22.
MAZZY STAR / Season of your Way
En la última
Playlist que se publicó por aquí, creo que quedó lo
suficientemente claro el porqué de mi reverencia ante el magno
regreso de esta pareja de Santa Mónica. Pero por si acaso no ha
quedado claro lo vuelvo a recordar:
Es evidente
que me alegro por su regreso tras 16 años de silencio, pero
sobretodo me congratulo por las formas. Por no ser un disco
continuista y repetitivo, y sobretodo por anteponer el sigilo, la
calma y la artesanía, en unos momentos donde todo se magnifica y se
sobre dimensiona.
Su disco es
un canto a la evolución natural de sus inicios Velvetianos, en un
terreno donde la palabra Folk mengua y se empequeñece, ante la
grandeza de la sencillez como principal arma a la hora de reivindicar
el silencio, y arte de saber detener el tiempo.
21.
THE HUNT / The Hunt Begins
Hay
historias tan breves como el de la flor del Hibisco. Historias de
bandas que florecen y se marchitan al caer la noche. La de The Hunt
es una historia semejante: Nacieron en 2007 de las manos de Jasper
McGandy y Christian Kount en la ciudad de Nueva York, grabaron su
único disco en 2009, y desaparecieron de la misma forma que
nacieron; en silencio y sin armar jaleo.
Cuatro años
después se le ha ocurrido la genial idea al sello Sacred Bones de
editar aquel trabajo. Un disco que es como un certero aguijonazo para
aquellos que tanto añoramos las sensaciones que nos producían
aquellos virginales sonidos de The Sound, Southern Death Cult, o New
Model Army. Bandas que sintetizaron la esencia del Punk y el lirismo
del Rock oscuro de inicio de los 80.
Es más, si
no fuera por el detalle de su intrascendente historia. Cualquiera
diría que al escuchar su disco hemos sido secuestrados por el
traicionero efecto de nuestra nostalgia. Con el importante detalle
del mérito que tiene estar en deuda con el pasado, y sin embargo ser
capaces de sonar tan auténticos y personales como lo son las nueve
grandes canciones que incluyen aquel tesoro del 2009 ahora publicado.
20.
POPSTRANGERS / Antipodes
Hay
estudiosos que aseguran que en las antípodas, además de crearse
seres únicos e inimitables, sus nativos heredaron una filosofía
aborigen que los hace inclasificables. En sus genes puede que existan
un ligero parentesco bastardo de algún asesino Ingles o de un casaca
roja.
Pero lo
magnífico de la evolución es aquello que ninguno sabemos explicar,
por eso Popstranger pueden parecer... pero ni de lejos se ajustan a
las leyes mediáticas del Reino Unido. Por un instante pueden parecer
una de tantas bandas de guitarras saturadas, de atmósferas densas
influenciadas por el Postpunk; ellos al contrario son de los que
prefieren perderse en una nebulosa de callejones, atajos, y
parafraseos psicodélicos subterráneos.
Sus
canciones cortan, hieren, y sacuden puñetazos que duelen y huelen al
cenagal que dio de mamar a la Velvet Underground. Sus cambios de
rumbo súbito en el contexto de la canción son como una pequeña
descarga que tonifica el alma. Y su disco un artefacto que crece con
cada escucha.
- LOWER PLENTY / Hard Rubish
Si hay algo
que siempre me ha encantado de la música. Es la virtud de algunos
para emocionar, utilizando los mínimos recursos e incluso
aprovechándose del desorden y el caos para crear belleza. A un lado
está la técnica refinada, las voces prodigiosas, o la épica que
nos insuflan algunos artistas. Y en el otro, aquellos alumnos
aventajados de la Velvet Underground; quienes nos enseñaron a
dibujar paisajes con los desechos del vertedero.
En este
sentido los Australianos Lower Plenty son de los que bajan el
escalafón del Lo-fi a cotas mínimas. Sus canciones pueden parecer
desechos de Folk a medio hacer, baladas destartaladas, o incluso si
me apuran espejismos de Punk desnutrido y medio anémico. Sus notas
se rompen y desmallan, pero sin embargo emocionan y atrapan de una
forma un tanto extraña. ¿Quien sabe si en los acordes está el
secreto mejor guardado de las melodías? Lo demás a veces importa
poco o nada.
- CASS MCCOMBS / Big Wheel & Others
Que puedo
escribir a estas alturas del único disco reseñado este año en el
blog. En realidad solo debería invitaros a leer aquella entrada de
hace un mes
http://bboyz1970-cafecopaypuro.blogspot.com.es/2013/11/cass-mccombsbig-wheel-others2013.html
, pero me niego no escribir ni tan cuatro líneas por perezoso:
Un disco de
22 paradas que se puede interpretar como una excitante Road Movie,
donde se funden en fronteras invisibles el Rock oscuro, el Folk,
relatos, psicodelia, y otras muchas cosas que aparecen en cada uno de
los lugares que nos enseña este inquieto autor de Concord
(California). Un trabajo ambicioso y libertario para escuchar por
etapas y disfrutar en toda su amplitud; un auténtico reto para
nuestras inquietas orejas.
- FOXYGEN / We are the 21st Century Ambassadors of Peace and Magic
Como
muchos de los discos que aparecen en los días previos o posteriores
a los cambios de año, éste podría haber sido un perfecto condenado
al olvido. Por suerte para todos el tercer disco de esta banda
Californiana se hace querer conforme se escucha y se va cayendo en
esa espiral de felicidad y optimismo que transmite. Además tienen en
su forma de caminar las canciones, esa misma cadencia de
despreocupación y sencillez que le sabían imprimir Pavement en
aquellos “Crooked Rain Crooked Rain”
y “Brighten the Corners”.
Si a todo
eso se le une ese puñado de buenas canciones que nos pellizcan en el
subconsciente, y que nos rememoran al mejor Rock Psicodélico de
finales de los 70; ya sea de la costa este, o de la oeste. Tenemos un
disco ganador, que bien podría representar la piñata deseada por
niños y niñas en mi perfecto colchón de este año, “San
Francisco”.
- AL BERKOWITZ / A Long Hereafter, Nothing Beyond
En este
mundo nos de dios existen lastimosamente dos universos paralelos. Dos
universos que funcionan al unísono, pero que difícilmente se
encuentran: El de la fama relativa y pasajera, y el de los subsuelos;
donde se trabaja de sombra en sombra, y sin el cual los de allí
arriba no sabrían donde asirse. Allí abajo entre mucha más gente,
coexiste la banda Madrileña Al Brekowitz. Tan felices y
despreocupados llevan siete años construyendo lo que se diría, son
los barrios de las profundidades: Otros submundos dentro del
submundo, donde se han de tener las orejas, y el espíritu bien
abierto y receptivo.
Su segundo
disco de estudio cuenta con el crisol visual y sonoro más amplio
posible. Y dentro de esa legión de pequeñas muñecas rusas que son
las canciones, un inabastable universo donde los géneros musicales
hacen a la vez de banda sonora y de lienzo donde visualizarlas:
Paisajes de celuloide, rock crepuscular, folk majestuoso, oscuros en
ocasiones, y tremendamente mágicos en otras. Un disco que bien
podría ser el mejor de los programas dietéticos y gimnásticos para
una vida sana y equilibrada, si de música y sensaciones se habla.
- ELEONOR FRIEDBERGER / Personal Record
En las
últimas obras de casa, como suele pasar, han aparecido objetos
perdidos por doquier. Entre ellos un disco de Fiery Furnaces
que me regaló un distribuidor para reseñar y nunca llegué a
escuchar; diez ostias con la mano plana para un servidor. Por suerte
el tiempo y los años sirven entre otras muchas cosas para rectificar
y enmendar aquello que jodimos sin necesidad en el pasado, y en ello
me encuentro redimiéndome.
Bueno va,
para que me voy a andar buscando coartadas. En realidad fue ver a
Eleonor cantar con esa naturalidad perenne su colección de caramelos
tan arrebatadoramente Pop. Y caer rendido al encanto de éste, el
segundo trabajo de la otra mitad de Fiery.
Tal y como
describe el título de su Lp, las canciones que lo forman son por así
decirlo: El mejor estandarte con el que defender e ilustrar la
funcionalidad y la efectividad, a la hora de hacer buenas canciones.
Algo así como una sabia lección a todos aquellos que se complican y
se pierden por el camino, a la hora de intentar ser fantásticamente
originales. Eleonor ha sabido condensar en este disco, la esencia más
universal del Pop-Rock; que no es otra que la de concentrarse en la
melodía, la franqueza de sus letras, y una ejecución directa.
- TERRITOIRE / Mandorle
Hubo un
tiempo en el que la electrónica atestaba pistas, festivales, y no
había hijo de dios que hubiese crecido sin mamar Kraftwerk y Cam.
Con los años como podéis ver todo ha cambiado una barbaridad, y si
antes la vanguardia y la experimentación eran capaces de mover
masas; es ahora cuando se han tenido que invertir los papeles para
arrastrar al público: La electrónica ha adoptado los patrones del
Rock para subsistir, y el Pop se ha ayudado de la estructura musical
electrónica para inundar los Charts, de hits.
Territoire
no hace ni una cosa ni otra. Pero pese a usar toda una
instrumentación de los más tradicional, el halo que desprende no
puede disimular que bebe irremediablemente de las estructuras
musicales de la electrónica.
Mandorle,
un disco donde junto a su idealista, el Francés Olivier Arson,
colaboran toda una tropa de lo más granado de la escena nacional
(McEnroe, Abel Hernandez de Migala, Miren Iza de Tulsa, o Javier
Montserrat de Litoral o El Hijo entre otros). Y que emana toda una
bruma misteriosa que se alimenta del crepitar cotidiano, del silencio
incómodo, y de un Ambient con aires de PostRock. Para acabar
hipnotizando y sedando el alma de tal manera, que nos eleva y nos
transporta a un estado extraño; donde bien podríamos ser víctimas
de alguna especie de veneno del Amazonas.