Nacionalidad: España
Género: Tragicomedia
existencial
Metraje: 90 min.
Director: Mariano Barroso
Guión: Mariano Barroso &
Alejandro Hernández
Música: Ray Marhuenda
Fotografía: Raquel
Fernández
Reparto: Eduard Fernández,
Michelle Jenner, Nathalie Poza, Petra Martinez, María Morales, Marta
Larralde, Lucía Quintana.
No me iba a
ir a la cama sin antes contaros lo mucho que he disfrutado este
pasado estío con otra más de las perlas interpretativas que nos ha
regalado Eduard Fernández. Este pequeño actor Catalán, esculpido y
acicalado en el díscolo triángulo del Teatro/Cine/Tv autonómica
(Poblenou), y que ha acabado por dar forma a personajes de lo más
rebuscados y dignos de análisis.
En la última
cinta del también Barcelonés Mariano Barroso, cualquiera diría que
hubo un pacto de sangre entre él y Cesc Gay tras el rodaje de “Una
Pistola en cada Mano/2012”. Pues si era allí, bajo vestíbulo
de un portal donde compartía con un viejo amigo, las miserias de la
vida. En “Todas las Mujeres/2013” es en la piel de Nacho,
donde Eduard Fernández prosigue esa especie de trilogía del
perdedor víctima de su mala cabeza y del infortunio.
Una pelí en
la que todo parece girar alrededor de Nacho: Un veterinario Extremeño
frustrado por una vida dispuesta por las circunstancias, que se lía
con una chavalina para tangar a su suegro robando, y vendiendo de
extraperlo cinco cabezas de ganado. Como se presiente desde el minuto
uno de la película, todo el plan está predestinado al fracaso. Así
que una vez más tal y como ha sido en toda se embustera vida, Nacho
intenta a base de mentiras enderezar el entuerto que ha creado, en un
alarde de imaginación autodestructiva y paranoica.
Hasta ese
momento la cinta parece una de tantas películas Españolas, que sin
ser malas, repiten estructura, localización y ambiente rural tantas
veces trillado en nuestro cine con más o menos éxito. Solo que en
esta ocasión y dando por echo que este tipo de pelis gustan a un
público más o menos concreto, la trama se centra principalmente en
las pajas mentales de Nacho. Que intenta por todos los medios, como
casi todo lo que ha marcado su desordenada vida, salir del atolladero
esgrimiendo como excusa las mismas “putas mentiras” de
siempre. Buscando la complicidad de aquellas mujeres que han dado
significado a su vida: Desde su acaudalada madre, partiendo de su
expareja abogada, a la Psicóloga que le recomienda la anterior, y
hasta su cuñada de la que en verdad solo desea llevársela a la
cama. Y topando de frente con su verdadera naturaleza en la que las
mujeres son las verdadera protagonistas, para que sea la
interpretación, los gestos y el diálogo de su reparto, uno de los
mejores baluartes de esta pequeña joya del cine nacional.
TODAS LAS
MUJERES es un cáustico retrato sobre el típico bala perdida,
cabeza loca o como cada uno quiera llamarle, al que en realidad solo
le interesa su caprichoso e arbitrario bienestar. Un espécimen que
abunda por doquier y al que se le coge un contradictorio cariño, por
aquel ambiguo morbo que uno siente por llevar una vida de caminos
equivocados. Ese papel no siempre admitido, que todos interpretamos
en la vida y que aunque no sea necesariamente por el camino de
la mentira, todos y todas hemos sido tentados y llevado al extremo en
alguna ocasión.
El papel de
Nacho encarnado en Eduard Fernández es como un guante de látex que
se ajusta como una segunda piel. Vacilón, seductor, mentiroso
compulsivo y habitante de su misma mentira, en un universo creado
mediante huidas instintivas hacia el precipicio. Sin embargo en
ningún momento da signos de arrepentimiento, he incluso las
legitima. Las mujeres que aparecen a lo largo de su suicida huida dan
por supuesto el sentido lógico y la cordura a la película, con una
relevancia tanto o más importante que la del mismo protagonista y
que el eje argumental de dicho film. Que no es más que una
circunstancial situación con la que diseccionar las relaciones de
pareja, las verdaderas y complejas personalidades de sus
protagonistas, y el choque frontal de nuestros instintos más
viscerales contra el orden de las cosas:
Primero por
una interpretación de altos vuelos en la que diálogos que rozan el
surrealismo y lo inverosímil, son el mejor argumento de tan genial
cinta. Segundo porque es una película de pura interpretación y cine
al desnudo, que carece de cualquier trama/desenlace que la
condicione. Y tercero porque por mucho que uno piense que una
película nos ha de llevar a un punto concreto por fuerza... También
puede ejercer de cerrajero psicoanalista, destripando, atizando y
sugiriendo la verdadera condición humana, la más sucia y vil o la
más sensata, como un pulso entre el Ying y el Yang. Cierto es que es
que nosotros (el espectador), la señalaremos como un mal ajeno, pero
en el fondo todos sabemos que nos vemos reflejados aun sin admitirlo;
por higiene o simple pudor.
Puede que el
cine esté obligado a según la demanda, de una panorámica a gran
escala: Sobriedad, buena fotografía, trama ágil y entretenida, una
banda sonora espléndida, e incluso de un guión asequible y floreado
como lo fuese Pulp Fiction. Como también hay otro cine más estético
de planos y fotografía o músicas hipnóticas sin necesidad de
diálogos, o como es este caso. Cine de sustrato teatral donde los
actores se enfrentan a un primer plano donde los gestos y la palabra,
forjan la magia más sincera y auténtica de los personajes y sus
dramas.
Y me van a
perdonar, pero Eduard Fernández, aun siendo un actor de retaguardia
y no figurando en tantas superproducciones como otros. Es de los más
auténticos, sino uno de los mejores junto a Antonio Dachent, y algún
otro que ahora se me escapa de la cabeza. Actores que no necesitan de
mucho para forjar personajes, y directores que en un magistral
homenaje al teatro deciden que sean los actores los que nos den la
herramientas para crear nuestro universo propio.
Tan solo es
cuestión a veces de bajar al sótano y estimular ese a veces dormido
sentido del acertijo. Donde la verdader belleza está en las cosas
que ni se ven, ni se tocan, solo se presienten. Anden, anden y vean,
y métanse en la piel de Eduard: “La
Mosquitera”, “Tres dies amb la Familia”, “El Método”, “Los
Lobos de Washington”, o “Cosas
que hacen que la vida valga la pena”... Ya
saben, aplíquense el cuento!!
Joer, has conseguido que me entrara el gusanillo de verla para ver la historia de este bala perdida. Además Mariano Barroso me inspira buenos síntomas. Abrazo.
ResponderEliminarPues no pierdas la ocasión amigo Johnny, Mariano Barroso es uno de esos directores que sabe buscar encuadres diferentes al de los típicos géneros. En esta creo que lo borda, y pese a no tener unas críticas espectaculares, a mi ha sido la que más me ha gustado. Aunque yo soy de aquellos que disfrutan con las pelis en las que las relaciones humanas, y esos oscuros pasajeros que todos llevamos dentro y claro, igual no soy todo lo imparcial que debiera. Además me encanta ese modo de encarnar a los perdedores que tiene Eduard Fernández.
ResponderEliminarSALUTE!!
Muy recomendable "Ficción" de Cesc Gay y Eduard Fernandez y su banda sonora
ResponderEliminarPues anotada queda "anónimo", vi "una pistola en cada mano" y aunque me gustó bastante la verdad es que me esperaba más. Pero ya sabes las películas y el momento escogido para verlas puede hacer variar el regusto que dejan, de echo me gustaría volver a verla y mucha gente con la que coincido en gustos siempre me han contado primores de Cesc Gay y sus pelis.
ResponderEliminarSaludos y mil gracias por la recomendación.
Buenos díassss
ResponderEliminarComo siempre sabias y acertadas palabras... joder como me gusta leerte,
Soy un incondicional de Cesc Gay y te puedo asegurar que Ficcion, como dice Anonimo y En la Ciudad son dos peliculones para no perderse, la primera cuenta además con un Javier Camara estelar y está rodada en un ambiente precioso en Arànser.
Sobre Eduard Fernández que decirte, que es un monstruo, pero de los grandes de esos que se comen todo lo que pilla y lo manipula a su antojo, no sé si habrás visto Smoking Room o El Método Gronholm, para mí otras dos joyitas con este fenómeno de por medio
Un saludo!!!
E e e eeey SERGI!! joder cuanto tiempo sin saber de ti y de tus escritos, gracias hombre!! Intentamos buscar los brillo para inspirar esta vida tan marchita a veces jejeje. Pues ya ves que voy haciendo lista y me apunto también "En la Ciudad", que no hay mejores fechas para ver cine que en Otoño y con días como los de ayer.
ResponderEliminarA mi es que me pasa como a ti y soy un adicto de estos monstruos de actores que saben también transmitir las miserias de la vida. En el fondo son los cerrajeros del corazón los que hacen avivar los sentidos, el morbo y esa especie de aventura en la que convertimos el día a día los soñadores. Nosotros nos hacemos nuestras películas, pero en el fondo deseamos que no las cuenten jejeje.
SALUD Y UN ABRAZO FUERTE FUERTE POR ESTAS BITÁCORAS DE DIOS!!