Abril, que bonito y lindo abril. Yo nací en el mes de abril amigos, sí poca broma. Y debe ser por eso, que cuando se acerca este mes ahí estratégico él, después de un arranque de año con el abstemio ayuno que posterga Febrero y Marzo. Pues eso, para que engañarnos, uno se crea expectativas. Espera que ahí se concentre la alegría y la felicidad, la explosión de colores y el radiante sol proyectando en el ventanal. Ese rayo descompuesto en mil colores, o que la mota de polvo haga cling en tu mejilla; todo perfecto, sí como en las pelis.
Las manos
ociosas vuelan a una velocidad mayor que la mente, que tropieza. Se
hacen encajes de bolillos, tiran líneas y marcan las casillas del
calendario charranquero: Ahora tiro la piedra, que voy y salto, que
soplo la tormenta de polvo pináceo que cubre cualquier superficie
horizontal; y sigo... Y es que pese a que siempre o casi, hay un algo
que intenta sodomizar nuestros planes absolutos por pasiva o por
activa, imposible no sucumbir al azote Primaveral. La naturaleza
está cachonda amigos, es así. Y nosotros pobrecicos míos, ahí
andamos, debatiendo entre toboganes hormonales, encantamientos y
ebulliciones plasmáticas. Es así, LA JODIENDA NO TIENE ENMIENDA,
tanto si somos de los que cupulamos conciertos como conejos o si es
el destino el que nos pone mirando -en este caso hacia Teruel.
De momento,
y haciendo las cuentas casi de cabeza, ya me han jodido el concierto
del 29 de MORRISSEY; tonto de mi que creía que venía a verme
por mi cumpleaños... En vista de que el trabajo me envía a tierras
Turolenses. Cuanto más miro la última quincena de Abril, más son
los conciertos que veo me perderé.
Este
multiorgásmico mes es lo más parecido a las bacanales romanas. Si
es que son las aguas y nieves mil de este invierno, las que han
puesto a la naturaleza perraca, y a las pruebas me remito:
TWILIGHT
SAD en Barcelona y Madrid. JAYHAWKS haciendo la ruta
gastronómica por las Españas; estos no me los pierdo si así se
hunda el mundo!!. MORRYSSEY que se ha empeñado en fenecer
sobre un escenario. THE JAZZ BUTCHER conspirando en el 16
toneladas de Valencia para desgracia mía (concierto recomendado para
cualquier mortal que así se considere). O el kilométrico
reencuentro que con el que nos deleitaran LUNA, en una gira
diez años después que los traerá en la segunda quincena por 14
ciudades.
Y para
rematar, ROBYN HITCHCOCK de vuelta por casa dando lecciones de
sabiduría musical por Cádiz, Valencia, Madrid y Barcelona. Eso sin
contar con los que ya colgó nuestro colega Johnny en su estación
espacial (Willie Nile, Wilco Johson o The Godfathers). Hala,
ya se puede uno rajar las venas en canal.
De momento,
y a la espera que un rayo Tesla cambie el curso de los
acontecimientos; la esperanza es lo último que se pierde no?. Yo por
si las moscas, ya puedo dormir como un bendito, ya sabéis: echando
párpados abajo como estores, flotando a la deriva y soñando con los
ecos todavía recientes de los setlive de Twilight Sad y The
Jayhawks. Lo que se dice pájaro en mano, vaya.
THE
TWILIGHT SAD/ Sala Be Cool (Barcelona) 13/04/2015
Este pasado
Lunes empezamos fuerte, y fueron los Escoceses con su cuarto álbum
en siete años de carrera. Los que se presentaron por primera vez en
escrupulosa gira; sin contar su visita del pasado Primavera Sound.
Lo hicieron
en la sala Be Cool como enésimo obstáculo ya, desde que hace de
esto cinco años descubriera, a lo que supone: Una de las pocas
bandas de la actualidad con la mirada puesta en el postpunk de los
80, capaces de seducirme sin tener por ello que rememorarme a
psicofonías del pasado. Vamos, hablando sin ambages. Quizás los
únicos que han logrado tributar sin pasar el arroz, evolucionar sin
desbravarse y mantenerse ahí, en un segundo plano fieles a su
sonido, con una de las trayectorias más humildes y honestas, de todo
ese refrito revival que tanto acaba por empacharme.
Sus dos
últimos trabajos han conseguido permanecer en constante ascenso,
como algunos top10 de consecutivos años. Y si tuviese que hacer
recuento de todas las bandas que han avivado mi llamita del Rock
oscuro y mis años mozos, no son más de 4 o 5 en las que albergo
algo de excitante esperanza. Twilight Sad son uno de ellos. Sus
discos no intentan vender su alma al diablo para captar adeptos,
sobre el escenario viven el acto del directo de manera magistralmente
generosa. Y lo hacen en manos de su lider -James Grahan- de una forma
tan inocente e impulsiva, que convencen.
Más todavía
cuando ese Lunes 13 de Abril, tenía todas las pintas de un mal sueño
fruto de un maleficio: Casi confundo el día, también la sala, y mi
medio de transporte se empeñó en sabotear mi chakra. Pero amigos
míos, cuanto más se tuercen y retuercen las cosas, cuando estás
apunto de arrojar la toalla y clamas al cielo – dios mio!!
porqué a mi!! Más satisfactorio es salir a flote, y saborear
esa pequeña concesión del destino, esa pequeña victoria.
Al igual que
la poco agradecida carrera de estos muchachos de la Escocia profunda.
Cuantos más obstáculos y sinsabores, más gratificantes son las
recompensas. La sala no ayudó. Una Be Cool que intenta revivir ese
pedigrí noventero de las viejas y eclécticas salas de la zona alta
de Barcelona (Starlets, Standard...) Que aunque no se llenó ni mucho
menos, acabó asfixiando las posibilidades de la banda: Un escenario
al mismo nivel casi de la platea, poca visibilidad, el techo del
escenario que parecía querer engullir al grupo, y los cuatro
reporteros más dicharacheros del barrio empeñados en robarle el
alma con cada instantánea, móvil XXL en ristre y brazo en alto. Una
costumbre que odio con toda mi alma cada día más. ¿De veras que es
necesario inmortalizar el momento cumbre con un vídeo o 1500 fotos
por segundo, en vez conservarlo en la memoria o en la retina? O se
trata simplemente de proclamar – yo estuve allí!! mira cuantas
fotos que tengo!! En fin, debe ser que envejezco.
Pese a toda
esa serie de pequeños inconvenientes, no os creáis, la experiencia
fue todo un pulso reivindicativo. Y es que este trío ampliado a
quinteto, saben lo que es sufrir el más absoluto ostracismo. Vaya
por delante lo bien escogidos que están sus últimos dos trabajos y
el tino de su anterior productor Andy Watherall, para las cualidades
técnicas del grupo. Y es que su último “Nobody Wants to be
Here and nobody wants to leave” lució por todo lo alto, justo
ahora que casi nadie se acordaba ya de ellos. Una obra donde
convergen su faceta más melódica y su pasado atmosférico y
abrasivo, para concluir en un equilibrio abrumador: La disposición
idónea de sus diez cortes, el desarrollo de la trama en base al
patrón de “Sick”; pese a ser una de las canciones que más
eché de menos en su temario de presentación. Un disco en
definitiva, que aun careciendo de cualquier tipo de Single con el que
captar a públicos dóciles, consigue dar el empaque necesario a las
obras en peligro de extinción: discos que se sienten, entienden y
digieren en todo su conjunto.
Sin titubear
fueron directamente al grano; dos de las canciones más absorbentes
de su último trabajo: “There's a Girl in The Corner” y
“Last January”, los dos temas que abren su último disco.
Se deslizaron hasta su debut del 2007, con su primer single “That
Summer, At Home I had Become The Invisible Boy”. O aquel
segundo disco que los colocó en el mapa musical del 2009, con “I
Became a Prostitute” como bandera o “Seven Years of
Letters”. Se coló “Drown So I can Watch” y se
detuvieron en “Alphabet”; un tema de encanto marciano
perteneciente a su anterior trabajo. Se podrían haber ceñido a su
último y efectivo disco, pero prefirieron dar un paseo por toda su
discografía. No la más efectiva, sino aquella que hace de Twilight
Sad una banda distinta.
Sonó por
fin “It Never Was The Same”; uno de los cortes más
emotivos de su último trabajo. “I Could Give You All That You
Don't Want”, single por antonomasia de este mismo. Para volver
a reincidir en su pasado más áspero y decadente con canciones de
sus dos primeros inicios; discos ellos tan diferentes a lo último
que nos han entregado (pequeñas joyas que se muestran ahora con el
tiempo, como pequeños milagros del shoegazing krautrockero):
“Reflection of the Television”, “Nil” o un
cierre insólito con “And She Would Darken The Memory”;
con dos narices!!
Poniendo
tierra de por medio con la otoñal “Could Days from the
Birthhouse”, o “Wrong Car”; Ep que hacía de puente
entre sus dos primeros e idealistas trabajos, y su actual sonido más
melódico y orgánico.
Una noche de
Lunes, zapatillas afelpadas y leche con galletas, que atrajo hasta el
rincón más recóndito de Barcelona a un buen puñado de seguidores.
Nunca lo suficientes, para el lujo que es oír en la actualidad a
esta banda en directo, y en un reducto como la Be Cool. Sobretodo si
tenemos en cuenta los precios populares del evento, 14 euretes, y el
echo de arrancar una semana intensa con final feliz donde se sumaron
el regreso a mi ciudad de Jayhawks y un brillante Sábado de
cultura/gastronomía y excelente compañía.
Allí se
puso el broche tendiendo almas al sol primaveral que lució como
nunca en EL XIRINGUITO DE L'AIGUA: Un rincón en la parte alta de
Barcelona, donde Albert Marimon eleva la importancia de la tapa y la
terraza al sustento primordial de nuestra existencia.
En este planeta hostil por el que paseamos cuatro días, como resume Jordi F. nuestro instigador más revoltoso, lo importante es el concepte cirera: Uno estira de otro, y muestra cosas a otro... y así cosas y cosas...
En este planeta hostil por el que paseamos cuatro días, como resume Jordi F. nuestro instigador más revoltoso, lo importante es el concepte cirera: Uno estira de otro, y muestra cosas a otro... y así cosas y cosas...
THE
JAYHAWKS en: LA SALA BARTS AL ABRIGO DEL FESTIVAL DE LA GUITARRA
14/04/2105
A estas
alturas y después de que hace poco menos de un año (nueve meses
exactamente) pasearan sus coplas por la sala Apolo. Poco más se
puede decir de la banda de Minessota que no se resuma en adjetivos
siempre emocionantes. Cuando en esa ocasión arrastrara a un
compañero de trabajo, a mi mujer y a mi mismo después de
reengancharme a su discografía, con una de esas bengalas/señales
que se nos lanzan por pura mancomunidad melómana. Los describía
como hacedores de melodías curativas, medicinales si se quieren,
canciones que curan el alma, cicatrizan el espíritu y apuntalan los
estados de ánimo bajos; lo dice Smile claramente.
Jesus “The Cierzo Man” era todavía más clarividente, y cito: la
de Gary Louris , y suscribo tus palabras en el sentido de que
Jayhawks se le escapa o le queda pequeña la etiqueta de alt country
o nuevo rock americano o americana o tantas inventadas como recurso
para vender lo que es tan sólo música con amor y respeto por las
raíces, aunque unos hayan arriesgado más que otros.
Música con
amor, suena lindo ¿no es cierto? Las armonías vocales, las de sus
guitarras cuando se ponen fieras o se disponen como hilos que se
entretejen, el bajo vacilón de Marc Perlman o el tesoro mejor
guardado tras los bombos de Tim O'Reagan y su cristalina voz en
“Tampa to Tulsa”.
En todo su conjunto o por separado, igual que sus distintas
vertientes: desde la más eléctrica como la más Folk, pasando por
ese Poprock soleado de ascensión eterno. Todo un repertorio al que
se entra arrastrado por inmediatez de “Tellspin”,
“Save It for a Rainy Day”,
“Angelyne” o “I'm
Gonna Make you Love Me”; con la que
abrieron el concierto. Y que te engarza a una de las más grandes
discografías ocultas de nuestros días.
Se habla de
las bondades de la dieta sana y equilibrada. Pero nadie menciona este
puñado de canciones, que debería incluirse por prescripción en el
vademecun de todo matasanos.
Jayhawks nos
volvieron a visitar, justo cuando los ecos del pasado año empezaban
a desfigurarse ya a la vuelta de la esquina. Ese manojo de canciones
que como el espliego me sanó allí donde más me dolía, volvió a
surgir efecto. Esta vez arrastrado con un gusto inmenso por otros,
que como yo en su día, vieron el destello al otro lado de la cima. Y
no podéis imaginar el inmenso placer que supone compartir y
contagiar, cuando uno disfruta de algo, lo que sea. Gozar, henchir el
corazón, cruzar miradas y explicar aquellas cosas donde las palabras
salen mudas. La música tiene ese encanto y poco entiende de perfiles
y retratos robot, es así, mágica.
Ese Cd que
grabé como un vicio enfermizo el mío de explicarme en clave de
corchea, y que como las esporas polinizadoras acabaron llegando a
buen puerto; aunque esos fenómenos, serían estériles sin un
receptor al otro lado. Por lo tanto despegar la semana, por nefastos
que pudiesen ser los augurios, con los compañeros de cata y con
Xavi a la cabeza.
De verdad,
no hay cosa más placentera que empujar y dejarse arrastrar en un
acto de pura inconsciencia. Quien sabe si de otra forma no hubiera
pospuesto ese concierto para otros tiempos de gloria. Volver a
recuperar esos sonidos que en una mente de niño como la mía,
necesitan de repetición. Observar como causan efecto en otros, o en
ti mismo de forma diferente cuando se escuchan por segunda vez.
Es así
cuando canciones de retaguardia como “Settled Down Like Rain”;
una de mis preferidas de aquella noche. “Until you Came Along”,
“Bad Time”, “Ain't no End”, o como la joyita
vaporosa “Sixteen Down”; uno de esos temas que uno no
espera oír cuando hay tantos ganchos efectivos se agradecen sí.
Observar desde lo alto de los anfiteatros de la sala BARTS (antigua
STUDIO 54), el balanceo acompasado de la platea como el oleaje, en
una perspectiva multidimensional casi alucinógena.
Sí amigos,
volvió a ser una noche grande como todas las que estuvieran
dispuestos a darnos. Arropado de la gente que quieres, disfrutando de
algo que sabes te hará soltar el lastre de tanta inmundicia, y salir
con una sonrisa de oreja no tiene precio, lo digo de verdad. A veces
resulta tan sencillo ser feliz por un instante con tan poco, y con la
de vueltas raras que le damos a la vida para procurárnosla; la
felicidad.
Al final la
cosa reviste en poco más que buena compañía y el hilo conductor
que ejerce el triángulo perfecto: comer/amar y cantar. Los finales
felices acaban llegando sin buscarlos, vaya si lo sé.
Gracias por las mención, hermano. Ya me perdí con dolor pero no pudo ser los Jazz Butcher y Luna. Espero Robyn y Godfathers aunque las cosas se me han complicado este mes. Al menos me desquité del mono con los Jayhawks yo también, ya me gustaría disfrutar algún bolo a tu lado. Un gran abrazo.
ResponderEliminarNada hombre, las cosas hay que llamarlas por su nombre. Una pena Johnny lo de Jazz Butcher y Luna, con los primeros se me pusieron los dientes largos pues tienen un discazo de hace un par de años tremendo; escúchalo porque te gustará. Y Luna mira, pensaba que me iba a caer un castigo de dios y de momento me he librado de salir fuera y creo que llegaré a Morrissey; no doy nada por echo. De Luna acabo de llegar y vaya conciertazo que se han marcado nene. Por el Pup Tent han pasado de puntillas y mucho de Bewitched y Penhouse, muy diferente al primero que vi de ellos hace 10 años. Wareham y sobretodo Sean Eden están hechos unos monstruos a la guitarra.
ResponderEliminarEspero que la complicación no sea nada importante, y ya verás como con Hitchcock disfrutarás de lleno, doy fe. Saludos, un abrazo y que todo se enderece... seguro!!