lunes, 17 de agosto de 2020

OTHER LIVES... SON POSIBLES_ FROM THEIR LOVE_2020



Dos mil veinte; este año raro e incómodo que está poniendo a prueba nuestra sensibilidad y aplomo. Me ha otorgado la tregua y segunda oportunidad suficiente. Para digerir y degustar la vuelta de Jesse Tabish tras varias intermitencias, y el abandono propio de quien se olvida del camino a casa.
Un disco de un empeño sonoro y delicadeza tan extasiante. Que merece mínimo, tres escuchas y un examen oral para que el mantra cure. 
Medicina natural y honestidad a borbotones.



Hace nueve años, descubrí a esta banda de Stillwater (Oklahoma). Y me quedé encantado con esa especie aura que me ubicaba en un recuerdo más o menos lejano e incierto, pero totalmente placentero del Tamer Animals (TBD Records):
Las primeras referencias de Dead Can Dance, Days of the New, Lorena McKennitt, Sigur Ros, Shearwater, Tommigun o sobretodo Lorien; de quien algún día os hablaré. Y un sinfín de sonoridades que, lejos de relacionarlas con un estilo concreto o un parecido relativo. Yo, personalmente asoció por emociones, o por texturas que me sugieren: Naturaleza, paisajes y si se quiere, una pizca de espiritualidad.
Un disco – resumiendo – Soberbio de principio a fin, y que además. No me me decepcionó lo más mínimo en su puesta en escena sobre el escenario del mismo Primavera Sound:
Sonido envolvente, rico, meticuloso y delicadamente enriquecido con esos mismo arreglos que se ensalzan en su disco. Y que solo buscaba la intimidad y el recogimiento, cuando quieres ligar el folk, con algo que se puede emparentar perfectamente con la épica y misticismo acogedor de la música tradicional anglosajona y centroeuropea. 
 


Su trabajo por aquel entonces, me impactó y tanto necesité junto al también curativo NEW INHERITORS de WINTERSLEEP. Que de ambas bandas, necesité tiempo, sugestión y desconexión. Para volver a asimilar y retomar con la suficiente higiene y disfrutar de nuevo de su música.

Dos mil veinte; este año raro e incómodo que está poniendo a prueba nuestra sensibilidad y aplomo. Me ha otorgado la tregua y segunda oportunidad suficiente. Para digerir y degustar la vuelta de Jesse Tabish tras varias intermitencias, y el abandono propio de quien se olvida del camino a casa.
Un disco de un empeño sonoro y delicadeza tan extasiante. Que merece mínimo, tres escuchas y un examen oral para que el mantra cure. Medicina natural y honestidad.

A veces pienso que soy yo; y quizás no me equivoque. Aunque le echemos la culpa a la calidad de los discos, nuestra falta de concentración, o al equilibrio que todo melómano de buena boca busca, en la variedad.
El caso es que, pese haberlo escuchado el día de su publicación. Y advertir su calidad, y no ser capaz de asumirla como quien está con la mente dispersa como un mal cronificado en pleno confinamiento.
A las puertas del fallido intento de convertir tus 50 años (27 de Abril hora zulú), en el evento apoteósico necesario para remontar. Jesse Tabish intentando salvarte a grito pelao, y tú. Ahí bailando, grabándote y diluyéndote en alcohol vínico, como un jalipollas.
He necesitado (ahí es na), casi cuatro meses y un trayecto en coche. Para reconocer al instante, el esfuerzo que ha dedicado la banda para retomar su sonido y discurso lírico. En un disco que, cuanto menos, rebosa coherencia, estructura y claro – lo más importante – diez magníficas canciones.

Pese a que su arranque titubeante en “Sound of Violence”, recuerde en sus primeros acordes a más de lo mismo. Hay un halo flotante fruto de sus estupendas orquestaciones, que lo convierte en una especie de testimonio de crooner marchito. Muy a lo Neil Hammon, Cherry Ghost o Get Well Soon.
Pero en realidad y pese a la dureza de sus letras a la hora de asumir las miserias personales o el estado mismo del mundo actual.
Canciones como “Lost Day” o “Cops”, alzan el vuelo y acaban devolviéndonos la mágica esperanza de su música. Como si su reclusión en la cabaña que preside su portada, fuera toda una declaración de intenciones para soltar lastre e ilustrarlo en una colección de canciones que se escapan de la desmesura un tanto barroca de su anterior obra.
All Eyes/For Their Love” roza la utopía escénica; pues parece salida de una filosofía sinfónica parecida a la de John Cale en Paris 1979; un disco imprescindible, dicho sea de paso. E imposible, quizás, de llevar a cabo en una hipotética gira.
Con sus seis minutos necesarios, donde se despliega un verdadero paraíso orquestal, juegos jazzísticos, y unos envolventes coros que llevan en volandas un canto al amor demoledor.
La sentida “Dead Lenguage”: mínima, desnuda y precisa en sus textos. Como uno de los valores de peso para otorgar el verdadero aprecio a este gran regreso. Y que aunque muchos hayan elogiado con la boca pequeña, debería ser sin duda uno de los discos de este deslucido 2020, salvador en este caso.


La solemne y oscura Nites Out”, que afila el tremendismo amoroso hasta límites góticos. Hace de Jessi Tabish y su banda, unos de los pocos valientes fieles a su sonido y titánicos defensores de un/su universo personalísimo.
Si Ennio Morricone en un repentino estertor alzara la cabeza. Igual podría esbozar una sonrisa de placer al escuchar “We Wait” y seguir durmiendo tan tranquilo: Un tributo encantador a la forma de entender la música, las orquestaciones y su indistinto uso sea la disciplina que sea.
Tarda en llegar, pero es en el corte 8 donde “Hey Hey!!” aparece como el hit definitivo: Coros sublimes, soulazo de altos vuelos, ganas de bailar; pues FROM THEIR LOVE también se baila arrapado, suelto o desnudo por el monte. De la mano de la tribal “Who’s Gonna Love Us”, con ese talento especial que Jesse Tabish, su esposa Kim, Jonathon Mooney, Josh Onsttot, y Danny Reisch saben desplegar en la soledad de su nueva casa en Cooper Mountain, muy lejos de Portland. FROM THEIR LOVE se erige lejos de ser ese disco pomposo que le atribuye a las orquestaciones y sensibilidad reflexiva de sus textos, como una obra honesta, sincera y poética.
Basta con escudriñar la moraleja y mensaje que se extrae de “Sideways”; que cierra el disco. Con un lema tan útil y necesario en estos tiempos tan deshumanizados y egoístas, como determinante en el objetivo y destino que esta banda ha emprendido aquí.

sábado, 8 de agosto de 2020

SERIES SERIAS: UNDONE, BENDITA LOCURA.

 

Que bien, pasar el tedio hacia mi liberador permiso vacacional entre semejante disfrute visual, plástico y lírico, amig@s!!
Mirar p’allá, pal fondo. Admirando el ocaso de fritura térmica amordazados todo el día como andamos. Y esperar la noche de virtual inversión térmica para merendarte entre pecho espalda, esta estimulante serie de animación. Con más chicha que un potaje, y refrescante como un baso de gazpacho.

Es casi lo mismo que cuando con 14 o 15 años me subía al terrado cada noche de verano, allí, en el pueblo. Y devoraba capítulos del Totem, libros de bolsillo de Marvel, Cimocs, o el 1984 a la fresca; cualquier cómic que caía en mis manos era bueno.
O los Víboras completos que guardaba mi cuñado en una bolsa de basura, correlativos. Y que junto con sus discos, eran la trampilla para asomar las narices a otros mundos, los míos.
Lo que pasara de puertas para fuera, o un metro a mi alrededor. Sinceramente, me importaba un carajo.

Pues el lenguaje visual e intuitivo que usan Raphael Bob-Waksberg (BoJack Horseman), Kate Purdy y Hisko Hulsing; sin olvidarnos de todo el equipo de animadores y algún guionista más que se suma a este precioso proyecto polimulticultural. Y la forma que el receptor lo recibe y traduce en estímulos: placer, inspiradoras reflexiones, y esas cosas que te cosquillean el cuerpo y te recuerdan a aquello que impulsaba tu juventud como un carburante.
Es sin duda muy parecido al de las historias gráficas, y a como percibiamos los lectores de cómics sobre el papel, sin posibilidad alguna que se igualase en la pantalla.
Salvando contadas excepciones como esta, claro. Que suerte!!


Es una apreciación personal, claro está. Pero ocurre a veces, que uno está cansado de ver las historias contadas sieeeeeempre con los mismos códigos y clichés. Esperando desenlaces y resultados con el manual en el regazo y consultándolo de reojo (para no perdernos).
Aquí, ALMA (la protagonista): Con un carácter ya de por si quebrantador o rebelde, en el seno de una familia huérfana de origen latino de San Diego, y fuertes convicciones religiosas. Se encarga de poner un poco patas arriba la forma de contarnos su vida, como la percibe, y hacia donde va la arrastra.
Pues es el ama (o alma) y dueña en todo momento, de como va a suceder todo desde el primer capítulo, hasta el octavo que es el último. De apenas media horita y sin excusas esclavas que valgan: - Que si las manijas del reloj me echan una carrera. - Que el niño sale de clase, o esa vigilia hipnótica del sueño que te canta…
- Mírame fijamente!! y dueeeeeerme.

De narrativa contorsionista pero deliciosamente digerible mientras juega entre el drama, la comedia o lo fantástico. La técnica visual rotoscópica y su hipnótica belleza visual, acaba por hechizarte prácticamente a los dos capítulos.
Pero sobretodo, su encanto para mi gusto, más llamativo. Es su curiosa manera de jugar con lo fantástico a veces, otra con lo extraordinariamente terrenal, los dilemas morales y los traumas que acaso pudieran condenar nuestra vida. E incluso someterte a un examen intrigante donde siempre pende la duda: Se balancea. Te ríes, te extrañas y desconciertas… Pero te encuentras tremendamente a gusto en su angustiosa psicodelia.
Y mientras tanto, siempre te quedas con ese esbozo de sonrisa. Que es un síntoma indiscutible de que estás disfrutando. No?

Ante ese veredicto (el mío propio y personal) el de la sonrisa digo. Voy a obviar muchos más datos de qué ocurre en la serie, el porqué deberías verla. O a chafártela con el tenedor y echarle un chorreón de aceite explicándote lo que vas a ver.
Faltaría más!!
Solo voy a ponerte una canción, y un vinito porque… Ya sabes.
Yo, no hay placer que no asocie a una canción; aunque no haya manera de ver, y escuchar una canción a la vez. Estamos?
Pero tras verla, poner un disco para musicarla. Y beberte una copita mientras la ves?
Si no le ves a eso la utilidad. Apaga y vámonos!!
Que disfruten y salud!! Mucha salud






El Mentider 100% Trepat de D.O Conca Barberà:
Un vino ligerito y de poca extracción, tremendamente frutal, que se puede beber ligeramente fresco, y que acompaña a cualquier comida o aperitivo de manera jugetona y adictiva.
Un gusto para no dejar de beber tinto en tiempos de calor, y además muscular las papilas gustativas con complejidad, sapidez y sin la necesidad de comer si así se da el caso. Recordando un poco al Pinot Noir o a la Bobal, en sensaciones refrescantes. 14/15 Euretes

lunes, 29 de junio de 2020

HELICON_THIS CAN ONLY LEAD TO CHAOS_2020: ESCOCIA NUNCA FALLA


No se si he contado por aquí en alguna otra ocasión o texto (teniendo en cuenta lo que puede que me repita sin ser consciente); como los abuelistas. Lo miedica que era de chaval (desde el uso de razón? Hasta los, creo… 16 años aprox.)

En realidad puede que dejara de serlo de manera más o menos ridícula, mucho antes. Pero dejémoslo en los 16, con las patas llenas de pelo ya. Con empaque.
Miedo a que me asomaran los pies por la cama de noche, a dejar caer el brazo por el filo de la misma. A la penumbra donde construir formas con la ropa mal colocada en la silla, la cortina o las sombras más fruto de la imaginación y del canguelo, que a lo que realmente había que tenerle miedo por aquel tiempo.
He llegado a sentir miedo a notar el latido del corazón en mi tórax, y después en mi cerebro. Cuando me tumbo del lado izquierdo en la cama. A morir dormido o sinó, a morir despierto por un ataque de corazón y rabiando de dolor sin importarme si hay una ciencia exacta que mida el dolor, dependiendo de la patología, accidente o trauma.

Básicamente miedo (o aprensión), a lo desconocido o incierto. Y lo que es peor: A la capacidad de imaginar que tengo, y la velocidad de aceleración de 0 a 100 que puedo desarrollar sin válvulas, turbo, ni propulsor que valga.
Por eso.
Pienso yo.
Que de ahí mi querencia por lo ojcuro, mal rollero y desasosegante.
Seguramente por eso empecé a engancharme con el Trans Europe Express, los Kraftwerk y de un salto!! Ya los Christian Death, Bauhaus, Killing Joke y que se yo… Vamos que me mola lo oscuro así en general sin buscarle justificación, razonamiento, o si me apuras. Estilo Musical.
No soy de manual, eso sí. Ya iba a los garitos siniestros con camisetas blancas afectadas por el ultravioleta, de The Smiths, y me la sudaba bastante. No soy gótico confesional ni quiero, de tribus urbanas o estereotipos definitorios paso olímpicamente.
Por eso.
Si os pasa como a mi: Que os gusta los oscuro sin ser de ninguna cofradía y por puro vicio. Pero tampoco os agarráis a cualquier mierda cual heroinómano perdío en el Vaticano.
Que tenemos un gusto joder!!
No os extrañe que os enganchéis como mi hijo de 12, que con 1 iba subido a la pierna de su madre igual que un marsupial al grito de: MAAAAAAAAAAAAMA!!
A HELICON.



Su nombre sonará a obviedad; no lo niego.
Pero el segundo trabajo de estos Escoceses de Glasgow – aunque suene a topicazo - es otra cosa.
Aprovechando además, para recomendar también su debut homónimo del 2017.

Un viaje a vista de pájaro con la Psicodélia de guiños étnicos y cadencia Stoner Rock como salvoconducto. Pero que a mi principalmente me remite al Post Rock (con el sifnificado generalista que yo le doy al término). Y donde encajan perfectamente Mogwai y su más que evidente escuela, que impregna el álbum que aquí os traigo.
No en vano, los produjo Tony Doogan en el Castle of Doom Studio de Mogwai. Y teniendo en cuenta el hecho casual de que, los pasajes instrumentales, también son su principal carta de presentación. Ya es fácil que ambos vayan de la mano, aunque a mi, de Mogwai me gustan cosas muy puntuales aun considerándolos maestros dentro de un género que han hecho suyo. Y la razón por la que me gustan Helicon es bien diversa, pese a que el círculo musical al que pertenecen a menudo adolece de ser repetititivo, algo casino, y en lo personal. Me cuesta encontrar algo que realmente me sorprenda como para reseñarlo aquí.


El tema con el que arranca el disco en cuestión tiene la culpa: “Sound of Confession”
Y cuando hablo de lo oscuro, el miedo, el desasosiego y todo ese rollo del principio. Me refiero a esto, y si me apuras, a lo que me generaba también el Excavation de THE HAXAN CLOAK/2013.
Que esto no dan tanto canguelo, entendedme, pero la carnaza que me lanzaron me cogió por ahí.
Sound of Confession” es una instrumental maravillosa, diría que incluso por encima de lo que han facturado últimamente la banda de Stuart Braithwaite:
Halos que inconfundiblemente nos remiten al norte de las islas, con un inicio que recuerda sospechosamente a New Model Army. Pero que al final pertenece más al hábitat de Spacemen 3, Loop o The Black Angels. Y acto seguido “Pure Filth”, que de repente es como si las puertas se abrieran de sopetón por un golpe de aire.
Un temazo, vocal es ta vez, que definitivamente demuestra que Helicon es una banda que vas allá del puro género. Y con muchas más posibilidades para hacer, lo que han hecho:
Un disco fluido, orgánico y a la vez, tan contundente como para convencer al público más variado y al purista, también.



The Sun Also Rises”, con ese mismo aire oriental que explotaron en Seraph, es infinitamente más definitivo e interesante.
Más elaborado o - si se quiere - con mucho más sentido y personalidad.
La potencia de “Glasgow Uni Accent” acierta virando a esa parte polvorienta y americana tan de Jesus & M_CH. Y sin embargo “In The End” nos devuelve al lado contrario, más ambiental y popero, elegante sin más referencias que las que cada uno os podáis generar.
Desde luego, THIS CAN ONLY LEAD TO CHAOS, es un discazo que recoge infinidad de pasajes que últimamente se han intentado emular. Pero que a mi sin embargo, solo me han servido para certificar que difícilmente se podrán recrear ciertos sonidos del pasado de manera realmente fidedigna, o emocionante.
Aquí, se consigue bastante.
RIDE, SWERVEDRIVER, THE CURE, SPACEMEN 3, CATHERINE WHEEL, JANE´S ADDICTION...


Pero no penséis que éste es un disco al que atender por el fetichismo sonoro al que he echado mano de manera enfermiza; para nada.
El disco de estos Escoceses, no es el típico disco de género con minutajes excesivos e interminables, no. Su segundo disco se deja escuchar con fluidez, sin apenas condicionantes emocionales, de estado de ánimo, o prejuicio que valga. Si te gusta rozar con la punta de los dedos el shoegaze pétreo; como es el caso de “Bardo Thodol”: De atmósferas densas a la vez que tremendamente liberadoras, y algún apunte al Nothing Shoking de Janes Addiction tirando de imaginación, te encantarán.
La majestuosa “With Graceful Menace” a modo de mágica suite. Como cogiendo impulso y saltar de nuevo al vacío con la imponente “What you Love Will Kill you”. Y acabar cerrando con la exquisita “Cosmic John”.
Dos canciones que definen divinamente el contrapunto que media entre la épica, el rock y las atmósferas. Y que aquí conviven sin estridencias aunque con contundencia. Con sensibilidad y sin ñoñería. Y con un rigor que tan solo se sostiene sobre un puñado de excelentes canciones, y la magia de la inspiración.
De East Kilbride: Johnn-Paul Hughes, Gary Hughes, Mark McLure, Grahan Gordon, y Seb Jonsen. Y son HELICON.