Escuchaba
hace unas semanas el Telescopio: Programa radiofónico que cabalga en
las ondas de la red: Inexistentes, invisibles y ocultas entre el
entramado de las webs, redes, y bits por segundo que recorren este
extraño invento que es internet.
En él que
colabora eventualmente Fernando Alfaro (Sufin Bichos, Chucho...). Y
en las atropelladas palabras de aquel en el que la dicción solo se
desanuda cuando flota sobre una melodía, volví a paladear uno de
aquellos nombres que te reactiva la memoria. No es ese tipo de
activación que obedece a un quejido disgustado de la nostalgia. Me
alegré de volver a escuchar BEEF en boca de otro, por pura necesidad
interior.
Hay cosas
que te empujan a ejecutar movimientos violentos, a sacudirte y a
enclavijar la mandíbula sin saber bien porqué. Quizás por una
necesidad imperiosa por volver a sentir aquello que en muy pocas
ocasiones me remueve ahora la música. No es un reproche tampoco,
pero la banda extinta de Sant Feliu de Llobregat lo conseguían y
sorprendentemente pasados los años aun me siguen produciendo esa
misma reacción.
Un detalle
un tanto preocupante que me ronda la cabeza en los momentos en los
que percibo quizás demasiada quietud y monotonía. En una escena
musical que por momentos parece haber establecido una velocidad de
crucero dirigida por un piloto automático perezoso y falto
relieves.
Siempre
imaginé a Blas, David, Joanra, y Juanjo encaramados en los muros
que delimitan los pequeñas y desordenadas viviendas de los polígonos
industriales urbanos, en este pueblo de la periferia Barcelonesa. Apedreando tejados de Uralita , haciendo pequeñas fogatas en
descampados, o sentados en un banco con una litrona y maquinando los
designios de sus vidas.
Los entornos
y los paisajes condicionan la emotividad de los cerebros aun por
madurar, y los alrededores de la rivera del Llobregat dan para tener
malas ideas y alguna cosa más: Gigantescas fundiciones con chatarra
amontonada en inmensas pilas, químicas humeantes de fétidos
perfumes, el puente del diablo, autopistas que parten como una sandía
territorios decrépitos, la cordillera de Montserrat con sus
protuberancias... y en el horizonte el litoral salpicado de
contenedores. La revolución industrial acabó dibujando para bien y
para mal un paisaje extrañamente desordenado en Barcelona, como en
tantas otras ciudades de nuestro país: Vigo, Bilbao, Oviedo...
Todas ellas con una desesperanza directamente proporcional en tiempos
de crisis a la cantidad de industria pesada existente.
En la música
de BEEF se perciben ese tipo de sensaciones , se pueden cerrar los
ojos y tocar con la palma de nuestras manos una superficie fría y
rugosa, polvorienta y llena de sedimentos metálicos que tiznan
nuestros dedos. Sus guitarras circulares dibujan elipses repetitivas
y cadenas de sonidos secuenciados que parecen abocarnos a una
catarsis casi ritual.
Sus primeras
grabaciones siguiendo la estela del Krautrock distorsionado de Velvet
Underground, Sonic Youth, Yo la Tengo... quizás animados por unos
Pavement exultantes en éxito y anarquía; nos conducían hasta otro
tipo de territorios que daban carpetazo a la alegórica felicidad
maquillada de un Brit Pop agotado por los propios defectos de su
inmediatez. BEEF al contrario que otros congéneres surgidos en
aquella misma época parecían buscar otra fuente de expresión.
Basta con
escuchar pedazos de aquel “Sings and Tongues/1995-96” donde se
amontonan sus primeras grabaciones en La Fábrica Magnética y en
Acuarela: “Latino Man” por ejemplo , parece inspirarse en los
pensamientos Dadaístas de POCH; “Mr Set” y “Ngnos Feeb” nos
sugieren fantasmales mensajes satánicos con tintes industriales. La
malévola adaptación de “Man of the Moon” de REM en “Malvas”,
o la Velevetiana “6 Ft” que acaba descomponiéndose en un
latigazo rabioso e hipnótico con tintes apocalípticos cargado de
disonancias, una de la joyas ocultas de este albun perdido en el
tiempo.
Mi primer
encuentro con BEEF fue en la sala Bikini de Barcelona. Aparecieron
como unos teloneros totalmente desconocidos, en uno de los conciertos
que mayor expectativa levantaron PAVEMENT allá por 1997: Una
minúscula sala a rebosar de “indies” tardíos que incluso se
tuvieron que acomodar en el vestíbulo aquella noche. Se presentaba
Brighteen the Corners, uno de los discos más introspectivos e
interesantes de la banda de la Costa Oeste Californiana.
BEEF traían
bajo el brazo su primer disco publicado en un sello más o menos de
renombre nacional como Elefant, pero con unos recursos ínfimos y
totalmente domésticos. Un hábitat donde se han desenvuelto como pez
en el agua este cuarteto experimental. Bandas como MANTA RAY o
DIABOLOGUM alcanzaron un éxito encomiable en la escena del Noise más
experimental, sin embargo y pese a ser respetados y considerados como
una de las bandas más inquietas de la renaciente escena alternativa
nacional; BEEF siempre fueron un huésped bastante incómodo, para
aquellos que buscaban algo más accesible que bailar.
FI QASR
SHEIKH AL-DABANT/1996 fue aquel artefacto envuelto en un plateado
diseño infantil, digno de una postal navideña pre-escolar el que
emergió entre un tumulto de espectadores distraídos y bulliciosos.
Supongo que de la misma forma que Michel Cloup tan solo consiguió
hacer levantar la mirada de la cerveza a unos pocos de los allí
convocados hace un mes. BEEF carecían por entonces de ese encanto
personal y seductor para quien se atrevía a acercarse a su
propuesta. No fueron ni por asomo aquella banda cómplice con la
escena que algunos quisieron construir alrededor de bandas como: Los
Planetas, La Buena Vida, Australian Blonde, La Habitación Roja,
Automatics, The Privata Idaho y otros tantos.
Para ellos
la “escena” era eso, la escena , en el sentido más literal de la
palabra: Una especie de decorado que distorsiona y altera el criterio
de quien crea y de quien escucha. Condiciona la creatividad, y
predispone cuales son los patrones ideales para destacar sobre los
demás, o para vivir en el ostracismo eternamente. Y decanta la
balanza al juzgar qué y que no se espera del artista, porqué lo
hace, y si está o no en un momento inspirado. Quizás todos estemos
un poco involucrados en la manera tan cruel o desmedida que se
ensalza, al igual que se lapida a quien crea; como si fuéramos lo
suficientemente iluminados para introducirnos en la mente del que
hace y deshace.
Algo por
otro lado tan ambiguo y tan sujeto a debate según el punto de vista,
que daría para otra entrada.
Aquel disco
de nombre impronunciable confirmó aquello de “estar en el sitio,
en el momento adecuado”. Pero es que BEFF por tener , tenían muy
poco que ver con Pavement o el sonido que seguramente buscaban los
allí presentes, ya me entendéis: Dinosaur Jr., Yo la Tengo etc etc.
Melodía sobre un ingente de guitarras saturadas, pedales, acoples...
pero melodías Pop al fin y al cabo.
BEEF no eran
así, no. Podían llevar a equívocos al escuchar “Martinez”, con
su aire Psicodélico. Pero al fin y al cabo la suya era una filosofía
experimental con guitarras desde luego, pero sustentada en las bases
conceptuales de la electrónica, donde se empleaban las guitarras
como secuencias, y donde a partir de ahí jugaban creando ambientes
y texturas en forma de Loops y progresiones. Muy cercanas a aquellos
experimentos que en su día puso en práctica Martin Hannet, usando a
Joy Division como Cobayas y que fueron determinantes en la forma de
plasmar la desolación de los Mancunianos.
Suficiente
cuando se escucha “Buxa Bargeld” pero insignificante si nos
adentramos en piezas como “1001 N”, “Chasehunter”, “Mech”
o “Country Jones”: Canciones que dejan como fundamentos pueriles
la idea de pensar que BEEF eran unos meros alumnos de su mayores
influencias.
Con la
salida un año después de “ESPAÑA A LAS 8/1998” se volvieron
más trágicos. Posiblemente algunos pensaron que su avance hacia un
estatus de popularidad les iba hacer girar hacia la melodía amable ,
lo cual haría de su historia algo convencional y equivalente a las
expectativas depositadas en ellos por los medios especializados.
Puede que la dificultad por entender las directrices que movían a
esta banda a dirigir sus pasos hacia terrenos pantanosos, sean lo que
haga de su universo personal, algo magnético y misterioso.
España a
las 8 contiene concentrado como un sirope de Taladrina, los
ingredientes oleosos de la tristeza más absoluta. Una mirada de
inquietante placidez que mantiene siempre un hilo de tensión,
siempre latente en sus cortes. Quizás uno de sus discos más
impenetrables por la densidad de sus melodías fantasmales, en las
que siempre parecen flotar partículas que vician el aire: Las
guitarras que se descomponen en “Lubrica” que parecen evocar a
“Bela Lugosi is Dead” y que nos abren las puertas a estancias
ruinosas, abandonadas... desaparecen los textos como el que omite
cualquier apunte , dejando que las texturas hablen por si solas.
“Ligher on
my Balls” , “Basauri” , “King of Cha” son granos de maíz
que se arrancan con las uñas de una mazorca bien reseca por el sol.
O los desconchones de la abandonada pared de una vieja y ruinosa
fábrica, que deja que el tiempo la vaya descomponiendo lentamente.
Se escapan
los granos, se escapan los segundos, y desde el primer minuto hasta
el último del disco; muestra a España a las 8 como a un moribundo
que se arrastra y que transmite una imagen de total abandono: Sus
notas son precisas y quirúrgicas, te atrapan; más por el placer de
escuchar en sus canciones un retrato introspectivo de devastación,
que por el carácter de sus melodías.
Para
entonces BEEF parecían decididamente estar de espaldas a los cantos
de sirena que se oían desde la otra orilla. Sin acabar de entender
si la idiosincrasia autodestructiva de David Rodriguez y su carácter
de solitario autista, parecían estar peleados con el sistema. O era
una especie de idealista creativo que pasaba olímpicamente de los
preceptos estrictamente comerciales. Elefant Records no parecía
incomodarle, y a él le importaban un carajo las ventas , siempre y
cuando tuviera libertad para crear.
MISERY LIES
es una firme declaración de principios de aquel que está en
desacuerdo con la creatividad como un sustento para alimentar su
reconocimiento: “This is a Bussines of misery lies” repiten
hasta la saciedad en “Misery”. Y no son pocos los
que se han frustrado al topar con la incompatibilidad de la industria
y la libre creatividad.
La fama es
tan injusta, que cabría plantearse si es lícito para el oyente
acometer la música como un bálsamo con el que hacernos un traje a
la medida de nuestras exigencias. O que sea el libre albedrío del
artista el quien empujado por su constante búsqueda se deje
arrastrar por su inquietud; para que después entreabra la puerta
y decidamos nosotros si entrar, o permanecer cómodamente estancados.
David
Rodrígez define este disco como ¿situacionista? No sabemos si por
pretexto o por capricho personal, pero aunque si es verdad que es un
disco que se va tornando irascible conforme avanza y donde se nota en
demasía las manos de Wharton Tiers, productor de algunos de los
trabajos de SONIC YOUTH (Confusion in Sex, o A Thousad Leaves), basta
con escuchar “My Bitch Friend” o “Poetics”.
Sigue
teniendo sin embargo algunas joyas muy aprovechables como por
ejemplo: “Backstreeta y los Bakalaeros Makis”, donde el Free
Jazz nos da un respiro aunque tarde.
Antes de que
David Rodrigez (principal impulsor de Beef) fuera consciente de la
encrucijada que suponía haber colocado “España a las 8” como
uno de las cúspides del Rock experimental patrio. Y la decisión de
conducir la nave de BEEF hacia territorios inciertos, con la sola
compañía de los más osados (Juanjo y Blas, tras el abandono de
Joanra, y la entrada de Ramón Garcia al bajo).
Su incursión
años antes en la electrónica minimalista y experimental de sus dos
proyectos paralelos: TELEFILME y ANTI, junto a Tito Pintado de
Penelope Trip que puso las voces y las letras. Debieron ser muy
reveladores en cuanto al rumbo que acabó tomando LA BOHÉME/2002 dos
años después. Un disco que retoma el carácter local de sus
producciones y grabaciones, donde por experiencias anteriores,
mejor se han aislado de posibles vicios e influencias exteriores.
Los estudios
GRABACIONES DE MENTIRA (Vilanova i la Geltrú), donde también
grabaron: El Niño Gusano, Alias Galore, Tea Servants, Onion, o Los
Planetas con su ópera Egipcia. Consiguen que BEEF vuelvan a sonar
tan frescos como sonó aquel “Eslanted and Enchanted” de
Pavement. Ellos hablan de Krautrock , de Wire y de Fall, pero aquí
los Californianos están más presentes que nunca por mucho que no se
quiera admitir: Microcanciones de 2 min. Máximo que se van a la raíz
de la melodía, malabares acertados que juegan con el Rock, el Pop, y
el Punk y que acaban por ser aperitivos casi perfectos: “Fin de
año” y esa mescolanza atribuible al “Here” de Pavement.
“Platinum” que suena primorosamente inmediata y desgraciadamente
corta para lo buena que es. O “Yo soy Cantante” patada en la boca
a la difícil coexistencia entre Artista/oyente/industria donde
rezan: “La arrogancia que nos hace diferentes nos convierte en
iguales, y eso creo que es lo que nos distingue de los animales. Hoy
todos queréis oír mi voz, todos queréis oír mi voz. Porque hoy
soy yo el cantante” aquí tal vez sí podemos darle la razón
en aquello del krautrock tan a lo Aviador Dro.
Cuando
cohabitan con Stereolab a la hora de jugar con progresiones
adictivas, siempre desde la evocación en “Isabel”. O con los
pequeños caprichos electrónicos que salpican todo el disco,
“Sevilla”, “She likes Comet Gain”, o “Sizes”. Dejan a La
Boheme como uno de sus trabajos más infravalorados, pese a la buena
acogida por los medios especializados desgraciadamente BEEF jamás
vendieron apenas discos. Y lo verdaderamente triste es que ahondar en
una de las trayectorias más genuinas de nuestro país es una deuda
todavía pendiente. Aún sabiendo que su obra se a de acometer con
perspectiva por lo variada y experimental. Por estar plagada como
está de alambres de espino, de trampas y de riesgos
En TELEFILME
y posteriormente en ANTI como actor secundario, quizás emocionado
por la idea de incluir esos elementos electrónicos posteriormente
en aquel “España a las 8”, en forma de sampleados. Descubrimos
una faceta , quizás inherente a la forma de diseñar el sonido de
Beef. Una inversión de papeles en los que vuelve a la electrónica
seminal de finales de los 70: Sintetizadores analógicos , cajas de
ritmo , samplers , delays , Korgs... . Las herramientas que se
utilizan son radicalmente distintas pero afines en el objetivo:
Experimentación y recreación en paisajes aparentemente fríos pero
emocionalmente palpitantes. En su mayoría pequeños bocetos
totalmente imprescindibles para entender la relevancia de la melodía
en la construcción de una canción , y que después serían puestos
en práctica en La Boheme.
Podemos
encontrar maravillas como “Pop-corn videodrome” incluida en su Ep
de adelanto CATRASTOFE BABY/1997, que sobre un ritmo de Casiotone
juguetón recrean uno de los divertimentos más simples a la vez que
excitantes.
TITO PINTADO (PENELOPE TRIP) |
Los dos
únicos Lp's propiamente dichos son “FADE IN/FADE OUT/1995” y
“POCKET HORROR SYMPHONY/1997”. Un proyecto que como el propio
título define se trata de un mero ejercicio de supervivencia
creativa, con el inconveniente de no existir Internet. Una
metodología muy habitual actualmente pero que antaño necesitaba de
una gran dosis de imaginación y tesón. Y más teniendo en cuenta
que David y Tito solo se veían las caras en Gijón el día de la
mezcla de las programaciones de uno y las voces del otro, al entrar a
grabar.
De esa
alianza nació años más tarde ANTI, un proyecto común de Tito que
mantiene un parentesco intrínseco con las golosinas que manufacturó
TELEFILME , de la talla de: “Electric Farm” , “Hi-fi Ghost”
, “Da Haus” , “California Punch” , la maravillosa “I will
follow the leader” o “Ride the Tiger” junto a “Copyright of
the heart”. Canciones que se acercan mucho a discos como el debut
de OMD, Soft Cell, Yazoo, o Cabaret Voltaire con un tono bastante
más mínimal. Pero unidos por el Pop electrónico al fin y al cabo.
El regreso a
los estudios como BEEF en 2002 , supuso una clara confirmación de
que la banda de Sant Feliu de Llobregat operaba al margen de
cualquier escena aparente. Una historia más o menos conocida hasta
nuestros días, como si la intranet
universal que nos lidera, estableciera el año 0 del inventario
musical el mismo día que comenzó a existir.
El
cambio de siglo dispuso de esta manera un vacío existencial hasta
cierto punto inquietante. Y no son pocas las bandas que perdieron el
tren de la gloria, permaneciendo en un limbo existencial del que
solo saben las cuatro ovejas descarriadas que mataban su juventud
bebiendo cerveza y fumando porros. Mientras contemplaban la
lontananza de la playa, sonando en el coche esta y otras músicas de
la misma índole. En vez de estar bailando en cualquier discoteca
“indie” del momento.
Esta
es una licencia jocosa que me he permitido, pero lo cierto es que
BEEF pagaron el peaje de no ser una banda simpática por así
decirlo. Siempre salpicaron su trayectoria con un extraño sentido
del humor negro y subversivo, pero más como una forma de atacar lo
establecido que como un intento de ser divertidos.
Por
suerte o por desgracia lo mejor estaba por venir, y cuando tras diez
años de carrera BEEF parecían haber desaparecido del mapa musical,
apareció VICTORIA PRINCIPAL/2005. El disco póstumo de la banda
Catalana, que descendió de los cielos como una revelación divina:
Con un enorme culo de melón en primer plano, emulando a un brillante
sol veraniego coronando la portada de su último disco.
Sin
pararme a pensar ni un instante diría que uno de sus mejores discos.
Si no el mejor, sí el más sorprendente, directo, y a la vez plagado
de recovecos, el primer disco en el que deciden cantar en Castellano
(más vale tarde que nunca).
Un
disco que aunque parece romper con todo lo anterior, no viene a ser
más que una evolución natural; tan natural como todo lo que emana
de cada una de sus canciones. Algunos pensaran que es una traición a
toda una carrera caracterizada por una fidelidad casi monacal a su
sonido: Rocoso, industrial, esquivo, conceptual en cuanto al metraje,
hasta cierto punto austero y primitivo. Una banda que adopto su
idiosincrasia a golpe de martillo, forjando una relación con
aquellos que se animan a seguirlos casi masoquista. Porque Beef jamás
cedieron ni un milímetro a la complacencia de seducir con caramelos
en forma de hits, quizás sí con caramelos envenenados pero nunca de
manera predecible.
Sin
embargo y aunque este último disco dé una primera impresión
frívola y bonita de ese grupo arisco. Victoria Principal mantiene un
estrecho vínculo con su pasado, aunque cambie los mensajes
surrealistas por otros más dulces y directos, pero aún más
sangrantes. En realidad más como una confesión antes de la retirada
como... - Pudimos ser así, o incluso más amables si cabe. Pero BEEF
somos como somos, así que aquí nos tenéis.
El
contexto social y político en el que nació ese último disco de la
banda parece tener un efecto determinante a la hora de atacar unas
letras desde la honestidad. Y aunque David como artista siempre tuvo
una visión cínica de la realidad; dejando que la música llevara la
voz cantante, y sus mensajes entrecortados solo fueran arengas. Esta
vez revierte los papeles y enfatiza sobre las letras con un mensaje
claro, aunque juegue audazmente con la sugerencia, la poesía y lo
explícito cuando encarta: “Songs that seems true” es la
antesala del disco, una canción optimista que sin embargo juega
irónicamente con el título y el estribillo, para definir el disco
y los sucesos del año en el que Socialistas y Peperos mantenían un
pulso por el poder. En “Bar Frankfurt” vuelven a ser ellos mismos
con una letra que nos remite a la visión críptica que tenían
Surfin Bichos o Chucho, quizás de las mejores del disco.
Y
con “C'mon Rajoy” vuelven a la carga para ser lo más explícitos
posibles, en una letra premonitoria que se podría extrapolar como
una profecía a la actualidad de nuestros días. Además es curioso
porque esta canción mantiene una consanguinidad premonitoria con
otra que aparece en el último proyecto de David Rodrígez: “El más
Romano del Mudo” incluida en su MARACAIBO/2011 , dos de los
vistazos más lúcidos y contemporáneos de nuestra actualidad feroz.
Pero lo
mejor es que sobre el disco planea de manera omnipresente la misma
sensación de caos que conseguían transmitir Poch y Derribos Arias,
con una acidez extraordinaria que roza el dulce esperpento: Asumiendo
su papel de psicótico revanchista y descarnado con el que visten
a quienes no se muerden la lengua cuando arremeten contra el sistema,
la hipocresía o la demagogia. Un papel que con los años parece
haber asumido David con total naturalidad y donde no se priva a la
hora de lanzar dardos envenenados en “Nos plagian”, donde
arremete sin pudor alguno supuestamente sobre algunas bandas
coetáneas de la actualidad, si nos ceñimos a algunas perlas
refiriéndose a la escena NoisePop: “Me dí cuenta que éramos
el único grupo de ascensión humilde, los demás eran futuros
jóvenes empresarios ultramillonarios jugando a hacer Pop, el único
vínculo entre nosotros era tener un Inglés de juzgado de guardia”
En todo caso
si dejamos de lado sus puñaladas más directas, podemos encontrar
la verdadera belleza de este imprescindible disco póstumo, en
canciones como “La transición” donde parece querer mirar atrás
de manera reflexiva sin arrepentimiento ninguno: “sé canciones
concepto , escucha si te atreves , y juzga si te atreves. Suerte que
ya estoy a salvo... (estribillo)” donde afloran verdaderas
preciosidades de agrio Pop doméstico como: “Mediterráneo”, o
algunas donde sobran las palabras como “Gringoakparty” o
“Fiesta”.
Hay quienes
califican éste, como un disco eminentemente Pop y donde David parece
querer preparar el terreno para su proyecto en solitario LA ESTRELLA
DE DAVID. Sin embargo seguimos encontrando la presencia
inquebrantable de BEEF, donde el resto de la banda juega un papel de
cómplices tan esencial como el de su cabeza más visible. Los
paisajes que se dibujan en canciones del simbolismo de “Sniffin'
Eno”, “La resolución”, “Canción Wai”, y sobretodo la
majestuosa “Mi camastro es fuerte”, siguen siendo los mismos
talleres donde se deconstruyen géneros inventados como el Post Rock
que acuñó Simon Reynolds para dilapidar el Rock clásico. Y donde
ellos le dan el sentido libre que se merece, con sarcasmo, sin
prejuicios, y en constante avance.
LA ESTRELLA
DE DAVID continua con el camino emprendido hace 18 años. Un disco
muy diferente a su primera incursión en solitario que a mi
personalmente se me atascó soberanamente.
Una nueva
imagen de David Rodrígez que nos lo presenta como un ermitaño
mudado a una lejana montaña en el limbo existencial, desde donde
parece contemplar la cacería de hienas en la que se está
convirtiendo nuestra sociedad. Él sin embargo en la placidez de
alguien al que parece importarle un bledo todo el ecosistema creado
alrededor de la música alternativa; nos ofrece algunos de los textos
más jodidamente lúcidos del Pop actual: Pequeñas minucias
concebidas para tararearse , para silvarlas o escucharlas como aquel
que está esperando que el mundo se vaya a la mierda.
"Escalofrío”
donde invoca al líder de masas al que agarrarse cuando el mundo
anda perdido simbolizado en un Michael Jackson celestial. Y “Un
último esfuerzo” como una retirada donde aislarse y mirar con el
rabillo del ojo a nuestro pasado. Entre estas dos joyas de canciones
nos encontramos un repertorio producido con delicadeza y cariño, con
letras cercanas y autobiográficas con las que sentirnos cómplices:
Instrumentaciones cálidas, casi acústicas, voces que acompañan a
la débil y desafinada de David dando un tono familiar a todo el
disco; da cariño y puñaladas con la misma dulzura ceremonial que
Jack el destripador mutilaba a sus víctimas.
Lo dicho,
“El Romano más grande del Mundo” es de aquellas que uno puede
oír hasta el final de los días. “Enrique VIII” la mejor manera
de definir el amor como el pasajero que llevamos dentro, y surge tal
que un alien, ¿y Decathlon? No creo que hallan declaraciones de
amor jamás cantadas como la que nos recita David, salvo las del
mejor maestro Kiko Veneno.
En la
actualidad David Rodrígez continua su carrera en LA ESTRELLA DE
DAVID, y LA BIEN QUERIDA ejerciendo de colaborador, músico, y
productor. También ha producido Los Punsetes, se ha inventado junto
Joe Crepúsculo Junco y Diamante, y ha puesto a prueba a toda la
escena “indie” con numerosos escándalos. Aunque yo personalmente
creo que como una especie de Andy Kaufman a la Catalana, se ríe de
los prejuicios, las poses, la falsa actitud, y de la falsa moral
¿Punk? No se, pero va a su aire no le sigue el juego a absolutamente a nadie, y tampoco vende una imagen de falsa
simpatía, con lo cual, para mi lo importante es la música. Eso de lo
que deberíamos disfrutar sin enjuiciar a nuestros heroes de
fantasía.
Si han sido
capaces de llegar hasta aquí, en esta monumental travesía de datos,
apuntes, y reseñas pasionales. Sepan que han demostrado un
encomiable interés por una de las historias mejor escondidas de
nuestra música, sí, de esa que tenemos ahí al lado y que a veces
nos perdemos por la proximidad.
Si todo esto
les ha despertado un mínimo interés por esta introvertida banda y
no su menos polémico líder, tienen varias opciones puesto que no
voy a hacer un dispendio de su extensa discografía: Las
instrucciones en comentarios.... UN SALUDO!!
- Un sample donde me he tomado la molestia de incluir, los que para mi son los temas significativos de BEEF, TELEFILME, y LA ESTRELLA DE DAVID.
- Si alguien tiene un interés especial en alguno de los discos de los que yo recomendaría: Victoria Final_BEEF, Sing & Tongues_BEEF o Maracaibo_LA ESTRELLA DE DAVID puede seguir los rigurosos pasos:
Publicar un
comentario con la petición sample o Lp junto a una dirección de
email (que no se publicará)
Agradecimientos
varios , saludos o cualquier otra cosa si que se publicarán siempre
y cuando no figure email alguno
01- FIN DE AÑO (Beef/La Boheme)
02- EL MÁS ROMANO DEL MUNDO (La estrella de David/Maracaibo)
03- YO SOY EL CANTANTE (Beef/La Boheme)
04- PLATINUM (Beef/La Boheme)
05- 6 FT (Beef/Tongues)
06- COUNTRY JONES MUSIC PARK (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
07- C'MON RAJOY (Beef/Victoria principial)
08- ELECTRIC FARM (Telefilme/Pocket horror symphony)
09- LA RESOLUCIÓN FINAL (Beef/Victoria principial)
10- MI CAMASTRO ES FUERTE (Beef/Victoria principial)
11- BASAURI (Beef/España a las 8)
12- MISERY (Beef/Misery and lies)
13- LUBRICA (Beef/España a las 8)
14- DECATHLON (La estrella de David/Maracaibo)
15- I WILL FOLLOW THE LEADER
16- LA TRANSICIÓN (Beef/Victoria principial)
17- ISABEL (Beef/La Boheme)
18- MECH (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
19- PRISTEEN TAKE TWO
20- SONGS THAT SEEMS (Beef/Victoria principial)
21- REBELDE SIN CASPA
22- MARTINEZ (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
23- MEDITERRÁNEO (Beef/Victoria principial)
24- ENRIQUE VIII (La estrella de David/Maracaibo)
25- ESCALOFRÍO (La estrella de David/Maracaibo)
26- COPYRIGHT OF THE HEART (Anti/Anti)
02- EL MÁS ROMANO DEL MUNDO (La estrella de David/Maracaibo)
03- YO SOY EL CANTANTE (Beef/La Boheme)
04- PLATINUM (Beef/La Boheme)
05- 6 FT (Beef/Tongues)
06- COUNTRY JONES MUSIC PARK (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
07- C'MON RAJOY (Beef/Victoria principial)
08- ELECTRIC FARM (Telefilme/Pocket horror symphony)
09- LA RESOLUCIÓN FINAL (Beef/Victoria principial)
10- MI CAMASTRO ES FUERTE (Beef/Victoria principial)
11- BASAURI (Beef/España a las 8)
12- MISERY (Beef/Misery and lies)
13- LUBRICA (Beef/España a las 8)
14- DECATHLON (La estrella de David/Maracaibo)
15- I WILL FOLLOW THE LEADER
16- LA TRANSICIÓN (Beef/Victoria principial)
17- ISABEL (Beef/La Boheme)
18- MECH (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
19- PRISTEEN TAKE TWO
20- SONGS THAT SEEMS (Beef/Victoria principial)
21- REBELDE SIN CASPA
22- MARTINEZ (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
23- MEDITERRÁNEO (Beef/Victoria principial)
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26- COPYRIGHT OF THE HEART (Anti/Anti)
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Joer, maese brother, cómo te curras los textos. Realmente después de oir varias cosas veo muchas de las referencias musicales que cuentas. Me ha gustado bastante Beef y creo que si me pusiera más con La Estrella de David acabarían gustándome. Ilustrándome. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias JOHNNY!! La verdad es que tenía una cuenta pendiente conmigo mismo y con BEEF. Y si te he de ser sicero yo mismo desconocía prácticamente de la existencia de Victoria Final y de Maracaibo hasta que escuché no hace mucho un tema (vamos, sabía que existían pero no los había oido con demasiada atención). Fue entonces cuando recuperé mis viejos discos de BEEF, los volví a escuchar casi como si fueran una total novedad desde el principio, y no te puedes imaginar como cambia la percepción de la música con el paso del tiempo y hasta las canciones; tanto que estoy de nuevo enganchado a ellos.
ResponderEliminarLa verdad es que me sorprendió la poca informaciónque circula por la red sobre esta banda y el tiempo que hacia que no posteaba un monográfico. No se, es como si solo estuvieran documentadas ciertas partes de la historia y de sus bandas a partir de que empezó a funcionar internet y las webs 2.0. De paso me parece también bastante triste que exista más información sobre las bandas de ahora que sobre sus influencias y ciertas década. Así que he vuelto a descubrir a BEEF A LA ESTRELLA DE DAVID , A PRIMERA VICTORIA e incluso a LA BIEN QUERIDA.
Pueden resultar en ocasiones frívolos según se miren, pero a mi me parecentremendamente ácidos e hipnóticos. No se, tienen algo de reto y de extraño universo, con ALBERT PLA y con ASTRUD me pasa lo mismo.
Me imagino que todo es cuestión de sumergirte en sus letras, te enganchan o no los soportas (no tienen término medio). Lo importante al fin y al cabo es poder reivindicarlos, y ver que todo es un camino con el que se descubren nuevos detalles, por mucho que lo volvamos a recorrer.
UN ABRAZO!!