena boca,
cercano al Post Rock tal y como se desarrolla, antes que a un
concepto propiamente dicho.
Pero no son
éstos precisamente, los trabajos que más me han enganchado en este
caluroso meridiano del año, aun siendo tres magníficas referencias
con las que disfrutar de muy distinta forma.
Hace ya unos
meses tras volver a recuperar un interés por sonidos lóbregos y
asfixiantes a los que me encomendaron The KVB o Featureless Ghost,
caí en un viaje mental no tanto de sensaciones como de recuerdo.
Tanto, que he regresado sin billete de vuelta por pura inercia, a
ese estado con el que descubrí el placer por esa música en mi
tierna juventud. En ese plano existencial puede haber una clara
conexión entre el sonido sintético de Hexam Cloak y lo que vengo
ahora a referiros, los Franceses BLACKMAIL: Una triada de inconformes
en busca de algo más que un mero sonido y que se cobijan en el
selecto sello Yunk-Fü, su descubrimiento es del todo accidental;
algo que los aun todavía más enigmáticos. Sobretodo si somos
capaces de dilucidar donde acaban los géneros matrices, y donde
empiezan sus ramificaciones (dilapidando toda la simbología que
abrevia la música)
Blackmail/Bones
_ Yunk-Fü Records
Encontrar
sobre el terreno una referencia clara y creíble de este proyecto
surgido en tierras Galas por miembros de diferentes bandas, puede ser
una tarea realmente complicada; sobretodo si tenemos en cuenta que
también hay una banda Germana que se hace llamar Blackmail.
Por suerte
sus estilos son tan contrastados que no hay margen de error a la hora
de dilucidar quien es quien.
Blackmail
podrían de esta manera pasar por una banda de cualquier punto de
Europa. Su sonido con claras referencias a la electrónica Industrial
sin embargo, tiene otros interesantes aspectos que la hacen personal:
A parte de contener una colección de canciones de gran nivel,
consiguen sonar personales manejándose en un género trillado hasta
la saciedad, el Post Punk apocalíptico si no alguno más.
Claros
referentes a la electrónica de principios de los 80, atmósferas
tensas y herméticas, y lo que más me atrae de ellos: Navegan entre
lo sintético y lo Rockero de su pasado, sin acabar de ser ni una ni
otra cosa. Quizás porque pese a que los estilos musicales se acaban
extenuando por la repetición de fórmulas, afortunadamente siempre
hay un pequeño atisbo de genialidad en grupos, que sin importarles
ese inconveniente apuestan por trabajarse a fondo la presencia a la
hora de confeccionar un disco.
Una
particularidad que hace de Blackmail un proyecto surgido de las
tripas de la electrónica pero que camina por sendas tan subterráneas
como lo hipnótico de esos ambientes que recrean sus canciones.
En el fondo
esa forma de irradiación o de tratamiento sonoro no es que sea un
invento de nuestros días. Ya lo hicieron los mecenas del Krautrock,
lo puso en práctica Martin Hannet en sus producciones con Joy
Division (principalmente en Closer/1980), y también sirvió de punto
de partida a la primera oleada electrónica de finales de los 70. Una
de las técnicas de sonido que mejor expresan la decadencia post
industrial y que mejor transmite ese debate interior del ser humano
respecto al progreso y a la deshumanización de nuestros días.
Quien sabe
si eso que comento es una paja mental mía, pero lo que es evidente
es que siempre ha sido un de los aspectos de la música que más me
ha atraído: Esa manera que tienen algunos de transmitir los sonidos,
sensaciones visuales, e incluso contextos sociales, que ya se
impartían a mediados de los 60 con la Psicodelia y el Progresivo.
Y se que en
la actualidad cuesta pensar en las tendencias como un motor
contracultural, sobretodo porque detrás de la música no hay un
público verdaderamente combativo. Pero si que me satisface observar
como todavía existen pequeños sellos como Yunk-Fü, a los que le
sigue importando esa filosofía artística que hermana electrónica y
Rock, tradición y vanguardia.
Bones
es un disco reptante que atrapa como un remolino que surge de las
profundidades. En él se pueden escuchar los sonidos de la
desesperación como cánticos de sirenas, te atrapan sin evitar
sucumbir a una especia de rito mecánico e industrial, su estética
es electrónica pero sin embargo suena tan subterráneo y Rockero que
el desconcierto se acaba por convertir en una adicción.
Son discos
de paso lento pero profundo, absorventes por sugestión con un
comportamiento parecido al DELTA MACHINE de DEPECHE MODE.
Depeche
Mode/ Delta Machine
Nunca he
sido un seguidor confeso de la banda de Essex, viví de manera
bastante distante la eclosión a finales de los 80 del 101, pese a
estar rodeado de buenos amigos a los encantaba esa especie de nuevo
florecimiento del Electro Pop. Pero hay algo que es incontestable,
independientemente de si eres un fiel seguidor de la banda o como yo,
un mero observador al que le atraen aspectos muy concretos de su
carrera: Pocos son los pasos en falso que han dado, pudiendo tirar
por el camino fácil (teniendo en cuenta su popularidad y ventas) y
mucho mérito tiene saberse certero y abstraerse de las corrientes
actuales para seguir construyendo su obra.
Es así
cuando en la actualidad uno se decide ha escuchar al completo su
último trabajo de forma escéptica, ya saben: Dejando a un lado toda
la serie de prejuicios que uno pueda tener respecto a una banda que
edita cada 4 años (como si estuviera en un constante regreso), el
creer que lo suyo es tan y tan previsible, o que se yo; sinceramente
pienso que Depeche Mode hace tiempo que dejó de atraer a la
nueva hornada de adictos al ElectroPop de tintes épicos, quienes
prefieren un SynthPop más desenfadado y menos críptico.
Puede que
incluso yo me encuentre entre ellos, lo cual hace que mi satisfacción
sea doble al comprobar que Delta Machine (por feo que sea el
título y diseño, como siempre) Me halla acabado por dejar rendido a
su atractivo. Sobre todo porque mi primera experiencia con él fue
demasiado pretenciosa, lo que hace que me trague mis manías y
talibanismos reconociéndolo como un disco que colocaría al
mismo nivel que Music For the Mases/1987 o Speak & Spell/1981,
dos de mis preferidos; algo que para algunos se puede antojar como
una notable herejía, no lo dudo.
Pero también
he de reconocer que me complace comprobar como bandas endiosadas
hasta límites insospechados son fruto de un enjuiciamento cruel, y
sin embargo siguen rindiendo culto a su sonido con empeño y cordura.
Así que puede que sea eso, que me siento más cómodo en el orden
opuesto del de la mayoría.
DELTA
MACHINE es un disco que vuelve a recuperar el erotismo de Depeche
Mode, aquello que más me gusta de ellos sin que me afecte ya el
contoneo de David Gahan, al igual que me pasaba con Bernard Summer.
Se que puede parecer una idiotez pero es así, no puedo verlos sobre
un escenario. Por suerte los timones de la nave vuelven a estar en
las manos de Martin Gore, el verdadero idealista de Depeche Mode; un
personaje que en su humildad nos hizo olvidar al disciplinado de
Vincent Clarke.
Y puede que
el secreto de este disco esté en la elegancia de su sonido, un
sonido electrónico purista que abandona hits llena pistas y se
concentra mucho más en las texturas. Aquellas que lo convierten en
un disco que se balancea con maestría entre el electro, el Soul, el
Blues, incluso es capaz de impregnar de una sensación melodramática
cada una de las canciones sin por ello perder la esencia de su
personalidad. “Heaven” con los desgarradores coros de Martin
Gore, la retórica industrial de “Secret to the End”o “Soft
Touch/Raw Nerve” donde resuenan en los inicios unos efluvios de
Nitzzereb, el paso arrastrado de “Slow”, o el minimalismo de “My
Little Universe” que acaba emergiendo en un torbellino final.
Un disco que
posiblemente no será aclamado por aquellos que los ensalzaron como
una banda que supo animar las fiestas. Quizás sea éste, un disco de
final de fiesta. Un perfecto escenario de regreso a casa de
madrugada, de ambientes más profundos , de desencantos, o un disco
que rompe con brillantez cualquier conexión aparente con sus últimos
discos. Un disco que gana increíblemente con cada escucha y del que
presiento largas, muy largas escuchas.
(Los rastros más evidentes del sonido más clásico de Depeche en su último album están aquí, en Broken, una joya)
Son éstos
los paisajes mono-cromáticos que principalmente han teñido de
ritmos oscuros esta Playlist de Verano disonante y alocado al que nos
asomamos cual niño curioso en un balcón. El vértigo del desenlace
al que nos abrazamos como desesperados cuando la realidad nos engulle
sin ni tan siquiera digerir los sucesos del día a día. O quien sabe
si mi tendencia por acotar con tecnicismos geocientíficos me
regurgite irremediablemente a los orígenes de la música con la que
crecí.
Nosotros,
quien aquí escribe. Y esas otras voces que se enfrentan en la
dualidad de quien se debate con la duda de ser un correcto
samaritano, o dar rienda suelta a los tormentos de la vejez. Solo
pueden argumentar en su defensa que lo que aquí se plasma, es tan
solo fruto de purgar mi circuito interno tal y como lo haría un
compresor. No quiero ni imaginar que sería de mi si mis allegados
tuviesen que soportar mis devaneos de juventud transitoria; si ya
asienten con cara de resignación, cuando emocionado les suelto una
reflexión parabólica.
La ventaja
de tener un blog es que uno nunca llega a saber a ciencia
cierta si hay un interlocutor al otro lado de la pantalla del
ordenador: Sueltas tus retahílas sin pensar demasiado en el efecto o
el que pensaran y al final son solo eso, opiniones personales con las
que nadie debería estar de acuerdo. Es por eso que el puñado de
reseñas, el hilo conductor con el que enlazar la playlist, o la
dirección que acaba tomando tal desvarío, no son desde luego
vinculantes al contenido.
Este tercer
trimestre del 2013 que nos acontece tiene como siempre cosas bien
distintas y dispares como mi culo inquieto me dicta: Cosas realmente
oscuras y tenebrosas de esas que abundan, moderneces presuntuosas y
frívolas, y algún que otro viaje a las aguas profundas del Rock
abigarrado.
En el fondo
canciones que hablan por si solas mucho mejor de lo que yo lo pudiera
hacer en deserciones infinitas plagadas de metáforas. Con esto solo
quiero decir por enésima vez que una compilación jamás puede
atender a explicaciones ni argumentos posibles, tan solo depende de
la curiosidad que cada uno pueda tener por perder unos minutos de su
vida y escarbar con los horizontes bien expandidos. Pero claro, eso
sí; todos o algunos de ellos merecen cuanto menos unos apuntes a la
carrera, ni que solo sea porque su presencia no se limite tan solo a
un nombre/título en una tracklist de tantas que pululan por la
intrared blogeril (esa donde siempre nos sentimos espiados).
Por ejemplo:
no podría pasar por alto por nada en esta vida el regreso de los
Hnos. Kadane (Bedhead, The New Year) junto a David Bazan (Pedro the
Lion, Headphones) y Will Johnson (Centro-Matic, South Sant Gabriel),
los cuatro juntos de la mano con un proyecto tan excitante como
viperino; OVERSEAS como una cura de almas tras la muerte de Vic
Chesnutt (gran amigo de ellos cuatro).
Así es que
este disco tiene sin posiblemente llegar a apreciarlo un halo
especial cercano a lo divino; baja fidelidad, con alto grado de
intensidad emocional. Como ya pasara con aquellos primeros proyectos
de Bubba & Matt de crujidos y susurros, Overseas podría decirse
que es la suma de eso con un plus de músculo y rugosidad, la que les
dan sus otros dos socios. Una de mis mejores noticias de este año, y
es que tanto Bedhead como The New Year me hicieron pasar hace 17
años, algunos de mis momentos más íntimos y recogidos; ¿se
imaginan lo que supone tener noticias de ellos tras cinco años de
silencio?
De las dos
últimas obras insoslayables de The Drones y Thee Oh Sees ya di
cuenta con cuatro apuntes sobre mi hipotético PS/2013. Con lo que me
gustaría subrayar algunos hallazgos como los que nos llegan desde
tierras Californianas de la mano de Aquariun Dunkard; filólogos de
la lengua cantada en pos de la Psicodelia más subyacente: THE NON
TRAVELLIN' BAND o KING KHAN son solo un ejemplo del mucho que daño
que hicieron los nuggets cargados de PsychFolk, en los
aburridos jóvenes de la Costa Oeste; algo que aunque no aporte
demasiadas luces a determinada porción del pasado, por lo menos da
un toque de color a un panorama que a ratos, apesta a monocronía.
The
Blackwater Fever/ The Dephs
En otro
bando están THE MEN o THE BLACKWATER FEVER, entre ellos no parece
haber relación alguna; pero ambos desprenden un tufo a ciénaga que
tira de espaldas. Sendas esquirlas que parecen estar salidas del
mismo tronco podrido y pestilente aunque los separen miles de
kilómetros de distancia.
Los primeros
Australianos ellos; podrían ubicarse en la Chinchinagua: Un
paraje imaginario situado en cualquier antro recóndito de los
páramos del Valle de Hunter, o establecerlos adyacentes a las
escenas de aquel antropófagista film, “Van Diemen's Land”. Y su
trabajo más reciente “The Dephs” a su manera, cabalga de
manera pérfida por un Rock metálico y plomizo con estructura
descaradamente Bluesera. Un disco perversamente oscuro que nos
sugiere de manera inevitable los sonidos heredados de bandas como
Morphine, Soundgarden, Days of the New, The Doors... etc etc; son
tantas las bandas que nos pueden venir a la cabeza. Que más que
buscarles una manada o un sonido concreto; deberíamos asociarlos a
un efecto, o a una sensación de cadencia oscura que acaba sugiriendo
aquello que deseamos de forma instintiva, pendenciera y viciosa pero
que jamás nos hemos atrevido a vivir: El atractivo del Rock y la
vida al límite que tanto nos hechiza de él, y de sus personajes. En
efecto, nuestra vida suele ser tan asépticamente razonable, que
siempre hemos tenido todos (o casi todos) esa curiosa debilidad por
lo prohibido.
En cualquier
caso lo mejor de todo es que el disco es sublime, así de sencillo y
taxativo. Y aunque su sonido nos recuerde a tantas y tantas cosas e
incluso nos esboce una sonrisa al refrescarnos la memoria. Lo que
acaba quedando es la imponente presencia del conjunto de sus
canciones; uno de los discos más nutritivos que he tenido el gusto
de echarme a la boca.
The
Men/ New Moon
Para acabar
semejante memorándum , no me perdonaría por nada en el mundo dejar
cuatro rasgos característicos de otro disco la mar de interesante.
Los Neoyorquinos THE MEN han regresado por la vía de la discreción
con un extraño compendio de disparidades en su cuarto disco hasta la
fecha.
Esta banda
asentada en Brooklyn de la que parece desprenderse una doble
personalidad indudablemente singular, reúne en este conjunto de doce
canciones; momentos de Rock dócil e incluso cotidiano “Bird Song”,
“Open the Door”, o “Half Angel half life”. Con otros de un
caos descontrolado más propio de una banda de
Punk/Hardcore/Psicodélico/Lofi, ciertamente desconcertante:
“Supermoon”, “Seeds”, “Elecrtic”... En efecto puede que
nos quedemos con una sola dimensión y no seamos capaces de separar
tal contraste; o con ambas por criterios diametralmente opuestos.
Pero lo cierto es que en todo ese viaje de excesos también puede
pasar que disfrutemos como enanos con ese juego mal intencionado de
la cosquilla y el pellizco; cuestión de desajustes personales
recíprocos supongo, y... STOP. El disco rayado saltó.
Solo os pido
por último que no perdáis la ocasión de indagar en cada uno de los
proyectos que completan esta tracklist: Podrían haber entrado
tantas más cosas... Pero no os penséis que me caí en un pozo del
que no puedo salir; son muchas otras cosas las que me interesan, pero
éstas las que lo componen.
Sean felices
contra viento y marea, pero no se dejen abstraer por las cortinas de
humo que difunden. Disfruten de la imaginación y de la realidad más
asquerosa por partes iguales, el Ying y el Yang como se suele decir.
01_ DEVENDRA BANHART - Mi negrita
02_ CAMERA OBSCURA - Do it again
03_ MOON DUO - Trails (White Raibow RMX)
04_ THE HAXAM CLOAK - The mirror reflecting (part2)
05_ DISCLOSURE - When a fire starts to burn
06_ BLACKMAIL - Ol' shitty music
07_ DEPECHE MODE - My little universe
08_ SAVAGES - I am here
09_ SHEARWATER & SHARON VAN ETTEN - Stop draggin' my heart
10_ THE MEN - Bird song
11_ THE NON TRAVELLIN' BAND - Two hands full of fingers
12_ THE KVB - Human
13_ THE BLACKWATER FEVER - Don't fuck with Joe
14_ OVERSEAS - Hellp
15_ SEAN ROWE - To leave something behind
16_ PANTHA DU PRICE & THE BELL LABORATORY - Photon
17_ DIRTY BEACHES - Casino Lisboa
18_ MERCHANDISE - Anxiety's door
19_ FOALS - My Number
20_ BEACHES - The good comet returns
21_ SEPTEMBERGIRLS - Some for me
22_ SHONWALD - Mercurial
23_ THE HERE AND NOW - Keep me in your heart
24_ THE KNIFE - Wrap your armas around me
25_ OMD - Helen of troy (Demo version)
26_ AL BERKOWITZ - Sensitive, not dramatic
27_ THE DRONES - Nine eyes
28_ THEE OH SEES - Minotaur
29_ KING KHAN - It's a lie
30_ BONGLEY DEAD - Big Waltz (Demo version)
31_ YOUTH LAGOON - Third Dystopia
32_ RED CALVARY - At winter's end
33_ LOCAL CHANNEL - Paths
34_ ENTERTAINMENT FOR THE BRAINDEAD - Collision
02_ CAMERA OBSCURA - Do it again
03_ MOON DUO - Trails (White Raibow RMX)
04_ THE HAXAM CLOAK - The mirror reflecting (part2)
05_ DISCLOSURE - When a fire starts to burn
06_ BLACKMAIL - Ol' shitty music
07_ DEPECHE MODE - My little universe
08_ SAVAGES - I am here
09_ SHEARWATER & SHARON VAN ETTEN - Stop draggin' my heart
10_ THE MEN - Bird song
11_ THE NON TRAVELLIN' BAND - Two hands full of fingers
12_ THE KVB - Human
13_ THE BLACKWATER FEVER - Don't fuck with Joe
14_ OVERSEAS - Hellp
15_ SEAN ROWE - To leave something behind
16_ PANTHA DU PRICE & THE BELL LABORATORY - Photon
17_ DIRTY BEACHES - Casino Lisboa
18_ MERCHANDISE - Anxiety's door
19_ FOALS - My Number
20_ BEACHES - The good comet returns
21_ SEPTEMBERGIRLS - Some for me
22_ SHONWALD - Mercurial
23_ THE HERE AND NOW - Keep me in your heart
24_ THE KNIFE - Wrap your armas around me
25_ OMD - Helen of troy (Demo version)
26_ AL BERKOWITZ - Sensitive, not dramatic
27_ THE DRONES - Nine eyes
28_ THEE OH SEES - Minotaur
29_ KING KHAN - It's a lie
30_ BONGLEY DEAD - Big Waltz (Demo version)
31_ YOUTH LAGOON - Third Dystopia
32_ RED CALVARY - At winter's end
33_ LOCAL CHANNEL - Paths
34_ ENTERTAINMENT FOR THE BRAINDEAD - Collision
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