Sin D.O actualmente.
Blanco: Sauvignon Blanc
100% _ 2011
Tinto: Cabernet Franc 70%_
Merlot 30% _2006
Volumen de Alcohol_14%
Bodegas: Finca Puig-Adoll
12 Has. , Baix Penedés (Catalunya)
Celler: Carrer Sant Isidre
num3. Rodonyà (Tarragona)
Agricultura Ecológica.
Se las ve
pasear cada tarde por las desiertas calles del polígono semi-urbano
de Gracia cogidas de la mano. Yo , me encamino hacia mi coche una
manzana más abajo (cosas de manías) como todas las tardes que
plego velas tras la jornada. Las miro disimuladamente tras mis gafas
de sol y continúo caminando.
De sus
andares , sus cabezas rasuradas , su piel oscura y sus faldas de tubo
entalladas podrían surgir mil historias misteriosas , ellas sin duda
tienen misterio. Nadie las conoce , sin embargo pasean animosamente
cada día , a la misma hora , y por el mismo sitio; dos gotas de agua
sexagenarias ataviadas al más puro estilo Coco Chanel recorriendo
algo tan indefinible como... ¿un semi-barrio , un semi-polígono? En
realidad todo él es algo difuso , pero mantiene ese pequeño encanto
de los barrios textileros del Vallés. Desde luego ELLAS dan ese
toque de leyenda urbana a la soledad de sus calles; más ahora , en
pleno mes de Agosto.
Algo muy
parecido a lo que ocurrió el día que cayeron en mis manos estas dos
botellas de vino , un encontronazo el nuestro de la manera más
casual , nada premeditado. El porqué de nuestro encuentro no viene
al caso y aunque mis visitas periódicas a una de mis “botigas”
de referencia , sea en tiempo y distancias cada vez más esporádicas;
cuando lo hago , siempre hay un misterio o enigma que resolver
alrededor de alguna de sus botellas de vino. Desenlaces con final
feliz la mayoría de las veces.
Las
presentaciones y micro-catas que forman parte del trabajo de taller
de esta vieja tienda , son un pequeño y discreto lujo tanto para un
comercio que se halla bajo el punto de flotación de las grandes
superficies , y para el transeúnte que busca algo más que
aparadores con las rebajas más suculentas.
Perderse por
entre las callejuelas que lindan con la playa de Badalona tiene eso ,
poder toparse con comercios como el de Cristina Guillén. Así fue
como me aficioné al vino hace unos cuantos años; como comprenderéis
me es inevitable pasearme por sus calles sin acercarme y hacerles
una visita. Lo cierto es que acabé ante su aparador todo él bien
dispuesto de esbeltas y misteriosas botellas , de la manera más
casual e impulsiva; a veces creo que cualquiera de mis visitas al
litoral de mi infancia , no tiene otro motivo que visitar esa tienda:
Comerme con la familia alguna especialidad Alemana del Frankfurt
Vallés ante el mar , mojarnos los pies , comprar comida Japonesa , o
husmear tiendas. Al final todas ellas y en su conjunto van a resultar
ser meras excusas para paliar el mayor de mis vicios , EL VINO.
Allí , en
la soledad del cierre inminente a las ocho y media pasadas estaban
ellas dos: Abandonadas a la suerte de algún gorrón ávido , con las
patatas Corominas hechas migajas , y la aún insatisfecha botella de
Cabernet Franc sumergida en la cubitera paliando sus calores de
entrepierna. No era mi intención consumar el acto allí mismo , lo
prometo; solo iba a comprar un par de botellas , pero Salvador Batllé
me tentó (como si su nombre formara parte de una profecía).
No son
muchos los Cabernet Franc que he tenido es gusto de probar , pero el
último dejó una impronta imborrable en mi pituitaria: PARDAS , del
Celler Can Comas , dejó el listón tan alto que uno espera con temor
afrontar otro papá Cabernet sin poder evitar las comparaciones. Pero
este tinto debía ser distinto , por lo menos así lo certifican los
impulsos subconscientes; eso , o el destino , ¿quien sabe? El
Sauvignon Blanc se había evaporado así que accedí sí o sí.
El atributo
que mejor definiría a este bien madurado Cabernet es la frescura ,
que conserva pese a los seis años de envejecimiento. Sorprendente
como lo fue aquel Cabernet Sauvignon Crianza del 2002 de Vinya Janine
diez años después; este tinto consigue redondear notablemente el
equilibrio disimulando con rigor los taninos persistentes , con unas
fragancias adherentes a ciruela bien madura , hinojo , vainilla , y
ese fondo tan intenso a azúcar tostado; que parece evocar a la
madera , pero que en realidad definen una complejidad aún por
trabajar en la botella. Son muchas cosas en una ¿el cuero quizás?
¿la sutil mineralidad? Se confunden todas ellas gracias a la
redondez de todo el conjunto (sin aristas , ni detalle alguno que
ensombrezca su pulida elaboración).
Pese a ser
un tinto de graduación alta , la temperatura de servicio sobre los
14 grados y los azucares muy presentes lo hacen un bocado perfecto
para cualquier maridaje. Robusto y musculoso , pero ágil y perfumado
en el primer ataque , es un verdadero gozo a cada sorbo. Me queda en
el aire la incógnita de saber si realmente ese 30% de Merlot también
está ahí presente y es el culpable de esa resultado tan bien
conseguido. Pese a tratarse de un proyecto totalmente solitario y
doméstico , los resultados en cuanto a la variedad de sus vinos
(Cabernet Franc , Sauvignon Blanc , Chardonnay ,o el Brut Nature Gran
Reserva) y su personalidad , son sobresalientes.
Perdonamos o
agradecemos , según se mire , la dificultad que supone encontrar
información detallada de este proyecto. Porque en esos microscópicos
hallazgos nos reencontramos con la aventura que nos plantean estos
pequeños agricultores y que nos despiertan la pasión inicial de
nuestras aficiones.
Sin duda
algo se mueve , y micro-proyectos como COSMIC certifican que la
cratividad de nuevas generaciones, va mucho más hallá de las
limitaciones que la industria impone para acotar las zonas de nuestra
Comunidad o del país en general. COSMIC es un plan tan arriesgado y
alternativo como el placer de descubrir las maravillas que han dado
fruto en esas minúsculas 12 Hectáreas.
COSMIC es un
proyecto extremadamente joven que ni tan solo ostenta Denominación
de origen alguna. En esa delgada franja que delimita el Alt Camp y el
Penedés y establecido de manera alternativa y autodidacta en
Rodonyà: Aquel pequeño pero vinícola pueblo del que escribíamos
hace unos meses a propósito de Vinya Janine. Salvador desconecta
relojes , cronómetros y cualquier tipo de pautas productivas para
crear vinos a partir de una agricultura totalmente sostenible y
natural , dejando que el tiempo y el trabajo intenso en los terrenos
de Puig-adoll a 500 mts de altura marquen los tiempos naturales de
cada uva.
De allí
nació también ese Sauvignon Blanc que pese a desaparecer en los
labios golosos de aquellos que se pasaron por Cristina Guillén
aquella tarde calurosa , calló también en el cesto para
complementar esta entrada. Los dos se complementan entre si: Uno por
ese impactante generosidad de aromas cálidos y golosos; el Sauvignon
Blanc por el enigmático misterio por desvelar , como el de aquellas
viejas gemelas de los primeros párrafos *(atando cabos sobre los
delirios de la entrada).
El Sauvignon
Blanc se ha convertido en la piedra angular de los vinos de Rueda
junto a un Vedejo más refrescante y juvenil , pero a lo largo de
este tiempo en ocasiones ha sido una verdadera lucha intentar separar
grano de paja; para una de las pequeñas localizaciones de blancos
que más ha crecido estos últimos años. Son estos algunos de los
inconvenientes que nos queda por sortear cuando a menudo son las
modas y el marketing los que inundan , y sobre explotan un filón.
Aun así siguen co-existiendo proyectos interesantes que intentan
hacer vinos diferentes y singulares , que dinamizan esa idea
equivocada de que una denominación debe tener unas uvas concretas y
unos vinos representativos.
Por suerte o
por desgracia la zona de Alt Camp y el interior de Tarragona no
tiene ese tipo de presiones: Cohabita con la tradición de los
calçots (una moda por cierto a la que todo el mundo se ha querido
apuntar y que le ha sido extirpada). Pero sus vinos sin embargo
siguen ahí , a la sombra de un turismo que se desvive por sol , la
playa y el bronceado como si en el interior de sus tierras solo
vivieran cuatro bárbaros románticamente enamorados de la esencia de
la existencia: La luna , las estrellas , los ciclos y la naturaleza.
Es ese
pequeño misterio que esconde el que lo hace tan terriblemente
singular?? , pregunto. Apuesto a
que sí , COSMIC guarda un pequeño secreto , y su Sauvignon Blanc
peculiar como un pequeño extraterrestre en medio de Chardonnays y
Xarel.los consigue sin aspavientos ni etiquetajes atractivos lo que
muchas coloristas y decorosas botellas carecen , PERSONALIDAD. Es un
vino del año que oculta sus verdaderas armas con su inmediata
apertura; con el paso de las horas se transforma , como aquellas
crisálidas que explotan al día exacto de recibir el primer soplo de
aire fresco. Lo que en un principio parecía unSauvignon Blanc joven
y sin la mala leche de sus hermanos Vallisoletanos , se destapa como
un blanco fermentado en barrica o por lo menos así lo parece:
Untuoso , aterciopelado , Tropical y generoso.
Su estilo y
gracia es tan rotundamente diferente al de sus hermanos del resto de
España como los cuatro pasos maestros de Fred Astaire en “bailando
bajo la lluvia”. Quizás el secreto de esas pequeñas divinidades
dependan en parte en esa altura de sus vides , esa conexión cósmica
entre la soledad de sus tierras y el cielo estrellado sin luz de neón
alguna que contamine su brillo rupestre. Lo que es evidente es que
sus vinos hasta la fecha se merecen una cata más profunda , en
compañía si puede ser; seguro que tendremos oportunidad en la
próxima temporada del “grup de tast”.
Sin duda
esto merece música!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario