domingo, 19 de agosto de 2012

THE B-52's: EL SALVAJE UNIVERSO DE LOS NIÑOS BOMBA




No hay dos sin tres , y ahora que estamos abocados al final de este reseco mes de Agosto; sería del todo imperdonable , no rubricar esta pequeña trilogía de discos iniciáticos con la que creo es mi banda de cabecera. Por lo menos , la de mi minúsculo santuario de bandas germinales.
Si el rock de los 70 se convirtió en buena medida en la banda sonora de mi infancia , y el Tecno-pop ochentero en el hilo conductor que encendió mi llama musical. No fue hasta los doce años , cuando un compañero pendenciero de 6º de EGB me pasó tres cassettes de su hermana mayor; que recibí la eucaristía para que con los años encontrara el disfrute por lo primitivo y primigenio en el mayor de mis motores. Treinta años después sigo sin perder esa esencia ¡que sabias fueron esas lecciones de la vida!



Gonzalo era uno de aquellos repetidores con fama de insumiso: Con su cruzada de cuero , sus pantalones de pitillo raídos , un flequillo a lo Joe Dallesandro , y fumador: Fumar con 14 años eran un símbolo sin igual de total contumacia , y el ejemplo más gráfico de lo que se entendía por “una mala compañía” , para otros era nuestro más obstinado héroe personal. Sus padres separados y su hermana con el pelo teñido , a mechas y crepado , complementaban aquello que tus padres definirían como una familia poco recomendable.
No es que Gonzalo fuera l'enfant terrible de la barriada , al contrario , era un cacho de pan; tan solo un poco indómito para tener 14 años. En mi barrio o general , era perfectamente aceptable ser un cazurro mientras te ajustaras a las cuatro reglas que permitía seguir el curso de la aburrida vida de un barrio obrero: Viste sin llamar la atención , no frecuentes descampados , juega en grupo y respeta a los mayores.



The B52's fue en ese momento , no un soplo; si no un vendaval de aire fresco y purificado. Esa cinta magnética de aquel Messopotamia de 1982 , hizo de puente entre aquellos ritmos secuenciados del Tecnopop y las hilarantes composiciones del quinteto de Athens.
Con los años , el significado de aquel disco fue cambiando progresivamente y si bien es cierto que aquella colaboración con otro de mis excéntricos favoritos , David Byrne; no pasaría a la historia como uno de sus discos más importantes. Messopotamia condensa algo realmente importante para mis inmaduros 12 años: La genialidad de combinar ese extraño universo tan subterráneo de sus primeros dos discos , con los endiablados ritmos de Disco Funk tan sintetizados como efectivos de aquel longevo Ep.


Lo cierto es que el formado en el que se incluían esas seis canciones disparaba el minutaje de un Ep con creces. Loveland y Cake eran lo que se diría en aquellos años , dos Singles por antonomasia. Messopotamia , Nip in the bud y Deep Sleep , los que todavía conservaban las reminiscencias de su marciano debut.
Prácticamente la historia de B52's en su totalidad ha estado plagada por ese indeterminado rumbo de sus composiciones , del que se puede extraer multitud de reflexiones: Los hay que pensaran que jamás encontraron su lugar dentro de una escena Americana en la que predominaba el rock , el blues o el Folk. Otros , que perdieron su identidad en el momento en el que se empeñaron en hacerse más populares. Y aquellos alumnos aventajados de la primera New Wave Americana , echando mano de una crueldad indomable , afirmaran que de ellos solo valen la pena su dos primeros discos.
Posiblemente , cada uno a su manera tenga una porción de razón , de echo no se si aquellos clamores existieron o fui yo; que ya con 18 años , y conocimiento suficiente sobre la música alternativa , me avergoncé de aquellos discos. Seguramente hubo alguno que pensó exactamente lo mismo de Vince Clarck cuando desertó de Depecho Mode y formó Yazoo: Ese proyecto que él decía más experimental y que acabó por convertirse en un éxito de las pistas de baile.



Obviando todo ese tipo de conjeturas: Upstairs at Eric's , Messopotamia y Motörhead , fueron parte del botín que Gonzalo sustrajo a escondidas a su hermana esa mañana , y que a mi me marcaron profundamente. Sobretodo los dos primeros; supongo que para Motörhead y Ramones aun no estaba preparado mi tierno oído. Con los años esos discos se tornaron determinantes, y milagrosamente con el tiempo , la perspectiva me cambió asombrosamente.
Aquel alumbramiento iniciativo de entonces hizo que pusiera manos a la obra en la búsqueda de cualquier dato posible sobre aquella curiosa banda de Athens. The B52's permanecieron bastantes años en un limbo musical en el que: Ni eran lo suficientemente vanguardistas para aglutinar a sus primeros seguidores , ni seguían los patrones comerciales en las que degeneraron algunas bandas del Punk y la New Wave de los 70.
Básicamente se comieron los mocos durante un buen puñado de años , sin embargo aquí que casi nada de ello llegaba con la suficiente fuerza como para hacerse popular; me bastaba con saber de su existencia , y descubrir que hasta un disco menor como WHAMMY! Se editaba en formato cassette en España , e incluso llegaron a radiarse a propósito de aquel refrito bailable de sus viejos éxitos con el nombre de PARTY MIX.

Los pocos ahorros de los que disponía mi paupérrima paga; en unos años en los que mi padre cobraba 25.000 de las antiguas pesetas a la semana , y mis cuatro hermanas ayudaban en lo que podían. Mis primeros ingresos sustraídos de una recaudación perdida de EL ZORRO , junto a mi viejo amigo One (delegado de la otra clase de 8º) , fueron destinados a WHAMMY!.
Nadie los echó de menos y en realidad no fue lo que se dice un gran golpe premeditado: La recaudación se perdió , y la campaña de recaudación para el viaje de fin de curso fue tan exitosa que nadie supo jamás de aquel dinero. Lo cierto es que aquello no era robo en 1982 , era supervivencia.


Sonó y sonó hasta la saciedad , seguramente es el disco que más he escuchado en mi vida junto a un cassette donde me grabé parte del Messopotamia y un disco que descubrí por sorpresa en el cajón de mi cuñado , aquel PARTY MIX donde por fin descubrí sus caras y su estética.
Aquella mezcla de sonido marciano en voz de Fred Schneider , los hilarantes coros de Kate Pierson y Cindy Wilson con ese aire a medio camino entre las Riot Grrrls más chic , y unos sonidos Easy Listening que parecía surgidos de la Sci-fi más subterránea; hacían de ellos , independientemente de la corriente en la que se les encasillara; una de las bandas más irrepetibles de la década de los 80. De echo creo que hasta la presente nadie ha sido capaz de emularlos.



Cuanto más desconcertantes eran sus melodías , más me enganchaban: “Trism” , “Big Bird” , “Butterbean” , “Don't Worry” y “Work That skirt” eran mis preferidas , y por ende acabé sin remedio hipnotizado por: “52 Girls” , “Private Idaho” , “Dance This mess Around” y “Give me Back me Man”.
Aunque aquel invento de salpicar de efectos los hits más bailables de sus primeros discos y remezclarlos , fue una verdadera escabechina en aquel Party Mix de 1982. Consiguió que se convirtiera en una auténtica obsesión hacerme de un tocadiscos y así poder comprarme cinco años después LOVELAND 1979 y WILD PLANET 1980 , que permanecieron muertos de asco en una de las tiendas de discos más extrañas de mi barrio , a la espera de mi insistencia y que por gracia divina me descubrieron algunas de mis dilectas composiciones: “Rock Lobster” , “Quiche Lorraine”, “Planet Claire” , “Dirty back Road” o “Devil in my car”.

La historia de B52's es curiosa y paradójica , no había amigo o conocido que no arqueara las cejas y soltara una carcajada al escuchar cualquier tema de B52. Siete años después y ya sin uno de sus mejores y más carismáticos compositores , RICKY WILSON (fallecido a consecuencia del SIDA en 1985); los Georgianos se auparían con uno de los discos de mayor éxito de 1989.
COSMIC THING era aquello en lo que jamás habría querido que se convirtieran mis amados B52: Una especie de sucedáneo que conservaba el envoltorio aparentemente , pero que en realidad solo eran la sombra de aquel Rock Lobster de 1979. Me enorgullecía ver como aquellos amigos que despreciaban años atrás el histrionismo de aquellas coristas tan a lo Mars Attack , bailaran como posesos la petarda “Love Shack”, y acabé de convencerme de que ellos , en cualquiera de sus formas , me gustaban de igual manera. Un amor que va más hallá del estilo , y que se refiere más a una actitud que a cualquier otra cosa.
Las guitarras de Keith Strickland no eran ni la sombra de Ricky Wilson , y la producción corría a cargo al 50% por Nile Rogers , Aaaargh!!! productor en esa misma época de Olé Olé!! Sin embargo y aunque aquel triunfo tardío en 1989 fuera un justo premio a toda una carrera , COSMIC THING se adaptaba a la perfección a las exigencias de industria de entonces.
Sus canciones tenían una estructura más predecible y festiva pero sorprendentemente seguían manteniendo gran parte de la espontaneidad de antaño. Habían conseguido mantener intacta su imagen desenfada , cambiando su filosofía New Wave marciana por un Pop descafeinado. En una producción que cercenaba de raíz su osadía para hacerlos sonar más Light , y pese a que Keith Strickland había tenido que aprender a manejarse a la guitarra por la muerte de Ricky; Cosmic Thig mejoró con creces el resultado de su anterior Bouncing of the Satellites: “Channel Z” , “Jonebug” , “Topaz” o “Bushfire” eran fantásticas y luminosas canciones que habían logrado sobrevivir a la criba de aquellos arreglos desnaturalizados y faltos de músculo , pero es un gran mérito adaptarse al paso de los tiempos sin despeinar sus estratoféricos tocados espaciales.
Como suele pasar en algunas bandas , el inesperado éxito tras años de anodina existencia , les acabaron por pasar factura. Y el protagonismo de una voz bastante más dulcificada en el paso del tiempo de Kate Pierson: Sus colaboraciones con Iggy Pop , REM , y Mathew Sweet , acabaron con el abandono de Cindy Wilson de la banda.
Sacaron discos como Stuff , compilaciones y el reciente Fumplex , intentando alargar algo que les fue sustraído conforme aumentó su fama; la frescura y aquella manera despreocupada de hacer lo que les venía en gana. Y lo cierto es que B52's eran así , felices en esa locura permanente en la que vivían , a lo mejor es que la edad te hace perder esa proyección rebelde de tus actos de juventud , intentando mantener las formas.



Pero lo verdaderamente remarcable de esta última entrada del mes de Agosto , es que con 12 años me iniciaron de la mejor manera posible en el placer de convivir toda mi adolescencia con los monstruos de feria más entrañables (hablando estrictamente desde el punto de vista musical). Desde entonces mi percepción por la música siempre ha ido encaminada en disfrutarla , valorando ante todo la creatividad por encima del virtuosismo; ese espíritu innato por transgredir de manera espontanea y nada premeditada.
El New Wave de aquellos años tenía ese ingrediente salvaje que a día de hoy marca las consignas de la experimentación y que tanto cuesta encontrar: El placer de tocar fondo para crear siguiendo el origen tribal de la música y el ritmo.
Nosotros: Yo , y las ciento de enfermizas personalidades que se dan citan en estos vomitivos escritos , partiremos de viaje en 9 días. De los cuales , si el plan cabra de sale según lo previsto; dejaremos subida la playlist de Septiembre ¿ya tocaba no? Dos meses sin dar un repaso a lo que me ha limpiado de cera los oídos este Verano se han hecho eternos. Si no contesto a vuestros comentarios , no os preocupéis , algún día volveré.
Un placer compartir con vosotros aquellos discos que me hicieron compañía en aquellos años inocentes , si no han colmado vuestras expectativas de veras que lo siento.

UN SALUDO Y FELIZ SUDOR!!


 

domingo, 12 de agosto de 2012

COSMIC 2006 & 2011: PEQUEÑOS PROYECTOS , GRANDES IDEAS!!



Sin D.O actualmente.
Blanco: Sauvignon Blanc 100% _ 2011
Tinto: Cabernet Franc 70%_ Merlot 30% _2006
Volumen de Alcohol_14%
Bodegas: Finca Puig-Adoll 12 Has. , Baix Penedés (Catalunya)
Celler: Carrer Sant Isidre num3. Rodonyà (Tarragona)
Agricultura Ecológica.

Se las ve pasear cada tarde por las desiertas calles del polígono semi-urbano de Gracia cogidas de la mano. Yo , me encamino hacia mi coche una manzana más abajo (cosas de manías) como todas las tardes que plego velas tras la jornada. Las miro disimuladamente tras mis gafas de sol y continúo caminando.
De sus andares , sus cabezas rasuradas , su piel oscura y sus faldas de tubo entalladas podrían surgir mil historias misteriosas , ellas sin duda tienen misterio. Nadie las conoce , sin embargo pasean animosamente cada día , a la misma hora , y por el mismo sitio; dos gotas de agua sexagenarias ataviadas al más puro estilo Coco Chanel recorriendo algo tan indefinible como... ¿un semi-barrio , un semi-polígono? En realidad todo él es algo difuso , pero mantiene ese pequeño encanto de los barrios textileros del Vallés. Desde luego ELLAS dan ese toque de leyenda urbana a la soledad de sus calles; más ahora , en pleno mes de Agosto.

Algo muy parecido a lo que ocurrió el día que cayeron en mis manos estas dos botellas de vino , un encontronazo el nuestro de la manera más casual , nada premeditado. El porqué de nuestro encuentro no viene al caso y aunque mis visitas periódicas a una de mis “botigas” de referencia , sea en tiempo y distancias cada vez más esporádicas; cuando lo hago , siempre hay un misterio o enigma que resolver alrededor de alguna de sus botellas de vino. Desenlaces con final feliz la mayoría de las veces.
Las presentaciones y micro-catas que forman parte del trabajo de taller de esta vieja tienda , son un pequeño y discreto lujo tanto para un comercio que se halla bajo el punto de flotación de las grandes superficies , y para el transeúnte que busca algo más que aparadores con las rebajas más suculentas.
Perderse por entre las callejuelas que lindan con la playa de Badalona tiene eso , poder toparse con comercios como el de Cristina Guillén. Así fue como me aficioné al vino hace unos cuantos años; como comprenderéis me es inevitable pasearme por sus calles sin acercarme y hacerles una visita. Lo cierto es que acabé ante su aparador todo él bien dispuesto de esbeltas y misteriosas botellas , de la manera más casual e impulsiva; a veces creo que cualquiera de mis visitas al litoral de mi infancia , no tiene otro motivo que visitar esa tienda: Comerme con la familia alguna especialidad Alemana del Frankfurt Vallés ante el mar , mojarnos los pies , comprar comida Japonesa , o husmear tiendas. Al final todas ellas y en su conjunto van a resultar ser meras excusas para paliar el mayor de mis vicios , EL VINO.


Allí , en la soledad del cierre inminente a las ocho y media pasadas estaban ellas dos: Abandonadas a la suerte de algún gorrón ávido , con las patatas Corominas hechas migajas , y la aún insatisfecha botella de Cabernet Franc sumergida en la cubitera paliando sus calores de entrepierna. No era mi intención consumar el acto allí mismo , lo prometo; solo iba a comprar un par de botellas , pero Salvador Batllé me tentó (como si su nombre formara parte de una profecía).
No son muchos los Cabernet Franc que he tenido es gusto de probar , pero el último dejó una impronta imborrable en mi pituitaria: PARDAS , del Celler Can Comas , dejó el listón tan alto que uno espera con temor afrontar otro papá Cabernet sin poder evitar las comparaciones. Pero este tinto debía ser distinto , por lo menos así lo certifican los impulsos subconscientes; eso , o el destino , ¿quien sabe? El Sauvignon Blanc se había evaporado así que accedí sí o sí.


El atributo que mejor definiría a este bien madurado Cabernet es la frescura , que conserva pese a los seis años de envejecimiento. Sorprendente como lo fue aquel Cabernet Sauvignon Crianza del 2002 de Vinya Janine diez años después; este tinto consigue redondear notablemente el equilibrio disimulando con rigor los taninos persistentes , con unas fragancias adherentes a ciruela bien madura , hinojo , vainilla , y ese fondo tan intenso a azúcar tostado; que parece evocar a la madera , pero que en realidad definen una complejidad aún por trabajar en la botella. Son muchas cosas en una ¿el cuero quizás? ¿la sutil mineralidad? Se confunden todas ellas gracias a la redondez de todo el conjunto (sin aristas , ni detalle alguno que ensombrezca su pulida elaboración).
Pese a ser un tinto de graduación alta , la temperatura de servicio sobre los 14 grados y los azucares muy presentes lo hacen un bocado perfecto para cualquier maridaje. Robusto y musculoso , pero ágil y perfumado en el primer ataque , es un verdadero gozo a cada sorbo. Me queda en el aire la incógnita de saber si realmente ese 30% de Merlot también está ahí presente y es el culpable de esa resultado tan bien conseguido. Pese a tratarse de un proyecto totalmente solitario y doméstico , los resultados en cuanto a la variedad de sus vinos (Cabernet Franc , Sauvignon Blanc , Chardonnay ,o el Brut Nature Gran Reserva) y su personalidad , son sobresalientes. 
Perdonamos o agradecemos , según se mire , la dificultad que supone encontrar información detallada de este proyecto. Porque en esos microscópicos hallazgos nos reencontramos con la aventura que nos plantean estos pequeños agricultores y que nos despiertan la pasión inicial de nuestras aficiones.
Sin duda algo se mueve , y micro-proyectos como COSMIC certifican que la cratividad de nuevas generaciones, va mucho más hallá de las limitaciones que la industria impone para acotar las zonas de nuestra Comunidad o del país en general. COSMIC es un plan tan arriesgado y alternativo como el placer de descubrir las maravillas que han dado fruto en esas minúsculas 12 Hectáreas.


COSMIC es un proyecto extremadamente joven que ni tan solo ostenta Denominación de origen alguna. En esa delgada franja que delimita el Alt Camp y el Penedés y establecido de manera alternativa y autodidacta en Rodonyà: Aquel pequeño pero vinícola pueblo del que escribíamos hace unos meses a propósito de Vinya Janine. Salvador desconecta relojes , cronómetros y cualquier tipo de pautas productivas para crear vinos a partir de una agricultura totalmente sostenible y natural , dejando que el tiempo y el trabajo intenso en los terrenos de Puig-adoll a 500 mts de altura marquen los tiempos naturales de cada uva.
De allí nació también ese Sauvignon Blanc que pese a desaparecer en los labios golosos de aquellos que se pasaron por Cristina Guillén aquella tarde calurosa , calló también en el cesto para complementar esta entrada. Los dos se complementan entre si: Uno por ese impactante generosidad de aromas cálidos y golosos; el Sauvignon Blanc por el enigmático misterio por desvelar , como el de aquellas viejas gemelas de los primeros párrafos *(atando cabos sobre los delirios de la entrada).



El Sauvignon Blanc se ha convertido en la piedra angular de los vinos de Rueda junto a un Vedejo más refrescante y juvenil , pero a lo largo de este tiempo en ocasiones ha sido una verdadera lucha intentar separar grano de paja; para una de las pequeñas localizaciones de blancos que más ha crecido estos últimos años. Son estos algunos de los inconvenientes que nos queda por sortear cuando a menudo son las modas y el marketing los que inundan , y sobre explotan un filón. Aun así siguen co-existiendo proyectos interesantes que intentan hacer vinos diferentes y singulares , que dinamizan esa idea equivocada de que una denominación debe tener unas uvas concretas y unos vinos representativos.
Por suerte o por desgracia la zona de Alt Camp y el interior de Tarragona no tiene ese tipo de presiones: Cohabita con la tradición de los calçots (una moda por cierto a la que todo el mundo se ha querido apuntar y que le ha sido extirpada). Pero sus vinos sin embargo siguen ahí , a la sombra de un turismo que se desvive por sol , la playa y el bronceado como si en el interior de sus tierras solo vivieran cuatro bárbaros románticamente enamorados de la esencia de la existencia: La luna , las estrellas , los ciclos y la naturaleza.
Es ese pequeño misterio que esconde el que lo hace tan terriblemente singular?? , pregunto. Apuesto a que sí , COSMIC guarda un pequeño secreto , y su Sauvignon Blanc peculiar como un pequeño extraterrestre en medio de Chardonnays y Xarel.los consigue sin aspavientos ni etiquetajes atractivos lo que muchas coloristas y decorosas botellas carecen , PERSONALIDAD. Es un vino del año que oculta sus verdaderas armas con su inmediata apertura; con el paso de las horas se transforma , como aquellas crisálidas que explotan al día exacto de recibir el primer soplo de aire fresco. Lo que en un principio parecía unSauvignon Blanc joven y sin la mala leche de sus hermanos Vallisoletanos , se destapa como un blanco fermentado en barrica o por lo menos así lo parece: Untuoso , aterciopelado , Tropical y generoso.
Su estilo y gracia es tan rotundamente diferente al de sus hermanos del resto de España como los cuatro pasos maestros de Fred Astaire en “bailando bajo la lluvia”. Quizás el secreto de esas pequeñas divinidades dependan en parte en esa altura de sus vides , esa conexión cósmica entre la soledad de sus tierras y el cielo estrellado sin luz de neón alguna que contamine su brillo rupestre. Lo que es evidente es que sus vinos hasta la fecha se merecen una cata más profunda , en compañía si puede ser; seguro que tendremos oportunidad en la próxima temporada del “grup de tast”.
Sin duda esto merece música!!!



sábado, 4 de agosto de 2012

MI PRIMO PAQUITO , SU FUTBOLIN Y SOUVENIR _ ORCHESTRAL MANOEUVRES IN THE DARK _ ARCHITECTURE AND MORALITY_ 1981




Las cuestas se empinaban como sendas que parecían querer huir de la hondonada que era la calle donde vivíamos. Los días de lluvia torrencial , contemplar a la gente bajar del autobús saltando como Basiliscos sobre los tremendos lagos que se formaban en la avenida , era mi entretenimiento preferido.
El agua bajaba a toda velocidad por aquellas calles empinadas y desembocaban allí , convirtiendo aquella gran avenida orgullo de mi destartalado barrio , en una suerte de gran meandro en la que el agua anegaba portales haciendo de ella una pequeña Venecia con los palets de las obras colindantes haciendo a su vez de góndolas y pasarelas.

Mi madre y yo las escalábamos cada tarde de los Sábados en busca de mi tía Purificación. Mientras mi padre dormía la mona en casa , mi madre quemaba las horas junto a la única tía que teníamos en kilómetros a la redonda; ella desgranaba sus penas como las cuentas de un rosario , y mi primo Paquito y yo jugábamos horas interminables en un pequeño futbolín de plástico que le había regalado por reyes. Allí se disputaban los derbis más intensos , las finales más apasionantes y los duelos más encarnizados.
Mientras , en una pequeña radio de saldo sonaban aquellos que serían nuestros pequeños hitos musicales del momento. Las guitarras y las armónicas empezaban a dejar paso a una especie nueva: Miradas perturbadoras , poses frías y unas nuevas máquinas que cambiarían las cuerdas de nylon y punteos , por pulsaciones y percusiones sintetizadas. Muchachos , la electrónica ya estaba aquí y venía para quedarse un largo tiempo.



Aquellas bandas que hacían gala de interminables solos , éxtasis espaciales y virtuosismos vocales parecían ya de otra era. No se trataba de un desarraigo de las buenas costumbres , tan solo algo desconocido que parecía llegar de otra galaxia y que contenía las mejores virtudes de la actitud Punk , al servicio de la vanguardia.
Kraftwerk con su sinuoso “Trans Europe Express” ya había sonado en el salón de mi casa , algo ciertamente enigmático tratándose como se trataban mis hermanas de unas auténticas rockeras. Ellos me despertaron la curiosidad y OMD hizo que descubriera otra faceta más accesible de la música sintética. Fue el primer cassette que compré con mi pocos ahorros , una cinta con el gris característico de las ediciones Virgin y un reproductor que la machacaba sin cesar; hasta que ese pequeño fieltro por el que se deslizaba la cinta magnética adquiriera un tono ferroso.
Los años posteriores fueron una excitante carrera en la que cada uno de aquellos sonidos parecían ilustrar un cambio de concepto más que de forma: La llegada de los primeros Amstrad , Commodore y Spectrum. Los televisores en color , las calculadoras científicas , los relojes digitales Casio; la nueva ola se entremezclaba con con una actitud totalmente irreverente y experimental: Human League , Ultravox , Yazoo , Kraftwerk , DAF , Cabaret Voltaire , Visage... hordas de hambrientos descubridores despojados de cualquier tipo de prejuicio musical que ilustraban a la perfección el cambio que estaba experimentando la juventud de entonces.

Es evidente que mi primer acercamiento no fue el más ortodoxo , observando como en las últimas décadas muchos se han apresurado a iconografiar a Kranftwerk; ¿de veras que todos aquellos que a finales de los 90 atestaban Nitsas , Moogs , Sonars o la vieja sala Fellini , entendían la filosofía de aquellos inquietantes Alemanes? Perdonen , pero lo pongo en duda.
La electrónica de antaño nació por encima de todo como un proceso de experimentación “nada comercial” , quizás buscando otro camino en el sinfonismo reinante hacia rutas más industrializadas y decadentes.
Las herramientas que usaron en muchos casos las sirvieron en bandeja aquellos que vendían la tecnología como el maná para curar almas. Ellos sin embargo las utilizaron para escenificar la frivolidad del sistema , siempre a contracorriente del imperativo comercial. Sin duda fue otra manera de sumarse a la actitud Punk de aquellos años.


ORCHESTRAL MANOEUVRES IN THE DARK no fueron desde luego los más estrictamente irreverentes de aquella escena. Por lo menos en el momento en el que empezaron a sonar en España y con los dos temas que se hicieron más populares: “Joan of Arc (Maid of Orleans)” y “Souvenir”. Esta última fue concretamente la canción que me cautivó , sí , ya se que no es el paradigma de la electrónica ; pero fue ella y su hipnótico piano las que desviaron mi mirada de aquellos muñecos rígidos que se apresuraban a rematar con rabia.
Una melodía que podría incluso compararse con las de aquel Richard Clayderman más almizclado , pero que la frágil voz de Paul Humpreys transformaba en un brumoso y romántico hit de la época.




Pese a estas dos canciones que los colocaron extrañamente en todos los charts de la época y la reedición de su pasado “Enola Gay”; Architecture and Morality no es para nada un disco comercial o accesible , se podría afirmar que es un trabajo en el se desvela un sonido , que a día de hoy se podría definir más cercano al Dream Pop que a la electrónica como hoy en día se conoce. De todas formas si los caminos de la experimentación fueron dictados por Kraftwerk , Cabaret Voltaire o Can , la música electrónica creo a su vez infinidad de subgrupos que de una manera autodidacta y artesanal construyeron sus primeros syntetizadores para abrir otras rutas más accesibles: Human League , Gary Numan , Depeche Mode , Heaven 17...
OMD permanecieron a medio camino de unos y de otros , se les subestimó hasta el punto de considerarlos un grupo menor y en su afán por aupar singles aún más populares , acabaron disipándose con discos como “Junk Culture” , “Crush” o “Pacific Age”. La verdadera lástima es que sus mejores tesoros jamás tuvieron el resorte adecuando , en un tiempo en el que la electrónica eran tan minoritaria como extravagante: “Orchestal Manoeuvres in the Dark , 1980” , “Organisation , 1980” , y “Architecture and Morality , 1981” fueron auténticas joyas del minimalismo y del sonido orgánico al que ni tan siquiera el paso de los años a sabido apreciar y valorar como el puente que tendieron entre la electrónica y el Pop; lo que ahora conocemos como Synth Pop y tantos practican en la actualidad.

Si ese primer cassette al que pegaba las horas muertas el oído en la oscuridad de mi cuarto me ensartó con aquellos dos singles , no fueron ellos los que me engancharon a su sonido , si no su verdadero embrión , del que parecían renegar buscando un hipotético reconocimiento más multitudinario.
Architecture & Morality contiene poderosas razones para pensar que en el momento en que esta pareja nacida el Liverpool buscaban conectar Pop , Electrónica , Jazz , Sinfonismo clásico y experimentación nacieron sus mejores canciones sin tan siquiera cerciorarse de ello.
Y para cuando quise darme cuenta , estaba ya profundamente sumergido en esa especie de pequeña aventura microcósmica. Esas extrañas canciones disonantes que deconstruían estilos ancestrales para convertirlos pasajes herméticos y orgánicos: La apertura siniestra y desgarrada de “The New Stone Age” con esas guitarras perturbadoras que atizaban al Korg y a esa base palpitante , abría una puerta muy diferente de lo que uno cabía suponer al escuchar sus canciones más populistas.
Sealand” , “The Romance of the Telescope” , “The Begining and the End” o ese perfecto y poético final de “Of All the Things We've Made” eran justo lo que anhelaba en ese momento preciso de mi imberbe juventud. Sin quererlo acabé descubriendo una forma de hacer música que distaba muchísimo de los patrones luminosos y festivos que ondeaban en las emisoras; porque si ciertamente no todo era tan bonito como se dibujaba ¿porqué la música quería parecer que fuera así?
La verdad es que tampoco es que estuviera sumido en la depresión más profunda por aquellos años , pero de alguna manera los recuerdos que me asaltan de esos años tampoco eran del todo halagüeños. No era nada difícil parecer un espécimen inquietante por entonces , ya que los patrones de comportamiento socialmente aceptables requerían de unas grandes dotes de teatralidad de las que yo carecía por completo.


Fue fácil y cómodo aislarse en ese tipo de sonidos: El New Wave internacional y patrio , el Punk con todas sus ramificaciones , y la electrónica como paradigma del surrealismo sonoro , fueron el colchón perfecto para pasar las horas muertas en las oscuras noches de mi cuarto. Con ellos aprendí a disfrutar de la música de una manera bien distinta hasta entonces y es hasta la presente cuando valoro sobre todas las cosas la simplicidad y la capacidad para cazar al vuelo ese acorde perfecto al que tan solo hay que darle cuatro pinceladas para que se eternice en nuestro subconsciente. Me sobran los artilugios y las presentaciones pomposas , no soporto las voces que intentan mostrar sus virtudes barítonas hasta extenuarte , ni aquellos que añaden ingredientes a diestro y siniestro con el único propósito de disimular sus carencias.
Porque en definitiva la música puede ser tan sublime con sus imperfecciones como insípida por sus excesos. La electrónica de finales de los 70 tiene ese ingrediente inigualable que hizo de aquellos aprendices del Rock Progresivo verdaderos alquimistas , que con una pizca de imaginación y un torrente de creatividad , se fabricaron sus propios instrumentos inspirándose en los mecenas Kraftwerk.

El disco de debut de OMD se hizo así: Con un Korg Micro-preset de saldo por 2700 libras en cómodos plazos , una batería electrónica de fabricación casera parecida a una caja Heath Robinson , un bajo y un mellotrón. Formaron junto a Joy Division y Cabaret Voltaire la primera andanada de bandas de Pop futurista afincadas en el cooperativista sello FACTORY de Tony Wilson , y magistralmente producidos por Martin Hammet.
Así dieron a luz uno de los discos con los que me daría de bruces años después , quizás uno de mis preferidos por la apariencia austera de sus construcciones. Canciones como “Electricity” , “Red Frame White light” , “Almost” o “The Messerschmitt Brother” hablan por si solas de uno de los discos más desconocidos de la banda de Liverpool. Rudimentario y experimental , pero tan revelador en cuanto a lo que sucedería años después en torno a esos visionarios , que sin saberlo añadieron a la música alternativa ese ingrediente final para que hoy en día se acaben por entender propuestas tan distantes en el tiempo y estilo como las de Future Islands , Yeasayer o Sufjan Stevens.
Por desgracia , aquel movimiento experimental de finales de los 70 acabó siendo destilado progresivamente hasta conseguir un sucedáneo suficientemente apto para un público poco preparado y más amplio. De otra manera jamás habrían llegado a radiarse temas como: “Joan of Arc” , “Blue Monday” , “Just can't get enough” , “Cars” , “Fade to Grey” o “Don't you want me”; pero también fue el mismo motivo por el que Brian Eno (Roxy Music) y Martyn Ware (Human League) fueron apartados de aquel festín electrónico.

En cualquier caso la historia se reescribe cada cierto tiempo y fue así como en aquellas emisoras extremadamente conservadoras llegaron a sonar canciones que paradójicamente aún ahora , treinta y dos años después , sigue siendo impensable que se radien ciertos tipos de música en emisoras comerciales.
Para mi , con once años fue una especie de alumbramiento extraplanetario , inevitablemente una de las muchas maneras de llegar a músicas inimaginables. El camino para llegar a ellas es insignificante , comparado con las ganas que tenga uno por descubrir cosas nuevas.

QUE LO DISFRUTEN!!

Visuales:
El regreso dos décadas después

Recomendación y visualización obligatoria:

BBC4 Synth Britannia Trailer