Había un
sitio ubicado siempre al margen de los trotones turistas que
abarrotan la Rambla de las Flors en Barcelona: La plaza Reial siempre
fue por antonomasia aquella plaza típica de cualquier ciudad
mediterránea , fortificada por sus soportales; pero que al contrario
de sus coetáneas , nunca se logró engalanar , y hacer de ella una
plaza señorial donde floreciesen las terrazas más sofisticadas.
La Plaça
Reial ha sido por siempre el testimonio más fiel del Raval más
arrabalero , undeground y conflictivo de la Barcelona más bella y
natural. Por eso seguramente , cada vez que llegan las fechas de las
fiestas de Barcelona , en las que se homenajea a la MERÇÉ y al
espíritu de barrio de esta ciudad Mediterránea , uno puede toparse
con una agradable sorpresa.
Este año no
ha sido una excepción , y pese al estrangulamiento que padecen la
mayoría de festejos; todavía se vislumbran amagos de imaginación
en algunos programas: Barcelona Acció Musical lleva una buena ristra
de años gozando de la libertad necesaria para ofrecer un programa
festivo diferente.
Es cierto
que el presupuesto queda muy lejos de aquellos BAM en los que podías
echarte a la boca “delicatessens” de la talla de: Goran Bregovic
, Enrique Morente , Divine Comedy , Magnetic Fields , Montfolfier
Brothers , Lou Reed , Dominique A , Black Box Recorder , Belle and
Sebastian , Chucho , Psicodellic Furs , y una lista interminable de
artistas. De manera totalmente gratuita , e incluso cuando eran
totalmente desconocidos. Pero si se escarba y se lee la letra chica
de sus tres días , aún se pueden descubrir caramelos para endulzar
el recuerdo de este nostálgico final del Verano.
Así fue
como uno , sin poder aún digerir el trance del regreso a la rutina
laboral y escolar se encuentra de frente; y sin excusa alguna para
eludir la gratificante ocasión de ampliar las contadas ocasiones
que tengo , para juntarme con algunos de mis mejores amigos de
andanzas juveniles. Antes de partir a trabajar hacia Italia , pues
eso , una doble satisfacción!!
Tanto placer
, que uno no sabe bien si confeccionar una entrada para conmemorar
ese encuentro , o la presencia sobre las tablas de Mr Wynn y sus
DREAM SYNDICATE. Ambos echos son igualmente históricos , y
prefiero imaginar en mi propia nebulosa; ahora que han pasado unos
días , en la soledad de hotel , y después de leer la crónica de mi
amigo Johnny. Que tales eventos tienen poco sentido , sin la
retroalimentación de sentimientos como: El recuerdo , la amistad y
el reencuentro.
Debe ser por
ese motivo por el que me apetece escribir más de sensaciones , que
de la enumeración magistral y visceral que hicieron gala los viejos
Angelinos sobre el escenario.
El embarque
al vuelo que nos auspiciaron Dream Syndicate fue deliciosamente
celebrado en el marco de la ilegalidad: Sin cinturones , normativa
cautelar , ni salidas de emergencia. Solo abandonaron la nave los
temerosos de lo desconocido y de la herrumbre , quizás buscando el
esplendor de las camisas planchadas y almidonadas. No los culpo ,
pues Dream Syndicate siempre se han situado en ese limbo musical al
margen de escenas , corrientes y géneros musicales. Más
concretamente en el de aquellos que dejan que sea la música y los
acordes , los que les marcan los caminos ignotos de la música.
Es por ello
que pasadas las décadas son muchos los que ignoran de su
existencia , una lástima. Puesto que junto a ellos , siguen vagando
como almas en pena muchas otras bandas (Modern Lovers , Jazz Butcher
, Blue Nile , Lotus Eaters , The Five , The Feelies etc.).
Garatje Club
y el décimo aniversario de su desaparición fue el justo oficiante
de ceremonias , 20 años después de su nacimiento. Parecía que
cada arcada , terraza , o círculo emanaba aquellos vapores de ese
rock que se esculpe a golpe certero de cincel en los sótanos de la
gran urbe. Locales industriales acondicionados con la misma ligereza
y pasión que se le pone a cualquier quimera surgida del estertor
compulso e instintivo del corazón: Solían tener la mala fama de
cualquier tugurio de mala muerte , pero eran capaces de generar la
misma energía que movió a nuestros ancestros , a hacer de la
palabra CLUB algo más que un mero estándar de moda.
Debía ser
aquel conjuro en territorio de CLUBS el que hizo sonar la guitarra
de Steve & Jason Victor (¿porque no Karl Pracoda?) como
verdaderos látigos: Que pese al dolor y escozor que infligían al
personal , dibujaban hermosas parábolas en la densa noche
Barcelonesa. Hipnóticos movimientos que convirtieron , lo que
algunos creían como una representación rancia y nostálgica de Rock
denostado , en una ceremonia de carácter ascendente y contagioso.
Desde el arranque de “See that my Grave is kept clean” , hasta el
cierre con “John Coltrane stereo blues”.
En el fondo
poco importaba si la efeméride era el 30 Aniversario de uno de sus
discos magnos: “Days of wine and roses” , puesto que el echo de
escuchar tal icono se antojaba diminuto comparado con la idea de
recuperar a una banda tras casi 25 años de silencio , propiamente
dicho. Nos hemos acostumbrado a ver a Steve Wynn no parar un instante
en sus treinta y pico años de músico , pero nada comparable con la
oportunidad de revivir una de las épocas , en las que escoger el
lado más oscuro de la música constituía por selección natural
convertirte en un bicho realmente raro y marginal.
Por suerte
para todos nosotros , la música en todas sus vertientes nos sigue
ofreciendo clases magistrales. Y atreverse a adentrarse en los
recovecos más desconocidos de la música ya no depende de haber
vivido con más o menos rigor cada una de las fases como toboganes
que ha vivido la música: Como expresión cultural y creativa o como
reflejo social de una época; tan solo depende de las ganas y riesgos
que uno quiera asumir. En este caso explicar con rigor quirúrgico
los avatares del concierto se me antoja demasiado docente , cuando lo
que en realidad estamos deseando es aventurarnos a lo desconocido.
No tengan
miedo , a lo mejor ya es hora de escuchar historia y leer música
¿verdad?
Cuánta grandeza y emoción con los Dream Syndicate, tanta como en este post. Destaco ese párrafo que empieza por "El embarque al vuelo que nos auspiciaron Dream Syndicate..." Como bien dices poco importaba que fuera la efeméride del 30 aniversario de un magnífico disco.Sabes, brother, lo importante es que lo hemos vivido y disfrutado, y eso es mucho, no todos pueden decirlo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSavias palabras master Johnny. La música además de gustarle a uno una barvaridad , se adhiere a nuestro subsconciente y siempre o casi siempre a un momento; con el paso de los años lo maravilloso es no saber si eso que escuchas te gusta en si mismo o por los recuerdo que te transmite. Mágino ¿no? , pues eso.
ResponderEliminarSALUDOS OTOÑALES!!!