Lo daban ya
por muerto. Y aunque sus constantes se hallaban intactas fruto del
incansable trabajo de máquinas, bombas y válvulas. En la habitación
se había hecho el silencio desde hace semanas, tan solo quebrado por
rumor acompasado y rítmico de los bombeos: Aire, plasma y goteos que
como la gota malaya, marcaban el minutero tortuoso de la
descomposición anual. Ya nadie venía por allí, salvo los
enfermeros para cambiarlo de posición, airear y perfumar la
habitación.
Al 2014 el
páter le estaba dando la extremaunción, cuando él -igual que una
bella durmiente- seguía sin dejar de tener esos mismos sueños
pálidos que lo desperezaron a principios de Enero. Ni tratamiento
alguno que funcionase, reanimaciones o inyecciones de naxolona que
provocaran el milagroso alzamiento al tercer día. Por muchas
invocaciones en el velatorio; de aquellos que se aferraban con
insistencia al filo del cambio anual. Los médicos y expertos ya
habían firmado la defunción, e nventariado su historial de éxitos y
fracasos, certificando su muerte.
Solo fue
cuando de camino a la morgue por largos, angostos y fríos pasillos,
el chirriar de las ruedas de la camilla produjo el sortilegio:
ñiiiiic, ñaaaac, ñiiiiic, ñaaaac... sonaba, se repetía, y
rebotaba contra las paredes metálicas y las pantallas de
fluorescentes que se sucedían una tras otra.
Una
evocación sonora electrificante, la que le recorrió el yaciente
cuerpo, y se le movió un dedo gordo del pie. Sí, fue primero el
dedo, después un músculo simpático del isquiotidial, los glúteos
se apretaron tersos y firmes... Y justo cuando el celador se disponía
a introducirlo en el nicho del depósito. Se incorporó como un
vendaval, y ni el porrazo que se infringió en la cabeza con el
soporte de acero de la deslizante camilla, le impidió saltar como u
resorte y ponerse a bailar.
Sí amigos,
el 2014 está vivito y coleando. Salió aquella mañana corriendo
pasillo abajo en pelotas picadas, como alma que lleva el diablo. Y
todavía lo siguen buscando sin poder archivar su historial ni
hacerle una mala misa con la que ventilarlo. Dicen los enfermos y el
turno de noche, que cuando se hace el silencio en las plantas y
suenan los timbres de las habitaciones. Se oye un redoble de batería,
dos guitarrazos y un alarido -yiaaaayo!!- más propio del
Higway to Hell que de cualquier otro lamento imaginable.
Me quedan horas para volver al tajo y estoy en pleno subidón de
endorfinas: No sé si por el canguelo y la incertidumbre de volver a
hacer “vida normal”. O porque son tantos y tan vigorosos
los estímulos musicales de estos días, que no puedo por más que
seguir soltando lastre. Sí, es así, igual para más adelante daré
cuenta de lo que se ha publicado este 2015. Pero mientras tanto, hay
tanta chicha que desmigar del pasado año, que no me puedo resistir a
compartirla.
Puede que
dejado llevar por la euforia, quien sabe. O porque la mayoría viene
dada por ese ojo escrutador que tengo de: amigos, conocidos, o
cualquier resquicio de infecciosa melodía con la que expandir la
pandemia. Pero como la música es una de las mejores putas
divinidades que nos ha dado el género humano. Y por más que todos
queramos atribuirnos su patria potestad, su custodia o su jugosa
herencia. Ella es libre, libre como lo es el boca/oreja, el
correveidile, o las melodías que permanecen en suspensión.
La cosa está
en que desde que diera inicio este escueto mes de Febrero, no hay un
solo día que no me administre mi medicina. Apañao como una maleta grande y obediente como
soy, cuando no son los LVL UP y su desaliñado trote socarrón, son
los arañazos guitarreros de DESESPERATE JOURNALIST los que me
provocan escalofríos en la espalda. Y cuando la duda me ataca, pues
THE DELPHINES: Sus cosquilleantes guitarras , las cacofonías vocales
que giran orbitando sobre la mia testa, o sus combulsos rítmos que me zarandean sin piedad.
LVL
UP/HOODWIK'D (dbldblwhmmy records)_2014
A esta joven
banda de Nueva York a la que llegué gracias a Marc Grau. Le debo el
primer empujón con el que desempolvar algunas de mis más devotas
aficiones musicales: aquellas que por determinados estados de ánimo,
se acaban olvidando bajo el inevitable peso del estado letárgico
invernal.
El suyo es
un disco rebosante de esa misma idiosincrasia juvenil que se masca en
las quince canciones de su primer largo: Un trabajo espontáneo,
despreocupado en raros inventos con los que enmascarar su esencia
natural, y con esa guasa de quien solo ejerce de mero vehículo
emocional. Canciones que suenan tal y como deben; sin artificios ni
disfraces. Además saben sin proponérselo (o así lo parece),
bascular entre lo más inmediato del pop: el acaramelado, el
pedregoso o el más profundo; sin parecer nada pretenciosos. Siempre
con ese candor despreocupado de baja fidelidad y acuestas de esos
bajos distorsionados o guitarras equilibristas que nos enseñaron
Superchunk, Dinosaur Jr, Pavement o los Guided by Voices. Eso sí, pero con un
brillo más popero y menos abigarrado.
Escuchando
“I feel Ok”, “Ski Vacation” o “If Leave”
se desprende ese evocador perfume setentero de las melodías poco
cocinadas, frágiles... Rebobinamos hasta el inicio, y son “Angel
from Space” o “Annie's a Witch” como pequeños
extractos de no más de dos minutos, que nos inoculan la dosis
adecuada; precisa, sintetizada y de rápida absorción. Pequeños
aguijonazos que juguetean por nuestro flujo sanguíneo. Subidas y
bajadas de presión, toboganes, montañas rusas... Hoodwink'd no
aburre pese a la monotonal voz de Dave Benton. Y su historias de
desengaños, perdedores y dilemas emocionales que tanto nos recuerdan
a Wedding Present, y que emergen en “Total Loss” como
caricias a contrapelo. O cuando despegando en perfectos hits “Soft
Power”, vuelven a descender para recostarse perezosos en “I
Feel Extra-natural”. Para volver a ascender con “Primordial
Heat”; bocado en la yugular y desangre.
LVL UP
carecen de la presión argumental con la que justificar ciertas
actitudes ninguneadas por las tendencias, y se nota. Sus canciones
ganan peso a cada escucha, avivan la llaman incandescente del Pop de
guitarras: inmortal, desaliñado, rejuvenecedor, y primordial.
DESPERATE
JOURNALIST/ÍDEM (Fierce Panda)
Alabado sea
Pentecostés!! Con la de años que he pasado en ayuno de Pop
guitarrero sustancioso!!.
No seré yo
quien deje de reconocer, que a veces uno se deja llevar por esa
búsqueda inconsciente de viejos ídolos: sonidos que te seducen por
cierta familiaridad, porque te recuerdan a... o por aquello de no
renunciar a pasados veinteañeros. Con lo pejiguera que llego a ser
con los años, me jode tanto escuchar bandas que intentan emular
malamente y sin personalidad, a sonidos enaltecidos de tu pasado.
Como aquellas que lo esquivan o lo hacen, pero no lo admiten, e
incluso lo quieren adulterar con experimentos gaseosos.
Pues mira tu
por donde y tras tantos años de travesía por el desierto; salvo
algún pequeño oasis en forma de Popguns, Allo Darlin', Eternal
Summers... etc. Y algún que otro desengaño diluido. A tenido que
ser en brazos de un viejo amigo, al que he maltratado y criticado con
recomendaciones miles. Quien me ha recetado semejante banda
Londinense.
Y mira que
no hay peor afrenta que la de caer bajo los influjos de cómplices y
colegas. Sobretodo para el que ejerce por tradición de buhonero
musical; aunque nos cueste admitirlo #modo sarcasmo. Pero que
narices!! -Pues no esta uno poco a gusto ahí retrepado observando
con desconfianza, para que zas!! se acabe hipnotizado por efluvios
tantas veces desdeñados.
A Desperate
Journalist hay que escucharlos en la distancia de su impetuoso y
estridente arranque: “Control” ya de entrada nos descubre
unas guitarras contorsionadas de brillante factura. Su parada al
rescoldo de los primeros U2 de Boy/October o porque no, al de los
Diesel Park West en su segundo corte “O”. Hasta llegar a
“Cristina”, uno de sus primeros avales que admito, pueden
tener alguna sintonía y ciertos parentescos vocales con Morrissey y
Savages; no lo niego. Aunque yo tenga más en mente a Gene o a The
Organ cuando los escucho. De cualquier forma benditas sean todas esas
referencias.
En cualquier
caso no es hasta llegar a “Hesitate”, cuando al perder
pistonada suenan mucho más orgánicos, líricos y si se quiere
afables. Hablamos de Pop de guitarras energizantes. Latigazos que nos
trasladan a un pasado de arreglos barrocos no exentos de oscuridad, y
tan resplandecientes a la vez. Desesperate Journalist tienen ese algo
que echo de menos en otras tantas bandas ahora.
Y es que
que siendo discípulas de ese mismo sonido entre el Postpunk y el Pop
chirriante. La mayoría inciden en los mismos referentes, olvidándose
a veces de las canciones, del descaro a sonar sin miedo; y la cosa a
veces cansa. Por dios, que no sé yo ese empeño de las corrientes
modernas, de darle vueltas al tornillo en la misma dirección hasta
pasarlo de rosca. ¿Tan difícil y pecaminoso es sacarle punta a las
guitarras y hacer melodías de siempre? “Remainder”,
“Heartbeats”, “Nothing” o “Happening”
así lo acreditan. Quizás no hayan inventado nada, como se suele
decir.
Pero ese
saber estar con un pie en cada sitio: en el Poprock crudo de siempre,
y en aquel Pop bien cincelado de románticos lirismos. Los enaltece y
mucho.
Al final
solo se trata de eso: de hacer buenas canciones que agiten y pongan
en marcha los mecanismos adecuados para comenzar a moverse. Desperate
Journalist lo tienen ¿y no me van a negar que además el nombre
tiene su qué?
THE
DELPHINES/HUSH (Gloss Records)
Y ya para
finalizar, que se nos echa el tiempo encima. Me gustaría acabar
recomendando en esta especie de tratamiento reconstituyente, para
darme/daros esa dosis necesaria con la que soportar el devenir. A
esta otra joven banda; esta vez desde Wisconsin (Milwakee).
The
Delphines aterrizaron en mi reproductor hace ya casi un mes. Justo
cuando al arrancar el año, un poco harto de las derivas malsanas con
las que había acontecido mi 2014. Y necesitado de exprimir un año,
que en mi sensación personal me ha parecido incompleto, cojo si se
quiere... Cosas mías propias de los acontecimientos que me han
marcado.
Algo
supongo, que ha vosotros os trae un poco al pario. Pero como la
inspiración, cuando no la hay, tiene ese mal vicio de asociar y
disociar pajas personales. Y los vejestorios tenemos muchas y
diversas, cambios de humor y claro, hipocondrías propias de la edad.
Pues a mi, que me puede dar por cosas tan diversas, incompatibles
entre si o a enfatizar ciertas manías persecutorias, me ha dado por
el Pop. La filias de pajillero no se pueden remediar hijos míos.
Al lío!!
Hala, que con estas tres propuestas ya podemos planificar una
posología febril o febreril. The Delphines tienen tres cosas que para
lo que a mi respecta, resultan esenciales para disfrutar del buen Pop:
Ese tufillo a Twee Pop (Talulah Gosh, Television Personalities,
Aislers Sets... y un largo etcétera de bandas de esas que pican los
dientes), lo mismo se manejan con las tonadillas saltarinas y
garajeras que con las atmósferas ciertamente abrasivas. Y además
tienen en su debut, diez cortes con los que difícilmente uno pueda
aburrirse. ¿se puede pedir mucho más?
Nada de
malabarismos, piruetas, trascendencias sin sentido o nada que no vaya
encaminado a sacudir las células adormecidas del organismo. Todo
velocidad, inmediatez y pura generación espontánea.
Desde el
primer segundo de Hush se apuntan a letanías de conjura al New Wave.
Es con “Carelless” o “Eat you Alive” donde más
se presiente esa querencia hacia lo oscurillo. Pero lo más curioso
es que cuando más y más velocidad van cogiendo cuesta abajo, venga
a subir, plegar en las curvas y navegar por toda esa reverberación
cacofónica que acompaña todo el disco. Más gusto le van cogiendo a
los ritmos de reprís (Punk, garaje, surf), o en definitiva, a ese
tono de acidez clohorídrica que acompaña -junto al Pop como
bandera- todo el disco.
“Hush”,
el corte que da nombre al disco, es su muestra más plausible: todo
él pura candela a lo Wedding Present. Con “Kentucky”,
“Notches” o “Wasted Love”, le dan cera al Surf
garajero más salvaje. Tienen hasta momentos en los que nos evocan a
ese lado americano de carretera que ejecutaban Jesus & Mary
Chain, en aquel Barded Wire Kisses o Darkland, con “Little
Viking”. Y algunos que me tiene robado el corazón, tal cual "Pura ambrosía vamos. Un disco de aquellos que levanta
el espíritu al más ofuscado, o así es en mi caso.
Música que
impulsa, que te iza y despabila. La que hace de mis días grises
otros luminosos y soleados. Y aunque odie ponerme ñoño y
filosófico, reconozco que la música es la que modula mis estados de
ánimo; tan variables como entretenidos cuando siempre siempre, te
llevan a algo. Que igual peco de disparatado. Pero aunque
incomparables en tiempo y envergadura, los podría poner desde ya en
el mismo orden de necesidad, de sensaciones y de placer al
escucharlos que aquellos amados acetatos de Frank and Walters, The
Smiths, McCarthy, Primitives, Power of Dreams o Spearmint... y alguno
más que se escapa. Siempre disfrutables y crocantes.
Joer, esos LVL UP que te pasó el Sr.Grau me han molado mucho, Y el "Vice" ese de Delphines sonando fuerte. El 2014 no ha acabado por lo que veo. Un abrazo, crack.
ResponderEliminarSí Johnny, enganchan eh? La verdad es que los tres discos, cada uno en su faceta, son de los de darle volumen alto, que chirríen y que nos engrasen. Ahora mismo después de una jornada de trabajo, es lo que me pide el cuerpo.
EliminarEl 2014 tiene cuerda para rato muchacho, y me quedan unas cuantas cosas más en la recámara. Y te digo de veras compi, que además me va fábula porque de esta forma me obligo a rebañarlos a conciencia. A veces escribir sobre lo que sea, te hace ver las cosas de manera más intensa y descubrir grandes hallazgos. Los tesoros de la vida, como se suele decir.
Joder macho, acabo de borrar sin querer el comentario de Orlando y mi respuesta. Pensaba que se podía recuperar y no hay tu tía, torpequesuno leche. Bueno ante todo pedir disculpas por mi torpeza y si te apetece vuelve a escribirlo.
ResponderEliminarYo porsiaca hago un breve resumen: Decía así por encima que le encantaba el primer tema, DBTS de los LVL UP supongo. Y sí la verdad es que con esos bajos distorsionados, roncos y martilleantes, estos chavalotes hacen gloria pura, el disco engancha y mucho.
UN SALUDO Y PERDONEN MI INUTILIDAD
Esto le pasa a la gente , asi que .... don't worry .
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