Con la
enorme luna llena a punto de esparramar, y desplegar su inmaculado
resplandor sobre la ciudad. El Pirata pata palo se descolgó con su
soga esta pasada vigilia, alertado por una señal; la misma que
meses atrás dejó escapar encadenado a su bajel. En sus brazos, aún
con la fuerza suficiente para sostener el dorado y espumoso líquido,
renqueante pero diestro, desgarbado aunque decidido. La tentadora
llamada del pequeñajo CASS McCOMBS, y los parabienes de mis
cómplices: Atticus & Txarls, sobre este urbano/doméstico
miniFestival facturado por Depósito Legal (Club alternativo mítico
de L'Hospi). No podían ser mejor solución para mi carcomida pata;
aunque a veces sea de verdad nuestro sangrante corazón, el que
necesite las tiritas de la música.
Sin acabar
de discernir uno bien lo que nos mueve a compartir estos actos
nutrientes, exfoliantes y medicinales. Fue con ellos con los que me
cité entre naturaleza, bichos voladores, jolgorio y remanso
familiar; dicho sea que al final Txarls no vino, pero lo vamos a
perdonar esta vez.
Iniciativas
desinteresadas como esta son las que en realidad hacen afición y
camaradería fraternal. Un encuentro gratuito repartido en tres días
y situado en un pequeño oasis urbano como son los Jardines de Can
Sumarro, en el marco de “els estius a Can Sumarro” donde Ciencia
y Cultura se dan la mano. Y que organiza el Ayuntament de
L'Hospitalet, y en este caso junto a uno de los más antiguos clubs
alternativos de la ciudad, El Depo. Que desde 1985, da cobijo a la
escena independiente más inquieta de la periferia y de la propia
Ciudad Condal.
Como cabe
suponer, semejante oportunidad para sacarnos la espinita clavada, con
la desperdiciada oportunidad de ver al autor Americano. Y poder
contar penas y glorias junto a buenos amigos con la fragancia de los
jardines, los picnics y los niños correteando como telón de fondo.
Era no ya una excusa, si no la mejor terapia para dar tratamiento a
los males subyacentes.
Con el punto
de partida marcado en la idea de poder ver por fin a Cass McCombs, y
la sospecha de que a partir de ahora sera ésta una cita ineludible.
Me dejé arrastrar hasta el barrio viejo L'Hospitalet, la ciudad que
me enseñó en mi juventud a perderme por enrevesada urbanización y
a descubrir algunos de los garitos más educativos de mi pasado
musical.
Tener la
oportunidad de certificar la grandeza del compositor Californiano,
hijo de una generación de autores nómadas que están construyendo
el verdadero valor de canción, a golpe de cincel. Es tan solo
comparable a dotar de significancia, textos y canción como único
destino. Una inmersión a pulmón en lo más hondo de la esencia de
la música, que el alumno aventajado de Bill Callahan maneja con una
naturalidad asombrosa. Esa teoría parecida, a la que se aventuró
Bob Dylan en los 60 cuando decidió enchufar el Folk a un
amplificador.
Una hora
antes sobre el escenario pudimos disfrutar de la banda Leridana
RENALDO & CLARA. Quienes con su mullido Pop con claras
reminiscencias al Donosti Sound, nos dieron una imagen de las yermas
tierras del Oeste Catalán bastante alejada de su paisaje natural.
Pues la frágil voz de Clara Vinyals y la delicada sonoridad del
resto de la banda tienen una magia tan acolchada y campestre que
hicieron del ocaso del día, un marco idílico y enternecedor
perfecto.
Presentaron
su primer Lp que precedido por dos 7” rubrican una trayectoria
iniciada en el 2009. Un disco donde confraternizan escenas de Folk y
Pop setentero, con algunas pinceladas que recuerdan por momentos al
barroquismo de Felt y a la Chanson de Leititia Sedier o a Nico. Todo
ello desde una ejecución totalmente acústica, minuciosa y
susurrante.
Con un
directo especialmente indicado para espacios reducidos, y una
predisposición para soñar y desperezarse. Después de compartir
historias entre sorbo y bocado , nos dispusimos Atticus y el que aquí
os cuenta, a ganar posiciones para recibir a Cass McCombs. Empujando
al respetable a invertir ese cómodo y distendido decúbito supino al
que invitaba el entorno y la velada.
Apareció
acompañado como viene siendo habitual en su intermitente forma de
girar de manera escueta por bajo y batería. Dos guitarras para
combinar sus dos principales facetas: La cristalina y seductora, con
la más eléctrica y crepuscular. Y como no, su maravillosa voz que a
mi personalmente me recuerda una barbaridad a la de Lloyd Cole, por
su innata musicalidad sin duda.
Comenzando
para ponernos en situación con: “The Can be Only One”,
“Name Written in water”y “Robin Egg Blue” hasta
entrar de pleno en una de las canciones que mejor sonaron la noche de
ayer; por lo menos la que más sorprendió a un servidor “Big
Wheel” y que da título a su doble último Lp. Serpenteante,
eléctrica y con ese ritmo que le imprime haciendo de ella, una
especie de Road Movie espectral.
Con la
atención de un reducido público si se compara con la calidad de su
repertorio, y lo extraño que resulta observar la poca gente que lo
sigue pese al respeto que le tiene la crítica. Se fueron sucediendo
los pases, en un recorrido en el que no obvió prácticamente ninguno
de sus siete discos; algo digno de alagar por lo poco conocida de su
primera etapa. Sonó perturbadora “Dreams-come-true-girl”
de su CATACOMBS/2009, donde ya por entonces colaboraba en las voces
la desaparecida actriz Karen Black: Una especie de salmo dulcificante
que nos puso en camino de “Brighter!”, y a mi parecer una
de las mayores joyas de su último disco: Un tema que grabó por
partida doble con Cass a los micros y con Karen al final del disco,
como mejor homenaje a la veterana actriz.
Se echó de
menos alguna de mis preferidas: “She's still Suffering”,
“Saturday Song”, “Memory Stain”, o “Sacret
Song”. Pero la verdad es que no hay queja alguna cuando
empujado por la brisa serena de “The Living Word” y ahí,
a dos palmos de él, sin el rumor de los voceros o de los hypsters de
condena. Se puede levitar sin ayuda de mis globos aeroestáticos con
los que me batirme en retirada cada noche hacia la Luna.
El simple
tono doméstico del público y esa discreta familia que llena los
huecos en abandono por la marabunta, bien vale un peregrinaje o un
salto en caída libre desde la estrella celeste. Escuchar con la
crudeza que da el directo y la ausencia de filtros, ese territorio
donde Cass McCombs combate en igualdad, y la perfecta sintonía de
instrumentos y músico; solo se da en estos espacios. Ahí es donde
se mide la magia de su música transitando por vías secundarias de
por vida. Por eso simplemente, canciones como “Equinox” de
su viejo PREFECTION/2005, “Morning Star”, “Lionkiller
got Married”, o “I went to the Hospital” alcanzaron
altos vuelos. Y canciones ya sobradamente reconocibles como: “The
living Word”, “Love thine Enemy” o “County
Line” con la que rubricó el final antes de dos bises,
alcanzaron ese semblante verdadero donde todas son canciones que
nacieron de la misma madre.
Un
repertorio verdaderamente reverenciable y una compañía la de
anoche, tan agradable como curativa con . Que se verá culminada este
Lunes con THE JAYHAWKS, o sucumbo o me curo de absoluta felicidad.
A la postre
lo que sería una noche mágica donde fundir música, barriada,
naturaleza e historia; para que luego digan que la imaginación y las
ganas no puede con los grandes fastos. Hay infinidad de bandas y de
propuestas, a veces transitan en caminos paralelos y ni se saludan.
Unos hacen mucho ruido y arrastran borregadas indecentes que solo
fichan y fardan. Otros se autogestionan y a menudo son el abono de
los genios.
Y eso sí,
si denotan algún lapsus, fe de errata, celeridad, o incongruencia. A
sus pies me pongo de rodillas y con antes un furrunaing
breakdancero por cosicas de mi incapacidad. Dispuesto a recibir
los latigazos pertinentes.
Pero que
sepan que la velocidad con la que he escrito es la culpable, y si lo
he hecho, es para que corran. Aun están a tiempo de llegar a Can
Sumarro, y disfrutar del resto del cartel: MAIKA MAKOWSKI, LAS
RUINAS, JOAN COLOMO, JOSÉ DOMINGO, BLACK ISLANDS, y CUMBRES
CARRASCOSA.
Es gratis y
hay muy buena gente!!
Es que desde el minuto cero que pisas aquello sabes que el Petit Format es una cita ineludible. El año pasado me acerqué para ver a Neil Halstead y me enamoré al microsegundo de aquello, consciente de que, vaya quien vaya, al menos hay que acercarse un día. Un lugar bonito, ambiente sano y familiar, con las dos zonas diferenciadas, la del concierto y la de picnic y relax para los que quieran charlar un rato mientras escuchan la música, sin molestar a los que quieren disfrutar del concierto en primeras filas. Lo del picnic tomamos nota para el viernes, que volvimos.
ResponderEliminarQué gran noche la del sábado. Tanto a nivel personal, con algún que otro momentazo, como a nivel musical. Renaldo i Clara me encantaron, pero lo de Cass McCombs fue una auténtica delicia. No sé si sería el contexto, con las luces y el lugar tan bonito, o la cercanía, pero fue algo casi mágico. Tenía a Cass medio escuchado y conocía algunas canciones, pero me enamoré de él por completo mientras lo escuchaba. Qué bien y qué bonitas sonaron sus canciones, con esa voz tan bonita y la suavidad de los instrumentos que la mecían. Buen gusto y delicadeza dadas de la mano con algo de garra mesurada y mejor sonido aún que en disco. Pasan los días y aunque lo que vivimos al día siguiente con Maika Makovski en solitario y acústico al piano o la guitarra fue de esas cosas que quedan retenidas en la mente, aún tengo los acordes de las deliciosas Brighter y County Line rondando por mi cabeza y casi con la lagrimilla colgando cuando las escucho. Te diré que incluso mi amiga Adriana, que estaba allí por Renaldo i Clara, quedó totalmente cautivada por Cass McCombs. Y quién no.
Me alegré mucho de que te animaras a venir, fue un placer compartir todo esto contigo. Nos vemos hoy en Jayhawks!!
Un besote!!!!
Claro que sí Marta!! Son esos huecos vacíos que digo hay que volver a rellenar. Los festivales y grandes eventos son tan necesarios y gratificantes para captar un público más amplio y desconocedor. Pero los pequeños rincones donde se sigue desarrollando ese trabajo a tientas y a la espalda del gran tumulto, son en el fondo como los pequeños talleres artesanales que en la antiguedad poblaban las manzanas interiores de la ciudad. Allí es donde la alquimia entre maestro y aprendiz alcanza cotas de espiritualidad, y donde se fragua a fin de cuentas aquello que otros popularizan a otros niveles.
ResponderEliminarA mi me encantó, lo que sonó y el tipo de público que lo hace aun más familiar y respetuoso. A veces la gente confunde lo solemne con lo meramente sensorial, y con tanto ruido lo meritorio es dejarse llevar; medicinal diría yo. Además me encontré con un compañero de trabajo que tenemos por cliente en mi empresa, con el que comparto gustos, generación y que hacía medio año que no veía; y que además también viene a ver a JAYHAWKS. Fue así por lo que no pudimos despedirnos como debía, pero una gran tarde noche en muy buena compañía que ahogemos entre nota, trago y bocado alguna penilla pero muchas risas.
UN ABRAZO TAN GRANDE COMO LO SERÁ ESTA NOCHE!!