Fue un
mediodía sentado en la terraza de AL BRINDISI , creo: Ese momento
exacto en el que , con el pasar de los días y con ese modo “stand
by” al que uno preocupado achaca a la pereza , y permanece así;
sin la más mínima intención de hacer absolutamente nada. Yo
prefiero llamarlo CONTEMPLACIÓN , el placer de la contemplación , o
el de no hacer NADA; Me encanta como suena de lapidaria la palabra
NADA (en mayúsculas , en negrita o amplificada por el eco de una
habitación desnuda de muebles).
Yo
consternado con mi copa de vino del Bosco Eliseo en la mano en la
angosta calle de Via Adelardi , mientras los gritos de mis chiquillos
se acolchaban y apagaban ante mi indiferencia total. Fue allí sí;
afirmo con la rotundidad de estar en la certeza de hallar el momento
exacto en el que te asalta un estado en el que permaneces ya desde
hace unos días. Es cuando de verdad puedes certificar la belleza y
el arte de no hacer nada , ni tan siquiera el forcejeo por revertir
ese estado ¿para que luchar por evitar algo que te satisface? Tanto
me extrañó esta situación que hasta llegué a pensar que era
incapaz de sentarme a escribir algo , lo cual tiene su gracia ¿de
que hablar , si uno no tiene la más mínima intención de hacerlo?
Escribir sobre nada tiene su miga señores , tan difícil es
aglutinar en cuatro párrafos todo lo que ha dado de si una semana al
volante de mi vehículo , traga que te traga millas. Como desear que
la borrasca que azotaba esos días Italia no cesara.
Al cabo de
cuatro días hubo una tregua , agradecido como estuve de que ese agua
de gota gruesa hiciera desaparecer de un plumazo el calor de un
Verano despiadado. Y allí estaba yo , en las tranquilas calles de
Ferrara , un Domingo inquietantemente tranquilo , viendo pasear las
bicicletas. Como quien ve a un animal apunto de extinguirse rumiar
sobre un prado con la mirada perdida en el infinito. Por un momento
hasta creí oír una profunda voz que me decía:
- - Ahí la tienes hijo mio!! , que la quietud sea contigo!!
La verdad es
que ayer estuve a punto de sentarme a escribir sobre la desaparición
de uno de mis programas de radio preferidos. Algo sin duda que debía
invertir ese estado vegetativo de todo mi ser , pero mientras
regresaba calle abajo con mis Kebabs Vegetales bajo el brazo ,
recapacité: ¿en serio te quieres convertir estos días en el juez
de algo tan polémico , como las miles de opiniones que se verterán
sobre él? Pues no!! , prefiero quedarme calladito. Por mucho que me
duela en el alma que un cambio político vuelva por vigésima vez a
decapitar a un creativo; creo que mi silencio es mucho más útil que
una rabieta. Si de verdad un programa es capaz de generar la
suficiente energía de opinión que ha sabido conmutar Javier Gallego
& Co. , solo el tiempo y los oyentes con criterio serán capaces
valorar la importancia de Carne Cruda.
Los que tan
solo se quedaron en los latigazos que propinaban en tan solo diez
minutos la vivaz lengua del señor CRUDO , quizás no. Pero si lo
harán los que echen de menos ese menú imaginativo en el que se
narraban pequeñas historias de artistas anónimos , en clave de
novela de suspense. La creatividad a vuelto a perder , como cabía
esperar en este país de MIERDA en el que habito.
Pero no , no
me quiero excitar: Doy un nuevo sorbo a mi copa de vino: Suspiro ,
contemplo , y creo que así se está mucho mejor; ya llegaran los
días de carreras cuando empiece a trabajar.
Hablaba de
la bicicletas , ah!! las bicicletas!! Los esbeltos cuerpos de las
viejas bicicletas de paseo. Porque ya me dirán ustedes que donde
esté la elegancia del pedaleo de una bicicleta de paseo , que se
quiten las Mountainbikes , bicicletas de carretera y demás
artilugios plegables que hoy en día se fabrican para moverse a toda
velocidad por una ciudad. En Ferrara no pasa eso , porque allí todo
parece transcurrir tranquilamente: La imponete torre del Castello
Estense que nos muestra una ciudad desprovista de su otrora
inexpugnable muralla de ladrillos rojizos y macizos de 1385.
Sin ellas ,
la ciudad parece querer abrirse bulliciosa a una actividad artística
tan deliciosa como el laberinto de calles que la viste de dentro para
afuera: El libertinaje de una vieja ciudad que mantiene perenne su
juventud libre del corsé de su antigua fortificación.
En Ferrara
el tiempo parece detenerse entre sus laberínticas calles medievales
, y en Domingo especialmente; el mercadillo de Antigüedades cobra
el protagonismo merecido , que las tiendas de últimas tendencias
intentan sisar a la historia que allí permanece.
AL GALIGARI
sin embargo parece continuar impertérrito al devenir de esos
acontecimientos. Sus 577 años sí lo certifican , y aunque su actual
propietario Federico Pellegrini convine con astucia la historia del
establecimiento , con la Enoteca como punto de encuentro de jóvenes
gozosos del disfrute. Al Brindisi jamás ha sido desprovisto de la
personalidad que revitalizara esta histórica Osteria , cuando su
padre Moreno Pellegrini la convirtiera en 1965 en una de las más
importantes Whiskerías de Italia.
En la
actualidad Al Galigari es capaz de sintetizar todo lo que cualquier
mente inquieta es capaz de desear: Un lugar que ralentiza el tiempo y
transpira por entre cada una de sus juntas , la historia de la que
fue testigo Nicolò Copernico , como asiduo cliente. Un hervor
bullicioso que atiza el Jazz que resuena en sus pequeñas dimensiones
, y que empuja al público a la secreta calle Adelardi. Y el placer
por inducir por el efecto de su personalidad a que los clientes
sientan la creatividad como consecuencia de un movimiento natural del
cuerpo.
Para todo
ello hay un secreto indescifrable que parece ser heredado de los
antiguos clubs , en los que perfectamente se podía degustar una
especialidad culinaria de la casa , mientras se iban descubriendo
vinos; para acabar rematando la velada con expresso y una cálida
copa de whisky de Malta. Mientras todo esto sucedía; se charlaba de
arte , literatura , ensayo , o simplemente te dejabas llevar por
desbocado sonido del saxofón , mientras las escobillas acariciaban
la tersa piel de los tambores.
Hay sitios
que por algún motivo extraño desprenden ese encanto natural que
hace que tu estado de ánimo se convierta en un remanso y que a su
vez activen la chispa ociosa que todos llevamos dentro. La suficiente
para alcanzar una perspectiva más imaginativa y enriquecedora; sin
saber si simplemente es un efecto de la sugestión , o una necesidad
de ralentizar nuestras vidas como un antídoto a la frivolidad: Los
camareros continúan manteniendo el rito perdido de la atención ,
despojados del servilismo y el trato como un privilegio de los
grandes fastos. Tan solo por naturalidad , y porque hay ciertas cosas
que aun necesitan del trato delicado de un amante para disfrutar de
ellas.
Algo que en
Italia aún se sigue conservando y que aquí se asocia al elitismo ,
y al pecado de disfrutar de los placeres como algo inherente a una
clase social; o al dinero que unos pocos estén dispuestos a pagar ,
por el simple capricho de resultar exclusivo. Quizás por eso está
tan mal visto hablar de cultura en ámbitos populares , cuando
resulta más educativo hacer un estudio profundo sobre la Prensa Rosa
, los especímenes que la pueblan , y los juicios rápidos sobre
actitudes de dudosa moral.
Por eso ,
quizás por eso , son solos los intrépidos los que van a buscar
aquello que brilla en el horizonte. Sin esperar que máquinas ,
criaturas inanimadas o cachivaches varios sean los que nos pongan en
bandeja aquello que todos dicen , nos hará personas más felices.
Uno y solo uno , en la placidez de la introspección es realmente lo
suficiente autónomo para proveerse de los verdaderos placeres de la
vida: No solo en lo inalcanzable como en lo material y sofisticado.
Los verdaderos placeres se encuentran a veces en aquellas sensaciones
que son espoleadas por un organismo que necesita más de sensaciones
físicas , que de estados carenciales de muestro ego.
Para nuestra
suerte aún existen sitios dotados de esa autenticidad que nada tiene
que ver con la exclusividad y que activan los resortes del contacto
humano.
La apacible
ciudad de Ferrara , y en concreto AL BRINDISI son una visita obligada
si nos dejamos caer al Este de Italia: Siguiendo el curso del
majestuoso río Po , casi a tocar con su desembocadura , en Porto
Tolle. Kilómetros antes hay que echar el ancla y dejarnos seducir
por el silencio de sus calles , tan solo soliviantado por la armónica
música de los engranajes de sus bicicletas.
Sentarnos en
las robustas mesas de madera de AL BRINDISI , con su decoración: Que
combina los de una vieja taberna de Edimburgo , junto a las historias
que mejor se guardan entre el polvo reposado de sus botellas de vino.
Y atrevernos
con seis de sus menús de degustación , que se ajustan a cualquier
tipo de presupuesto: De los 13 de su Menú del Lavoro , a los 50 del
Grandi Brindisi: Que nos brinda la posibilidad de darnos un curioso
paseo por los vinos de la Emilia Romagana , los deliciosos pasteles
de pasta , sus embutidos , su repostería seca , sus ensaladas ,
rellenos... O simplemente degustar un vino de su extensa carta ,
mientras picoteamos alguna de sus ingeniosas tapas. Entre su
sobrecargada decoración plagada de fetiches está la morada de
Federico Pellegrini , un músico con el mismo espíritu hambriento
que el de su padre. Que ha sido capaz de transformar su innata pasión
musical Underground en un caleidoscópico crisol donde se
entremezclan la historia , la tradición culinaria y algo tan
importante como el descubrirse a uno mismo de la manera más
universal , la de los sentidos. Que todos llevamos de fábrica , pero
que muchas veces dejamos oxidar: El oído , el olfato , el paladar ,
o el sosiego y ese placer que nos llega desde fuera , hacia nuestro
interior más profundo.
No se si
este despabile de los sentidos es terapéutico o curativo , pero si
imprescindible para que nuestra existencia sea real y a la vez
imaginativa. No se trata de que nuestro estado sea una mera sensación
, si no que las sensaciones certifiquen nuestra existencia , física
y real. Y que cada uno elija su viaje hacia lo desconocido.