miércoles, 6 de marzo de 2013

BEEF: LAS CATACUMBAS DE LA TIERRA PROMETIDA.





Escuchaba hace unas semanas el Telescopio: Programa radiofónico que cabalga en las ondas de la red: Inexistentes, invisibles y ocultas entre el entramado de las webs, redes, y bits por segundo que recorren este extraño invento que es internet.
En él que colabora eventualmente Fernando Alfaro (Sufin Bichos, Chucho...). Y en las atropelladas palabras de aquel en el que la dicción solo se desanuda cuando flota sobre una melodía, volví a paladear uno de aquellos nombres que te reactiva la memoria. No es ese tipo de activación que obedece a un quejido disgustado de la nostalgia. Me alegré de volver a escuchar BEEF en boca de otro, por pura necesidad interior.


Hay cosas que te empujan a ejecutar movimientos violentos, a sacudirte y a enclavijar la mandíbula  sin saber bien porqué. Quizás por una necesidad imperiosa por volver a sentir aquello que en muy pocas ocasiones me remueve ahora la música. No es un reproche tampoco, pero la banda extinta de Sant Feliu de Llobregat lo conseguían y sorprendentemente pasados los años aun me siguen produciendo esa misma reacción.
Un detalle un tanto preocupante que me ronda la cabeza en los momentos en los que percibo quizás demasiada quietud y monotonía. En una escena musical que por momentos parece haber establecido una velocidad de crucero dirigida por un piloto automático perezoso y falto relieves.
Siempre imaginé a Blas, David, Joanra, y Juanjo encaramados en los muros que delimitan los pequeñas y desordenadas viviendas de los polígonos industriales urbanos, en este pueblo de la periferia Barcelonesa. Apedreando tejados de Uralita , haciendo pequeñas fogatas en descampados, o sentados en un banco con una litrona y maquinando los designios de sus vidas.

Los entornos y los paisajes condicionan la emotividad de los cerebros aun por madurar, y los alrededores de la rivera del Llobregat dan para tener malas ideas y alguna cosa más: Gigantescas fundiciones con chatarra amontonada en inmensas pilas, químicas humeantes de fétidos perfumes, el puente del diablo, autopistas que parten como una sandía territorios decrépitos, la cordillera de Montserrat con sus protuberancias... y en el horizonte el litoral salpicado de contenedores. La revolución industrial acabó dibujando para bien y para mal un paisaje extrañamente desordenado en Barcelona, como en tantas otras ciudades de nuestro país: Vigo, Bilbao, Oviedo... Todas ellas con una desesperanza directamente proporcional en tiempos de crisis a la cantidad de industria pesada existente.
En la música de BEEF se perciben ese tipo de sensaciones , se pueden cerrar los ojos y tocar con la palma de nuestras manos una superficie fría y rugosa, polvorienta y llena de sedimentos metálicos que tiznan nuestros dedos. Sus guitarras circulares dibujan elipses repetitivas y cadenas de sonidos secuenciados que parecen abocarnos a una catarsis casi ritual.


Sus primeras grabaciones siguiendo la estela del Krautrock distorsionado de Velvet Underground, Sonic Youth, Yo la Tengo... quizás animados por unos Pavement exultantes en éxito y anarquía; nos conducían hasta otro tipo de territorios que daban carpetazo a la alegórica felicidad maquillada de un Brit Pop agotado por los propios defectos de su inmediatez. BEEF al contrario que otros congéneres surgidos en aquella misma época parecían buscar otra fuente de expresión.
Basta con escuchar pedazos de aquel “Sings and Tongues/1995-96” donde se amontonan sus primeras grabaciones en La Fábrica Magnética y en Acuarela: “Latino Man” por ejemplo , parece inspirarse en los pensamientos Dadaístas de POCH; “Mr Set” y “Ngnos Feeb” nos sugieren fantasmales mensajes satánicos con tintes industriales. La malévola adaptación de “Man of the Moon” de REM en “Malvas”, o la Velevetiana “6 Ft” que acaba descomponiéndose en un latigazo rabioso e hipnótico con tintes apocalípticos cargado de disonancias, una de la joyas ocultas de este albun perdido en el tiempo.


Mi primer encuentro con BEEF fue en la sala Bikini de Barcelona. Aparecieron como unos teloneros totalmente desconocidos, en uno de los conciertos que mayor expectativa levantaron PAVEMENT allá por 1997: Una minúscula sala a rebosar de “indies” tardíos que incluso se tuvieron que acomodar en el vestíbulo aquella noche. Se presentaba Brighteen the Corners, uno de los discos más introspectivos e interesantes de la banda de la Costa Oeste Californiana.
BEEF traían bajo el brazo su primer disco publicado en un sello más o menos de renombre nacional como Elefant, pero con unos recursos ínfimos y totalmente domésticos. Un hábitat donde se han desenvuelto como pez en el agua este cuarteto experimental. Bandas como MANTA RAY o DIABOLOGUM alcanzaron un éxito encomiable en la escena del Noise más experimental, sin embargo y pese a ser respetados y considerados como una de las bandas más inquietas de la renaciente escena alternativa nacional; BEEF siempre fueron un huésped bastante incómodo, para aquellos que buscaban algo más accesible que bailar.

FI QASR SHEIKH AL-DABANT/1996 fue aquel artefacto envuelto en un plateado diseño infantil, digno de una postal navideña pre-escolar el que emergió entre un tumulto de espectadores distraídos y bulliciosos. Supongo que de la misma forma que Michel Cloup tan solo consiguió hacer levantar la mirada de la cerveza a unos pocos de los allí convocados hace un mes. BEEF carecían por entonces de ese encanto personal y seductor para quien se atrevía a acercarse a su propuesta. No fueron ni por asomo aquella banda cómplice con la escena que algunos quisieron construir alrededor de bandas como: Los Planetas, La Buena Vida, Australian Blonde, La Habitación Roja, Automatics, The Privata Idaho y otros tantos.
Para ellos la “escena” era eso, la escena , en el sentido más literal de la palabra: Una especie de decorado que distorsiona y altera el criterio de quien crea y de quien escucha. Condiciona la creatividad, y predispone cuales son los patrones ideales para destacar sobre los demás, o para vivir en el ostracismo eternamente. Y decanta la balanza al juzgar qué y que no se espera del artista, porqué lo hace, y si está o no en un momento inspirado. Quizás todos estemos un poco involucrados en la manera tan cruel o desmedida que se ensalza, al igual que se lapida a quien crea; como si fuéramos lo suficientemente iluminados para introducirnos en la mente del que hace y deshace.
Algo por otro lado tan ambiguo y tan sujeto a debate según el punto de vista, que daría para otra entrada.
Aquel disco de nombre impronunciable confirmó aquello de “estar en el sitio, en el momento adecuado”. Pero es que BEFF por tener , tenían muy poco que ver con Pavement o el sonido que seguramente buscaban los allí presentes, ya me entendéis: Dinosaur Jr., Yo la Tengo etc etc. Melodía sobre un ingente de guitarras saturadas, pedales, acoples... pero melodías Pop al fin y al cabo.
BEEF no eran así, no. Podían llevar a equívocos al escuchar “Martinez”, con su aire Psicodélico. Pero al fin y al cabo la suya era una filosofía experimental con guitarras desde luego, pero sustentada en las bases conceptuales de la electrónica, donde se empleaban las guitarras como secuencias, y donde a partir de ahí jugaban creando ambientes y texturas en forma de Loops y progresiones. Muy cercanas a aquellos experimentos que en su día puso en práctica Martin Hannet, usando a Joy Division como Cobayas y que fueron determinantes en la forma de plasmar la desolación de los Mancunianos.
Suficiente cuando se escucha “Buxa Bargeld” pero insignificante si nos adentramos en piezas como “1001 N”, “Chasehunter”, “Mech” o “Country Jones”: Canciones que dejan como fundamentos pueriles la idea de pensar que BEEF eran unos meros alumnos de su mayores influencias.

Con la salida un año después de “ESPAÑA A LAS 8/1998” se volvieron más trágicos. Posiblemente algunos pensaron que su avance hacia un estatus de popularidad les iba hacer girar hacia la melodía amable , lo cual haría de su historia algo convencional y equivalente a las expectativas depositadas en ellos por los medios especializados. Puede que la dificultad por entender las directrices que movían a esta banda a dirigir sus pasos hacia terrenos pantanosos, sean lo que haga de su universo personal, algo magnético y misterioso.
España a las 8 contiene concentrado como un sirope de Taladrina, los ingredientes oleosos de la tristeza más absoluta. Una mirada de inquietante placidez que mantiene siempre un hilo de tensión, siempre latente en sus cortes. Quizás uno de sus discos más impenetrables por la densidad de sus melodías fantasmales, en las que siempre parecen flotar partículas que vician el aire: Las guitarras que se descomponen en “Lubrica” que parecen evocar a “Bela Lugosi is Dead” y que nos abren las puertas a estancias ruinosas, abandonadas... desaparecen los textos como el que omite cualquier apunte , dejando que las texturas hablen por si solas.
Ligher on my Balls” , “Basauri” , “King of Cha” son granos de maíz que se arrancan con las uñas de una mazorca bien reseca por el sol. O los desconchones de la abandonada pared de una vieja y ruinosa fábrica, que deja que el tiempo la vaya descomponiendo lentamente.
Se escapan los granos, se escapan los segundos, y desde el primer minuto hasta el último del disco; muestra a España a las 8 como a un moribundo que se arrastra y que transmite una imagen de total abandono: Sus notas son precisas y quirúrgicas, te atrapan; más por el placer de escuchar en sus canciones un retrato introspectivo de devastación, que por el carácter de sus melodías.


Para entonces BEEF parecían decididamente estar de espaldas a los cantos de sirena que se oían desde la otra orilla. Sin acabar de entender si la idiosincrasia autodestructiva de David Rodriguez y su carácter de solitario autista, parecían estar peleados con el sistema. O era una especie de idealista creativo que pasaba olímpicamente de los preceptos estrictamente comerciales. Elefant Records no parecía incomodarle, y a él le importaban un carajo las ventas , siempre y cuando tuviera libertad para crear.
MISERY LIES es una firme declaración de principios de aquel que está en desacuerdo con la creatividad como un sustento para alimentar su reconocimiento: “This is a Bussines of misery lies” repiten hasta la saciedad en “Misery”. Y no son pocos los que se han frustrado al topar con la incompatibilidad de la industria y la libre creatividad.
La fama es tan injusta, que cabría plantearse si es lícito para el oyente acometer la música como un bálsamo con el que hacernos un traje a la medida de nuestras exigencias. O que sea el libre albedrío del artista el quien empujado por su constante búsqueda se deje arrastrar por su inquietud; para que después entreabra la puerta y decidamos nosotros si entrar, o permanecer cómodamente estancados.
David Rodrígez define este disco como ¿situacionista? No sabemos si por pretexto o por capricho personal, pero aunque si es verdad que es un disco que se va tornando irascible conforme avanza y donde se nota en demasía las manos de Wharton Tiers, productor de algunos de los trabajos de SONIC YOUTH (Confusion in Sex, o A Thousad Leaves), basta con escuchar “My Bitch Friend” o “Poetics”.
Sigue teniendo sin embargo algunas joyas muy aprovechables como por ejemplo: “Backstreeta y los Bakalaeros Makis”, donde el Free Jazz nos da un respiro aunque tarde.

Antes de que David Rodrigez (principal impulsor de Beef) fuera consciente de la encrucijada que suponía haber colocado “España a las 8” como uno de las cúspides del Rock experimental patrio. Y la decisión de conducir la nave de BEEF hacia territorios inciertos, con la sola compañía de los más osados (Juanjo y Blas, tras el abandono de Joanra, y la entrada de Ramón Garcia al bajo).
Su incursión años antes en la electrónica minimalista y experimental de sus dos proyectos paralelos: TELEFILME y ANTI, junto a Tito Pintado de Penelope Trip que puso las voces y las letras. Debieron ser muy reveladores en cuanto al rumbo que acabó tomando LA BOHÉME/2002 dos años después. Un disco que retoma el carácter local de sus producciones y grabaciones, donde por experiencias anteriores, mejor se han aislado de posibles vicios e influencias exteriores.

Los estudios GRABACIONES DE MENTIRA (Vilanova i la Geltrú), donde también grabaron: El Niño Gusano, Alias Galore, Tea Servants, Onion, o Los Planetas con su ópera Egipcia. Consiguen que BEEF vuelvan a sonar tan frescos como sonó aquel “Eslanted and Enchanted” de Pavement. Ellos hablan de Krautrock , de Wire y de Fall, pero aquí los Californianos están más presentes que nunca por mucho que no se quiera admitir: Microcanciones de 2 min. Máximo que se van a la raíz de la melodía, malabares acertados que juegan con el Rock, el Pop, y el Punk y que acaban por ser aperitivos casi perfectos: “Fin de año” y esa mescolanza atribuible al “Here” de Pavement. “Platinum” que suena primorosamente inmediata y desgraciadamente corta para lo buena que es. O “Yo soy Cantante” patada en la boca a la difícil coexistencia entre Artista/oyente/industria donde rezan: “La arrogancia que nos hace diferentes nos convierte en iguales, y eso creo que es lo que nos distingue de los animales. Hoy todos queréis oír mi voz, todos queréis oír mi voz. Porque hoy soy yo el cantante” aquí tal vez sí podemos darle la razón en aquello del krautrock tan a lo Aviador Dro. 


Cuando cohabitan con Stereolab a la hora de jugar con progresiones adictivas, siempre desde la evocación en “Isabel”. O con los pequeños caprichos electrónicos que salpican todo el disco, “Sevilla”, “She likes Comet Gain”, o “Sizes”. Dejan a La Boheme como uno de sus trabajos más infravalorados, pese a la buena acogida por los medios especializados desgraciadamente BEEF jamás vendieron apenas discos. Y lo verdaderamente triste es que ahondar en una de las trayectorias más genuinas de nuestro país es una deuda todavía pendiente. Aún sabiendo que su obra se a de acometer con perspectiva por lo variada y experimental. Por estar plagada como está de alambres de espino, de trampas y de riesgos
 

En TELEFILME y posteriormente en ANTI como actor secundario, quizás emocionado por la idea de incluir esos elementos electrónicos posteriormente en aquel “España a las 8”, en forma de sampleados. Descubrimos una faceta , quizás inherente a la forma de diseñar el sonido de Beef. Una inversión de papeles en los que vuelve a la electrónica seminal de finales de los 70: Sintetizadores analógicos , cajas de ritmo , samplers , delays , Korgs... . Las herramientas que se utilizan son radicalmente distintas pero afines en el objetivo: Experimentación y recreación en paisajes aparentemente fríos pero emocionalmente palpitantes. En su mayoría pequeños bocetos totalmente imprescindibles para entender la relevancia de la melodía en la construcción de una canción , y que después serían puestos en práctica en La Boheme.
Podemos encontrar maravillas como “Pop-corn videodrome” incluida en su Ep de adelanto CATRASTOFE BABY/1997, que sobre un ritmo de Casiotone juguetón recrean uno de los divertimentos más simples a la vez que excitantes.
TITO PINTADO (PENELOPE TRIP)

Los dos únicos Lp's propiamente dichos son “FADE IN/FADE OUT/1995” y “POCKET HORROR SYMPHONY/1997”. Un proyecto que como el propio título define se trata de un mero ejercicio de supervivencia creativa, con el inconveniente de no existir Internet. Una metodología muy habitual actualmente pero que antaño necesitaba de una gran dosis de imaginación y tesón. Y más teniendo en cuenta que David y Tito solo se veían las caras en Gijón el día de la mezcla de las programaciones de uno y las voces del otro, al entrar a grabar.
De esa alianza nació años más tarde ANTI, un proyecto común de Tito que mantiene un parentesco intrínseco con las golosinas que manufacturó TELEFILME , de la talla de: “Electric Farm” , “Hi-fi Ghost” , “Da Haus” , “California Punch” , la maravillosa “I will follow the leader” o “Ride the Tiger” junto a “Copyright of the heart”. Canciones que se acercan mucho a discos como el debut de OMD, Soft Cell, Yazoo, o Cabaret Voltaire con un tono bastante más mínimal. Pero unidos por el Pop electrónico al fin y al cabo.




El regreso a los estudios como BEEF en 2002 , supuso una clara confirmación de que la banda de Sant Feliu de Llobregat operaba al margen de cualquier escena aparente. Una historia más o menos conocida hasta nuestros días, como si la intranet universal que nos lidera, estableciera el año 0 del inventario musical el mismo día que comenzó a existir.
El cambio de siglo dispuso de esta manera un vacío existencial hasta cierto punto inquietante. Y no son pocas las bandas que perdieron el tren de la gloria, permaneciendo en un limbo existencial del que solo saben las cuatro ovejas descarriadas que mataban su juventud bebiendo cerveza y fumando porros. Mientras contemplaban la lontananza de la playa, sonando en el coche esta y otras músicas de la misma índole. En vez de estar bailando en cualquier discoteca “indie” del momento.
Esta es una licencia jocosa que me he permitido, pero lo cierto es que BEEF pagaron el peaje de no ser una banda simpática por así decirlo. Siempre salpicaron su trayectoria con un extraño sentido del humor negro y subversivo, pero más como una forma de atacar lo establecido que como un intento de ser divertidos.


Por suerte o por desgracia lo mejor estaba por venir, y cuando tras diez años de carrera BEEF parecían haber desaparecido del mapa musical, apareció VICTORIA PRINCIPAL/2005. El disco póstumo de la banda Catalana, que descendió de los cielos como una revelación divina: Con un enorme culo de melón en primer plano, emulando a un brillante sol veraniego coronando la portada de su último disco.
Sin pararme a pensar ni un instante diría que uno de sus mejores discos. Si no el mejor, sí el más sorprendente, directo, y a la vez plagado de recovecos, el primer disco en el que deciden cantar en Castellano (más vale tarde que nunca).
Un disco que aunque parece romper con todo lo anterior, no viene a ser más que una evolución natural; tan natural como todo lo que emana de cada una de sus canciones. Algunos pensaran que es una traición a toda una carrera caracterizada por una fidelidad casi monacal a su sonido: Rocoso, industrial, esquivo, conceptual en cuanto al metraje, hasta cierto punto austero y primitivo. Una banda que adopto su idiosincrasia a golpe de martillo, forjando una relación con aquellos que se animan a seguirlos casi masoquista. Porque Beef jamás cedieron ni un milímetro a la complacencia de seducir con caramelos en forma de hits, quizás sí con caramelos envenenados pero nunca de manera predecible.


Sin embargo y aunque este último disco dé una primera impresión frívola y bonita de ese grupo arisco. Victoria Principal mantiene un estrecho vínculo con su pasado, aunque cambie los mensajes surrealistas por otros más dulces y directos, pero aún más sangrantes. En realidad más como una confesión antes de la retirada como... - Pudimos ser así, o incluso más amables si cabe. Pero BEEF somos como somos, así que aquí nos tenéis.


El contexto social y político en el que nació ese último disco de la banda parece tener un efecto determinante a la hora de atacar unas letras desde la honestidad. Y aunque David como artista siempre tuvo una visión cínica de la realidad; dejando que la música llevara la voz cantante, y sus mensajes entrecortados solo fueran arengas. Esta vez revierte los papeles y enfatiza sobre las letras con un mensaje claro, aunque juegue audazmente con la sugerencia, la poesía y lo explícito cuando encarta: “Songs that seems true” es la antesala del disco, una canción optimista que sin embargo juega irónicamente con el título y el estribillo, para definir el disco y los sucesos del año en el que Socialistas y Peperos mantenían un pulso por el poder. En “Bar Frankfurt” vuelven a ser ellos mismos con una letra que nos remite a la visión críptica que tenían Surfin Bichos o Chucho, quizás de las mejores del disco.
Y con “C'mon Rajoy” vuelven a la carga para ser lo más explícitos posibles, en una letra premonitoria que se podría extrapolar como una profecía a la actualidad de nuestros días. Además es curioso porque esta canción mantiene una consanguinidad premonitoria con otra que aparece en el último proyecto de David Rodrígez: “El más Romano del Mudo” incluida en su MARACAIBO/2011 , dos de los vistazos más lúcidos y contemporáneos de nuestra actualidad feroz.
Pero lo mejor es que sobre el disco planea de manera omnipresente la misma sensación de caos que conseguían transmitir Poch y Derribos Arias, con una acidez extraordinaria que roza el dulce esperpento: Asumiendo su papel de psicótico revanchista y descarnado con el que visten a quienes no se muerden la lengua cuando arremeten contra el sistema, la hipocresía o la demagogia. Un papel que con los años parece haber asumido David con total naturalidad y donde no se priva a la hora de lanzar dardos envenenados en “Nos plagian”, donde arremete sin pudor alguno supuestamente sobre algunas bandas coetáneas de la actualidad, si nos ceñimos a algunas perlas refiriéndose a la escena NoisePop: “Me dí cuenta que éramos el único grupo de ascensión humilde, los demás eran futuros jóvenes empresarios ultramillonarios jugando a hacer Pop, el único vínculo entre nosotros era tener un Inglés de juzgado de guardia”
En todo caso si dejamos de lado sus puñaladas más directas, podemos encontrar la verdadera belleza de este imprescindible disco póstumo, en canciones como “La transición” donde parece querer mirar atrás de manera reflexiva sin arrepentimiento ninguno: “sé canciones concepto , escucha si te atreves , y juzga si te atreves. Suerte que ya estoy a salvo... (estribillo)” donde afloran verdaderas preciosidades de agrio Pop doméstico como: “Mediterráneo”, o algunas donde sobran las palabras como “Gringoakparty” o “Fiesta”.
Hay quienes califican éste, como un disco eminentemente Pop y donde David parece querer preparar el terreno para su proyecto en solitario LA ESTRELLA DE DAVID. Sin embargo seguimos encontrando la presencia inquebrantable de BEEF, donde el resto de la banda juega un papel de cómplices tan esencial como el de su cabeza más visible. Los paisajes que se dibujan en canciones del simbolismo de “Sniffin' Eno”, “La resolución”, “Canción Wai”, y sobretodo la majestuosa “Mi camastro es fuerte”, siguen siendo los mismos talleres donde se deconstruyen géneros inventados como el Post Rock que acuñó Simon Reynolds para dilapidar el Rock clásico. Y donde ellos le dan el sentido libre que se merece, con sarcasmo, sin prejuicios, y en constante avance.


LA ESTRELLA DE DAVID continua con el camino emprendido hace 18 años. Un disco muy diferente a su primera incursión en solitario que a mi personalmente se me atascó soberanamente.
Una nueva imagen de David Rodrígez que nos lo presenta como un ermitaño mudado a una lejana montaña en el limbo existencial, desde donde parece contemplar la cacería de hienas en la que se está convirtiendo nuestra sociedad. Él sin embargo en la placidez de alguien al que parece importarle un bledo todo el ecosistema creado alrededor de la música alternativa; nos ofrece algunos de los textos más jodidamente lúcidos del Pop actual: Pequeñas minucias concebidas para tararearse , para silvarlas o escucharlas como aquel que está esperando que el mundo se vaya a la mierda.

"Escalofrío” donde invoca al líder de masas al que agarrarse cuando el mundo anda perdido simbolizado en un Michael Jackson celestial. Y “Un último esfuerzo” como una retirada donde aislarse y mirar con el rabillo del ojo a nuestro pasado. Entre estas dos joyas de canciones nos encontramos un repertorio producido con delicadeza y cariño, con letras cercanas y autobiográficas con las que sentirnos cómplices: Instrumentaciones cálidas, casi acústicas, voces que acompañan a la débil y desafinada de David dando un tono familiar a todo el disco; da cariño y puñaladas con la misma dulzura ceremonial que Jack el destripador mutilaba a sus víctimas.
Lo dicho, “El Romano más grande del Mundo” es de aquellas que uno puede oír hasta el final de los días. “Enrique VIII” la mejor manera de definir el amor como el pasajero que llevamos dentro, y surge tal que un alien, ¿y Decathlon? No creo que hallan declaraciones de amor jamás cantadas como la que nos recita David, salvo las del mejor maestro Kiko Veneno.
En la actualidad David Rodrígez continua su carrera en LA ESTRELLA DE DAVID, y LA BIEN QUERIDA ejerciendo de colaborador, músico, y productor. También ha producido Los Punsetes, se ha inventado junto Joe Crepúsculo Junco y Diamante, y ha puesto a prueba a toda la escena “indie” con numerosos escándalos. Aunque yo personalmente creo que como una especie de Andy Kaufman a la Catalana, se ríe de los prejuicios, las poses, la falsa actitud, y de la falsa moral ¿Punk? No se, pero va a su aire no le sigue el juego a absolutamente a nadie, y tampoco vende una imagen de falsa simpatía, con lo cual, para mi lo importante es la música. Eso de lo que deberíamos disfrutar sin enjuiciar a nuestros heroes de fantasía.


Si han sido capaces de llegar hasta aquí, en esta monumental travesía de datos, apuntes, y reseñas pasionales. Sepan que han demostrado un encomiable interés por una de las historias mejor escondidas de nuestra música, sí, de esa que tenemos ahí al lado y que a veces nos perdemos por la proximidad.
Si todo esto les ha despertado un mínimo interés por esta introvertida banda y no su menos polémico líder, tienen varias opciones puesto que no voy a hacer un dispendio de su extensa discografía: Las instrucciones en comentarios.... UN SALUDO!!

  1. Un sample donde me he tomado la molestia de incluir, los que para mi son los temas significativos de BEEF, TELEFILME, y LA ESTRELLA DE DAVID.
  2. Si alguien tiene un interés especial en alguno de los discos de los que yo recomendaría: Victoria Final_BEEF, Sing & Tongues_BEEF o Maracaibo_LA ESTRELLA DE DAVID puede seguir los rigurosos pasos:

Publicar un comentario con la petición sample o Lp junto a una dirección de email (que no se publicará)
Agradecimientos varios , saludos o cualquier otra cosa si que se publicarán siempre y cuando no figure email alguno 


 01- FIN DE AÑO (Beef/La Boheme)
02- EL MÁS ROMANO DEL MUNDO (La estrella de David/Maracaibo)
03- YO SOY EL CANTANTE (Beef/La Boheme)
04- PLATINUM (Beef/La Boheme)
05- 6 FT (Beef/Tongues)
06- COUNTRY JONES MUSIC PARK (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
07- C'MON RAJOY (Beef/Victoria principial)
08- ELECTRIC FARM (Telefilme/Pocket horror symphony)
09- LA RESOLUCIÓN FINAL (Beef/Victoria principial)
10- MI CAMASTRO ES FUERTE (Beef/Victoria principial)
11- BASAURI (Beef/España a las 8)
12- MISERY (Beef/Misery and lies)
13- LUBRICA (Beef/España a las 8)
14- DECATHLON (La estrella de David/Maracaibo)
15- I WILL FOLLOW THE LEADER
16- LA TRANSICIÓN (Beef/Victoria principial)
17- ISABEL (Beef/La Boheme)
18- MECH (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
19- PRISTEEN TAKE TWO
20- SONGS THAT SEEMS (Beef/Victoria principial)
21- REBELDE SIN CASPA
22- MARTINEZ (Beef/Fi qasr Sheikh-al-dabant)
23- MEDITERRÁNEO (Beef/Victoria principial)
24- ENRIQUE VIII (La estrella de David/Maracaibo)
25- ESCALOFRÍO (La estrella de David/Maracaibo)
26- COPYRIGHT OF THE HEART (Anti/Anti)

jueves, 28 de febrero de 2013

BÁRBARA FORÉS BLANCO (2012): LOCURAS REENCONTRADAS.




Bodega: Celler Bárbara Forés
Ubicación: Gandesa (Tarragona)
D.O: Terra Alta
Uvas: Garnatxa Blanca y 1'5% Viognier procedente de viñas de Gandesa.
Proceso: Maceración pelicular en frío 24h y 15 días de fermentación en depósitos de Inox.
Graduación: 14%
Precio aprox. 8 Euros




La locura como un acto explosivo. Aquel arrebato inconsciente que permanece oculto en un baúl con cien candados y que nos prohibieron nuestros mayores para solo echar mano de él en caso de extrema necesidad. Aquello que los niños y los mal llamados dementes atesoran como la llama de un candelabro; y que ilumina la oscuridad de la tristeza como una chispa, un conmutador, o un resorte que activa el impulso reflejo de nuestro deseo primario.

Cuando con el paso de los años nuestro entorno familiar, cultural e incluso social nos va moldeando, educando dicen. Reconduciendo como a un trenecito de juguete que busca su libertad muy lejos de las estrechas vías y que hay que ir colocando cuando se sale. Vamos creciendo, madurando dicen. Te instruyen, te enseñan a decir hola, buenos días, a ceder el paso a los mayores y a no decir mentiras. Por el camino y sin darnos mucha cuenta, dispersos por el aleteo de una mariposa, por una melodía contagiosa y repetitiva, o simplemente por la sorpresa ante lo que pasa por nuestros ojos inquietos y parpadeantes. Observamos a unos adultos malhumorados que reniegan, maldicen, y nos aleccionan en el firme paso de la vida.
Nos conducen al borde del precipicio. Miramos con el vértigo de quien solo sabe ver con mirada panorámica, y el solo intento de concentrar la mirada en un objetivo ya nos da vértigo. El curso de la vida fluye allí abajo como un veloz rio de montaña.

  • - Papá, es que tengo miedo...
  • - No temas hijo, que quieres ¿ser un niño grande, o un bebé toda tu vida?, - Espeta el padre.

Pasados los años vemos que al final no nos lancemos, si no que nos empujaron. Cumplimos con nuestra parte del trato a trancas y barrancas, para llegar a la desembocadura del rio y comprobar al echar mano de nuestros atriles, que de la locura de la infancia nunca más se volvió a saber.

Hay quien a día de hoy todavía la anda buscando como el chucho que perdido en un pueblo busca a su amo. Los hubo que la encontraron proyectando su aleccionamiento en una buena carrera, un buen trabajo, y una chica guapa. Otros menos duchos en teorías y prácticas, las van descubriendo en los pequeños placeres que nos brinda la vida: Los aromas, las texturas rugosas de las piedras y el tacto de la tierra escurriéndose entre nuestros dedos. Los diminutos acertijos que se nos presentan como insignificantes miniaturas y que activan los mecanismos sensuales de nuestro ser.
Gemidos, pieles de vellú, escalofríos que recorren la espalda, y una cantidad de indeterminadas sensaciones que nos levanta el espíritu hasta levitar de placer.
Carme Ferrer y Manuel Sanmartín, un antiguo farmacéutico que encontró aquello que dejó olvidado cuando se preparó para la vida, en las tierras de bisabuela BÁRBARA FORÉS, lo consiguen.
Establecidos en Gandesa, topónimo de aquello vinos que nuestros abuelos compraban a granel en las viejas bodegas, y escenario de sangrientas batallas.
Este matrimonio elabora vinos, alejados del tumulto turístico que más abajo, en la línea costera se extiende por los municipios de L'Ametlla, Cambrills... Con las Serres de Pàndols Caballs ejerciendo de murallas de defensa y donde solo los aventurados del terruño se atreven a internarse, se desarrolla ajena al bullicio Terra Alta; una pequeña denominación de origen que cada año nos descubre más y mejores secretos, partiendo de la Garnatxa Blanca como una de sus uvas más significativas.




Las estaciones del año, las circunstancias en el disfrute con una buena compañía y una amena conversación. El gusto personal como no, o las comidas como el eje en la toma de un vino, suelen generalmente condicionar nuestra elección, donde mayormente ganan los tintos en épocas invernales y los blancos cuando las calores aprietan. Sin embargo suelen quedar siempre pequeños espacios donde la sorpresa y la posterior euforia muestran aquello de que hablábamos antes: Los estados de demencia como aquel vendaval que nos azota y espolea, arribando lo más cerca posible a la felicidad absoluta.
BÁRBARA FORÉS elabora un blanco joven y básico en lo honesto de su etiqueta, no tanto en lo que se esconde tras esa sencilla presentación. Uno de aquellos vinos que disimulan con humilde sencillez una personalidad franca pero complicada, teniendo en cuenta que hablamos de un vino blanco del año del que buscamos generalmente un ataque directo y sin pretensiones. Pero ese blanco de Bárbara Forés evita con mucha elegancia toda posible apariencia sujeta a creencias y leyendas urbanas, de aquellos que creen que tras una botella de vino blanco se difumina cualquier complejidad tras su pálido color.


BÁRBARA FORÉS es diferente, tanto como que hilando muy fino y dejándome llevar totalmente por mi impulso demente, podría afirmar sin temor a equivocarme que estoy ante uno de los mejores blancos que he probado. La odiosa palabra “mejor” que suscita acaloradas discusiones y que jamás acierta en el consenso general; pero que plasma con instintiva pasión la escala de felicidad, que una mente infantil tiende a proclamar llevada por la alegría.
Bárbara Forés en su versión blanca puede no ser el mejor, pero sí es un vino que en su particularidad innata seguramente serán pocos los que superen su conjunto de sensaciones: Se destapa como un joven que condensa todo el perfume floral, en su palidez de amarillo pajizo engaña su tímida compostura, y bregando con él en dos ocasiones, acaba por destaparse como un potente blanco que combina con maestría la caricia y el pellizco. Un vino blanco ideal para aquellos amantes de las sensaciones que se escapan de lo predecible, y que de paso son gustosos de descubrir las aristas de la siempre complicada Garnatxa Blanca.





Este matrimonio de viticultores han conseguido seguramente sin pretenderlo, una Garnatxa única en su especie. Sin acabar de acertar si es Viogner procedente de las uvas de Gandesa las que le dan esa impronta a Sauvignon Blanc, o es la climatología particular de esta zona a merced del Levante mediterráneo o del Cierzo gélido del interior, las que dotan de complejidad a este fantástico blanco económico.



 Su aroma es de un intenso pleno que inunda de fragancia tropical todo nuestro epitelio: Maracuyá, Mango, hierva fresca y Musgo, Piña. Vuelven a surgir las flores blancas de los limoneros, con un ligero toque de Magnolia que lo da su untuosidad.
En boca es lo más parecido a deslizarse por un tobogán de numerosas curvas y cambios de dirección. Se mastica su paso agradable, denso, untuoso y graso. Su entrada es delicadamente dulce para acabar de desembocar en un amargor todavía más agradable que su primera entrada, y el final es largo, muy largo y persistente. Por la cabeza pueden rondar muchas cosas cuando el paladar intenta descifrar el amalgama de sensaciones que nos da su nariz y su boca en perfecta combinación: Hinojos, Frutos secos, piel de Naranja, campos de secano... pero al final todo queda en una complejidad tan interesante, como a todo aquello a lo que nos recuerda.

Las Garnatxas Blancas de 50 años de media, junto a la dedicación de esta pareja que usa su vieja casa del siglo IXX como laboratorio de alquimia. Nos colocan en la determinante tesitura de acoger con emoción todo lo que en un futuro nos deparará Terra Alta y el Celler Bárbara Forés, como un referente en la difícil encrucijada del terruño y de la búsqueda de caldos “distintos”.
Sin lugar a dudas esta bodega nos brinda la posibilidad a acceder a vinos con una relación calidad/precio tentadora. Con lo cual sería del todo acertado, plantearnos de manera impulsiva y alocada unas pequeñas vacaciones, y establecer el campamento base en las medianías del Parc Natural Els Ports y del Parc de la Serra de Monsant. Para disfrutar de sus otros vinos, de alguna otra bodega como la del Celler La Bollidora y su no menos magnífico NAEVUS, que ando disfrutando estos días de frío. Y de Montsant evidentemente, que está a tiro de piedra.

BUENOS DÍA/VINOS!!


NUESTRO LOCO MARIDAJE MUSICAL:

 

lunes, 25 de febrero de 2013

18é. MINIFESTIVAL DE MÚSICA INDEPENDENT DE BARCELONA 23/02/2013 Centre las Bassas The Primitives/Amor de Días/Les Atxes/Pleasant Dreams/Coffe&Wine/The Trees/Xiu Xiu Plástic.




Rejuvenecedores conciertos los que pudimos ver la tarde/noche del Sábado en el centro cívico de las Basses. Un rincón apartado del tumulto de la noche Barcelonesa, y encaramado entre las calles de barriada donde todo parece indicar que uno ha equivocado la dirección y se ha perdido.
No, en efecto el centro cívico de las Bassas tanto igual que la Báscula del Paseo de la Zona Franca, se han acabado por convertir con los años en una suerte de improvisadas salas. Donde la programación de pequeños festivales, actividades, y ocurrencias se han erigido como el mejor antídoto contra la penuria económica que corroe la raíz del motor artístico de la ciudad; y donde como es evidente, la imaginación cuenta como un arma clave a la hora de agitar la escena usando los recursos mínimos.
Por el MMIB han pasado una infinidad de propuestas desde su nacimiento como plataforma alternativa, hace ya de esto 17 años, si obviamos alguna cancelació por falta de presupuesto: Dakota Suite, Luke Haines, Cranes, Damien Jurado, Clen Snide, Bettie Serveert, The Trash Can Sinatras, The Clientele, The Secret Society, Sing Sing, Alias Galor, Polak, Tender Trap, Frank and Walters y un largo etcétera. Todo un lujo que ayer volvió a recuperar de nuestra memoria a una de las bandas Pop más significativas del Twee-Pop ochentero, The Primitives, junto a otras prometedoras propuestas.


Si bien es cierto que The Primitives no llegaron a ser una banda determinante en el reflujo del Pop sesentero en los 80, además de tener una trayectoria un tanto irregular e inconstante. Está claro que quien tuvo retuvo, y viendo con ojos de plato de la forma que regresaban el pasado año, tras once sin saber nada de ellos y (con disco homenaje a sus mayores influencias). Solo nos queda tras haber certificado su puesta en escena, en una noche gélida donde la luna llena pareció ejercer un influjo licántropo sobre Tracy Catell. Como digo, solo nos queda afirmar, que THE PRIMITIVES siguen conservando intactas sus mejores virtudes:
Saben reivindicar la vigencia de ese tipo de Pop que tanto bebe de los años 60, y que flirtea con el Punk mirando de reojo al Rock&roll. Son capaces de devolverte la fe en porciones de la música que se creían arrinconadas en reservas para viejos nostálgicos. Y además hacen desaparecer de paso todos aquellos temores que te angustiaban por la noche, y que te hacían dudar de tu capacidad de adaptación a los tiempos que corren.
Surgieron incluso extensos debates entre banda y banda cuando apurábamos unos pitillos en el frío de la noche: Sobre la manera que se han denostado algunos momentos claves de la música, en beneficio de la actual corriente musical; llegando a pensar que el sonido de Nico, Marine Girls, o Sarah Records fue inexistente. 
Y desapareció cualquier mínima sospecha sobre la creencia de que The Primitives eran tan solo una versión ñoña de Ramones o de Blondie, sin dejar que nos acontezcan los malos recuerdos de Transmision Vamp, o de Los Romeos.



El Sábado fue enormemente gratificante comprobar lo vigentes que resultan aquellas canciones de su homónimo LOVELY, sobre el que recayó la parte más incendiaria del concierto: “Stop Killing me”, “Crash”, “Thru the flowers”, o “Way behind me”. Por lo menos para un servidor que sinceramente procesa verdadera admiración a ese primer disco del cuarteto de Coventry, y que ha sido incapaz de equiparar el resto de sus trabajos con aquel destello de frescura en plena desaparición de The Smiths.
Pero para mi sorpresa, y sin acabar de despejar la incógnita de saber si uno se abraza a este tipo de conciertos como el niño que ha perdido a su madre; o es verdad que en la actualidad son pocos los que transmiten ese espíritu de ingenuidad y frescura, en los cuatro acordes sobre los que se apoya una buena melodía Pop.
Es envidiable y admirable ver como unos veteranos se hacen dueños del escenario y vuelven cotizar al alza piezas menores como “Way behind me”, o “Sick of it all”, aun con la falta de alguna de sus mejores piezas de aquel PURE/1989, “Secrets”. Incluso ver que los nuevos temas como los de su regreso “Panic”, “Turn off the Moon”, o el de su último single, “Lose the Reason”, ganan muchos enteros en directo, y encajan como un zapato en su horma en el tono más guitarrero que blanden en directo.
Y donde mucho del mérito recae sobre el bestia de Tig Willians, que marca en todo momento el ritmo con su batería. O en una preciosa Tracy Tracy, que parece no haber perdido jamás esa chispa de niña traviesa sobre el escenario.



Antes de la irrupción sobre el escenario sobre las media noche de los esperados PRIMITIVES, y con una sala desbordante de candor Pop; sobretodo si la comparamos con aquel simulacro de Girona del pasado año. Pudimos desde las 8 ver el goteo de los más madrugadores: Unos THE TREES a los que por desgracia me perdí, y si a los madrileños COFFE&WINE, quien sobre las nueve subieron al escenario tan solo acompañados por una guitarra y glockespiel (parecido a un xilófono). Motivo por lo que se excusaron en alguna ocasión, y que lamentáblemente es una lacra que sacude a cualquier banda que quiere tocar y que no dispone de recursos para montar guiras (teniendo en cuenta los gastos de logística que conlleva llevar músicos extra) 
Sin embargo las canciones sonaron exquisitas en la cálida voz de Ester, quien pese a la falta de un soporte rítmico y eléctrico en canciones como “Small Backstage”, mantuvieron al público atento y ensimismado con un sonido, el suyo, que se defiende con mucha fidelidad al disco, tan solo con una guitarra y su voz.




Les siguieron los Castellonenses PLEASANT DREAMS. Unos viejos conocidos que ya tiene a sus espaldas algún que otro disco y que pese contar con los tres músicos sobre el escenario, echaron en falta la preciosa instrumentación de su último disco, dejando al descubierto la poco afinada voz de Juanjo Clausell.
En parte también porque “Hacia los Bosques del Sur/2012”, su trabajo más reciente. Cuenta con una producción tan cuidada y un sonido tan bien definido en la mezcla y la masterización, que corre el riesgo de ser una tarea imposible, transmitir ese tono Folk Mediterráneo con tan solo tres músicos sobre el escenario. Ganaron sin embargo cuando subió la intensidad hacia el final del recital.






Uno de los momentos más esperados por éste que escribe, y el principal motivo por el que me animé finalmente ha acercarme hasta Las Bassas. Fue el regreso de a los estudios de Alastair McLean (cabeza visible de THE CLIENTELE), del que había perdido cualquier tipo de pista desde que los viera en Apolo coincidiendo con su debut, y su siguiente disco “The Violet Hour”.
Su regreso además animado por un disco de AMOR DE DÍAS junto a Lupe Núñez-Fernandez de PIPAS, que me ha vuelto a rememorar algunos de mis mejores años y que aproveché para comprarme por tan solo 5 euros.
Evidentemente a The Clientele y no solo a la banda de Londres, si no ha ese sonido añejo que inundaba la voz de Alastair, las notas cristalinas y a esa maravillosa forma de puntear un buen acorde Pop que tanto me recuerdan a Vini Reilly o a Maurice Deenbank. También a una época en la que muchos de los viejos amigos que nos reencontramos el Sábado nos movíamos por ese tipo de sonidos y evocadoras bandas: The Smiths, Everithing but the Girl, Wedding Present, Another Sunny Day, The Sundays, o los mismos Felt.
Hubo que acercarse hasta un palmo del escenario para abstraerse del murmullo del público, que esperaba con impaciencia la fogosidad de Primitives. Pero fue suficiente para tener un primer contacto con la pareja que llevaba al directo por primera vez su repertorio. Faltó una banda detrás, y se acusó un cierto nerviosismo en Lupe. 
Pero fue suficiente para atestiguar el virtuosismo de Alastair a la hora de tejer un cancionero que sigue evocando a los Beatles de “Dear Prudence”, a los arpegios vocales de Beach Boys, y a esos sonidos que viajan de la Bossanova al Pop-folk más sesentero,

Un sonido que parece formar parte de la genética del Británico y que invoca en cada una de sus notas. Transportándonos a un pasado desconocido pero que captura al vuelo la esencia del Pop mayúsculo: “Voice in the Rose”, “Jean's Waving”, “Same Old Night”, o “Day” vienen a formar parte de manera perpetua de algo que me atrapó hace muchos años, y del que nunca podré desprenderme. Quizás en esas historias de adolescente donde la música viaja al mismo ritmo que las vivencias que nos marcan de por vida.
La noche se escurrió por entre los dedos como eso, como un reencuentro de niños hechos grandes de los que ya quedan pocos signos de rebeldía e inconformismo. Mientras sonaban las estridencias de XIU XIU PLÁSTIC y ATXES, encargados de hacer bailar a los más convulsos de los consumidores de Sábados. 
 Los "Poppis" como era de preveer nos batimos en retirada, a nuestros reductos, o nuestras atalayas donde contemplar la vorágine. Un hasta luego o quizás un hasta, dios sabe cuando...