Mostrando entradas con la etiqueta TOPS ALBUMS 2013. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta TOPS ALBUMS 2013. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de diciembre de 2013

LOS TREITA Y UN DISCOS QUE APUNTALARON MI 2013. 30/23 #Part_1




Cierren los ojos, descálcense, y quítense la ropa hasta quedar como su madre los trajo al mundo. Respiren lentamente hasta que sus extremidades caigan por su peso, y dejen la mente en blanco. Caminen, caminen ayudados por el impulso de los dedos de sus pies, hasta que sus puntas no hagan pie. Ahora ya están en el borde del precipicio; allí donde el año toca su fin y la incerteza cobra sentido.
En el fondo todos sabemos que al paso por el meridiano que separa años de fechas, épocas, y sucesos, no notaremos ni frío, ni calor. Sin embargo lo esperamos con nerviosismo y nos empeñamos en hacer balance de lo bueno, lo malo, y todo lo demás.

Para mi por ejemplo, será un año raro por distintos motivos. Evidentemente y como es de suponer por aquellos que hayáis estado al tanto de mi inactividad este último mes: Mi ingreso hospitalario, y esa lucha inconsciente por superar una enfermedad que casi me cuesta la vida, debería eclipsar cualquier otro acontecimiento. Pero es tanta la mierda que nos ha llovido del cielo, que mi muerte habría pasado sin relevancia alguna, por un año en el que nos han jodido tanto que casi diría que hemos desarrollado un tejido áspero e insensible para tragar sin apenas rechistar.
Sí, es cierto que nos quejamos en las conversaciones tabernarias, en los zaguanes, y en las miserias cotidianas. Pero la imposibilidad por defendernos con un mínimo de éxito en un estado al que llaman “de derecho” es tal, que a uno solo parece otorgarle legitimidad la violencia y la insumisión.

En fin tampoco voy a fustigar conciencias con un discurso, a mi no me van esas cosas y creo más en la búsqueda personal autodidacta; pensar y y buscar encuadres o perspectivas cambiantes como motor de nuestra existencia (sin filosofadas por favor!!). La lista puede ser un reflejo del inconformismo y si alguno echa en falta uno u otro disco, pues bien aventurados aquellos que gozan con aquello que temían.
Como pueden observar no están ni David Bowie, tampoco Artic Monkeys, John Grant, Arcade Fire, My Bloody Valentine, Deerhunter, Kanye West, Bob Dylan, Darkside... en fin ya saben a que me refiero. A todo aquello que debería estar si la calidad se midiera por el revuelo mediático que generan a su alrededor. Y no crean que son por ello discos que me han desagradado, todo lo contrario; algunos los he disfrutado muy mucho, y a otros les pronostico un disfrute más a largo plazo (al fin y al cabo el gusto debe cambiar saludablemente cada cierto tiempo).
En cambio, y no crean que es solo por una mera cuestión de principios, cada vez me inclino por buscar en la música aquello que nos movía años atrás: Quizás por una búsqueda enfermiza de la ilusión juvenil perdida, tanto en lo aparentemente normal como en lo morbosamente transgresor, solo se buscar y disfrutar con aquello que me solivianta y excita. Aquello que se desvía sigilosamente como una anomalía, lo que es tan normal que interfiere entre lo manido para buscar otra dimensión paralela (y siempre discreta). La devoción por aquello que ahora no toca, por los estilismos perdidos en los sedimentos de las rocas.
Quien sabe si solo es el romanticismo que insufla nuestra madurez como una utopía o como un espejismo. Solo se que es como una segunda juventud o como una puesta a cero, la que da sentido a que esté ahora escribiendo y compartiendo experiencias. Y si no fuese así, estaría haciendo macramé con las cicatrices de mi pierna derecha.

PD. Felices fiestas, entrada de año, y deseos futuribles.

  1. SEA DWELLER /Sings of a perfect Disaster


Esta banda Italiana residente en Roma publicó su trabajo el pasado año, pero no ha sido hasta este cuando han editado por fin su disco en formato CD de manera oficial.
Sobre el terreno nada que resaltar salvo su origen; profundizando en su discurso de paisajes emborronados y cadencias susurrantes. Un destello de autenticidad tan extrañamente ausente en las cadenas de producción actuales, que fácilmente al escucharlos nuestro subconsciente nos remita a una pasada época; donde rendir culto a las minorías y a la introspección no era sinónimo de agotamiento y repetición. Ellos saben crear texturas, moldearlas y hacer que su fidelidad una paleta de un cuadro impresionista, citarnos el otrora sonido 4AD, y el Shoegaze más balsámico.


  1. ZONAEA / As the Stars Collapse


Pensar en una lista de previsibles candidatos sería como reconocer nuestro servilismo y acatamiento a las normas de la moda. Y como yo en lo personal reniego con cariño y por naturaleza, a todo aquello que inunda la red de redes, prefiero lanzarme al encuentro de algo que realmente agite mi alma. Ya saben sonidos que hagan trabajar por poco que sea mi marchito espíritu.
Como una baliza salvadora allí estaban estos veteranos de Charleston, Zonaea. Cirujanos del sonido que como nadie saben modular, tensar y estirar las notas, dando con la clave de la atmósfera como principal virtud.
Siete canciones que rememoran el Post Rock más cáustico y seminal, donde se reúnen alrededor del fuego conocidos como: Sonic Youth, Polvo, Explosion in the Sky, o Archers of Loaf. Todo un gustazo de disco donde redimir nuestros oídos famélicos, del peligro que suponen las guitarras y la sabrosa angustia tortuosa del buen Rock de los 90.


  1. BETUNIZER / Gran Veta



Si con Zonaea un servidor se ha dado un atracón de clavos, rebabas, y caminos sinuosamente abruptos. La excepción que confirma la regla de que en el ámbito nacional algo está sacudiendo el paripé de gustar sin incomodar, es sin duda la aparición de bandas como los Valencianos BETUNIZER.
Rápidamente les han colocado la etiqueta de Post Hardcore, y yo que me quedé anclado en las etiquetas de finales de los 80. Prefiero buscar el secreto de su ADN, en las disonancias y la abstracción argumental de su métrica, y por supuestísimo en el espoleo de sus letras; quienes nos soliviantan debidamente nuestros sedados intelectos.

Y háganme caso y no sean caguetas, “Gran Veta” es lo más parecido a una terapia de choque contra la apatía y el acomodamiento. Ni que la palabra Hardcore les de miedito, ni que la alargada sombra de Steve Albini campe a sus anchas por todo el temario; si todo fuese tan cómodo y plácido sería a la música, como desproveer de Wasabi una buena ración de Sushi, Makis, y Sashimi. Pura insipidez vamos.



    27. WHITE DENIM / Corsicana Lemonade


Sería de burros no reconocer lo mucho que nos han enseñado a lo largo de su carrera estos Tejanos, en lo que concierne al arte de moldear cual pila de arcilla el Rock progresivo, el Avant Rock o como cojones lo queramos definir.
En todo ese tiempo hemos gozado como cochinos sobre el barro con el virtuosismo de sus cuatro miembros. Y viajado por decorados tan variopintos como el de la Psicodelia, lo experimental, la luminosidad de su Funk Popero, sus bucles interminables, el Blues, el Rock Garajero, y hasta una cierta obsesión por construir y deconstruir todo lo anteriormente citado.

Su último trabajo sería por así decirlo el mejor punto de partida para medio entender su idiosincrasia. Uno de los más accesibles, sin por ello perder ni un ápice de majestuosidad a la hora de dotar cada una de sus canciones de matices imprevisibles. Un Rock caleidoscópico que se pasea con una chulería natural por el Jazz, el Blues, y el Funk correoso; y que además lo hace con diez pedazo de canciones de lo más digestivas y apetecibles. Uno de sus mejores trabajos, que demuestran que se puede experimentar, gustar, y ampliar fronteras sin perder su esencia.

    26. DISAPPEARS / Era



A esta banda de Chicago fundada por el ex Sonic Youth Steve Shelley, la descubrí en 2010 con su debut “Lux”. Inmediatamente me llamó la atención, ese Rock directo con claras reminiscencias al Garaje en canciones como “Not nothing”, o “Magics”. Desde aquel primer disco pétreo y primitivo, hasta nuestros días las cosas han evolucionado claramente hacia un sonido más complejo y experimental.
Lo que nos lleva a calificar su último trabajo “Era” como el más ambicioso y suicida, claramente al margen de cualquier coartada comercial. En él se pueden encontrar a partes iguales amplias odas al Krautrock más espacial en cortes como “Ultra”, “New House”, o “New House”. O bien claros homenajes a aquella escena oscura de los 80, donde las chorreras y lo gótico quedaban en un segundo plano para incidir en la experimentación, en otras como “Era”, o “Weird House”. Es ahí donde se dejan acariciar en un claro homenaje a los atmosféricos Bauhaus de “In the Flat Field” y “Sky's gone Out”.

  1. EELS / Wonderful Glorious



He de admitir que en muy contadas ocasiones me he dejado llevar por las anárquicas propuestas de Mr. Mark Oliver Everett aka Eels, vaya se puede decir que no soy fiel seguidor de su trayectoria.
Quizás por eso, al meter uno las narices en su última y más concentrada obra, la sorpresa se hace aun más mayúscula si cabe. Un disco que puede suponer para algunos una simple golosina para conformar a aquellos que no están dispuestos a asumir los riesgos de una carrera plagada de trucos y tratos. Sin embargo y con todos mis respetos, no puedo más que rendirme a la magia de toparme con un disco donde cada corte es una joya bruta de Rock futurista.
Algo por cierto, bastante escaso en los tiempos que corren. Y que además demuestra que se puede reinventar el concepto del Rock, sin caer en el recargolamiento ni en la pedanteria de retorcer lo que por si solo funciona.


  1. I AM KLOOT / Let it all In


No son pocas las ocasiones en las que me asalta la duda, de si estoy aplicando correctamente el criterio a la hora de enumerar y argumentar los motivos por los que elijo tal o cual disco. Sobretodo cuando se trata de hacer una lista y darle un orden, con lo relativo que es todo en esta vida.
En el caso que me ocupa sería de embustero recalcitrante, no admitir los lazos sentimentales que me unen a los Mancunianos I am a Kloot. Uno de los motivos junto a Doves y Elbow, por los cuales no me tiré a un barranco en aquellos años de travesía por el desierto. Sin embargo y aunque admita mi devoción, he de ser consecuente con mis impulsos y meditar con más calma lo básico por lo que figuran ellos y no otros:
Que ya nadie hace discos como estas tres bandas. Que el tiempo que se toman en publicar cada uno, es directamente proporcional a su calidad y a su buen hacer. Y sobretodo, que acaban siendo tan emotivos como los viejos guisos de nuestras madres y abuelas (apetecen siempre, resucitan a un muerto, alimentan, y nunca nunca pasan de moda).

  1. PINKUNOIZU / The Drop


Si hay un motivo indispensable por el que valga la pena clasificar aquello que más te ha gustado del año, y poner en tela de juicio tu personal criterio. Es descubrir entre tanto titular y campeón, a proyectos de otras latitudes como el de los Daneses Pinkunoizu; que además confirman el buen momento que respira la tierra de John Lauridsen (Trentemoller, Iceage, Death Valley Sleepers).
Una historia digna de husmear que se va a las antípodas de la música, rescatando los pulsos electrónicos de finales de los 70. En las premisas de su creatividad se pueden encontrar la mayoría de las condiciones básicas del Krautrock, el SynthPop, y de la experimentación. Con la diferencia de que lo suyo no es un simple homenaje a Kraftwerk, Stereolab, o a Neu!, si no que es la libertad a la hora de construir lo que hace que su segundo disco un excitante viaje por distintos paisajes: Ahí está el Tecno Pop frágil, el Folk desolado, los loops adictivos, y la sorpresa de encontrarse con virajes propios de unos niños curiosos que poco entienden de reglas.