¿Se puede?
- Adelante!! - Gracias!! No se si será esta la forma más idónea de
entrar en el nuevo año, con esa timidez que caracteriza a los
niños o con el descaro aquel de quién no ha notado ni el más
mínimo escalofrío con el cambio de número.
Lo que si
que es evidente nos guste o no, es la mirada atrás que echa uno en
momentos como este, y parece que fue ayer cuando acogíamos con
incertidumbre y entusiasmo el cambio de siglo. En lo que ha mi
respecta, estos doce años que han pasado como un relámpago han
supuesto un cambio inexorable en mi desatendida vida: He sido padre
por dos veces, me he casado tras diez años de vida en pecado y
cuando todo parecía encaminado hacia una vida de padre serio, va y
me da por soltar monsergas en un blog; conociendo como me conozco, y
la pasión enfermiza en la que acabo por convertir cualquier empresa
por lúdica que parezca.
Como habréis
podido observar este cambio de año ha supuesto un cambio de piel en
la bitácora, como decía aquel cupletista “con la cara lavada y
recién pintada”. Los cambios iban a ser más trascendentales que
una mera redecoración.
Mi primera y
más relevante decisión pretendía cambiar la disposición de las
entradas: De forma que solo se pudiera previsualizar el pie de la
entrada y un pequeño párrafo , facilitando de esta manera la pesada
carga de mis excelsos textos y sus no menos grandes fotografías. Con
esta solución quería facilitar la carga del blog en conexiones
lentas, portátiles y móviles de última generación (no es mi caso, pero sí, la gente anda hipnotizada con sus pantallas táctiles y
sus chuminadas tanto que hasta navegan más que con el ordenador,
oigan).
El intento
de momento ha sido un fracaso , pues lo que parecía ser un coser y
cantar se ha complicado más de la cuenta. El tema está en que con
la nueva plantilla y disposición del blog se perdían todos los
gadgets de la barra lateral. No es que esto sea un problema por si
mismo, pues con paciencia y con saliva se la metió el elefante a la
hormiga, pero hasta que no esté en casa de manera definitiva no me
voy a embarcar: Editando el código del blog, haciendo copias de
seguridad y peleándome con el misterioso mundo del diseño. Como
mucho e hecho las pruebas pertinentes del traslado del blog a
Wordpress en caso hipotético de que un vigilante del ciberespacio me
chape mi cuchitril por dañar irremediablemente la industria
discográfica.
Os animo de
todas formas a que deis vuestra más sincera opinión o queja sobre
el blog: Textos infumables, reproductor de música automático
rayante, archivos a descargar demasiado grandes etc etc etc.
Aclarado
esto sin que sirva de precedente, aparcamos definitivamente el
porqué de mis decisiones y dedicamos la primera entrada de este año
a un vino de copetín.
Sí , y esto
no significa que halla tirado por tierra lo que en su día me plateé
cuando decidí echarle valor y mezclar churras con merinas (música
alternativa con vinos). La cosa tenía guasa, y como yo no me
considero un entendido de nada, dios me libre, me dije a mi mismo y
con cara de trascendente: - No, no quiero hablar de vinos como casi
todo el mundo lo hace, digamos como si solo nos dirigiéramos a
personas entendidas en la materia. Entre otras muchas cosas porque
jamás he participado en un curso de cata, soy desde hace años
autodidacta y odio disfrazar de ceremoniosidad aquello que se
disfruta desde el espíritu, ya sea música o vinos.
Las cosas
merecen toda la importancia y respeto que queramos darle, pero sin
perder la pasión y la emoción que albergábamos desde pequeños.
Aquella que nos hacía chisporrotear la mirada cuando explicábamos a
los amigos una experiencia única e indescriptible.
Tras casi
dos años escribiendo de vinos de una forma práctica; haciendo
especial hincapié en aquellos caldos que hacen afición desde la
cercanía de sus magníficos precios, sus denominaciones poco
conocidas o sus modernas filosofías a la hora de presentarse. Creo
que ha llegado la hora de apuntar alto y disfrutar de un auto regalo, en este caso nunca más cerca de la realidad, de echo guardo mi
otro regalo para la comida de reyes.
DEMENCIA
2007
D.O: Bierzo
Bodega:
Demencia de autor (Ponferrada/León)
Uvas: Mencía
100%
Tipo de
vino: Tinto (16 meses en barrica de roble Francés)
Graduación:
14'5 % (Volumen de alcohol)
Precio
aprox: 28 Euros
Recomendación:
Abrir la botella o decantar 1 hora o más antes de su consumo, para
que muestre toda su expresión.
Corría Jose
Luis calle arriba calle abajo – Nino nino ninooo!! - Aullaba como
un poseso, mientras con el brazo en alto giraba el pulgar cual
sirena en alerta. Los Hombres de Harrelson se habían apoderado años
antes de su alma; su pasión panfletaria por escribir crónicas de
sucesos del barrio, su dictatorial padre, una madre alcohólica y
un hermano mayor disminuido lo convertían así en blanco perfecto de
las iras de los matones de mi barrio.
Lo llamaban
demente, marica o cualquier apelativo que mostrara con saña todo
comportamiento disonante con el resto, aunque la calle donde vivía
ya concibió a más de un demente. En esos quince años de mi vida vi
tantos dementes, que por un instante creí vivir en un “cotolengo”
permanente, de maravillosa y deliciosa locura.
Al final de
la calle solo quedaban tres alternativas; ponerse del lado de los
cuerdos, hacerse el cuerdo para dar rienda suelta a la demencia en
soledad, o auto-proclamarse un demente a todas luces.
A Nacho León
y a su tropa les debió pasar algo parecido cuando aún se sacaban
los mocos con el dedo: Se pasaban las horas muertas recostados sobre
la baranda del balcón embobados mirando a la Luna y sus estrellas,
como aquel Louis de Funès demente; hasta el punto que su madre los
creyó totalmente perdidos. Ellos tan solo soñaban entre trastada y
desaguiso la forma distinta de ver las cosas, puesto que si todos
veíamos una circunferencia cuasi perfecta en el circular astro,
ellos veían formas poliédricas, cráteres y hondonadas.
Los niños
se nos hicieron mayores, y en vez de sentar cabeza como mandan los
cánones; y labrarse un futuro con un trabajo complaciente, han
tirado al monte como las cabras. Y persiguiendo a las libélulas y
los petirrojos se han dado de bruces con algunos de los parajes más
inverosímiles del Bierzo.
La mayoría
de nosotros hace unos años solo conocía al Bierzo por esas
campañas mediáticas perpetradas en Carrefour, donde inundaba sus
estanterías con chorizos ahumados con encina, morcillas, Botilllos, Androllas y Cecina.
Si
remontamos hacia el norte en busca del Cantábrico, justo donde las
últimas tierras Castellanas delimitan con la Galicia Sur, aparece
El Bierzo. Una tierra de sabores intensos y de viñas viejas de las
que sus raíces profundizan en la tierra en busca del pasado y del
terruño de sus ancestros.
Es allí
donde están establecidos como si de un campamento base se tratase,
DEMENCIA DE AUTOR. Una joven bodega de tan solo cinco años que
podría servirnos como claro reflejo de lo que ahora representan
algunos de nuestros jóvenes emprendedores más arriesgados y a la
vez pasionales, pues es así como se deben proyectar las ideas por
demenciales que parezcan. En realidad la idea es tan simple como
aprovechar el legado y la liturgia de nuestros abuelos, para abrir
nuevos caminos en la difícil búsqueda de nuevas sensaciones;
redescubrirnos de la manera más natural como niños curiosos, para
entendernos.
El fruto se
cultiva en 25 parcelas repartidas por distintos parajes del Bierzo:
Valdemanteiga, Valdelaliebre, Matadeprada y Villegas. Las
características de estos entornos no son ni mucho menos casuales,
donde una de sus particularidades está en la composición arenosa de
sus terrenos: orientaciones hacia el norte, con una ligera
inclinación de sus bancales y sus viñedos; los protagonistas de
este cuento. Son ellas, viejas y centenarias vides que requieren de
un trato casi oriental y ancestral para extraer ese mosto que en su
rojo profundo casi alcanza un negro fúnebre.
Muy
probablemente resida en ese trato manual y casero, el secreto mejor
guardado de sus tres últimas cosechas.
Su recogida
se produce de noche, para aprovechar el efecto nevera de las noches
Leonesas; como quién recoge a una criatura para depositarla en la
cuna. Salvo que este mimado retoño pasará antes de reposar casi un
año entero en las barricas de Roble Francés; por unos reducidos
depósitos de acero inoxidable, donde fermentaran entre mosto y
hollejos durante casi dos semanas. Removidos (batuqueo) manualmente
para que el vino alcance ese color purpureo oscuro tan marcado en la
MENCÍA.
Lo que se
intenta con este proceso tan meticuloso y artesanal es plasmar toda
la singularidad de estas uvas centenarias. El vino duerme durante 13
meses, tan solo soliviantado por el “batonage” al que es
sometido y con el que se persigue la síntesis química de la
oxidación de las lías y de las levaduras muertas: Azúcares
redondeados, untuosidad y volumen.
El
“batonage” consiste en remover el vino con un bastón de acero
inoxidable durante la crianza en barrica, en el caso de los vinos
tintos buscando una reacción química en el proceso de
envejecimiento del vino (también se hace con algunos vinos blancos).
Visto de una
forma meramente didáctica y sin ninguna pretensión que no sea la de
adentrarnos tímidamente en la curiosidad por la elaboración de un
vino, llega la hora de la verdad.
DEMENCIA es
un vino tan auténtico como complejo, con lo cual no estaría de más
despojarnos de falsas espectativas y prejuicios para lanzarnos a
disfrutar de él de una manera totalmente sensorial y diferente.
Simplemente porque en muchos casos estamos más acostumbrados a vinos
con la madera muy marcada o con una entrada más amable. Demencia no
es de esos, el suyo es un carácter que se acerca más al
vanguardismo o a la arrogancia de un joven seductor, hambriento de
experiencias.
Aunque su
aroma es embriagador y goloso como una bofetada de frutos negros tan
maduros que parecen macerados el licor, con toques especiados y muy
balsámico. Su primer sorbo puede parecer tan potente como
desconcertante, lo increíble es que cuando pasa de adelante hacia
atrás en el paladar; su final es largo y exótico llegando incluso a
parecer puro regaliz. Con lo que tenemos un vino que acaba siendo un
tobogán de sensaciones entre lo mineral, el regaliz, el mentolado, torrefactos, frutas silvestres; todos ellos muy frescos y
definidos. Su volumen y su equilibrio acaba por ser adictivo.
Y al final
de la orgía solo queda la copa con las paredes tintadas y los posos
naturales de su proceso artesanal sin filtrado alguno. Se añora y se
apena uno, básicamente porque se te queda la cara de tonto al
esperar más en tanto de lo mucho que da en en saciones.
Esta claro
que solo queda convencerse de que: O te das a la mala vida dejándote
otro pico en otra magnífica botella, decides celebrar todas tus
onomásticas (santos, cumpleaños, aniversario de bodas etc etc), o
esperar impaciente a que alguien se acuerde de ti y te regale otra
botella.
Web del autor (detener el script): http://www.demenciawine.com/