martes, 24 de octubre de 2023

CLASS_IF YOU’VE GOT NOTHING_2023: AGÍTATE ANTES DE USAR

 

No sé si os ha pasado alguna vez a vosotros eso de…Querer daros a la fuga cuanto más compostura y compromiso exige  la situación con un: “iros un poquito todos a la mierda”; o sin él, que también es válido.

Pero no eso de daros a la fuga y salir por patas y dejar a la novia en el altar con un -“Sí quier…”. O al jefe de obra el día ese en el que toda la empresa espera el hito cumbre de tu carrera laboral con toda la plana mayor esperando a: -Dale al botón Pepe!! -Pepe!! -¿Pepe? (que quien dice Pepe, dice Matilde, vamos). Y nunca jamás se supo de Pepe. Y de Matilde tampoco.
Yo a lo que me refería es a las obligaciones como tales y mundanas ellas: Ir cada día a trabajar, o como yo ahora que debo ir a rehabilitación para que el artículo 174.1 o 175 de la LGSS no me dé un pescozón, o me diga eso de ¿pinchazo o pellizco?; por poner dos ejemplos.
Darse a la fuga en el sentido más literal de la palabra.

 

Coger el coche camino del trabajo o de cualquier otra ineludible cita. Y no parar hasta que se encienda la luz de reserva o nos achuche el hambre.

 

 

Seguramente os preguntaréis ¿qué narices tiene esto que ver con este cuarteto de Tucson, Arizona?
Bueno, abandonar y darle un puntapié cualquiera de esos compromisos por nimios que parezcan:
Desde aquello que todo el mundo espera o precisa de nosotros. Hasta los impuestos por la tiranía de la maquinaria, y los autoinflingidos para ser aceptados por el paradigma.
Todos ellos, innumerables, normalizados, moralmente venerados, mitificados, respetables, admirados, ejemplarizantes, penitentes. Y si se quiere… cronificados para no ser señalados en la rueda de reconocimiento.
Todo mentira.

 

CLASS son para mí la más viva recreación en forma de punk sin cortar ni adulterar, de ese malestar. O como poco, la hipérbole del “que hartita me tenéis”. Y en cualquiera de esos casos o cualquiera que se os tercie añadir, sin prescripción médica ni consejo de madre que se precie.
Las doce cancioncillas que nos ocupan -eso sí- el remedio infalible para la fatiga o el desaliento, como una crioterapia emocional.

 

Porque por mucho que la cresta de Beckham desvirtuara la desafiante estética punk. O se manosee el término punky para cualquier soplapollez. Hay -por suerte- pequeñas esencias como en micro micología. Que relucen sobre tanto recauchutado y sucedáneo; hete aquí un ejemplo.
A. Puig, E. Meyer, R. Chavira, J. Colby, más la ayuda de Matt Rendon como teclista improvisado e ingeniero de sonido capacitado. Han parido un segundo disco largo, donde se sintetiza con pasmosa agilidad lo mejor de cada casa:
New York Dolls, The Saints, The Dictators, The Clean, The Nerves….(podéis completar a vuestro antojo) Todo cosa buena y esencial.
Y diréis… Va, ¿en serio?

 

Para entendernos:

Llegados a este punto donde todo o casi todo se ha desnaturalizado hasta el nivel más pusilánime criaturas mías, la única salvación es esta, “Cowards Disarsters”.
Veréis, que desde los primeros acordes y riffs vuestras caderas empiezan a contonearse como las muchachas del Rumba Bar. Que los acordes de aquel “She goes She goes” de The Clean, siguen funcionando con la misma eficiencia 40 años después. Y que la relación causa/efecto de las canciones, son la única mierda de quimera importante en la vida.
A partir de ahí, vuelves al principio, a la chispa, a lo básico e infalible.
Pese a que “Public Void” quizás no sea el arranque con más gancho. “Behind the Ball” da para despeinarse y desmelenarse soltando lastre carretera y manta.

 

 
IF YOU’VE GOT NOTHING es de esos milagrosos artefactos venidos al ahora con la firme intención de agitar a quemarropa.
Sin ínfulas emperifolladas, ni hipérboles retóricas. Es, la síntesis plena de la llave inglesa y el destornillador como herramientas musicales genéricas. El Rock&roll de Johnn Smith, pitillos y camiseta raída sin el tufo a Prada de ahora. Atiendan sinó a “Between the Lines” o “Two-Way Track” con esa urgencia juvenil agujereada. O alunizajes de salir a quemarlo todo (tan necesarios ahora) con “Burning Cash” y “Just Another Number”, de tachuelas y chupa; jodidos trallazos de puro punk oigan.

 

Aunque realmente, la pura genialidad del disco que nos traemos entre manos. No es ni mucho menos la fútil buena nueva de escuchar Punk en pleno 2023; no por dios.
No siseñores y siseñoras. La gracia de la cosa, es la alusión a esas bandas malditas que fundieron el punk y el rock&roll, con una efervescencia natural que a día de hoy las hace no solo refrescantes y vigentes, sino parte importantísima del indierock actual. Y verdadera influencia de tapado en otras tantas bandas que confunden el postpunk moderno con la sopa de ajo deconstruida. 

 

 
 
Algo tan sencillo como echar a correr “Inspect the Receipt” y saltar como un resorte. Es amigos míos, la infalibilidad personificada y el agua de la cocción de la pasta con su almidón, que liga y ensalza toda salsa por común que parezca; una de mis prefes del disco sin duda.
Pero es que después viene “Oh! Nerve”, y es el perejil picadito que te hace salivar y agudiza la vista.
 
 
 
 
¿Qué quieres parmesano para que el músculo guitarrero no decrezca? “As If It’d Even the Score” remata este homenaje musical instantáneo a Dwight Twilley Band de Shakin’ in the Brown Grass. Junto a un puñado de temazos que como un sube y baja endiablado, congrega el mejor punkrock, pubrock, powerpop y cualquier cosa que te remita a lo esencial del rock alternativo de los bajos fondos. El bueno, el inmediato.
 
 

domingo, 8 de octubre de 2023

VENIDOS A_MAR: CANCIONES QUE SE ABRAZAN, SE ESTRUJAN Y BRINDAN CON MATALAZ 2021 (2ªPlaylist del 2023)

 





Entre las tazas de valeriana y tila de mamá, y las copas de Machaquito en ayunas que mi profe de autoescuela aconsejaba como remedio al caguele, la duda existencial y el vértigo emocional. Solo tengo apenas una cosa clara:
El canguele no es lo malo, sino necesario para despejar dudas si en verdad lo que quieres es disfrutar del vértigo emocional.

 

Aún y así. A eso de las cuatro y ½ de la madrugada en pleno conticinio nocturno, un…
-(vamos a dejarlo en sueño); pues la cosa de las pesadillas está demasiado sobrevalorada- me ha dado un codazo.
Y en esa tesitura de: mira al techo, concéntrate en el guion del sueño mismamente por aquello de buscarle desenlace o secuela, blanquea de cal la mente y abriendo los brazos, húndete en el fondo del colchón y sigue durmiendo. La cosa, al final, ha acabado en una acalorada e inconsciente discusión de preguntas gilipollas y respuestas en plan: “va, déjame en paz ¿Qué mierda de pregunta es esa? Quiero dorrmirr”; todo eso conmigo mismo entre vuelta y vuelta, férula de la pierna p’arriba y férula p’abajo. Y disculpen si cada texto de este infecto chamizo acaba girando en torno a mi meseta tibial quebrada.
[spoiler]: No me he vuelto a dormir.

 

Pero calla, que venía yo ha mentarles lo aquello de que por muy brabucón que uno/a se haga, lo bonico en realidad es sentir la fragilidad esa que junto al traspié hace del remonte y el venirse a mar algo infinitamente más apetitoso.

 

 

 
Venirse para arriba, remontar las miserias -como en los vinos- para que las mismas pieles que hacen de hábito de monje y la buena hora. Al final: Destilen y extraigan por simple homogeneización, algo infinitamente más disfrutable.
Igual que nuestro queridísimo joven alquimista Oxer Bastegieta hace desde el 2009 en la Rioja Alavesa. Poniendo el oído en la tierra y olfateado como un can trufero. Para que el paisaje hable igual que un médium lo haría con los ancestros.


 


 

El título de MATALAZ 2021 habla de un sacerdote que encabezó una revuelta contra la burguesía y en su fracaso acabó decapitado y mostrada su cabeza en la entrada de la ciudad como escarmiento del pueblo.
Primera añada de unas uvas compradas de unos viejos viñedos de Lapuebla de Labarca (Álava) y de los que acabó siendo propietario. Donde predomina un Tempranillo de baja graduación, un poco de Viura, Graciano y Mazuelo de suelos pedregosos. Que hace de todo el conjunto, un vino que ensalza con orgullo aquellos vinos de pueblo de la antigua Rioja Alavesa.
Algunos pensarán que determinar un vino rústico o de pueblo es algo peyorativo, si tomamos la medida de excelencia en lo inalcanzable, sublime o extraordinariamente refinado… Error.
Matalaz rehúye las extracciones extremas moduladas por la barrica y los años de botella. Y destaca por buscar la franqueza y la expresión de viña, uva y suelos en todo su esplendor.
Fermentado en barricas abiertas con un 20% de raspón para que la uva muestre sus curvas y relieves, la primera impresión es la de un vino complejo a la vez que afable; algo que puede parecer contradictorio pero que es el objetivo principal de un vino para gustar a todo cristo.
De color purpúreo 13’5 de alcohol y un ph de 3’6, se entrevén notas florales aventadas de espliego, tabaco de liar, tomates secos encurtidos y una pizca sanguina o carnosa a copa parada.
En boca tiene una entrada deliciosa y agradecida que remata con regustos que van desde la fruta negra(arándanos, moras), la hierba de monte y el sotobosque,  con un puntito especiado de pimienta negra japonesa,  tinta china y  canela en rama, en sintonía casi perfecta. Fluyen como mil amores en su comedida acidez y sus taninos perfectamente integrados, haciendo de él algo verdaderamente jugoso, fresco y agradecido para el maridaje más inverosímil.
Resumiendo:
Eso que uno busca en el disfrute conjuntando elegancia, desenfado, proximidad y ese halo interesante que todo mortal envidia. Poca intervención y precisión o lo que viene a ser ponerse a la altura del territorio para que un vino de pueblo sea tan seductor como…
¿¡Viggo Mortensen!? Buena gente, vino rico.

 


 

Con poco más de veinte años, su padre pidió a Oxer que elaborara un txakoli para el restaurante familiar en Kortezubi (Vizkaia) a partir de una viña plantada en las inmediaciones.
Ni corto ni perezoso le dio vida con una fermentación espontánea y apenas unos meses en inox entre pellejos; su actual y vertical Marko.
Desde entonces, Oxer ha trazado puentes invisibles pero bien fundamentados entre la ría (itsasadarra) de Mundaka, la Rioja Alavesa, la Alta e incluso Navarra.
Tierras por las que -ahora que pienso-, seguro transité aquella mañana de domingo resacoso tras una extraña noche de marcha en Bilbao. Eludiendo la autopista en mi regreso a Markina, donde dormíamos, y a tiro de piedra de Berriatua; lugar de trabajé por dos meses,  hace ya14 años


 

 

Así que, podríamos decir.
Que en esta ardua labor de venirse a mar: De pasear descalzo por la vida tiznándose y puliendo el callo con el silicato, el cuarzo y los materiales ferrosos que tiñen de ocres graduales las costas vizcaínas.
La miscelánea de vino, canciones y recuerdos.
Cobra la misma importancia de quien se mira hacia dentro en reversible pirueta.
Rompiendo en mil pedazos el espejo que nos refleja para descender sin oxígeno ni boyas, hacia  ese infiernillo que todo quisqui llevamos a cuestas como una rémora, para que bulla y fría dando candela en nuestro beneficio.

 

Aquí abajo no os podéis imaginar lo estupendamente que estamos  a merced de las corrientes freáticas.
De tanto en tanto subimos a la superficie y sacamos la cabeza con sumo cuidado; que la última vez me pisó los dedos un smombie (put* anglicismos). Y si lo hago, será pintado de Gurb al que solo verás entornando los ojos con decodificadora presbicia, y sin malicia claro está.

 

El hecho de que mis cuatro patas me impiden alcanzar la velocidad de crucero de la señora mayor que se cuela; hábil como un ninja. Me conformo con tomar el sol por acuerdo escrito entre la Vitamina D y el Calcio para la osteopenia. Y mirar apoyado en las barandas de mi balcón, para estudiar lo que la gente hace para ser invisible:
Anoto, doy un sorbo. Apunto, una calada. Miro hacia el cielo mordisqueando el extremo de un lápiz chico, subo el volumen, y considero lo imprescindible de las canciones para una salud ornamental adecuada.

 

Esta vez creo que no voy a enumerar ni ordenar los politonos, no. Creo que ese mismo orden aleatorio basado en el disciplinado alfabeto, es el mismo que me excitaba al agitar el pop con lo electrónico y romper las fibras del anquilosado folk con el dinamismo de lo bailable cuando me daba por ponerle música a gente Fantástica hace 20 años. Así que, admito que me gusta como ha quedado este puñado de canciones por el mero y arbitrario sistema de al zurro pelao y santas pascuas.
Me he embalao me he embalao y al final, cuarentaypico canciones.
Que es buena señal, no me quejo, al contrario. Considero que esta vez, puedo estar tranquilo y dormir a pata suelta 
-cachondo-. Y además, no solo eso. Tengo la sensación de que puede que todas me gusten por igual; que ya es mucho decir por mas que insistiera siempre.

 

Cuando creía que el año se iba a la mierda va y la mierda abona los brotes.
 
 
No llueve, es cierto, pero aquí abajo se está bien fresco.

 https://www.oxerwines.com/?page_id=6&lang=es

DISFRUTENLAS

 

 ANOHNI AND THE JOHNSONS_Can't
CAROLONA OTERO & THE SOMEONE ELSES_Una fonto de Man Ray
CHARNEGO_Preferiría no hacerlo
CINDY WILSON_Find Me
CORIN_Visionem
DAY ACHES_Leaves
DEAFCULT_Sleep
DEEPER_Tele
EVERYTHING BUT THE GIRL_Nothing left to lose (BBC Version)
GREEN GARDENS_Things i didn't do
GRIAN CHATTEN_Fairlies
HOLM_Lose the shoes
JACK LADDER_Home alone
JESUS & THE MARY CHAIN_In a hole (Live in Hollywood)
KARKWA_Parfaite à l'écran
LIFEGUARD_17-18 Lovesong
MAGIC CITY COUNTERPOINT_Sun
MCLUSKY - Unpopular parts of a pig
MILKY CHANCE_Purple tiger
MISS TINY_The sound
NATION OF LENGUAGUE_Stumbling still
OXBOW_Dead ahead
PALE BLUE EYES_Spaces
PROTOMARTYR_Fun in hi skool
ROOSVELT_Rising
SABABA 5_Bigâne (feat Canay Dogan)
SACCADES_New star line
SEJA_Home
SIMON MAVIN_Good hair day
SLOW PULP_Cramps
SOCCER MOMMY_Here
SOFT KILL_Behind the rain
SPARKLEHORSE_Evening star supercharger
SPEEDY ORTIZ_Ghostwriter
SUBSONIC EYE_Everything
SUFJAN STEVENS_Will anybody ever love me
TATXERS_Audio luze bat
THE BLUE AEROPLANES_Apostle spoons
THE BREEDERS_Do you love me now jr.(Mascis remix)
THE EMPTY THREATS_Jason's bad trip
VIDEO AGE_Away from the castle
VIVE LA FÊTE_Spellbound (Siouxsie cover)

 

jueves, 21 de septiembre de 2023

¡YO NO HE SIDO! LIFEGUARD_CROWD CAN TALK/DRESSED IN TRENCHES 2022/23 Con Clos du Tue-Boeuf Touraine Pouilleux 2019

 



 

Sospecho que el revisar este verano la imperecedera MALCOLM IN THE MIDDLE con la prole. Está fraguando un precedente de amotinamiento a mí alrededor.

Lo noto, lo oigo, lo huelo.

 

Al contrario de la juvenil sintonía del Boss of Me de los The Might be Giants.
En el asedio que presiento, resuena más bien “17-18 Lovesong” o su desquiciada “Ten Canisters”, en plena abdicación; vete tú a saber si tiene algo que ver mí condición de cojo eventual.
Una canción, que igual que los pinchazos que electrifican mi gemelo y el isquiotibial. Para mi suerte, sus efectos han desencadenado esa extraña nostalgia del baile, la contorsión y el reflujo final de la juventud durmiente.
 


 

 

Mientras Kai Slater, Case Asher (retoñico de Brian Case/FACS) y Isaac Lowenstein corretean por las inmediaciones, con la precocidad (16/18 años) que les otorga esa especie de libertad de hacer del “error” una descarada y sana rebeldía. El reprochable juicio y reprimenda  al que somete cada una de las reseñas que salpican la red, en referencia a sus dos Ep’s. Recuerdan más a los alaridos que Lois Wilerson propinaba a Malcolm, Reese y Dewey, que al paternal consejo de Hal, su padre.

 

No en vano, su anterior y paralelo paso de parte de este mocico trío de Chicago por Horsegirl. Ya les otorgaba la ventaja, no solo de su juventud sino de un talento efervescente sin igual.
Así pues, he decidido aliarme al desbarajuste ahora que los medios días son míos y solo míos desde que voy a rehabilitación. Ya veis: Hay quien le falta con uno entero, y a mí casi que me sobra con medio.
En vistas de que carreras, lo que se dice carreras, no puedo dar tras estos tres.
Lo he intentado todo (metálico, las llaves de mi coche, algo de comida de esa que no tienen allí y hasta el preciado Aove que tengo bajo la alacena)
Pero al final.
Solo ha funcionado el vino y perjurar que les dedicaría unas líneas entre la poesía embriagadora del preciado licor. Ahora que la sordera de mi vecino Emilio hace de pacto caballeresco mientras compartimos en el banco de la plaza, nuestras fracturas comunes y cómplices.
Por donde iba…

 

 

Ah!! Sí!! “New Age
Y los tan solo dos minutos y el tres en raya de bajo, batería y guitarra que necesitan para llamarnos primo -señal de que ya soy por lo menos de confianza-. Han conseguido que me desamordacen. – Gracias Isaac (en inglés con acento de Illinois), mientras resuello y saco de mi bolsillo el sacacorchos.
Tuve que aclarar que no era un arma blanca de mis antepasados mientras con la otra les mostraba la botella de Clos du Tue-Boeuf Pouielux.

-       - Yo Souvignon Blanc, tú, peazo de músico. Yes yes, friend.

Y sí, así empezó nuestra amistad por inverosímil que pueda  parecer.

Fifty Seven” me recordó a aquellos irlandeses anónimos…

¡Desert Hearts, esos! 

 

 

Me emocionó y se los dije bebiendo al unísono ese eléctrico blanco de viñas de 70 años a tiro de piedra del Loire. Mientras dábamos candela a los álgidos siete minutos de “Typecast”.

Y es lo que digo yo: No hace falta inventar a base de deconstruir estilos para luego vomitarlos inventándose otro gentilicio aparente más moderno y eso.

Basta con reinventar desde el presente sin dejar de mirar al pasado pero avanzando sin piedad.

Lo mismito que pasa con los vinos, cuando creemos a pies juntillas. Que todo aquello que nos dieron de beber infectado de barrica nueva con olor a vainilla de bote y levaduras que igual que el colorete. Disimulan la belleza de las imperfecciones, para que como un filtro de instagram todos parezcamos sospechosamente bellos.

Acaben siendo la verdad absoluta y el credo, que al final, solo acentúan nuestras frustraciones.

 


Clos du Tue-Boeuf Pouielux tiene como denominador común con estos tres chavales. La pureza, la tensión punzante y el testimonio mineral de aquello que pisan, mostrándolo sin pudor alguno, pese a haber reposado en barricas usadas de la Borgoña:

Perfumes de flor blanca seca, fruta blanca (manzana verde), pieles y eucalipto silvestre, sobre un tenue e imperceptible carbónico.

Su paso en boca con tensión,  balanceado con precisión su ligerísimo punto graso, con una  mineralidad (sílex) que lo dota de una extraordinaria estructura. Y una vigorosa acidez final que recuerda a la sensación de los peta zetas.

Un Souvignon Blanc para desmentir las aberraciones que se han hecho con esta uva y sus largas crianzas: Puro, vibrante, divertido, de cuerpo fibroso,  aérea complejidad,  y una acidez para alborotarse el pelo.

 

Y con un detalle que me gustaría resaltar y que ojalá fuera un ejemplo a tomar en el sector:

La contra etiqueta detalla el sulfuroso máximo admitido por los vinos convencionales en la UE (200mg/l), por los certificados eco (150mg/l), y por Thierry Puzelat y su hermano Jean-Marie (13mg/l).

Aún a sabiendas que la mayoría de elaboradores de calidad y otros muchos que no elaboran bajo ningún certificado eco. Pero que trabajan muy por debajo de los 150 de sulfuroso y sin productos de síntesis, como la mayoría de la DO Penedés. No estaría de más indicarlo en las contra etiquetas; por honestidad.

 

Evidentemente, a estos tres chavales no les di este chapazo sobre el qué y el porqué el vino es así o asá; no hace falta, aunque ayuda a entender por qué molan las cosas.

Bastó con abrir la botella y ver el brillo en sus ojos mientras su expresión se constreñía igual que la Humphrey Bogart, haciendo morritos y resoplando.

La catarsis fue tal, que el retumbe antológico de “Shutter Shutter” me hizo lanzar las muletas por la ventana.

Me pareció oír golpes en la puerta, lo admito. Pero por un momento, agarrado como pude a mí único medio motriz en casa -la silla con ruedines del ordenador-. Dejé de sentir el dolor de mis adherencias en fibras, ligamentos, encapsulado y todo ese enjambre que hace de una pierna: Un elemento plástico compulsivo para el arte de algo tan antiguo, primordial y primitivo como LA DANZA.

 

 


 

Para cuando oí las sirenas entremezcladas con el enjambre de guitarras y percusiones de “Tell Me When” invocando a Sonic Youth y a Gang of Four por igual.

 La pérdida del juicio me salvó en el último instante.

¡YO NO HE SIDO!

  Ficha CLOS DU TUE-BOEUF TOURAINE POUILLEUX 2019